Loving
Loving (2016) * USA / Gran Bretaña
También conocida como:
- "El matrimonio Loving" (México)
Duración: 123 min.
Música: David Wingo
Fotografía: Adam Stone
Guion: Jeff Nichols (Sobre la obra de Nancy Buirski)
Dirección: Jeff Nichols
Intérpretes: Joel Edgerton (Richard Loving), Ruth Negga (Mildred), Marton Csokas (Sheriff Brooks), Nick Kroll (Bernie Cohen), Michael Shannon (Grey Villet), Jon Bass (Phil Hirschkop), Bill Camp (Frank Beazley), David Jensen (Juez Bazile), Terri Abney (Garnet Jeter), Alano Miller (Raymond Green), Sharon Blackwood (Lola Loving).
Condado de Caroline, Virginia. Mediados de los 50. Richard Loving un hombre blanco y Mildred, su novia negra están sentados en un porche por la noche cuando ella le anuncia que está embarazada.
Él sonríe contento y le dice que está muy bien.
Acuden juntos a una carrera de coches en la que Richard ha participado mejorando el coche en que corren los negros, y con el que consiguen vencer a los blancos.
Lo celebran con una fiesta en la que beben y bailan.
Pasado el fin de semana Richard vuelve a su trabajo como albañil.
Lleva a su novia a un prado y le pregunta si le gusta. Un prado cercano a su casa que le dice que ha comprado para construirle una casa, preguntándole si se casaría con él.
Contenta, Mildred corre a contárselo a su hermana.
Se casarán en Washington, yendo con ellos solo el padre de ella que será su testigo.
Su hermana le reprocha a la vuelta que se fueran tan lejos y no las llevaran a ellas, diciéndole Mildred que Richard prefirió hacerlo en Washington porque habría menos papeleo y sería más sencillo, aunque la verdadera razón es que Virginia era uno de los 24 estados donde el matrimonio interracial era ilegal.
Un día la madre de Richard, que es partera, le dice cuando él va a su casa que está buscándole el ayudante del sheriff, aunque ella no le dijo dónde estaba.
Una noche, mientras duermen, derriban su puerta y le preguntan qué hace en la cama con esa mujer, diciendo ella que es su esposa, algo que el policía le dice no sirve allí, pese a ver el acta matrimonial que él colgó en la pared.
Son detenidos y llevados al calabozo, donde les mantienen en celdas separadas.
Richard es liberado al día siguiente gracias a que pagaron su fianza, pero no la de ella, que le dicen deberá esperar hasta el lunes para hablar con el juez.
Mientras él ayuda a su madre en los partos, debe aguantar sin poder hacer nada por su mujer, embarazada y encarcelada, preguntándose cómo se enteró la policía
Decide ir a la prisión pese a que no es aún lunes, señalando que buscará un abogado, pero le insisten en que debe esperar al lunes.
A la salida le llama el sheriff Brooks que le aconseja que envíe a su gente a pagar la fianza, pues a él no se la entregarán, recordándole que en Virginia su matrimonio no es legal y lo desprecia, pues su padre trabajaba para un negro, viviendo en un barrio donde todos están mezclados, algo que a nadie le importaría si no se hubiesen casado, pues debe cumplirse la ley de Dios, recordándole que si el lunes vuelve él en vez de la familia de su mujer a pagar la fianza le detendrá.
Y en efecto el lunes Mildred consigue su libertad cuando su padre paga su fianza, aunque cuando llega a su casa ve que no están ni Richard ni sus cosas, pues amenazaron con detenerlo si le volvían a ver con ella, por lo que no se ven hasta la noche, cuando él se acerca a su casa a escondidas.
Le cuenta entonces que ha contratado al mejor abogado del condado y que bastará con que sean discretos por un tiempo hasta que todo pase.
Pero el abogado les explica que deben declararse culpables, pues ha pactado con el juez que si lo hacen suspenderá la condena a prisión, debiendo dejar el estado o divorciarse, no pudiendo estar juntos en ese estado hasta pasados 25 años, o en caso contrario serán condenados a un año de prisión.
