
Valle de sombras
España (2023) *
Duración: 120 min.
Música: Roque Baños
Fotografía: Álex Catalán
Guion: Alejandro Hernández
Dirección: Salvador Calvo
Intérpretes: Miguel Herrán (Enrique Bermejo / "Quique"), Susana Abaitua (Clara), Iván Renedo (Lucas), Alexandra Masangkay (Prana), Stanzin Gombo (Hari), Morup Namgyal (Thata), Sonam Angchok (Lobzang).
Entre 1996 y 1998 una docena de turistas desaparecieron en el valle de Kullu, en el Himalaya indio, por lo que debe evitarse hacer trekking en solitario o aceptar bebidas de habitantes locales y estar alerta con los Sadhus,
Leh. Norte de la India. Enero de 1999
Un joven camina cargado con su mochila y entra en la comisaría.
En la entrada observa un tablón de anuncios con decenas de carteles de desaparecidos.
Dentro dice que es Enrique Bermejo y que ha ido para denunciar un crimen.
Cuatro meses antes
Quique, su novia Clara y Lucas, el hijo de ambos, despiertan en su tienda de campaña cerca de Manikaran, en la zona de Kulanthapitha, "el fin del mundo habitado" y se fotografían frente al impresionante paisaje.
Clara le dice que cree que con dos días en Manikaran será suficiente y volverán luego a Delhi para coger allí un vuelo a Goa, pues a ella le apetece la playa y hacer surf y Quique le dice que eso es lo que hacen siempre y que Lucas está feliz allí, pues es un viaje espiritual y las aguas termales de Manikaran serán muy buenas.
Ella protesta, pues no desea que la traten como una enferma y él le dice que se siente enferma por los 8 meses que llevan sin acostarse.
Se cruzan con un santón y con varios lugareños cargados que no responden a su saludo y observan las enormes plantas de marihuana.
Llegan a Manikaran, donde el río baja con gran fuerza, y el niño hace fotos de todo.
Allí se hospedan en un hostal, donde deben compartir habitación con otra pareja y donde no hay duchas, aunque tienen los baños frente al hotel.
Lucas dice que debe quedarse en el Himalaya, pues le encanta estar allí.
Mientras se baña en el de mujeres, Clara muestra su pecho amputado y se fija en carteles de desaparecidos.
Sus compañeros de habitación son Andrea y Ori, que les muestran Malana Cream, una droga que compran por 10 dólares y la venden en Tel Aviv por 1.500.
Clara les pregunta si saben algo de las personas desaparecidas, diciendo ellos que la gente desaparece porque quiere, porque no quieren volver, porque es el paraíso y les dicen que deben ir a Manali, pues todas las rutas empiezan allí y es la mejor manera de conocer el auténtico Himalaya y está a solo 6 horas andando.
Lucas dice que le gustaría ir, pese a que Clara le dice que quizá en otra ocasión.
Esa noche acuden a una rave muy concurrida y sus compañeros de cuarto les dan para probar la Malana Cream, mientras Lucas baila con ellos.
Después de fumar y bailar, Clara y Quique se besan y se van juntos a la pensión, donde hacen el amor y luego él trata de convencerla de ir a Manali, pues llegarán en un día y luego se irían a Delhi y así podrían ver el auténtico Himalaya y le dice que debe pensar que tres meses antes estaba en una cama de hospital y al día siguiente puede estar sentada en el techo del mundo.
Inician el camino al día siguiente, aunque ella ve con escepticismo que lleguen en 6 horas, diciendo él que tienen ocho horas de luz.
Pero ven que anochece y hace frío, por lo que Clara propone regresar a Manikaran, pues cree que si siguen hacia el norte hará más frío, proponiendo Quique intentarlo, pues dice que llegarán en media hora, pues están a solo dos kilómetros.
Pero estalla una tormenta y comienza a llover con fuerza, por lo que, al ver una casa, se dirigen a ella y él sube por una escalera de mano, viendo que es una casa habitada, aunque la mujer que vive allí y a la que le pide ayuda, indicando que puede darle dinero, lo ignora, por lo que deberán pasar la noche en una tienda de campaña.
Allí mira las fotos que fue sacando Lucas con su Polaroid.
Por la noche, Quique se despierta al escuchar unos ladridos y escucha susurros fuera de la tienda, ve una luz y escucha pasos y ve cómo un palo se alza y comienzan a golpear la tienda, despertando a Clara y a Lucas.
Tratan de proteger al niño mientras los golpes continúan, y abren luego la tienda y tiran del niño, y al intentar, retenerlo, Quique recibe un golpe en la cabeza.
Escucha los gritos de su mujer y de su hijo fuera mientras se queda medio inconsciente.
Abre los ojos, pero se queda paralizado mientras escucha a Clara gritando que es solo un niño y sigue oyendo los golpes y los gritos de su mujer y de su hijo, aunque tras un golpe deja de escucharlos.
Él cierra los ojos mientras lo sacan de la tienda y lo lanzan al vacío, tras ello hacen lo mismo con su mujer y su hijo.
