Te cuento la película

Memoirs of murder (Crónica de un asesino en serie)
Memoirs of Murder (Crónica de un asesino en serie)

Salinui chueok (2003) * Corea del Sur

          También conocida como:
                    - "Memorias de un asesino" (Hispanoamérica)

Duración: 130 Min.

Música: Tarô Iwashiro

Fotografía: Kim Hyung-koo

Guion: Bong Joon-ho, Shim Sung-bo (Historia: Kim Kwang-rim)

Dirección: Bong Joon-ho

Intérpretes: Song Kang-ho (Park Doo-man), Kim Sang-kyung (Seo Tae-yoon), Kim Roe-ha (Cho Yong-koo), Song Jae-ho (Sargento Shin Dong-chul), Byun Hee-bong (Sargento Koo Hee-bong), Ko Seo-hie (Oficial Kwon Kwi-ok), Park No-shik (Baek Kwang-ho), Jeon Mi-seon (Kwok Seol-yung), Park Hae-il (Park Hyeon-gyu).

Basada en la historia real de una investigación criminal no resuelta en la época de la dictadura militar.

23/10/1986

Un niño, escondido en un campo de cereales caza saltamontes cuando escucha que se acerca un tractor, corriendo tras este otro grupo de muchachos que cazaban mariposas.

Del tractor baja un hombre, Park Doo-man, un detective que mira en una zanja, donde está el cuerpo de una mujer asesinada, mientras el hombre del tractor debe quitar a los niños la ropa interior de la chica, con la que jugaban.

El primer sospechoso al que interrogan por el asesinato y violación es el antiguo novio de la asesinada, al que ella dejó unos meses atrás.

Doo-man fotografía a cada uno de los sospechosos, que luego pega en un cuaderno con los datos de cada uno de ellos.

Unos días más tarde acude a investigar otro crimen, viendo que el escenario de este está repleto de personas, que han pateado todo, habiendo incluso fotógrafos, pasando un tractor por la única prueba que había, una huella.

Doo-man vive con Kwok Seol-yung, que tras dejar su trabajo en el hospital trabaja en medicina de forma particular, poniéndole de hecho a él, la vacuna de la gripe.

Ella le cuenta que escuchó hablar a una anciana sobre la familia Baek, dueños del restaurante, a los que llaman los devoradores de mujeres, y que tienen un hijo, Baek Kwang-ho que es un poco retrasado, y del que, dicen, seguía a Hyang-sook, la segunda mujer asesinada, a todos lados y que en la noche en que la mataron la anciana vio a también lo hacía.

Tras escucharla, Park decide ir a buscar al muchacho, al que encuentra en un salón de recreativos y se lo lleva para interrogarlo y preguntarle si mató a Hyang-sook para poder tocarla, ya que ella no querría nada de él debido a que su cara es deforme por quemaduras, lo que el muchacho niega, apareciendo otro policía, Cho Yong-koo, que golpea al muchacho para tratar de obligarle a confesar, pese a lo cual el muchacho mantiene su inocencia.

Un día, una joven camina por una carretera, cuando se percata de que un hombre la sigue, por lo que, asustada, se echa a correr y se resbala y cae por una pendiente, sin escuchar al hombre que le dice que solo quería preguntarle cómo llegar a un lugar.

Park, que pasaba por allí, lo toma por un violador y lo golpea, hasta que el hombre se presenta como Seo Tae-yoon, un detective llegado de Seúl para colaborar en la resolución de los asesinatos, diciéndole a Park, que presumía de saber quién era un criminal por su aspecto, de lo mal que se le da detectarlos.

Park llevó la zapatilla de Kwang-ho para ver si la huella que dejaba era igual a la que vio en el lugar del crimen, y le dicen a este que dicha huella y la de su zapatilla son coincidentes, por lo que le piden que confiese que es el autor de todas las muertes, negándolo el muchacho pese a todo.

Park y Cho llevan al muchacho hasta el bosque, donde amenazan con enterrarlo para obligarlo a confesar, y le dicen que su cara da asco a las mujeres, diciendo el muchacho que es cierto y que va a matar a todas las mujeres que ponen cara de asco al verlo.

