Órbita 9
España / Colombia (2016) *
Duración: 95 Min.
Música: Federico Jusid
Fotografía: Pau Esteve Birba
Guion y Dirección: Hatem Khraiche
Intérpretes: Clara Lago (Helena), Álex González (Alex), Andrés Parra (Hugo), Belén Rueda (Silvia), Kristina Lilley (Katherine), John Alex Castillo (Dr. Xiao)
Una nave orbita el espacio.
Dentro, una joven astronauta hace ejercicio para mantenerse en forma, advirtiéndole un ordenador del bajo nivel de oxígeno, para recordarle luego, mientras come, que la cápsula llegará en 17 horas y pronto respirará mejor y conocerá al primer ser humano de su vida, aunque ella le rectifica y le dice que al tercero, diciéndole el ordenador que depende como lo mire.
Ve tras ello en una pantalla una grabación de sus padres en la que le indican que lo han estado discutiendo, y tras hacer los cálculos una y otra vez llegaron a la conclusión de que en la nave tendrían solo oxígeno para poco más de un año y si viaja sola podría durar cuatro o cinco veces más.
Le dicen que no se lo dijeron porque no les dejaría hacerlo, por ello se fueron sin avisar y le piden que sea fuerte y aguante hasta que llegue el ingeniero, tras lo que se despiden de ella diciéndole que están seguros de que aguantará.
El ordenador le advierte mientras duerme: "Hora de levantarse Helena. Jornada 7409 de tu viaje" y activan el oxígeno de la reserva y le realizan el control médico semanal en que solo detectan una fisura que tuvo en el tobillo que está ya casi cerrada.
Ve películas antiguas y hace ejercicio, hasta que salta una alarma que avisa del inicio del acoplamiento.
Finalizado este, se abre la esclusa exterior entrando un astronauta que se presenta como Ingeniero Robótico 11 Beta 57.
Le dice que solo tiene autonomía de oxígeno para 50 horas y que nunca supieron por qué se desconfiguró la matriz de oxígeno, contándole ella que 3 años atrás sus padres se marcharon para que ella pudiera sobrevivir.
El ingeniero tiene un pequeño robot al que llama Kubik y es un rastreador de conexiones defectuosas y le ayudará con su trabajo.
En un receso de su trabajo ella le pregunta cómo se llama, respondiendo que Álex, invitándolo ella a cenar, pues tiene lechugas que cultiva allí mismo, pero él le dice que tiene mucho trabajo.
Ella insiste, pues, le dice, nunca ha tenido un invitado ni ha comido con nadie que no fueran sus padres y además necesitará cenar, por lo que lo convoca en media hora.
Durante la cena le cuenta el sacrificio de sus padres por ella y dice que en el fondo tuvieron suerte, pues si hubiera ocurrido en algún otro lugar no podrían haber escuchado su mensaje de auxilio y le pregunta si él no tiene la curiosidad de conocer Celeste, y él le dice que no tiene la fortaleza de los colonos. Ella le dice que no conoce otra cosa, pues entró allí siendo bebé y si todo va bien saldrá con más de 40 años, aunque a veces piensa que no tiene sentido pasarse media vida encerrada intentando llegar a un sitio, pero entonces se acuerda de que sus padres eran colonos y por ellos piensa que debe llegar a Celeste, aunque solo sea por su sacrificio.
Cuando despierta al día siguiente, el ordenador le dice que se ha desactivado el oxígeno de reserva y va a ver a Álex para decirle que respira mejor, diciéndole este que ya casi terminó y que al día siguiente estará listo.
Pasa mientras trabaja, al cuarto de Álex, donde observa a Kubik.
Poco después Álex la busca para decirle que no podrá cenar esa noche con ella, pues, le quedan aún varias horas con Rebeca y debe descansar.
Pero mientras duerme se despierta con Helena colocada sobre él, diciéndole que está observándolo y que nunca ha besado a nadie y va a pasarse los siguientes 20 años allí dentro sola, ante lo que Álex accede a acostarse con ella.
