Te cuento la película

La boda de Rosa
La boda de Rosa

España / Francia (2020) *

Duración: 100 min.

Música: Vanessa Garde

Fotografía: Sergi Gallardo, Beatriz Sastre

Guion: Icíar Bollain, Alicia Luna

Dirección: Icíar Bollaín

Intérpretes: Candela Peña (Rosa), Sergi López (Armando), Nathalie Poza (Violeta), Paula Usero (Lidia), Ramón Barea (Antonio), Xavo Giménez (Rafa), Paloma Vidal (Marga), Lucín Poveda (Lolín).

Rosa participa en una maratón en que todos sus familiares y amigos la animan a correr más, esperándola todos al llegar a meta, aunque ella no para y sigue, y sigue hasta salir de la ciudad, y continúa por el campo hasta caer agotada en la playa.

Se despierta entonces sobre el vestido de novia que cosía.

Rodeada de vestidos, la encargada le indica que necesitan muchos más, pues van a rodar una boda, y deben vestirse todos los invitados y comprobar que les van bien los trajes.

Pero luego ve cómo es Ana, su jefa la que se lleva el mérito por la elección del vestuario.

Habla con Lidia, su hija, que vive en Manchester y a la que nota cansada por el cuidado de sus gemelos y le cuenta que ha dejado el trabajo porque no le merecía la pena, aunque su madre le regaña por haberlo hecho, pidiéndole que no le organice la vida.

Rosa recibe tras ello una llamada de su hermano Armando, que le pide que le dé la cena a sus hijos y los acueste antes de las 10.

Llega luego su amiga Laura, que se va unos días de vacaciones y que le lleva una jaula con su gato Tony.

Le llama luego Rafa y le pide que controle que hagan bien su alicatado.

Le dice a su hermano Armando en un mensaje que dejó a los niños dormidos antes de llegar a su casa, encontrándose en su puerta un cartel donde su vecina escribió que debe regarle sus plantas, pues se va durante 20 días.

Un mensaje le dice que cambiaron la fiesta para el día siguiente y habrá 150 extras.

Recibe otro mensaje en que le recuerdan que su padre tiene análisis esa semana.

Y una vez dentro escucha ronquidos, encontrando a su padre dormido en el sofá con un delantal, recordándole ella que habían quedado para el fin de semana, diciéndole él que no le gusta estar solo en su casa y que ha pensado que como no está Lidia y su cuarto quedó vacío puede irse allí para estar juntos los dos.

Pero ella le dice que no se puede quedar allí, pues apenas para en casa, diciendo él que así le echa una mano, mostrándole que pasó la aspiradora y le llenó la nevera, le hizo la cena y bajó a la reunión con el casero, que a ella se le había olvidado, diciéndole que ya le dijo él que estaba todo muy bien, cuando ella quería contarle que se cae a pedazos.

Le insiste en lo bien en que van a estar juntos para horror de ella.

Su jefa le dice que necesitan arreglos los vestidos y tendrá que llevárselos a casa pues el lunes tienen exteriores con 80 extras y debe regresar al almacén para recoger cosas.

Ayuda a una actriz con el vestido de novia mientras esta ensaya sus promesas.

Llama a su padre desde el coche, mientras sale de Valencia, para contarle que van a rodar fuera unos días, por lo que debe irse a su casa y le recuerda que tiene análisis, pero que se lo dirá a Armando o a Violeta, aunque él le dice que lo que le gusta es ir con ella y desayunar.

Manda en efecto un mensaje a sus hermanos.

Violeta trabaja como traductora y se asusta al ver 15 llamadas de Armando, por lo que interrumpe su trabajo, diciéndole lo de los análisis, preguntando por qué no va Rosa.

Llega a la playa y se lanza al agua vestida.

Llega luego a Benicàssim y para frente a la puerta del que fue el taller de su madre, viendo el cartel de "Corte y Confección Amapola".

Sube la persiana metálica y entra en el viejo taller de su madre y busca en su costurero su dedal, que se coloca con nostalgia.

Mientras toma unas copas, Violeta habla con una compañera que le cuenta que van a hacer recortes, aunque ella no se lo cree.

Llama a su hermana y le deja un mensaje diciéndole que no puede ir con su padre, pues están en medio de un congreso, por lo que le mandará un taxi para que vaya solo.