Cuenta entonces que mató a Hyang-sook junto al arrozal apretándole la garganta con su sujetador y después con su media y luego con la correa de su bolso.

Dice que su cuerpo tembló un poco, que tenía la cabeza cubierta con las bragas, aunque le corrigen y le dicen que en realidad era una faja, y que después volvió a vestirla, aunque dice que no sabe por qué y que luego corrió sin parar, pues llovía mucho.

Pero Tae-yoon está convencido de que ellos le contaron cómo fue todo y duda de la confesión.

Examina las fotografías que hay del asunto y al día siguiente, y mientras se disponen a llevar a Kwang-ho al lugar del crimen para su recreación, Tae-yoon observa sus manos y asegura que el muchacho es inocente, pues sus dedos son deformes y con ellos no podría ni sujetar unos palillos.

Trata de evitar que el jefe de la policía haga el ridículo con la reconstrucción, a la que invitaron a centenares de periodistas, pues, asegura, solo conseguirán quedar en ridículo, ya que, le explica, la mujer asesinada tenía atadas al cuello tres nudos, algo que el muchacho no podría haber hecho con sus manos.

No logra que el jefe le haga caso, pero llega entonces el padre del muchacho gritando que su hijo es inocente y que le han torturado, preguntando los periodistas si es así.

El acto es, en efecto un desastre, anulando el fiscal la prueba de detención, algo que Park no entiende, pues dice, tenían la huella y la confesión, ya que el muchacho conocía todos los detalles del crimen, algo que no podría saber si no fuera el criminal, aunque Seo cree que los sabía porque estuvieron ensayando.

Los periódicos informan de la reorganización del equipo de investigación y de que el misterio rodea nuevamente el asesinato.

El nuevo jefe debe ponerse al día de la investigación, acudiendo para ello al lugar donde tuvo lugar el primer asesinato, explicando Seo, tras examinar los asesinatos, que las dos muertes tuvieron lugar en noches de lluvia e iban vestidas de rojo, y apunta además que cree que hay una tercera mujer, pues descubrió que hay otra mujer Dokko Hyun-soon de 27 años, que desapareció dos meses antes, y en un día de lluvia.

Pero Park no lo cree, pues, afirma, conocían a la muchacha y esta siempre decía que quería irse a vivir a Seúl, y ellos, que conocen el pueblo, piensan que lo que dice es una tontería.

Pero Seo, sin hacerles caso, concluye que sabe dónde puede estar el cuerpo y asegura que si le dan dos brigadas la encontrarán en dos días.

Su jefe le otorga los medios para la búsqueda, en la que no participan ni Park ni Cho, que creen que están perdiendo el tiempo, convencidos de que Dokko se fue a Seúl, aunque poco después escuchan el silbato de uno de los participantes de la redada, al encontrar, en efecto, el cadáver de Dokko, con indicios de violación.

La muchacha fue asesinada con su propia media y también a esta muchacha le colocaron las bragas en la cabeza, teniendo las manos atadas de la misma manera.

Van al restaurante del padre de Kwang-ho y Park le regala unas zapatillas nuevas, comentando Seo que ese chico es justo lo opuesto a lo que buscan y arrestarlo sería una pérdida de tiempo.

Acude luego todo el equipo a un karaoke donde se emborrachan, preguntándole Park a Seo para qué ha ido allí, al culo del mundo, para acabar peleándose, pues Park le asegura que allí no necesitan cerebritos, que les basta con sus dos piernas.

Enfadado, el jefe les dice que deben ir un paso por delante del asesino, pues cree que intentará actuar en la siguiente noche de lluvia.

Por ello piden refuerzos el siguiente día que llueve, aunque coincide con una visita del presidente a una población donde hay revueltas contra él y no pueden enviar a nadie.

Deciden actuar con los medios a su alcance, utilizando como señuelo a una de las policías, la oficial Kwon Kwi-ok, que sale vestida de rojo, seguida de Seo.

No tienen éxito, y mientras se refugian de la lluvia, ven a dos colegialas a las que les hacen pasar para que se refugien de la lluvia.

Estas, les cuentan que en el colegio les dijeron que la policía no consigue atrapar al asesino, porque es un loco que vive bajo las letrinas del colegio, pues se queda allí todo el día y por la noche sale a matar mujeres.

