Zelig
Zelig (1983) * USA
Duración: 76 Min.
Música: Dick Hayman
Fotografía: Gordon Willis
Guion y Dirección: Woody Allen
Intérpretes: Woody Allen (Leonard Zelig), Mia Farrow (Dr. Eudora Nesbitt Fletcher), Stephanie Farrow (Meryl Fletcher), Ellen Garrison (Eudora anciana), Mary Louise Wilson (Ruth Zelig), Sol Lomita (Martin Geist), John Rothman (Paul Deghuee).
En la narración de la vida de Leonard Zelig se incluyen documentales y grabaciones de Eudora Fletcher con la ayuda de su primo Paul Deghuee, dándose las gracias a ambos y Meryl Fletcher Varney, hermana de Eudora.
Las calles de Nueva York aparecen abarrotadas de gente, deseosa de homenajear a Zelig, que, según indica la ensayista Susan Sontag, fue el mayor fenómeno de los años 20, llegando a ser tan famoso como Lindbergh.
Avanza por las calles de Nueva York en un descapotable, mientras cae confeti y guirnaldas de papal, siendo vitoreado por las masas.
El escritor Irving Howe dice que Zelig representaba el heroísmo y la voluntad.
Pero su recuerdo se desvaneció rápidamente, señalando el escritor Saul Bellow que era muy divertido e hizo vibrar a la gente
1928
América goza de una década de prosperidad. La época del jazz, con un relajamiento de la moral y donde el alcohol, si lo encuentras, es muy barato.
Hay muchas fiestas, como una en la finca de Long Island de los señores Porter Sutton, protectores de las artes, donde políticos y poetas se codean con la alta sociedad.
Allí está Scott Fitzgerald, que escribe en su cuaderno notas sobre un extraño hombrecillo llamado Leon Selwyn o Zelman que parecía un aristócrata que ensalzaba a los ricos, entre los invitados con acento de la clase alta de Boston, observando como una hora después, lo veía charlando con naturalidad con los sirvientes, afirmando ahora ser demócrata mientras hablaba con un acento vulgar, siendo la primera vez que Leonard Zelig se hizo notar.
Florida, un año más tarde
Ocurre un extraño incidente en el campo de los Yankees de Nueva York, donde ven a un nuevo jugador que espera su turno para batear tras Bebe Ruth, registrado como Lou Zelig, al que nadie del equipo lo conoce, por lo que los guardias de seguridad lo echan del campo.
Chicago, Illinois, ese mismo año
Se celebra una fiesta privada en un bar clandestino de la zona sur.
Uno de los camareros, Calvin Turner, recuerda que acudía mucha gente, y entre ellos algunos gángsters, y recuerda que esa noche vieron a un tipo que hasta entonces no habían visto y que parecía un tipo duro, pero cuando se volvió había desaparecido.
Entonces la música comenzó a sonar y había un chico negro tocando la trompeta, y al mirarlo vio que se parecía al gánster que vio antes, aunque aquel era blanco y el músico era negro.
Nueva York. Unos meses más tarde
La policía investiga la desaparición del oficinista Leonard Zelig, pues tanto la dueña de su casa como el jefe denunciaron su desaparición.
Ambos indican que era un tipo muy callado y raro, encontrándose solo dos pistas en su piso de Greenwich Village, una fotografía con Eugene O'Neil y otra disfrazado de Pagliacci.
Tras una tienda del barrio chino descubren a un oriental parecido a Zelig. Los detectives sospechan y tratan de quitarle el disfraz, descubriendo que no es un disfraz, formándose una pelea, tras lo que lo sacan a la fuerza y lo llevan al Manhattan Hospital, gritando en la ambulancia en lo que parece chino auténtico, poniéndole una camisa de fuerza.
Cuando sale del coche 20 minutos después, ya no es chino, sino blanco, por lo que los médicos, asombrados, lo llevan a la sala de urgencias para examinarlo.
A las 7 de la mañana, la Dra. Eudora Fletcher, psiquiatra hace su ronda habitual, recordando que cuando lo vio lo tomó por un médico, con una actitud muy profesional y quedó fascinada con el caso y convenció a sus colegas para que le permitieran seguir estudiando su caso.
