Yucatán
España (2018) *
Duración: 130 min.
Música: Roque Baños
Fotografía: Carles Gusi
Guion: Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón
Dirección: Daniel Monzón
Intérpretes: Luis Tosar (Lucas), Rodrigo de la Serna (Roberto Clayderman), Joan Pera (Antonio), Stephanie Cayo (Verónica), Gloria Muñoz (Carmen), Alicia Fernández (Leticia), Txell Aixendri (Alicia), Lupe Cartie Roda (Mónica), Toni Acosta (Chusa), Xavi Lite (Marco), Adrián Núñez (Brendon), Agustín Jiménez (Ernesto), Jorge Asín (Fede).
Roberto Clayderman, pianista y maestro de ceremonias, da la bienvenida a los recién llegados al crucero de lujo.
Puerto de Barcelona. Abril de 2008
Mientras suben los pasajeros y sus maletas, Lucas, vestido como un operario, accede al barco por la bodega, haciéndose con un traje de camarero al pasar por la lavandería, cambiando luego la etiqueta de una de las maletas por la suya, yendo luego a un camarote donde se ducha y se deshace del traje robado.
Clayderman, baja al casino, donde una camarera le indica a un hombre que juega a la ruleta, señalándole en el bar otro camarero a una pareja, pues el hombre lleva un encendedor de oro y la mujer un collar de perlas.
Un viudo llega con sus tres hijas y dos yernos al crucero, aunque duda que fuera una buena idea ir a ese viaje con sus hijas y sus maridos.
Ernesto, uno de los yernos, se queja, pese a haber sido invitado, pidiéndole su mujer que se olvide de todo y disfrute, aunque a él todo le parece mal, y gruñe al ver que desde su camarote no se ve el mar, comprobando que desde la de sus cuñados, sí.
Roberto va a ver a Verónica, su novia, que es una de las bailarinas, para planear su próximo golpe, mostrándole fotos de sus posibles próximas víctimas, fijándose en una mujer, que, indica, tiene pinta de que le gustan los diamantes.
Esa noche, la pareja compartirá mesa con sus futuras víctimas, estando la mujer, Chusa, encantada de tener a los artistas en su mesa.
Verónica repara de pronto en que, en la mesa de al lado está Lucas, por lo que se pone nerviosa y sale a fumar, siguiéndola Lucas, al que le pegunta qué hace allí, diciéndole que está por ella, pues aunque pasó ya un año, no la ha olvidado.
Chusa se siente fascinada con el anillo de diamantes de Verónica y les propone visitar al día siguiente juntos el zoco, aunque ellos dicen tener un compromiso en Casablanca.
Cuando empieza a actuar Lucas, tocando el ukelele y cantando, consigue que repare también Roberto en él, que se enfada mucho y le dice a Verónica que no sabe qué hace allí, e indica que no tiene palabra ni vergüenza, pues acordaron que él trabajaría en el Mediterráneo y ellos en el Atlántico, estando seguro de que busca algo, a lo que le responde Verónica que a ella, aunque Roberto piensa que se trata de otra cosa.
Al día siguiente llegan a Casablanca y Lucas observa desde la terraza a Roberto y a Verónica, observando cómo les siguen Chusa y Marco.
Llaman a su puerta y antes de abrir se pone limón en los ojos y sale llorando, para recibir a Antonio, que desea intercambiar la maleta que le dieron, "por error", sacando Lucas de la suya la foto de una niña de 7 años, diciendo que es su hija y que es viudo, invitando a Antonio a un whisky, y charlando, quejándose Antonio de sus yernos.
Roberto y Verónica pasean por el zoco, seguidos por Chusa y Marco, que ven a los artistas entrando en una casa, diciendo Marco que lleva encima todo el dinero que tenían para el viaje, diciéndole Chusa que no se preocupe, pues podrán comprar piedras llegadas directamente de las minas y que por ello les saldrán a mitad de precio, diciéndole que Verónica se lo contó en confianza.
Cuando los ven salir, llaman ellos, aunque se ven sorprendidos por Roberto y Verónica, debiendo confesar que se lo contó esta porque la presionó y pese a sus reticencias.
