Mad City
Mad City (1997) * USA
También conocida como:
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"El cuarto poder" (México / Argentina)
Duración: 114 Min.
Música: Thomas Newman
Fotografía: Patrick Blossier
Guion: Tom Matthews (Historia: Tom Matthews y Eric Williams)
Dirección: Constantin Costa-Gavras
Intérpretes: Dustin Hoffman (Max Brackett), John Travolta (Sam Baily), Mia Kirshner (Laurie Callahan), Alan Alda (Kevin Hollander), Robert Prosky (Lou Pottts), Blythe Danner (Señora Banks), William Atherton (Dohlen), Ted Levine (Lemke), Tammy Lauren (Señorita Rose), Raymond J. Barry (Dobbins), Lucinda Jenney (Jenny), Bill Nunn (Cliff Williams).
Max Brackett, antiguo reportero en Nueva York de la CTN, cadena televisiva nacional, hasta que tuvo un encontronazo con el presentador estrella de la cadena, Kevin Hollander, se ve obligado ahora a realizar reportajes sin trascendencia para la KXBD, una pequeña cadena local, donde sus aspiraciones de encontrar reportajes ensacionalistas chocan con las órdenes y los deseos del director de la cadena, Lou Potts, que considera que el público al que ellos se dirigen son los espectadores locales a los que les interesa conocer las noticias que se producen en su ciudad.
De hecho, para bajarle los humos, no solo no lo alienta en su investigación sobre lo que él cree un caso de corrupción de un banquero, sino que le envía a realizar un reportaje relativo a los despidos efectuados en el Museo de Historia Natural de Madeline, California, debido a la falta de presupuesto, imponiéndole además como cámara a la novata Laurie Callahan.
Tras entrevistar a la señora Banks, directora del museo, y mientras Laurie sale con el equipo él va al baño.
Llega entonces al museo un hombre, Sam Baily, antiguo guardia de seguridad del edificio, y que es uno de los trabajadores afectados por el recorte presupuestario, pidiéndole a la señora Banks, la directora, que lo reciba, si bien ella se niega a escucharlo, por lo que, desesperado, el hombre saca un arma.
Aparece entonces un grupo de niños que visitaba el museo con su profesora y Baily decide retenerlos para hacer más presión.
Tras contemplar la escena desde el baño, Brackett, que ve en el suceso una forma de poder hacer un reportaje importante llama a Laurie, que a su vez le pone en contacto con Potts, que decide aprovechar la situación para informar en directo, en su informativo, del incidente, con su reportero en medio de la noticia.
Tras la puerta entornada del baño observa cómo Baily trata de convencer a la señora Banks de que hable con él, y al observar que esta no le toma en serio realiza un disparo, que de forma accidental alcanza a Cliff, su antiguo compañero en las tareas de seguridad.
Laurie graba a Cliff herido, aunque Potts ordena que corten esas imágenes, pues no desea transmitir en directo la posible muerte de un hombre, ante la indignación de Brackett.
Al asomarse a la ventana para ver cómo está Cliff, Baily repara en la presencia frente al museo de una furgoneta de la KXBD y pone la televisión, comprobando cómo esta retransmite lo que ocurre en el museo en directo, por lo que busca a la persona que está narrando los acontecimientos, encontrando a Brackett en el baño.
Para entonces la policía ya ha rodeado el edificio y llaman para preguntarle a Baily sus exigencias, pidiéndoles este tiempo, pues él lo único que deseaba era trabajo, pidiendo un aplazamiento para responder, decidiendo Brackett asesorarle.
Le explica que para tratar de calmar los ánimos debe intentar conectar con la gente de la calle, y para ello él le ofrece sacarle en televisión explicando el motivo de su actuación y él a cambio, y como gesto de buena voluntad liberará a uno de los niños.
Baily acepta su consejo y le expone sus deseos a la policía.
Brackett podrá salir para buscar la cámara, aunque antes de ello examina la bolsa de Baily descubriendo que la lleva cargada de dinamita.
Una vez fuera, Brackett le explica al oficial Lemke, al mando del operativo la situación, contándole que los niños están bien.
Laurie le informa que el asunto ha trascendido a nivel nacional, lo que satisface a Brackett, que no sabe que dicha trascendencia está siendo objeto de rencillas entre las cadenas, ya que, aunque el asunto parece muy interesante, el presentador estrella de la CTN, Kevin Hollander se niega a darle cobertura debido a su pasado incidente con Brackett, aunque cuando ya no puede obviar la importancia de la noticia decide trasladarse él en persona hasta Madeline para cubrirla.
Aprovechando su ausencia, uno de los directivos le muestra a otro el motivo del odio de Hollander hacia Brackett, un reportaje que este cubría relativo a un accidente aéreo, durante el que Brackett hizo parecer a Hollander como un morboso al que le importaba menos el salvamento de posibles supervivientes que el informar sobre el estado de los cadáveres ya aparecidos y sobre sus posibles mutilaciones, todo ello en directo, lo que supuso la destitución y degradación de Brackett.