Despierta a la mañana siguiente con el cuerpo dolorido por los golpes y ve, tras escalar, desde arriba, los cadáveres de su mujer y de su hijo y grita con rabia.
Se cubre para evitar el frío con los restos de la tienda y encuentra las fotografías de su hijo antes de perder el sentido.
Se despierta por el ruido de unos cencerros y pide ayuda, viendo que se acerca un lugareño con unos yaks cargados y le pide ayuda.
Se despierta escuchando a unos lugareños que cantan, y que le rodean.
Un niño le sirve una bebida y le pone una cesta donde hay dinero, indicándole una mujer con la cabeza rapada y un ojo con un parche, que habla español, que debe poner dinero, aunque le dice que no tiene nada.
Le explican que está en Ki Gompa y le interroga el rey de la aldea, Gyalpo, que le pregunta si es traficante. Les dice que iba con su novia y con su hijo como turistas y que debe hablar con la policía, pues los mataron.
Le explican que no puede salir de allí hasta el invierno, pues el río es la única salida y deben esperar a que hiele y faltan tres meses para ello.
Le explican que Thata, el hombre que lo llevó rompió la ley y debe someterse al consejo para decidir si lo envían a él a la ermita, que está a dos días en la montaña y debe quedarse entretanto con Thata, como castigo a este, hasta que el consejo decida.
Tiene la ventaja de que el hijo de Thata, Hari, habla un poco de inglés que le enseñó ella, que le explica que vive en lo alto de una montaña.
Har parece contento, pero su hermano Sonam se muestra hostil hacia él.
Le dice a Thata que le agradece que le salvara la vida, pero que no puede quedarse allí hasta el invierno.
Por las noches tiene pesadillas con lo ocurrido.
Le dan ropa para que pueda cambiarse y los ayuda a cargar agua y boñigas de yak para el fuego.
Ve a una joven, Shanti, que, al igual que a Sonam no le gusta que viva con ellos, explicándole Hari que es la novia de su hermano.
Ve a un hombre que lleve el abrigo de Clara y le pregunta de dónde lo sacó y lo llama asesino y se pelean.
Va a ver a Prana y le muestra una foto de Clara con el abrigo que llevaba el hombre con el que se peleó, aunque ella le dice que quien la llevaba, Lobzang, el curandero, nunca sale de la aldea y que la llevó Thata, que trae ropa de lejos, pues es el único que entra y sale fuera del invierno.
Le cuentan luego que Thata compró el abrigo en Hampta Pass a un vendedor ambulante que paró a tomar un té.
Le advierten que es un invitado y no puede amenazar a nadie y podrá hablar cuando lo llame el consejo, antes del invierno, pese a que él asegura que no puede esperar sin hacer nada hasta el invierno, pues desea encontrar al vendedor y denunciarlo y pide ayuda a Thata para que le saque por la montaña.
Este le dice que el hombre que le vendió el abrigo era de Leh, pero que tenga paciencia.
Hari le cuenta que si Sonam se casa con Shanti, él también se casará con ella, pues el primogénito se queda la tierra y elige la mujer, y si a él no le gusta, debe hacerse monje.
Ve a algunos hombres que buscan bajo tierra gusanos, pero le obligan a marcharse lanzándole piedras.
Ve luego a un grupo de cuervos sobrevolando, y observa cómo Lobzang carga con un cadáver que despedaza con un hacha para atraer a los cuervos.
Prana le explica que a esas alturas la tierra está congelada y no pueden cavar tumbas, sugiriendo él incinerarlos, haciéndole ver ella que no hay árboles.
Le dice que Lobzang conecta con los espíritus, aunque probablemente sea por el alcohol que bebe, para poder realizar esa tarea tan desagradable.
Pregunta por los que le apedrearon, diciéndole Prana que el pueblo vive de esas orugas que les pagan muy bien, porque dicen que es mejor que ginseng.
Él le cuenta que Clara tuvo cáncer y lo pasó mal y quería surf y playa y él la convenció para ir allí y cuando quiso ir a Delhi la hizo cambiar de opinión.
Prana le dice que ya no puede cambiarlo, aunque él dice que no puede olvidarlo y además los padres de ella llevan un mes sin saber que su hija y su nieto están muertos.
Coge el mapa que había en casa de Thata y se dispone a partir sin que le vean.
Inicia su camino siguiendo el riachuelo y trepando luego por la montaña, pero Hari, que lo oyó le grita advirtiéndole que no es ese el camino y que si sigue morirá y que él puede mostrarle el camino secreto.
Le dice que debe estar fuerte para luchar contra las montañas, lo que requiere tiempo, práctica y trabajo duro.
Le dice que quiere ser como su padre, al que todos respetan porque lleva a los niños sanos y salvos a Leh en invierno. Niños elegidos para estudiar en la ciudad donde se quedan durante 5 o 10 años y casi ninguno regresa, pues allí no hay futuro, aunque él regresó, pues quiere relevar a su padre, ya mayor y que ese año hará su primer viaje.
Estudian bien el camino y los tramos más duros, aunque luego Thata asegura que Hari no conoce el camino secreto, que mintió.
