
Salve María
España (2024) *
Género: Drama
Duración: 111 min.
Música:Zeltia Montes
Fotografía: Nilo Zimmermann
Guion: Mar Coll, Valentina Viso (Novela: Katixa Agirre)
Dirección: Mar Coll
Intérpretes: Laura Weissmahr (María Aguirre), Oriol Pla (Nico), Giannina Fruttero (Ana), Clara Garcés (Matrona), Magali Heu (Alice), Belén Cruz (Madre de María).
Un matrimonio se despierta por el llanto de su bebé, que no se calma.
María se queja de lo mal que está la casa, pues tienen una ventana rota que no cierra bien.
Capítulo 1
Porque la línea que separa la lucidez de la oscuridad aún no se ha trazado (Adrienne Rich)
Acude a un grupo en el Centro de Atención Primaria, con una monitora que trata de ayudar a las que han sido madres recientemente y tienen dudas, y dan de mamar allí a sus bebés.
Ella se fija en otras madres que parecen llevarlo mejor y trata de imitarlas.
María está preocupada porque el bebé vomita en cada toma y cree que es que su leche no le sienta bien, tal como le comenta a Nico por teléfono.
Al llegar a casa lo coloca en la cama con varios cojines a los lados mientras se va a lavar y de pronto, y por la ventana rota, entra un cuervo, que se coloca en la cama y luego sobre ella, y muy asustada, revolotea por toda la habitación, para angustia de ella que no sabe cómo reaccionar.
Finalmente le parece que se marcha, aunque no tiene la certeza absoluta.
Le prepara luego el baño al bebé y lo amamanta.
Nico prepara mientras la cena y le cuenta que tardará aún un tiempo en poder coger la baja por paternidad.
Le insiste además a ella en que hable al bebé y que lo longa en la hamaca, aunque ella dice que al niño no le gusta, , insistiendo él en que le irá bien para el reflujo.
Escucha una noticia en televisión sobre una mujer francesa, Alice Espanet, que mató a sus bebés, dos gemelos de 10 meses, tras ahogarlos en la bañera en Matadepera.
Investiga luego la noticia en Internet y llora al verlo.
Capítulo 2.
Oh, amor, ¿Cómo has llegado aquí? Oh, embrión, recordando, incluso en sueños tu posición en cruz (Sylvia Plath)
Van con el bebé a la pediatra, que le asegura que no tiene ningún problema con su leche. Solo tiene un poco de reflujo, muy habitual a esa edad, pero que, por lo demás, es un bebé muy sano.
Busca luego en el diario la noticia de la mujer asesina.
Acude luego a la ferretería a comprar cosas para arreglar la ventana rota, y coincide allí con otra mujer, Ana, que le dice que van juntas al grupo de ayuda del CAP, pero que además es muy fan de su obra y le encanta todo lo que escribe.
Le dice que le da miedo todo. Y que la amiga de una amiga suya ahogó a sus hijos.
Le dice a la chica que no cree que vuelva al grupo del CAP.
Arregla la ventana con silicona mientras escucha los mensajes de una amiga que le dice que la echaron de menos en una reunión y que no contesta ningún mensaje ni les ha presentado a Eric.
Lee luego la noticia de los asesinatos de Matadepera y recorta la noticia en todos los periódicos.
Le insiste a Nico en que se coja la baja y él le dice que la cogerá cuando pueda.
Él por su parte vuelve a insistirle en mudarse a otro piso con menos problemas, aunque ella le dice que no se quiere mudar.
Le dice que se siente muy sola con el niño, aunque él le dice que puede salir a bailar con sus amigas y a pasear.
Coge un autobús hasta Matadepera y se acerca a la casa de la filicida, viendo flores y juguetes en la puerta, que está precintada, pese a lo cual entra en su patio y observa por las ventanas.
En televisión entrevistan a la abuela de los bebés asesinados, y habla de su hija como una rebelde y cuenta que no conoció a sus nietos y solo siente pena por ella.
Nico insiste a María en que hable al bebé, pues si no lo hace retrasa el desarrollo del bebé y ella le promete que lo hará mejor a partir de ahora cuando se queden a solas.
Capítulo 3
Se suele decir que las mujeres tienen enfermedades del vientre, y es verdad que encierran en ellas un elemento hostil: la especie, que las roe (Simone de Beauvoir)
Vuelve a las reuniones del CAP, aunque echa de menos a Ana.
Ese día bailan y se mueven con ritmo con sus bebés en brazos.
Recibe entonces una llamada y deja a Eric con la monitora mientras habla.
Parece muy contenta, pues le hablan de algo relacionado con su novela.
Llama tras ello a su madre para contarle que le han dado un premio y le pregunta si le podrá acompañar.
Mientras habla con ella, ve a lo lejos a Ana entrando en su casa.
Se da cuenta en ese momento de que se había olvidado de su hijo y debe regresar corriendo para buscarlo.
Unos días más tarde acuden a recoger el premio, dejando al niño con su marido tras darle el pecho.
Como deja en ocasiones al niño en la cama rodeado de cojines, una noche sueña que Eric se cae de la cama, y corre luego a escribir un pasaje para su nueva novela, donde describe esa situación de una niña que se cae de la cama y se mata. Luego soñó que se le abría la herida de la cesárea.
Llaman luego al portero automático, y ve que se trata de Ana.
Ana le habla de una abuela suya que tuvo una mastitis y unos años después se ahorcó.
Salen juntas a tomar algo y María le pregunta si conocía a la mujer francesa que mató a sus bebés, y le dice que coincidió con ella en una cena.
Dice que le encantaba caminar y daba largos paseos por la montaña y le cuenta que la dejaron en libertad provisional y debe estar en Taüll, en el Valle de Boí y la llama Jade, porque la tiene con ese nombre en el móvil.