Entretanto Brackett consigue su anhelada exclusiva. Graba una entrevista a Baily, al que convence de que en vez de un niño libere a dos, uno de ellos negro para mostrar que no es racista, mostrándose el secuestrador ante las cámaras como víctima del sistema y como un hombre desesperado tratando de recuperar su trabajo para poder mantener a su familia.
La policía lo prepara todo para el asalto, aunque esperan a que haga algo que haga cambiar el afecto que siente hacia él la opinión pública.
Habrá un nuevo sobresalto cuando Baily se queda adormilado y, asustado por el timbre del teléfono dispara accidentalmente.
Pero los niños llevan muy bien la situación y él se los gana llevándolos hasta la máquina de chucherías y dejándoles coger lo que deseen.
Fuera la gente se arremolina la gente como si de una feria se tratara, comenzando a vender camisetas con la foto de Sam.
Este, al ver que algunas personas hablan mal de él le pide a Brackett otra entrevista para defenderse, lo que le señala es imposible, decidiendo que entreviste a su mujer y a la gente que conoce, proponiendo liberar a cambio a 5 niños más.
Aceptado por el F.B.I. el trato, entrevista a la esposa de Baily. Al escucharla, el jefe del operativo decide hacer que la mujer hable directamente con su marido, llamándolo por teléfono, aunque este no reacciona bien ante los requerimientos de su mujer de que abandone el museo, y al ver que su conversación está siendo retransmitida por la televisión le cuelga.
Pero ella insiste pidiéndole que salga a través del megáfono de la policía, ante lo que Sam, enfadado, sale por la ventana y dispara varias veces al aire.
El suceso hará que se resienta su imagen, por lo que Brackett envía a Laurie a entrevistar a los familiares de Baily, y a sus verdaderos amigos, incluido el sacerdote, logrando pese a su negativa inicial gravar a su madre comentando que su hijo es un buen muchacho, con grandes sentimientos, recordando lo que sufrió cuando su perro estuvo enfermo.
Entretanto llega Hollander, aparentemente dispuesto a enterrar el pasado, ofreciéndole a Max el regreso a la cadena a cambio de que colabore con él y le facilite una entrevista con Baily, pidiendo que le entreguen además todo el material grabado para editarlo.
Dentro del museo, Baily entretiene a los muchachos hablándoles de los indios y de sus costumbres, pero mientras lo hace los hombres de las fuerzas especiales intentan acabar con él desde el tejado, aunque fallan al disparar, amenazando Brackett con denunciar a la opinión pública que la policía disparara en un recinto lleno de niños.
Potts acude también hasta el museo para hablar con Laurie a la que le informa de que, tal como intuyó Brackett, el banquero resultó ser un corrupto y desea que ella vaya a cubrir esa noticia, aunque ella prefiere aceptar la oferta de Hollander de convertirse en su ayudante.
El asunto genera gran expectación y la cadena emite una entrevista a Cliff Williams, y al verla Baily piensa que quizá él también podría pedir dinero para su familia, desaconsejándolo Brackett, pues quedaría como un interesado.
Brackett acude a hablar con Hollander y encuentra a una Laurie entusiasmada por poder ir a Nueva York a trabajar a nivel nacional.
Pero por sus comentarios Max se da cuenta de que Hollander no quiere ser objetivo como afirma, sino hundir a Sam.
Para evitarlo habla con él y le pide que se entregue antes de que empeoren las cosas, pero Sam está decidido a conceder una entrevista a una televisión a nivel nacional, y ante tal empeño Brackett prefiere aceptar la oferta de Larry King, en vez de la de Hollander, que se ve reprendido por los directivos de la cadena por su fracaso al no conseguir el reportaje.
Durante la entrevista de Larry King, Brackett interviene constantemente para evitar que Baily pueda decir algo inconveniente, lo que provoca el enfado de este que le pide que le deje responder a él.
Hollander contraataca y decide realizar su programa pese a todo, enfocando su información no sobre la figura de Baily, sino sobre la de Brackett, manipulando su reportaje para resaltar los peores aspectos de Baily y la manipulación a la que lo sometió Brackett para conseguir un gran reportaje, poniendo un archivo de audio en el que se muestra cómo fue este quien le dijo a Baily que tenía que soltar a dos rehenes y recomendándole que uno de ellos fuera de color.
Visto cómo han evolucionado los acontecimientos, el F.B.I. cree llegado el momento de intervenir, pidiéndole que se entregue.
Llega entonces desde el hospital noticia de la muerte de Cliff, decidiendo entonces Baily liberar a los niños, tras lo que llama a su mujer para contarle cuánto quiere a su familia.
Brackett sale para pedir a los policías que no disparen, pues Baily se va a entregar.
Pero mientras intenta hablar con la policía y convencerlos Baily decide suicidarse, y al ver que su escopeta no funciona lo hace haciendo explotar la dinamita que llevaba, haciendo que Brackett salga por los aires.
Brackett tiene otro momento de gloria, con todos los periodistas presentes tratando de conseguir sus declaraciones, enviando Hollander a Laurie a arrancarle una confesión, aunque lo único que consiguen es que diga: "nosotros le hemos matado".