Matria
España (2023) *
Duración: 99 min.
Música: Patricia Cadaveira, Marcel Pascual
Fotografía: Lucía C. Pan
Guion y Dirección: Álvaro Gago Díaz
Intérpretes: María Vázquez (Ramona), Santi Prego (Andrés), Soraya Luaces (Estrella), E.R. Cunha "Tatán" (Xosé), Susana Sampedro (Carme)
Ramona es la encargada de las mujeres que realizan la limpieza en una fábrica antes de que lleguen los trabajadores.
Pero no deja de buscar otros trabajos, y por ello, y mientras desayuna pregunta a la dueña del bar, su amiga Pilar si sabe si cogen gente para limpiar en el hotel nuevo, diciéndole ella que sí, pero que pagan solo 3 euros por habitación.
Como se le rompió el coche, tiene que ir en bicicleta hasta su siguiente trabajo, en el puerto, donde colabora con unos mejilloneros, ayudándoles a ensacar los moluscos y fregando luego el suelo del barco.
De regreso a su casa guarda el dinero ganado en una caja de latón, bajo el fregadero.
Por la noche va a ver a su hija Estrella al bar donde esta trabaja para darle algo de dinero, aunque su hija lo rechaza y le dice que cobrará en unos días y le recrimina que no la llama nunca, tras lo que le dice que casi tiene ya el dinero para su matrícula.
Le dice también que casi no va a su casa, diciendo ella que no quiere ver a su novio.
Este, Andrés, llega borracho esa noche, tanto que se cae, tras lo que le dice que quiere acostarse con ella, que le dice que no le apetece, aunque finalmente lo hace, lo que hace que se le queme la tortilla y debe tirarla.
Habla de cuando en cuando con su amiga Carme, a la que le cuenta que tiene una prueba en el centro médico y se queja de que su hija trabaje en el bar y no estudie.
Andrés le dice que consiguió el coche gratis porque hizo un trabajo para el del taller, y la llama Aurelio, de la fábrica para decirle que tiene que acudir a una reunión.
Llega con otro hombre, que se presenta como Sito, que es el dueño de la nueva empresa de limpiezas que se encargará desde ese momento del trabajo en la fábrica y que les explica que las contratarán a todas, pero que deben bajar el precio de la hora a 5 Euros, quejándose Ramona, pues es lo que cobraban ocho años antes, diciendo ellos que es lo que se está pagando y que luego irán mejorando con el tiempo, pero ella le recuerda que han hecho muchas horas extras sin cobrar, y que no han tenido para nada en cuenta su esfuerzo y se marcha muy enfadada.
Empieza enseguida a buscar una casa para trabajar, pero ya se ocupó.
Va luego a otra fábrica, donde toman sus datos, aunque cuando dice que no ha trabajado allí nunca le dicen que no la cogerán, lo que la enfada también por hacerle perder el tiempo.
Cuando le cuenta a Andrés que la echaron de la fábrica, él le advierte que no vaya pidiéndole nada.
Acude a la neumóloga, que la ausculta y le hace una placa, echándole la bronca por no haber dejado de fumar, teniendo los pulmones peor que el año anterior y con menos capacidad.
Habla también con las mariscadoras, aunque sin resultado.
Va luego a una empresa de Trabajo Temporal, pero solo tienen trabajo en el hotel, y no lo quiere, y además se le rompe la pantalla del móvil al caérsele en las escaleras.
Consigue finalmente un trabajo de limpieza y cuidado de un anciano media jornada y se lo cuenta a su amiga.
Andrés le propone salir a bailar, aunque ella dice que está muy cansada, pese a lo cual al final salen y bailan.
Va al baño de la discoteca y cuando regresa ve a su marido bailando con otra sensualmente, por lo que le tira la bebida a la cara y se enfada con él y se marcha, diciéndole él que está loca.
Se marcha en el coche, angustiada, por lo que debe utilizar el aerosol.
Por la mañana llega a la casa a la que va a limpiar.
Por la noche va su hija a cenar con ella, pues no está Andrés, sabiendo que dejó el trabajo.
También su hija le cuenta que consiguió otro trabajo que compagina con el del bar, haciendo que se enfade cuando critica a Óscar, su novio, que trabaja en el bar haciendo bollos y estudia y le dice que paga ella casi todo.
Estrella se marcha muy enfadada.
Cuando se acuesta oye la puerta y simula estar dormida.
Mientras trabaja con los mejilloneros el chico más joven le tira los tejos y ella le hace una foto para enseñársela a su amiga, pues le hace gracia.
Andrés le dice que vuelva a llamar a la fábrica.
Un día el señor Pepe, el jubilado para el que trabaja, le pide que le lleve a Pontevedra.
Por el camino, ella le cuenta que se separó de su marido y ahora está con otro hombre.
Pepe le cuenta que va a cancelar la línea de teléfono de su mujer.
