Te cuento la película

Otra mujer
Otra mujer

Another Woman (1988) * USA

          También conocida como:
                    - "La otra mujer" (Hispanoamérica)

Duración: 81 minutos

Música: Varios autores

Fotografía: Sven Nykvist

Guion y Dirección: Woody Allen

Intérpretes: : Gena Rowlands (Marion Post), Ian Holm (Ken Post), Mia Farrow (Hope), Blythe Danner (Lydia), Gene Hackman (Larry Lewis), Betty Buckley (Kathy), Martha Plimpton (Laura), John Houseman (Padre de Marion), Sandy Dennis (Claire), Philip Bosco (Sam), Harris Yulin (Paul), Frances Conroy (Lynn).

Marion Post comenta, al llegar a los 50, que en su vida ha conseguido muchas satisfacciones personales y profesionales, aunque no le gusta hurgar a fondo, y no porque tema encontrar una parte oscura de su personalidad, sino porque cuando algo parece que va bien es mejor dejarlo.

Es directora del departamento de filosofía de una universidad femenina y ahora está en excedencia para escribir un libro, siendo su marido, Ken, un prestigioso cardiólogo.

Ambos son casados por segunda vez y él tiene una hija de 16 años, Laura, que les visita a menudo, aunque vive con su anterior esposa.

También tiene un hermano casado, Paul, y, aunque su madre murió hace poco, su padre sigue saludable.

Suele escribir en casa, pero tuvo que realquilar un piso en el centro como despacho debido al horrible ruido que sus vecinos hacían durante unas obras en su piso.

Pero cuando se puso a trabajar la primera mañana, ocurrió algo extraño. Empezó a escuchar hablar a un hombre que contaba sus problemas y su primera experiencia con otro hombre, teniendo aún fantasías con aquello pese a asegurar que se siente aún atraído por su esposa y por otras mujeres.

Pero Marion no buscaba escuchar las íntimas declaraciones hechas al psiquiatra de al lado por sus pacientes, por lo que trató de colocar unos cojines en la salida del aire, por donde escucha sus voces.

Fue un día trabajoso y por la tarde decidió descansar un poco y se quedó dormida.

Se despertó escuchando de nuevo las revelaciones de otra paciente al psiquiatra, al haberse caído alguno de los cojines que colocó en el respiradero.

Esta vez era una mujer angustiada, indicando que la angustia sobre su vida y su futuro le hizo pensar en acabar con su vida.

Quedó tan sobrecogida por lo escuchado que decidió entreabrir la puerta al terminar la sesión y pudo ver que la paciente era una mujer embarazada.

Esa noche, Marion acude con su marido a la celebración del 50 cumpleaños de un amigo, aunque sigue sumergida en sus pensamientos.

Durante la fiesta hablan con sus amigos Lydia y Mark, el cual les cuenta, tras escuchar lo que Marion oyó, que existe una total falta de intimidad y que ellos mismos fueron sorprendidos por su casero mientras hacían el amor en la cocina.

Ken recibe una llamada de su hija Laura, que, tras pelearse con su madre desea ir a dormir a su casa, debiendo convencerla Marion de que no está bien, pues su madre se pondrá mal.

Al día siguiente, Marion había quedado con su cuñada, y cuando ya había decidido marcharse porque era tarde llega esta, que le dice que necesita dinero y que Paul y ella se van a divorciar.

Marion le dice que lo lamenta, aunque Lynn le dice que sabe que nunca le terminó de caer bien, diciendo Marion que apenas la conoce, asegurando Lynn que ella lo intentó.

Le pregunta por qué no le pide Paul el dinero, pues, asegura, están muy unidos, pero Lynn le dice que Paul la idolatra, pero también la odia, señalando Marion que procura no meterse en esas conversaciones, pues son improductivas y la gente suele decir cosas de las que luego se arrepiente.

Pese a acabar un poco irritada, el día fue productivo hasta que, al caer la tarde, comenzó a sentirse inquieta.

Vuelve a escuchar a la paciente del psiquiatra, al que le cuenta que ha tenido extraños presentimientos respecto de su matrimonio, como si se estuviera yendo a pique y a veces se pregunta si eligió bien, pues estuvo con otro hombre antes, al que vio por última vez dos años antes de casarse en una fiesta.

