El bebé jefazo
The Boss Baby (2017) * USA
También conocida como:
-
"Un jefe en pañales" (Hispanoamérica)
Duración: 97 min.
Música: Steve Mazzaro, Hans Zimmer
Guion: Michael Mccullers, Marla Frazee (Libro: Marla Frazee)
Dirección: Tom McGrath
La supervivencia del más fuerte es la ley de la selva, y por ello Tim lucha contra enormes gorilas. Aunque el gorila era su padre. Tenía 7 años y una enorme imaginación, y tan pronto exploraba el Congo como buceaba por el fondo del mar de su bañera y se enfrentaba a un peligroso tiburón que se había tragado a sus padres a los que él salvaba gracias a una salsa picante.
Otras veces eran sus padres los que le salvaban a él en una peligrosa misión espacial, aunque en vez de una nave pilotaba una bici con la que se lanzaba contra un árbol.
Los Templeton eran tres, lo que él creía que era un número perfecto. Se sentía afortunado y sus padres tenían trabajos de marketing para lanzar nuevos productos, lo que les permitían pasar mucho tiempo con él.
Su vida era perfecta, y cuando sus padres le preguntaron si quería un hermanito les dijo que no, aunque su madre tenía ya una tripa muy abultada.
En otro punto, los bebés, como si se tratara de una cadena de montaje, son preparados para nacer, reaccionando todos los bebés igual menos uno que parece más rebelde, y cuando todos van a parar a familias, este, que no sonríe cuando le hacen cosquillas es destinado a ser jefe.
Le ponen un traje, corbata incluida, un reloj lujoso y le dan un maletín junto con el biberón hasta llegar a un enorme despacho donde trabajan otros muchos bebés.
Tim recuerda que el día que llegó su hermanito comenzó como cualquier otro, ignorando él que su vida iba a cambiar a partir de ese momento.
Vestido con su traje de explorador oteaba el horizonte con sus prismáticos cuando un taxi de BabyCorp interrumpió su visión de dinosaurios, observando cómo del mismo salía el bebé perfectamente trajeado y regodeándose, lo mismo que cuando sus padres le dieron la sorpresa de la llegada de su hermanito, que desde el primer momento gritaba y daba órdenes a todos, viendo de inmediato que él era el jefe y montó su oficina en medio de la casa y sus padres estaban a sus órdenes incluso en medio de la noche, y si las cosas no estaban a su gusto al momento, cogía una rabieta, teniendo a todos, menos a él, a sus pies.
Las cosas del bebé ocupan la casa, lo que Tim vive como una ocupación alienígena hostil, debiendo compartir incluso el baño con él y no le escuchan cuando quiere hacerles ver lo raro que es, asegurándole sus padres que algún día lo querrá con todo su corazón, igual que ellos, algo que él asegura no ocurrirá jamás.
Todo se agravó cuando por la noche, llegada la hora de sus tres cuentos, sus cinco abrazos y su canción, nadie apareció en su habitación, comprobando que sus padres estaban dormidos, agotados en el sofá.
Escucha entonces un teléfono y sube sigilosamente, escuchando a su hermanito hablando como un adulto asegurando tener a los padres dominados y haciendo lo que quiere, aunque, dice, cree que el niño sospecha, aunque lo tiene controlado.
Sorprendido por Tim, debe reconocer ante este que sabe hablar, diciéndole que es el jefe, pues él a sus 7 años es ya viejo y debe dejar paso a la nueva generación, asegurándole que sus padres no le creerán si lo cuenta.
Reivindica llevar más tiempo, pero su hermano le dice que un bebé necesita más atención, tiempo y amor, por lo que le pide que esté calladito, diciendo Tim que no pueden echarlo de su propia familia, aunque una vez solo empieza a temerse lo peor.
Al día siguiente no le apetece levantarse de la cama cuando, como cada mañana, le despierta Bruji, su reloj, señalando este que sus padres necesitan iluminación, y entonces Tim piensa que, en efecto, necesita iluminarlos y para ello necesita pruebas, disponiéndose a conseguirlas para que puedan devolverlo.