Muestran una grabación en que indica que es psiquiatra y que trabaja normalmente en Europa, sobre todo con paranoicos, habiendo escrito varios artículos sobre psicoanálisis, y trabajado con Freud en Viena, discrepando con él sobre la teoría de la envidia de pene, pues Freud pensaba que era aplicable solo a mujeres.
Ella comenta que era un cúmulo de charlas de psicología que había oído o leído, pero lo decía con gran soltura y habría podido convencer a alguien no muy enterado.
Solo se sabe que era hijo de un actor judío, Morris Zelig, cuya actuación como Robin el Bueno en la versión hebrea de "El sueño de una noche de verano", tuvo poco éxito.
Su segundo matrimonio estuvo marcado por peleas constantes, tanto que, aunque la familia vivía encima de una bolera, eran los de esta los que se quejaban del ruido.
Cuando Leonard era niño, los antisemitas se metían con él, y sus padres, que nunca se ponían de su parte y le echaban la culpa de todo, estaban en el bando de los antisemitas y le castigaban encerrándole en un armario oscuro y cuando se enfadaban de verdad se encerraban con él.
En su lecho de muerte, Morris le dijo a su hijo que la vida es una pesadilla de sufrimiento sin sentido y le da un consejo, que ahorre en cortezas de naranjas.
Su hermano Jack tuvo una crisis nerviosa y su hermana Ruth era ratera y alcohólica. Él se amoldó a la sociedad hasta que comenzó a comportarse de forma extraña.
Fascinada con él, la Dra. Fletcher hace algunos experimentos e invita a sus escépticos colegas a observarlos, viendo cómo entre ellos se convierte en psiquiatra. Pero si llevan a dos franceses, se transforma y habla en francés y si está en compañía de un chino desarrolla facciones orientales.
La prensa se hace eco de su historia y el público se interesa, viéndose obligado el Dr. Allan Sindell a hacer una declaración, indicando que podría ser el mayor caso científico de la época y, quizá de todos los tiempos, apareciendo a diario en la prensa nuevas historias sobre él.
Los médicos aseguran controlar la situación, pero no hay dos que coincidan en su diagnóstico. Unos dicen que es un problema glandular, otros que lo desarrolló tras comer comida mexicana, indicando el doctor Birsky que es de origen neurológico por un tumor cerebral, indicando que seguramente morirá pronto.
Irónicamente es el Dr. Birsky quien, fallece dos semanas después, de un tumor cerebral.
La Dra. Fletcher piensa que no está enfermo físicamente sino psicológicamente por su carácter inestable.
La junta de médicos piensa que es por una malformación de sus vértebras, provocándole más problemas físicos al tratar de corregírselo.
Cuentan en la radio que se colocó entre varias mujeres y no se transformó, concluyendo que no ocurre con las mujeres, asegurando que experimentarán con un enano y una gallina.
Los noticieros cinematográficos muestran su transformación, viendo cómo se hace obeso cuando está con obesos, o en negro cuando está con dos negros.
La doctora trata de hipnotizarlo y le pregunta por qué adopta la personalidad de quien tiene delante, diciendo que le da seguridad ser como los demás, pues quiere caer bien.
En su informe Fletcher lo compara con un camaleón humano que, para pasar desapercibido, se convierte en quien lo rodea.
Mike Geibell y Ted Bierbauer, del Daily Mirror recuerdan que era una buena historia, con romance e intriga y, aunque entonces se exageraban las noticias para vender más periódicos, con Zelig bastaba con contar la verdad, y era tema de conversación en todas partes.
Salió incluso un nuevo baile, el baile del camaleón, que se bailaba en todas partes.
Le someten a descargas sin resultados.
Pero no a todos les agradaba y para los más fanáticos era el símbolo de la injusticia, que dicen, personifica al hombre capitalista que adopta diferentes formas para conseguir la explotación de los trabajadores con engaños, pues tiene 5 empleos.
Para el Ku Klux Klan era un judío que podía transformarse en negro o indio por lo que era una triple amenaza.
