Tormento (Midareru)
Midareru (1964) Japón
Duración: 98 minutos
Música: Ichiro Saitô
Fotografía: Jun Yasumoto
Guion: Zenzo Matsuyama (Historia: Mikio Naruse)
Dirección: Mikio Naruse
Intérpretes: Hideko Takamine (Reiko Morita), Y?z? Kayama (K?ji Morita), Mitsuko Kusabue (Hisako Morizono), Yumi Shirakawa (Takako Morita), Mie Hama (Ruriko), Kazuo Kitamura (Shizuoka Morizono), Aiko Mimasu (Shizu Morita).
Varios empleados del supermercado Shimizuya recorren la ciudad en un camión adornado con banderines y globos, anunciando a través de un megáfono, que, para conmemorar el primer aniversario de su apertura ofrecen, durante tres días, todo a mitad de precio.
El resto de las tiendas locales ven cómo van perdiendo clientes al no poder competir, ya que ofrecen por ejemplo los huevos a 5 yenes, por debajo del precio de coste, mientras que ellos deben venderlos por 11.
En un bar, tres hombres rodeados por cuatro mujeres hacen una competición. Darán 2.000 yenes a la que más huevos cocidos coma en 5 minutos.
En la barra otro tipo, Koji Morita, les dice que es un juego estúpido y les pide que paren, diciéndoles que hay mucha gente que ni siquiera tiene para comer.
Uno de los hombres se dirige al protestón y le dice que esos huevos solo cuestan 5 yenes en su supermercado y ha comprado 100 con su propio dinero.
Comienza tras ello una pelea entre los hombres.
En la tienda de Morita reciben una llamada que coge Reiko, en que la policía les informa que detuvieron a Koji, su cuñado.
Pero miente a la madre de este, su suegra, que opina que su hijo Koji es un golfo, pues no volvió la noche anterior, diciéndole Reiko que tuvo que ir a una reunión y quizá fue luego a jugar a mahjong.
Reiko va tras ello a comisaría para que le dejen salir, diciéndole el comisario a Koji que no debe darle tantas preocupaciones a su cuñada, que es la que ha garantizado su buena conducta para que le permitan salir.
Reiko le regaña por haber herido a sus rivales, diciendo él que la violencia es un vicio, y cuando ella le recuerda que es la segunda vez él dice que es la tercera.
Reiko le informa que su madre no sabe nada, por lo que deben llegar separados a casa, pues está preocupada desde que dejó el trabajo medio año atrás, diciendo él que cada hombre tiene unas aptitudes y las suyas son gandulear, diciéndole ella que no puede vivir de eso, aunque él dice que sí puede, pues es feliz así.
Cuando le pregunta si tiene ganas de comer ella dice que no y le dice que un vago no se merece comer, preguntando él si era también igual de dura con su hermano., diciéndole ella que no, porque nunca se emborrachó, ni rompió las ventanas ni mordió las mejillas de nadie, aunque él ni lo recuerda.
Le dice lo que debe decir a su madre antes de separarse para no disgustarla.
Fuera de la tienda, el chico de los recados tontea con la empleada de la tienda de enfrente, que le cuenta que va a dejar el trabajo, pues su señora es muy tacaña y su marido no para de lanzarle miradas.
Cuando Reiko llega, es recibida por Hisako, hermana de Koji, mientras que la madre de ambos sigue quejándose de este, no entendiendo que un universitario sea tan vago.
La suegra le dice a Reiko que le están muy agradecidas, pues dejaron todo el trabajo en sus manos mientras ella cuidaba de su marido enfermo, pero que ha estado hablando con Hisako y piensan que no es justo retenerla allí, pues todavía es joven y la están reteniendo allí viuda, pudiendo casarse todavía como su otra hija Takako y que conocen a un hombre, un amigo del marido de Hisako que es jefe de departamento de una empresa y gana 70.000 yenes al mes y su mujer murió dos años antes y tiene una hija.
Pero Reiko les dice que no ha pensado en volver a casarse, diciéndole la mujer que es decisión suya, pero que Hisako insistió, pues le está muy agradecida.
Hisako le dice que se ha afanado mucho por esa casa, diciendo ella que también es la suya, pero Hisako le dice que, si Koji se casa y va a vivir allí con su esposa, sería embarazoso, y más si muriera su madre, diciendo ella que lo pensará.
Entre tanto, Koji juega al Mahjong, jugándose el dinero con otros dueños de tiendas que se quejan de la competencia que les está haciendo el nuevo, comentando Koji que quieren acabar con ellos ahogándolos.
