La boda de Muriel
Muriel's Wedding (1994) * Australia / Francia
También conocida como:
-
"El casamiento de Muriel" (Argentina)
Duración: 105 min.
Música: Peter Best
Fotografía: Martin McGrath
Guion y Dirección: P. J. Hogan
Intérpretes: Toni Collette (Muriel Heslop), Rachel Griffiths (Rhonda Epinstall), Bill Hunter (Bill Heslop), Sophie Lee (Tania Degano), Jeanie Drynan (Betty Heslop), Gennie Nevinson (Deidre Chambers), Daniel Lapaine (David Van Arkle), Matt Day (Brice Nobes), Roz Hammond (Cheryl), Belinda Jarrett (Janine), Pippa Grandison (Nicole).
El ramo lanzado por Tania el día de su boda va a caer en manos de Muriel ante el desconsolado llanto de Cheryl, una de las damas de honor, por lo que Tania le pide a Muriel que le entregue el ramo a Cheryl, pues ella ni siquiera tiene novio, aunque cuando lo hace Cheryl se lo devuelve llorando mientras reconoce que rompió con su novio la noche anterior.
Y mientras Tania trata de consolar a Cheryl, otra de sus damas de honor, Nicole, hace el amor con el Chook, el recién casado, siendo vistos por Muriel.
Poco después unos policías detienen a Muriel por haber robado su vestido, al ser denunciada por la detective de la tienda donde lo robó, que es prima del novio, llevándola a casa de su padre, el concejal Bill Heslop que consigue que no la detengan.
Heslop, que en el pasado fue candidato a gobernador, aunque perdió por los votos por correo, se encarga ahora de impulsar la creación de urbanizaciones, centros comerciales, parques, etc., llevando a toda su familia a las negociaciones con los empresarios, que siempre realiza en restaurantes, consiguiendo que las comidas le salgan gratis, no perdiendo nunca la ocasión de criticar a sus 5 hijos, todos en el paro, y especialmente a Muriel, a la que le pagó un carísimo curso de secretariado, pese a lo cual ni siquiera consiguió aprender a escribir a máquina, perdiendo por ello su trabajo en el despacho de su abogado, donde había conseguido colocarla.
Mientras cenan con unos empresarios japoneses coinciden, aparentemente por casualidad con Deidre Chambers, una amiga de Bill, a la que también invita a cenar, ofreciéndole esta, que es representante de cosméticos, a Muriel un trabajo como vendedora.
La vida de Muriel es tan aburrida que está siempre en su habitación cantando canciones de ABBA, grupo del que tiene las paredes de su cuarto repletas de fotos, que alterna con otras de modelos posando con vestidos de novia.
Cuando Tania se reúne de nuevo con sus amigas no parece feliz pese a su reciente boda, confesándoles que su novio no pudo hacer el amor con ella la noche de bodas, comprobando que tenía una mancha de carmín en su pene, por lo que, al verla tan desconsolada, le proponen que cancele su viaje de novios a Bali y que se vaya con ellas de vacaciones a la isla de Hibiscus, lo que Tania acepta.
Muriel, desconocía dichos planes, diciéndole sus amigas que no se lo contaron porque como no trabaja no tiene dinero, para ir, y cuando ella les replica que ha encontrado un empleo, ellas, ya sin rodeos le dicen que no desean que la vean con ellas, pues las avergüenza, ya que viste mal, está gorda, escucha canciones de los 70 y no es divertida, por lo que le piden que busque amigos de su misma condición, consiguiendo solo que le digan que las está avergonzando de nuevo cuando rompe a llorar pidiendo que no la echen de su grupo.
Para que pueda adquirir los cosméticos que le va a vender Deidre, su madre le entrega un cheque en blanco, mostrándose la madre agradecida con Deidre pese a que sabe que por su pueblo corren rumores de que es la amante de su marido.
En la isla Hibiscus, Tania y sus amigas participan en un concurso de canciones y baile, viendo, al bajarse del escenario que también está allí Muriel, por lo que se indignan con ella diciéndole que no tiene dignidad y pidiéndole que se mantenga alejada de ellas.
Durante la cena es reconocida por otra turista, Rhonda, que la recuerda del instituto, pasando con ella el resto de la velada rememorando viejos tiempos, contándole Muriel que Tania se casó con Chook, ante lo que Rhonda recuerda que en el instituto Tania y sus amigas le hicieron la vida imposible, pensando qué les diría si las volviera a ver, mostrándole entonces Muriel que puede hacerlo pues están allí.
Y, en efecto, al día siguiente se presenta ante ellas, que, pese a sus diferencias en el pasado la invitan a unirse a ellas, siendo la respuesta de Rhonda contarle a Tania que su marido se acostó durante la ceremonia de su boda con Nicol y que Muriel los vio, asegurándole que antes se tragaría cuchillas de afeitar que tomarse una copa con ella.
Cumplida su venganza, Rhonda y Muriel participan esa noche en el concurso del hotel imitando a las chicas de ABBA, cantando Waterloo, mientras son observadas por sus antiguas compañeras, que, aunque están con otros chicos acaban la velada con Tanila lanzándose sobre Nicol, que ya tenía un ojo morado, y enzarzándose en una dura pelea delante de todos los huéspedes del hotel.
