El Club de la Lucha
Fight Club (1999) * USA
Duración: 139 Min.
Música: The Dust Brothers (Michael Simpson & John King)
Fotografía: Jeff Cronenweth
Guion: Jim Uhls (Novela: Chuck Palahniuk)
Dirección: David Fincher
Intérpretes: Edward Norton (Narrador), Brad Pitt (Tyler Durden), Helena Bonham Carter (Marla Singer), Meat Loaf (Robert Paulson / "Bob"), Jared Leto (Cara de Ángel), Zach Grenier (Richard Chesler).
Un tipo recuerda que a menudo le preguntan si conoce a Tyler Durden.
El hombre está atado a una silla y tiene un arma en la boca, diciéndole el hombre que le encañona que en tres minutos todo habrá acabado, recordando el hombre que está atado que tienen butacas en primera fila para asistir a una destrucción masiva orquestada por la sección de demoliciones del proyecto Mayhem, que ha colocado cargas de dinamita gelatinosa en los pilares de una docena de edificios, por lo que pronto varias manzanas de la ciudad se verán reducidas a escombros, estando las armas las bombas y la revolución relacionadas con una mujer llamada Marla Singer.
Se acuerda entonces de Bob, un grandullón al que le estirparon los testículos y que, debido al tratamiento hormonal al que lo sometieron desarrolló unos enormes pechos, entre los cuales recuerda haber llorado.
Él trabajaba entonces como perito de seguros de una compañía de automóviles y llevaba 6 meses sin dormir bien, habiéndose convertido en un adicto a las compras de Ikea, que decoraban y llenaban su casa.
Agobiado por el insomnio acudió a su médico para pedirle un remedio, negándose este a recetarle medicación, asegurándole que su problema no tiene importancia y que debe conciliar el sueño de forma natural, diciéndole que si quiere ver sufrimiento de verdad acuda a algún grupo de apoyo para enfermos de cáncer de testículos, siendo así como conoció a Bob que estaba así por haber tomado esteroides para progresar como culturista.
Escuchando sus desgracias baja la guardia y acaba llorando y olvidándolo todo y sintiéndose libre al perder la esperanza, consiguiendo así dormir plácidamente, lo que le lleva a convertirse en un adicto a toda clase de terapias sin importarle si son de melanoma o de tuberculosis, en las que, como él no contaba nada, la gente presuponía lo peor, y cuanto más lloraban ellos más lloraba él.
Hasta que la llegada de Marla al grupo de cáncer de testículos lo estropeó todo, pues era evidente que no lo padecía, y, dado que la había visto en otros grupos, como el de tuberculosis o el de parasitosis sanguínea tenía claro que era una turista como él, impidiéndole su presencia soltarse, dejando nuevamente de dormir, por lo que decide hablar seriamente con ella y pedirle que deje de acudir a las reuniones, aunque al no conseguirlo, llega a un acuerdo con ella, repartiéndose los días para no coincidir.
Hablan de ello mientras ella recoge la ropa en una lavandería, ropa que no le pertenece y que va a vender en una tienda, tras lo que se intercambian los teléfonos antes de separarse, recordando él que la filosofía de Marla es que puedes perder la vida en cualquier momento, y que la tragedia es que no ocurra.
El trabajo le lleva a él a realizar numerosos viajes, coincidiendo en uno de ellos con Tyler Durden, un tipo que se dedica a la fabricación y venta de jabón que tiene un maletín idéntico al suyo, que le dice que las mascarillas de oxígeno tienen la misión de colocar a la gente en caso de accidente y que asuman la muerte tranquilos.
Retenido en el aeropuerto debido a las vibraciones de su maleta - probablemente por la maquinilla de afeitar -, observa cómo Tyler se marcha tras robar un coche.
Cuando llega a su casa descubre que su apartamento está ardiendo, explicándole la policía que la causa más probable es que se dejase el gas abierto y que explotara a causa de una chispa del compresor de la nevera.