Disfrazado de espía, recorre la casa, y al caerse por las escaleras se ve de pronto rodeado de bebés que le atacan y pide auxilio, aunque cuando aparecen sus padres ríen y le hacen una foto junto a los nuevos amigos que han ido a jugar con su hermano, que le dice que es una reunión y él no está invitado.
Con Jimbo, un bebé grandote, Staci y los trillizos debaten sobre los problemas de los bebés, pues ya no reciben tanto amor por culpa de su mortal enemigo, los perritos, y PuppyCo se prepara para sacar al mercado el cachorro más adorable, que presentarán en la convención de mascotas de Las Vegas y BabyCorp debe evitarlo.
Tim trata de obtener pruebas de que habla, pero su hermano se da cuenta y hace que Jimbo mueva un sonajero para evitar que pueda grabarlos.
Y cuando aparecen sus padres empiezan a comportarse como bebés normales.
Tim, logra grabar la última parte de la conversación y se dispone a ponerle la cinta a sus padres, pero es descubierto y su hermano le pide que le entregue su cinta, comenzando una persecución en la que los bebés consiguen arrancársela, aunque luego él se la vuelve a quitar, tomando sus padres la persecución como un juego de los dos hermanos.
Pero cuando va a entregar la cinta, encuentra a su hermano esperándole con Lanitas, su muñeco preferido, al que amenaza con destruir si no le da la cinta, acabando por romperse el muñeco cuando tira cada uno de él por su parte.
Se dispone a deshacerse de su hermano lanzándolo a la calle cuando es sorprendido por sus padres, aunque en vez de su hermano sale despedida la cinta, que es destrozada por un coche.
Sus padres se enfadan con él, asegurándole que están muy decepcionados, cuando él trata de echar la culpa al bebé, que les dice, habla, siendo castigado a quedarse encerrado en casa con su hermano hasta que aprendan a llevarse bien.
Él lo vive como si estuviera encerrado en un calabozo desde el que escuchaba a sus padres cantándole a su hermano la que era su canción.
Abre "la celda" su hermano, que le dice que deben olvidar sus diferencias, pues él también quiere irse, pero no es un bebé normal y tiene una misión del más allá, y para demostrárselo le da un chupete y le pide que lo chupe, asegurándole que gracias a su poder conocerá la verdad.
Al chupar deprisa logran llegar a BabyCorp, la fábrica de bebés, donde centenares de estos son preparados para ser enviados a las familias, aunque a ellos no pueden verlos, explicándole su hermano que él no recuerda ese lugar porque a los niños se les olvida cuando les quitan el chupete, y solo algunos, como él, son seleccionados para trabajar en jefatura y allí no crecen gracias a una leche de fórmula secreta.
Le muestra un gráfico que representa el amor que hay en el mundo, en que la porción de los perritos es cada vez más grande, siendo su misión ver cómo es el nuevo perrito, y cuando lo consiga volverá allí, donde aspira a ser uno de los grandes bebés jefazos.
Tim escucha a la gran bebé jefaza diciendo que si en dos días no tienen noticias del bebé de los Templeton este será despedido.
En realidad el padre ve a sus dos hijos, cada uno con su chupete con los ojos cerrados.
El bebé le explica a Tim que si le despiden no le dará la leche especial y se convertirá en un bebé normal y tendrá que quedarse allí con él para siempre, algo que a Tim le horroriza, por lo que promete que le ayudará para evitar su despido.
A Tim se le ocurre una idea. Como los empleados de PuppyCo pueden llevar a sus hijos al trabajo un día, ellos podrán ir y descubrir cómo es el nuevo cachorro, pero para que sus padres accedan a sacarlo debe convencerlos de que se llevan como hermanos.
Empieza entonces una actuación, dándole a su hermano de comer, o vistiéndole de marinero, poniéndole su madre a él otro traje igual y fotografiándolos juntos, descubriendo Tim que su hermanito tiene cosquillas en los pies. O le lee Hansel y Gretel.
