Te cuento la película

Joker
Joker

Joker (2019) * USA / Canadá

          También conocida como:
                    - "Guasón" (Hispanoamérica)

Duración: 121 min.

Música: Hildur Guðnadóttir

Fotografía: Lawrence Sher

Guion: Todd Phillips, Scott Silver

Dirección: Tod Phillips

Intérpretes: Joaquin Phoenix (Arthur Fleck / "Joker"), Robert De Niro (Murray Franklin), Zazie Beetz (Sophie Dumond), Frances Conroy (Penny Fleck), Brett Cullen (Thomas Wayne), Glenn Fleshler (Randall), Bill Camp (Detective Garrity), Shea Whigham (Detective Burke), Leigh Gill (Gary), Dante Pereira-Olson (Bruce Wayne), Douglas Hodge (Alfred Pennyworth).

Arthur Fleck escucha en la radio de Gotham City la alarma existente por la huelga de basureros, mientras se maquilla como un payaso.

Poco después voltea un cartel tratando de llamar la atención a los viandantes para que entren a comprar en una tienda de instrumentos musicales, cuando de pronto un grupo de adolescentes se lo quitan y se burlan de él, que los persigue hasta un callejón donde uno de ellos lo sorprende golpeándole la cara con el propio cartel, tras lo que lo patean.

Arthur ríe luego ante la psiquiatra que le atiende, que le pregunta si sigue escribiendo en su diario, pidiéndole que se lo deje para leerlo, indicando él que además de pensamientos anota cosas graciosas que se le ocurren.

Lee frases duras, como que no cree que su muerte traiga más dolores que su vida.

La mujer le pregunta si le ayuda ir allí, diciendo él que estaba más cómodo en el psiquiátrico, preguntándole ella si ha vuelto a reflexionar sobre por qué le encerraron, aunque él acude sobre todo porque necesita sus recetas, solicitándole, de hecho, que pida al médico que aumente su medicación, recordándole ella que toma 7 medicamentos, diciendo él que no se quiere sentir tan mal.

En el autobús pone caras y hace gestos para hacer reír a un niño, pero su madre le pide que deje de molestarle, riendo nuevamente a carcajadas, como hizo antes ante la psiquiatra, entregándole a la mujer, que no entiende sus risas, un papel en que le pide perdón por sus ellas, pues, le dice, padece un trastorno que le provoca una risa repentina e incontrolable que se da en personas con trastornos neurológicos.

Tras ir a la farmacia regresa a casa de su madre y le sirve la cena. Hablándole ella de Thomas Wayne, lamentando que no conteste sus cartas pese a que trabajó para la familia muchos años, diciéndole su hijo que es un hombre muy ocupado, diciendo ella que podría ser un gran alcalde.

Ven luego juntos su programa preferido, el de Murray Franklin y se imagina a sí mismo como parte del público, riendo y gritándole a Murray que le quiere, por lo que este le interroga, contándole al presentador que él siempre ha cuidado de su madre desde que tenía uso de razón y que su madre siempre le pide que sonría, pues, le dice, llegó al mundo para traer alegría y sonrisas.

Durante los anuncios, Murray le dice que le ha gustado lo que ha dicho y le ha alegrado el día y que lo cambiaría todo por tener un hijo como él, abrazándolo Arthur emocionado.

Cuando acude al trabajo, sus compañeros ven que tiene el cuerpo lleno de magulladuras como consecuencia de la paliza, entregándole Randall, uno de ellos, una pistola.

Le llama Hoyt, su jefe, a la oficina, pues la empresa para la que trabajaba le dijo que desapareció del trabajo y que no devolvió el cartel, por lo que pide que se lo devuelva o se lo descontará de su sueldo.

Ayuda a bañar a su madre, que entretanto le habla nuevamente de Wayne y de que debe ayudarles, pues el lugar donde viven es horrible, aunque su hijo le pide que no se preocupe por el dinero ni por él, pues su número está casi listo, aunque su madre cree que para ser cómico hay que ser gracioso y él no lo es.

Luego, mientras ve la televisión juguetea con el arma de Randall, y de pronto se le escapa un disparo, debiendo decirle a su madre que era una película.

