Te cuento la película

La llamada
La llamada

España (2017) *

Duración: 108 Min.

Música: Leiva

Fotografía: Miguel Ángel Amodeo

Guion y Dirección: Javier Ambrossi y Javier Calvo

Intérpretes: Macarena García (María Casado), Anna Castillo (Susana Romero), Belén Cuesta (Milagros), Gracia Olayo (Sor Bernarda de los Arcos), Richard Collins-Moore (Dios), María Isabel Díaz Lago (Janice), Secun de la Rosa (Carlos), Víctor Elías (Joseba).

Milagros es una joven novicia. Por la noche recorre cada una de las cabañas del camping la Brújula con su linterna comprobando que las chicas están ya dormidas.

Pero cuando se marcha, en una de ellas desaparece la pared del fondo y bajando por una larga escalera aparece un hombre cantando "I Will always love you" de Whitney Huston, aunque solo lo ve una de las chicas, María, que se despierta al oírlo, aunque se asusta, tanto, que sale fuera, donde solo escucha el ruido de grillos y aves nocturnas, y cuando regresa a la cabaña ya no se ve nada.

Se despierta entonces otra compañera, Susana, "Sus", que se enfada con ella porque se le olvidó poner la alarma y son ya las 11'30, y ve que tiene 6 llamadas perdidas de Joseba, su novio, por lo que sale fuera y lo llama, pero ya no está, por lo que deben llamar un taxi que las lleve desde el Alto del León a Segovia para poder acudir a un concierto de Henry Méndez, de música electro latina.

Vestidas de fiesta llegan al concierto, donde cantan y bailan felices, encontrándose tras ello con Joseba y otro amigo, contándoles Joseba que ha conocido al productor de Henry y les ha hablado de ellas y las quiere conocer.

Sus va a saludar al productor, pero María, aún conmocionada por lo que vio, se marcha.

Al día siguiente se preparan todas en el campamento para una excursión a Palazuelos de Eresma, llegando una nueva coordinadora, Sor Bernarda, que se presenta ante Sor Jesusa, que le informa de que le faltan dos, por lo que va con Milagros hasta la cabaña, donde las encuentran dormidas, despertándolas Sor Bernarda a golpe de silbato.

Sor Bernarda les dice que ha llegado para sustituir a Sor Magdalena, que no va a volver tras lo ocurrido en la gincana del día anterior y les dice que mientras las demás van a las jornadas de piragüismo, ellas se quedarán castigadas todo el fin de semana encerradas con Milagros vigilándolas.

Esta cuenta que Susana llegó a las 7 y se presentó en la cabaña de las monjas, borracha, a pedirles dinero para un taxi.

Susana le cuenta a Milagros que conoció a un productor y le dijo que estaba muy interesado en su grupo, Suma Latina (Su de Susana y Ma de María) y tienen un tema, "Lo hacemos y ya vemos".

Milagros le cuenta que tiene 28 años y que ella también tuvo un grupo de música años atrás con el que versionaban la música de la época, como Presuntos implicados.

María se muestra enfadada de que la castiguen a ella cuando fue Susana la que llegó tarde, diciendo esta que gracias a ella les han invitado esa noche a la fiesta del productor, respondiéndole María que se inventaron lo del grupo porque se aburrían allí, pero ni Joseba sabe hacer canciones ni ellas saben cantar, por lo que se pelean.

Cuando se queda sola se pregunta si lo que le ha ocurrido es "la Llamada".

Vuelve a desaparecer la pared y ve de nuevo la escalera y se pregunta si no es solo una alucinación que desaparecerá cuando despierte.

Pero no se va. El hombre que cantaba aparece en la escalera y cuando le pregunta quién es le dice que es la luz del mundo y que quien le siga no andará en tinieblas y tendrá la luz de la vida. Le dice también que el que beba del agua que él le dé no tendrá sed jamás. Que Él es el pan de vida y quien vaya a Él no tendrá hambre ni sed, porque su carne es verdadera comida y su sangre verdadera bebida y que no debe temer, porque ha hallado gracia ante Él.

Pero ella siente miedo y se gira, y al volverse ve que desapareció la visión.

Sor Bernarda entretanto, le dice a Milagros que la música hace milagros y que logrará que se entretengan cantando, pues si desobedecen es porque se aburren, y ella actuó ya ante el Papa, aunque Milagros le recuerda que eso fue en el 84 y ahora a la gente le gusta otra cosa.

Sor Bernarda ve que Milagros está triste y trata de animarla, obligándola a cantar con ella, tratando de convencerla de que está alegre porque Cristo la llamó.

Susana habla en la cocina con Janice, la cocinera, que es la que le facilitó las pastillas que tomó el día anterior con su novio.