Su hermano le explica que aunque parezca un bebé nació ya adulto y no tuvo infancia ni nadie que le quisiera, algo horrible par Tim pero que su hermano se toma con normalidad diciéndole que no se echa de menos lo que no se tuvo.
Se duermen juntos en el sillón. Una escena que a sus padres les parece adorable.
Al día siguiente le despiertan sus padres que le dicen que como en PuppyCo es el día del hijo, van a llevarle, pues le han levantado ya el castigo, preguntando si puede ir su hermano, y cuando le dicen que sí se pone a dar botes de alegría.
Ese día todo son diversiones para los chavales, incluida una piscina de cachorritos, proponiéndole sus padres que les acompañe a su despacho, pues saben que no le han prestado tanta atención y ese día se lo dedicarán a él, algo muy tentador y que al bebé le da celos, pero él dice que prefiere quedarse con el bebé.
Sus padres les piden que no salgan de la zona de juegos, pero ellos investigan hasta dar con la puerta secreta, decidiendo entrar por la puertecita de los cachorros, para lo que disfraza al bebé como uno de estos, estando a punto de evitar su entrada el guardia de seguridad al que debe lamer para conseguir que vaya a lavarse, aprovechando para entrar y abrirle la puerta a Tim.
Llegan a una zona donde se prohíbe la entrada a los niños y que es la que entran primero, un despacho con cientos de ficheros donde se quedan encerrados, pero donde ven el informe secreto sobre la nueva mascota.
Como en Indiana Jones deben reemplazar el informe por otro que pese igual, haciéndolo a la perfección hasta que al bebé, de la alegría se le cae la baba y al cambiar el peso caen en una trampa, siendo atrapados por la mascota de la compañía, que les lleva hasta el despacho del mismísimo Francis Francis, director de la compañía, que dice conocer su secreto, mostrándole un chupete de BabyCorp, descubriendo de pronto que se trata del ídolo del bebé, el Supercolosal Gordito Bebé Jefazo al que tanto admiraba.
Este les cuenta su historia. Cuando estaba en BabyCorp, era un ejecutivo brillante. Lo tenía todo hasta que un día hizo un descubrimiento. Se estaba haciendo mayor porque era intolerante a la lactosa y la leche ya no le funcionaba y en el consejo de dirección le sustituyeron por alguien nuevo y lo despidieron. Le quitaron la leche secreta y lo enviaron a vivir con una familia y por eso desea vengarse de ellos, para lo que ha creado el cachorro eterno, que nunca crece, y a partir de ese momento nadie volverá a querer tener un niño y acabará con BabyCorp.
Cuando el bebé señala que eso es imposible, Francis Francis le dice que es posible, y gracias a él, al que le quita su biberón de leche especial, asegurando que sus padres no podrán hacer nada porque los va a enviar a la convención de Las Vegas, dejando a cargo de ellos a su hermano Eugene, que disfrazado de mujer será su canguro.
Sus padres les tratan de tranquilizar diciéndoles que se trata solo de una noche.
Y mientras tratan de idear el modo de evitar que sus padres se vayan, de pronto el bebé comienza a comportarse como lo que es, un bebé y le dice que sin la leche especial se convierte en un bebé normal.
Tim idea algo. Pinta al niño de verde y con una manguera simula que vomita un líquido verde, haciendo que Eugene vaya a vomitar, encerrando su cabeza en la taza del servicio, tras lo que escapan en la bici de Tim, perseguidos por "la canguro", decidiendo el bebé llamar a Staci para pedirle que reúna al equipo.
Se inicia una larga carrera en la que con la ayuda de Jimbo, las gemelas y Staci retrasan a la canguro, que finalmente consigue huir de ellos, estando a punto de atrapar a Tim, que en su carrera pierde los ruedines, pese a lo que sigue pedaleando, consiguiendo además esquivar un árbol, y teniendo ya tal habilidad que salta por encima de un tren librándose finalmente de su perseguidor, tras lo que se dirigen al aeropuerto donde buscan a sus padres, aunque una vez allí el bebé comienza a comportarse de nuevo como tal al carecer de su biberón especial, justo cuando estaba a punto de contactar con sus padres.