En el juicio recuerda que salieron de Virginia para casarse en el Distrito de Columbia.
Ellos se declaran dicen culpable, tal como habían acordado, quedando suspendida la sentencia de un año de prisión durante 25 años a cambio de que se marchen de Caroline y del estado.
Cuando se despiden de la familia de ella, Garnet, la hermana de Mildred acusa a Richard de ser el culpable, diciendo que él sabía lo que hacía cuando se casaron.
Les acogerán en Washington Laura y Alex, unos familiares, comenzando él a trabajar allí en una obra.
Pero les cuesta adaptarse a la vida de la ciudad y Mildred se muestra muy triste, pues siempre creyó que la madre de él sería quien la asistiera en el parto.
Richard lo arregla todo para que su mujer pueda volver a Caroline y que la asista Lola Loving en su parto, quedando a mitad de camino con el hermano de Mildred que la recoge y la lleva hasta el pueblo, al que él irá más tarde para evitar que les vean juntos.
Así Mildred dará a luz con la ayuda de la madre de Richard, asistida, como en otras muchas ocasiones por este.
Su madre le dice pese a todo le dice que no debería haberse casado con ella.
Pero el bebé es la alegría de la familia, disfrutando toda la familia de su llegada.
Pero mientras lo hacen ven que llegan dos coches de policía, pidiendo Richard que llamen al abogado mientras él sale a recibir a los agentes a los que les dice que Mildred no está allí, aunque el sheriff le asegura que si no salen lo machacará y detendrá a todos los que están en la casa, por lo que Mildred deja al niño en manos de su hermana y decide salir, siendo nuevamente encarcelados.
Les llevan directamente ante el juez, que les señala que deberán pagar 200 dólares por violar la condicional, citándolos para comparecer de nuevo.
Llega entonces Frank Beazly, su abogado que le dice al juez que todo se debe a un error suyo, que les dijo a los Loving que podían volver a casa para dar a luz, pidiendo por ello indulgencia, consiguiendo que el juez les deje en libertad, aunque a la salida el abogado les pide que no regresen o irán a prisión, pues no volverá hacer algo así.
Deben regresar a Washington, donde tendrán dos hijos más, otro niño y una niña.
Los vivista su hermana Garnet, a la que Mildred le cuenta que no soporta eso, pues sus hijos viven como enjaulados sin hierba donde correr.
Empiezan las marchas por los derechos civiles, recomendándole Laura que le escriba a Robert Kennedy, pues ella necesita sus propios derechos civiles, decidiendo ella hacerlo.
Un día Mildred recibe una llamada. Le dicen que el fiscal Kennedy recibió su carta y se la remitió a la Unión Americana por las Libertades Civiles (la ACLU) que se encargará de su gasto, corriendo ellos con los gastos del abogado.
El encargado de su caso será Bernard Cohen, un joven abogado cofundador de la Unión en Virginia, que les indica que deben apelar la condena para acudir a un tribunal federal.
Richard piensa que sería más fácil y rápido hablar con el juez que les condenó que elevar su caso a nivel federal, pese a que Cohen piensa que su batalla puede llegar al Tribunal Supremo, pero dado que pasaron 5 años desde que fueron condenados, deben buscar el modo de volver a llevar el tema a juicio, aconsejándoles que regresen a Virginia para volver a ser detenidos, asegurándoles que él les pagaría la fianza, aunque Richard no está dispuesto a hacerlo, por lo que el abogado le dice que se replanteará el asunto para buscar otro modo de conseguirles ayuda.
Una vez fuera Mildred le dice a Richard que si eso les permite volver a casa lo aceptarán.
Un día, mientras juegan en un descampado junto a la carretera, Donald, su hijo es arrollado por un coche, y aunque solo tiene rasguños y moratones su madre está tan asustada que le dice a su marido que desea volver al campo sin importarle lo que les hagan, pues no está dispuesta a criar allí a sus hijos.
Hacen su equipaje y regresa ella con los niños, despidiéndose hasta la noche.
Se instalan en un apartamento, pero Richard ve que hay demasiada gente y teme que puedan delatarlos, por lo que cuando el hermano de ella les dice que un primo suyo alquila una granja en el condado de King and Queen, una casa aislada donde no podrán encontrarles, se van.