Decide llamar entonces a Tyler, cuya tarjeta conserva, desde una cabina, quedando en un bar, donde le explica que ha perdido todo lo que consiguió en su vida, ante lo que Tyler le asegura que lo que posees te acaba poseyendo, e invitándolo a vivir con él, aunque a cambio le pide que lo golpee.
Tyler es un tipo peculiar que, además de fabricar jabones tiene varios trabajos ocasionales, como el de proyeccionista, un trabajo que no le gusta pero que le permite pegar en ocasiones dos fotogramas porno en medio de películas infantiles de modo que la gente viera eso aunque nadie supiera que lo había visto.
Trabaja también como camarero en los banquetes de un lujoso hotel, aprovechándose de su cargo para mear en la sopa de langosta, escupir en los merengues, etc.
En la puerta del bar Tyler insiste en que le pegue, pues no desea morir sin tener cicatrices, por lo que acaba golpeándolo, tras lo que Tyler repele su agresión golpeándolo a él, alargándose la pelea, tras la cual afirman que deben repetirla.
Van luego hasta la casa de Tyler, que descubre está en estado ruinoso, llena de goteras, con las ventanas tapiadas y sin cerraduras y que pronto será derribada, y en la cual deben cortar la luz cada vez que llueve.
Tras su primera pelea, vuelven a repetirlo, siendo observados cada vez por más espectadores, apuntándose algunos de ellos a pelear también y acabando contentos, asegurando que tras cada pelea ya no parecía importante ninguna otra cosa.
Empiezan a reunirse cada sábado por la noche, soñando los lunes con la siguiente, que, ya institucionalizada, comienzan a realizar en los bajos del bar donde se reunieron por vez primera, y pasando a denominar su entretenimiento y a sus integrantes como "El club de la lucha", elaborando entre su amigo y él las reglas que aquel repite antes del inicio de cada reunión
1ª. Regla; No hablar del Club de la Lucha.
2ª.: Ningún socio debe hablar sobre el Club de la Lucha.
3ª.: Si alguien grita basta, flaquea o desfallece el combate se acaba.
4ª.: Solo habrá dos luchadores.
5ª.: Solo habrá una pelea cada vez.
6ª.: Se peleará sin camisa ni zapatos.
7ª.: Las peleas durarán el tiempo que sea necesario.
8ª.: Si es tu primera noche en El Club de la Lucha tienes que pelear.
Después de un tiempo sin saber nada de Marla recibe una llamada suya diciéndolo que hizo trampas en las reglas que se autoimpusieron y asistió a sus grupos de apoyo, comprobando que no acude ya, tras lo que le dice que ha tomado una sobredosis de Sanax, como una llamada de atención, estando dispuesta a relatarle su agonía al teléfono, aunque, él la deja hablando y se acuesta sin hacerle caso, para comprobar cuando se despierta a la mañana siguiente, tras haber soñado que hacía el amor con ella, que Marla está en su casa y que ha pasado la noche con Tyler, que le cuenta que cuando él dejó el teléfono descolgado lo cogió él, que tras ello fue hasta su apartamento huyendo con ella antes de que llegara la policía, a la que también había avisado, debiendo mantenerla despierta para que no muriera.
Él se siente mal al pensar que ella ha invadido sus grupos de apoyo y ahora su casa, haciéndole prometer Tyler que no le hablará de él o de lo que ocurre en esa casa, pese a lo cual comprueba cómo los encuentros sexuales entre ambos se repiten.
Un día recibe una llamada de la policía que investiga la explosión de su casa y le dice que alguien destrozó su cerradura y que hay restos de dinamita, por lo que han comprobado que el incendio fue provocado, Tyler le dice que confiese que fue él mismo quien provocó la explosión, pues es eso lo que quiere escuchar el policía.