Llegando a su casa cerca de la 1, estando Reiko esperándolo, para servirle la cena, aunque él le dice que no tiene hambre, solo sed, y coge una botella que dice pagará, pues ha ganado mucho ese día.
Le dice luego a Reiko que le gusta enfadarla al ver su gesto.
Mientras él cena, hablan, diciéndole ella que deben hablar de su futuro, aunque él dice que nadie puede predecirlo.
Ella le dice que Takako volvió a casarse, por lo que debe ser él ahora quien lleve la tienda, diciéndole él que ella la lleva muy bien y que esa tienda es suya, preguntándole Reiko qué va a hacer él entonces, diciendo que nada.
Ella recuerda que cuando se casó con su hermano él tenía solo 7 años y que se habría ahorrado las preocupaciones si no hubiera crecido.
Aquella boda fue 18 años antes. Su hermano tenía 22 y ella 19, y se casaron apresuradamente durante la guerra.
Koji le pregunta cómo pudo casarse con un soldado desesperado, recordando ella que en aquellos momentos cada día podía ser el último.
Él le dice que piensa que ella ha desperdiciado su vida por la familia, aunque ella asegura que no ha sido así.
Le cuenta que el día en que le comunicaron la muerte de su marido, bombardearon su casa, recordando Koji que ellos se fueron al campo, pero ella se quedó allí y reconstruyó el negocio.
Ella dice que se ha hecho cargo de la tienda y quiere que ahora se haga cargo él.
Koji le dice que la admira, pues ella es una buena chica y él un chico malo, pero que intentará ser bueno.
Ayuda al repartidor con el carro del supermercado, diciéndole el muchacho que es un desperdicio que haga eso, recordándole que tenía un trabajo en una empresa, aunque Koji asegura que no era gran cosa y no es su estilo ser un obrero oficinista.
Al pasar frente a Shimizuya sale el dueño de este, con el que se peleó, y ve que llevan en el carro pasta de judías, asegurándole el hombre que ellos la venderán más barata y conseguirán barrerlos de la ciudad.
Cuando regresan a la tienda ve que no hay nadie, llegando poco después Reiko con su madre, que le cuenta que Kaya, un tendero de al lado se suicidó.
Koji, que estuvo jugando con él la noche anterior va hasta la tienda, donde lo velan su mujer y su hija, estando también sus compañeros de juegos, a los que pregunta si fue por el mahjong, diciéndole ellos que es porque el negocio iba mal, afirmando su mujer que ese supermercado lo mató, pues intentaba encontrar el modo de mantener la tienda, pero le fue imposible competir.
Koji observa con rabia el camión que anuncia el supermercado.
Su empleado sale con la chica del supermercado de enfrente y le dice a ella que no cree que su tienda dure mucho tiempo, por lo que se hará grumete y dará la vuelta al mundo mientras trabaja, soñando ella también con viajar al extranjero alguna vez.
Koji se reúne con Shizuoka, el marido de Hisako, que le cuenta que el presidente de su empresa regresó de Nueva York y les contó que allí los grandes almacenes estaban sumidos en una gran crisis. Que cada pueblo tiene su supermercado y la gente no necesita ir a las ciudades ya.
Koji le pregunta si sugiere poner un supermercado, diciéndole Morizono que así es, pues su tienda está muy bien situada y su jefe quiere acabar con Shimizuya.
Koji le dice que tienen 360 metros cuadrados, aunque si abren un supermercado le preocupa qué será de su hermana, refiriéndose a Reiko.
Llega a la tienda una chica joven que le pregunta a Reiko por Koji, que le dice que no está, preguntándole ella si es amiga suya, diciéndole ella que se dejó una cosa en su habitación, entregándole el reloj.
Reiko pide a la chica que la espere en la tienda de té, pues quiere preguntarle algo.
Mientras está fuera llama Takako para hablar con su madre, a la que le cuenta que Hisako le habló de hacer un supermercado en la tienda y que ya estuvieron hablando de ello Koji y Shizuoka y que van a reunirse esa noche, aunque irán a casa de Hisako sin Reiko.
Esta, le pregunta a la chica por su relación con Koji, diciéndole ella que se acuestan una vez a la semana, diciéndole Reiko que entonces le puede devolver el reloj la próxima vez, diciendo la chica que no, que tiene muchos amigos.
