El día de la bestia
España (1995) *
Duración: 103 Min.
Música: Battista Lena
Fotografía: Flavio Martínez Labiano
Guion: Jorge Guerricaechevarría y Álex de la Iglesia
Dirección: Álex de la Iglesia
Intérpretes: Álex Angulo (Ángel Berriatúa), Santiago Segura (Jose María), Armando de Razza (Ennio Lombardi / Profesor Cavan), Terele Pávez (Rosario), Nathalie Seseña (Mina), Maria Grazia Cucinotta (Susana), Gianni Ippoliti (Productor), Jaime Blanch (Toyota 1), David Pinilla (Toyota 2), Antonio Dechent (Toyota 3), Ignacio Carreño (Toyota 4), Saturnino García (Sacerdote anciano), El Gran Wyoming (Nuevo Cavan).
Ángel Berriatúa, sacerdote vasco se reúne con otro sacerdote anciano al que le informa de algo que parece muy importante, explicándole que está dispuesto a pecar y a hacer todo el mal posible a partir de ese momento, pues ha conseguido descifrar la clave.
Tras ello le rebela algo al oído, mostrándole unos documentos, diciéndole entonces el otro sacerdote que lo ayudará, si bien cuando se disponen a salir de la iglesia la cruz del altar se desploma cayendo sobre el sacerdote anciano y acabando con su vida.
El padre Ángel viaja en autobús a Madrid, y, tal como había prometido, comienza de inmediato a hacer el mal, siendo su primera acción robarle las limosnas a un pobre, para posteriormente, y cuando es requerida su presencia al pasar junto a un accidente automovilístico, en vez de atender espiritualmente al accidentado le roba la cartera y le dice que espera que se pudra en el infierno.
Siguiendo su camino, observa a un hombre que trabaja como estatua viviente junto a una parada del metro, al que empujará haciéndolo caer hacia este.
Llama su atención una televisión que en un escaparate habla del séptimo hombre quemado vivo por un grupo cuyo lema es "Limpia Madrid", aunque le atrae más el anuncio en otra pantalla de un supuesto vidente, el profesor Cavan, que asegura lee el futuro.
Más tarde, le roba la maleta a un hombre mientras este trata de encontrar un taxi.
Más adelante parece encontrar otra pista cuando un chaval le entrega una papeleta de propaganda de temas esotéricos, afirmando ante él, que se asusta, que quiere ser uno de los suyos para poder contactar con el demonio.
Entra tras ello en una tienda de discos, pidiéndole al vendedor discos de grupos de heavy metal, explicándole que está tratando de encontrar algún mensaje oculto en ellos.
El vendedor, José María le regala una cinta con una maqueta de un grupo de Carabanchel, dándole además, al verlo tan perdido, la dirección de la pensión de su madre, llegando así hasta un edificio apuntalado, donde la recepcionista le dice que no tienen habitaciones, si bien cuando le dice que va de parte de José María le ofrece una que está en obras, pagando 25.000 pesetas por una habitación que solo cuesta 3.000.
Allí ve el consultorio del profesor Cavan, tras lo que se enciende un cigarrillo pese a que es notorio que no sabe fumar, apagándoselo poco después en el pie.
Al día siguiente acude a FNAC y roba un libro, "El mundo mágico del profesor Cavan", por lo que, al ser descubierto lo detienen los guardias de seguridad.
En el despacho del encargado el sacerdote explica que es catedrático de Teología y que lleva años estudiando el Apocalipsis, habiendo descubierto que es un criptograma. Una ecuación en la que cada letra se corresponde con un número, siendo el mensaje una cifra. La fecha del fin del mundo, que será esa misma noche en Madrid.
El encargado del establecimiento pide que llamen a un psiquiátrico, pero el padre Ángel le propina un golpe con una plancha y huye tras coger el libro, rayando varios coches.
Rosario, la madre de José María y dueña de la pensión solo lo admite cuando la chica le dice lo que pagó, y esa noche cenará con ellos, incluido el abuelo de José María, al que este le da tripis de cuando en cuando "para que no se apalanque".
El cura le explica a José María que tiene que invocar al demonio, pues esa noche de Noche Buena nacerá en Madrid el Anticristo.