Habla con Prana y le confiesa que simuló estar muerto mientras los hombres que los atacaron apaleaban a su novia y a su hijo hasta matarlos.
Ella le pregunta qué podría haber hecho, aunque él dice que ni siquiera lo intentó.
Prana le cuenta entonces su historia, la de una chica de Ki Gompa que salió a conocer el mundo. Que fue a Delhi, Bangkok, México o Buenos Aires, buscando otra vida y un día despertó en una casa llena de hombres que no conocía, desorientada y cuando intentó marcharse un hombre se lo impidió con un punzón, que le produjo la pérdida de su ojo, pero no se quedó llorando. Lo empujó por las escaleras y él no volvió a andar.
Acabó pasando cuatro años en una cárcel de Honduras hasta que ordenaron su expulsión y regresó porque ese no era su sitio. Ninguno lo es, dice.
Se celebra el consejo en que interrogan a Thata, a Lobzang y a él, que les da las gracias, pues salvó su vida gracias a Thata y a ellos y les cuenta que no fueron a la India a buscar problemas, sino para unirse, pues no iban a buscar drogas.
Que ellos saben lidiar con el dolor, pero que el suyo necesita justicia.
Finalmente el consejo decide no expulsarlo y que Lobzang entregue su abrigo para quemarlo, aunque él dice que no puede hacerlo, pues es la única prueba que tiene.
Lobzang, que también habla un poco de inglés, se lo entrega, en efecto y comparte bebida con él y le cuenta que no sintió ningún espíritu con el abrigo.
Borracho, va hasta la cueva donde vive Prana, llevando el abrigo de Clara y le dice que no va a quemarlo. Y que no merece que se vaya su dolor, que eso sería lo cobarde y merece las pesadillas y el insomnio, que son su castigo, diciéndole ella que sí, por sobrevivir.
Le dice a Prana que vaya con él a Leh, que no necesita esconderse del mundo.
Ella llora y él le quita el parche que cubre su ojo y se lo besa y le pide que se acueste junto a él, que no le hará nada, asegurando ella que no podría aunque quisiera.
Se acuesta, en efecto junto a él y le pregunta qué les dirá a los padres de Clara, diciendo él que será muy difícil de explicar.
Cuando despiertan ven que ha empezado a nevar y se abrazan sonriendo.
Se despide de Prana con un abrazo.
Luego, los padres se despiden de los tres niños, dispuestos a viajar a Leh.
Él se despide de Lobzang y del jefe y Thata le dice que le deja en buenas manos, las de su hijo, asegurándole Quique que le estará agradecido toda la vida.
Thata le entrega un papel con un dibujo del hombre que le vendió el abrigo. Un esbozo de un hombre con barba y con un lunar.
Inician el camino, Hari, Quique y tres niños a través de la nieve, ventiscas y tormentas.
Deben pasar la noche en una cueva, pero él, ya cansado, y al no encontrarla dice que deben descansar ya y encender un fuego y juntarse, aunque Hari le dice que no basta con el fuego, pues están a 40 grados bajo cero, por lo que siguen hasta encontrar finalmente la cueva.
Sentados en torno al fuego, cuentan historias terroríficas, que Hari dice, es una tradición.
Continúan el camino por la mañana, temiendo que aparezca un leopardo hasta llegar al río, helado y caminan por él, cantando los niños, alegres.
De pronto ve que hay un alud y deben salir corriendo, cogiendo Quique al más pequeño, que se había quedado rezagado y se refugian entre las rocas, asustados.
Llegada la noche paran en otra cueva.
El camino se endurece y las condiciones en algunos momentos son fatales.
Llegan a un tramo donde el río baja con fuerza y caminan por la orilla helada, aunque llegan a un punto donde apenas queda camino, por lo que deben colocar una cuerda y Hari avanza primero agarrado a la roca, aunque a veces se resbala en el pequeño resquicio de hielo que queda para pasar, aunque logra atravesar el tramo y ata la cuerda por la que avanzan, agarrados los otros niños.
Zhala, la primera logra pasar sin problemas, pero Pamu, el segundo, parece más asustado, y aunque le pide que no mire al agua, acaba cayendo, por lo que Quique, tras una pequeña vacilación se lanza al agua, y consigue encontrarlo y sacarlo
Pese a lo duro del momento los niños cantan luego en la hoguera.
Leh. Norte de la India. Enero de 1999
Llegan a la ciudad y llevan a los niños a la escuela y los abraza y besa antes de dejarlos
Hari le desea suerte en su regreso a España y se abrazan emocionados.
Va tras ello a la zona de tiendas y se fija en los comerciantes, tratando de encontrar a alguno que se parezca al hombre que esbozó Thata.
Va luego a comisaría, donde presenta la denuncia y donde le preguntan por los detalles que recuerda.
Luego, a la salida, al pasar junto a una fogata, lanza finalmente el abrigo de Clara, que arde, tal como le dijeron que hiciera.
Parte luego en autobús.
Llega finalmente a España y va a visitar a los padres de Clara en Las Palmas de Gran Canaria.