Te cuento la película

Entre la vida y la muerte

Entre la vie et la mort (2021) * Bélgica / Francia / España

Género: Drama / Crimen

Duración: 100 min.

Música:Laurent Garnier

Fotografía: Christophe Nuvens

Guion y Dirección: Giordano Gederlini

Intérpretes: Antonio de la Torre (Leo Castañeda), Marine Vacth (Virginie Rivage), Olivier Gourmet (Comisario), Fabrice Adde (Carl), Christophe Seureau (François), Nessbeal (Ben), Tibo Vandenborre (Arsen), Lila Jonas (Malika), Marie Papillon (Magali), Noé Englebert (Hugo), Wim Willaert (Compañero del metro), Pablo Andres (Carlos), Sandra Zidani (Juez Berini)

En una playa solitaria, Leo, que parece desesperado, se lleva una pistola a la boca, pero no se atreve a disparar, finalmente lo hace en la sien.

Leo se dirige al trabajo como conductor del metro en Bruselas, Pasa antes por el baño. Sangra por los ojos en el baño y debe lavarse antes de comenzar.

Un joven espera en el andén de la estación del metro del Atomium en Bruselas y se deja caer cuando llega el metro que conduce Leo.

Dos policías llegan a un puente bajo la autopista donde otro equipo trabaja examinando un coche calcinado y recogiendo casquillos de bala.

El hombre que conduce, el comisario, le dice a la policía que le acompaña que no debió asignarle ese caso, pues lo ha hecho todo mal desde el principio y le dice que si no lo resuelve esa semana se lo asignará a otro equipo y que, a finales de año le ofrecerá un traslado a Lieja que deberá aceptar.

Interroga luego en comisaría a Leo Castañeda al que se presenta como Inspectora Virginie Rivage y le informa que la persona que se lanzó al metro falleció en la operación.

Cuando se marchan, el compañero que fue con él a comisaría le dice a Leo que no debe agobiarse, que a todos les ha pasado alguna vez, y que los suicidas no eligen a un conductor, que lo hacen al azar.

Lo deja en su casa, sin fijarse que los perseguían.

Ya en su casa limpia la sangre que hay en un llavero.

Sale al día siguiente a pedalear compulsivamente y grita, llegando a cerrar por un momento los ojos, por lo que está a punto de ser atropellado.

Cuando llega a su casa se encuentra allí a un tipo armado y con pasamontañas que le pide que le siga, aunque él decide defenderse y acaba dominando al atacante, al que deja sin sentido. Coge luego su arma y la vacía.

Le quita el pasamontañas y busca entre sus cosas.

Cuando recupera el conocimiento, consigue huir, aunque sin su arma.

Leo debe deshacerse de esta tirándola a un macetero del piso de abajo cuando llaman a la puerta, viendo que se trata de la inspectora Rivage, que va con otro policía.

Le pregunta por qué no le dijo que el fallecido era su hijo y le indica que le van a hacer una autopsia, pues tenía heridas de bala y piensan que era debida a que estaba implicado en un robo.

Leo le dice que no lo había visto desde hacía dos años, aunque no hubo ningún incidente entre ellos que llevara a ello.

Les cuenta que la madre del muchacho falleció 6 años atrás en España.

Le entregan una medalla del muchacho.

Cuando se marchan baja a casa de la vecina para recuperar el arma que tiró en su maceta, diciéndole que se le había caído un calzoncillo.

Le dicen que su hijo quería ser incinerado por el rito musulmán, aunque él dice que no quiere ninguna ceremonia religiosa.

Sube tras ello en el metro, habiendo una agente que lo sigue, y que transmite sus movimientos, y ve que deja pasar el convoy sin subir.

Lo hace en el siguiente metro, y ve que entra en la cabina, y que el metro para en mitad de un túnel, y, aunque la agente corre a la cabina y llama pidiendo que le abran, cuando lo hacen ya no está allí. Se bajó en medio del túnel gracias a su amigo, el conductor y pudo así coger su coche sin que le siguieran.

Va hasta un chalet, y, al abrir el garaje con las llaves del trébol ve que hay dos coches, uno de ellos lleno de agujeros de bala en su carrocería y en el que hay un hombre negro muerto, y en el maletero varias bolsas cargadas de dinero.

Sube luego a la casa, donde todo está cubierto con sábanas y cuando está allí recibe una llamada. Cuando coge le dice una mujer que es Malika, la amiga de su hijo Hugo que pide que devuelva todo el dinero que se quedó Hugo o la matarán a ella. Cuelga.