Cuando se queda dormida regresa a su trabajo.
Cuando despierta ve que él se dispone a marcharse ya y le pregunta si se iba sin despedirse, diciéndole él que no quería despertarla y que siente lo que ocurrió la noche anterior, antes de marcharse sin despedirse.
Tras andar por un largo pasillo Álex sale, pero no de una nave, sino a un bosque.
Sube tras ello a su furgoneta y recorre un bosque donde hay varios módulos como el del que salió.
Cuando pasa el control se observa que está en el programa Órbita, acudiendo tras ello al centro donde se hace el seguimiento del programa, donde habla con Hugo, su director, que le dice que las últimas pruebas son prometedoras, y ello supone que, entre 20 y 30 años más adelante podrán ver despegar las primeras naves, aunque él no parece muy ilusionado.
Le pregunta si nunca se han preguntado por la vida de los pasajeros de los simuladores, diciéndole Hugo que siguen sus biorritmos, algo, que dice él es muy frío, pues hablan de personas a lo que Hugo le responde que él también habla de personas, de 8.000 millones de personas, y a ello a dedicado la mitad de su vida, y sabe que también es importante para Álex aunque solo lleve 5 años con ellos, y al que le queda solo un simulador, el 10 para terminar con su recorrido.
Vuelve de nuevo al bosque donde están los simuladores, pasando los controles militares, escuchando en la radio que el Ministerio de Medio Ambiente creará tormentas artificiales en el distrito norte de la ciudad, lluvias nocturnas todos los miércoles del próximo mes.
De regreso en su casa toma alimentos precocinados que calienta en el microondas y ve el mar en una enorme pantalla.
Acude luego a casa de su amigo Xiao, que lo invita a cenar a su casa y que le dice que los resultados de su examen médico están bien. Solo tiene un poco de radiación, pero en niveles normales, diciéndole que no debió entrar en los simuladores, aunque tras ello le dice que tiene mucha suerte.
En la radio indican que hace 5 años del primer accidente de una nave totalmente tripulada por androides, diciendo que intentaron hablar con el español Álex Rojas, creador de los malogrados Ícaro 3000, aunque no pudieron localizarlo.
Kubik proyecta en su pantalla la conversación que tuvo con Helena, cuando dice que le habría gustado que tardase más en resolver la avería.
Vuelve de nuevo a los simuladores y termina su trabajo en el módulo 10, deteniéndose a su regreso frente al módulo 9, aunque continúa su camino.
Acude tras ello a un centro de conversadoras, donde habla con Silvia, que es su terapeuta, aunque él solo ve la imagen tridimensional de un lobo, que le recuerda que llevan ya 197 sesiones, diciendo él que entonces debe ser el momento de hablar claro, contándole que hay personas dentro de los simuladores, algo que ella ya sabe, explicándole él lo que ella ignora, pues no se trata de las parejas de científicos, sino que metieron a bebés que ahora son adultos, cobayas humanas que llevan allí toda su vida.
En su casa, Álex vuelve a ver a Helena en su pantalla.
Decide regresar de nuevo hasta el área de experimentación y se acerca a Órbita 9, donde para, sintiendo de pronto Helena, que estaba aburrida en su rutina cómo el ordenador le avisa de una nueva petición de ensamblaje de origen desconocido.
Asustada va hasta la esclusa exterior, viendo cuando se abre que aparece Álex, aunque ahora sin su traje espacial, explicándole este, que, aunque le parezca una locura, no está donde cree ella, sino en un simulador, y que, al otro lado de la puerta está la tierra, conminándola a salir de inmediato con él, si bien ella está en shock y desconfía y le pide que regrese a su cápsula.
Álex le muestra una de las cámaras que la ha estado grabando desde que era bebé y le dice que hay varias más por toda la nave que él ha desconectado en ese momento.
