
Sorda
España (2025) *
Género: Drama
Duración: 99 min.
Música:Aránzazu Calleja
Fotografía: Gin a Ferrer
Guion y Dirección: Eva Libertad
Intérpretes: Miriam Garlo (Ángela), Álvaro Cervantes (Héctor), Elena Irureta (Elvira), Joaquín Notario (Fede), Erika Rubia (Luci), Agustín Otón (Ramiro).
Ángela camina con su perro por el campo hasta el río.
Se baña luego allí con Héctor, su marido, aunque el perro tiene miedo al agua, y, aunque lo llaman, no se atreve a meterse en el agua.
Como Ángela es sorda, se comunican mediante el lenguaje de signos.
La pareja piensa luego nombres para el hijo que va a nacer.
Ángela trabaja haciendo recipientes de barro, como macetas o tazas.
Celebran una reunión con los amigos de Ángela para celebrar su embarazo.
En la consulta cuenta que nació oyente, y luego perdió el oído, y existe algún antecedente familiar, por lo que existen posibilidades de que el bebé sea sordo, aunque no pueden saberlo hasta que nazca.
Reciben la visita de Elvira y Fede, los padres de Ángela, aunque ella le pide a Héctor que no les cuente lo del embarazo todavía,
De hecho, Elvira le dice a su hija que la ve más tranquila y Ángela dice que se ve que adora a Héctor y que solo le falta que le dé un nieto, aunque Elvira le dice que están muy bien como están y que no les hace falta tener hijos, momento en que Ángela, pese a su idea inicial se lo acaba contando y los sorprenden, y Fede le dice que a su edad ya no se lo esperaban, aunque finalmente los felicitan.
Se les ve preocupados y preguntan si se sabe ya si será sordo, y le explican que hasta después del parto no se sabrá.
En el trabajo sus tres compañeros le preparan una pequeña fiesta sorpresa para felicitarla por su embarazo y Ramiro, su compañero le hizo un móvil con piezas de barro para la cuna.
Sus padres le regalan la alarma para el bebé, aunque ella pide que tenga luz y que vibre.
Le proponen además que compre unos audífonos nuevos para poder escuchar al bebé, aunque ella asegura que ninguna le sirve.
Luego en casa baila con Héctor, que le va explicando lo que dice la canción que escucha.
Algunos de sus amigos les regalan cosas para el bebé de los que tuvieron ellos.
Luego, con sus amigas hablan del parto y comentan que ninguna de ellas soporta los audífonos.
Uno de los hijos de una de sus amigas es oyente y su madre comenta que no quiere ir con ella a la calle porque no quieren que los vean signando.
Ángela va luego a ver a otros dos niños de sus amigas que no son oyentes y que se entiende muy bien con ellos, aunque observa al niño oyente que habla con Héctor.
Un día, mientras pinta, rompe aguas
Lo tienen todo preparado.
Los llama Elvira y le Héctor le explica que las contracciones no son seguidas.
Ella dice que quiere tenerlo allí, pues teme que en el hospital no la entiendan, pero Héctor la tranquiliza y le dice que estará con ella todo el tiempo.
La lleva al hospital, donde le ponen anestesia local y Héctor le va signando todo.
Comienza el parto y las contracciones en que le piden que empuje.
Pero de pronto ven que tiene bradicardia.
Se plantean que quizá deban practicarle una cesárea y le piden a él que se ponga detrás y no podrá por ello verlo, llegando el pediatra para ayudar.
Le van dando instrucciones, pero con la mascarilla no puede entenderlas.
Finalmente sale el bebé sin tener que recurrir a la cesárea.
Llora aunque se siente alegre también al ver al bebé y son felices.
Agotada tras el parto, se duerme.
Fede y Elvira se quedan con el bebé mientras Héctor baja a comer.
La bebé llora, pero los padres no quieren despertarla para que descanse, aunque finalmente deben dársela a ella.