Marion recuerda su propia experiencia y cómo Larry y ella se besaban en la cocina, también durante una fiesta, sintiéndose ella violenta, lo que le hace pedirle a Larry cesar en esos encuentros, pues va a casarse con Ken, que le recuerda, es su mejor amigo, diciéndole Larry que es a él a quien quiere, lo que ella niega.

Fuera brinda por la pareja, por la salud y por la felicidad.

Y mientras lo hacen, llega Kathy, la anterior mujer de Ken y todos se quedan parados mirándola, señalando ella que va solo a devolver unas cosas.

Ken le pregunta por qué no llamó antes, diciendo ella que no va a quedarse pese a algunos de los que están allí reunidos eran antes también sus amigos.

Pregunta entonces quién es Marion, tras lo que recrimina a Ken que la engañara mientras la extirpaban los ovarios, excusándose él por el daño que hubiera podido causarle, aunque le pide que se marche.

Mientras Ken habla con ella fuera, Larry intenta de nuevo hacer cambiar de opinión a Marion diciéndole que quiere a su amigo, pero es un esnob, diciendo ella que es un hombre culto y sexy y le gusta leer libros con él.

Escucha a la paciente del psiquiatra decir que ahora evita pensar en el verdadero amor.

Llaman entonces al timbre, apareciendo Laura, con la que había quedado, yendo juntas a casa del padre de Marion, al que le sugiere que se traslade a la ciudad, aunque él se niega, pues con Clara, que limpia y cocina para él se apaña.

Examinan luego las cosas de su madre y recuerda su juventud, cuando pintaba.

Ya entonces, su padre regañaba a Paul por no querer trabajar. Quería que Marion, con unas excelentes notas estudiara en la universidad, ya que las notas de Paul eran mediocres y se dedicaba a beber y jugar a las cartas.

Paul soñaba con viajar y buscar algún negocio interesante, negándose a trabajar en la fábrica de cajas de cartón de su tío.

De regreso a la ciudad, Laura le pide que vaya a tomar una cerveza con ella y con Scott, aunque lo rechaza, diciendo que está muy cansada.

Pero cuando se separan ve a la clienta del psiquiatra y la sigue hasta perderla de vista, topándose entonces con una pareja que sale de un teatro, escuchando cómo la mujer comenta que se le olvidó parte del diálogo, reconociendo Marion a su vieja amiga Claire, de la que justo había hablado esa tarde, la cual le presenta a su marido, Jack.

Marion los invita a una copa, que Claire rechaza, pues, dice, han quedado con unos amigos, aunque Jack dice que les queda tiempo.

Jack se sorprende de que Marion sea miembro de Amnistía Internacional y de la Unión de Libertades Civiles además de jefa del departamento de Filosofía y le reprocha a Claire no haberle hablado nunca de ese capítulo de su vida, recordando Marion que eran muy amigas y estaba segura de que Claire sería una gran actriz.

Cuando se reconoce admiradora de Brecht, él le dice que hizo "Madre Coraje y sus hijos", recordando Marion que vio su montaje, asegurándole que fue una representación muy inteligente, aunque encontró algunos problemas con la traducción.

A Claire no parece agradarle la conversación y le pide a Jack que la mire de vez en cuando, pues su mujer es ella y no Marion, diciendo que a su marido le impresionan algunas cosas que ella no puede darle.

Marion trata de calmarla, pero Claire le pide que no se haga la inocente con ella y que no es la primera vez que ocurre, pues, recuerda, la hería inocentemente para hacerle perder la confianza en sí misma.

Jack se siente abochornado por la forma de actuar de su esposa y se lo recrimina, aunque Claire insiste en que no les separó la vida, que fue ella la que se apartó debido a lo que ocurrió con David, un chico que le gustaba.

Marion le dice que nunca le dio a David la menor esperanza, recordando Claire que coqueteaba con él y le seducía, pese a que él no se daba cuenta de lo chiflado que estaba por ella, asegurando Marion que nunca estuvieron a solas ni tuvo nada con ella.