Les advierte de que lo que están haciendo es ilegal y pueden ir a la cárcel, por lo que les pide que no miren la pieza hasta llegar al barco, y, cuando entregan su dinero para obtener la pieza, llega un hombre corriendo y advirtiendo de la llegada de la policía.
Acorralados en su huida, son llevados a comisaría, donde ven cómo el comisario abofetea al vendedor, y observan que hay un soplete en la mesa.
Hacen pasar luego a un policía gigante, que se lleva al hombre, al que escuchan gritar y llorar, viendo en las sombras cómo lo cuelgan y lo golpean, aunque es una pantomima.
Verónica les recuerda que falta solo una hora para que parta el crucero y el único modo de salir de allí es sobornándolos, aunque carecen ya de dinero, reconociendo Chusa que, pese a que dijo que no, llevó las tarjetas de crédito, consiguiendo así que les liberen, indicando Roberto que una vez en el barco deben simular que ni se conocen.
Por la noche Verónica vuelve a actuar, paseando por la mesa de Marco y Chusa y también por la de Lucas, para disgusto de Roberto.
Luego, en el camerino le dice a uno de los bailarines que para la próxima vez relaje los gritos, pues acabarán descubriéndolos, aunque él se queja de que las bofetadas son demasiado fuertes también, y, aunque Verónica dice que le da pena por Chusa, le dicen que para ella será lo más emocionante que le pasará en su vida.
Roberto va luego a la sala de seguridad donde le muestran las imágenes de ese día, pues desea saber qué hizo ese día Lucas, aunque no figura nada, pues no salió de la habitación e incluso comió en ella, lo que le enfada mucho, por lo que esa noche toca de forma agresiva el piano para sorpresa de los clientes.
En el bar, Ernesto y Fede hablan. El primero desea invertir en una granja fotovoltaica y su suegro no lo apoya, diciéndole Fede que tampoco le apoya a él en su proyecto de fabricar porteros automáticos donde se puedan dejar mensajes.
El camarero advierte a Roberto de que los dos cuñados hablan de dinero.
Comienza a escuchar su conversación, oyendo como Ernesto piensa incluso en incapacitar a Antonio, al que grabó regalándole 500 Euros a un mendigo, o comprando un camión de bomberos, por lo que teme que cuando mueran no les quede nada, recordándole Fede que recibió 160 millones, por lo que algo les llegará.
Al escucharlos hablar de tanto dinero, Roberto incluso se atraganta.
Luego lo investiga en las redes, viendo que se trata de Antonio de la Oz, un panadero de Aluche que ganó 161 millones de euros con el bote del euromillón, pese a lo cual sigue regentando la panadería, como antes.
Ve un reportaje en que Antonio dice que la suerte atrae la mala suerte, pues 9 de cada 10 ganadores acaban arruinados, asesinados o en la cárcel.
En el salón, sus hijas tratan de animar a Antonio para que salga a bailar, aunque él dice que no ha vuelto a hacerlo desde que murió su madre.
Roberto le dice a Verónica que ya sabe por qué está allí Lucas. Que es por el panadero y le pregunta a ella si aún siente algo por él, diciendo que está harta de ambos y de estar en medio, por lo que decide marcharse de su camarote al de su amigo Brendon, otro bailarín, asegurando no estar dispuesta a participar en lo que piense hacer a Lucas.
Antonio sube a cubierta, donde encuentra a Lucas, al que le dice que está acostumbrado a madrugar por su profesión y por eso está despierto y vuelven a charlar, pidiéndole Antonio que se anime a ir con ellos al día siguiente al Teide.
La única hija soltera de Antonio, Leticia, se queda en el barco y hace que le den un masaje y no para de jadear mientras le masajean los pies.
Tras visitar el Teide, Lucas y Antonio suben en una cabina del teleférico, pero no dejan que suban sus yernos y sus hijas, arguyendo que va llena.
Al llegar al autobús, que está a punto de salir, Lucas le pide a Antonio que suba, y que él esperará a su familia, viendo Antonio al subir que el único sitio libre es junto a una mujer, Carmen, en la que se fijó la noche anterior mientras bailaba.
