El inocente
L'innocent (2022) * Francia
Duración: 100 min.
Música: Grégoire Hetzel
Fotografía: Julien Poupard
Guion: Louis Garrel, Tanguy Viel, Naïla Guiguet
Dirección: Louis Garrell
Intérpretes: Roschdy Zem (Michel Ferrand), Anouk Grinberg (Sylvie Lefranc), Noémie Merlant (Clémence Genièvre), Louis Garrel (Abel Lefranc), Jean-Claude Pautot (Jean-Paul), Yanisse Kebbab (Conductor de camión).
Un hombre, Michel, enseña a otro a cargar correctamente un arma, y le habla de matar, aunque en realidad se trata de una interpretación en el taller de teatro impartido por Sylvie para un grupo de presidiarios.
Michel, alabado por todos, le indica a la profesora que la semana siguiente tiene cita con el juez para la provisional, por lo que no podrá actuar.
Sylvie le cuenta luego a su hijo Abel que después de haber pasado mucho tiempo sola, ahora ya no lo está, pues está enamorada de Michel, lo que no hace nada feliz a Abel.
Les adelanta un furgón policial y Sylvie acelera y va tras él, contándole a su hijo que en el furgón va Michel que va a ver al juez, y pegado a este comienza a gritar para que Michel pueda ver a su hijo, que aterrorizado le grita que está loca.
Poco tiempo después se celebra en prisión la boda de Sylvie con Michel.
Más tarde, y en el coche, Sylvie reprocha a su hijo que todos estaban contentos, incluidos los guardias, menos él que parece que estaba de entierro, recordándole a su madre que es el tercero en 10 años y que más que una cárcel parece una casa de citas.
Abel, que trabaja en un acuario atendiendo a los visitantes, teniendo una compañera, Clémence, vestida de buzo hace las exhibiciones y bromea mientras Abel habla.
Una de las asistentes se acerca al final para decirle que le encantan sus charlas, preguntándole Clémence luego si le dio su teléfono, diciendo él que no, lo que hace que se enfade con él, preguntándole luego, mientras ella se prueba ropa en una tienda, cuánto tiempo hace que no se ha desfogado, diciendo Abel que no es como ella, pues no le sirve cualquiera, diciéndole ella que, si necesita el permiso de Maud, ella se lo da, pues a ella le hubiese gustado y lo sabe porque era su mejor amiga.
Clémence, de hecho, tiene esa noche otra cita de Tinder, al que recurre habitualmente.
Él le cuenta que le preocupa el nuevo ligue de su madre.
Queda con ella y con Michel en un restaurante. Michel salió una semana atrás de la cárcel, tras cinco años de condena.
Abel observa que lleva un Rolex, que le dice que es de verdad y se lo regala, pese a que él en principio lo rechaza.
Le pregunta luego cómo organizaría un atraco, diciéndole que lo haría de alcohol, que es un valor seguro, aunque le asegura que él ya no lo haría, diciéndole que va a empezar a trabajar cargando sofás con un contrato temporal en Conforama.
Luego, un momento en que salen fuera del restaurante, Michel le pregunta qué pasó con su mujer, pues le contó su madre que estaba al volante cuando pasó.
Luego, su madre y él le llevan a visitar un local, donde, le explican, han decidido montar una floristería, que es un local de un amigo de él que les dejó el alquiler a un tercio del precio normal de la zona a cambio de un porcentaje sobre los beneficios.
Pero Abel sigue con cara de circunstancias y su madre le pregunta, luego a solas, qué problema tiene, pues ella es feliz y él está amargado, diciendo él que llegarán los problemas y entonces irá a buscarlo a él de nuevo, como siempre.
A partir de ese momento comienza a seguir a Michel. Ve que va a comisaría para firmar y luego hasta un restaurante, donde lo ve hablando con varios tipos, yéndose luego en el coche de uno de ellos, haciendo que los siga un taxi, viendo que van a Conforama.
