Te cuento la película

Villaviciosa de al Lado
Villaviciosa de al Lado

España (2016) *

Duración: 90 min.

Música: Juanjo Javierre

Fotografía: Isaac Vila

Guion: Oriol Capel, David S. Olivas, Nacho G. Velilla y Antonio Sánchez

Dirección: Nacho García Velilla

Intérpretes: Carmen Machi (Mari), Leo Harlem (Anselmo), Carlos Santos (Ricardo), Arturo Valls (César), Macarena García (Sole), Jon Plazaola (Carlos), Belén Cuesta (Elisa), Boré Buika (Padre Benjamín), Antonio Pagudo (Juan Diego / "Juandi"), Carmen Ruiz (Milagros), Jorge Asín (Paco), Yolanda Ramos (Visi), Salva Reina (Nino), Corina Randazzo (Merche), Julieta Serrano (Petra), Goizalde Núñez (Carmen).

En el balneario de Villaviciosa están a punto de inaugurar la campaña de Navidad cuando la caldera comienza a fallar, reprochando Ricardo, el líder de la oposición a Anselmo, el alcalde que no procediera a la adecuación de las instalaciones, prefiriendo dedicar el presupuesto a hacer rotondas.

El operario que trata de arreglarlo señala que tienen que pedir una pieza a Alemania, decidiendo Anselmo intentar solucionar el problema por las bravas poniendo la maquinaria a máxima potencia, consiguiendo que en la piscina principal un anciano salga despedido por un enorme chorro de agua hasta chocar contra una lámpara para luego volver a caer.

La noticia acaba saliendo en la prensa, siendo objeto de burla incluso en la BBC, por lo que la corporación municipal se plantea qué hacer ante esa situación, y por el posible cierre del balneario, asegurando el Alcalde que mientras el anciano siga vivo no lo cerrarán, aunque justo en ese momento aparece un guardia civil para anunciarles que el anciano ha muerto.

Se preguntan qué harán ahora, ya que medio pueblo trabaja en el balneario y la otra mitad de lo que dejan sus clientes, sugiriendo el guardia pedirle ayuda a Benito, el presidente de la Diputación, ya que su hija va a casarse con el hijo de Anselmo.

Mientras discuten, Nino, el tonto del pueblo anuncia que ha salido el gordo de la lotería, escuchando que ha tocado, entre otros sitios, en Villaviciosa de al Lado.

Todos empiezan a saltar de alegría esperando que les haya tocado, hasta que uno de los vecinos saca el décimo premiado, el 22462, que ve corresponde a un boleto del club del pueblo, "Momentos", por lo que todos se desinflan.

Por el contrario, frente al club las chicas brindan frente a las cámaras de televisión, señalando la dueña del mismo que es el número al que jugaba siempre su padre, su fecha de nacimiento, señalando que es un local muy concurrido y que los clientes son muy cariñosos y si lo son tanto con sus mujeres como con ellas, las tendrán encantadas.

Pero no es así, en la mayoría de las casas se instala un silencio tenso mientras Mari, la dueña del club asegura que en el pueblo muy pocas casas se quedarán sin su pellizco.

Mientras la escucha, Milagros, la mujer del alcalde parece echar más humo que su plancha, mientras que Ricardo, el concejal de Podemos se atraganta y la mujer de Paco, el del bar parte en dos con un enorme cuchillo una zanahoria, pese a que Mari asegura que ellas estarán calladas "como putas", pues tienen secreto de confesión como los curas, mirando justo en ese momento el padre Benjamín, el párroco negro, su boleto.

Algunas de las mujeres acuden a la clase de zumba que da Merche la hija de Benito, aunque no están muy concentradas, sacando finalmente Milagros el tema de la lotería, aunque todas creen que sus maridos no van a buscar fuera lo que tienen ya en casa, asegurando Elisa, la mujer de Ricardo que su marido tiene principios y no se rebajaría a pagar por sexo, porque además ellos son de Madrid y están acostumbrados a otro ambiente sin doble moral, riéndose los demás de la neorural.