Tras recuperar a su hermano corren de nuevo, pero Francis Francis los ve y hace que sus padres embarquen enseguida, viendo los dos niños partir al avión.
Se echan en cara mutuamente el fracaso, diciéndole Tim que su vida era perfecta hasta que él llegó, señalando el bebé que el sentimiento es mutuo y cuando le dice que no querría que hubiese nacido, el bebé, se marcha herido en su orgullo.
Se queda tras ello llorando en la terminal, pasando así muchas horas, hasta que por megafonía escucha que le llaman y le piden que coja un teléfono de cortesía que tiene al lado. Es su hermano, que le dice que en efecto no nació ni ha conocido el amor de una familia, pero que le importan y solo pueden salvarlos deteniendo a Francis Francis y le dice que no puede hacerlo sin él, respondiéndole Tim que forman un equipo estupendo, señalando el bebé que salvarán a sus padres.
Necesitan para ello ir a Las Vegas, ignorando cómo hacerlo, decidiendo seguir a un tipo disfrazado de Elvis y luego a muchos más, viendo que hay una convención de Elvis.
Le roban el traje a uno de ellos mientras está en el servicio y uno sobre el otro se cuelan en el avión y además en 1ª Clase, que va vacía.
Tim se muestra asustado, indicando que sus padres siempre le cogen de la mano al despegar, viendo cómo su hermano coloca su manita sobre la suya.
Descubiertos por una azafata, le dicen que son los hijos del comandante de vuelo, cuyo nombre escucharon antes, ante lo que les tratan como reyes, incluyendo una piñata.
Pasan el tiempo jugando como si fueran piratas, y aunque al principio el bebé se siente ridículo, acaba entrando en el juego en el que son unos temibles piratas que acaban con sus enemigos, no dándose cuenta cuando llegan a Las Vegas de que entre los imitadores de Elvis va también Eugene.
Deben ir tras ello al centro de convenciones, y como la cola para los taxis es muy larga y el bebé se gastó ya todas sus dietas deben buscar otro modo de llegar, por lo que se dirigen a un grupo de animadoras y se hacen pasar por dos niños necesitados de ayuda porque el bebé necesita tomar una medicina.
Consiguen llegar así al centro de convenciones, donde ven que les persigue Eugene, justo en un momento en que su hermano vuelve a ser un bebé normal.
Una vez se recupera corren luego hasta el lugar donde Francis Francis se dispone a presentar a la nueva mascota, acompañado de sus padres.
Presenta entonces al cachorro eterno, hacia el que todos corren fascinados, olvidando incluso a sus hijos, reparando entonces Francis Francis en que está allí Eugene, que le hace ver que los niños están allí, viéndolos también sus padres que se preguntan qué hacen allí, aunque antes de que puedan reaccionar Francis Francis los encierra donde antes estaba el cachorro y se los lleva.
Ellos tratan de encontrarlos perseguidos por Eugene, subiendo por unos tubos desde los que ven cómo cientos de cachorros toman la leche especial.
Luego, sin que puedan evitarlo, Francis Francis pone en marcha el temporizador para el despegue de un cohete que podrá repartir por todo el mundo los cachorros, su modo de vengarse de BabyCorp, que le quitó todo, diciéndole a Tim que él debe entenderlo, pues él también lo tenía todo y lo ha perdido y podría haber recuperado su amor para él solo, pero ha permitido que el bebé lo maneje.
Para librarse de su enemigo Tim le hace cosquillas, aunque él dice que no las tiene, pero el bebé dice que todo el mundo las tiene, descubriendo que Francis Francis las tiene en las orejas, consiguiendo gracias a ello huir.