Michel y Sylvia visitan unos mayoristas de flores, diciéndole allí Michel que nota que no le importa la tienda y cree que echa de menos seguir como actriz, asegurándole ella que sí le importa y que está ilusionada, pues es la oportunidad de su vida.
En su siguiente jornada de vigilancia lleva a Clémence, aunque solo pueden ver cómo trabaja cargando sofás.
Ven que va a la cafetería y Clémence decide ponerse en una mesa junto a ellos para tratar de escucharlos, aunque un momento después Michel se dirige a ella y le pregunta si es Clémence, pues la reconoció.
Cuando Abel la ve hablando con Michel, asustado, la llama por teléfono, viendo Michel que la llamada es de Abel, por lo que le pregunta a Clémence si está escondido, fijándose en el coche gris, tras lo que se pone al teléfono y le pide que el domingo se pase a echarle una mano con su madre en el local.
Él trata de simular que no está allí, escondiéndose, pero, debido a la postura quita accidentalmente el freno del coche y acaba chocando contra una moto.
El fin de semana los ayuda, en efecto, a pintar el local, viendo cómo Michel baila con Sylvie al ritmo de una canción cubana, dándole luego a él una clase de salsa.
Luego a solas, Michel le pregunta a él si cree que su madre le quiere, diciéndole Abel que se le nota que es feliz, y reconoce que él actúa con ella más como padre o como hermano que como hijo.
Unos días más tarde hacen una fiesta con sus amigos para presentar la floristería.
En la trastienda, Abel se coloca la chaqueta de Michel, viendo, al hacerlo, que guarda una pistola en su bolsillo y observa luego cómo contesta varias llamadas, diciendo que se tiene que ir porque el coche de su amigo Jean-Paul se ha averiado.
Cuando llega Clémence, Abel le coge el collar de seguimiento a su perro y se lo pone en la chaqueta a Michel, al que seguirá valiéndose de la aplicación de vigilancia del perro, conectada a su collar, pudiendo además escucharlo con sus amigos.
Con ellos planifica un golpe a un camión, indicando que deben hacerlo bien, porque de lo contrario a él esta vez le supondrían 10 años.
Tras la reunión, Michel regresa a la floristería y Sylvie se lo presenta orgullosa a todos sus amigos.
Pero cuando va a buscar más bebida, Abel le dice que no puede seguir con Michel, pues es peligroso, pidiéndole su madre que deje de arruinarle la vida, aunque él trata de demostrarle que es peligroso buscando el arma en su chaqueta que no encuentra.
Se lo cuenta también a Clémence, que le pide que pare y deje de meterse en la vida de su madre y que observe lo contenta que está, viéndola bailar, en efecto, feliz con Michel.
Al día siguiente Michel y Jean-Paul se reúnen en una iglesia, diciéndole el amigo que tienen un problema, y le pide que mire a la parte de arriba, pudiendo ver, aunque trata de ocultarse, a Abel, que los va siguiendo, asegurando Michel que no lo va a delatar, pues está casado con su madre, aunque su socio no se fía y le pide que se ocupe él.
Michel va a verlo al acuario y le explica que le cedieron el local a muy buen precio por su colaboración, pero debe observar lo feliz que hace la tienda a su madre.
Que van a dar un golpe robando caviar, pues el socio es iraní y para cuadrar las cuentas de su inmobiliaria trapichea con caviar.
Quedan para hablar luego en un bar cercano después del trabajo, y allí, le dice que ojalá hubiera otra manera, pero que no la hay, diciendo Abel que podrían pedir un préstamo, diciéndole Michel que es demasiado tarde y le pide que no involucre a su madre porque hay un contrato que cumplir y, le explica que no tiene que hacer casi nada, solo hay que interceptar el pedido y birlar del camión la mercancía mientras come su conductor en un área de descanso en la autopista mientras come.
Le cuenta que el conductor llega siempre a las 11 al área de servicio, aparca siempre en la misma plaza y se sienta siempre en la misma mesa junto a la ventana desde donde puede ver el camión y a las 11'45 vuelve al camión, aunque, para ir sobre seguro necesitarían unos 15 minutos más, preguntándole Abel cómo va a hacerlo.