Entretanto, una joven recibe una llamada para ir con el paraguas a recoger a alguien, cantando mientras camina bajo la lluvia, cuando de pronto escucha cómo alguien, a quien no consigue ver, tararea la misma canción, por lo que, asustada, sale corriendo, cuando de pronto se abalanza sobre ella un hombre que estaba escondido.

Seo recibe la mañana siguiente una llamada avisándole del asesinato, llegando a tiempo de poder preservar unas huellas, un poco borrosas por la lluvia.

Park aventura que el violador debe ser alguien que no tenga vello púbico, ya que no encuentran ninguno en las víctimas, planteándose que podría ser un monje budista.

La detective Kwon les rebela algo interesante. Se percató de que, en un popular programa de petición de canciones, se emitió una, "Carta triste", los días de los asesinatos, habiendo escuchado ella el día anterior que la petición la realizaba un hombre del distrito de Terung, que pedía que pusieran la canción un día de lluvia.

Seo va a la emisora para tratar de conseguir la postal y ver de dónde es el matasellos, aunque sus pesquisas no tienen éxito, pues se deshicieron de ella.

Por su parte Park acude a varias saunas y se fija en todos los hombres, tratando de ver si alguno de ellos carece de vello púbico.

Kwok propone a Park consultar a alguna vidente a la que le lleva su cuaderno con fotos, y, siguiendo sus consejos acude con Yong-koo al lugar del crimen, donde esparcen tierra con un líquido especial, sobre un papel, pues, le dijo la vidente que, cuando se secara se convertiría en la cara del asesino.

Mientras observan lo que es solo una mancha escuchan a un hombre, y piensan que debe ser el criminal, ya que, se dice, siempre regresan al lugar del crimen, por lo que se esconden, viendo que en realidad se trata de Seo, por lo que se preguntan qué hace allí y para qué fue, observando que pone la canción, hasta que, escuchan otro ruido y ven que se esconde también, al lado contrario, observando que se acerca otra persona.

Observan cómo saca un sujetador y unas bragas que llevaba ocultos y los coloca sobre el suelo, como si de un ritual se tratara, y cómo si los llevara puestos una mujer tumbada, tras lo que se baja los pantalones, observando que lleva puestas unas bragas rojas, masturbándose sobre la imaginaria mujer hasta que un ruido hecho por Yong-koo lo alerta y sale corriendo, empezando a perseguirlo los tres policías, para sorpresa de Seo, que ignoraba que sus compañeros estaban también allí.

Consigue despistarle varias veces, hasta que finalmente llegan a una cantera llena de gente trabajando y todos vestidos de negro como el hombre al que perseguían.

Park se fija en uno de ellos que, al agacharse deja entrever unas bragas rojas, por lo que simula haberlo deducido por sus habilidades, aunque cuando los señala Seo se da cuenta también de que lleva esas bragas.

El hombre no entiende por qué masturbarse es un delito, preguntándole ellos por qué huyó, diciendo que se asustó, y que iba al bosque porque en casa estaban sus chicos y no podía.

Yong-koo va a su casa, donde encuentra algunas revistas porno, aunque sus vecinos le dicen que es un hombre honrado y se pasa el día cuidando a su esposa, que está enferma.

Al día siguiente se reúne frente a la comisaría un nutrido grupo de manifestantes pidiendo que liberen a Byung-soon.

Después de 4 días de torturas el hombre acaba confesando, aunque lo que les cuenta, les dice finalmente que es un sueño, aunque menciona las letrinas del colegio, preguntando Seo de dónde sacó esa historia, diciendo él que la sabe todo el mundo.

Seo acude al colegio y le pregunta a la niña que se la contó por la historia del tipo de las letrinas, que ella dice conoce todo el mundo.

Acude a las letrinas para echar un vistazo, topándose con una profesora que no da importancia a esa historia, pero que le habla de la mujer que vive en una casa cercana, que se puede ver desde las letrinas y a la que pudo ver llorando tras una ventana.

