Te cuento la película

Un hombre llamado Ove
Un hombre llamado Ove

En man som heter Ove (2015) * Suecia

          También conocida como:
                    - "Un hombre gruñón" (México)

Duración: 116 Min.

Música: Gaute Storaas

Fotografía: Göran Hallberg

Guion: Hannes Holm (Novela: Fredrik Backman)

Dirección: Hannes Holm

Intérpretes: Rolf Lassgård (Ove), Bahar Pars (Parvaneh), Filip Berg (Ove joven), Ida Engvoll (Sonja), Tobias Almborg (Patrick), Klas Wiljergård (Jimmy), Chatarina Larsson (Anita), Börje Lundberg (Rune), Stefan Gödicke (Padre de Ove), Johan Widerberg ("Camisa blanca"), Simon Edenroth (Adrian), Poyan Karimi (Mirsad), Anna-Lena Bergelin (Lena), Nelly Jamarani (Sepideh).

Ove trata de aprovechar la oferta de la floristería en que ofrecen dos ramos de rosas por 70 Coronas, cogiendo solo uno y tratando de pagar 35, aunque le dice que uno solo cuesta 50, lo que hace que amenace con denunciarlos ante la oficina del consumidor.

Pero poco después acude con sus dos ramos a la tumba de Sonja, su esposa, que limpia, y sobre la que coloca las rosas, explicándole a la difunta que lo de los dos ramos es excepcional, tras lo que le dice que la echa de menos.

Recorre tras ello su urbanización, controlando que todos los garajes estén cerrados, recogiendo una colilla que se encuentra a su paso y guardando una bicicleta aparcada, ya que está prohibido hacerlo, quitando luego, en el cuarto de las basuras, la tapa de un bote que tira al contenedor de metales.

Rescata luego de entre la arena de la zona de juegos de niños sus juguetes enterrados y recrimina a una mujer que lleva un perro recordándole que allí no se permiten perros.

Acude luego a su trabajo, donde realiza al control de calidad, siendo llamado a la sala de reuniones por sus superiores, diciéndole un compañero que le van a ascender.

Ove recuerda que lleva trabajando allí 43 años, tras ocupar el puesto de su padre y sus jefes le dicen que le han llamado porque tienen una oportunidad para él. Le dicen que tiene 59 años y querrá hacer algo más en la vida, entendiendo él de sus palabras que quieren echarle después de esos 43 años de leal servicio, arguyendo ellos que cada vez está todo más digitalizado.

Pero él no lo suaviza. Les dice que cree que lo mejor es levantarse e irse.

De regreso a su casa, se pone su mejor traje, se perfuma y tras ello se dispone a ahorcarse colgándose de un gancho en el salón de su casa, cuando de pronto escucha fuera ruidos y voces, viendo frente a su ventana a unas personas que han entrado con su coche cargado, no pudiendo evitar salir de inmediato para decirles que está prohibido circular por allí, aunque duda que le entiendan, pues ve que la mujer es extranjera.

El hombre sale del coche, y pese a la bronca se presenta amablemente, como Patrick, viendo que cuando intenta retirar el coche con el remolque se lleva su buzón, debiendo ser el propio Ove quien haga las maniobras y le coloque el coche, viendo entonces que dentro del coche hay dos niñas y que la mujer cuando se enfada habla en farsi.

Regresa a su casa dispuesto a continuar con lo que estaba cuando de pronto ve frente a su ventana cómo llegan familiares de los nuevos inquilinos, y además las niñas se asoman a la ventana, por lo que debe posponer su decisión, no pudiendo esa noche dormir debido al ruido de la fiesta que montaron sus nuevos vecinos.

A la mañana siguiente hace su inspección como cada día, poniendo una nota en el carro de sus vecinos en la que señala que está prohibido aparcar, debiendo espantar, como cada mañana a una gata abandonada que se dirige a él.

Adrian, un muchacho de la urbanización, acompañado de su amigo Mirsad le pide que le devuelva la bici de su novia.

Ve luego un coche circulando por la urbanización y les dice que por allí no pueden hacerlo, respondiéndole uno de sus pasajeros despectivamente que él tiene permiso, y además tira una colilla que debe recoger Ove.