Le muestra que tiene implantado un biotestigo en la muñeca que le colocaron cuando nació y con el que controlan sus constantes vitales que él le quita y enchufa a un ordenador, mostrándole cómo envía estas y lo que escuchan y le dice que Rebeca es un robot de programación que se comunica con el exterior.
Ya más confiada accede a acompañarle al exterior, donde lo ve todo borroso, al ser la primera vez que ve la luz solar y se siente mareada, aunque poco a poco va descubriendo los árboles, los insectos y todo un mundo nuevo para ella.
Le pide tras ello que se introduzca en una caja que lleva en la parte trasera de la furgoneta, con la que se dirige tras ello al punto de control de salida donde observan que tiene niveles de radiación superiores a los normales, por lo que buscan el origen, viendo que lleva detrás su traje espacial, por lo que lo achacan a este y le dejan pasar.
Ya fuera de peligro, la saca de la caja en un lugar tranquilo desde el que se puede observar la ciudad donde le cuenta que estaba todo pactado desde antes de que ella naciera, incluso su llegada a la nave, ya que el oxígeno se controla por control remoto y esta se hacía para realizar una inspección técnica.
Ella dice que quiere ver a sus padres, aunque él le dice que nadie puede saber que está fuera y menos ellos, que son científicos militares que han dedicado la mitad de su vida a ese proyecto y no son su familia.
En casa de Álex le sorprende todo y por la noche sale para disfrutar también por vez primera en su vida de la lluvia, bajo la cual, y en medio de la tormenta vuelven a besarse.
A la mañana siguiente despierta sola y ve una nota de Álex diciéndole que regresará en dos horas con un plano donde le indica dónde están, aunque advirtiéndole que no puede salir sin él, viendo que le ha colocado carteles por toda la casa explicándole cada cosa.
Álex habla con su terapeuta que le dice que es muy peligroso lo que ha hecho, aunque él dice estar dispuesto a asumir el riesgo.
Cuando sale de la consulta ve que sale tras él una mujer, en la que reconoce a Silvia, diciendo él que no deben verse, pero ella le da su móvil y le dice que tiene un apartamento que no utiliza nunca en Isaura, y le dice que si necesita desparecer basta con que la llame y le pide que no vuelva a hablar de ese tema en la cabina, pues graban aleatoriamente las conversaciones.
Cuando regresa a su casa encuentra a Helena mirando trajes de mujer, diciendo ella que siempre ha tenido la misma ropa, aunque de diferentes tallas, llevándola a casa de su amigo Xiao, que le muestra sus ingeniosos inventos.
Le dice a Álex que desea ver el mar, aunque en vez de ello la lleva a un acuario y le dice que el mar no es ya como se lo imagina, pues las mareas ácidas acabarán con todo en breve y los peces solo podrán vivir en sitios como ese y descubre nuevas comidas.
Le pregunta qué hay en la habitación de abajo que no se puede abrir, mostrándole él que allí hay monitores desde los que puede ver los simuladores, aunque le dice que no tienen cámaras en los dormitorios ni en las zonas comunes, solo en el pasillo y él hackeó la de su simulador y por ello siguen apareciendo sus imágenes, aunque ella señala que se darán cuenta de que no envejece o que hace siempre lo mismo, aunque él señala que pueden grabarla allí y enviarlas cuando deseen.
Le pregunta qué harán con el resto de los pasajeros en 20 años, cuando termine el viaje, señalándole que Rebeca les indicará un error en la carta de navegación y se alargará indefinidamente, pues los simuladores solo abrirán sus puertas cuando fallezcan.
Ella le pregunta cómo pudo meterse en algo así, contándole que cuando Hugo apareció en su vida, tras la muerte de sus padres, quiso ver el lado bueno del proyecto, pues con él podrían salvar a millones de personas cuando pudieran hacer los viajes de verdad.
Van a una fiesta con sus amigos y les cuentan que se conocieron en España cuando eran niños, contando Álex que Helena es una informática brillante y se reencontraron por casualidad.