Coincidió con Sophie, una vecina, en el ascensor, y ella le habló, por ello al día siguiente la sigue cuando va a dejar a su hija al colegio y luego en el tren hasta su trabajo.

Por la noche acude a un espectáculo para ver a un monologuista, riendo sus chistes exageradamente.

Luego, y de vuelta a su casa, Sophie llama a su puerta para preguntarle si la ha seguido, reconociendo él que sí, y la invita a ir verle a actuar un día, diciéndole ella que lo hará.

Trabajando como payaso en un hospital, para niños enfermos, de pronto, y mientras baila se le cae el revólver.

Su jefe le despide pese a sus ruegos, pues no entiende la razón por la que llevó un revólver a un hospital infantil, diciendo él que es de atrezo, diciéndole Hoyt que Randall le dijo que la semana anterior intentó comprarle un 38.

Acaba rompiendo el cristal de la cabina de un cabezazo.

Cuando regresa a su casa en el metro, entra un grupo de borrachos que molesta a una chica, riéndose él ruidosamente, por lo que le llaman la atención los tres hombres, que se acercan a él, quitándole uno de ellos la peluca, que se pone él y le preguntan qué le hace tanta gracia, tras lo que le quitan su bolsa y empiezan a golpearlo y a patearlo, sin que deje de reír, tras lo que saca su arma y acaba con dos de ellos y hiere al tercero, al que persigue por el andén de la siguiente estación, donde también acaba con él.

Sale luego corriendo a toda velocidad, ocultándose en un baño. Parece asustado, aunque poco a poco se calma y empieza a bailar, regresando luego a su casa, esta vez con más seguridad en sí mismo. Tanta, que sin dudar llama a la puerta de su vecina y la besa con seguridad.

Al día siguiente va a recoger sus cosas y cuando le preguntan por el incidente del hospital, él cuenta que fue Randall quien le dio el arma, rompiendo la máquina de fichar antes de marcharse.

En televisión entrevistan a Thomas Wayne en relación con los asesinatos del metro, ya que eran trabajadores de Inversiones Wayne, asegurando que está considerando presentarse a la alcaldía.

Dice luego, que los asesinatos los cometió alguien oculto tras una máscara pues tiene envidia y miedo a dar la cara, asegurando que los que no han llegado a nada son unos payasos.

Vuelve a ver a la psiquiatra a la que le dice que hasta hace poco no existía para nadie, diciéndole la mujer que tiene malas noticias.

Él se queja porque no le escucha, pues le hace las mismas preguntas cada semana, pero que ahora se ha dado cuenta de que existe y ahora la gente está empezando a darse cuenta también.

La mujer le dice que el ayuntamiento ha recortado las ayudas y cerrarán todas las oficinas en una semana y es por ello la última vez que le ve, preguntándole con quién podrá hablar entonces para conseguir su medicación, necesitándola ya.

Debuta por fin como cómico y nada más empezar, y antes de decir nada empieza a reír hasta que comienza a eructar y cuando empieza con su monólogo nadie ríe, sacando su libreta para leer sus chistes, riendo su vecina encantada.

A la salida lee en los periódicos la noticia del payaso, asesino para unos, o justiciero para otros, diciéndole Sophie que es un héroe, pues ha eliminado a tres capullos de Gotham, y ya solo queda un millón más, tras lo que van a tomar algo.

De regreso en su casa hace que su madre baile con él, entregándole ella una nueva carta para Wayne que le pide que eche al buzón.

Le cuenta que Thomas y ella estaban enamorados, aunque él le dijo que no podían estar juntos y le pidió que no se lo contara a nadie, llegando ella a firmar unos documentos, pues tampoco quería que dijeran nada de ella ni del propio Arthur.

Mientras en el periódico se anuncia la candidatura de Thomas a la alcaldía, Arthur se acerca a la mansión Wayne, viendo desde fuera a un niño para el que se coloca su nariz de payaso y luego le hace algunos trucos de magia con su varita, haciendo que parezca flácida, o que salga de ella un ramo de flores y se le regala, preguntándole cómo se llama, diciéndole el niño que Bruce.

