Deseos humanos
Human Desire (1954) * USA
También conocida como:
- "La bestia humana" (Hispanoamérica)
Duración: 91 min.
Música: Daniele Amfitheatrof
Fotografía: Burnett Guffey
Guion: Alfred Hayes (Novela: Émile Zola)
Dirección: Fritz Lang
Intérpretes: Glenn Ford (Jeff Warren), Gloria Grahame (Vicki Buckley), Broderick Crawford (Carl Buckley), Edgar Buchanan (Alec Simmons), Kathleen Case (Ellen Simmons), Peggy Maley (Jean), Diane DeLaire (Vera Simmons), Grandon Rhodes (John Owens).
Jeff Warren conduce junto con Alec el tren de regreso a su ciudad, saludándolo al llegar algunos compañeros tras su regreso de la guerra de Corea,
Pasa luego por administración, donde John Thurston el encargado, le saluda fríamente pese a haberse reincorporado al trabajo después de tres años de ausencia, quejándose él de que le hayan puesto de ayudante después de su regreso.
Mientras se va con Alec se cruzan con Carl Buckley, ahora ayudante de parque.
Jeff se hospeda en casa de Alec, su compañero, como antes de irse a Corea, y vuelve a ver a Ellen, ya convertida en una bella mujer a la que le lleva un kimono que le compró como regalo y que ella estrena de inmediato.
Le cuenta que durante todo el tiempo que estuvo en Corea pensaba que cuando volviera a coger una locomotora sería el hombre más feliz del mundo, saliendo a pescar o yendo al cine, recordándole Ellen que también necesita una mujer.
Buckley regresa a su casa apesadumbrado, no haciendo caso a Vicki, su sensual mujer, cuando le muestra sus nuevas medias, contándole finalmente que el jefe Thurston le echó una bronca porque se olvidaron de descargar 10 vagones de mercancía delicada y se estropeó, y, como explotó, acabó despedido, y, aunque le pidió perdón no logró que le readmitiera.
Ella le dice que pueden buscar otro trabajo en el este, pues está cansada ya de vivir allí, aunque él le recuerda que le faltan solo 5 años para jubilarse.
Vicki le dice que se pondrá ella a trabajar, lo que él rechaza, pues dice, no se casó con ella para que lo mantuviera.
Le pide luego que vaya ella a hablar con Owens, pues sabe que su madre fue su ama de llaves y le contó que le gustaba, por lo que está convencido de que, si va a verlo, él hablará a su favor, pues tiene muchos amigos entre los altos cargos del ferrocarril
Ella se resiste y dice que prefiere no hacerlo, pero Carl insiste, y, al verle tan abatido accede a llamarle.
Salen juntos al día siguiente en el tren que conduce Warren, hacia la ciudad, debiendo Carl esperarla en el apartamento de Jean, una amiga de Vicki mientras ella ve a Owens.
Carl se pone nervioso viendo cómo pasan las horas, asegurándole Jean que vale más ser guapa que inteligente, pues todos los hombres tienen ojos y ninguno cerebro.
Cuando finalmente regresa Vicki, le dice que ya está todo arreglado, pues Owens llamó al superintendente y volvieron a admitirlo, poniéndose contento al enterarse de la noticia e imaginando la cara de Thurston.
Pero comienza a notar a su mujer esquiva cada vez que trata de besarla, diciendo que va a darse una ducha, preguntándole por qué tardó 5 horas, diciendo ella que Owens tenía muchas citas y tardó en localizar al jefe, aunque Carl le dice que las 15'30 llamó a las oficinas de Owens y no estaban, diciendo que salieron a tomar una copa a un bar.
Él recuerda que ella le dijo que a Owens no le gustaba pedir favores, diciéndole ella que él quería su trabajo y lo tiene y no podía pedirle el trabajo y salir corriendo, preguntándole él por el nombre del bar, diciéndole que no entiende que, si dice que tiene tanto trabajo, pudiera salir con ella y perder tres horas hablando, por lo que le pregunta de qué hablaron tanto tiempo, diciendo ella que del pasado.
Se muestra cada vez más celoso y le pregunta si no la llevaría a su apartamento con el pretexto de tomar una copa, lo que ella niega.