La Dra. Fletcher pide pasar más tiempo con el paciente para practicar sus teorías.
Bajo hipnosis, le pregunta si recuerda la primera vez que le ocurrió, recordando él que en el colegio había gente muy lista y una vez le preguntaron si había leído Moby Dick y le avergonzó decir que no, por lo que fingió haberlo leído.
Le pregunta luego cuándo empezó a mutar voluntariamente, diciendo que el día de San Patricio se metió en un bar, y, como no iba vestido de verde, comenzaron a meterse con él por lo que se convirtió en irlandés, un pelirrojo de nariz respingona.
Otro doctor discrepa de las conclusiones de la Dra. Fletcher, que indica, son incongruentes, asegurando que se debe a la utilización de fármacos experimentales.
Le tratan con Hidrato de Somadril, un fármaco experimental y manifiesta bruscos cambios de humor y durante varios días empieza a caminar por la pared.
Su destino cambia cuando su hermanastra Ruth decide sacarlo del hospital, diciendo que lo atenderán mejor en su casa ella y de su amante, Martin Geist.
Los periodistas recuerdan que Geist estuvo en prisión por fraude, pues su inmobiliaria había vendido el mismo terreno a varios clientes.
La multitud colapsa las carreteras para ver al camaleón humano y su hermana Ruth y Martin hacen cada día dos exhibiciones diarias con él, vendiendo recuerdos suyos.
Incluso se hizo una película basada en su vida en 1935, "El hombre mutante" y había todo tipo de recuerdos, relojes, libros, muñecos, juegos…haciéndose muchas canciones populares inspiradas en él.
En Hollywood era muy querido y le ofrecen un contrato para una película.
Conoció a Jack Dempsey, campeón de pesos pesados y en Washington le presentaron a Coolidge y a Hoover.
En Francia lo apodan "Le Lézard" y tiene un gran éxito en los cabarets de París y su actuación atrae a algunos intelectuales que lo ven como un símbolo de todo.
En el Folies.Bergère, Josephine Baker baila su versión de "El camaleón.
Una bailarina recuerda aquellos momentos y que cole Porter estaba fascinado con él e incluso escribió una canción, pero no encontró ninguna palabra que rimase con Zelig.
En Manhattan, Fanny Brice y su marido Billy Rose cantan a Zelig en el hotel Westbury, según refleja el noticiario.
Su hermana y su amante se hacen ricos, pero la existencia de Zelig está vacía, pues carece de personalidad y se siente solo, y además, él, que solo quería ser ignorado por sus enemigos y sentirse querido, pasando desapercibido, no encaja ni es parte de nada. Sus enemigos lo vigilan y nadie se preocupa por él.
La junta de médicos casi se ha olvidado de él y solo la Dra. Fletcher lucha por su custodia, pero los tribunales rechazan su apelación.
En su batalla legal le acompaña su abogado, Charles Koslow, que se enamora de ella y le pide que se case con él, aunque ella duda.
Aquel verano, Geist programó una gira por España, la última etapa de una gira europea que fue todo un éxito.
Pero Martin y Ruth comienzan a llevarse mal y están aburridos el uno del otro, y la situación se agrava cuando ella se enamora de Luis Martínez, un torero mediocre y cobarde.
Pero tuvo la suerte de que el toro saltó la barrera y se produjo una contusión cerebral y murió, aprovechando Luis para cortarle una oreja y ofrecérsela a Ruth.
Celoso, Martin le exige a Ruth que le dé la oreja, a lo que ella se niega y pelean, descubriendo a Martínez escondido en el armario.
Le dispara y después mata a Ruth, antes de suicidarse.
A partir de ese momento, la vida de Zelig cambia. De pronto desaparece y la noticia impacta, aunque el interés decayó pronto, cuando otros escándalos acaparan las primeras planas.
Los años 20 acaban con un estrepitoso final, el crack bursátil, y Zelig sigue sin aparecer.
La doctora lo busca, pero sin resultados.