En el bar, Anselmo dice que no sabe ya qué cara poner para disimular ante su mujer, sin darse cuenta de que está allí Carlos, su hijo que le pregunta si va de putas, lo que Anselmo niega ante la risa de todos, debiendo finalmente reconocer que lleva con su madre 30 años de misionero y él no es Vicente Ferrer.

Carlos prefiere no seguir con esos temas y se va para pegar los carteles del cineclub, llegando cuando él se marcha el padre Benjamín, que les hace ver que tiene su mismo problema, pues tiene un boleto, aunque asegura es el regalo de una de las chicas que fue a confesarse.

Descubren que Ricardo también estuvo allí, aunque se excusa diciendo que estuvo para celebrar con sus compañeros el aniversario del 15-N.

Anselmo aventura que tal vez cuando sus mujeres se enteren de cuánto les ha tocado les perdonarán.

Pero su mujer asegura, mientras juega con las demás a los bolos que ni por todo el oro del mundo le perdonaría, aunque cuando Petra, la madre de Juandi, el mariquita dice que le han tocado 85.000 Euros a su hijo, ya sus convicciones no son tan firmes.

Todos sueñan con lo que harían con ese dinero.

Paco desea comprar una furgoneta nueva, Ricardo poner placas solares, el cura liquidaría el crédito que pidió para restaurar la talla de la Virgen, Carmen, la mujer de Paco, irse a un crucero, Nino se pagaría una película porno con él de protagonista, y Anselmo se compraría una ganadería.

Pero una semana después, ninguno ha cobrado su premio, asegurando Paco que él se lo va a contar a su mujer, pues solo fue al club a comprar tabaco, aunque nadie lo cree, ni siquiera su mujer, que tras llamarlo putero le tira todas sus cosas por el balcón a la vista de todo el pueblo, lo que dos jubilados, Augusto y Aurelio agradecen, pues rompe la monotonía.

Carlos lo prepara todo para su sesión de cineclub, donde exhibirán "Sucedió una noche", aunque como siempre, está él solo, aunque se pone muy contento al ver que llega Merche, aunque tampoco se quedará, pues tiene que irse a hacer su blog.

Y justo en ese momento aparece una muchacha, Sole, con su maleta que parece perdida y a la que le entusiasma ver la sala de cine, asegurándole además que le encantan las películas en blanco y negro, pues son las que veía con su madre, estando encantada de tener un cine para ellos solos.

Unos días más tarde todos salen a la plaza del pueblo para recibir al Nuevo Año.

Milagros parece más tranquila, pues a pesar del tiempo transcurrido no tuvo ningún ingreso, diciéndoles Petra que el boleto debe cobrarse en el club, ante lo que la mujer de Anselmo propone vigilar el club para ver quién son los puteros.

Por su parte el Anselmo les dice a los hombres que basta con esperar a que se calme la tempestad para ir a cobrar, pues quedan casi tres meses, aunque Juandi, que escuchó a las mujeres su plan de vigilar el club les amarga las uvas.

Unos días más tarde Mari, habla mentalmente en el cementerio con su padre mientras le limpia la tumba, contándole la tensión que se vivó esa noche en la plaza.

Le cuenta también que van a cerrar el balneario por el que tanto luchó él, consiguiendo que Franco lo reabriera, pese a lo cual nadie se lo agradeció por culpa de ella.

Dos semanas más tarde los hombres se reúnen a escondidas en la sauna del balneario temiendo que van a pasar de ser casi millonarios a tener que pedir por la calle.

Ricardo propone enviar a alguien que no levante sospechas y acostumbrado a lidiar con el pecado, aunque el cura se niega, no queriendo ir tampoco Anselmo que teme perder votantes, ni Ricardo, que teme por su prestigio, ni siquiera Paco, que quiere volver con su mujer, ni Juandi, que no quiere perder el favor de las mujeres del pueblo, por lo que deciden enviar al único candidato que no tendría nada que perder, Nino.

En el puticlub Mari se queja porque las mujeres del pueblo con su vigilancia le espantan la clientela, mientras que Sole, la chica nueva, es instruida por las más antiguas.