Luego les insiste a sus compañeros para que no se marchen todavía a sus casas y poder seguir bebiendo.

Rosa no para de recibir mensajes en que le dicen que la necesitan para vestir a los extras, pues les falta de todo y otro mensaje de Armando pidiéndole ayuda con los niños.

Pero ella es feliz observando telas y maniquíes de su madre.

Armando habla con Marga de sus planes para aumentar en cuatro aulas su escuela, aunque Marga le dice que le costará una fortuna, indicando él que rehipotecará su casa y venderá el taller de su madre, estando convencido de que sus hermanas aceptarán.

Marga le dice que no llega con los cursos y las clases que tiene y que no puede atender a los niños sin la ayuda de Rosa, aunque él le dice que no les fata de nada.

Armando le dice que sabe que ella necesita su tiempo, pero le pregunta cuánto va a durar, preguntándole ella si el divorcio, pidiéndole él que no sea tan dramática, que solo se están dando un tiempo.

Pero cuando llega a su casa encuentra a su hijo jugando con la consola y todo revuelto, y a su hija dormida en el sofá, preguntando por Rosa, ignorando ellos dónde está.

Finalmente Violeta va con su padre a los análisis, diciéndole la enfermera que la hiperactividad de su padre puede ser un síntoma de otra cosa y que ya le dijo a Rosa que estuviera atenta.

Violeta le pregunta a su padre si quiere ir a desayunar, pero él dice que no hace falta, que desayuna en casa.

En el plató todos se preguntan dónde está Rosa, pues ninguno encuentra sus cosas, llamándola Ana desesperada, diciéndole Rosa que no está en Valencia y que no la esperen.

Regresa a Valencia para recogerlo todo.

Llama a Laura para decirle que está dejando la casa y va a hacer un cambio total de vida y para celebrarlo va a realizar una ceremonia en la playa, en Benicàssim, explicándole que piensa casarse consigo misma.

Hace luego otra llamada a Lidia, que está dando la comida a los gemelos.

Le pide perdón por lo que le dijo el día anterior y le dice que ya encontrará algo, explicándole Lidia que no le merecía la pena el trabajo y que encontrará algo mejor.

Le pregunta por John y si podría ir unos días, diciendo ella que seguramente no podrá volver hasta septiembre, pues los viajes están muy caros.

Rosa le propone que vaya ya y que le ayudará con los billetes, aunque Lidia le dice que no quiere que le deje más dinero, pues le debe mucho, diciéndole su madre que no hace falta que se lo devuelva, aunque ella dice que a ella sí le importa.

Va a ver luego a Rafael para decirle que dejó el trabajo y que está pensando en abrir el taller de su madre, aunque lo encuentra muy liado con el restaurante y apenas pueden hablar, aunque ella le dice que quiere que vaya a Benicàssim, besándola él.

Le cuenta luego a su padre sus planes para reabrir el taller de su madre, y, aunque él no cree que haya suficiente clientela para que el negocio sea rentable, la apoya.

Ella le dice que tiene que ayudarle como a sus hermanos, diciéndole su padre que entonces tenían ahorros, pero ahora tiene solo su pensión, diciéndole ella que también tiene la mitad de la tienda y solo tendría que hablar con Violeta y Armando.

Su padre le dice que a ellos le dieron dinero porque se casaban e iniciaban una nueva vida, diciéndole ella que es lo mismo.

Regresa al taller y va a hacerse un anillo con el dedal de su madre y comienza a escribir sus votos de matrimonio.

Mientras cose, entra una joven con utensilios de limpieza que le dice que la envió su madre por un encargo de Armando, reconociendo a Lolín, a la que le encanta lo que estaba cosiendo, haciendo algo similar para ella.

Violeta recibe el preaviso de despido por causas objetivas, y habla con su abogada que le pide que le lleve su contrato de TRADE, y le dice que podrá conseguirle una buena indemnización, aunque Violeta no sabe de qué contrato le habla.

Durante la reunión recibe, como el resto de su familia un mensaje en que les indica que el domingo se casa y les pide a todos que vayan, sorprendiéndolos, pues no sabían nada, imaginando que será con Rafa.