Y cuando parte el autobús, Lucas entrega a los mecánicos un dinero y les indica que necesita media hora, haciendo que se quede parada la cabina.
Lucas coge el coche, aunque para, al ver que hay una persona que sufrió un accidente de moto en carretera, y, cuando se baja para auxiliarla, ve que se trata de un muñeco, viéndose sorprendido por uno de los bailarines y por Clayderman, que lleva un punzón y que le recuerda que la última vez acabaron en la cárcel por su culpa, tras lo que le pinchan las ruedas del coche y le dejan allí, dándole las gracias por haberle quitado a la familia de encima.
Ve que se acerca el autobús y para simular un accidente golpea su cabeza contra el coche y los hace parar, y le dice al conductor, cuando va a auxiliarlo, que su mujer está muy mal y necesita ayuda, aprovechando él para subir al autobús, que conducirá, llevando a los turista a toda velocidad, y amenazando con estrellarlo si le tocan.
Ernesto llama a Fede, que se quedó también en el barco para que pida al capitán que no partan sin ellos, aunque solo consigue hacerse una foto con él.
Entretanto, Leticia es perseguida por Verónica y por Brendon, y viendo que va a la fiesta de solteros, de lo que se felicitan, pues él entrará y la seducirá.
Lucas llega con todos los turistas mareados a tiempo justo para subir.
En la fiesta de solteros, Leticia y Brendon forman pareja para el baile del huevo, en que deben sujetar un huevo con la frente, ganando ellos.
Entretanto, y tras lograr bajar, Ernesto, Mónica y Alicia esperan la llegada de un taxi, llamando el primero a Fede, al que le pide que no deje que Lucas se acerque a Antonio, aunque ve que no está con él, sino con Carmen.
A la hora de la cena se unen a Antonio y Lucas, Fede, Clayderman, Leticia, Brendon, y, más tarde, Clayderman.
Este, que había inyectado algo al huevo poché de Lucas, ve cómo se lo ofrecen a Brendon que tiene que irse antes para actuar.
Luego, entre bambalinas, Clayderman discute con Verónica por competir con él.
Sobre el escenario, Brendon, afectado por el huevo que comió, comienza a soltar gases, haciendo que ría todo el público, debiendo acompañarlo Leticia y Verónica al camarote.
Entretanto Antonio baila con Carmen a la que le cuenta que en realidad es mexicano y siempre quiso volver a su país
Cuando Carmen sube a su habitación, él decide quedarse un rato para pasear por cubierta, donde encuentra de nuevo a Lucas al que le da las gracias por ayudarle a pensar que merecía la pena luchar para tratar de ser feliz, y se dispone a contarle algo más, cuando Fede interrumpe la conversación.
Ese día Leticia debe cuidar a Brendon, que debe permanecer en cama.
Lucas persigue a Verónica haciendo footing con ella, y luego la aborda en el comedor, echándole ella la sopa por la bragueta cuando simulaba que lo iba a besar.
Mientras Leticia continúa su romance, incluso con escena a lo Titanic, Fede aparece siempre ante su suegro, tanto cuando está en el jacuzzi y Clayderman trata de abordarlo, como cuando está con Carmen.
Deciden deshacerse por ello de él, subiéndolo Clayderman y un colaborador a uno de los botes salvavidas, junto con un racimo de bananas, tras lo que lo lanzan al mar.
Lucas reconoce ante Verónica que la usó para despistar a Clayderman, pues es lo único que le pone nervioso y le dice que necesita ese dinero para poder irse juntos, diciéndole ella que si de verdad quiere estar con ella, cuando se bajen en Brasil se van juntos y se olvidan del panadero, algo a lo que Lucas no está dispuesto a renunciar, pues, asegura que una oportunidad así se presenta solo una vez en la vida, preguntándole si la quiere más a ella o al dinero, indicando que a los dos, respondiéndole ella que, entonces gane el mejor, diciéndole él que con Brendon no podrá lograrlo.
Pero Brendon está casándose en ese momento con Leticia en secreto, y no se lo cuenta a su padre hasta después, pidiendo este que le deje hablar con Brendon a solas.