Mari le pregunta por qué quiere dedicarse a eso al ver que no tiene pinta de prostituta, señalando que su madre está a punto de perder su piso, decidiendo Mari que empiece poniendo copas y ya otro día hará de prostituta.

Justo en ese momento aparece una de las más antiguas con una de las papeletas que ha ido a cobrar un cliente, observando Mari que esa papeleta es ilegal, pues había una errata y las debían haber anulado y si las vendieron cometieron una ilegalidad, pues supone que han vendido más papeletas de las que habían comprado.

Y justo cuando acaban de descubrirlo aparece Nino con las papeletas de medio pueblo.

Anselmo, el cura, Ricardo y los demás brindan por la feliz idea, aunque Paco no cree que sea tan buena idea haber enviado a Nino, con lo salido que está.

En el club, dos mujeres se disputan sus favores, aunque él dice que tiene prisa. Hasta que aparece Jezabel, la cubana y le dice que tiene 40 movimientos de cadera.

Cuando finalmente llega Nino al bar tres horas más tarde, ven que ha vuelto con las papeletas.

Sole habla con su madre y le dice que les echa de menos y no cree que lo de ser "camarera" sea lo suyo, por lo que piensa en volver, hasta que su madre le dice que le ha llegado otro aviso de desahucio.

Comprende que deberá seguir así mucho tiempo y lanza por ello con rabia su móvil, dándole sin querer con él en la cabeza a Carlos que al ver que le ha hecho sangre se desmaya.

Sole lo ayuda a curarse y se excusa diciéndole que tiene mucha presión y preguntándole si nunca ha sentido que estaba en el lugar equivocado, observando que ambos esperan otras cosas de la vida pero no pueden acceder debido a sus problemas respectivos, el no tener a nadie, él, y el carecer de dinero ella.

Sienten por un momento que han encontrado a su alma gemela y están a punto de besarse cuando les interrumpe Nino, que llega con su moto proclamando que se ha enamorado de Jezabel, la prostituta cubana, diciéndole Carlos que las prostitutas te quieren solo durante la hora que les pagas, diciéndole Nino que con él lo hizo gratis, diciéndole Carlos que esas chicas ni sienten ni padecen.

Al escucharlo Sole se enfada y le dice que aunque sean putas también tienen sentimientos, tras lo que se marcha enfadada, no entendiendo Carlos qué ha dicho para ofenderla.

Mari vuelve a la tumba de su padre al que le cuenta que vendieron papeletas de más, pero por error, y teme que vayan a detenerla, apareciendo en ese momento el guardia civil a llevar flores a su madre, diciéndole Mari que ahora le puede contar a su padre todo lo que no le dijo en vida, ya que se marchó con 17 años y embarazada y gritándole que nunca volvería y cuando volvió fue para enterrarlo, y el hombre pasó por su culpa de ser el Alcalde a ser el padre de la guarra, diciéndole el sargento que hay muchos hipócritas, pero que no debe torturarse, pues ella no ha cometido ningún delito, poniéndose nerviosa ella al escucharlo, por el tema de las papeletas.

Los hombres se reúnen en el confesionario para hablar y evitar que los vigilen sus mujeres, pues no saben qué hacer, y además les llega la noticia de que si no se invierten 3 millones en el balneario cerrará.

Y mientras están hablando aparece una mujer a confesarse, Mari, que habla de la lotería, diciéndole el sacerdote que lo que tiene que hacer es pagar y que los hombres se apañen con sus mujeres. Le dice que meta el dinero en unos sobrecitos, que lo lleve allí y él lo repartirá, aunque ella le confiesa entonces que ha vendido papeletas de más.

Al escucharla, los hombres se indignan tanto que acaban volcando el confesionario descubriéndose.

Mari trata de explicarles que todo fue un error y propone repartir, pero tocando a menos, lo que a Ricardo le parece bien con tal de cobrar, pero no a Anselmo que le dice que el que vendiera papeletas de más no es su problema y que deberá explicárselo al juez.

Ella queda compungida, aunque antes de irse les dice que lo acata, pero que espera que cuando lleguen las citaciones a casa no las cojan sus mujeres.