Tyler le insiste en que se deshaga de Marla y que no le hable de él, tras lo que le propone dedicarse a fabricar jabón, para lo que necesitan grasas, explicándole Tyler que las mejores son las humanas, por lo que acuden a robarlas a una clínica de liposucción, tras lo cual lo fabrican, y mientras lo hacen Tyler le coge la mano y echa sobre ella una sustancia que le asegura le hará una quemadura más dolorosa que cualquier otra quemadura, pidiéndole que no trate de huir del dolor y que lo afronte, pese a lo cual él trata de aplicar las técnicas que le enseñaron en los grupos de apoyo para tratar de olvidar el dolor, pues debe aprender a no tener miedo y a saber que algún día morirá, pues solo cuando se pierde todo se puede ser libre para actuar, asegurándole que está a un paso de tocar fondo.
Tyler vende su jabón por 20 dólares la pieza, sabiendo que muchas mujeres se lavarían con los restos de su propio trasero.
Un día Grenier, su jefe encuentra en la fotocopiadora las reglas del Club de la Lucha que él olvidó allí, diciéndole él que debe tener mucho cuidado de con quién habla de ello, pues quien lo escribió puede ser una persona muy peligrosa y que puede ir a la oficina con un arma semiautomática y disparar indiscriminadamente.
Recibe tras la charla una llamada de Marla que dice que desea que compruebe si tiene un bulto en el pecho y hace que él vaya a verla para comprobarlo, aunque él no nota nada cuando lo hace.
Al salir de su apartamento alguien le llama Cornelius, descubriendo que se trata de Bob, al que conoció en el grupo de terapia de cáncer de testículos, entre los que empleaba ese nombre, el cual se alegra de verle vivo, y que le cuenta que se encuentra muy bien y que ya no acude a terapia porque ha conocido algo mejor, un club del que los socios no pueden hablar, comprendiendo él que se trata del Club de la Lucha, contándole que también él acude al mismo, aunque diferentes días.
Bob le habla de Tyler, del que, le dice, se cuenta que nació en un hospital para enfermos mentales y que solo duerme una hora cada noche.
Su siguiente encuentro será en el Club, donde pelean, siendo vencido por Bob, que le da las gracias por todo.
En una de sus reuniones Tyler afirma ver demasiadas caras nuevas, lo que supone que los miembros del Club han violado las dos primeras reglas, y les dice que desea allí a los más fuertes y más listos.
Les expone que son una generación de gente seducida por la publicidad, asegurando que "tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos". Gente desarraigada y sin objetivos, que, pese a no haber sufrido una gran guerra ni una depresión, sienten que la televisión les hizo creer que serían millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, y que al no conseguirlo se sienten muy cabreados.
Se presenta entonces el dueño del bar, Lu, que les pide que se marchen de allí, pues el camarero no tiene potestad para permitirles utilizar su local, tras lo que golpea brutalmente a Tyler sin que este parezca inmutarse por sus golpes, para, finalmente lanzarse sobre él, pidiéndole que les deje seguir allí y vomitando su sangre sobre él y provocando su huida.
Tras ello les expone al resto de los miembros del Club un cambio. Les va a pedir que hagan unos "deberes", consistentes en provocar una pelea con algún desconocido y perderla, tarea no demasiado fácil, puesto que la mayoría de las personas hacen lo que sea para no enzarzarse en una pelea.
Por su parte el Narrador se presenta ante su jefe que le echa en cara sus constantes ausencias y su aspecto impresentable, ante lo que él le expone que sabe cosas que servirían para poder enviarlo a la cárcel si denuncia ante el Ministerio de Transportes que su empresa instala guías para los asientos delanteros de los coches que no pasaron las pruebas de colisión, zapatas de freno que fallan tras 1.500 kilómetros o inyectores que explosionan quemando a la gente.
Su jefe no acepta la amenaza y lo despido, pidiéndole él que le mantenga como consejero externo, y que se callará lo que sabe a cambio de una buena remuneración.
El jefe no está dispuesto a aceptar el chantaje y llama a seguridad, viendo anonadado cómo su empleado comienza a golpearse a sí mismo mientras grita pidiendo que lo deje, como si fuera el jefe quien lo golpeara.