Pese a todo consigue acorralarlos, dejándolos al borde del abismo, con Tim sujetando de la mano a su hermano, aunque ellos no se dan por rendidos. Como si la batalla de los piratas que tuvieron en el avión volvieran a vivirla, dan un salto y se enfrentan a Francis Francis de nuevo consiguiendo lanzarlo al tanque de leche especial.
Cuando solo queda un minuto para el lanzamiento de las mascotas Tim y su hermano se lanzan al rescate de sus padres, para lo que el bebé debe saltar y abrir la compuerta del cohete de las mascotas, y se llevan la caja donde encerraron a los padres en volandas, aunque Tim debe regresar para rescatar a su hermano que vuelve a parecer un bebé y no quiere bajar, estando la nave a punto de despegar. Solo llora y no quiere lanzarse a los brazos de su hermano, que decide cantarle su canción Blackbird, de The Beatles, consiguiendo así que se lance a sus brazos antes de que parta la nave, y dándole un poco de la leche especial, consiguiendo que vuelve a su estado anterior.
Del tanque de leche sale entonces Francis Francis, de nuevo convertido en Supercolosal Gordito Bebé Jefazo, que les dice que lo han echado todo a perder, disponiéndose a pelearse con el bebé, pero Eugene, su hermano lo evita, le pone un chupete, e, ignorando sus órdenes, les dice, tras dormirlo, que esta vez lo educarán bien.
Consiguen tras ello abrir la caja de sus padres que se ponen muy contentos de verlos y le dicen a Tim que los ha salvado y que es su héroe y un buen hermano mayor y que les quieren muchísimo a los dos.
Regresan a casa y el bebé se dispone a marcharse, siendo esperado fuera por sus amigos los bebés que le dicen que es el mejor jefe del mundo antes de despedirse.
Tim le da la enhorabuena por su ascenso, diciéndole el bebé que él va a tener a sus padres para él solo y sus padres no recordarán nada, será como si no hubiera nacido, devolviéndole a Lanitas otra vez cosido, tras lo que se marcha como llegó, en un taxi de BabyCorp, echándose de menos ambos de inmediato.
Ahora su vida volvía a ser perfecta, viendo cómo otros bebés consiguen que sus padres olviden al bebé, llevándose otros todas las cosas de este dejando su habitación libre.
Por su parte el bebé es recibido con vítores en BabyCorp, colgándose su retrato en vez de el del Supercolosal Gordito Bebé Jefazo, cuyo despacho ocupa, con orinal incluido.
Todo parece perfecto para ambos, aunque los dos se echan de menos, por lo que Tim decide escribirle una carta.
Tras una agotadora jornada, el bebé recibe su correo y entre este, la carta de Tim en que le dice que si en su casa no hay suficiente amor para compartir con sus padres, quiere darle todo el suyo, enviándole una caja llena de juguetes y le dice que quiere ofrecerle un puesto de trabajo, advirtiéndole que este será muy duro y donde no le pagarán nada, pero de donde nunca le despedirán y donde siempre estará él. Que crecerán juntos y siempre serán hermanos.
Tras leer la carta el bebé baja, deja sus cosas y corre a la cadena de reparto de niños, poniéndose el primero de la fila
Por la mañana, Tim no tiene ganas de levantarse, no sabe para qué y corre a asomarse a la ventana mientras señala que le echa de menos.
Llega entonces un taxi, este normal, hasta su puerta y se pone muy contento cuando sus padres le presentan a su nuevo hermanito, al que corre a recibir feliz.
Tim cuenta que esa es su historia, mientras muestra la foto de la familia a su hija, señalándole que su historia tuvo un final feliz, aunque su hija duda que sea cierta, diciéndole su padre que así es como él la recuerda, y que en todo caso debe entender que hay suficiente amor para todo el mundo, y si tiene dudas puede preguntárselo a su tío Lindsey, que sigue siendo un hombre de negocios que le da dinero a la niña para que se compre un caballo, tras lo que van al nido, donde está la nueva bebé Templeton, a la que su hermana mayor saluda, viendo, cuando se despereza que lleva traje de ejecutiva también.