En el club, Sole recibe la visita de Juandi, poniéndose muy nerviosa, pues ella carece de experiencia y Juandi se limita a mirarla, lo que ella le comenta le parece muy raro, explicándole él que va allí porque lo lleva su madre, preguntándole si es un "boyer", diciéndole él que lo lleva a su madre porque prefiere pensar que su hijo es un putero que un sarasa, y no quiere desilusionarla y decirle que lleva 15 años subiendo al monte para estar con el pastor del pueblo de al lado.

Ella le cuenta que también su madre se cree que trabaja como camarera y encima se ha enamorado de un chico de familia bien.

Por su parte Carlos se ve acosado por Merche, que le envía fotos con el vestido de novia, y él no parece muy seguro de querer casarse con ella.

Pero hablando con Nino se le abren los ojos. Nino habla de su moto, que está deseando cambiar, pues ya está mal y señala que la vida son dos días.

Y él piensa también en esas palabras, por lo que le dice a Merche que va a hablar con ella, tomándose ella sus palabras en un sentido contrario al que él pensaba, y al escuchar que quiere hablar con ella piensa que va a ir a declararse y corre a decírselo a su padre.

Carlos va feliz en la moto con Nino cantando "Libre" de Nino Bravo.

Y cuando llega feliz a casa de su novia se encuentra con todo un comité de recepción con Merche, los padres de ella y los suyos, lanzándose Merche a sus brazos en cuanto abre diciéndole "Sí quiero", mientras su padre va a por el cava, y él se pregunta qué es lo que quiere, viéndose de pronto brindando.

Milagros, va al día siguiente con sus amigas a la plaza, donde ven a Mari comprando flores para su padre, diciéndole a esta que su padre no la perdonará por llevarle flores y diciéndole que menos mal que su hijo no nació para ver en qué se convirtió, lo que hace que Mari se lance contra ella enzarzándose en una pelea.

Elisa propone dejar ya esa vida en la que se han metido y volver a vivir como antes de la lluvia de millones, apuntando la madre de Juandi que parece que prefieren cargarse su matrimonio con tal de comprobar que llevan razón, señalando la mujer de Anselmo que al fin y al cabo son sus maridos y no unos delincuentes.

Pero justo en ese momento su marido está proponiendo a los demás robarle a Mari el dinero de la lotería, valiéndose para ello de su hijo, que como cerrajero podrá abrir su caja fuerte.

Carlos se niega, pero su padre le dice que si vive con la cabeza llena de miedos no le queda espacio para ningún sueño, y podrá además coger 40.000 Euros, empezando este de pronto a plantearse que con ese dinero podría empezar una nueva vida.

Todo parece encajar, aunque César, el frutero teme que les pille Mari y les dispare, aunque le dicen que lograrán separarla de su caja fuerte haciendo que pueda cumplir el sueño de cualquier mujer.

El cura señala que no está dispuesto. Que si quiere fornicar con un negro que se busque a otro, debiendo aclararle Anselmo que el sueño de cualquiera es presidir la procesión de la Virgen, lo que en efecto, entusiasma a Mari, pues piensa que su padre estaría muy orgulloso de ello.

El día de Viernes Santo los hombres, reunidos bajo el paso de la Virgen como costaleros ultiman los detalles de su robo.

A media procesión deben ser sustituidos por Juandi y sus primos bajo el paso, pero solo llega él, pues sus padres discutieron con la familia y sus primos se fueron.

Por ello no dudan en aceptar la oferta de Nino cuando les pide que le dejen cargar con la Virgen para demostrarle a Jezabel su fuerza, aunque todos se arrepienten cuando empieza a soltar gases, habiendo además cogido a un niño que en vez de levantar el paso va colgado haciendo que pese más.

Carlos consigue entretanto abrir la caja fuerte, aunque cuando están contemplando los billetes son sorprendidos por Sole, sorprendiéndose también Carlos al verla allí.

Entretanto en la procesión el paso se mueve sin coordinación, moviéndose demasiado, pues no pueden casi con él, y cuando Paco ve las piernas de su mujer con otro hombre, sale haciendo que la Virgen se mueva mucho más.