Cuando aparecen los de seguridad, él junto a Richard de rodillas le ruega que no lo golpee más, consiguiendo así un ordenador, un teléfono y 52 pagas semanales y 48 cupones de vuelo, pudiendo así y después de ello acudir cada noche al club de la lucha mientras Tyler se enfrentaba a una denuncia por el contenido de orina en la sopa del hotel.
Tyler seguía inventándose nuevas tareas para los miembros del Club, que les entregaba en sobres cerrados, pudiendo ser romper faros de automóviles, borrar el contenido de las películas en un videoclub, o dar laxantes a las palomas cerca de un concesionario de automóviles de lujo
Llegan noticias de creación de nuevos Clubs en otras ciudades, dedicándose Tyler a recortar las noticias que aparecen en la prensa sobre actos realizados por sus acólitos.
Un día, mientras él y Tyler salen para realizar sus propios deberes, se acercan hasta un supermercado, sacando Tyler un arma con la que hace salir al empleado al que amenaza con matarlo y destrozar su cara.
Le pregunta al hombre qué estudió y qué le hubiera gustado ser, respondiendo este que le hubiera gustado cuidar animales, asegurándole Tyler tras quedarse con su carnet que si en 6 semanas no está estudiando para ser veterinario morirá.
En la siguiente visita de Marla esta le explica que sigue yendo a los grupos de terapia, para acabar discutiendo de nuevo.
Descubre entonces que Tyler ha preparado literas en el sótano, preguntándose para qué, hasta que sale afuera y ve a un muchacho esperando allí al que le dice que no sirve, pues es demasiado joven, explicándole que debe tratar de desanimar a los aspirantes, y que, solo si aguantan pese a todo, durante tres días, les dejará entrar.
El muchacho aguanta pese a todo los tres días, siendo aceptado.
A los tres días aparece Bob, al que le dice que es demasiado viejo y que tiene las tetas demasiado gordas, ante lo que este decide marcharse, debiendo explicarle él que si aguanta entrará, por lo que Bob se queda.
Llegan nuevos miembros formando finalmente Tyler su propio ejército para conseguir un bien mayor que solo aquel conoce.
En la policía ya están al corriente de que hay sociedades de boxeo que perpetran actos de vandalismo, saliendo en la televisión su último acto, consistente en incendiar dos apartamentos que simulan ser los ojos ardientes de una enorme cara pintada en el edificio de una compañía de tarjetas de crédito.
Comprueba entonces que los reclutados por Tyler actúan para lo que llaman "Proyecto Mayhem", del que le aseguran no se puede hablar.
Durante una convención de la policía un grupo de camareros secuestra a un Comisario que asiste al acto cuando acude al baño, y tras atarlo y amordazarlo le piden que declare que no hay ninguna sociedad secreta, amenazándole si no lo hace con cortarle los testículos.
De pronto observa cómo Tyler le ha mantenido al margen de sus planes y que no le haya hablado de su nuevo proyecto, explicándole Tyler que el Club de la Lucha ha salido a la superficie y que ahora se llama Proyecto Mayhem, observando cómo Tyler le echa en cara que no tiene el suficiente grado de implicación mientras conduce de forma suicida por el carril contrario, pidiéndole que se olvide de todo lo que cree saber de ellos y su amistad.
Le pide que se suelte de una vez y que trate de intentar controlarlo todo, acabando por provocar un accidente con el coche.
Tras esto Tyler desaparece, observando que la casa está plagada de un gran número de personas viviendo y trabajando allí, sin que nadie le hable, pues la primera regla del Proyecto Mayhem es que no se hacen preguntas.
Llega entonces Marla a la que le dice que Tyler ya no está allí y que ha desaparecido, ante lo que ella se marcha.
Llega entonces un grupo de hombres que le explican que estaban en una de sus misiones consistentes en destruir un monumento y que la enorme bola que lo coronaba destruyera una cafetería, cuando apareció la policía y disparó a Bob.