Él le pide perdón por mostrarse tan celoso y ella le dice que todos son iguales, volviendo a hacer que él se muestre celoso y le pregunte qué pasó esa tarde y la abofetea tras decirle que ahora sabe por qué lo ayudó Owens y que ve claro que ha recogido sus sobras, y se quedó con lo que Owens no quiso y que ha seguido viéndolo durante todo ese tiempo, asegurándole ella que no había vuelto a verle y que no lo habría hecho si no hubiera sido por su insistencia.
Pero él ya no la cree y le pide que le confiese que fue su amante, amenazándola con matarla, diciendo ella que es verdad para evitar que le pegue.
Tras ello, la obliga a escribirle un mensaje que le dicta.
Sabiendo que esa noche Owens sale hacia Chicago acuden a la estación, haciendo que un recadero le entregue el mensaje dictado en que escribió que esa noche se queda su marido en la ciudad y ella irá a su departamento del tren en cuanto este salga.
Al mismo tren sube también de regreso Jeff, que deberá esperar un departamento libre.
En su departamento, Buckley maneja su navaja, mostrándose Vicki asustada.
Finalmente salen y se dirigen hacia el departamento de Owens, que abre cuando llama ella, sonriendo al verla, viéndose sorprendido por Carl, que se cuela también.
Tras acabar con él le roba el reloj y la cartera con la nota de Vicki.
De regreso a su departamento, ven a Jeff en la plataforma fumando, esperando una plaza, por lo que regresan al departamento de Owens, pues Carl teme que si Warren lo reconoce estará perdido, por lo que le pide a Vicki que se las arregle para llevárselo de allí como sea y sin hacer tonterías, recordándole que tiene la carta.
Ella se pinta los labios y se retoca antes de dirigirse a Jeff, al que pregunta por el bar y pues de pronto tuvo ganas de tomar una copa, diciéndole que a él también le apetece y le pregunta si le importa que la acompañe, y, en la siguiente plataforma ella simula tener algo en el ojo y él trata de ayudarla, tomando su mano para darle las gracias.
Pasados unos minutos, Carl sale del departamento mientras Jeff hace ver a Vicki que, por la hora, el bar debe estar cerrado, por lo que la invita a tomar juntos un cigarrillo, en uno de los departamentos que vacíos, aunque señala, dejará la puerta abierta por si alguno de los dos se pone nervioso, preguntándole ella si le parece nerviosa mientras procede a cerrarla.
Le cuenta que le dolía la cabeza y no podía dormir, habiendo entonces un movimiento del tren que está a punto de hacerla caer, sujetándola él entre sus brazos., contándole que el maquinista es amigo suyo antes, de, aprovechando que la tiene cogida, besarla.
Luego ella se marcha a su departamento, donde la espera Carl con su navaja abierta.
Cuando llegan al destino, los Buckley bajan, topándose con Warren, al que Carl sorprende al "presentarle" a su esposa.
Ya en casa, Carl quema los papeles de Owens, y dice que le quitó el dinero para que pensaran que fue un robo, y recuerda que llevaba mucho dinero encima.
Ella trata de encontrar la carta y le pide que la queme, diciéndole Carl que ellos seguirán como si nada hubiera pasado. Que Owens fue un estorbo que él quitó de en medio, aunque ella le dice que si no quema la carta habrán terminado, diciéndole Carl que justamente es esa carta lo que les mantendrá unidos y que tendrá ningún otro hombre.
Jeff, por su parte, toma café en casa de los Simmons, donde Ellen lleva el kimono y no para de sonreírle.
Él les pregunta si conocen a la mujer de Buckley, contándole que trabajaba en un puesto de revistas en la estación y allí se conocieron, diciendo que es joven para estar casada con Buckley, y pregunta cómo se llevan, diciéndole que bien.
Llega entonces su amigo Alec que le pregunta si llegó en el tren número 4, lo que Jeff confirma, informándole su amigo que encontraron en el tren a un hombre asesinado.
Algún tiempo después comparecen ante el juez todos los que viajaban en el tren.
Indican que el fallecido apareció en un departamento del coche cama, cuyos departamentos adyacentes estaban vacíos, habiendo determinado los expertos que el robo y el crimen fue alrededor de la medianoche.