La madre le dice a Koji que han tenido una buena idea y que será feliz viéndolo trabajar honradamente, aunque él se queja porque Shizuoka quiere el puesto de director, recordándole la madre que al fin y al cabo es él quien lo recomienda y quien pone el dinero, diciéndole Koji que él quiere que sea Reiko la directora, pues fue ella quien levantó el negocio, pero su cuñado solo le ofrece un puesto de empleada.
Por la noche van en efecto a casa de Hisako.
Allí Shizu les dice a sus hijos que la propuesta de matrimonio que hicieron a Reiko parecía una invitación a que se fuera, como si la echaran, diciendo sus hijas que solo quieren que viva, pues es joven y guapa.
Shizu les cuenta luego que Koji quiere que sea ella la directora, aunque Hisako le dice que la tienda está a su nombre, diciendo la madre que así es formalmente en los papeles, proponiendo Hisako derribarla y levantarla de nuevo y así no tendría conexión con Reiko, pensando que Koji tiene miedo de no poderse hacer con el negocio sin la ayuda de Reiko, pero que puede contar con su marido.
Hisako ni siquiera quiere tenerla en nómina para que no tenga ningún derecho sobre el supermercado si se marcha, y puede que algún día vuelva a casarse, y creen que Koji también acabará casándose. Solo admite que sea empleada, aunque su madre le dice que no puede ser, diciendo Hisako que la tienda será mayor y Reiko no podrá ya dirigirla.
Pero la madre sabe que Koji no estará de acuerdo, por lo que le pide a Hisako que se lo diga ella.
En la tienda, Reiko hace rebajas a algunas clientas para que no vayan a comprar al supermercado y para mantenerlas.
Cuando Koji regresa a la tienda, le dice Reiko que si él trabajara allí no necesitarían un empleado, preguntando él si solos los dos, diciéndole ella que con su mujer, pues tiene ya edad de casarse, diciéndole que podría conseguir una buena novia con un arreglo, aunque él dice que no le interesa, pues no le interesan las chicas.
Ella recuerda que se puso muy contenta cuando consiguió el trabajo en la empresa, pues pensaba que adquiriría conocimientos útiles, preguntándole por qué la dejó, diciendo él que es cosa suya.
Le entrega luego el reloj, diciendo él que la chica fue estúpida, preguntándole ella si esa chica tan estúpida fue el motivo por el que dejó la empresa, pues no es buena y le engaña, ante lo que él se ríe.
Reiko le pide que no vuelva a verla, diciéndole él que no le dé órdenes, diciéndole ella que es solo un consejo, a lo que él le responde que la quiere.
Ella insiste en que esa chica no es honrada, y no tiene corazón diciéndole él que ella tiene corazón y ha malgastado su vida en la tienda.
Ella le dice que solo un cobarde malgasta su vida con esa furcia.
Él le dice entonces que le va a contar por qué dejó la empresa y por qué coquetea con esa furcia, diciéndole ella que lo hace porque es un niño mimado que no sabe lo difícil que es tener que ganarse la vida, pues si lo supiese se habría quedado en Tokio.
Koji le dice que dejó la empresa porque quería vivir allí, con ella, y que, como no es un cobarde le dirá que la ha amado.
Ella le pide, al escucharlo, que se calle y le recuerda que le dijo que había desperdiciado 18 años con su familia, pero que ella no piensa así. Que, aunque su marido murió, sigue viviendo en su corazón y por eso pudo reconstruir la tienda y sus hermanas se casaron y ahora todo el mundo es feliz y todos saben que sus 18 años no se desperdiciaron, que los invirtió en la familia.
Koji le pregunta cuántos días fueron para ella, diciendo ella que los 18 años enteros, lo que él dice es falso, pues no es su casa y que, tanto sus hermanas como su madre, abrigan la esperanza de que se marche, pues no la necesitan, diciendo ella que no puede ser verdad.
Él dice que no se lo dice por compasión. Que realmente la ha amado todo ese tiempo, pidiéndole ella que se calle, aunque él le dice que ha sufrido en silencio porque era mayor que él y, además, la mujer de su hermano, por eso calló y comenzó su vida de excesos, y no le importa que lo llamen matón porque lo único que le importa es estar cerca de ella.
Ella le pide que no diga eso o se irá de esa casa, diciéndole Koji que se irá él.
Lo hace, justo en el momento en que llega la madre, a la que Reiko le dice que se fue porque tuvieron una pequeña discusión, diciendo la madre que entonces Hisako tenía razón. Que si Koji dirigía el negocio no podría llevarse bien con ella.
Reiko le pide que deje que dirija la tienda Koji, que estaba equivocada y debió dejar que la dirigiera mucho antes.