Empeñada en conseguir atraer a las muchachas, Sor Bernarda decide ir a hablar con María y le propone hacer una flashmob con la canción que años antes ella preparó para recibir al Papa.

María llora, haciendo creer a la monja que es por la emoción, aunque enseguida le aclara que es debido a su confusión, pues, le cuenta que ve a Dios, y aunque Sor Bernarda cree que es una forma de hablar y gracias a su canción, María le aclara que es verdad que lo ha visto en persona, insistiendo la monja en que es normal que lo vea, ya que Dios está en todas partes, debiendo aclararle que no es algo imaginario, que ella ve a un Señor de verdad vestido de negro y que le canta canciones.

La monja piensa que trata de burlarse de ella y que la están grabando para reírse de ella y colgarlo en YouTube, y la manda a fregar los baños.

Milagros, por su parte, muy baja de moral, acude al cuarto donde tiene su maleta, de la que recupera su antigua ropa de antes de ser monja. Ve también las fotos de sus padre y su disco de Presuntos Implicados, y se viste con su antigua ropa e incluso se pinta, para cantar, con el cepillo del pelo como micrófono, "Todas las flores" de Presuntos Implicados, sin saber que la está viendo Susana.

Al ver algo tan íntimo, Susana entra cuando la monja ya se cambió y le dice que acaba de llegar porque estaba buscando a María, tras lo que le pide perdón por lo que hizo esa mañana, pidiéndole ella a su vez perdón por haberse sido demasiado estricta.

Tras bañarse, María va de nuevo a hablar con Sor Bernarda para insistirle en que se le está apareciendo un señor vestido de negro y le canta, y que le dijo que es la luz del mundo y que ella tiene un sentimiento igual al de cuando está enamorado y sientes vergüenza de encontrarte con el chico que te gusta porque no sabes qué hacer, aunque solo quieres estar con él, y de repente no te interesa nada más y ella está convencida de que es Dios quien se le aparece.

La monja no sabe reaccionar. Le pregunta qué le canta, contestando ella que canciones de la negra que murió, emocionándose la monja al descubrir que se trata de Whitney "Histon", pues le encanta, y le dice que esa es la voz de Dios.

María reconoce que no sabe rezar, decidiendo Sor Bernarda llevarla a la ermita del campamento e instruirla, enseñándole algunas oraciones.

Mientras ellas rezan, fuera, Susana espera a su novio, que se cuela y con el que se acuesta y fuma luego un porro antes de ensayar su canción frente a él, a la vez que María hace otra coreografía, la del rezo que le enseñó Sor Bernarda.

Milagros ayuda a fregar a Janice, a la que le dice que las chicas se van a escapar de nuevo esa noche, y que las dejará salir porque es por trabajo, y rezará por ellas, pidiéndole Janice que rece también por ella, pues necesita un hombre con el que bailar cada noche apretados.

María trata de esquivar a su amiga, aunque coinciden en el baño.

María le pregunta si va a ir a la fiesta, diciéndole Susana que no, porque ya no son unas niñas, repitiendo lo que antes le dijo María, la cual le dice que no quiere que pierda esa oportunidad por su culpa, respondiéndole Susana que la oportunidad es de las dos y le pregunta si quiere ir con ella, aunque no le responde.

Milagros ve a Susana salir de la cabaña enfadada con su maleta y le pregunta si se va a fugar, respondiéndole ella que solo va a cambiarse de cabaña, sintiéndose Milagros confundida, no entendiendo qué le pasa a Sor Bernarda, que, al contrario que ella, está muy feliz.

De hecho, Milagros se cuela en la tienda de campaña de Susana para tratar de convencerla de que acuda a la reunión con el productor, pues no puede perder esa oportunidad, respondiéndole Susana que está madurando y ya no le apetece estar todo el día de fiesta.

María sale para a recoger la Biblia que dejó antes en el servicio, y al regresar a la cabaña ve una luz y empieza a escucharse una música, encontrándose al abrir la cabaña de nuevo a Dios, esta vez con un traje de lentejuelas, y cantando "I have nothing", tras lo que se acerca a ella para bailar juntos mientras las lucecitas, como si de una discoteca se tratara, cubren la cabaña, y aunque esta vez vuelve a salir fuera, él la sigue, viendo ella cómo su cuerpo no le responde, pues tan pronto flota como se arrodilla.

Cuando acaba la canción ella practica lo que le enseñó Sor Bernarda, arrodillándose ante él, y leyendo el "Magnificat" de la Virgen María, viendo cómo el hombre se ríe de ella y se marcha carcajeándose hasta desaparecer.