En Momentos Carlos trata de decir que no están robando y le echa en cara a ella que se gane el dinero allí, diciendo ella que trabaja allí para ayudar a su madre y sin robar a nadie y no como él.

Carlos le dice que si estaba haciendo eso era para que los dos puedan iniciar una nueva vida, recordándole su padre que se va a casar, sorprendiendo de nuevo a Soli, diciendo que lo va a hacer, pero solo para que no cierren el balneario, pues Merche es la hija del presidente de la Diputación, aunque luego trata de ponerse digno diciéndole que ya sabe ella lo que es venderse por dinero, recibiendo por ello un bofetón.

Paco le echa en cara a su mujer que esté con otro, diciéndole ella que es lo mismo que hizo él y ella no lo hace por dinero, y al ver que su acompañante se ríe le da un puñetazo lanzándolo contra el paso de la Virgen, que si ya se tambaleaba, ahora no puede evitar venirse abajo, quedando destrozada la talla policromada.

Las mujeres corren para ver si sus maridos están bien, descubriendo que no se encontraban trabajando como costaleros como creían.

Cuando estos salen cargados con una bolsa con el dinero, felices, ven que les están esperando fuera la guardia civil y el resto del pueblo, incluidas sus mujeres.

Todos los implicados acaban en el calabozo y lamentando lo que les espera fuera, aunque les dejan en libertad debido a que Mari no les denuncia.

Esta llora ante la tumba de su padre lamentando que el querer volver a su casa haya sido para que la traten así, cuando volver era lo único que deseaba tras perder a su hijo, porque le debía además a él reconciliarse con su pueblo.

Tras el robo todo ha cambiado. Anselmo vive en el Ayuntamiento, Ricardo debe dejar la casa rural que regenta, Sole pasa ante el cineclub, donde Carlos, siempre solo vuelve a ver "Sucedió una noche", el sacerdote trata de reparar la Virgen con pegamento y Mari pone un cartel de traspaso en el club.

El domingo de Resurrección en el pueblo se celebra su feria y el Alcalde trata de insuflar optimismo pese al mal momento que vive el pueblo, aunque al final del discurso reconoce que se está engañando y que están en una situación horrible.

Mientras la gente empieza a bailar, la madre de Juandi anima a este a que vaya al club y se acueste con varias mujeres, diciéndole este que es gay y que no había ido al club hasta que a ella le dio por decir que le había tocado la lotería, sorprendiéndose al ver que ella le dice que ya era hora de que saliera del armario y le abriera su corazón, diciéndole que aunque sea el gay del pueblo ella estará con la cabeza bien alta, preguntándole si eso será lo del "orgullo gay".

Carlos se plantea tratar de reconquistar a Merche, aunque su padre trata de quitarle la idea, diciéndole que es mejor que siga a su corazón y regrese con Sole, aunque él no parece convencido de que sea correcto enamorarse de una prostituta, diciéndole su padre que no es el único y que no debe cometer el mismo error que tuvo él, revelándole que esa es la razón por la que su madre odia a Mari.

Llega entonces Nino llorando y diciendo que se ha ido su negrita por culpa de ellos tras cerrar el club, por lo que Carlos sube con él a la moto y le pide que le lleve al tren.

Mari pasa con su maleta delante de las mujeres del pueblo hacia el autobús, recordándole Carmen que perdió a su marido por su culpa, diciéndole Mari que Paco solo fue una vez al club y para comprar tabaco, y le dice que a veces es más fácil buscar problemas fuera que tratar de solucionarlos, saliendo entonces Milagros diciendo que le va a dar la que le ha tenido guardada durante 30 años, lanzándose contra ella, debiendo salir los maridos a separarlas.

Mientras la ven alejarse Elisa lamenta que se lleve ella el dinero, pues con él, dice, se le haría más llevadera la cornamenta, aunque Ricardo les dice que el plazo para el cobro terminó el día anterior y ese dinero ya no les pertenece.

Pero los dos jubilados le desmienten, pues como el plazo para cobrar comienza el día posterior al sorteo, todavía les queda ese día.