En Roma, 300.000 fieles abarrotan la Plaza de San Pedro esperando a Pío XI, pues ha decidido, tras 63 años sin hacerlo, salir a bendecir a Roma y al resto del mundo el domingo de Pascua, viendo todos cómo de pronto se forma una pelea en el balcón debido a la presencia de un intruso, Zelig, al que detienen y devuelven a Estados Unidos, ingresándolo nuevamente en el Manhattan Hospital.
Ruth decide dedicar toda su atención a Zelig y ya no piensa en casarse.
Decide llevarlo a su casa de campo donde creará un ambiente neutral lejos de la sociedad mientras busca un nuevo tratamiento y además decide filmarlo todo con la ayuda de su primo Paul Deghuee.
Para ello arreglan un pequeño estudio con pocos muebles y oculta micrófonos filmando Paul con su cámara a través de la ventana de una puerta.
Comienza sus sesiones preguntándole si es psiquiatra, lo que él confirma, diciendo que su último artículo versaba sobre la paranoia, y cuando ella le dice que no es psiquiatra, él le dice que se burla de él.
Cada vez se siente más frustrada, pues sigue insistiendo en que es médico y no se deja hipnotizar, haciéndose llamar Dr. Zelig.
Paul le aconseja que se relaje y ella decide salir con su novio e ir al teatro a Broadway y luego a un club nocturno, mostrándose ella distraída, siendo la relación con su novio tensa, estando él disgustado por su obsesión con Zelig.
Y es allí donde se le ocurre un brillante plan.
Como conoce su pasado, le consulta, como si fuera ella su paciente, sobre unas personas muy cultas a las que oyó hablar sobre Moby Dick, diciéndole que, como no se atrevía a admitir ante ellos que no la había leído, mintió.
Él dice que ella es psiquiatra y debería saber solucionarlo, diciéndole ella entonces que no lo es y que solo fingió serlo para congeniar con sus amigos, por lo que le pide ayuda a él como psiquiatra, pues su vida es una mentira.
Él empieza a sentirse mal y reconoce que no es psiquiatra, diciendo que no es nadie.
Valiéndose de ese momento de debilidad, la doctora consigue hipnotizarlo de nuevo, y, utilizando el tratamiento posthipnótico, le podrá poner en trance cuando lo desee.
En ese estado él recuerda las palizas entre todos los miembros de su familia, e incluso de otros vecinos del barrio, pues todos les pegaban.
Cuando está en trance, Ruth explora su personalidad y luego la reconstruye y le muestra cariño, ternura y atención cuando está consciente.
En una de sus sesiones, ella le dice que quiere que muestre su verdadero yo y que no trate de ser la persona que él cree que ella va a apreciar.
Le pregunta qué le parece vivir allí, respondiendo él que es una pesadilla, pues odia el campo y los mosquitos y la comida que ella hace es repugnante y la tira a la basura cuando no lo ve, y sus chistes son aburridos e interminables, para indicar luego que quiere acostarse con ella.
Ella dice que creía que no le caía muy bien, diciendo él que la quiere porque es encantadora aunque no es tan lista como se cree y está confusa y nerviosa y es una cocinera pésima e insiste en que la quiere, aunque no quiere sus tortitas.
Ella reconoce que al principio utilizó a Leonard para hacerse famosa y luego se dio cuenta de que le tenía mucho cariño, y nunca se creyó atractiva, pues no tuvo noviazgos.
Un día lo llevó de excursión a casa de su hermana, cerca de Teaneck. Esta, Meryl Fletcher, era una excelente piloto profesional, y Eudora aficionada.
Zelig se va abriendo, empieza a expresar sus propias opiniones y se hace comunicativo.
Le cuenta que odiaba a su madrastra y le encanta el beisbol y es demócrata y le dice que preferiría que no se casara con el abogado.
Después de tres meses, la junta directiva del hospital debe examinar al paciente y lo visitarán en cuatro días y, si no demuestra que ha progresado, destituirán a la doctora.
Ella estaba nerviosa, pues cuando estaba despierto no se acordaba de lo ocurrido durante el trance y temía que con gente de fuerte personalidad perdiese la suya.