Aparece entonces Alfred Pennyworth, el mayordomo de los Wayne que le recrimina por acercarse al niño, diciendo que quiere ver a Thomas Wayne y que su madre se llama Penny Fleck y que trabajó allí años atrás.

El hombre le reconoce como su hijo, diciéndole Arthur, que sabe todo lo de ellos, diciéndole Alfred que no hay nada que saber y no hay un ellos. Que su madre estaba mal de la cabeza, tras lo que le pide que se marche.

Arthur le dice que Thomas es su padre y que lo abandonó, tras lo que coge a Alfred por el cuello, aunque luego lo deja y se marcha.

De regreso a su casa ve que una ambulancia se está llevando a su madre, yendo con ella al hospital.

Lo visita allí el inspector Garrity, que le dice que fueron a su casa y le hicieron unas preguntas a su madre y comenzó a hiperventilar hasta sufrir un infarto.

Le dicen que fueron a interrogarle a él en relación con los asesinatos del metro de la semana anterior tras hablar con su jefe del Haha, que les dijo que lo había despedido por llevar un revólver a un hospital infantil, diciéndole él que era de attrezzo y parte de su número, y que lo despidieron por no ser lo bastante gracioso.

Vuelve junto a su madre, que está en ese momento con Sophie.

Empieza en ese momento el programa de Murray Franklin, en el que ponen una grabación con su actuación en el club de la comedia de Pogo, criticándolo Murray por creer que con reír es ya gracioso y le dice, tras escuchar el primer chiste, que era sobre su madre, que debería haber hecho caso a su madre y estudiar.

Ponen otro de sus chistes, cuando dice que de pequeño todos se reían de él cuando decía que iba a ser cómico, pero que ahora nadie se ríe, lo que corrobora Franklin.

En el informativo hablan sobre el descontento de las clases populares por los privilegios de las clases dominantes de la ciudad, por lo que saldrán a manifestarse vestidos de payasos contra la gala benéfica del Wayne Hall del día siguiente, y a la que acudirá el propio Thomas Wayne, que fue el primero en calificar de payasos a los habitantes de su ciudad pese a postularse como alcalde, indicando que es su única esperanza.

Al día siguiente hay una manifestación frente a la sede donde se realiza la gala, al grito de "Fuera Wayne".

Arthur consigue traspasar la valla policial aprovechando un pequeño altercado y se cuela dentro, disfrazándose de botones, viendo cómo los asistentes ríen al ver una proyección de "Tiempos modernos", siguiendo a Thomas Wayne hasta el baño.

Una vez allí Thomas le pregunta si quiere un autógrafo, presentándose como Arthur y diciéndole que Penny Fleck es su madre.

Él le dice que no es su padre. Que fue adoptado y que nunca se acostó con su madre, que lo adoptó cuando trabajaba para ellos y luego la detuvieron y la ingresaron en el psiquiátrico de Arkham

Él le pide que no le mienta, pues no quiere nada de él más que un poco de afecto, aunque Wayne insiste en que su madre está loca.

Le da uno de sus ataques de risa, que Thomas no entiende, por lo que le propina un puñetazo, advirtiéndole que si vuelve a tocar a su hijo lo matará.

En su casa escucha un mensaje de Garrity diciéndole que quiere hacerle más preguntas, sacando mientras lo escucha todo de su nevera, incluidas las bandejas, para meterse él dentro.

Recibe entonces una llamada del programa de Murray Franklin. Le dicen que su monólogo fue un éxito y desean que acuda al programa para el jueves siguiente.

Acude al hospital de Arkham, donde pide el historial de su madre, preguntándole al administrativo que le atiende cómo acaba allí la gente, diciéndole que algunos cometieron crímenes, otros están locos y hay gente que no sabe qué hacer con su vida.

Arthur le dice que a veces le pasa eso. Que poco antes se desquitó de unos tíos y pensó que le iba afectar, pero que no fue así, aconsejándole el auxiliar que pida ayuda.

El hombre le muestra el expediente de Penny Fleck, a la que diagnosticaron una psicosis alucinatoria y trastorno de la personalidad narcisista, declarándose culpable de haber puesto en peligro el bienestar de su propio hijo.