Le cuenta luego a Clémence que le ofreció 30.000 euros a él por ayudarles, animándolo ella a que acepte, aunque él dice que son cosas peligrosas.
Ella le dice que es fácil, pero él dice que siempre hay complicaciones, pues ha vivido montones de situaciones así por los tipos con los que se lio su madre y le da miedo que acabe ella en la cárcel.
Clémence le regala y le dice que no solo no hace nada con su vida, sino que además se mete en la de los demás y que su madre ha encontrado a alguien que es capaz de hacer algo para que ella se sienta realizada, tras lo que llama gilipollas a Abel y le dice que puede contárselo a su madre, pero que a ella no volverá a verla más.
Va a la floristería, y escucha en la trastienda a su madre haciendo el amor con Michel.
Va luego al cementerio donde visita la tumba de Maud y allí vuelve a coincidir con Clémence, que llega con unas flores, que, le entrega a él y se excusa diciéndole que fue una imbécil, diciendo Abel que él también lo fue, indicando ella que no es fácil pasar tiempo con él, pues cada vez que lo hace, piensa en Maud.
Él le dice que no se lo contó a su madre porque tampoco le piden tanto y le pregunta si lo hará con él por la mitad, diciendo ella que le encantaría.
Preparan el golpe en una nave, debiendo ensayar Abel con Sylvie una bronca que haga que el conductor del camión se sienta intrigado y se olvide del camión, aunque Abel es incapaz de lograr una conversación interesante, proponiendo Jean-Paul que ella ligue con el conductor, lo que, a Abel no le parece bien.
Se coloca Michel en su lugar y tienen una discusión de pareja muy intensa.
Por la noche Abel y Clémence van con Sylvie y Michel a un karaoke.
Al día siguiente van a realizar el golpe.
Mientras espera en la furgoneta, Michel recibe una llamada de Sylvie y le dice que le echa mucho de menos.
Llega el camionero al restaurante, aunque con otra persona, asustándose Abel, que propone marcharse, aunque ella le pide que se espere, viendo cómo se marcha la otra persona, sentándose, como habían previsto, en la mesa de enfrente.
Ella tira su pintalabios para distraer al hombre mientras Michel acerca la furgoneta a la parte trasera del camión.
Luego ella comienza la representación, preguntándole a Abel si no le inspira nada después de tantos años, pues ha tenido numerosos amantes y ve que él no reacciona.
Pero Abel es incapaz de decir nada, diciéndole ella que no puede esperar toda su vida a que le preste atención y le pregunta por qué es así, diciendo él que porque no es feliz y necesita protegerse, tras lo que decide pedir un whisky.
Mientras va a pedirlo, Clémence le pide perdón al camionero por haberlo molestado, contándole que tienen problemas y le pide que no se vaya demasiado lejos pues se ha pedido una copa y tiene mal beber.
A la vuelta, Abel le pregunta qué siente cuando queda con los tipos de Tinder, diciendo que siente cosas diferentes que varían según el tío, pues a veces cree que se ha enamorado, otras veces está muy excitada, y otras no funciona.
Le pregunta si se ha planteado qué siente él y le dice que le vuelve loco y que le hacen daño esos tíos. Pero no es valiente y le duele mucho, pues no quiere perderla, pues solo cuando está con ella deja de pensar en Maud.
Se va tras ello al baño, llorando ella, que se pregunta qué habrá ido a hacer al baño, comentándole al camionero que teme que se haga daño, pidiéndole el hombre que mejor que vaya con él, convenciendo ella al hombre para que la acompañe.
Lo escucha llorando en el baño, pidiéndole ella que salga y no haga tonterías, diciendo él que tiene miedo y que no tendría que habérselo dicho, porque después desaparecerá.
Ella le dice que hace mucho que le quiere, tanto que a veces piensa que su corazón va a estallar, que está enamorada de él, logrando que finalmente abra y se abrazan.
Abel sale para tomar el aire y, de pronto, ve un coche sospechoso acercándose, por lo que decide regresar dentro y le dice a Clémence que se tienen que ir.