Cuando los visitan, Zelig se muestra tranquilo y relajado, y, pese a estar rodeado de médicos, no se convierte en médico, y todo parece ir bien hasta que uno de los doctores dice que hace un día agradable, y Zelig le dice que no es tan bonito, y ahora, tras aprender a opinar con libertad, es demasiado agresivo y no aguanta que le lleven la contraria, por lo que se pelean.
Eudora indica que lo presionó demasiado y lo llevó al extremo contrario y golpeó a Mayerson y a otros doctores con un rastrillo.
Pero ella pensaba que había logrado algo y con dos semanas más podría ajustarlo.
Algún tiempo después la prensa se hace eco de la cura del camaleón humano por parte de la Doctora Fletcher e indican que congeniaron durante el tratamiento.
Informan también de que el ayuntamiento les entregará las llaves de la ciudad, arremolinándose las masas para recibirlos.
Luego, la doctora Fletcher fue homenajeada por sus colegas en el Waldorf-Astoria, siendo invitada incluso a bautizar un barco.
Entrevistan para un noticiario a la madre de la doctora y le preguntan por sus sacrificios para que su hija pudiera estudiar medicina, diciendo la mujer que no fue ningún sacrificio, pues su marido era agente de bolsa y ella procedía de una familia rica y que Eudora no siempre quiso ser médico, pues prefería haber sido aviadora como su hermana y formar una familia, pero era muy malhumorada y era una chica muy difícil.
En San Simeon, mansión de Hearts, los famosos de todo el mundo toman el sol y se divierten. Allí se codean con Marion Davies, Chaplin, Adolphe Menjou, Dolores del Río, Tom Mix, Carole Lombard o James Cagney, Zelig y Eudora.
En otra reunión le piden un consejo para los jóvenes, aconsejándoles que sean ellos mismos y no imiten a otros.
Es un personaje popular y posa con misses, boxeadores, etc. Y ahora expresa sinceramente su punto de vista sobre la política, el arte, la vida y el amor.
John Morton Blum, autor de "Interpretando a Zelig" indica que no es que sus gustos fueran tan horribles como algunos indicaban Prefería ver beisbol que leer Moby Dick, y eso le hizo tomar una mala dirección.
La iglesia católica nunca lo perdonó por el incidente del Vaticano, aunque algunos, en medio de la Depresión lo veían como un símbolo de esperanza y autorrealización.
Eudora es famosa, pero no cumplió sus fantasías de adolescente que impulsaron su ambición.
Enamorada de Zelig, finalmente renuncia al abogado y acepta casarse con él.
Se graba cada paso que dan.
La hermana de Eudora recuerda que era maravilloso verla feliz y enamorad. Zelig la fortalecía.
Decidieron casarse en primavera, pero el cielo se les cayó encima, pues dos semanas antes de la boda una ex corista, Lita Fox, apareció diciendo que estaba casada con Zelig y que tiene un hijo con él, saltando el escándalo. Dice que él le dijo un año antes que era actor y fueron a Baltimore y se casaron allí.
Lo había hecho bajo otra personalidad, pero cuando Lita se enteró por la prensa de sus planes de boda con Eudora le demandó, empezando la opinión pública poco a poco a volverse contra él, al presentar los abogado de Lita a esta como una mujer abandonada.
Zelig había vendido los derechos de la historia de su vida a Hollywood por una importante cantidad, pero al saltar el escándalo, el estudio le pidió que devolviera el dinero, aunque solo puede devolver la mitad, al haberse gastado el resto, devolviéndole el estudio solo la mitad de su vida, las horas de sueño y comidas, quedándose lo mejor.
Poco después aparece otra mujer, Helen Gray, dependienta de una tienda de regalos de Wisconsin que afirma que Zelig es el padre de sus gemelos y recuerda que él se hacía pasar por cazador de pieles. Él no lo recuerda pero dice que pudo pasar.
Los acontecimientos se precipitan y otra mujer, esta negra, dice que también se casó con ella en una iglesia de Harlem, diciendo que era hermano de Duke Ellington.
Otro hombre lo acusa de haber destrozado su coche y herido a su madre en la muñeca.
Otra mujer dice que le pintó la casa de un color espantoso tras decirle que era pintor.