Seo va a la casa de esa mujer, encontrando a una joven que le pide que no se quede allí, pues podrían verle y que se niega a hablar con él por miedo, aunque luego sí acepta hablar con la oficial Kwon, a la que le cuenta que ella también fue violada una noche de septiembre mientras lloviznaba, y que el violador hizo lo mismo que con las mujeres muertas, aunque ella no quiso mirarle.

Como a las otras mujeres, le cubrió la cabeza con las bragas, estando convencida de que si le hubiera mirado la habría matado.

Cuenta que le tapó la boca y por ello notó que eran delicadas como las de una mujer.

Regresa a la comisaría, donde tienen colgado a Byung-soon, a punto de firmar su declaración y, tras mirarle las manos asegura que no es el asesino y pide que le suelten.

Park, harto de sus aires de superioridad empieza a pelearse con él, llegando en ese momento el sargento, que al ver a Cho con una cuerda le pregunta si colgaron al sospechoso, pues no desea que se torture cuando toda la prensa les vigila.

Y cuando entra, se encuentra a Park y a Seo peleándose, sin lograr que paren hasta que la oficial Kwon llama su atención y les hace ver que justo en ese momento están emitiendo en la radio la canción "Carta triste", comenzando Seo a llorar al escucharlo.

Declaran de inmediato el estado de emergencia y salen para tratar de evitar que haya un asesinato esa noche, aunque no pueden enviarles refuerzos, pues los enviaron a reprimir una manifestación en Suwon.

La oficial Kwon se dirige a la emisora para tratar de rescatar la postal de petición.

Y, en efecto, al día siguiente aparece otra mujer muerta, Ahn Mi-seon de 28 años, que, destaca el sargento, murió a la hora en que Seo y Park se peleaban.

El forense encuentra en su vagina ocho trozos de melocotón y el hueso.

Park, muy orgulloso hasta ese momento de sus métodos, reconoce que su cuaderno con los sospechosos fue una pérdida de tiempo y lo tira a la basura.

Kwon consiguió encontrar la postal en la emisora, viendo que fue enviada desde el Distrito de Terung, por lo que acuden a casa del remitente, Park Hyun-kyu, que su mujer le dice, estará en la fábrica, trabajando, por lo que acuden en efecto a la fábrica en que trabaja, comprobando que se tratan de un muchacho muy joven, observando Seo mientras lo interroga más tarde que tiene unas manos muy suaves.

Park les cuenta que lleva viviendo allí desde septiembre del año anterior, después de acabar el servicio militar, poco antes del primer asesinato.

Le preguntan si envió él la postal, diciendo que sí y que ya había enviado otras, señalándole que cada vez que la ponían, moría una mujer.

Él les dice que el día anterior estuvo escuchando el programa, por lo que le preguntan cuál fue la última canción que pusieron, diciendo que no se acuerda, y que todos saben que torturan a gente inocente para hacerles confesar, pero que él no lo consentirá.

Seo le dice que si hubiera escuchado el programa se habría acordado de la última canción ya que habló de él y de las postales que había enviado al programa.

Enfadado, Yong-koo, salta sobre él, diciéndole el jefe que no vuelva a entrar en la sala de interrogatorios, pues la prensa está husmeando.

Tras el largo interrogatorio acaban agotados.

No tienen ninguna pista ni testigos, proponiendo Seo golpearlo hasta que confiese, diciéndole Park que no cometa el mismo error que ellos con Kwang-ho.

Recuerda entonces Seo que Kwang-ho conocía perfectamente los detalles de la muerte de Hyang-sook, por lo que piensan que no fue asesino, pero sí testigo, decidiendo ir al restaurante de su familia para tratar de hablar con él.

En televisión hablan de un detective acusado de torturas y abusos sexuales, rompiendo Yong-koo la televisión para no seguir escuchando la noticia, haciendo que el resto de clientes se enfade, comenzando una pelea en que Yong-koo se ensaña con uno de los atacantes, apareciendo entonces Kwang-ho, que le golpea en la pierna con un tablón que tenía un clavo, tras lo que sale corriendo y Seo y Park tras él.

Temiendo que quieren vengarse se sube a un poste telefónico, aunque ellos tratan de tranquilizarlo diciéndole que no le harán nada.

El muchacho les dice que ya les contó todo lo que sabía de la muerte de la chica, en el arrozal, junto a la vía del tren.