De vuelta ve otra colilla igual frente a la casa de unos vecinos, diciéndole la mujer que los hombres son gente del ayuntamiento que quieren llevarse a Rune a una residencia.

La mujer, Anita, le pide que eche un vistazo a la calefacción, diciéndole él que se ponga más mantas.

Vuelve al cementerio y se excusa ante su esposa por no haber podido ir el día anterior y le dice que sin ella es todo un desastre y que si se da prisa puede que se vean pronto.

Vuelve a vestirse elegantemente y esta vez baja la persiana para que no lo vean y se dispone a ahorcarse de nuevo, aunque cuando ya está con la soga al cuello, alguien llama al timbre de forma insistente.

Al abrir encuentra en la puerta a las hijas de sus nuevos vecinos que le llevan arroz con pollo, preguntando él si lo venden, apareciendo entonces sus padres, que le dicen que le llevan comida para darle las gracias por su ayuda, diciéndole que es comida persa y le piden prestada su escalera, señalando Patrick lo bueno que es tener a un vecino que siempre está en casa, pidiéndole además una llave alen.

Anita vuelve a pedirle que revise la calefacción, diciéndole él que deben purgar los radiadores, diciendo él que Rune podría haber purgado sus radiadores antes dar su golpe de estado.

Anita le cuenta a Parvaneh, la mujer persa que Ove era el presidente de la junta antes de que todos votaran a su marido.

De vuelta a su casa, huele la ropa de su mujer y cree verla de nuevo y se ve a sí mismo de joven, cuando ella colocaba sus libros en la estantería, que, aunque grande no podía tenerlos todo, indicando él que debería hacer otra.

Vuelve a colgarse de techo, esta vez sin incidentes.

Su cerebro funciona más deprisa cuando está muriendo, como si percibiera todo lo vivido a cámara lenta y le pasaron muchas cosas por la cabeza, muchas de las cuales tenían que ver con los radiadores y con su madre, que murió muy joven.

Ni su padre, ni él, que era muy pequeño, eran dados a mostrar sus sentimientos frente a la gente que les daba el pésame, y recuerda cómo mientras sacaban el ataúd de su madre por una puerta de la iglesia, por la principal entraba una joven pareja para casarse señalando que se haga lo que se haga en la vida, nadie sale vivo de ella.

A su padre le gustaban los motores y aquella noche, mientras reparaba uno le dijo que todo en esta vida está conectado y paseando con él le dijo que nunca existiría ningún coche mejor que su SAAB, aunque vuelve a fallarle el motor.

Cuando era niño, después de clase iba al trabajo de su padre en la estación. Recuerda un día que una máquina estuvo a punto de atropellarlo y su padre lo abrazó asustado. Recuerda que esa fue la primera vez que lo hizo y eso le hizo pensar en su madre.

De hecho, le costó soltarse de él y solo lo hizo cuando lo dejó en la cama.

Recuerda que todos decían que su padre era demasiado bueno y se pregunta cómo se puede ser demasiado bueno.

Puso conocer también entonces a algunos de los compañeros de su padre.

Un día, mientras ayudaba a limpiar el vagón restaurante, encontró una cartera y uno de los compañeros de su padre se la quitó, aunque él consiguió arrebatársela de nuevo, y cuando el hombre amenazaba con abofetearle si no se la devolvía, llegó por detrás su padre y le salvó del bofetón, recordando el compañero que acordaron que se quedaban lo que se encuentran, pero el padre le dice a Ove que decidirá él, pues fue el que encontró la cartera, decidiendo devolverla a objetos perdidos.

Su padre le dice que la honestidad siempre gana. Ove reconoce que quería quedársela, señalando su padre que finalmente la habría devuelto.

Terminados sus estudios fue a la estación para mostrarle a su padre sus notas, al verlas el hombre se puso tan feliz que fue mostrándoselas a todos, asegurando que Ove sería su nuevo supervisor. Iba tan feliz que se despistó y se lo llevó un tren por delante.

Y justo cuando recuerda cómo gritaba tras la muerte de su padre, cae al suelo al romperse la cuerda de la que se había colgado.