Examinan a la niña, pero la prueba no es definitiva, porque a veces queda en los oídos líquido amniótico y deben esperar para hacerle otra prueba en dos meses.
Regresan al fin a su casa, y allí, y al ver sus pestañas se les ocurre el nombre, Ona.
Ella trata de signar al bebé, que de momento no hace nada, pero ve cómo Héctor chasquea los dedos para ver si la niña escucha.
Los visita Luci, una de sus amigas sordas con su hija, también sorda y le regalan un cuento que signan para la bebé.
Héctor comienza a buscar las guarderías más cercanas, aunque Ángela le dice que si la niña es sorda no podrá ir allí, que tendrá que ir a la asociación, y que es mejor esperar.
La llevan de nuevo al médico para la revisión y el médico les indica que la niña oye perfectamente en los dos oídos y les da la enhorabuena, y Héctor muestra su felicidad, pero Ángela no tanto.
A los abuelos se les cae la baba con la nieta.
Por las noches, Ángela le signa el cuento que regalaron sus amigas y Héctor repite todo hablando.
Ella tiene poca leche, por lo que deben plantearse que tome biberón.
Ella observa cómo la niña parece calmarse cuando Héctor le habla.
Ángela pasea con la niña por el parque donde ve cómo los niños juegan e interactúan, aunque ella ni siquiera entiende a las madres que se le acercan.
Luego la nota enfadada y ella le dice que no signa a la niña y que en el parque respondió por ella en vez de interpretarla y él le dice que con Ona todo es más difícil, y le pide perdón.
Pasa el tiempo y comienza a caminar sola.
Los padres de ella le llevan juguetes de cuando ella era pequeña, entre ellas un perrito que dice que le ayudó mucho, pues los médicos le decían que siguiera hablándole y ella no podía y con el perrito le hacía teatro y le cantaba y a ella le gustaba mucho.
También fotos de niña y luego de adolescente, cuando llevaba de forma constante una cinta en el pelo para ocultar sus audífonos.
La llevan a la guardería, donde a veces deben acudir a talleres de padres.
Un grupo de madres se dirige a Ángela para explicarle que van a crear un grupo de WhatsApp de padres, pero ella no lo entiende.
Regresa al trabajo, donde se siente feliz.
Los visitan los amigos de Héctor, que no tienen la suficiente consideración y hablan todos a la vez, por lo que Héctor no puede signar todo y ella decide ponerse ese día los audífonos, aunque no se siente cómoda y le molestan mucho.
Finalmente se retira con la niña y la lleva a dormir.
Trata de hacer con Ona lo que su madre hacía con ella con el perrito, aunque ve que le llaman más la atención los libros musicales.
Para tratar de que la atienda decide ponerle unos auriculares y que no escuche, mientras ella le cuenta un cuento, pero a la niña no le agradan y se los quita.
Celebran el cumpleaños de su amiga Luci.
Allí los invitan a ir unos días a la playa con ellos, pero él recuerda que tienen que ir a casa de su padre para celebrar el cumpleaños de Ona.
Ángela observa al otro niño oyente aislado jugando con la consola.
Sus amigos la animan a que salga con ellos para ir de fiesta, y aunque la niña está cansada, Héctor le dice que se quede si quiere.
Ella se va con sus amigos a bailar a la discoteca y a beber.
Se enfada con unos tipos cuando ve cómo observan a sus amigos signando.
Cuando regresa a casa Héctor está ya dormido y ella lo despierta con ganas de hacer el amor, aunque él le dice que es muy tarde y que se va a despertar la niña.
Los compañeros observan cómo Ángela se queda en el trabajo más tiempo del necesario pese a que van bien con los pedidos.
Le cuenta a la vuelta Héctor que estuvieron en el parque con niñas de su clase.
La niña dice su primera palabra, agua y el padre se emociona al escucharla, aunque su madre ni se enteró ni cuando lo hace parece feliz al ver que fue con palabras.
Ella insiste en contarle historias signando, pero pone a la niña auriculares, y la niña llora.