Interrogan al guardafrenos, que dice que a la única persona que vio fue a Jeff Warren, que estaba en el pasillo esperando que le dijeran en qué departamento podía dormir, declarando Warren que estuvo hasta las 12'30 a en el pasillo, donde vio a varios pasajeros además de al guardafrenos, aunque ninguno de ellos eran ocupantes del coche en que se cometió el asesinato ni del contiguo, no delatando a Vicki.
El jefe de la compañía está preocupado por la publicidad negativa, barajando la posibilidad de que fuera un robo, indicando que el reloj sería fácilmente identificable.
Una noche Jeff acude al bar en que está Carl, totalmente borracho, con Vicki.
Cuando uno de los clientes le pregunta a Vicki si quiere bailar con él, Carl monta en cólera y le pide que se vaya preguntándole si cree que su mujer es una cualquiera, entablándose una pelea en la que debe intermediar Jeff, que logra que el hombre se marche y acompaña luego a Carl a su casa, ya que apenas puede tenerse en pie.
Cuando él se va a dormir se quedan solos Jeff y Vicki, que fuman juntos, contándole ella que cuando se fue a vivir allí creía que nunca se acostumbraría al ruido de los trenes, pero ahora el silencio le pone nerviosa.
Jeff le dice que le debe una explicación, pues debió decirle que estaba casada y además venía del coche donde mataron a Owens.
Ella le cuenta que Owens era un amigo de la familia y fue a darle las gracias porque consiguió que Carl recuperara su trabajo.
Dejó a Carl durmiendo y fue a ver a Owens y lo encontró muerto cuando abrió la puerta.
Le pregunta por qué no llamó al mozo ni al revisor, respondiendo que estaba asustada, aunque Jeff le dice que lo disimulaba muy bien, diciendo que no quería verse implicada
y no quería decírselo a nadie, ni siquiera a su esposo, porque no podía.
Ella le dice que no conoce a su marido, aunque él dice que lo conoce, diciendo ella que solo ella lo conoce bien y no podía decirle que fue al departamento de Owens, pues se habría imaginado que había hecho algo con él y le habría pegado.
Jeff le dice que Carl es muy pacífico, diciendo ella que cuando se pone celoso tiene un genio terrible, tal como pudo ver en el bar, quizá porque es mayor que ella, y, tras desabrocharse la blusa, le muestra su hombro, donde ve marcados los dedos de Carl.
Le dice que nunca se lo había contado a nadie y que nunca le agradecerá bastante lo que hizo por ella, mientras se apoya en su hombro.
Cuando al día siguiente llega Carl, ve cómo su mujer no le hace caso alguno ni deja que la toque y le pregunta por qué las cosas no pueden ser como antes, diciendo ella que cada vez que se acerca a ella lo ve en el departamento de Owens con la navaja en la mano, diciendo él que no sabe si mereció la pena y que hubiera sido mejor que no hubiera sabido lo de su relación, asegurándole que no puede vivir con ella sin tocarla, aunque ella dice que así será.
Él le asegura que la quiere, aunque ella le dice que es demasiado tarde, diciendo él que no lo sería si ella le quisiera, a lo que le responde que si él la quisiera habría quemado la carta, diciendo él que la carta es lo único que le importa y que él no significa nada para ella, y que si no es suya, mientras tenga esa carta, no será de nadie.
Él entra en el dormitorio y saca una caja de un escondite en la pared, y coge dinero, no percatándose de que ella ha visto su escondite.
Por ello, cuando se queda sola busca en el escondite, viendo que en la caja están el dinero y el reloj, pero no la carta.
Al escuchar un tren acercándose parece tener una idea y llama a Jeff, con el que queda entre las vías.
Ella le cuenta que cuando Carl tiene el turno de noche apenas lo ve, y cuando no lo tiene solo va a comer deprisa y se va al bar a jugar a las cartas.
Recuerda que cuando ella era dependiente le parecía un hombre decente y fue lo que le atrajo. Quería un hogar y pertenecer a alguien, pero ahora no soporta que se acerque a ella y no sabe qué hacer cuando están en la misma habitación y cree que no vale nada como esposa ni como mujer.
Ella le pregunta si es difícil matar a un hombre para un soldado, diciendo o él que no se piensa, pero que es lo más sencillo del mundo, diciendo ella que él hace que todo parezca fácil.