En el baño, que está lleno de restos de sangre, él se dedica a limpiarlo.

Cuando vuelve a su casa le están esperando los policías que le dicen que su hijo formaba parte de una organización criminal y por eso van a investigar su piso.

Le dicen que incumplió los protocolos de seguridad y salió del metro y además bajó a la vía, y le muestran la grabación del accidente y le dicen que vieron que su hijo le entregó algo antes de morir, aunque él asegura que solo le dio la mano, pensando los policías que le entregó unas llaves, pues les pareció ver un llavero y creen que le dijo también la dirección a la que debía ir.

Le dicen también que estaba esperando a que llegara él, pues dejó pasar 6 metros antes de lanzarse pese a que tenía una bala en un pulmón porque acababa de participar en un atraco y le muestran las fotos de su banda y le cuentan que uno de los desaparecidos, era un policía infiltrado en el club de boxeo, al que iba su hijo.

Le preguntan también si sabía que su hijo se convirtió al Islam.

El comisario informa más tarde a la Inspectora que encontraron sangre y restos gástricos del Ralph en el puente y vuelve a regañarle por haber mantenido una relación con él, algo que no tolera como comisario, pero menos como padre de ella.

Se celebra el funeral y Leo recuerda que cuando era pequeño, animaba a su hijo a correr en bicicleta, pero como estaba gordo no iba muy rápido y que finalmente, y tras pensar que era solo un niño lo ayudó a acabar la carrera haciendo que se agarrara al coche.

Los policías revisan los vídeos del atraco.

Intentan ver el expediente de Castañeda, pero la Interpol no les deja ver su expediente.

Tras lanzar al río las cenizas de su hijo, Leo regresa al chalet en que estuvo el día anterior, descubriendo entre la ropa del policía muerto una cámara oculta,

Mete el cadáver del policía en una barca y la lanza hacia el río.

Por su parte, Rivage va a ver a una juez para solicitar la información sobre Castañeda, pero esta tampoco le da información, pues tienen acuerdos con la policía española.

Le cuenta a su compañero que la justicia le permitió cambiar de identidad y que está protegido por las autoridades de Madrid y se pregunta en qué tema estaría implicado, pues piensa que en España eso se hace solo con los terroristas de ETA.

Leo se compra un portátil y pregunta al dueño de la tienda si puede facilitarle un cable para poder conectar la cámara al ordenador.

Los policías van al club se boxeo y hacen que les abran las taquillas de Ralph y de Hugo.

Leo ve las grabaciones de la cámara, desde que se la instalaron a Ralph, pudiendo ver así a la propia Virginie. Y besándose con él.

Ve también cómo Ralph va con otro tipo hasta una terraza, donde recogen, de unos respiraderos, armas de gran calibre.

Puede ver luego a su hijo con una chica, Malika y cómo le dicen que él solo conducirá, que no disparará.

Investiga luego dónde debían haber estado analizando las vistas.

El comisario le dice a su hija que la Interpol quiere un informe. Ella le pide que no le retire del caso, aunque le dice que quiere hacerse cargo él, pues dice ella que se deja llevar por las emociones y se va a estrellar y no quiere perder a nadie más.

Leo se cuela en el almacén donde estuvieron los atracadores.

Virginie, que pasa por allí, ve el colchón que Leo puso para pasar la alambrada y avisa a su compañero.

Leo encuentra la escalera que lleva a la terraza donde recuperaron las armas y va hasta el respiradero, donde ve, que hay, todavía armas, observando que cuelga de la bolsa donde están, un bote de cristal con una granada y si se cae el bote estallará.

Mientras trata de sacar el arma ve que llega el comisario, aunque logra esquivarlo y que no lo vea.

Finalmente tira de la bolsa y logra sacar un arma, pero la granada explota.

El comisario logra sorprenderlo y le quita el arma recuperada, pero cuando intenta ponerle las esposas no consigue hacerlo y se pelean, logrando Leo dejar al policía fuera de combate, y, tras recoger el arma, vuelve a saltar la valla, aunque fuera lo espera Virginie, que le da el alto, aunque también se enfrenta a ella y la domina y le coloca las esposas del padre, tras lo que huye con el arma.

Virginie comenta luego que le colocó las esposas como si lo hubiera hecho toda la vida y se plantean que quizá fue policía en el pasado y que está tras la pista de los asesinos de su hijo.

El comisario dice a su hija que mientras se recupera puede retomar el caso.