A Xiao no le convence el proyecto de viaje a Celeste. Piensa que pueden volver a ser los hombres de las cavernas o viajar a Celeste, pero no quiere tirar la toalla con la tierra y no le gusta que su hijo se pase media vida metido en una nave para llegar a un planeta que ni conocen, y además cree que a Marta y a él les rechazarían para ir por el criterio de reproducción.
Hugo habla por teléfono e indica que fue todo bien y los 10 simuladores siguen en orden, habiendo sido un éxito la fase de revisión.
Helena descubre en su piel unas manchas, decidiendo Álex llamar a Xiao para que le hagan una revisión, poniéndola este, en manos de Laura.
Mientras la atienden, Xiao le comenta a Álex que le sorprende la blancura de la piel de Helena, pues parece como si nunca le hubiera dado el sol, diciéndole Álex que los informáticos salen poco.
Mientras Álex acude a una reunión, Helena curiosea entre los libros de Álex en los que ve que hablan de un proyecto de clonaciones.
Hugo, en la reunión en que está Álex, agradece a sus patrocinadores que les abrieran su banco de clonaciones, algo que les diferencia de las otras cuatro ciudades del proyecto órbita y que los biotestigos les dan datos reales sobre el impacto del viaje en la salud física y mental de sus futuros pasajeros.
Helena descubre entre los cuadernos de Álex uno donde viene su proyecto de clonación, apareciendo en ellos la dirección de sus padres en Medellín, decidiendo coger un tren para acudir hasta allí.
Entretanto Hugo cuenta que cuando los telescopios descubrieron el planeta GJ909 no sabían que iba a convertirse en su tabla de salvación que les daría la oportunidad de empezar de cero y es una esperanza para sus hijos y nietos.
Helena vuelve a ver a sus padres que le explican que el banco de clonaciones solo trabaja con personas fallecidas al menos dos generaciones atrás, pero que ella es única y le dice que es una copia genéticamente exacta de una persona sana y longeva, en realidad mejor que la mayoría.
Ella le pregunta a su madre cómo pudo dejarla así, comprobando que está dolida, pero no su padre, que le coloca una pulsera y dice que va a llamar a seguridad, pues debe volver al simulador, y que estarán allí en 5 minutos, aunque lo evita su madre, que golpea a su esposo y le quita a Helena la pulsera, pidiéndole que salga a la carretera y coja el primer taxi que encuentre, pues su padre llamará al programa cuando despierte, abrazándola mientras llora.
Álex de regreso la llama y no le coge el teléfono y cuando llega a su casa ve que no está y ve los cuadernos que descubrió.
Helena consigue escapar, pero poco después Hugo está ya informado.
Cuando llega a casa de Álex le pregunta por qué no le avisó, mientras este lo recoge todo y le dice que tienen que marcharse.
Ella le dice que es lo único que tiene y le mintió.
Hugo llama para pedir ayuda, y cuando le preguntan si Katherine lo sabe, él responde que de hecho es orden de Katherine.
Álex y Helena se refugian en un motel desde donde él llama a Silvia.
Entretanto Hugo se reúne con Katherine, que le pide que los encuentre. Le dice que es un astrofísico brillante, uno de los más brillantes del mundo, pero puede perderlo todo, y le dice que le da igual que vuelva a entrar o no, pues sus parámetros no son ya válidos.
Hugo pide a sus sicarios que los encuentren y si es posible vivos, principalmente a ella.
Mientras los soldados irrumpen en casa de Álex, este se encuentra con Silvia.
Frente a las pantallas de los simuladores Hugo encuentra la tarjeta de Álex para hablar con las conversadoras.
Mientras hablan con esta en el centro escuchan ruidos fuera, saliendo Silvia a comprobar si se trata de alguna compañera, topándose con Hugo y dos militares, preguntándole si conoce a Álex, diciendo ella que es la primera vez que lo ve, y que está allí porque le toca revisión de software, pidiéndole Hugo que le muestre su cabina.