El sargento les pregunta si les merece la pena perder la dignidad por el dinero. Se lo piensan unos segundos, pero después salen corriendo tras Mari, que al verlas, en vez de al autobús se sube a uno de los tractores que están preparados para la carrera, viendo cómo la siguen a bordo de otros dos tractores Anselmo, Ricardo y sus mujeres, pidiéndole Ricardo que salte sobre Mari, aunque a él le da miedo jugarse la vida, diciendo ella que jugarse la vida ha sido para ella irse a un pueblo donde todos lo odian, asegurando odiar el aire puro y sus lechugas ecológicas y quiere ese dinero para irse de allí y perderlo de vista, debiendo saltar pese a su miedo, aunque al hacerlo Mari da un volantazo y Ricardo estrella su cara contra la plasta de una vaca.

Carlos y Nino tratan de llamar sin éxito la atención de Sole y como no lo consiguen decide también saltar al tren, haciéndolo justo antes de que se empotren contra una valla, logrando entrar en el tren antes de chocar contra un poste.

Una vez dentro va hasta el asiento de Sole que lloraba mientras escuchaba música con sus cascos, y aunque le pide que hable con él ella le pide que vaya con su novia, decidiendo Carlos tirar del freno de mano haciendo parar al tren.

Mari se dirige en ese momento hacia la vía y consigue atravesarla justo antes de ser arrollada, dejando al otro lado al alcalde y a su mujer, que al parar el tren no pueden seguir tras ella.

Dentro, Carlos le dice a Sole que se merecen un final de película romántica y la gente les aplaude cuando se besan, hasta que aparece el revisor del tren, que les dice que ahora tendrán que hacer otra declaración, pero ante la guardia civil.

Mientras Anselmo se pregunta por qué ha parado allí el tren, ve cómo sale Carlos, presumiendo de haberlo parado él.

Sin el balneario, que va deteriorándose por falta de uso, el pueblo se viene abajo. Algunos vecinos abandonan el pueblo y César decide traspasar su frutería.

Llegan las grúas para derribar el balneario, aunque cuando la bola de la grúa va a dar el primer golpe aparece un coche contra el que impacta esta.

En el coche llega Carlos, que les anuncia que ha llegado un burofax en que señalan que alguien ha comprado el balneario y no es preciso derruirlo.

Un año después una banda de música recorre el pueblo hacia el balneario, que va a inaugurarse, especulando todos los vecinos con quién se esconde tras el misterioso inversor al que se preparan para recibir.

Milagros incluso ha llevado su currículum, pues ahora que es una mujer libre puede volver a trabajar.

Y de pronto, y cuando se abre el coche, ven todos con asombro que quien sale es Nino, aunque tras él sale, esta vez sí, el misterioso inversor, que no es otro que Mari, que sale triunfante y feliz, preguntándose todos por qué lo haría.

Se lo cuenta a su padre al que vuelve a llevarle flores y al que le dice que lo hace por él y porque quiere hacer borrón y cuenta nueva, poniendo una placa en el balneario en su memoria.

Tras todos estos acontecimientos, Ricardo le ruega a su mujer que no lo abandone, pues ella se dispone a regresar a Madrid.

Anselmo es investigado por el sobrecoste de la rotonda con su estatua, aunque el presidente de su partido le apoya con un SMS pidiéndole que sea fuerte.

Ricardo fue cesado por pagar en Momentos con la tarjeta del partido.

Carlos y Sole están felices, pues van a tener un hijo y además él consiguió llevar a Villaviciosa el rodaje de Juego de Tronos.

En la iglesia, el padre Benjamín dice ante la televisión que contrataron a los mejores restauradores para la talla de la Virgen, que él pegó con Loctite y que empieza a despegarse ante las cámaras.

Su restauración recibe cientos de visitantes, convirtiéndose en el nuevo "Ecce homo".

Mari y sus chicas siguen dedicándose al relax, trabajando en el balneario. Su popularidad hizo que se rumoreara que ella y sus chicas podrían ser las burbujas de una conocida marca de cava.

Los jubilados, cronistas del pueblo lamentan que se acabara una de las tradiciones, del pueblo la casa de lenocinio, recordando que Alfonso XII cuando iba allí no lo hacía solo por las aguas.

Calificación: 2