Antonio le dice que no le hace gracia, pues cree que es gay, lo que él niega, por lo que le pregunta qué le atrajo de su hija, diciendo que su locura y su sentido del humor y falta de prejuicios.
Antonio se muestra satisfecho aunque le advierte que ella no tiene ingresos y que no piensa darle nada, pues las parejas deben luchar por las cosas y ganarlas con su esfuerzo, aunque, si tras esa conversación él decide que quiere divorciarse, le entregará un cheque de dos millones de euros.
Leticia, que en ese momento habla con Carmen, le explica que sabe que Brandon es especial sexualmente hablando, pero que le atrae.
Poco después cortan la tarta y él llora, lo que emociona a Leticia, estando Antonio contento, pues el chico no aceptó el dinero que le ofreció.
Pero más tarde Brendon se lamente ante Verónica por no haber aceptado, aunque ella le dice que podrán sacar más dinero, temiendo él qué hará esa noche en la cama.
Antonio acompaña a Carmen a su camarote y la besa antes de despedirse, feliz.
Pero dentro, a ella la espera Clayderman, que le indica que descubrió una carpeta con recortes de periódico y fotografías del panadero y su familia y le dice que debe optar entre trabajar juntos o en que le tire por la borda, y le pide que se lo piense.
Carmen va a ver a Lucas para decirle que la han descubierto.
Camino del camarote, y borrachos, Brendon y Leticia corretean por el pasillo, cada uno con el traje de boda del otro.
Él le cuenta a Verónica a la mañana siguiente que lo único que hicieron fue que le masajeó los pies, indicando que le da pena lo que le están haciendo, pues es una chica estupenda y piensa que les bastaría con los dos millones, llevándose uno cada uno.
Pero Verónica le dice que deben seguir con el plan, diciéndole ella que está actuando como Roberto y Lucas y lo está utilizando a él para ganar y le pregunta qué.
Entretanto Fede navega a la deriva, habiendo comido buena parte de los plátanos, cuando de pronto ve que se le acerca un carguero.
Antonio le dice a Carmen, mientras los observa Roberto al piano, que no ha sido sincero y no le ha contado todo, observando Roberto la cara de sorpresa de ella mientras hablan, viendo cómo tras ello se besan.
Leticia recibe una llamada de Mónica, que le pregunta por Fede, a lo que le responde que lleva un tiempo sin verle, diciéndole ella que está en un carguero ruso.
Debe contarle que pasaron muchas cosas desde que no están, como que su padre se echó una novia y que ella se casó.
Carmen va a ver a Lucas, que no quiere que Clayderman los vea juntos, diciéndole ella que no le importa, pues quiere dejarlo en cuanto lleguen a Recife, pues no quiere hacerle eso a Antonio.
Clayderman sorprende a Verónica recogiendo también sus fotos del camerino, incluida una en que aparece con Lucas y con Roberto juntos y le pregunta si es cierto que se baja del barco, pues estuvo bien con lo de la boda y le pregunta cuánto le ofreció el viejo, asegurando que pueden sacar 10 millones.
Ella, le pide que se baje con ella, pues tendrían un millón y no necesitan más, pues algún día tenían que bajarse del barco, aunque él dice que no pueden desaprovechar que ahora tienen el viento a favor.
Pero ella le dice que se va a bajar porque no quiere seguir pensando como ellos dos, devolviéndole su sortija.
Antonio va a ver a Lucas y le pide una copa y le cuenta que Carmen necesita tiempo para pensar, pensando que lo fastidió todo al contarle la verdad.
Al ir al baño, encuentra un arma que Antonio había dejado allí y sale con ella.
Entretanto, y desde la sala de control, Clayderman lo ve todo gracias a una cámara colocada en la habitación.
Ve cómo Lucas le habla a Antonio del síndrome de Hasen Strauss, una enfermedad muy rara que padece su hija y mientras se la explica comienza a llorar y le dice que hay un tratamiento en un laboratorio suizo, aunque le costaría 300.000 Euros al año.
Antonio le pregunta por la pistola, diciéndole que su hija lo necesita, pues hay gente con mucho dinero que hace apuestas y que puede ganar el dinero para su hija jugando a la ruleta rusa, contándole que lo hizo dos veces y le fue bien y Clara tuvo su tratamiento.