Claire insiste en que lo sedujo, incluso sin darse cuenta y después de aquello, ella debió parecerla muy sosa.

Marion asegura que ni se le pasó por la cabeza, ni consciente ni inconscientemente, diciéndole Claire que es ella la que debería ser la actriz.

Jack abochornado le dice a su mujer que no debería beber, antes de separarse.

Cuando llegó a casa, Ken ya dormía, pero ella estaba muy alterada, por lo que trató de leer para relajarse, viendo el poema preferido de su madre, de Rilke, "El torso de Apolo arcaico", viendo que el libro está en esa página con manchas de lágrimas.

Tienen una cita con Mark y Lydia para celebrar su primer aniversario, aunque ella sugiere que tal vez deberían celebrarlo a solas en el primer restaurante en que estuvieron juntos.

Y, aunque se muestra un poco vulnerable, Ken no se da cuenta cuando le pregunta si fue ella la que le apartó de su mujer, a lo que le responde que fue él quien la sedujo.

De nuevo en su estudio, se sienta frente al respiradero para escuchar a la mujer, que ese día está especialmente callada asegurando no tener nada que contar.

Laura está encantada con Marion, pero cree, que tiene mentalidad de juez, pues se cree superior a los demás y los juzga, pues escuchó los comentarios que hizo de su hermano y piensa que a ella también la juzgará y se siente como sucia.

Después de aquello no pudo trabajar más y salió a pasear sin rumbo.

Acabó así en la oficina de su hermano, que se siente muy extrañado de su visita.

Marion le pide que sea sincero con ella, y le pregunta si recuerda que de pequeños estuvieron muy unidos, señalando él que hace mucho tiempo que no se hablan y que dejó de seguirla al ver que eso la hacía sentir incómoda, pues se dio cuenta que le decepcionó y le avergonzaba por cómo vive y con quién se casó.

Le cuenta que se separó de Lynn porque esta quería que trabajara para el primo Andrew, y la entiende, pues, reconoce, él nunca supo mantenerlos a ella y a los niños, recordándole que también ella le pedía que no trabajara con Andrew, diciéndole Marion que los tiempos cambian y no sería tan terrible hacerlo.

Él le recuerda que unos años antes le mostró algo que había escrito y ella le dijo que era pomposo, y que para un observador objetivo sus sueños eran vergonzosos y él, dice, trata de no avergonzarla más.

Marion y Ken acuden al teatro con Lydia y Mark, comentando la primera que está tratando de encontrar un lugar para celebrar su aniversario, preguntando Mark qué tiene de malo el hotel de Filadelfia donde tuvieron sus primeros encuentros.

Se dirige a ella una mujer que cena en la mesa de al lado y que le recuerda que fue alumna suya en Vermont, recordando que sus clases le cambiaron la vida, pues eran un estímulo para todas las mujeres del departamento de Filosofía, ya que sus ideas eran asombrosas.

Pasó varias noche en blanco, lo que influyó en su trabajo y lo poco que escribió fue forzado, acabando por dormirse en su estudio.

Tiene entonces un sueño en que escucha al psiquiatra preguntar a su clienta por qué no habla, diciéndole que cree que está enfurecida, yendo la propia Marion a la consulta, donde escucha decir a la paciente que le enfurece la vida, la crueldad, el envejecimiento o la enfermedad, indicando el psiquiatra que no debe preocuparse de la humanidad, sino su propia vida.

Cuando la paciente se marcha, el psiquiatra le pregunta a ella qué cree que le ocurre y le dice que se autoengaña y no puede prescindir de sus mentiras.

El psiquiatra dice que debe actuar deprisa y evitar que se suicide.

Entra entonces el siguiente paciente, que es su padre que dice que solo le quedan remordimientos, porque la mujer con la que vivió no fue a la que más amó y que no tiene una relación amorosa con su hijo por su propia culpa y fue demasiado severo con su hija, a la que no supo darle más cariño porque estaba enfrascado en el estudio de las figuras históricas y aunque ha conseguido renombre, se exigió poco a sí mismo.