Por la mañana Milagros se asusta mucho al encontrar a María tumbada en medio del bosque, por lo que llama a Susana y a Bernarda, que comprueban que la muchacha está bien.

Sor Bernarda les cuenta a las extrañadas Milagros y Susana que la niña es una privilegiada que ha visto a Dios y cuando le dice que no debe avergonzarse de lo que le ha dicho el Señor, Susana pregunta de qué señor habla, debiendo ella contarles también a ellas que se le aparece Dios, pero cuando lo hizo y se puso a rezar como le enseñó Sor Bernarda, Dios se carcajeó y se marchó.

Dice que piensa que espera algo de ella, pero no sabe qué hacer.

Milagros dice que eso es mayor que lo de Fátima y lo de Lourdes y decide llamar al Vaticano, aunque no consigue que le hagan caso.

Sor Bernarda está también confundida y no consigue ayudar a María, a la que escucha llorar sin saber qué hacer.

Mientras tanto Susana discute con su novio que le recrimina que el día anterior no fuera a la reunión con los productores, tras lo que rompen.

La vida en la Brújula está paralizada. No saben cómo reaccionar ninguna de las presentes, cuando aparece el cerrajero del pueblo, Carlos, para montar la tirolina.

Milagros trata de ayudar a María llevándole comida, aunque esta le asegura que no quiere nada.

Le dice tras ello que lo olvide y le dice que cree que es mejor que no vuelva, pues lo que le ocurre es que es muy joven y vive todo muy intensamente, pero que a veces tratas de quitarte las dudas, pero que luego miras hacia atrás y piensas que te puedes haber equivocado, aunque María le dice que se siente elegida y quiere estar con Él e insiste en que sabe lo que quiere, siendo su problema que no sabe lo que Él quiere de ella.

Milagros insiste en que es mejor que lo olvide, entrando entonces Susana que le dice que no puede decirle eso, pues ella, que nunca ha estado enamorada no lo puede entender, pero ella si está enamorada y no deja de pensar en la persona a la que quiere, y le dice que se ha enamorado de la propia Milagros, y que aunque le pidan que reflexione y piense con la cabeza, no puede hacerlo, porque está enamorada de ella igual que su amiga está enamorada de Dios, tras lo que le da un beso a la monja y luego se abrazan las dos amigas, saliendo Milagros corriendo.

Luego María le cuenta a Susana su experiencia con Dios y cómo le rezó, diciéndole Susana que hizo una tontería y que recuerde lo que hizo cuando trató de reconquistar a un antiguo novio, Tiago. No se arrodilló ni le rezó, hizo otra cosa.

Entretanto Milagros le dice a Sor Bernarda que quiere dejar los hábitos y probar otras cosas en la vida, tras recibir el beso de Susana.

Mientras hablan, llega Janice a buscar a Milagros y les dice "ya está aquí", preguntando Sor Bernarda si el señor, a lo que Janice responde afirmativamente, por lo que salen deprisa de la capilla, viendo que el señor del que habla la cocinera es de Carlos, que, les dice, es su hombre, pues le encanta el baile y se apuntó con ella a clase de salsa y le da las gracias a Milagros por haber pedido un hombre para ella.

Comenta que la música hace milagros, y Sor Bernarda le dice que así es y tiene una idea.

Entretanto, en su cabaña, Susana y María, ataviadas con capas y muy pintadas y enjoyadas se plantan frente a la pared esperando la aparición del Señor, muy nerviosas, pues no saben si aparecerá y si lo hace si lo verán las dos o solo María.

Mientras se preparan para actuar, decidiendo no esperar más, aparece Sor Bernarda con su radio casete y varias cintas, viendo al llegar a las dos chicas con sus capas, por lo que les pregunta si se han disfrazado de Harry Potter.

Llega tras ella Milagros, con su vestido de calle.

Ellas colocan una bola de luces de colores y anuncian la actuación de Suma Latina, tras lo que ponen la música y se quitan sus capas, bajo las que tienen un top, un mini short y una capa blanca, aunque María se desespera al ver que no llega Él.

Pero entonces vuelve a desaparecer la pared y se quedan todas paralizadas al ver que no era una fantasía de María.

Esta, y la confundida Susana, siguen cantando y bailando mientras Sor Bernarda y Milagros se arrodillan y rezan.

Terminada la canción, Dios empieza a cantar él "Step by step" y luego invita a María a que le siga, cantando los dos a dúo, acabando por cantar también Susana y Milagros tras ella, que luego se dirige a Susana y la besa, mientras se une a los cánticos incluso Sor Bernarda

Dios llama luego a María, que le pide un momento para despedirse de todas, tras lo que asciende con él feliz, mientras la contemplan Sor Bernarda de rodillas, y Susana y Milagros de la mano.

Calificación: 2