Leo va con el coche que lleva el dinero hasta un hotel, teniendo un fuerte dolor de cabeza.

Tras los últimos acontecimientos, la jueza finalmente informa a Virginie.

Le cuenta que Leo intentó suicidarse, pero la bala rebotó en la curvatura frontal, y aunque la bala hizo poco daño, como secuelas le quedaron fuertes migrañas que a su vez le provocan mareos y náuseas.

Que pasó cuatro meses en coma, y entretanto le encontraron a su hijo una familia de acogida en Bélgica y luego, cuando él se recuperó fue también allí.

Le informa también que los padres de adopción de Hugo ya murieron, pidiéndole Virginie que le dé la dirección de aquellos, pues Leo apagó el móvil y no tienen forma de geolocalizarlo y, ni siquiera saben su verdadero nombre es Leo Castañeda.

Leo regresa a la tienda del mexicano que le vendió el portátil, pues no consiguió ver todo lo que estaba grabado, encargándole que saque del dispositivo la memoria y que se lo ponga en un pendrive.

Con la información facilitada por la jueza, los policías llegan a la casa de la familia de acogida, donde ya no está el coche del dinero, que se llevó Castañeda.

Virginie recuerda los momentos en que seguían desde un helicóptero aquel coche gracias a una señal de GPS, que perdieron cuando el coche se escondió bajo el puente de una autopista.

Leo regresa a la tienda de electrónica para recoger su memoria y el mexicano le dice que le parece material de la policía, y le dice que borrará sus cámaras para simular que nunca estuvo allí y le pide que nunca vuelva.

Ahora, con toda la grabación ya en su poder, Leo puede ver el momento en que los atracadores se dan cuenta de que había un localizador GPS en las bolsas de los billetes y lo tiran y se deshacen de él.

Se esconden tras ello bajo el puente de la autopista y tras meter el dinero en el maletero de otro coche, deciden quemar el anterior.

Viendo que la operación policial va a quedar frustrada, Ralph comienza a disparar a sus compañeros de atraco y pide a Hugo que arranque, yéndose los dos con el coche del dinero.

Leo llora desconsolado tras ver el vídeo.

Llama por teléfono a Arsen, uno de los atracadores y pide que le dejen hablar con Malika.

Esa noche los atracadores van con ella, atada hasta un aparcamiento junto al Atomium y aparcan frente a un coche con las luces encendidas, aunque después de un rato, y al ver que no hay nadie, sale uno de ellos que ve que está allí el teléfono de Leo y el dinero amontonado en el maletero y la llave rota en el contacto.

Acercan su coche para cambiar el dinero de maletero.

Ven que llega entonces un autobús y echa marcha atrás hacia ellos, que comienzan a disparar contra él, que Leo choca contra el coche de ellos que arrastra, mientras ellos siguen disparando.

Luego dispara él también y lanza un coche molotov contra el coche, y, mientras se extiende el fuego, él rescata a Malika, acabando con uno de los hombres.

Se oculta con la chica en el subterráneo, pero le falla el arma.

Llegan hasta un aparcamiento lleno de autobuses, y, aunque sin arma, consigue sorprender con una pala al otro hombre y lo desarma.

Pero tiene también una navaja y se pelean, clavándole el hombre su cuchillo a Leo en la tripa, aunque entonces Maika coge el arma y golpea a Arsen y amenaza con dispararla, aunque él saca una granada y le advierte que si le mata, explotan todos.

Lo sorprende entonces Leo por detrás. Le quita la granada, se la mete dentro del traje y lanza al hombre a un contenedor, donde explota.

Llegan luego los policías, que lo encuentran malherido.

Cuando se encuentra mejor les lleva hasta el lugar donde dejó a Ralph.

El comisario le dice que vio su expediente y sabe que cuando estuvo infiltrado descubrieron que era policía y que mataron a su esposa e iban a por su hijo y por ello intentó suicidarse.

Leo le dice que aquella fue la única vez que usó su arma reglamentaria.

Lo encontraron en medio de un charco de sangre y lo creyeron muerto, y así logró que dejaran en paz a su hijo.

Él se ha dado cuenta de que la Inspectora Virginie es su hija por su forma de discutir con ella.

Virginie lo acompaña al aeropuerto.

Le pregunta si eligió él el nombre, diciendo que no, recordando ella que en los 80 hubo un gran portero que se apellidaba Castañeda y le da un cromo de la época, tras lo que le desea buen viaje.

Calificación: 2