Esa noche ven en televisión un programa especial del profesor Cavan sobre el demonio, mostrando a un chaval poseído por el diablo, lo que definitivamente convence al padre Ángel de que es el hombre que necesita, por lo que le pide a José María que lo acerque hasta el estudio de televisión y cuando sale lo persiguen hasta su casa, llamando a su puerta y tratando de explicarle que ha descubierto algo increíble y diciéndole que esa noche nace el Anticristo, golpeándolo y atándolo cuando comprueba que el parapsicólogo no está dispuesto a escucharlo, explicándole su descubrimiento y pidiéndole que le ayude a contactar con el diablo para poder matar al Anticristo y salvar el mundo, estando seguro de que el Anticristo nacerá igual que Jesús. A la vista de todos, pero pasando desapercibido.
Cavan se burla de él, volviendo el cura a golpearlo, exigiéndole que le muestre la manera de invocar al demonio, para lo que lo primero que hacen es dibujar un pentáculo, de lo que se ocupa José María a golpe de navaja sobre el parquet, y aunque Cavan insiste en que es solo algo inventado para los gilipollas que ven su programa y leen sus libros, debiendo el cura golpearlo nuevamente para que le ayude.
Cavan le explica que necesita 4 hostias consagradas empapadas en la sangre de una doncella, esperando que la dificultad en encontrarlas les haga renunciar a la idea.
Pero entonces llaman a la puerta y aparece Susana, una amiga de Cavan que se asusta y al que él persigue hasta que esta cae por las escaleras, momento que él trata de aprovecharla para obtener su sangre, asegurándole Cavan que no es una doncella, por lo que decide salir a buscar la sangre de una, mientras deja allí a José María.
Acude para ello a la pensión y deshace un montón de pastillas de Nolotil en un café que hará que se tome Mina, la empleada, cuando ella le confiesa que es virgen.
Se la lleva a su habitación siendo visto por Rosario que coge la escopeta de su marido, antiguo guardia civil, consiguiendo herir al padre Ángel, golpeándolo después furiosamente y lanzándolo por las escaleras, aunque él conseguirá darle una patada haciendo que caiga por el hueco de la escalera muriendo, llevándose él su arma.
Entretanto Cavan trata de hacer entrar en razón a José María asegurándole que irá a la cárcel por colaborar en su secuestro y por la muerte de Susana, aunque sin éxito.
Mientras baja para evitar que la grúa se lleve su coche, no consiguiéndolo, Susana vuelve en sí y trata de desatar a Cavan, aunque el regreso de José María se lo impide, pese a lo cual logra despistarlo, aunque la llegada del padre Ángel le impide huir.
Ya con la mezcla de pan, que consagra, y con la sangre de la doncella, realizan la ceremonia, dándole la hostia mojada en la sangre, en agua bendita y mezclada con tripis, a falta de setas, a José María y a Cavan, leyendo después un pacto con el diablo que firmará con su sangre, tras lo que lo quema.
No parece pasar nada, diciéndoles Cavan que todo era una payasada, aunque aparece entonces una cucaracha que se echa para atrás al llegar al pentáculo, tras lo que ven atónitos cómo entra en la habitación un macho cabrío que, al salir el padre Ángel del pentáculo se levanta y se pone sobre dos patas.
Finalmente Cavan libera a Susana, mientras los tres hombres recogen de entre las cenizas del escrito las letras que no llegaron a quemarse, 15 en total, que José María consigue ordenar de inmediato, formando con ellas la frase: "esto no es un juego".
Oyen cómo llaman a la puerta con fuerza y deciden escapar por la ventana, y pese al miedo que tienen, el efecto de los tripis hace que José María ría sin parar mientras tratan de huir agarrados a los neones del anuncio de Schweppes del edificio Capitol, haciendo la droga que José María sienta deseos de lanzarse al vacío, debiendo ser sujetado por los otros dos hombres, consiguiendo al hacerlo una segunda vez que Cavan pierda pie y esté a punto de caer también, y aunque lo sujetan acaba cayendo sobre el letrero de Grundig de más abajo, mientras Susana, rodeado de numerosos curiosos ve desde abajo la escena.
Avisados por Susana, los policías entran en la casa del adivino, aunque no encuentran ya a nadie, pues el cura y el heavy entran por la ventana de otro piso de más abajo donde una niña los toma por Papá Noel.