Llega Lidia a Valencia por sorpresa y va a casa de su madre, viendo que está vacía, por lo que llama a su madre, que le dice que está en Benicàssim, lamentando ella que no la llamara, pues la habría ido a buscar al aeropuerto, aunque le dice que quería darle una sorpresa, habiendo sido ella la sorprendida, por su cambio de vida y por la noticia de la boda, pidiéndole Rosa que vaya a casa de Violeta y vaya con ella y con Armando.

Se lo dice a Laura, que le dice que debe advertirles cómo será la boda, pues ni ella misma entiende muy bien su propósito.

Al día siguiente Armando recoge a Violeta y a Lidia y van juntos a Benicàssim.

Una vez allí, Armando le dice que debería haberles avisado con más tiempo para organizarlo todo, diciendo ella que no hace falta nada y que solo quiere empezar una nueva vida.

Les dice también que deben hacerse cargo de su padre, pues dijo que se iba a vivir con ella, por lo que les pide que se encarguen ellos también, diciendo sus hermanos que no pueden, proponiendo buscar a alguien que se ocupe de él.

Les explica que quiere algo íntimo y en la cala, diciéndole Armando que debe ser algo más preparado, y que él hablará con el ayuntamiento, sin escucharla a ella.

Ve que su hermano recibe una llamada del encargado de la inmobiliaria, al que le lleva las escrituras del taller, sin escucharla ni terminarle de explicar lo que quiere hacer con el taller.

Por su parte, su padre llama a Armando para que le encarguen en el taller de la otra costurera del pueblo, Enriqueta, un vestido de novia.

Le explica luego a Lidia que Lolín le contó que en el pueblo hay media docena de bodas al año por lo que está convencida de que saldrá adelante y además piensa vender por Internet y pensó en pedir un crédito.

Su hija le echa en cara que no le contara nada, y le dice que a fin de cuentas, ella está en Manchester haciendo su vida, que es lo que quería.

Armando le cuenta a Violeta que quiere pedir un crédito para ampliar la escuela y avalarlo con la tienda o venderla si están todos de acuerdo.

Entretanto Rosa trata de encontrar a Lidia, que se marchó enfadada con ella.

Va hasta la tienda de Enriqueta, pero allí encuentra solo a sus hermanos, que le piden que se pruebe el vestido que encargó su padre pese a que ella les dice que ha pensado en llevar el vestido de su madre.

Hacen que se lo prueba, diciéndole Armando después que les ha pedido hora en un spa, y que ese es su regalo, pues no tuvo tiempo de conseguir otra cosa.

Habla con el contestador de Lidia y le dice que no se va a casar con nadie.

Pero Lidia lo está recogiendo todo para marcharse y le dice a su tía que su madre se ha vuelto loca y no le ha contado nada, ni de que había dejado su trabajo ni de la boda ni que había dejado el alquiler de la casa, observando que tampoco Violeta sabía nada.

Violeta habla con la empresa. Le dicen que en el congreso de Madrid estaba borracha y de su comportamiento.

Lidia se va a la estación de tren, mientras su madre trata de encontrarla inútilmente.

Va incluso al spa, donde está Armando con una mascarilla puesta, y hace que se tumbe su hermana para que se la pongan a ella, aprovechando ese momento para contarle que necesita que vendan el taller o que se lo dejen para avalar un crédito y ampliar la escuela.

Rosa le dice que es el regalo de boda de su padre y va a abrirlo y le recuerda que a él y a Violeta les ayudaron cuando se casaron y ahora es su momento.

Los interrumpe Violeta, que le dice que Lidia se marchó, ante lo que Rosa sale corriendo con la bata del spa y la mascarilla puesta hacia la estación, aunque llega demasiado tarde, pues ve cómo parte el tren con destino a Valencia.

Andrés va luego a la tienda de Lolín para encargarle las fotos de la boda y encarga camisetas con fotos de toda la familia y llama luego a Marga, aunque solo puede hablar con el contestador, pidiéndole que vaya a la boda y se lleve a su padre y a los niños.

Violeta llama a su abogada para preguntarle por la indemnización, enterándose de que no tendrá derecho a la misma.

En la estación, Lidia mira las innumerables llamadas de su madre.

Rosa encuentra a sus hermanos en el bar, asegurándole que ya lo arreglaron todo y que va a tener incluso una mascletá.

Ella les pide ayuda con Lidia. Preocupándole a Armando que se pierda la boda de su madre, diciéndole ella que es lo de menos, pues, les confiesa que se casa ella sola.