Dice que a lo mejor es otra y bromea, tras haber tomado varias cervezas, y un poco alegre, bromea diciendo que le extraña que no pase más a menudo.
Más tarde, en su casa, acaba vomitando.
Capítulo 4
Entrad hijos, entrad, que todo saldrá bien (Medea)
Visita con Nico otra casa, más grande, aunque a unos minutos de la capital, y donde, le dice a María que podrá escribir sin tener que hacerlo en el baño.
Nico le propone tras ello un viaje de unos días al Delta y la anima a que vuelva a bailar y que allí podrá escribir mientras él se queda con el niño.
Ese día, el niño vomita más de lo habitual, por lo que ella decide ir al CAP, aunque Nico le dice que es normal que un niño vomite, insistiendo ella en que ese niño tiene una tara y no es normal.
Diluvia, mientras esperan al taxi que les llevará
Ya en casa, ve cómo Nico, tras recibir una llamada dice a su interlocutor que pueden contar con él para un trabajo, por lo que comprende que ha renunciado a su viaje al Delta, diciendo él que ya no le apetece después de lo del día anterior.
Le dice que buscarán una guardería para cuando se le acabe a ella la baja.
Le pide tras ello que siga embalando cosas para la mudanza.
Ella le dice que tiene razón, que en ese piso se están ahogando y comienza a preparar cajas como si estuviera de acuerdo en hacerlo.
Le pregunta a Nico si hizo ya la reserva del Delta, diciendo él que habrá que anularla, diciendo ella que es una pena desaprovechar el dinero y le dice que podría irse ella sola.
Él le dice que Eric es muy pequeño, pero ella dice que irá con Ana, que le ayuda mucho con Eric y que cuando vuelva estará mejor.
Cuando baja, con la maleta, va, en efecto, a casa de Ana, que ignoraba que María iba a ir, y le deja a Eric y le pide que se lo cuide, pues va a hacer un viaje un poco largo.
Ve que Ana tiene allí a toda su familia, incluida su madre y dos hijas más mayores.
Le dice que la avisará cuando vaya a buscarlo, quizá al día siguiente.
Busca la foto de la mujer que mató a sus hijas y viaja hasta Taüll.
En el coche escribe en su móvil unas líneas más de su historia.
En la montaña acude a un pequeño hotel y pregunta al recepcionista cuántos habitantes tiene Taüll y le pregunta si sabe dónde es la casa de Alice, aunque le dice que no.
Por la noche, en la habitación debe sacarse la leche del pecho.
Envía un mensaje a su marido diciendo que llegaron bien.
Ana, a su vez, le envía un mensaje diciéndole que Eric se despertó un poco caliente.
Sale a pasear por el pueblo y ve a una mujer que piensa que es Alice, que sale de un portal con una caja con flores, que lleva al cementerio.
Pero entonces ve que la mujer es catalana y que no es quien pensaba y que, de hecho tiene un hijo mayor.
Ve que la foto que le mostró Ana la hicieron allí.
Ve entonces a otra mujer y comienza a seguirla y a llamarla Alice, que desaparece por un camino embarrado y lleno de charcos y cae en la nieve.
Sueña luego que se le abre la cicatriz de la cesárea y que aparece, un monstruo con los cuernos que vio en los grabados de la iglesia.
Escribe tras ello algunos párrafos sobre su libro.
Nico le envía varios audios, un poco preocupado de que no le conteste.
Como está preparando la mudanza, abre el armario donde ella guarda sus escritos, y donde encuentra decenas de artículos con la historia de la mujer francesa filicida y lee las páginas que lleva escritas de su novela.
Alarmado, vuelve a llamarla, aunque no se lo coge.
Llama por ello al hotel, aunque le dicen que no fue nadie con el nombre de María, por lo que sigue dejando mensajes y pide a su mujer que le diga que Eric está bien.
También Ana le deja mensajes, pues Eric está con fiebre.
Al día siguiente, María toma un café en el bar. No escucha a una mujer que también está allí desayunando y que tiene acento francés.
Sin saber que la tenía al lado, envía un mensaje a Alice diciendo que lleva días buscándola, aunque no se conocen, y le pregunta dónde está la frontera entre la luz y la oscuridad.
Toma el camino de vuelta, y las llamadas de Nico son tan insistentes, que finalmente se lo coje y le cuenta que Eric tiene fiebre y ella mastitis y está de vuelta a Barcelona.
Él le pide que pare el coche y le envíe una foto de Eric para que vea que está bien, debiendo confesarle finalmente que no está con ella, que está con Ana en urgencias.
Nico sale corriendo hacia el hospital para buscar a su bebé.
También acude María cuando llega a Barcelona, y encuentra a Nico en una habitación con el bebé.
Él le dice que cancelará lo del piso y que contratará a una chica que le ayude a cuidar a Eric hasta que él pueda coger la baja.
Le dice luego que seguramente ha hecho algo que no ha sabido ver y le pregunta qué fue y María le dice que se arrepiente de todo, que desea muchas veces que el bebé se muera y es horrible.
Epílogo
Las nadres no escriben. Las madres están escritas (Susan Suleiman)
Algún tiempo después, María Le explica a su editora que aun le falta el final para su novela.
Le dice también que le fue bien con el abogado que le recomendó y le fue muy útil.
Acude también al psiquiatra y a toma pastillas.
Eric ha crecido ya y va con ella a la playa y pasan juntos el día.
Lo lleva luego a la estación, donde los espera Nico, que recoge al niño y se lo lleva, aunque antes le dice a María que sería mejor quedar con una frecuencia fija, aunque ella le dice que poco a poco y que le llamará.
Ella vuelve a salir a la discoteca con sus amigas y a bailar, ahora feliz.