Le preguntan si vio el rostro del asesino, diciendo él que sí, que desde su escondite bajo el heno vio cómo los rayos lo iluminaban y que era un tipo mucho más guapo que él.

Le muestran una foto del detenido, pero Kwang-ho en vez de centrarse en lo que le preguntan comienza a recordar el momento en que le tiraron al fogón de niño debido a lo cual su cara quedó deformada.

Toca tras ello un silbato y aparece un grupo de hombres tratando de evitar que la policía abuse de él, enzarzándose en una pelea, aprovechando Kwang-ho para escaparse, yendo Park tras él, viendo que se ha puesto en la vía del tren y que se acerca uno, por lo que trata de convencerlo de que salga, aunque el muchacho no lo hace y acaba siendo atropellado, salpicando su sangre a Park, que queda muy afectado.

En la prensa tratan el caso del suicida sospechoso, entre rumores de abusos policiales, no parando de sonar sus teléfonos.

En el departamento de investigación encontraron restos de semen en la ropa de la víctima, pensando que quizá se masturbó encima del cadáver, por lo que tienen su ADN, aunque como en ese momento carecían de la tecnología necesaria para hacer análisis de ADN, deberán enviarlo a EEUU.

Descubren que Yong-koo tiene el tétanos por el clavo de Kwang-ho, y deberán por ello cortarle la pierna, para lo que debe dar Park su conformidad al carecer aquel de familia.

Kwok le pide a Park que deje la policía y se dedique a otra cosa.

Deben dejar libre a Hyun-kyu, al que vigilan constantemente, aunque un día, mientras lo vigila, Seo lo pierde debido a que falla su coche, cuando el sospechoso sube al autobús, por lo que se siente muy mal, pues, de hecho, pese a haber solo 6 paradas desde donde cogió el autobús hasta su casa no llegó, por lo que debió bajarse antes.

Kwok acude a la farmacia a buscar productos para atender a una mujer, debiendo ir hasta un barrio alejado, asustándose al escuchar un ruido, aunque se cruza con la estudiante que habló con Seo en el colegio, decidiendo finalmente el asesino, que estaba al acecho, lanzarse sobre la muchacha.

Entretanto se realiza un simulacro de bombardeo y todos deben ocultarse, aunque el asesino se toma su tiempo en medio del bosque con la chica.

Al día siguiente encuentran su cadáver, bajo la lluvia, viendo que hay varios objetos en su vagina, como un bolígrafo y una cucharilla.

Seo la conoce al ver la tirita que él mismo le puso unos días antes en el colegio, por lo que, ofuscado va hasta casa de Park Hyun-kyu, al que saca afuera y golpea sin misericordia, seguro de que fue el asesino, asegurando que a nadie le importará si le mata, apuntándole con su arma mientras le exige que confiese su culpabilidad, volviendo a patearlo de nuevo.

Mientras le apunta, exigiéndole la confesión, Park confiesa, haciendo que baje un momento la guardia, pudiendo quitarle el arma al golpearlo con una piedra.

Aparece entonces Park buscándolo, y con los resultados del ADN, llegados de Estados Unidos, viendo, al abrirlos que el ADN no coincide, aunque Seo está tan ofuscado que dice que no necesita ese documento, recogiendo su arma y dirigiéndose al detenido con intención de acabar con él, impidiéndoselo Park, pasando entre ellos el tren que destroza los papeles con el ADN.

Hyun-kyu se marcha por el túnel, aún esposado, y Seo le dispara, aunque no le alcanza.

2003

Park tiene dos hijos adolescentes y trabaja vendiendo licuadoras.

Un día, mientras trabaja pasa junto al lugar donde apareció la primera muerta y se acerca a la acequia, volviendo a asomarse, cuando se le acerca una niña que le pregunta si hay algo allí.

La niña le cuenta que tiempo atrás encontró a otro hombre mirando y le preguntó lo mismo y el hombre le contó que en ese sitio hizo algo un tiempo atrás y por eso había vuelto a echar un vistazo.

Park le pregunta si le vio la cara, diciendo la niña que era alguien muy normal, un hombre corriente.

Calificación: 4