Al ver que hay cosas muy íntimas le dice que no puede darle una copia del informe sin la autorización de su madre, aunque él logra arrancárselo y huye con él.

Ve en los informes la solicitud de adopción, en que se indica que se trataba de un niño abandonado, pese a lo cual ella decía que es una historia que se inventó Thomas, que dijo que ese sería su secreto.

La acusaron de no haber hecho nada cuando uno de sus novios abusó en repetidas ocasiones de su hijo adoptivo y le pegó a ella, algo que incluso salió en la prensa, pues encontraron a su hijo atado a un radiador desnutrido y lleno de hematomas y con traumatismos en la cabeza.

Pero ella insistía en que siempre fue un niño feliz.

De vuelta en su edificio no regresa a su casa, sino a la de su vecina, en la que entra, al encontrar la puerta abierta.

Cuando ella sale de la habitación de su hija de dormirla y lo ve allí se asusta y le dice que se ha confundido de casa, preguntándole si se llama Arthur, y le pide que se vaya y le pregunta si puede llamar a alguien y si está su madre en casa.

Él se lleva la mano a la cabeza como si tuviera una pistola, tal como ella hizo en el ascensor, y recuerda todos esos últimos días juntos, que en realidad estuvieron solo en su imaginación.

Regresa a su casa y llora a la vez que ríe sin poder contenerse, y de vuelta al hospital le dice a su madre que siempre odió su apellido. Que ella le dijo siempre que su risa era un trastorno, pero él dice que no le pasa nada, que es así, "Happy", aunque asegura no haber sido feliz ni un solo minuto de su vida y que siempre pensó que su vida era una tragedia, aunque ahora ve que es una comedia, mientras coloca la almohada sobre la cabeza de su madre hasta acabar con ella.

Luego en su casa ve repetidamente un trozo del programa de Murray Franklin y se entrena para su aparición en el programa, incluyendo sus frases y sus posturas y el chiste que contará, sacando la pistola y apuntando a su barbilla simulando disparar.

Se tiñe el pelo de color verde y baila, pintándose luego la cara de blanco.

Recibe entonces la visita de dos de sus antiguos compañeros, Randall y Gary, el enano, que al verlo pintado le preguntan si encontró ya trabajo o va a la manifestación, diciendo él que es para celebrar la muerte de su madre, y ellos le dicen que ya se enteraron y fueron por ello para animarle, llevándole una botella.

Él dice que está bien, pues ha dejado la medicación y se siente mejor.

Randall le cuenta que la poli estuvo en el trabajo y están interrogándolos a todos por los asesinatos del metro y que pronto le interrogarán a él y quiere saber qué les contó él, para decir lo mismo y que no haya versiones diferentes.

Pero en vez de ello, Arthur saca un cuchillo que llevaba en el bolsillo y se lo clava en el cuello y luego directamente en la frente, ante el horror de Gary, que ve cómo le revienta la cabeza a golpes contra la pared.

Le dice a Gary, que puede irse tranquilo, aunque cuando intenta marcharse no llega al pestillo, por lo alto que está. Él le cuenta que esa noche sale en el programa de Murray, tras lo que le abre, pues, dice, él fue el único que siempre fue amable con él.

Acude al programa de Franklin ahora ya maquillado y vestido como un payaso, bailando en las escaleras que sube cada día hacia su casa, feliz, hasta que ve arriba a los agentes Garrity y Burke, por lo que sale corriendo, siendo incluso atropellado por un taxi, pese a lo cual no se detiene y logra llegar al tren justo antes de que se cierre la puerta, en un vagón lleno de gente disfrazada de payasos, de modo que los policías no consiguen identificarlo, robando además una máscara a otro manifestante, lo que acaba provocando una pelea, y cuando el policía levanta la pistola acaba y dispara, todos los payasos se abalanzan sobre ellos y los patean.

Ve luego, mientras espera en el camerino para salir en el programa, una información sobre el ataque a los policías en el metro, indicando que están estables dentro de la gravedad y sonríe.

Le visita Murray antes de salir y Arthur le da las gracias diciéndole que es como si le conociera, pues lleva viéndole toda la vida.