Se siente muy dolido por la muerte de su amigo, y ante la réplica del resto de los hombres de que en el Proyecto Mayhem sus miembros no tienen nombre, él les responde que el muerto era su amigo y se llamaba Robert Paulson, entendiendo el resto de los miembros del grupo que cuando mueren pasan a llamarse Robert Paulson, como una regla más.
Decide entonces que debe tratar de encontrar a Tyler, y rebuscando entre sus cosas encuentra numerosos resguardos de billetes de avión, acudiendo a cada una de las ciudades a los diferentes Clubs de la Lucha, dándose cuenta de que Tyler había creado una serie de sucursales por todo el país, teniendo la impresión de buscar a un hombre invisible, siempre un paso por detrás de él.
Hasta que en una de las ciudades uno de los miembros del Club de la Lucha le dice que él es Tyler Durden y que estuvo allí una semana antes.
Agobiado llama a Marla para preguntarle si se han acostado juntos, respondiéndole ella que sí lo hicieron, y que él es Tyler Durden cuando le pregunta por su nombre.
Tras llamar a Marla ve de nuevo a Tyler junto a él que le recrimina que le hablara a Marla de él. Le pregunta tras ello por qué la gente le confunde con él, comprendiendo entonces que Tyler y él son la misma persona, pues deseaba cambiar su vida y que su alter ego tiene el aspecto que él desea tener y folla como a él le gustaría follar y es libre en todo lo que a él le gustaría serlo y que los trabajos que realiza los realiza él por las noches debido a su insomnio, tras lo que le advierte que Marla sabe demasiado y puede comprometer sus objetivos.
Cuando se despierta se da cuenta de que cada vez ha sido Tyler más tiempo, ya que tiene su personalidad cuando está dormido.
Se marcha del hotel donde pasó la noche, y donde le dan un listado con las llamadas realizadas mientras, supuestamente estaba dormido, es decir que hizo Tyler.
Corre entonces hasta su apartamento, aunque ya no hay nadie allí, empezando a llamar a los teléfonos del listado que se corresponden con diversos edificios.
Corre tras ello a buscar a Marla, a la que le dice que se ha enamorado de ella, tras lo que le pide que se marche, pues corre un gran peligro.
Ella le asegura que no quiere verlo más pues está muy enfermo, tras lo que él para un autobús y hace que suba al mismo, sin ver a dónde se dirige pues teme que le ocurra algo.
Acurre tras ello a una comisaría acusándose de ser el líder de una organización terrorista, explicando donde está su casa y diciendo que en el sótano encontrarán grandes bañeras utilizadas para fabricar grandes cantidades de nitroglicerina con el fin de volar con las sedes centrales de compañías de tarjetas de crédito, con el fin de tratar de destruir sus bases de datos para que desaparezcan todas las deudas y que la gente vuelva a empezar de cero.
Pero cuando sale el policía que lo interrogaba observa que los cuatro restantes son parte también del Proyecto Mayhem y se disponen a cortarle los testículos, tal como él les ordenó, pese a lo cual consigue quitarle el arma a uno de ellos y huir.
Corre tras ello hasta uno de los edificios donde instalaron las bombas, un edificio en la calle Franklin, colándose en el garaje, donde observa una furgoneta que hay una bomba, que trata de desactivar, aunque Tyler le dice que hay otras 10 bombas en otros 10 edificios.
Consigue desactivar la bomba y Tyler enfadado se enfrenta a él, por lo que le dispara, pese a lo cual al ser imaginario no le ocurre nada y lo golpea con dureza para acabar atándolo a una silla, tal como observábamos al inicio e introduciendo la pistola en su boca, diciéndole que en 3 minutos se acabó todo y verán el colapso de la historia financiera, un paso más hacia el equilibrio económico.
Trata de lograr que desaparezcan sus alucinaciones apuntando con su pistola a su propia cabeza. Tras ello se introduce el arma en la boca y dispara, consiguiendo acabar así con Tyler y destrozándose un lado de la cara.
Aparecen entonces varios de sus hombres llevando a Marla a la que dejan con él mientras juntos de la mano ven cómo se desploman varios de los más importantes edificios financieros.