Regresa al comercio donde se la vendieron, quejándose, pues le dijeron que era de uso universal.

Vuelve tras ello a la tumba de Sonja a la que se queja de sus vecinos, que dice, son un desastre y tumbado junto a ella le dice que es la primera vez que le tiene que esperar.

De regreso vuelve a discutir con la dueña del perro con la que regañó unos días antes porque está lanzando piedras a la gata porque asegura que arañó a su perro.

Come tras ello el arroz que le llevaron sus vecinos.

Acude luego a casa de Rune para pedirle que le devuelva la manguera que le dejó unos meses antes, pidiéndole la mujer que ya que está allí le purgue sus radiadores, lo que ahora sí hace, diciéndole a Rune, que está paralítico, cuando se queda a solas con él que la gente hace lo que quiere en el barrio y que todo lo que construyeron se está destruyendo, aunque dice que le importa un comino, porque piensa irse para siempre con Sonja y se lo dice porque cree que se alegrará.

Aunque él piensa que Rune no entiende ya nada, este le sujeta la manguera, debiendo dar un tirón para poder irse.

Ve a Patrick subido a su escalera tratando de abrir la ventana de arriba, y aunque le ve que no sabe hacerlo bien no les hace caso y se dirige a su garaje con la manguera.

Parvaneh le sigue, encontrando en la puerta su tupper con una nota de agradecimiento y diciéndole que la comida estaba muy buena.

Él entretanto enchufa la manguera al tubo de escape del coche dispuesto a suicidarse de esa manera mientras piensa que al menos de un SAAB te puedes fiar y tras cubrir cada rendija enciende el motor y pone música y cierra los ojos mientras el humo comienza a inundar el coche.

Recuerda entonces el funeral de su padre, tras el que fue a recoger sus pertenencias al trabajo, entregando la mitad del salario de su padre, ya que le pagaban por adelantado, aunque el director le dice que no pueden aceptarlo, dándole a cambio su empleo, que conocía a la perfección, como a sus compañeros, que ahora sin la protección paterna le acorralan y le quitan el reloj para saldar sus cuentas por la cartera, algo que él no permite, golpeando a su nuevo compañero para recuperar su reloj.

Un día se presentaron dos tipos en su casa, diciendo que había nuevos planes de construcción para esa zona y su casa no encajaba con los nuevos requisitos, por lo que tendrían que derribarla.

Fue en ese momento cuando los conoció. Los hombres de las camisas blancas.

Pero él pintó su casa para evitarla, pese a lo cual no les gustó a los "camisas blancas".

Entonces, la estupidez de sus vecinos cambió su destino.

Un día se despertó por el humo, viendo que ardía la casa que estaba frente a la suya, entrando él en ella y salvando a un niño y a un anciano, para darse cuenta tras ello de que también había comenzado a arder su casa, por lo que trató de salvarla, si bien los camisas blancas pidieron a los bomberos que no la salvaran, pues había que derribarla de todas formas.

De entre los escombros de su casa, que quedó reducida a cenizas rescato su reloj.

Tomó el tren y se alejó. Cuando despertó vio las piernas de una mujer.

Se dio cuenta de que se había pasado de estación, pero enfrente tenia a una hermosa mujer y cuando el revisor les pidió el billete él le señaló que no tenía ni billete ni dinero, ofreciéndose ella a pagarlo, señalando él que se lo devolvería.

Ella, Sonja, iba leyendo y le dijo que estudiaba magisterio.

Desde ese día se levantaba y cogía el tren de las 6'30 cada mañana, pero ella ya no estaba y pasadas tres semanas se iba a rendir, hasta que un día volvió a verla. Ove le dijo que estaba en el ejército y que deseaba devolverle el dinero, pidiéndole ella que mejor la invitara a comer.

El día de la cita la esperó con un ramo a la puerta del restaurante, estando a punto de marcharse porque ella llegó 15 minutos tarde.

Durante la cena le habla de los motores de los coches, tema que domina, observando Sonja que él apeas come, confesándole que comió en casa antes para que ella pudiera pedir lo que quisiera, y que no era cierto que estuviera en el ejército, sino que trabaja limpiando trenes y su casa se incendió.

