Instinto maternal
Duelles (2018) * Bélgica / Francia
Duración: 97 min.
Música: Renaud Mayeur, Frédéric Vercheval
Fotografía: Hichame Alaouié
Guion: Olivier Masset-Depasse, Giordano Gederlini (Novela: Barbara Abel)
Dirección: Olivier Masset-Depasse
Intérpretes: Veerle Baetens (Alice Brunelle), Anne Coesens (Céline Geniot), Mehdi Nebbou (Simon Brunelle), Arieh Worthalter (Damien Geniot), Jules Lefebvre (Theo Brunelle), Luan Adam (Maxime Geniot), Annick Blancheteau (Jeanne Brunelle).
Alice Brunelle observa, oculta tras las cortinas, a su vecina Céline, y cuando ve que se ha marchado corre hasta su casa y la abre con una copia de las llaves.
Entretanto, Céline llega al colegio, recoge a dos niños, con los que regresa a casa cantando, ensayando la canción que preparan para una representación.
Cuando llega a su casa le extraña ver echadas las cortinas que ella dejó abiertas, viendo al abrirlas que la esperan afuera su familia y sus amigos para una fiesta sorpresa.
Alice ve que salen corriendo los dos niños a los que recogió Céline, Maxime, el hijo de esta y Theo, el suyo y sale corriendo tras ellos temiendo que Theo coma las galletas que lleva Maxime, ya que es alérgico, descubriendo que habían ido hasta el jardín de la propia Alice por el que llaman su pasadizo secreto, un pequeño hueco bajo el seto que separa ambas casas.
Al día siguiente es Simon, el marido de Alice quien debe llevar a los niños al colegio, aunque Céline va para advertirles que Maxime no irá, pues tiene fiebre.
De pronto Alice ve, mientras arregla las flores del jardín, a Maxime subido al alfeizar de la ventana tratando de coger a Popeye, su gato, que se escapó al tejado y se asusta, por lo que grita llamando a Céline, y como ve que no cabe por el pasadizo corre hasta la casa de su vecina, a la que entra, corriendo hasta el piso de arriba, donde estaba Maxime, aunque cuando llega es demasiado tarde, pues Maxime cayó y su madre al comprender lo sucedido no puede sujetar el llanto.
Esa noche Alice y Simon acuden a casa de sus vecinos para acompañarlos, saliendo a recibirlos Damien, al que abrazan, observando Alice que a ella no le devuelve el abrazo, diciéndoles que va a llegar su familia y necesitan un tiempo a solas, por lo que no pueden ver a Céline.
Al día siguiente deben contarle lo ocurrido a Theo, aunque observan que este no parece impresionado pese a saber que la muerte significa que le meterán en un agujero y no volverán a verlo.
Ve que Céline cierra las ventanas y va a su casa, y aunque sabe que está, no le abre.
Pierde de vista a Theo y le escucha hablar al otro lado del seto con Céline y le regaña y le pide que no vuelva a utilizar el pasadizo, y le pregunta a Céline por qué la está evitando, respondiéndole esta que tendría que haberle vigilado, diciendo ella que no le escuchaba y tenía que hacer algo y avisarla e hizo todo lo que pudo, diciendo Céline que no fue suficiente.
Por la noche aparece el niño que dice que no puede dormir sin su muñeco, que se dejó olvidado en el jardín de Maxime, dejando que esa noche duerma con ellos.
Acuden al funeral, donde habla el marido de Céline, roto por el dolor, y cuando Theo acude a despedirse de Maxime, este solo se fija en que tiene a su muñeco y empieza a reclamarlo algo que incomoda a sus padres, debiendo llevárselo Simon afuera mientras él sigue insistiendo en que se trata de su muñeco, llegando su padre incluso a pegarle.
Pero Alice se pregunta por qué hizo eso Céline, pues sabía que era su muñeco.
1 mes más tarde
Céline acude al colegio como aquel día de su cumpleaños.
Theo la ve y le pregunta si ha ido a ver la obra, diciéndole ella que sí y que tiene algo para él y se lo lleva a su clase, donde los encuentra Alice, viendo cómo Céline le entrega su conejo y le pide perdón, diciéndole que lo dejó con Maxime porque quería que se fuera con algo suyo, abrazándola Theo.
Su madre se presenta y le dice que deben prepararse para la obra.
Céline ve que pasan junto a ella todos los niños de la clase de su hijo y acaba cayendo desmayada, debiendo atenderla Alice.
Cuando despierta en la enfermería ve a Alice a su lado, que le da un vaso de agua y le pregunta por qué se hace más daño, diciendo ella que solía cantar esa canción a menudo con ellos y no podía perdérsela.
Le dice tras ello que se arrepiente de lo que hizo y que es ella la única responsable.
Alice le dice que fue un accidente. Céline le pide perdón y le dice que la necesita, pues es como una hermana.
Unos días después acuden a cenar a casa de Céline toda la familia, aunque cuando esta sube a buscar a Damien, su marido, le escuchan gritar negándose a bajar.