En Porpoise Spit la familia de Muriel lee una postal enviada por esta mientras cenan en un restaurante con otro empresario, mostrándose muy orgullosos de que Muriel haya conseguido gracias a su trabajo dinero para pagarse el viaje y para comprarse ropa nueva.
Y de nuevo "coinciden" con Deidre, la cual le cuenta a Bill que Muriel le compró productos por valor de 80 dólares, por lo que si los vendió por 110 dólares, su beneficio no pudo ser de más de 30 dólares, siendo imposible que con ellos se pagase el viaje.
Tras haberse divertido en el escenario y ya borrachas, Muriel le dice a Rhonda que piensa que es una inútil, ante lo que Rhonda le dice que no lo es, pues ha conseguido sus objetivos, ya que Muriel le mintió contándole que está prometida.
Terminadas sus vacaciones Muriel regresa a su casa, diciéndole su madre que su padre está muy enfadado, ya que en el banco les dijeron que desaparecieron los 12.000 dólares que tenían ahorrados, negando Muriel habérselos quedado, aunque sale corriendo de casa para coger el mismo taxi que la había llevado desde el aeropuerto, en el que se marcha.
Muriel comienza a trabajar como empleada de un videoclub en Sídney, que está frente a la tintorería donde trabaja Rhonda, a la que le cuenta que debe ocultarse de su antiguo novio, un policía que amenazó con matarla, decidiendo cambiarse su nombre por el de Mariel.
Consigue que un cliente del videoclub la invite a salir una noche, yendo a bailar con él e invitándolo tras ello al apartamento que comparte con Rhonda, a la que escuchan mientras está con dos marineros en la cama.
Mientras toma un té con su nuevo amigo ven las noticias, en las que informan de que el concejal de Porpoise Spit, Bill Heslop admitió haber recibido comisiones ilegales, justificándose en que su estado de ánimo estaba alterado por la desaparición de su hija Muriel, a la que le pide que regrese, diciéndole que no le importa lo del dinero.
Poco después el muchacho se abalanza sobre ella tratando de desnudarla, aunque en su ímpetu, y mientras trata de quitarle los pantalones en realidad quita la cremallera a un cojín, esparciendo toda el relleno de su interior, lanzando sin querer una jaula contra un cristal, apareciendo ante el escándalo los dos hombres que estaban con Rhonda, aun desnudos y que creyendo que hacía daño a Muriel amenazan con llamar a la policía mientras Muriel, borracha no puede parar de reír ante la situación, saliendo también Rhonda, que de pronto se cae y le dice que no puede mover las piernas, por lo que deben llamar a una ambulancia.
Mientras espera en urgencias, Muriel llama a su casa, contándole su hermana que su padre cobró comisiones ilegales excusándose en que ella se llevó todo su dinero, contándole también que ya no vive en casa, sino que se fue a un hotel, reconociendo Muriel ante su madre que sí cogió el dinero.
En el hospital informan a Rhonda que tiene un tumor que presiona su espina dorsal impidiéndole andar, por lo que deben operarla.
Entretanto Muriel entra en una tienda de vestidos de novia y dice que tiene previsto casarse en septiembre y se prueba uno de los vestidos y le hacen una fotografía con él que ella pega en su álbum, donde colecciona decenas de fotos así vestida.
Rhonda por su parte comienza la rehabilitación entre grandes dolores, acompañada siempre por Muriel, que le ayuda con todo sin que Rhonda entienda su resignación, a lo que Muriel le responde que cuando estaba en su casa se pasaba las horas encerrada en su habitación escuchando canciones de ABBA, y que desde que está con ella no ha vuelto a escucharlas, pues su vida es tan buena como sus canciones.
Un día Rhonda descubre de forma casual el álbum de Muriel, viéndola poco después probándose otro vestido al pasar frente a una tienda de novias, por lo que entra indignada preguntándole por qué no le contó que iba a casarse con su antiguo novio, temiendo que lo vaya a hacer por las amenazas de aquel, debiendo reconocer Muriel que no va a casarse, sino que quiere casarse, que es el gran objetivo de su vida, y lo que serviría para demostrar que ha cambiado de verdad y que no es ya Muriel, la estúpida obesa con la que nadie se casaría, habiendo empezado por ello por cambiar su nombre por el de Mariel.
Finalmente su padre la localiza y va a verlo al hotel donde se hospeda en Sídney, donde prepara la estrategia para su defensa con sus abogados, diciéndole que debe volver con él a Porpoise Spit donde le conseguirá un trabajo con el que pagará el crédito que pedirá a su nombre para cubrir el dinero robado.
Y, como cada vez que está en un restaurante, aparece, de nuevo, y como si de una coincidencia se tratase, pues afirma que está visitando a una hermana, Deidre, aunque esta vez Muriel le pregunta directamente si están juntos, debiendo reconocer que se quieren.