Le pregunta si está maquillado porque estuvo en la manifestación, diciendo que no, que se puso así porque creyó que estaría bien para su actuación, recordándole el asistente de Murray que han matado a un payaso y que los telespectadores no lo aceptarán, aunque Murray está convencido de que funcionará, pero que no diga palabrotas.

Arthur le pide que en vez de su nombre lo presente como Joker.

Antes de su salida, Murray se vuelve a burlar de él y de sus problemas psiquiátricos, poniendo nuevamente su video.

Él se prepara para su salida como un showman, bailando ante el público que le aplaude, tras lo que besa en los labios a la doctora, una mujer mayor, que le precedió.

Murray le pregunta por qué se ha maquillado así, diciendo él que solo intenta hacer reír, sacando una de sus carcajadas.

Murray le pide que cuente un chiste, sacando él su cuaderno de chistes, aunque lee una de sus frases tristes y luego un chiste sin gracia, sobre un muerto, ante lo que le dicen que no les gusta ese humor, diciendo él que lleva unas semanas muy difíciles, desde que se cargó a los tres tíos de Wall Street, reconociendo que no es ningún chiste.

Dice luego que nada puede hacerle daño, pues su vida es solo una comedia.

Le pregunta Murray si cree que la muerte de esos tipos tiene gracia, diciendo él que sí, pues la comedia es subjetiva, aunque el sistema decide qué está bien y que no, pidiendo tras ello el público que lo echen.

Le pregunta si quiere empezar un movimiento, diciendo él que los mató porque eran horribles, no entendiendo por qué lamentan tanto esas muertes, pues si hubiera sido él no habrían hecho caso alguno, porque ni existe, pero como Wayne salió por la tele lamentando su pérdida todos lo lamentan.

Dice que ya no hay gente que se pone en lugar del otro, y Wayne no lo hace y no van a quedarse con los brazos cruzados.

Murray le dice que se auto compadece y que no todo el mundo es horrible, aunque Arthur le dice que él mismo es horrible, pues puso sus imágenes y lo invitó al programa solo para reírse de él y que es igual que todos.

Murray le dice que él ha generado los disturbios que acabaron con un hombre muerto y varios policías hospitalizados.

Él dice que cuando la sociedad da de lado a los enfermos mentales, tiene lo que se merece.

En ese momento Murray pide que llamen a la policía, pero él saca su arma y acaba con Murray de un disparo en la cabeza en directo.

La gente corre alocada por el estudio mientras él sonríe, con la cara salpicada de sangre.

Se levanta y vuelve a disparar a Murray y luego baila ante la cámara.

Todas las televisiones dan la noticia e indican que Joker fue detenido

Entretanto, las calles son un hervidero de disturbios que él observa desde el coche policial donde va detenido y ríe, diciéndole los policías que la ciudad está en llamas por su culpa, diciendo él que lo sabe y les pregunta si no es precioso, justo un momento antes de que un camión impacte contra el coche policial, saliendo del camión un hombre con máscara de payaso, rescatando entre él y otro de los payasos manifestantes a Arthur del coche policial, tras lo que lo colocan sobre el capó.

En ese lugar hostil una familia sale del teatro. Los Wayne. Y un hombre disfrazado de payaso acaba con Thomas y con su mujer delante de Bruce.

Cuando Arthur vuelve en sí ve cómo los manifestantes le aclaman y ovacionan como a un héroe, animándole a ponerse en pie, lo que lo hace sobre el capó del coche, haciendo unos pasos de baile ante todos, agrandando su sonrisa con la sangre que tiene en la boca, ante el delirio general.

Algún tiempo después ríe ante la psiquiatra que le atiende en Arkham, donde le recluyeron, preguntándole ella qué le hace tanta gracia, diciendo que recordó un chiste.

Vemos al joven Bruce Wayne junto a los cadáveres de sus padres en el callejón.

La psiquiatra le pide que se lo cuente, aunque él dice que no lo pillaría.

Cuando sale de la terapia avanza por un pasillo dejando manchas de sangre en el suelo, bailando nuevamente al final del pasillo, corriendo tras él los guardias del centro.

Calificación: 3
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