Céline les dice que Damien no se encuentra bien, pero insiste en que se queden, pues, ya hizo la cena.
Theo se enfada con Céline, pues se deshizo de Popeye, el gato de Maxime, sin habérselo ofrecido antes a él.
Hablan luego de la obra y le cuentan que fue muy bien y que Theo cantó muy bien gracias a ella.
Alice sube al baño, acercándose a la habitación de Damien, que ve echa un desastre, viendo que incluso come allí, y cuando sale él del baño le pregunta si le echa de menos y la abraza, sintiéndose ella intimidada, aunque le devuelve el abrazo mientras él llora, hasta que finalmente se encierra nuevamente en la habitación.
Theo se queda dormido en el sofá y Simon se lo deben llevar en brazos, quedándose Alice con Céline un poco más.
Escuchan ruidos arriba y Céline dice que Damien la culpa a ella aunque no lo diga.
Alice le dice que cuando perdió a sus padres empezó a culparse y comenzaron sus delirios, por lo que tuvo que ir a un psiquiatra. El dolor sigue, pero ya no se siente culpable, aunque Céline le dice que no tiene que sentirse culpable, pues fue un accidente de coche y ella iba dormida detrás, pero que lo suyo es peor, pues dejó a su hijo solo.
Alice le aconseja que busquen ayuda.
Un día, tras regresar del colegio, Céline le pregunta si puede llevarse a Theo a merendar, pues tiene una sorpresa para él.
Ella aprovecha para cuidar sus plantas, viendo de pronto a Theo en la ventana desde la que se cayó Maxime, lanzando pompas de jabón, por lo que se asusta y con sus tijeras amplía el pasadizo secreto, para caber por él y pasar al jardín de su vecina, evitando que cayera.
Recrimina a Céline que dejara a Theo cerca de la ventana, diciéndole su vecina que ella no se había movido de su lado, observando cómo se fija en el hueco por el que pasó.
Le cuenta luego a Simon que vio una mirada en sus ojos que le dijo que aún la culpa a ella y cree que recreó la situación del accidente para ponerla a prueba y vengarse.
Pero Simon no la cree ni cree sus presentimientos.
Se celebra el cumpleaños de Theo, observando Céline a todos sus amigos.
Céline le lleva el té a Jeanne, la madre de Simon, que le dice que le quiere mucho, pero no cree que esa sea la mejor solución ni para ella ni para su familia.
Céline nota que Alice la evita y va a la cocina para preguntarle qué le pasa, diciéndole que cree que dejó a Theo frente a la ventana para ponerla a prueba, lo que ella niega, marchándose ofendida, deteniéndola Alice que le dice que siente mucho no haber podido llegar por Maxime y la abraza.
Jeanne empieza a sentirse mal, y Alice decide llevarla a su casa, aunque en el coche cada vez se siente peor pese a que toma una de sus pastillas, debiendo parar por el camino, adentrándose ella en un trigal hasta caer muerta.
Recuerda que Céline le dio el té a su suegra y empieza a sospechar de ella.
Llega Simon al hospital y le cuenta que dejó a Theo con Céline.
Alice le pregunta al doctor cómo pudo morir su suegra de un infarto pese a tomar la medicación cada día y pide que le hagan la autopsia.
Al regresar a casa rebusca en el coche hasta encontrar el pastillero de Jeanne, que esconde en la mesilla.
Va el resultado de la autopsia, de la que no le habla a su marido. En ella descubren que no había rastro en su sangre de las pastillas. Que nunca se las tomó, o si lo hizo, fue solo delante de ellos.
En su casa va a buscar el pastillero a la mesilla para que analicen las pastillas, pero no lo encuentra.
Vuelven otro día a casa de los Geniot.
Alice se muestra tensa, no dejándole coger nada a Theo, aunque Simon le permite que busque algo que le guste en la cocina.
Simon propone un brindis, aunque Alice le cuesta coger la copa, pues tiene miedo de que tenga algo, viendo cómo entonces sale Theo de la cocina en mal estado tras haber cogido galletas a las que es alérgico, por lo que deben salir hacia el hospital.
Mientras esperan las noticias de su estado llega Céline, a la que se lanza Alice como una posesa y le pregunta a qué fue y si quiere matar a Theo, diciéndole que sabe que la sigue culpando por lo de Maxime.
Simon se siente abochornado, pero ella se pregunta por qué tenía esas galletas en la cocina si ya no hay niños en la casa y acusa a Simon de haber sido manipulado sin darse cuenta, aunque Simon le plantea que fue Theo quien las comió pese a saber que es alérgico.
Ella le habla entonces del infarto de su madre, a la que veían tomarse las pastillas a rajatabla, acusando a Céline de cambiarle las pastillas por un placebo, sorprendiendo a Simon con la noticia de que hubo una autopsia a su madre que él ignoraba.
Le dice además que Céline le robó la caja de las pastillas para que no pudieran analizarlas, viendo cómo Simon la lleva hasta el coche y le entrega la caja, que dice que encontró entre los asientos del coche, diciendo ella que fue Céline la que las volvió a colocar allí.