De vuelta a su apartamento, Rhonda le dice que se ha reproducido el tumor y deben operarla de nuevo, por lo que su madre le pidió que vaya a vivir con ella.
En los anuncios de una revista de contactos Muriel lee que hay un joven que busca esposa, por lo que ella se presenta como candidata descubriendo que se trata de David Van Arkle, un nadador sudafricano dispuesto a pagar 10.000 dólares por casarse con una australiana y poder obtener así la nacionalidad, lo que le permitirá representar a Australia en las olimpiadas, debiendo comprometerse a vivir con él al menos 4 meses para evitar problemas.
Llega así por fin la esperada boda de Muriel, que se realiza entre una gran expectación, acudiendo incluso la televisión, y en la que ejercerán como damas de honor Tania y sus antiguas amigas, disfrutando al ver sus caras mientras entra en la iglesia al ritmo de ABBA del brazo de su padre, sin fijarse ni siquiera en su madre, que llegó tarde a la ceremonia por tener que ir en autobús al carecer de dinero para el avión.
Declarados marido y mujer, David la besa fugazmente, saliendo feliz de la iglesia, dirigiéndose entonces a Rhonda, que se había salido antes a fumar, y a la que le explica que Tania y sus otras amigas se arrastraron ante ella para pedirle que les dejara ser sus damas de honor, y a las que cree que les dio una lección al mostrarle que podía ser tan buena como ellas.
Rhonda le cuenta que va a tener que regresar a Porpoise Spit con su madre, ya que al no poder contar ya con ella no puede pagarse sola el apartamento y se siente sola, ante lo que Muriel le dice que no dejará que se vaya… en autobús. Le regala los billetes para el avión, diciéndole Rhonda que le da asco en lo que se ha convertido.
Tras la ceremonia los recién casados se instalan en el lujoso piso donde van a vivir, que David le dice es de sus padres, que, aunque no fueron a la boda la pagaron, tras lo cual le muestra su dormitorio, separado del suyo, y cuando él le recrimina que se casara con alguien a quien no conoce, ella le dice que él también lo hizo, ante lo que él le dice que lo hizo porque quería ganar, a lo que ella responde que ella también.
De hecho la boda aparece en las portadas de la prensa rosa, tal como puede comprobar su madre cuando acude al supermercado, donde debido al cansancio se quita sus incómodos zapatos para calzarse unas chanclas más cómodas que coge de las estanterías pero que no paga, siendo vista al hacerlo por la misma mujer que acusó a su hija del robo del vestido de la boda de Tania, que hace que la retengan, debiendo acudir su marido a sacarla del apuro, aunque advirtiéndole tras hacerlo que no volverá más y que va a pedir el divorcio, echándole además en cara que si no llegó a ser elegido gobernador fue por tener una familia que no estaba a la altura.
Poco después Muriel recibe una llamada en la que le notifican la muerte de su madre de un ataque al corazón, regresando a Porpoise Spit para el funeral.
Al llegar a su casa es recibida por Deidre, que le dice que su madre fue muy generosa y que su muerte puede servir para que el juez sea menos severo con su padre.
Su hermana le muestra el álbum de fotos de su madre, donde tiene las que salieron en la prensa de su boda, contándole que en realidad no murió por un ataque al corazón, sino que se suicidó tomando pastillas para dormir, aunque su padre las hizo desaparecer para evitar nuevos escándalos.
Durante el funeral Muriel no soporta más la presión y sale, encontrando a David, su marido, a la puerta de la iglesia, diciéndole que lo siente.
Ella está triste y le dice que es como su padre, y al verla llorar, David la besa, esta vez de verdad y acaban acostándose, aunque a la mañana siguiente Muriel le dice que debe dejarlo y debe dejar de decir y creerse sus propias mentiras, pues ni él la quiere a ella ni ella a él, ofreciéndose a devolverle el dinero que le dio, aunque él lo rechaza.
Su padre le pide que se quede y le ayude con sus hermanos, aunque ella le dice que debe ser él quien los cuide, pues es su responsabilidad, y cuando él le recuerda que se lo debe, ella le entrega un cheque, diciéndole que le pagará el resto cuando regrese a Sydney y trabaje, pidiéndole que deje de tratar a sus hermanos como unos inútiles y trate de convencerles de que pueden llegar a valerse por sí mismos.
Acude tras ello a casa de Rhonda, a la que encuentra junto con Tania y sus amigas, entre las que se encuentra de nuevo Nicole, a la que Tania perdonó tras ponerle ella los cuernos con su marido.
Muriel, recuperado de nuevo su nombre y abandonado el de Mariel le dice a Rhonda que va a regresar a Sídney, y le pide que vaya con ella, tras confesar ante todas sus "amigas" que ha roto con su marido.
Rhonda decide olvidar sus rencores y acepta marcharse a Sídney, dejando atrás a Tania y a su grupo, a las que nunca llegó a soportar bien, y a las que les dice que son una panda de "chupapollas".
Las dos amigas parten juntas en el taxi que les lleva al aeropuerto, desde el que dicen adiós a su antigua vida y a Porpoise Spit