Tras la confesión decide marcharse avergonzado, pero ella le besa y le impide irse.

Ella lo convenció para estudiar y consiguió ser ingeniero dos años mas tarde, y feliz con su nota le preguntó a la salida a Sonja si quería casarse con él y ella aceptó.

Se mezclan sus recuerdos con los golpes que alguien da en la puerta del garaje, decidiendo, pese a estar casi inconsciente, abrir la puerta, golpeando a Parvaneh al hacerlo de forma brusca, pidiéndole que la lleve al hospital, aunque él le dice que es solo un golpe, debiendo aclararle ella que no se trata de ella, que una ambulancia se llevó a su marido porque se cayó de la escalera, diciéndole Ove que vaya con su coche, señalando la mujer que no sabe conducir, algo que a Ove le resulta incomprensible para una mujer de 30 años, debiendo finalmente llevarla junto con sus hijas, colocando él antes de que suban papeles de periódico en los asientos para que no se lo manchen.

Parvaneh entra a ver a su marido, que esta en observación, dejando a sus hijas con Ove al que la pequeña le pide que le lea un cuento, pero debiendo hablar como los personajes del cuento, no solo leyéndolo, aunque cuando acepta hacerlo aparece un payaso para entretener a las niñas y le pide una moneda a Ove para hacer un truco.

Cuando Parvaneh sale ve a sus hijas solas en el hall jugando con una silla de ruedas y al salir le recrimina a Ove que las dejara solas, diciendo este que no las dejo, que le sacaron fuera unos guardias de seguridad porque quiso recuperar su moneda, todo porque el payaso le entregó una moneda diferente a la que le dio y lo hizo caer el pisar sus zapatones.

Pero a pesar de todo, al llegar a casa las niñas le abrazan para despedirse.

A la mañana siguiente, Ove va a la estación de tren, y cuando espera para lanzarse a la vía, un joven cae a esta al perder el sentido, siendo Ove el único con valor para lanzarse a ayudar al joven, quedándose él en la vía para ser atropellado, aunque entonces ve su rostro de niño y acepta la mano de un viajero y consigue salvarse.

De regreso a su casa Parvaneh sale para entregarle un regalo, un dibujo de una de sus hijas en que aparecen sus padres, ellas y Ove, al que pinta de color rojo, mientras que los demás los pinta en negro y le dice que le gustaría aprender a conducir y que él podría enseñarla, aunque rechaza hacerlo.

Mientras hablan ven a la gatita abandonada, que está muy mal por el frío y Parvaneh le obliga a meterlo en su casa para darle calor, yendo también Jimmy, otro joven vecino que le da calor al animal con su cuerpo, recordando que él comió muchas veces allí, en casa de Ove cuando vivía Sonja.

Y como las niñas son alérgicas y Jimmy también, debe hacerse cargo del gato él.

Vuelve a visitar la tumba de Sonja y le dice que acabar con todo no es tan fácil y le dice que ahora debe además deshacerse de la gata, que le acompaña, y que luego se irá.

Desde su casa ve a las niñas y les hace algunas gracias.

Recuerda entonces cuando le decía a Sonja que le gustaban los niños, pero no sabía si sería buen padre, diciéndole ella que lo sería.

Mientras hace su ronda al día siguiente, ahora con la gata se topa con Parvaneh que ha empezado a dar clases de conducir con otro vecino, Anders.

Más tarde va a su casa y acepta enseñarla a conducir él, pues, dice, no puede dejar que un idiota enseñe a otra idiota.

Cuando sale a la mañana siguiente para su clase, Parvaneh le lleva unas galletas persas, viendo que Ove puso en su sillón periódicos para que no se lo ensucie.

En un semáforo Parvaneh se pone muy nerviosa y se le cala el coche y no consigue salir, pitándoles el dueño del coche de atrás, ante lo que Ove sale y, tras sacarlo del coche, le asegura que si vuelve a pitar será lo último que haga, pues debe haber visto la L y debe recordar que también él alguna vez novato.