Shizu le pregunta si discutían por lo del supermercado, sorprendiéndose ella, que ignoraba la existencia del proyecto, contándole la mujer que quieren hacer un supermercado allí y que Koji sea el presidente, diciendo ella que es una buena idea.
Le pregunta si Koji lo sabe, diciéndole la madre que fue idea suya y lo habló con el marido de Hisako.
Cuando cierra la tienda llega una llamada de Koji, que está muy borracho, pidiéndole ella que regrese a casa, que no está enfadada, diciendo él que lo está y tiene una buena razón, pues le dijo que había malgastado su vida, y ha pensado que quizá no la malgastó, sino que la ha vivido obstinadamente.
Ella le dice que deben olvidarlo todo y le pide que vuelva, pues está preocupada y le pide que no beba más y le dice que le esperará hasta la madrugada y no estará enfadada.
Al día siguiente Koji sale a hacer el reparto de la tienda, y, cuando regresa del recado ve que Reiko puso un cartel buscando un ayudante, y lo quita, diciendo que lo hará él.
Pero durante la comida su madre se pregunta cuánto durará su buena disposición.
Un día de mucha lluvia, llega empapado. Ella va a ayudarle con el chubasquero, y sus miradas se cruzan, pero él, pese a la lluvia vuelve a marcharse de inmediato para entregar otro pedido, trabajando siempre con ahínco.
Pero cuando se cruzan, ambos se muestran avergonzados y apenas duermen.
Los antiguos amigos de juergas de Koji, al verle tan trabajador comentan que se ha producido un milagro.
Un día, Reiko sale y le deja una nota en que le pide que acuda al templo, donde le espera.
Allí, Reiko le dice que quiere pedirle un favor, pues no soporta vivir así.
Le dice que la gente hablará de ellos, aunque Koji dice que no le importa, no entendiendo por qué es algo malo que la quiera, diciendo ella que lo es y le dice que hay muchas chicas guapas y debe buscarse otra.
Él insiste en que no debe importarle que la gente hable, diciendo ella que es vieja y que los viejos se rigen por reglas viejas.
Le dice tras ello que ha decidido hacer algo y que no debe intentar detenerla y le advierte que si dice las cosas que dijo aquella noche, se matará.
Al día siguiente cierran la tienda y se reúne toda la familia a petición de Reiko, diciéndole la madre a Takako que Koji ha cambiado tanto que está asustada.
Cuando llega Hisako dice que vio a Reiko en la estación y le pregunta a Koji qué hay de su proyecto, diciendo él que quizá más adelante.
Cuando llega Reiko les dice que les convocó porque tiene algo que decirles sobre la tienda y sobre su futuro.
Sabe que quieren montar un supermercado y que Koji insistió en nombrarla directora, y piensa que lo del supermercado es buena idea y sabe que Koji será un buen director.
Que es un buen proyecto y que el único obstáculo es ella.
Les dice que desde que llegó allí lo hizo todo con la mejor intención, pero reflexionando ha llegado a la conclusión de que ha sacrificado su vida y la ha desperdiciado, pero su vida no acabó y aún puede disfrutarla.
Que hasta ese momento le parecía que lo mejor en la vida era trabajar duramente y solo trabajar, pero que ya llevó el yugo demasiado tiempo y ha decidido marcharse e iniciar una nueva vida.
La madre le recuerda que dijo que no les dejaría y que ayudaría a Koji.
Hisako, sin embargo, le dice a su madre que Reiko ha dicho que ha sido una esclava y quiere la libertad.
Koji sin embargo dice que es mentira y que no quiere irse de esa casa y que son ellas las que quieren que se vaya, pues nadie quiere irse de un lugar que ha construido con sus propias manos y que ellos solo la siguieron.
Ella le pide que se calle. Y les dice que aún es joven y hay alguien a quien ama, algo que Koji se niega a creer, preguntando la madre si tiene un amante.
Reiko le pide a Koji que se busque una novia simpática para complacer a su madre y que construya el supermercado y haga que prospere.
Koji se va y Takako dice que está conmocionada, pero que si está enamorada es mejor que se case, diciendo Hisako que tiene derecho a vivir como le plazca.
Ella le dice a la madre que lo siente y que volverá a su ciudad natal, a casa de su hermano, y que ya compró el billete del tren, dándoles las gracias por todo antes de marcharse.
Mientras las hermanas dicen que es mejor que se case si tiene un hombre, Koji asegura que no lo tiene y que está seguro de ello.