Se le acumulan los pleitos, siendo acusado de bigamia, adulterio, accidentes automovilísticos, plagio, daños y perjuicios contra la propiedad, negligencia, o extracción innecesaria de muelas, pidiendo él perdón a todas sus mujeres, al tipo que le extrajo un apéndice o a la mujer a la que auxilió en un parto con las pinzas del hielo.
Muchos abogados le denuncian como un criminal, aunque la doctora Fletcher insiste en que no se le puede hacer responsable de sus actos durante su estado como camaleón y le apoya aunque en privado comenta a sus amigos que le preocupa la situación emocional de Zelig, que se va desmoronando bajo la presión moral conservadora.
Durante un almuerzo en un restaurante griego, comienza a convertirse en griego, queriendo nuevamente ser querido y aceptado.
Bajo esa presión, y en la víspera de su sentencia, desaparece.
Meryl ve a Eudora hecha pedazos, pese a que no se emocionaba fácilmente.
Está en contacto con la policía y apela al público por si alguien conoce su paradero, pero pasan meses y meses sin que se sepa nada de él.
Encuentran su chaqueta en Texas, pero la búsqueda allí y en otros estados es inútil.
Una foto de una banda de mariachis en México tiene a un hombre que se le asemeja, pero Fletcher comienza a perder la esperanza y lo echa de menos.
A punto de acabar el año, nada se sabe de él, sacando Meryl a su hermana al cine, viendo antes un noticiero que informaba sobre las actividades de Hitler, pareciéndole ver entre los nazis a una persona que podría ser Zelig.
Eudora decide embarcar para Europa y va hasta Berlín, donde hace indagaciones, aunque sin resultados. De hecho, después de tres semanas las autoridades empiezan a sospechar de ella, la vigilan y registran su habitación.
Enterada de que va a haber una gran concentración nazi, renace la esperanza de encontrar a Zelig y de volver a despertar en él, los sentimientos que tuvo hacia ella.
La masa es inmensa y es imposible localizar una cara entre el gentío.
Pero mientras Hitler da su discurso, ve de repente tras él a Zelig, que también la reconoce y, en unos segundos, todo le vuelve a la cabeza y comienza a saludarla, haciendo que se distraiga incluso Hitler.
En "The Changing Man", basado en su historia, una película de 1935, recrea su reencuentro, besándose emocionados, aunque Eudora indica que no fue como en la película.
Un antiguo formador de las SS recuerda que arruinó el discurso de Hitler, y los de las SS lo querían atrapar, pero aprovechando la confusión, Eudora y él lograron escapar por una puerta lateral y tomar un automóvil, siendo perseguidos por las SS, que les dispararon, mostrando un noticiero alemán la huida en un aeroplano que Eudora tripuló.
No obstante, de pronto ella tuvo miedo y perdió el control y empezaron a caer en picado.
Entonces, Leonard, aterrorizado, cambió de personalidad y se transformó en piloto.
Los alemanes, que los perseguían, asombrados, tardan 15 minutos en reaccionar.
Con Eudora desmayada, Zelig, que nunca había volado, escapa de los pilotos alemanes y establece un récord, al cruzar el Atlántico sin parar, con el avión cabeza abajo.
Nueva York se vuelca para su recepción, como un héroe nacional, recorriendo sus calles en medio de una gran multitud y con banderas, guirnaldas y confeti cubriéndolo todo, imponiéndosele una medalla.
Su enfermedad fue la base de su salvación y se convirtió en un héroe.
Finalmente, tras desenmarañar innumerables asuntos legales, Zelig y Eudora se casan.
Fitzgerald escribió que tan solo quería ser querido y por eso se deformaba totalmente, y al final lo que le hizo cambiar fue el amor de una mujer.
"Leonard y Eudora vivieron felices durante muchos años juntos.
Ella continuó practicando el psicoanálisis y daba ocasionalmente conferencias.
Los episodios de cambio de carácter se fueron haciendo cada vez menos frecuentes y finalmente su enfermedad de Zelig desapareció por completo.
En su lecho de muerte dijo a los médicos que había tenido una buena vida y que lo único que le molestaba era que acababa de empezar a leer Moby Dick y quería saber cómo terminaba".