Te cuento la película

El veredicto (La ley del menor)
El veredicto (La ley del menor)

The Children Act (2017) * Gran Bretaña / USA

          También conocida como:
                    - "Un acto de esperanza" (Hispanoamérica)

Duración: 105 Min.

Música: Stephen Warbeck

Fotografía: Andrew Dunn

Guion: Ian McEwan (Basado en su novela)

Dirección: Richard Eyre

Intérpretes: Emma Thompson (Fiona Maye), Stanley Tucci (Jack), Fionn Whitehead (Adam Henry), Ben Chaplin (Kevin Henry), Eileen Walsh (Naomi Henry), Anthony Calf (Mark Berner), Jason Watkins (Nigel Pauling).

Jack se va a la cama solo porque su mujer, Fiona Maye, juez de Familia del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales le indica que debe seguir trabajando, pues al día siguiente debe dictaminar sobre si debe permitir la operación para separar a unos siameses.

Al día siguiente hay una manifestación frente al tribunal gritando sí a la vida.

Se plantean que si dejan unidos a los siameses morirán ambos, pero si los separan, uno de ellos podrá vivir.

Sus padres argumentan que Dios les dio la vida y solo él se la puede quitar, pero la juez indica que su tribunal es de justicia, no de moral, por lo que concede al hospital licencia para acabar con uno de los gemelos para que pueda sobrevivir el otro.

Toda la prensa se hace eco de la noticia y la juez debe salir por una puerta trasera.

Jack, profesor universitario ve cómo le espera otra profesora más joven.

En su casa, le dice a su mujer que va a reservar una cena y comprará entradas para la ópera para el sábado por la noche, aunque ella dice que no podrá, pues tiene dos juicios el lunes, diciendo él que igual que el fin de semana anterior y los 50 precedentes.

Jack le dice entonces que cree que va a tener una aventura, y cree que no debería sorprenderle, pues la quiere, pero ve que ella ni recuerda ya la última vez que hicieron el amor.

Le dice que esa aventura la tendrá con Melanie, la profesora de Estadística, a la que, Fiona le recuerda que dobla la edad.

Jack le dice que ellos se quieren y están destinados a estar juntos, pero que quiere tener la aventura, recordándole a Fiona que hace 11 meses que no hacen el amor.

Ella le dice que si está ya con esa mujer es mejor que se vaya, diciéndole él que no tuvo nada aún con la chica, y se queja porque ya no es solo el sexo, es que ya no se besan, ni siquiera en la mejilla, y le pregunta si es que ya no le quiere.

Los interrumpe otra llamada de trabajo para Fiona que corta la conversación.

Surgió un tema de transfusión en el caso de un menor testigo de Jehová, recordando que en esa religión creen que el alma está en la sangre y el alma le pertenece a Dios.

Cuando termina de hablar ve entonces desde la ventana cómo Jack carga una bolsa con ropa en su coche y se marcha.

En la cama recuerda una fiesta sorpresa por su cumpleaños cuando le regaló el piano y lo feliz que le hizo, y comienza a dar vueltas en la cama sin poder dormir.

Al día siguiente, y tras un duro día en los tribunales, hace que cambien la cerradura de su casa, donde recibe a su amigo, el letrado Mark Berner, con el que ensayan una canción, Berner como cantante y ella al piano, contándole a su amigo que Jack está en Birmingham por asuntos de trabajo.

El tema de los Testigos de Jehová es controvertido y genera un gran revuelo mediático.

El demandante es el hospital, que solicita el permiso para operar al joven.

El hematólogo advierte que la muerte puede ser espantosa, pues lucharía por respirar sin poder hacerlo, pudiendo sufrir una hemorragia cerebral, o insuficiencia renal.

Pero la abogada de la familia de Adam, el muchacho, alega que, además de sus convicciones religiosas, las transfusiones también tienen muchos peligros, aunque el hematólogo asegura que la sangre que ellos colocan está testada al máximo nivel.

Tras escuchar al padre y sus argumentaciones sobre su iglesia, habla la tutora del muchacho, que lleva al tribunal las palabras de este, que dice estar dispuesto a morir, alegando la abogada que, pese a no tener 18 años, a Adam le faltan solo dos meses para tenerlos y debe ser escuchado su deseo.

La juez decide que, dada la singularidad del caso, hablará con el propio Adam, para ver si es consciente de lo que le espera, por lo que irá al hospital con su tutora.

El chico se siente fascinado por la visita, y lo ve muy animado a hablar con ella, que le explica que quiere saber lo que es mejor para él y que sepa lo que hace.

El chico le dice que es decisión suya, aunque ella le indica que podría quedar ciego o discapacitado mental para el resto de su vida, diciendo él que eso lo odiaría, aunque lo acepta porque Dios dice que está mal el hacerse una transfusión. Y que, aunque no figure así literalmente en la Biblia, está en sus corazones saber lo que está mal.

El chico le muestra su vieja guitarra, que perteneció a su abuelo, y toca una canción para ella, a la que ve cómo sorpresivamente, canta la canción, Down by the Salley Gardens, diciendo el muchacho, totalmente fascinado, que ignoraba que tuviera letra la canción, que le encanta, explicándole ella que se trata de un poema de Yeats.

Al día siguiente, y ya en el juzgado, indica que la Ley del Menor le obliga a velar por encima de todo por la salud de estos y considera que su vida es más valiosa que su dignidad, por lo que ordena que se le practiquen la trasfusión si es precisa para su tratamiento conta la leucemia.