Marion sale y va hasta el teatro donde se encontró a Claire, al que entra, encontrando allí a la clienta del psiquiatra y a Jack, el marido de Claire, que le pregunta si le gustaría ver el ensayo de la obra que dirige, diciéndole que Claire es muy buena actriz.

Esta interpreta a Marion hablando con su marido, recreando la conversación en que ella le preguntó si él le haría a ella el amor en el suelo del salón, y él le decía que no la veía haciéndolo en un suelo de madera, replicándole ella que es él quien solo quiere hacerlo en la cama y con la luz apagada y que en su matrimonio ya no queda pasión.

Él dice estar casado y ella le reprocha que ya casi nunca se acuestan y cuando lo hacen es de forma rutinaria.

Él no parece darse por aludido y le pide que se acuesten y que trate de no hablar en sueños, pues el día anterior repitió el nombre de Larry, que supone será Larry Lewis.

Al escuchar ese nombre tuvo una sensación de melancolía y quiso llorar.

Ahora ve a Larry, que le dice que se casó y es feliz, diciéndole ella que ve su firma a menudo en las revistas. Él le pregunta si leyó su novela, diciendo ella que la tiene, pero aún no la leyó.

Larry le cuenta que le inspiró uno de los personajes y escribió de ella con amor.

Le pregunta si piensa alguna vez en ella, respondiéndole él que espera sea feliz con Ken, confesándole ella que piensa en él a menudo.

Jack le pide que no llore y espere para ver la escena del suicidio de su primer marido, replicando ella que Sam no fue un suicida.

Le recuerdan que murió 15 años después de separarse por mezclar pastillas y alcohol solo en una habitación de hotel.

Marion recuerda que pasó muy buenos momentos con él, que dice la sedujo intelectualmente cuando era su alumna pese a la diferencia de edad.

Esa noche, y tras su sueño, ella y Ken salieron a cenar con sus amigos Tom y Eleanor Banks, pero estaba cansada y de mal humor y estuvo por ello apagada.

De regreso a su casa, Ken comenta que creía más sensatos a sus amigos, que hablaron de parapsicología, y le recuerda que ella se lo rebatió de forma correcta, aunque un poco cruel, reconociendo ella que fue debido a su cansancio.

Ken critica también que estuvieran hablando todo el rato de su viaje a Grecia, diciendo ella que si los desprecia tanto no entiende por qué salen con ellos, para decirle a continuación que no entiende esa necesidad de salir cada noche con alguien, como si no pudieran estar solos.

Le dice que cree que tiene miedo a quedarse a solas, pensando que tal vez es porque ya no tienen nada de qué hablar.

Le pregunta por qué tampoco se acuesta con ella cuando hubo un tiempo en que se morían por estar juntos, asegurándole él que sigue siendo deseable, aunque, concluye ella, acabarán por no acostarse, pues habrá alguna excusa para ello.

Él le pide perdón y le dice que acepta sus reproches.

Recuerda de nuevo a Sam, que le decía que era la alumna más maravillosa y el primer regalo que le hizo, una máscara de la producción francesa de "La Gioconda" que ella se coloca y él la besa a través de la máscara.

Ella acababa de leer uno de los ensayos de Sam, que era brillante.

No le había comprado sin embargo ningún regalo a Ken por el aniversario y esa mañana entró en una tienda de antigüedades.

Escuchó entonces en la tienda el llanto de una mujer, que, para su sorpresa, comprobó era la paciente del psiquiatra, Hope, que se echó a llorar tras ver un cuadro de una mujer embarazada, como ella, de Klimt.

No solo el cuadro, sino la añoranza de cuando de joven pintaba, le hizo estar así, no pudiendo evitar tampoco Marion recordar que ella también lo hacía y lo echa de menos, y piensa en lo que podría haber sido.

Tras salir de la tienda, caminaron juntas hablando de arte y entraron en una galería y la invitó a almorzar, bebiéndose Marion casi toda la botella de vino, ya que la embarazada no podía hacerlo, y aunque quería saber cosas de ella, fue ella la que más habló.

Le contó que su crisis llegó a los 50 y desde entonces no ha recuperado su equilibrio, pues, tras hacer balance ve que hay oportunidades que pasaron y que ya no volverá a tener, como la posibilidad de tener un hijo, algo de lo que no había hablado antes.