Pero en la tienda de teléfonos le dicen que necesita el certificado de defunción, quejándose él de que llevan 5 meses cobrándoles sin que se utilice la línea, diciéndole que pueden cancelársela, pero que sin el certificado le cobrarán una penalización.
El hombre se marcha desolado, pero Ramona vuelve a la tienda y monta tal escándalo que consigue que salga la encargada de la tienda y dé de baja en teléfono sin tener que llevar ninguna otra documentación.
Va tras ello el señor Pepe a saludar a un antiguo compañero de trabajo, sentándose ella después de mucho tiempo sin parar, por un momento en un banco.
Regresa a la empresa y habla con Aurelio, bajando luego a ver a sus antiguas compañeras. Algunas se disculpan por seguir y dicen que necesitaban el dinero.
Vuelve a ver a su hija al bar, pues no volvió a hablar con ella desde que se fue enfadada por su casa, quejándose de nuevo de que no le coja el teléfono.
Le vuelve a ofrecer dinero para que deje de trabajar y prepare la prueba, diciendo que allí está bien trabajando, preguntándole si quiere vivir como ella, deslomándose por nada, diciéndole su hija que eso quiere en efecto, por lo que debe marcharse sin haber conseguido avance alguno con ella.
Le pide a su empleador, el señor Pepe, que le dé alguna hora más, y mientras está allí la visita su amiga Carme por sorpresa.
Beben juntas varias copas y luego, tras vestirse con ropa sexy van al bar de su amiga, Pilar, que cierra la puerta para ellas solas para evitar a los babosos que les tiran los tejos desde fuera.
Ya solas, bailan y beben, yéndose luego juntas en un patinete eléctrico, en el que van gritando, muy borrachas.
Van hasta la playa, donde se sientan, mareadas.
Carme la anima a dejarlo todo, pues ella vale más, aunque ella dice que tiene muchas cosas que hacer allí y quiere ayudar a su hija, aunque no traga a su novio, pues no tiene ni para pan y la tiene todo el día en el bar metida.
Acaban discutiendo cuando su amiga le dice que ella también trabaja y ve que Ramona desprecia como trabajo las tareas de la casa, por lo que se marcha, diciéndole Ramona mientras lo hace que ella no tiene una suegra con casa como ella, preguntándole Carme si ella paga algo por su casa.
Al día siguiente, cuando va a trabajar le corta el pelo al señor Pepe y le dice que la gente habla en el pueblo de que va a su casa y hacen insinuaciones.
Por la noche llegan dos hombres llevando entre ambos a Andrés, que nuevamente, y pese a no tenerse casi en pie intenta meterle mano, tirándolo ella al suelo intentando zafarse.
Al día siguiente recibe un mensaje de Aurelio en que le dice que, si lo quiere, quedó un puesto libre.
Regresa a su casa y busca bajo el fregadero en el bote metálico donde siempre guarda el dinero, viendo que no está.
Angustiada, llama por teléfono a Andrés, pero no le contesta, por lo que va a buscarlo al bar, donde tampoco está, por lo que va a casa de otra mujer, donde en efecto se encuentra, y le acusa a gritos de haberle robado, aunque él, desde dentro le dice que no se ha llevado nada, diciendo ella ante la dueña de la casa, que le impide pasar, que le da asco, diciendo Andrés que la que da asco es ella, que ni siquiera se acuesta con su hombre cuando va a casa.
Va tras ello a ver a su hija, a la que le cuenta que desapareció el dinero, acusando a Andrés, confesándole Estrella que fue ella la que cogió el dinero, que, en definitiva, dice, era para ella y está harta de que vaya de un hombre a otro, que no sabe arreglar su vida y quiere arreglar la de los demás, preguntándole ella si le faltó alguna cosa, diciéndole la muchacha que un lugar donde vivir tranquila.
Al ver su vida derrumbada, llora en su coche frente al mar, donde se queda dormida.
La despierta una llamada del señor Pepe, extrañado de que llegue tarde a trabajar, observando el hombre luego, cuando llega, cómo esa mañana está ausente y ni siquiera le hace caso al perro, como siempre hace, e incluso se corta haciendo la comida.
Ella le pide permiso para pasar la noche en su casa.
Recibe un mensaje de Carme que le dice que ha estado con mucho jaleo y que la llamará el lunes.
Al día siguiente, el hombre va a despertarla con un zumo y ver cómo está, viendo que ya se marchó.
Va a casa de Estrella, que le pregunta qué hace allí y sale a la puerta.
Ramona le dice que se marcha, aunque no sabe a dónde, y le da las llaves del coche.
Estrella se pone muy contenta de que haya decidido romper con todo, aunque tampoco la vea a ella, y entra en casa y sale con un sobre, que le entrega, con el dinero que cogió, diciéndole que está todo.
Ella le devuelve el sobre tras coger algo del dinero, metiendo en él las llaves del coche, tras lo que se abrazan y se piden perdón mutuamente, pidiéndole la madre que estudie, aunque animándola a seguir con Óscar.
Sube a un tren y deja atrás todo en la búsqueda de un nuevo futuro.