Al escucharla, sus hermanos piensan que debe tratarse de una broma, diciéndoles que por eso quería una cosa íntima y contarles allí que no va a volver a Valencia.

Sus hermanos no entienden que no se case con nadie y lo ven como una mentira, y les dice que sí existe Rafa, pero no se casa con él.

Le dice Armando que es una tomadura de pelo y que se va a Valencia porque no quiere hacer el ridículo delante de todos y que a su padre se lo cuente ella, preguntándole si esperaba decírselo en el ayuntamiento delante de todo el mundo, recordando ella que quería hacerlo en la playa como les dijo y que esa era su sorpresa, pero que se la fastidiaron también.

Ella les dice que no se han querido enterar de que su padre no rehízo su vida, sino que se metió en la suya y que con su hiperactividad trata de olvidar que está solo y cuando le dijo que se iba a vivir con ella pensó que tiene casi 45 años y que no sabe cuándo va a hacer lo que quiere y a pensar en ella, si cuando le deje de necesitar su padre o él.

Armando le dice que si estaba tan mal podría habérselo dicho sin más, diciendo ella que esperaba decírselo en la boda, pero que ahora que lo saben pueden hacer lo que deseen.

Triste, se sienta en el paseo marítimo, acercándosele Violeta para decirle que lo siente y que fue una egoísta, aunque le pregunta por qué no le contó lo de su boda, diciendo que creía que pensaría que era una tontería, diciéndole Violeta que es el corazón de la familia y que habrían ido todos aunque lo supieran.

Rosa le dice que es el último mono, diciéndole Violeta que no es así, que era el ojito derecho de su madre y ahora el de su padre, mientras que a ella, si no está, no pasa nada y sin embargo, ella ha desaparecido 15 días y toda la familia está alborotada.

Lidia, que en realidad no se fue, regresa al taller y ve el anillo de su madre y lee las promesas que su madre se va a hacer a sí misma, preguntándole cuando llega, si va a casarse con ella.

Rosa le dice que lo ha hecho todo fatal y le pide perdón.

Lidia le dice que tampoco ella se lo ha puesto muy fácil, diciéndole su madre que lo importante es que ha ido, diciéndole Lidia que en realidad no ha ido a su fiesta, sino porque ya no podía más en Inglaterra, pues nada estaba saliendo como esperaba, ya que a John apenas lo ve y se pasa las horas sola.

En el trabajo le pagaban muy mal y el poco dinero que ganaba lo gastaba en la guardería de los niños, por lo que era mejor quedarse con ellos y estaba a punto de volverse loca y ha vuelto para quedarse, estando John dispuesto a intentarlo allí e iba a contárselo cuando se enteró de todo, y que no se lo quiso contar porque le daba vergüenza y no le quería decepcionar porque sabe que esperaba otra cosa, pero se ha dado cuenta de que no es artista ni emprendedora, que es solo una cobarde.

Su madre le dice que no es así, pues ha sido capaz de sacar una familia adelante fuera de su país y que ella ha sido muy dura con ella y muy injusta y debe hacer con su vida lo que quiera.

Violeta vuelve al hotel y habla con Armando, que le dice que no sabe si irse o quedarse, y se pregunta si lo de la boda no será para quedarse con el taller, algo que hace enfadar a Violeta, que le dice que no puede ser tan miserable, y que deben apoyarla, pues todos tienen problemas, contándole que a ella la acaban de echar del trabajo y sin indemnización.

Su hermano le dice que debería beber un poco menos y ella le pregunta cómo sabe que fue por eso, diciendo que se lo imagina.

Van al taller cargados con bolsas para celebrar la despedida de soltera, y bailan y beben felices, aunque Armando se muestra melancólico, preguntándole Violeta qué le ha pasado con Marga, contándole que lleva 10 años trabajando duro para ir más desahogados y tener más tiempo para ellos más adelante y se pregunta ahora cuándo será eso, temiendo haberla perdido por haberlo hecho todo mal.

Por la mañana, Rosa le cuenta a Violeta, cuando baja, que Lidia no regresa a Manchester y ella se plantea que ahora necesita un sueldo para poder ayudarla, por lo que ha pensado en volver a Valencia, preguntándole Violeta qué pasa con sus sueños, diciendo ella que tendrán que esperar y que lo bueno de casarse sola es que se puede dejar plantada, pues no puede prometer algo que no va a cumplir y le pide que se lo diga a Armando.