Le muestra las fotos de su hija en el hospital y jugando con ella y llora al verla, decidiendo Antonio tirar el revólver por la borda, diciéndole que no la va a necesitar, pues él solucionará el tema de su hija al día siguiente cuando bajen al puerto.
Cuando sale, Lucas muestra su alegría por haberlo conseguido, mientras que Antonio, borracho, trata de llegar a su camarote, cayéndose frente al de Verónica, que le atiende.
Ya en Recife, Antonio le dice que ha hecho cálculos. Pensó que Clara tiene 7 años y, en caso de que viva 70 más, y a 300.000, le da un total de 21 millones, por lo que irán al banco, e ingresará en su cuenta un cheque que le va a entregar por dicha cantidad, explicándole que ganó un premio de lotería y para él ese dinero no es nada.
Lucas lo rechaza, pero Antonio le dice que lo hace por su hija y por él, pues es lo primero que hace que merece la pena desde que ganó ese dinero, diciéndole Lucas que le está salvando la vida, y Antonio que él está alegrando la suya y se abrazan.
Van buscando un banco, donde pueda cobrar el cheque, planteando Antonio añadir 10 años más por si su hija vive más tiempo, aunque en ese momento son abordados por unos matones que los obligan a subir a una furgoneta.
Le dicen a Lucas que el señor Varela le manda saludos y que está muy enfadado de que no apareciera, pues un contrato es un contrato y al señor Varela no le gusta que le engañen, diciendo Antonio que quiere hablar con el señor Varela.
Los llevan hasta una nave donde se está llevando a cabo una partida de ruleta rusa, viendo cómo un tipo se salta los sesos.
Sientan a Lucas para la siguiente partida y uno de los secuestradores le indica a Antonio que está allí el señor Varela, al que se dirige para preguntarle si es el dueño del contrato de Lucas, para a continuación decirle que quiere comprar su contrato.
El hombre, al que dicta sus respuestas Clayderman, que permanece escondido, le dice que no se trata de dinero, sino de palabra.
Comienza la ronda siguiente y Antonio le ofrece a Varela 21 millones, los del cheque, asegurando que no se trata de ninguna broma y se ofrece a quedarse él como garantía mientras van al banco a cobrarlo.
Varela le dice a Clayderman que está loco, pues 21 millones es mucho dinero.
Cuando el siguiente tipo en participar muere, Antonio le pregunta a Varela cuánto quiere, pidiendo, por orden de Clayderman, 50 millones, que Varela acepta, aunque entonces Antonio le da una bofetada y le dice que se acabó el juego y que le pida al del sonotone que baje y que recojan los juguetes, pisándole la mano al que se suponía había muerto que se queja y se levanta.
Lucas trata de explicarle que eso no ha sido cosa suya, aunque Antonio les revela que Verónica se lo explicó todo la noche anterior, y, aunque no se lo podía creer decidió comprobar hasta dónde podían llegar, felicitándoles por el espectáculo y lamentando que las pistolas no tengan balas de verdad, tras lo que le dice que deben irse, pues no quiere perder el barco.
Camino de este, les pregunta si lo suyo con Carmen fue también cosa de ellos, mirando Clayderman a Lucas, comprendiendo que fue este quien lo hizo.
Ya en el barco, encuentra un sobre en el suelo, que le dejó Carmen.
Roberto y Lucas toman una copa, preguntándole el primero si a él también le propuso Verónica bajar del barco, diciendo este que sí, aunque pensó que no iba en serio.
Antonio se une a ellos en la barra y les muestra la carta que Carmen dejó antes de irse, donde cuenta todo, comentando que también a ella le dio un ataque de honradez.
Antonio les propone entonces que lo secuestren en pago por todo lo que le hicieron, pues tiraron a su yerno por la borda, dejaron en tierra a parte de su familia, casaron a su hija con un gay y consiguieron que perdiera la confianza que tenía en el ser humano, en la amistad y en el amor, preguntándose qué será de su familia cuando él no esté, pues con tipos como ellos estarán perdido, pues el dinero es como una maldición.