De vuelta al coche le dice a Parvaneh que ha parido dos veces y lo va a hacer una vez más, ha venido de Irán, ha aprendido un idioma y se ha casado, así que no tendrá problemas para aprender a conducir.

La lleva luego a tomar un café y un trozo de tarta a la cafetería preferida de Sonja, a la que iban cada sábado.

Le cuenta que tras ello tanto él como Rune lavaban a mano los coches y recuerda que eran muy parecidos, pues compartían los mismos principios.

En la primera junta de vecinos le eligieron a él presidente y a Rune vicepresidente. Juntos colocaron los carteles con todas las prohibiciones en la urbanización.

Eran inseparables hasta que descubrieron que en coches tenían gustos diferentes, pues Rune tenía un Volvo y él un SAAB.

Pese a todo intentaron interactuar y él y Sonja acudieron a la boda de Rune y Anita, aunque con el paso de los años fueron perdiendo el contacto hasta que Rune, según Ove dio un golpe de estado en la junta.

Se compró tras ello un SAAB 9000 y Rune se compró un Volvo 960 Executive y ya no volvieron a tratarse, aunque vio cómo el hijo mayor de sus amigos se hizo mayor y se fue a Estados Unidos.

Pasado el tiempo decidió enterrar el hacha de guerra. Se había comprado el nuevo SAAB 9,5 y le dio una botella de whisky a Rune para sellar su amistad, aunque entonces Rune le mostró su coche nuevo, y al ver que era un BMW no volvió a hablarle.

Ella le pregunta si Sonja y él tuvieron niños, pero él no le contesta.

De regreso a la urbanización, Parvaneh le dice que tiene que estudiar para el teórico y necesita su ayuda, lo que él acepta, aunque entonces descubre que la ayuda que quiere es para que se quede con sus hijas mientras ella va a estudiar.

Cuando regresan por la noche ven que Ove les ha instalado el lavavajillas que Patrick no conseguía colocar y que tiene dormida en sus brazos a la pequeña.

Él mismo duerme esa noche junto a su nueva mascota, la gata.

A la mañana siguiente ve a Adrian repartiendo la prensa en bicicleta, recordándole que Sonja le ayudó cuando no sabía leer ni escribir y no lo consideró un tonto.

Ove le pregunta qué hará con la bicicleta, diciendo Adrian que repararla para la chica que va a ser su novia, indicándole que además de repartiendo periódicos trabaja en un kebab para ahorrar dinero para comprarse un coche, un Renault.

Ove repara la bicicleta de la chica y luego va a llevársela a Adrian al Kebab en la parte trasera del coche con el que va enseñando a Parvaneh.

En el kebab trabaja también Mirsad, al que Ove le pregunta por qué lleva los ojos pintados, respondiéndole que porque se ve más guapo, diciéndole él que así no conseguirá novia, a lo que Mirsad le responde que no quiere tenerla, tras lo que le pregunta si es gay, respondiendo el muchacho que sí, aunque Adrian le pide a Ove que no diga nada porque sus padres no lo saben.

Y cuando llega a su urbanización aparece una mujer, Lena, del periódico local, que va a buscarlo para entrevistarlo por el incidente de la estación, aunque Ove le dice que no fue él, respondiéndole la periodista que ella estaba allí y vio lo ocurrido y desea contar su historia en su columna sobre héroes anónimos, pues le investigó y le han pasado cosas muy interesantes y tiene una carta para él de la persona a la que salvó.

Pero cuando aparece Parvaneh, que había ido a hacer pis, encierra a la periodista en el garaje para que no la vea, aunque Lena comienza a golpear la puerta, que debe abrirle Parvaneh.

Bromean luego sobre el asunto y Ove llega a sonreír.

Le dice que ella podría ayudarle a limpiar la casa y a guardar las cosas de Sonja en cajas para que pueda pasar página, diciéndole Ove que no se meta en sus asuntos, diciéndole Parvaneh que está segura de que Sonja era maravillosa, pero que seguro que prefería ser una persona normal y no una santa.

Él le dice que cuanto más hablan de ella más va desapareciendo el recuerdo que guarda de ella, y que no tenía nada antes de Sonja y que no tiene nada después, a lo que Parvaneh le dice que ella es algo.