Cuando este baja, ya convencido de ir a la boda, Violeta le dice que no se hará.

Y en ese momento les llama su padre para decir que ha llamado a la familia de Barcelona y a los de Navarra, pidiéndole Violeta que no llame a nadie más.

Cuando Lidia llega al taller, preparada para acudir a la ceremonia, le dice que regresarán a Valencia. Que irán de momento a casa del abuelo hasta que consigan otra.

Armando le pide perdón por no haber contado con ella, aunque Lidia le dice que no es por eso y que en esa familia no escuchan ni ven lo que les pasa a los de al lado.

Armando le dice que en el ayuntamiento les espera el alcalde, medio pueblo, y la banda municipal y en 10 minutos llega su padre con los primos, los tíos y los de Pamplona, ofreciéndose él a disculparse en nombre de la familia, aunque conservan el convite, que organizó en el hotel. También se ofrece Lidia para hablar, pero Rosa les dice que irá ella.

Camino del ayuntamiento, Lidia se encuentra con Rafa, que ve el jaleo y le pregunta qué pasa, diciendo ella que la boda, preguntando él qué boda, a lo que le responde que la de su madre, dejándolo perplejo.

Armando entra con su padre en el ayuntamiento. Este no entiende las prisas, pues a Rafa lo conoce poco, diciéndole Armando que va a ser una sorpresa.

Lidia regresa al taller y escucha a Violeta que le dice que debe seguir adelante con la boda y con sus planes, para que la historia no se repita, pues ya su madre tuvo que abandonar sus sueños por tenerlas a ellas, luego ella los abandonó por Lidia y le pide que no renuncie de nuevo, ofreciéndose ella a acoger a Lidia, pues esta necesita que la quiera como es.

Cumplirá su compromiso delante de toda la gente que le quiere, pues si no lo hace ese día, no lo hará nunca.

Lidia recoge el ramo, los votos y el anillo y se los lleva.

Rosa se dirige al ayuntamiento, que encuentra lleno de gente, sonando el himno nupcial cuando llega, sin saber cómo reaccionar. Manda callar a la banda y dice que siente que fueran hasta allí, pero que no es lo que esperaban.

Lidia se acerca a ella y le pide al oído que se case, diciendo ella que no puede, insistiendo su hija en que lo haga por favor. Que se case y que se quede allí y le entrega los votos.

Ella dice entonces que hubo un error. Que la boda es en la playa y deben ir a la cala.

Rafa corre tras ella y le pregunta si le hizo ir para humillarlo y reírse de él, diciéndole ella que para ella es muy importante que esté allí y que no se casa con otro y que vaya a la cala.

Los invitados van hasta la cala, en una larga procesión, incluido Rafa, que no entiende nada.

Luego ella corre, vestida de rojo hacia el lugar, siendo aplaudida por todos al llegar.

Los demás invitados, ignorantes de lo que les espera se preguntan dónde está el novio.

Ella les da las gracias a todos por ir y les dice que gustaría recordar ese día el resto de su vida, pues ha decidido comprometerse con ella misma, porque para que te respeten y traten con amor, te debes respetar tú primero leyendo los votos.

Promete en ellos: respetarse, cuidarse, escucharse, perdonarse, hacer lo que le haga bien a ella, preguntarse a sí misma primero antes de preguntar lo que quieren los demás, llevar adelante sus sueños y deseos, quererse con todo su corazón todos los días de su vida y renunciar a poner su felicidad en manos de los demás, renunciando a ser obediente.

Se pone después el anillo y lanza su ramo, abrazando luego a su hija y a sus hermanos.

Para algunos es muy confuso y para otros una mamarrachada.

El padre no entienda tampoco que se haya casado sin novio, confundiéndolo ella más al presentarle a Rafa, tras lo que le dice que no puede vivir con ella porque se quedará allí.

Su padre le dice que ha comprendido que ella tiene que hacer su vida y él la suya.

Suena tras ello la mascletá y comienza el baile con la banda, que ella abre con su padre, para bailar luego con su hermano, bailando y brindando todos, y compartiendo la tarta.

Calificación: 3