Terminado el trabajo, Jean-Paul baja una caja de la furgoneta para probar el caviar.
Abel y Clémence tratan de escabullirse, y corren a su coche, aunque mientras huyen, ven que los que llegaron van enmascarados, bajan y amenazan a Michel y a Jean-Paul, dándose cuenta ellos de que no son policías.
Michel consigue reaccionar y saca su pistola, pero Jean-Paul le pide que la baje, y le dice que luego se lo explicará, dándose cuenta de que ha caído en una trampa.
Abel desea irse, pero Clémence baja del coche y se acerca sigilosamente, y con un cono de obras grita diciendo que son policías y que están rodeados, y les pide que tiren las armas.
Abel observa que van a sorprenderla y arranca el coche y atropella a dos de los ladrones, tras lo que recoge a Michel, aunque antes de subir le hieren en una pierna.
Tratan de encontrar a Clémence, pero esta subió a la furgoneta del caviar, y se aleja perseguida por Jean-Paul, al que ellos siguen a su vez, siendo también ellos perseguidos por los demás delincuentes.
Entre tanto, el camionero, al darse cuenta de lo que está ocurriendo llama a la policía.
Michel dispara al coche que les persigue, consiguiendo desviarlos.
Mientras conduce, Abel llama, preocupado a Clémence, que les dice que ellos vayan al hospital, que ella se ocupará de la mercancía.
Temiendo que a Michel le ocurra algo, lo lleva, en efecto al hospital,
Clémence se topa con un coche policial y se dirige a los agentes diciéndoles que hay un tipo que lleva siguiéndola 10 minutos, y está asustada, logrando que persigan a Jean-Paul, que debe alejarse.
Abel deja a Michel en el hospital y trata de contactar con Clémence, que no le contesta.
Por su parte, Michel llama a Sylvie para contarle que se le clavó un destornillador en el trabajo y está ingresado por ello.
Clémence va hasta el acuario y deja las cajas de caviar refrigerándose en las instalaciones de los pingüinos y escucha luego en bucle la llamada de Abel en que se muestra preocupado por ella.
Sylvie llega al hospital. Pero no se cree lo que le cuenta Michel y le pide que le cuente la verdad.
Él le explica que no tenía otra opción con la tienda, y no se lo contó porque no quería preocuparla, diciéndole ella que el hombre con el que se casó le prometió que no le mentiría, tras lo que vuelve a preguntarle cómo se hizo la herida, debiendo contarle que le dispararon, por lo que le pregunta si ha vuelto a empezar.
Entra una enfermera que pregunta a Michel si puede decirle a su hijo que suba, diciendo él que no, preguntándole Sylvie si tiene un hijo y que quién es, diciéndole que Abel y le pregunta qué hacían juntos esa noche.
Luego, y antes de marcharse, le dice que metiendo a Abel lo destrozó todo.
Este, por su parte, llega al acuario, diciéndole Clémence que tuvo una buena actuación, acercándose él para besarla.
Llaman luego al contacto de Michel para la entrega del caviar.
Ahora será Alberto quien se lo lleve a ese contacto, con el que quedó en el cementerio, donde se encuentra con un hombre que dice que va de parte de Isham, el amigo de Michel, y entonces se encienden varios potentes focos y la policía les da el alto.
Pese a que saben que no fue él quien organizó el robo, es fichado al negarse él a confesar.
Llevado a prisión en un furgón policial, desde él ve a su madre, que, desde su coche le escribe un cartel y le pone la música a todo volumen diciéndole que le quiere.
Recibe una carta de Michel animándolo y dándole las gracias por la carta que escribió a su madre, que dice, se niega a responderle, aunque sabe que está bien.
Ahora Sylvie vuelve a dar clases de teatro, ahora a niños.
Trajeado, Abel acude a una sala donde le espera Clémence, vestida de novia.
Su madre le dice que ha sido muy generoso y que él también la ha criado a ella, y que no quiere a nadie tanto como a él.