Mientras hablan ve un coche circulando a toda velocidad por la urbanización y lo detiene, viendo que se trata de los camisas blancas, uno de los cuales le dice que le ha estado investigando y ve que es un obstruccionista quisquilloso y ha leído sus cartas a autoridades y periódicos y sobre la muerte de su mujer viendo que le echa la culpa a los demás y que a lo mejor es que él no era suficiente.

Le dice que él trabaja para una residencia privada y ejecuta decisiones que ya fueron tomadas y le dice que debe cuidar de su corazón, preguntando él qué sabe de su corazón mientras los funcionarios siguen su camino.

Regresa a su casa maldiciendo a los camisas blancas. Parvaneh llama a su puerta y le pregunta si está bien mientras él llora desconsoladamente en su sofá volviendo a recordar a Sonja, un día en que le había preparado una comida sorpresa y le pidió que bailara con ella sin hacer caso de sus protestas, diciéndole entonces ella que va a ser padre, saliendo él de inmediato a hacer una cuna, que encuentra ahora en el desván.

Y junto a esta, también una escopeta de caza que saca para suicidarse.

Cubre toda la habitación de plásticos para no manchar nada de sangre y se queda en calzoncillos y camiseta para no manchar su traje, pero cuando se dispone a hacerlo, suena su timbre de nuevo, por lo que dispara, pero el tiro sale desviado.

Sale enfadado afuera encontrándose a Adrian y Mirsad, contándole el primero que echaron a su amigo de casa tras contarle a su padre que es gay, y le pregunta si podría quedarse con él.

Le cuentan que el padre de Mirsad odia a los gays y dijo que se suicidaría si alguno de sus hijos lo era, asegurando Adrian que Sonja le habría ayudado, permitiendo finalmente que se quede.

Cuando se levanta, ve que Mirsad le ha preparado un estupendo desayuno, y él por una vez desayuna antes de hacer su ronda, y cuando va a hacerla, el muchacho se une a él, uniéndoseles Jimmy, que les cuenta que al día siguiente irán a buscar a Rune para llevarlo a la residencia, algo que Ove no cree, pues afirma que esos procesos son muy lentos y llevan años, diciéndole el chico que Anita se opuso durante tres años, pero ya no puede hacer nada más, diciéndole Ove que si hiciera tres años Sonja lo sabría, indicando que Anita no se lo dijo porque dijo que ya tenían bastantes problemas.

Va hasta la tumba de Sonja y le dice que ha sido un idiota, pero pide que no le regañe, pues es difícil darse cuenta de los errores, sobre todo si perduran, pero asegura que va a arreglarlo.

Va entonces a casa de Rune y le pide a Anita que le dé todos los papeles que tenga de cualquier tipo sobre su marido.

Como dio de baja su teléfono, va a casa de Parvaneh y le pide que le deje llamar desde allí, indicando a las autoridades que no pueden llevárselo porque van a apelar, existiendo una instancia superior, aunque como habla a gritos y los llama analfabetos le cuelgan.

Parvaneh le dice que él le dijo que no se debería rendir y está allí quejándose y diciendo que el mundo es injusto y se rinde porque cree que es el único en el planeta que no necesita ayuda, diciéndole que nadie debería estar solo, ni siquiera él y le pide que se vaya, pues la tiene harta

Pero en vez de hacerlo, se abre por fin y le cuenta que Sonja tuvo la idea de hacer un viaje juntos antes de que naciera el bebé y quiso hacerlo en autobús, porque era más romántico y barato.

Viajaron a España y mientras ella se adaptaba a las costumbres locales y dormía la siesta él investigaba, viendo que todavía les quedaba mucho que aprender sobre las normas suecas de construcción.

Se guardaban comida del buffet para luego cenar al aire libre y se lo pasaron muy bien.

Cuando regresaban, ella le pidió que le tocara la tripa, pues el niño se movía sin parar, y emocionado fue al baño del autobús, cuando de pronto este tuvo un accidente.