Recuerda que discutió con Sam porque se quedó embarazada y como no quería tener niños en aquel momento, abortó, echándole él en cara que no le consultara, diciéndole ella que, él ya había cumplido sus metas profesionales, pero ella todavía no, acusándola él de falta de sensibilidad al imponer su carrera y su vida intelectual a los sentimientos.

De regresa en su estudio escucha a Hope contándole al psiquiatra que ese día conoció a una mujer muy triste pese a que parecía tenerlo todo y le asustó y presiente que si no cambia, con el paso de los años acabará igual que ella, que reprimió sus sentimientos, lo que le llevó a una vida fría y cerebral ahuyentando a todos a su alrededor.

Cree que abortó porque tuvo miedo a lo que sentiría por su hijo, pues, pese a ser inteligente y competente, las emociones le incomodan.

Le cuenta al psiquiatra que también ella ha huido de los hombres porque la intensidad de su pasión la asustaba y no quiere llegar a su edad y al hacer balance de su vida descubrir que está vacía.

Pero además, mientras almorzaban, de pronto Marion vio a su amiga Lydia, y al ir a saludarla se dio cuenta de que estaba comiendo con Ken y que él la tomaba de la mano y la acariciaba, por lo que decidió esconderse para que no la vieran.

Cuando llega a casa, Ken le dice que tiene su regalo de aniversario y le anima a abrirlo, excusándose ella por no haber sabido qué comprarle, diciéndole él que ya sabe que una ópera siempre le gusta.

La anima tras ello a arreglarse, pero ella dice que no va a ninguna parte y le dice que le vio con Lydia en el restaurante y lamenta no haber sido más perspicaz, pues lo habría descubierto antes, pues ya le fue infiel a Kathy con ella.

Él se excusa diciéndole que nunca ha sido nada serio, y que ha sido una estupidez.

Marion le dice que lo lamenta, pues, a su manera, ha estado tan solo como ella, aunque ella lo reconoce.

Durante los siguientes días prácticamente no trabajó y se fue a pasear por la ciudad.

Volvió a ver a Sam, que se siente perplejo, pues Lynn y él, que no se soportan siguen juntos, mientras que ella y Ken, que siempre están juntos, van a separarse.

Marion le cuenta que es ella quien se va de casa para empezar desde cero. Incluso con él, pues ha pensado en conocer mejor a Lynn y pasar más tiempo con ellos.

Habla también con Laura, que le pregunta si es culpable su padre, diciéndole ella que lo son los dos, diciéndole Laura que no está afectada, solo sorprendida, pues siempre vio algo que le llamó la atención.

Le dice que valora su amistad y espera no perderla.

Antes de ir al estudio llama a la puerta del psiquiatra, y le cuenta su problema acústico, para, a continuación preguntarle cómo podría ponerse en contacto con Hope, de la que le dice, acabó el tratamiento y no sabe cómo contactar con ella.

Reanudó su trabajo, ahora a buen ritmo y sin distracciones

Una mañana se tomó un descanso y tomó el libro de Larry con la curiosidad de ver cómo reflejaba a Hlenka, el personaje basado en ella.

Recuerda que coincidieron sacando entradas para una obra y la reconoció porque era la amante de un amigo suyo y habían decidido casarse, reconociendo que desde que la conoció se enamoró de ella.

La invitó a una copa y pasearon por Central Park. Él hablaba de su libro y ella de su matrimonio, según Larry, con demasiado entusiasmo, como si quisiera convencerse más a sí misma que a él.

De pronto empezó a llover y se refugiaron bajo un paso subterráneo y algo instintivo le llevó a pensar que si la besaba ella le acompañaría, como así sucedió.

Luego ella lo rechazó, perro le sirvió para darse cuenta de que era capaz de una pasión intensa si algún día se decidía a permitírselo.

Sintió melancolía y esperanza tras leerlo y pensó si el recuerdo es algo que se tiene o algo que se ha perdido y por vez primera en mucho tiempo se sintió en paz consigo misma.

Calificación: 3