Les dejan por fin entrar a ver a su hijo mientras se recupera.
De vuelta a casa, ella dice que quiere mudarse, aunque Simon le dice que necesita ayuda y pregunta cómo pudo hacerle eso a su madre, mostrándose muy enfadado.
Unos días más tarde, y al regresar de buscarlo del cole, ven que hay una caja en la puerta de su casa con una nota de Céline en que dice que es un regalo para Theo.
Alice le tira la caja al jardín mientras le grita que no quieren sus regalos envenenados, para enfado de Theo, que pasa al jardín de su vecina por el pasadizo.
Alice corre a casa de la vecina para buscarlo, diciéndole Céline que está harta de sus paranoias y que no está allí.
Pero pese a ello sube hasta el piso de arriba, viendo a Theo subido a la ventana, diciéndoles que no quiere que se sigan peleando por él.
Céline le dice entonces que su madre tiene razón, pues ha cometido muchos errores, como guardar las galletas para que las encontrara. Que no es culpa de él, sino de ella, tratando de acercarse poco a poco para evitar la tragedia.
El niño se vuelve para bajar, pero empieza a tambalearse y se lanzan a recogerlo, siendo Céline quien lo sujeta y evita que caiga.
Por la noche, Alice le dice a su marido que va a buscar ayuda.
Él le dice que hay una casa en alquiler de un compañero que se va y se mudarán en dos semanas, pues piensa que es lo mejor para Theo.
Alice vuelve a hablar con Céline a la que le confiesa que perdió el control, pero que le está muy agradecida por haberle salvado.
Su vecina le dice que la culpaba por lo de Maxime y que reaccionaron como pudieron, diciéndole Céline que saldrán adelante.
Alice le confiesa que han decidido mudarse por Theo, pero que no la abandonará.
Por la noche Céline le dice a Damien que se siente muy sola y le cuenta que van a mudarse, diciéndole Damien que no debía esperar disfrutar de su hijo toda su vida, y le pregunta cómo se ha podido olvidar de su hijo tan rápido, abofeteándolo ella y diciéndole que es el hijo de ambos.
Damien le pide que deje a Simon y a Alice tranquilos y le indica que no desea volver a ver a Theo en casa.
Mientras hacen el amor, Alice le dice a Simon que quiere que tengan otro hijo.
Entretanto, Céline, también en la cama, observa a Damien dormido. Lleva puestos los guantes y le dice a su esposo que le perdone y que le diga a Maxime que siempre le querrá.
Le coloca luego un pañuelo con cloroforma y simula que se cortó las venas.
Alice y Simon escuchan las ambulancias y salen a preguntar a los agentes, que les informan de que el señor Geniot se suicidó.
Alice corre a casa de su vecina para consolarla y la lleva a su casa, dejando que se quede en la habitación de invitados.
Al día siguiente por la noche, Alice comenta con Simon que Céline no ha salido de la habitación en todo el día, aunque deciden que deben llevar una vida normal por Theo.
Arriba, Céline, manipula de nuevo el cloroformo cuando de pronto aparece Theo, que bajó a darle las buenas noches porque no podía dormir.
Céline lo acompaña hasta su cama y le dice que ella le ayudará a dormir dándole una poción mágica que ayuda a dormir incluso a los niños que no tienen sueño, volviendo a sacar el cloroformo, dándole a oler el pañuelo, haciendo que pierda el conocimiento.
Entretanto Simon se queda dormido tras tomar una copa, lo que asusta a Alice, que vuelve a pensar en Céline.
Armada con una pequeña figura del salón sube arriba.
Va a ver primero a Theo, observando que duerme, pero cuando va a cerrar su puerta es sorprendida por Céline por detrás, viendo que trata lanzarla escaleras abajo, aunque Alice consigue golpearla ella y tirarla, corriendo luego hasta la habitación de su hijo, al que coge en brazos para llevárselo.
Pero Céline se recupera y vuelve a subir, viendo al llegar a la habitación del niño cómo Alice perdió también el conocimiento.
La baja hasta el salón y la coloca junto a Simon, como si ambos se hubieran quedado dormidos mientras veían la televisión.
Vacía tras ello la licorera, tira su contenido y friega el vaso de Simon.
Manipula luego la caldera haciendo que salga el gas por la parte superior.
Ella sube a la habitación de Theo y abre la ventana, sonriendo junto a él mientras vela su descanso.
Alice empieza a convulsionar y suelta una lágrima.
Algún tiempo después Céline acude con Theo a ver al juez.
Este le pregunta al niño si acepta a Céline Geniot como madre adoptiva a falta de otros miembros de su familia que puedan hacerse cargo de él, respondiendo el niño que sí.
Van juntos a la playa tras ello, aunque el niño dice que no quiere jugar.
Ella le dice que sabe que no podrá reemplazar a su madre como él no puede reemplazar a Maxime, pero que tienen que estar juntos hasta que desaparezca el vacío que sienten dentro, tras lo cual ambos corren y juguetean en la playa.