Pero ellos creen que, aunque sus hijas pagarían, sus yernos acabarían peleándose con ellas y les destruiría, y, si piden un rescate, sus hijas querrían pagar, pero sus yernos no, y en ese caso se alargaría la situación y tendrían que enviar algún miembro de su cuerpo y además sus yernos preferirían verlo muerto y heredar su dinero.
Se le ocurre entonces a Clayderman una solución.
En Yucatán les esperan Mónica, Alicia, Fede y Ernesto, viendo a Antonio emocionado al volver al lugar donde nació y se crió.
Al ver a una pareja bañándose en un cenote, recuerda a su primer amor, descubriendo una piedra donde escribió su nombre.
Durante la visita, el carro en que van los tres yernos se desvía y los pierden.
Las chicas están muy preocupadas, recibiendo Antonio entonces una llamada en que le dicen que los secuestraron y la dirección de una página de Internet.
Al entrar en ella ven a los tres hombres colgados por los pies, vigilados por un hombre con acento ruso que le pide a Antonio todo el dinero, pues sabe que le tocó la lotería.
Pero Antonio les responde que no admitirá chantajes, algo que sus hijas le reprochan, viendo cómo el ruso llama a un colega, cubierto como él con una máscara, y que aparece con una motosierra, pidiéndoles a los yernos que elijan ellos con quién acabarán primero, y, aunque Fede no quiere votar, acaba votando por Brendon, ya que lleva más tiempo con Ernesto, viendo cómo bajan a Brendon.
Antonio habla con Leticia a escondidas y le explica que se trata de una broma y que Brendon se ofreció voluntario para demostrarle que estaba arrepentido de verdad.
Ernesto y Fede ven cómo se llevan al chico y cómo salta la sangre al cortarle la motosierra, mostrándoles a los otros una de las piernas cortadas.
Le indican tras ello que si no les transfiere el dinero a una cuenta de un banco en Panamá, harán lo mismo con los otros dos, mostrándoles también la mano de Brendon.
Antonio trata de negociar, pero sus hijas le dicen que pague lo que le piden, aunque trata de negociar de nuevo, diciéndoles que les dará la mitad, lo que no aceptan.
Ernesto ruega también que pague, diciéndoles Antonio que en ese caso se quedarán sin nada, aunque ellos prefieren volver a estar como antes.
Ante las reticencias de Antonio, bajan a Ernesto para hacerle lo mismo, redoblando las súplicas de sus hijas, decidiendo Antonio obedecerlas
Mientras sus otras hijas se abrazan, Antonio le cuenta a Leticia que se guardó un poco de dinero para las hipotecas y un poco para ella.
Tras el funeral por Brendon, la familia se despide en el cementerio, ya que Leticia y Antonio decidieron quedarse allí durante un tiempo.
En el cementerio están también Lucas y Roberto de los que también se despide Antonio, que les recuerda la maldición de la lotería.
Cuando se va, Clayderman le cuenta a Lucas que a Antonio le queda como máximo un año de vida y por eso se fue Carmen, cuando se lo contó.
Cuando el resto de la familia se marcha, Leticia va al encuentro de Brendon, que asistió a su funeral escondido y le propone cumplir su sueño de tener una casa en una playa del Caribe e intentar ver cómo les va juntos, lo que él acepta.
Un mes después
Lucas acude, ahora con smoking al teatro donde actúa Verónica, recibiendo una llamada de Clayderman para recordarle que tenían una reunión en Nueva York y que les ofrecen una cuenta offshore con una rentabilidad del 31%, pudiendo llegar a duplicar el capital en cinco años, aunque deben firmar ya, diciéndole Lucas que firme.
Clayderman sale feliz tras hacerlo, habiendo comprado también él una sortija, alabando a América como tierra de las oportunidades a la puerta de la sede de Lehman Brothers.
Carmen da clases de baile como profesora, cuando se presenta Antonio ante ella, bailando felices juntos.
Lucas y Clayderman fueron solo dos de los miles de inversores que perdieron su dinero con la caída, en septiembre de 2008 de Lehman Brothers.