Reiko le da luego las gracias por haber mantenido su promesa, pero él le pregunta por qué ha mentido, pues solo va a hacerse daño a sí misma, diciendo ella que sí hay un hombre al que ama, a su difunto marido, pero reconoce que sí mintió, pues dijo que había sacrificado y desperdiciado su vida, pero no es cierto, la vivió obstinadamente.
Le pregunta qué hará ahora, diciendo que reflexionará sobre ello en el campo.
Él le pregunta si regresará si él se casa, diciendo ella que no lo sabe.
Koji se marcha luego y le dice a su madre que no quiere contemplar su expulsión y le pide que la acompañe a la estación.
Hisako decide marcharse para que no digan que la expulsó, diciendo Takako que ella también se irá, preguntando su madre qué hará sin ellas, diciéndole que dejarla marchar.
Se van corriendo, antes de que salga Reiko.
Shizu la acompaña, en efecto a la estación, preguntándole si no hay nada que pueda retenerla, antes de ver cómo parte en tren hacia su ciudad.
Pero cuando ya el tren está en marcha, ve cómo entra en su vagón, Koji, que le entrega comida y una revista y le dice que la acompañará hasta su casa, viendo que se queda de pie en su vagón por no tener sitio en el mismo.
Finalmente consigue un asiento algo alejado, pero la mira sonriendo de cuando en cuando desde el mismo.
Consigue colocarse más tarde en el asiento que está a espaldas de ella y comparten las naranjas y la revista que le llevó.
Cuando llegan a la estación de Ueno, en Tokio, ven por la ventanilla cómo fotografían a unos recién casados.
Koji aprovecha para bajarse y comprar comida y además le regala un bolso, preocupándole a ella que despilfarre el dinero, diciendo él que tiene de sobra, pues vendió la moto, ya que nadie la utiliza.
Pueden por fin ir uno frente al otro, pasando muchas horas en el tren, preguntándose él cómo pudo conocer a su hermano, pues su pueblo está muy lejos, contando ella que trabajó en Shimizu durante la guerra y conoció a su madre.
Finalmente, él se duerme, cansado tras tantas horas de viaje, observándolo ella con lágrimas en los ojos.
La sorprende él así y le pregunta qué pasa, pidiéndole ella que bajen del tren, haciéndolo en la siguiente estación.
Mientras caminan a la salida de esta, ella le dice que es una mujer y que cuando le dijo que la quería se sintió muy contenta.
Suben tras ello a un autobús hasta otro pueblo y cogen una habitación.
Allí ella le coloca un anillo de papel como los que hacía él de niño y le colocaba a ella y le pide que no se lo quite hasta el día siguiente, y le dice que por la mañana cogerá el primer autobús que salga y regresará a casa.
Él le pregunta por qué bajó de repente del tren, diciéndole ella que le observó mientras dormía y daba pena.
Le dice que ha sido una mujer diferente desde el día que le dijo que la quería.
Que le buscaba cuando no estaba y cuando estaba con ella tenía miedo, tanto que podría haber llegado a enloquecer. Que no sabía que eso era amor.
Él le dice que no regresará, que abandonó su casa y a su madre, diciéndole ella que no debería hacerlo, pues es joven y tiene un gran futuro, asegurando él que no tiene futuro sin ella y que podría trabajar allí con ella, pues la quiere con todo su corazón, tras lo que se abrazan.
Él trata entonces de besarla, pero ella le pide que no lo haga y se separa de él y rompe a llorar.
Él coge entonces su chaqueta y sale, enfadado y triste, hasta un bar donde bebe.
Ella le espera, pero lo que recibe es una llamada de teléfono de él, borracho.
Le dice, pese a que está solo, que está en un bar con muchas chicas y que se alojará en otra posada con una chica y le pide que se vaya a casa sola por la mañana, que no la verá, aunque le pide que recuerde que la quería y que fue feliz.
Ella le pide perdón y le dice que no sabía que sería así y le dice que no hay nada que perdonar, y le dice adiós, tras lo que cuelgan.
Él se aleja tras ello, solo, hacia el bosque.
Por la mañana Reiko prepara su equipaje, y guarda el bolso que le regaló Koji.
Ve por la ventana movimiento de gente agitada, y observa que llevan a un hombre en una camilla, reconociendo, al ver su mano, el anillo del papel que puso a Koji en la mano.
Le cuentan que se cayó de un acantilado.
Ella corre tras los hombres que cargan con él, deteniéndose finalmente, angustiada.