De regreso a su casa encuentra sentado a Jack en la puerta con la maleta y le pregunta si se acabó la aventura, lo que le confirma, diciéndole que lo importante es que la quiere.

Reconoce que se acostó con la muchacha, aunque su mujer le dice que si se va a quedar lo haga en la habitación de invitados.

Reciben la visita de las hijas del hermano de Jack, que se quedarán con ellos unos días, viendo Fiona a su marido jugar con sus sobrinas feliz en el jardín y luego, por la noche, les lee un cuento cuando las acuesta, preguntándoles la pequeña por qué duerme en el salón, concluyendo ellas mismas que debe ser porque ronca.

Jack trata de hablar con ella, pero esta se niega a hacerlo.

Unos días más tarde recibe en su buzón un mensaje de Adam tras salir del hospital, diciéndole que quiere hablar con ella.

Que lee cada día el poema de Yeats que ella cantó y le está agradecido, pues de no ser por ella estaría muerto.

Empieza a mandarle tras ese otros mensajes, emocionado por haberla conocido, lo que Fiona haga que piense que se ha obsesionado con ella, que prefiere no llamarlo para no motivarle, pues no sería profesional.

Un día, nota que alguien la sigue, observando que se trata de Adam, que le dice que no trata de acosarla y que le entrega una serie de poemas que escribió y cartas que no envió, con sus pensamientos.

Le cuenta que se ha peleado con sus padres, pero que en el colegio le va bien y le pide que le permita hablar con ella tranquilamente en algún sitio.

Ella le dice que tiene toda una vida por delante y le pide que no le llame más ni le envíe mensajes ni la siga y lo obliga a marcharse.

Jack se muestra enfadado cuando regresa a casa, pues la vieron salir del bufete de un abogado de divorcios y le pregunta cuál es el propósito de su silencio, diciéndole que ya no confía en él.

Jack le dice que él dejó su matrimonio dos días, mientras que ella hace ya años que lo hizo.

Fiona viaja hasta Newcastle con Nigel, su secretario, aprovechando su viaje en el tren para revisar los escritos de Adam.

Pero esa noche, y mientras está en la cena con sus colegas, Nigel va a avisarla, viendo al salir al vestíbulo que está allí Adam, que le explica que buscó en Internet y la siguió hasta la estación.

Le cuenta que la noche anterior tuvo una bronca muy dura con su madre y se marchó.

Ella le pide que le escriba a su madre para decirle dónde está y que se encuentra bien, tras lo que le pregunta si la está acosando.

Él le dice que le ha salvado de su religión y de sí mismo y que ahora no es la misma persona. Que quería morirse de verdad, pero ahora sabe que era un idiota que pensaba en su gran sacrificio y que saldría en las noticias, y que los testigos rechazan a quienes se alejan, pero que su visita al hospital es una de las mejores cosas que vivió.

Ella insiste en preguntarle para qué la ha seguido, diciéndole él que le gustaría vivir con ella como su inquilino y que ella le enseñe cosas para leer.

Pero Fiona le pide un taxi.

Adam le dice que cuando le hacían la trasfusión vio a sus padres llorando y abrazándose, porque en realidad estaban contentos de que le salvaran y debían saber que los jueces siempre aprobaban las trasfusiones en casos similares, pero le extrañó que ella se acercara a él y fuera al hospital, por lo que le pide que no le eche ahora de su vida. Pero ella le dice que su secretario le llevará a la estación y le comprará un billete para que vuelva en tren a Londres.

Antes de marcharse, él le pregunta por qué razón dejaría morir a su único hijo, si lo tuviera, y entonces se lanza y la besa en los labios.

Adam discute con sus padres. Les dice que no volverá a ir al Salón del Reino y les reprocha que quisieran que muriera.

Fiona y Jack se preparan para ir a una fiesta. Él la besa y le dice que no se rendirá.

Mientras alternan entre los invitados llega el secretario, que hace que le entreguen a Fiona un papel para informarle que Adam tuvo una recaída. Vuelve a estar muy enfermo y no quiere tratamiento ni ver a sus padres y creen que no pasará de esa noche.

La noticia hace que Fiona no pueda concentrarse para la actuación de ella y de Mark, pese a lo cual acaba ejecutándola correctamente, siendo muy ovacionados, aunque Jack se da cuenta de que algo no va bien.

Y cuando Mark anuncia que harán un bis, tal como habían preparado, pero ella no parece reaccionar y cuando lo hace no toca la canción que habían preparado, sino "Down by the Salley Gardens", recordando al muchacho, aunque es incapaz de terminarla y se marcha por la puerta de atrás, pidiendo el taxi para el hospital.

Encuentra a Adam en muy mal estado, recordándole ella que le espera toda la vida, el amor y la poesía, aunque él le dice que es su decisión. Y como ahora es ya mayor de edad puede decidir por sí mismo.

Fiona regresa a su casa y busca en sus cajones los escritos que le entregó y que no terminó de leer, llegando entonces Jack, que la encuentra llorando y empapada y se preocupa, pidiéndole que le cuente todo.

Fiona se encuentra muy mal. Creía que podría cambiarle la vida y contestar a sus preguntas.

Jack le pregunta si se enamoró de él, diciendo ella que es solo un niño, mientras llora.

Cuando se despierta al día siguiente ve a Jack, cuidándola, al lado de su cama, contándole que fue cruel con Adam.

Le pregunta luego a Jack si todavía la quiere, a lo que le responde tomando su mano.

Entierran a Adam junto con su guitarra, observándolo ella desde lejos, antes de alejarse con Jack.

Calificación: 2