Pero Mildred no está contenta y escribe de nuevo al señor Cohen, lamentando haber estado tanto tiempo sin tener noticias suyas y han perdido casi la esperanza.
Este, reconociendo su inexperiencia, se reúne con Chet Antieau, uno de sus antiguos profesores en Georgetown, que le pone en contacto con otro abogado, Paul Hirschkop, especialista en derechos civiles, al que le explica el caso, contando que pidió al juez que dictó la sentencia que la anulara, pero este ni siquiera le contestó, siendo un caso que les permitiría abolir las leyes antimestizaje en todo el país
Este le dice que redacte un formulario para obligar al juez a pronunciarse y poder ir a un tribunal federal, asegurando Paul que redactará un borrador para ayudarle, ya que Bernie reconoce que no tiene apenas experiencia en Derecho Constitucional y el caso podría hacer que cambiara la Constitución.
Un día, mientras Richard hace unos arreglos en la casa y su madre está en la cocina con Mildred, ve que se acerca un automóvil a toda velocidad, lo que le hace asustarse, aunque cuando llega ve que se trata del hermano de Mildred, debiendo reconocer que está paranoico, pues este siempre conduce así, habiendo ido para decirles que llamó el abogado porque desea hablar con ellos.
Se reúnen con Cohen y Hirschkop que les leen el fallo del juez Bazile que argumenta que Dios creó las razas y las colocó en continentes separados y esos matrimonios quebrantan su voluntad para negarse a modificar su fallo, lo que les permitirá recurrir ante Virginia y posteriormente al Supremo.
Para hacer más mediático el caso y elevar su perfil les envían a un fotógrafo de Life, que convive con ellos unos días y toma fotografías de su día a día.
Como preveían, el tribunal superior de Virginia falla en su contra, siendo entrevistados a la salida por una cadena televisiva, a la que Mildred dice que tienen esperanzas.
Un día Richard ve que le siguen y se pone nervioso, decidiendo instalar el teléfono.
Al llegar a casa ve que están entrevistando de la televisión a su mujer, contando que si pierden el caso tendrán que volver a Washington, y aunque Richard le dice que está harto de tanta cámara, Mildred le dice que cree que es importante y quieren ayudarlos.
También sus abogados creen que si les va bien a ellos le irá bien a mucha otra gente y ayudarán a otros.
Richard está ahora mejor. Ha vuelto a las carreras y a estar con sus antiguos amigos, la mayoría negros, diciéndole uno de ellos que ahora él sabe lo que padecen, y que ellos preferirían ser él, pues le bastaría con divorciarse para recuperar todos sus privilegios de blanco.
Cuando llega a casa dice que llevan hablando con abogados casi 10 años y no lo entiende y le dice que él puede cuidar de ella.
Van a verlos de nuevo los dos abogados que le dicen que su caso irá al Tribunal Supremo, asegurándoles que los acusarán de haber cometido la injusticia de haber traído al mundo hijos bastardos, aunque ellos se valdrán también de ellos en su favor.
Les invitan a acudir al Supremo para ser testigos de un juicio histórico, recordándoles que este tribunal solo examina uno de cada 400 casos que se le plantean, pero lo rechazan, pidiéndoles Richard que digan al Tribunal que ama a su esposa.
Los abogados plantean que la ley antimestizaje es esclavista y segregacionista habiendo derechos en juego como la heredad, la legitimidad de los hijos, etcétera, preguntando qué peligro produce al estado el matrimonio interracial.
Unos días más tarde Cohen la llama para darle la noticia de que el tribunal falló a su favor.
Multiples medios de prensa los entrevistan, al ser su fallo histórico.
Algún tiempo después Richard sigue trabajando en la construcción, aunque ahora en la de su propia casa, pudiendo así cumplir finalmente su sueño.
El caso Loving supuso que se considerase inconstitucional el prohibir el matrimonio interracial.
7 años después Richard murió en un accidente de tráfico provocado por un conductor ebrio. Mildred siguió toda su vida viviendo en la casa que él construyó.