La policía consigue entretanto rescatar a Cavan con una grúa, siendo internado en un hospital, del que poco después se escapa, ya que desea hacer un programa especial, sobre el demonio, aunque sus colaboradores apenas consiguen nada, para poco después afirmar que no hará programa alguno, pues es la noche de la llegada del Anticristo.
Ángel y José María deben esconderse para evitar ser encontrados por la policía, tratando el sacerdote de encontrar una señal, que cree descubrir cuando entran casualmente en la sala de Nueva Atenea donde un conferenciante hablará sobre las profecías de Nostradamus, estando convencido el cura de que será en esa sala donde nazca el Anticristo.
Sus afirmaciones hacen que se genere un gran revuelo e intentan detenerlo, evitándolo José María al disparar el arma de su padre, pudiendo así huir, tratando de seguir entre la calle, abarrotada de gente realizando compras navideñas, al conferenciante, convencido de que él tiene la clave del nacimiento del Anticristo.
Tratando de verlo suben a la plataforma donde los Reyes Magos atienden a los niños, siendo rodeados por la policía, ante lo que José María comienza a disparar al aire, comenzando a disparar también los policías que acaban con los "Reyes Magos".
Hacen que se detenga un coche y suben a él mientras la policía les dispara, hasta volver a ver al conferenciante, ante el que se detienen para preguntarle dónde va a nacer el Anticristo, aunque el hombre asegura que no sabe nada.
Perdida su última pista, el padre Ángel se desanima, al pensar que el demonio se está burlando de ellos, contándole a José María que acabó accidentalmente con su madre.
Sentado en una parada de autobús, el sacerdote ve cómo el grupo "Limpia Madrid" ataca y quema delante de él a un mendigo, observando al atenderlo cómo el hombre lleva una camiseta con el nombre de la discoteca "Satán", a la que se dirige, observando cómo los jóvenes bailan allí furiosamente.
Allí observa a una mujer embarazada, quitándole de su cinturón una pieza con la forma de macho cabrío, recibiendo por ello una fuerte paliza de su novio, siendo encontrado allí casi inconsciente por José María, que había ido a buscar un coche y que se lo lleva en brazos.
En la calle, José María ve en la televisión de un escaparate que el profesor Cavan está emitiendo finalmente su programa especial, por lo que llama al programa para hablar con Cavan, al que le informa que está con el cura del que está hablando, informándole Cavan a este de que ha descubierto algo, por lo que desea verlo, pues sabe dónde va a nacer el Anticristo, aunque el sacerdote ya se muestra impotente y escéptico.
Cavan acude a buscarlo. Como el cura le dijo que estaba en el Infierno va a una sala de fiestas con dicho nombre, enfrente de la cual los encuentra, mostrándoles que en todas las firmas de Satanás de todos los pactos hechos con él a lo largo de los siglos aparece la misma marca, marca que también apareció en el pecho del niño que él exorcizó, dos rayas invertidas que tienen la misma forma que las torres inclinadas KIO de la Plaza de Castilla.
Se acercan por tanto hasta dicho lugar, donde escuchan el llanto de un niño, nacido entre cartones de una mendiga, apareciendo mientras están allí varios de los miembros del grupo Limpia Madrid que acaban con los mendigos, golpeando además a Cavan y a José María con bates, disparándole además al último en una pierna.
El padre Ángel observa cómo la cabeza del líder se transforma en la de un macho cabrío, el cual lanza al vacío a José María, tras haber acabado este con uno de sus amigos. El sacerdote coge el arma del muerto y mata a los dos hombres que trataban de acabar con Cavan prendiéndole fuego, para buscar luego al hombre que acabó con José María, viendo que su sombra es la de un macho cabrío, sobre el que el cura dispara acabando con él.
Nueve meses después en la televisión otro parapsicólogo adopta el nombre de nuevo profesor Cavan, sustituyendo a este en la presentación del programa.
Pero el anterior no murió. Con parte de su cara quemada deambula con el padre Ángel por el Retiro, hablando ambos frente a la estatua del Angel Caído sobre ese nuevo presentador que piensan acabará con el programa, mientras se lamentan de no poder contarle a nadie que ellos salvaron al mundo.