Héctor coge a la niña para que no llore y ella se marcha sola para bañarse en el río, esta vez sin él.
El día en que deben viajar para ver al padre de Héctor y celebrar el cumpleaños de Ona con él, Ángela se levanta tarde, cuando ya Héctor tiene todo preparado, y luego Héctor se queja de que justo ese día se diera una ducha muy larga, por lo que la niña se quedó ya dormida y estará despierta durante el viaje y llegarán muy tarde.
Le dice luego que si no le apetece ir que no lo haga, y entonces es ella la que le pregunta si quiere que vaya, a lo que le responde que sí, pero que lleva dos horas levantado y lo preparó todo y ella no ha hecho nada.
Aprovecha ya para decirle todo lo que piensa, como que lleva dos semanas que llega muy tarde a casa, no va a recogerla y busca excusas para no estar allí, y él se está acostumbrando a que no está.
Ella le pregunta para qué quiere que esté allí, si ya está él para todo y para hablar con todos, para contarle cuentos y enseñarle a hablar y le pide que siga siendo el padre perfecto y disfrutando de su hija, pues ella no pinta nada.
Él le dice que no todo gira en torno a ella, que le dice que está fuera de todo y no le deja espacio.
Él le replica que lleva tres años dedicado a ella, sin ver a nadie y cuidando todo para que se sienta cómoda y bien, y lo hizo porque quería, pero ahora tienen a Ona.
Ella dice que ahora es solo un estorbo y que es él quien no quiere que esté allí y el que no quiere que vaya y se está inventando todo para no sentirse mal.
Él le dice que ella es quiere una pareja sorda y una hija sorda, pero lo eligió a él, que es oyente y su hija también.
Ella dice que se lo recuerda todos los días y desde que llegó Ona ella ha desaparecido, a lo que Héctor le replica que se ocupa de Ona porque ella no lo hace, a lo que ella le responde que se ocupa de Ona porque piensa que ella no puede ocuparse y la mira como si fuese incapaz, y Ona acabará copiándola y se avergonzará también.
Él le asegura que no se avergüenza.
Ella le dice que ha luchado por una vida digna y todo se fue a la basura y le dice que no tiene idea de lo que es ser sorda y él le dice que lo sabe, pero que él no tiene la culpa de que lo sea.
Los gritos despiertan a la niña, que llora.
Ella finalmente le pide que se vaya y lo empuja hasta la puerta.
Va luego hasta la cuna y ve a la niña llorando.
Aprovecha que tenía las maletas echas para marcharse sin querer escuchar a Héctor.
Se va en su coche hasta la playa adonde iban a pasar el fin de semana sus amigas.
Les miente y dice que su hija está con Héctor porque estaba con fiebre.
Come con sus amigos y luego va a la playa y observa al hijo de su amiga escuchando música y cantando.
Se baña luego mientras oscurece y tras la cena ve cómo su amiga lleva con cariño a su hijo a dormir.
Pasado el fin de semana regresa a casa y pregunta a Héctor por Ona, que está ya durmient, y por su padre, que le dice que está mayor-
Luego le dice que él está cansado y se va a dormir.
Unos días más tarde se coloca los audífonos y va a la guardería para buscar a Ona.
Los sonidos que hacen los bebés son muy desagradables y acaba quitándose los audífonos, pues no los soporta.
Ese día lleva unos bollos para celebrar el cumpleaños de Ona, a la que le hicieron una corona. Y ve que se pone contenta al verla.
Llega también Héctor, pues van a celebrarlo.
Le ponen una corona y una tarta de cartulina y le cantan el cumpleaños feliz.
Cuando terminan de cantárselo, Ángela también lo hace en lenguaje signado y lo hace también Héctor acompañándola.
Un día, mientras están al aire libre jugando con la tierra y ella le pregunta dónde está Luka, el perro, y ve que la niña hace el signo de preguntar dónde está y Ángela se siente muy feliz al ver ese primer signo de la niña.