Está a punto de besarla cuando aparece un vigilante y deben ocultarse en un almacén.
Ella le dice que debe haber algún lugar al que puedan ir, pues tiene muchas cosas que contarle, diciéndole que el viernes va a la ciudad al apartamento de una amiga y le pregunta si quiere que se vean allí, diciendo él que lo desea, mientras se besan.
Ellen va a verlo al tren y le vende una entrada para el baile de la hermandad de ferroviarios y le pregunta con quién irá, diciendo él que no lo sabe, diciendo ella que es muy guapa la señora Buckley, que le ha llamado una docena de veces y le pregunta si está enamorado, diciendo él que es una pregunta personal y ella le pregunta si va a abandonar a su marido, diciendo él que no se lo ha preguntado.
Cuando Ellen baja del tren ve que sube al tren Vicki.
Alec le dice luego, mientras llevan el tren, que llegó tarde la noche anterior, diciéndole que le apeteció salir a pasear, diciendo Alec que en las últimas semanas pasea mucho, advirtiéndole que viven en un pueblo y la gente se entera de todo, y que no está bien que se vea con una mujer casada.
Se ven en el apartamento de Jean y él le dice que debe dejar a su marido, diciendo ella que no puede pese a que le dijo que le amaba, diciéndole que no pueden seguir viéndose así, a escondidas. Quiere que se case con él y que él hablará con Carl, pues no está encadenada, diciéndole ella que sí lo está, pues tiene miedo a la policía por lo que ocurrió en el tren, tras lo que le confiesa que ella consiguió que readmitieran a Carl y aquella noche él mató Owens y le obligó a presenciar el crimen porque creía que había algo entre Owens y él.
Le cuenta que le pegó y le obligó a escribir una nota, aunque ella no sabía lo que Carl pensaba hacer y ella no gritó porque amenazó con matarla a ella también.
Él le pregunta por qué no dijo la verdad, diciéndole que Carl tiene la carta, y si la enseña, la policía pensará que fue ella la asesina, y por eso no puede abandonarlo y por eso tuvo que mentirle.
Jeff le pide que le diga la verdad, porque si no va a la policía será tan culpable como ellos y que le ha contado lo del asesinato para que esté tan comprometido como ella, decidiendo marcharse, diciéndole que tuvo que haber algo entre Owens y ella para que Carl hiciera eso, lo que ella niega. Le dice que Carl se lo imaginaba porque vivió en su casa, pero Carl estaba muy celoso y le pegó tanto que ella confesó pese a que no era cierto, rompiendo a llorar tras ello diciéndole que tiene miedo a perderlo y querría ser libre, a lo que Jeff le responde que encontrarán la forma.
Cuando baja del tren a su regreso de la ciudad se topa con Carl, aunque no se dicen nada, pareciendo aquel, confuso y triste.
Ellen se preocupa al verlo a él tan pensativo, y que no le coge el teléfono a Vicki, por lo que le pregunta qué fue de todo aquello que dijo que deseaba cuando regresó de Corea, una vida tranquila y ordenada, recordando él que ella le dijo que se había olvidado de que también necesitaba una chica.
Ellen le dice que no sabe nada de esa clase de amor en que una persona le hace daño a otra y ella cree que hay otra clase de amor que no es difícil encontrar, y basta con no cerrar los ojos, tras lo que sale llorando de la habitación.
Él sale al momento y hace una llamada, yendo luego a ver a Vicki a su casa.
Le cuenta a Jeff que despidieron a Carl y vendió la casa y se irán al día siguiente, diciéndole Jeff que él no le dejará irse a ningún sitio, aunque ella dice que Carl sigue teniendo la carta, aunque Jeff piensa que no irá a la policía, pues podrían descubrir que fue él quien cometió el crimen, aunque ella dice que está medio loco.
Jeff le asegura que le traerá la carta, pero Vicki le dice que si Carl se entera de lo suyo la matará, por lo que tendrán que decirse adiós y no podrían seguir, aunque se quedara.
Que no nacieron para ser felices, aunque para él es más fácil, pues es libre, pero para ella es tarde, y solo podrían seguir si tuvieran la suerte de que Carl tuviera un accidente con el tren.