Cuando despertó tras el impacto, vio el autobús boca abajo y a algunos otros viajeros perdidos como él y comenzó a buscar a Sonja a la que vio en el autobús sin sentido.

En el hospital permaneció una semana junto a ella, hasta que un día le dijeron que no volvería a despertar, poniéndose violento con el médico que se lo dijo.

Y de pronto ocurrió algo inesperado. Ella despertó y tuvo que contarle lo que había ocurrido y que habían perdido al bebé.

Utilizó su rabia al principio de forma constructiva, adaptando la cocina a las nuevas circunstancias de Sonja, que a partir de ese momento tuvo que ir en silla de ruedas.

Ella continuó estudiando. Le quedaba un año para terminar sus estudios, aunque al acabar no había trabajo para ella, pues las escuelas no estaban adaptadas para ellas.

Se creó una clase para chicos con necesidades especiales, pero tampoco la admitieron.

Él escribió al gobierno español y al sueco y demandó a la agencia de viajes, al conductor, a la compañía del autobús, pero a nadie parecía importarle.

Él propuso que construyeran una rampa para que pudiera subir, pero no querían hacerlo y los denunció a todos, deseando que se hiciera justicia.

Pero Sonja era fuerte y le dijo que o morimos o elegimos vivir, y esa noche construyó lo que ella necesitaba, una rampa para poder acceder al colegio y al día siguiente Sonja empezó a trabajar.

Muchos de los chicos con los que trabajaba eran difíciles, pero al cabo de un año, todos ellos podían recitar poesía clásica durante la graduación.

Murió seis meses antes, de cáncer, y él le prometió que se iría con ella. Parvaneh le coge la mano y le conforta así.

Al día siguiente los "camisas Blancas" llegan con una ambulancia para recoger a Rune, señalando Anita que no les permitirá entrar.

El camisa blanca le dice que Rune necesita ayuda las 24 horas del día y le preguntan quién le cuidará, señalando que ella con alguien de ayuda, preguntándole el funcionario quién la ayudará, saliendo de casa Lena, del periódico local que le dice leyó los informes económicos de los tres últimos años de la residencia de que es titular y sabe que depositaron varios millones sin declarar en una cuenta de las islas del Canal.

Detrás ve a Ove, a Parvaneh y su marido, a Jimmy, Adrian, Mirsad, e incluso la vecina del perro, asegurando Lena que podrá publicar esa información, consiguiendo así que renuncien a llevarse a Rune.

Ove le dice a Rune que se fueron sin luchar, porque no son como ellos y le parece ver sonreír a su amigo.

Pero cuando salen de la casa de pronto Ove cae al suelo y deben llamar a una ambulancia, yendo Parvaneh con él al hospital, donde le dicen a ella que "su padre" tiene el corazón demasiado grande, pero que sobrevivirá.

Ella se ríe y le dice a Ove que se le da fatal morirse, y de pronto se pone de parto junto a Ove.

Algún tiempo después él le lleva la cuna que hizo para su hijo que nunca se estrenó y puede colocar él mismo al bebé en ella, regalándole a Sepideh, la hija mayor de Parvaneh un iPad, abrazándole la chica, que lo llama abuelo, llevándola este en su coche como su padre hizo con él años atrás.

Una mañana al despertarse, Parvaneh ve nieve en la puerta de Ove pese a que es la hora de su ronda, por lo que ella y Patrick salen corriendo hacia su casa, encontrándolo muerto en la cama y con la gata encima, teniendo enmarcado el dibujo que le hizo la niña, en la cabecera.

Deja una carta. Sabía que su corazón era demasiado grande y pronto moriría por ello. Les dice que quiere un funeral normal y no quiere que esparzan sus cenizas al viento y quiere que sea tranquilo y vayan solo los que le tenían en buena consideración.

Señala que la gata come atún dos veces al día y que no permitan que conduzcan por su calle.

La iglesia se llenó para su funeral.

Ove, en su ataúd abre los ojos y ahora es un vagón de tren y enfrente están Sonja que le acerca su dedo como hacía siempre para que él se lo coja.

De regreso a la urbanización, Sepideh comprueba, como hacía siempre Ove que la puerta este bien cerrada.

Calificación: 2