Una vez en ella le pide que encienda la pantalla, apareciendo ahora dos lobos en pantalla, debiendo permanecer Álex y Helena quietos para que no se note su presencia, explicando ella que son proyecciones estándar que no se mueven nunca.
Ellos lo ven desde dentro sin moverse, aunque entonces Hugo la acerca violentamente al cristal, lo que hace que Álex se inquiete, observando uno de los soldados que se movió un poco, no creyendo a Silvia cuando les dice que no se pueden mover y que debió ser su imaginación, apuntándole el soldado a la cabeza, mientras le pide que les diga que salgan, procediendo a dispararle a la cabeza cuando ella les desobedece, lo que hace que esta vez sí reaccionen horrorizados.
Deben salir corriendo, antes de que disparen contra ellos, recorriendo todo el edificio hasta la azotea perseguidos por los militares, debiendo saltar de edificio en edificio hasta llegar a un lugar desde el que deben saltar de gran altura, haciéndolo primero Álex, pero no haciéndolo Helena, que deja que la detengan.
Disparan luego contra Álex aunque cuando llega Hugo dice que a él no lo necesitan.
Álex se reencuentra con su amigo Xiao, que le pregunta qué hicieron, pues casi le destrozaron su consulta, aunque él les dijo que hacía días que no lo veía a él y que a ella no la conocía, informándole del resultado del cultivo que le hicieron a Helena, que, indica, no son buenos, pues tiene una rara mutación en la epidermis, siendo como una mariposa que no puede vivir fuera, ya que su piel se acostumbró al ambiente presurizado, aunque, le dice, hay algo más.
Helena le pide a Hugo que le deje volver adentro, señalando este que ya no puede, porque desconectaron el Órbita 9, pidiéndole ella que vuelvan a conectarla, aunque le dicen que las cosas no son así y que ella ya no sirve para nada.
Ella le pide que dejen en paz a Álex, que se oculta en una zona deprimida de la ciudad.
Katherine le dice a Hugo que si no sabe cuánto cuesta mantener el simulador en marcha y le pide una buena razón para volver a meterla dentro, señalando él que no pueden volver a meterla ni dejarla fuera, por lo que Katherine le dice que ya sabe lo que debe hacer y que tiene 24 horas para hacerlo.
Hugo recibe entonces una llamada de Álex que le ofrece un trato, diciéndole Hugo que es un científico y se ha enamorado del ratón.
Helena es llevada a un hospital. Hugo le pregunta allí al médico que se encargará de ella que le dice que ni siquiera se enterará y que durará solo un par de minutos.
Pero Álex arremete contra la barrera de la central del edificio donde controlan el programa Órbita, no parando ante la barrera pese a los disparos, consiguiendo llegar hasta el edificio central donde le espera un grupo de hombres armados. Él les dice que ha hablado con Hugo e ignora su petición de alto, por lo que le disparan, no acabando con él porque aparece Hugo.
Poco después Hugo sube a ver a Katherine.
Luego vuelve a ver a Álex, que le dice que le está poniendo en bandeja lo que siempre quiso conseguir, le pide que le permita entrar en el simulador con Helena.
Le llevan atado hasta ella, y vuelven a abrazarse tras su reencuentro.
Tiene una linterna que proyecta una imagen donde puede verse que ella está embarazada de 6 semanas de una niña.
Katherine le dice a Hugo que están locos y él más. Sabe que Hugo siempre quiso monitorizar un nacimiento dentro del simulador y la junta nunca se lo permitió, pero ahora, le dicen, están solos ellos dos, Katherine y Hugo y le pide su permiso a ella, que le dice que haga lo que desee.
Helena le dice que acepta el trato, pero con una condición.
Años después una joven sale del simulador número 9, esperándola fuera un anciano Hugo, junto con otros científicos, escuchándose la cuenta atrás para el viaje al espacio.