En el bar, Carl está borracho, como siempre y sale tambaleándose, viéndolo Jeff, que lo sigue, observando que camina con dificultad debido a su estado de embriaguez, por lo que está a punto de ser atropellado por un tren, corriendo Jeff tras él.
Poco después llega a su casa, donde Vicki esboza una sonrisa al verlo, aunque él le dice que no lo hizo, que Carl estaba borracho y se cayó y él lo levantó y lo llevó a las oficinas donde están tratando de reanimarlo, e incluso creyó que estaba ayudándolo.
Ella se siente frustrada al ver que no fue capaz de matarlo, diciendo él que lo suyo está mal desde el principio y se siente sucio, replicándole ella que su conciencia no le molestó cuando estaba entre sus brazos, pero ahora habla de sentimientos y le dice que entiende que solo la gente como Carl es capaz de matar por la persona a la que ama.
Él dice que haría cualquier cosa por ella, diciendo Vicki que, excepto matarlo, pese a que ha matado antes.
Él le dice que ella creyó que estaba acostumbrado a matar, pero en la guerra se dispara desde lejos en la oscuridad contra algo que se mueve, pero matar a un pobre hombre que vuelve borracho es diferente.
Ella le dice que para eso se necesita otra clase de hombre diciendo él que así es. Alguien que solo piense en sí mismo y no tenga sentimientos ni decencia,
Ella trata de abofetearlo, aunque logra retenerla y le dice que logró que tuviera la boca cerrada en el juicio con un par de mentiras y que se enamora, pensando ella que con eso lo tenía seguro, pero que nunca lo ha querido.
Ella dice que le quiere, aunque él le dice que nunca le ha dicho la verdad, ni siquiera respecto de Owens.
Ella le cuenta que su madre trabajaba para los Owens y tenían una magnífica casa y la mujer de Owens llevaba mucho tiempo enferma.
Un día, cuando ella tenía 16 años, Owens bajó a la piscina y la encontró nadando y se fijó en ella, que intentó escaparse, pero era más fuerte que ella.
Luego, cuando se casó con Carl, pensó que se había librado de eso para siempre, hasta que, por sus celos, este asesinó a Owens y la encadenó a él con esa carta.
Pensó que con él sería diferente y que confiaría en la mujer que ama.
Él le dice que ya no sabe cuándo miente y cuándo dice la verdad, pero que no importa, pues han terminado, rogándole ella que no diga eso, pues, asegura que él es lo único que tiene en el mundo y que no debió pedirle que matara a Carl, pero está dispuesta a hacer lo que él quiera, incluso a ir a la policía, porque le quiere.
Pese a todo Jeff decide marcharse, aunque antes de hacerlo le entrega la carta, pues Carl la llevaba en el bolsillo y él se la cogió.
Al día siguiente, Vicki sube apresuradamente al tren con su maleta sin que la vea Jeff.
Poco después se abre la puerta de su departamento y entra Carl, que le pregunta a dónde va y le dice que siente mucho lo del trabajo, la bebida y el juego, pero ella lo alejó de su vida y lo echó de casa, pero la necesita y le asegura que hará todo lo que quiera y no volverá a hablarle nunca más de Owens y que le devolverá la carta.
Ella le revela que ya no la tiene y que la ha perdido a ella, su trabajo y la carta.
Él le pregunta si se marcha con Warren, diciendo ella que se marcha sola.
Él le suplica que no se vaya, pues es un hombre acabado, pensando que se va con Warren porque es joven.
Ella le dice que no entiende nada porque no es más que un borracho, diciendo él que lo entiende todo, diciéndole ella que está enamorada de Jeff, pero que él la ha abandonado porque le pidió que le matara a él y fue incapaz de hacerlo.
Le dice luego que él no la conoce en absoluto, pues es cierto que hubo algo entre Owens y ella, pero lo hubo porque ella quiso que lo hubiera, porque quería quedarse en aquella casa maravillosa y que él se deshiciera de su mujer, pero Owens no era tan tonto como él y sabía lo que buscaba y si ella hubiera sido hombre hubiera hecho lo mismo.
Herido en su amor propio Carl la coge del cuello hasta acabar con ella.
Ajeno a ello, Warren hace sonar contento el pito del tren tras haber mirado la entrada para el baile que le dio Ellen, sabiendo ya con quién irá al mismo.