El Ángel Azul
Der Blaue Engel (1930) * Alemania
Duración: 109 min.
Música: Friedrich Hollaender
Fotografía: Günther Rittau, Hans Schneeberger
Guion: Carl Zuckmayer, Karl Vollmuller, Robert Liebmann (Novela: Heinrich Mann)
Dirección: Josef von Sternberg
Intérpretes: Emil Jannings (Immanuel Rath), Marlene Dietrich (Lola Lola), Kurt Gerron (Kiepert), Rosa Valetti (Guste), Hans Albers (Mazeppa), Rolf Müller (Angst), Roland Varno (Lohmann), Carl Balhaus (Ertzum), Robert Klein-Lörk (Goldstaub), Reinhold Bernt (Payaso).
La sirvienta del profesor de secundario del Liceo, avisa al profesor Immanuel Rath de que ya tiene listo el desayuno.
Este sale de su cuarto y silba a la jaula que tiene enfrente, aunque como no le responde el canario que tenía se acerca, observando, al acercarse que ha muerto, viendo cómo sin contemplación la mujer lo echa a la estufa.
Antes de su llegada, los alumnos se agolpan en torno a un compañero que tiene una foto que llama la atención de todos mientras otro dibuja en la carpeta del profesor, y delante de su nombre, "Un", pues unrat significa basura, y dibuja una caricatura.
Cuando el profesor repara en la carpeta llama a Angst, el alumno pelota de la clase y le pide que lo borre.
Estudian Hamlet y Julio César, de Shakespeare, sobre el que pide que escriban una redacción, mientras por las ventanas abiertas se escucha un coro de niños cantando.
Sorprende a un alumno con la foto que todos observaban antes, y se la quita, sonriendo Angst satisfecho de que los pillaran.
A la salida de clase, los dos revoltosos esperan a Angst y se vengan, poniéndole la zancadilla, haciéndolo caer, y saliendo de sus libros, al hacerlo, varias fotos de una bella mujer, por lo que Rath se lo lleva a su casa y le reprende, pareciéndole mentira que él también cayera en la tentación, asegurando él no saber de dónde salieron las postales, y que alguien las puso entre sus libros.
Le explica que no cae bien a los demás porque por las noches no va con ellos al Ángel Azul, donde dice, van todas las noches con mujerzuelas.
Cuando se marcha, el profesor observa las tres postales, y, como sus alumnos antes de que él llegara, sopla en una de ellas, pues una leve faldita se levanta al hacerlo, dejando ver las piernas de la mujer y su liguero.
Con ese leve traje, la bella Lola entona una canción en el cabaret.
Dispuesto a sorprender a sus alumnos, esa noche el profesor va hasta el local.
En el camerino, y mientras se pinta y se arregla para el siguiente número, Lola está acompañada por tres de los estudiantes, con los que comparte cigarrillo, saliendo tras ello de nuevo al escenario con un vestido transparente y canta de nuevo.
Dos de los alumnos ven al profesor cuando entra y escapan antes de ser vistos.
Entretanto Lola canta que esa noche se llevará a un hombre de verdad y enfoca hacia las mesas, deteniéndose en el profesor, que en ese momento repara en el tercer alumno, que, al verlo sale corriendo, mientras el profesor le pide que se detenga provocando la risa del resto del público.
Rath lo busca por todo el local, yendo hasta el camerino, al que poco después llega Lola tras terminar su actuación, y que, al verlo, le pregunta si es de la policía.
Él le pregunta si es Lola Lola, contándole que es profesor del Liceo local y está allí en visita oficial, pues sabe que ella seduce a sus alumnos.
Sin darle mayor importancia, ella comienza a cambiarse delante de él, observando que se quedó mudo al verla en ropa interior.
Ella le dice que si se porta bien, puede quedarse, viendo cómo le caen desde arriba las bragas de ella, sorprendiéndolo con ellas una de las artistas que entra en ese momento.
Confuso, se sienta a esperar mientras ella se cambia, aprovechando el alumno, que estaba allí escondido, su momento de confusión para colocarle la prenda en el abrigo.
Tras cambiarse, Lola vuelve a bajar, de nuevo en ropa interior y con liguero y medias, antes de colocarse una faldita que deja ver todo.
Kiepert, el director del local aparece entonces y pregunta a Lola por su nuevo novio, diciendo ella que es un prestigioso profesor, diciéndole el hombre que puede considerarse en su casa y que es un honor para él.
Mientras Lola sale para realizar su nuevo número, el profesor se queda con Kiepert que le dice que tiene muy buen gusto, aunque él se muestra ofendido, asegurando estar allí por sus alumnos, saliendo en ese momento el alumno corriendo y el profesor tras él.
Angst despierta en su cama viendo amenazadoras sombras sobre él. Son sus compañeros que se lanzan sobre él y lo golpean por chivato.
Ya en su casa, el profesor se seca el sudor, reparando entonces en que lo está haciendo con la ropa interior de Lola y no con su pañuelo.
A la mañana siguiente se prepara de nuevo para ir a dar clase, no encontrando su sombrero, que se dejó la noche anterior en el cabaret, por lo que debe buscar otro.
Los alumnos regresan esa noche a ver a Lola, que les pregunta si dijo algo el profesor, diciendo que nada, pero justo en ese momento ven que llega de nuevo, haciendo Kiepert que se oculten en el sótano.
Lola le dice que lo esperaba con impaciencia al verlo, diciéndole que sabía que volvería, pues todos lo hacen, aunque él se excusa y le dice que con las prisas se llevó su ropa interior en vez de su sombrero y por eso regresó, para devolvérsela.
Ella le pregunta si entonces no volvió por ella, que le ayuda a quitarse el abrigo y le hace sentarse y le pide que le ayude, sujetándole el maquillaje.
Ella le dice que le da la impresión de que esa noche no fue en visita oficial, reconociendo él que el día anterior fue impertinente.
Tira sin querer sus cigarrillos y al agacharse a buscarlos puede ver las piernas de ella y
se despeina al subir, atusándole ella el pelo, mientras le dice que deberían verlo sus alumnos, sin saber él que, en efecto lo están viendo.
Ella sigue pidiéndole que sujete sus cajas de maquillaje y hace que se turbe cuando le dice que es bastante atractivo, y sopla en la caja de los polvos que le lanza encima, provocando su tos, y llenando su ropa de maquillaje.
Llega entonces un cliente, el capitán Fritz Thomas, que acaba de llegar de Calcuta y le lleva una piña de regalo, pidiéndole Kiepert que vaya con él y le haga beber, pues tiene mucho dinero, aunque ella le dice que no quiere hacerlo, pues es una artista.
Cuando el ebrio capitán abraza a la muchacha, indignado, Rath le pide que se marche, preguntando el capitán si ese hombre es su papá, diciéndole Rath que cómo se atreve a molestar a una dama y lo echa del cuarto y lo llama tratante de blancas.
Enfadado, Kiepert le pide explicaciones por su actuación, abofeteándolo Rath, que lo llama alcahuete.
Fuera piden al capitán, que no para de gritar, que se calle, pues puede ir la policía, asegurando el hombre que la llamará el mismo.
Pero halagada, en el camerino, Lola asegura que hacía mucho tiempo que no se peleaba un hombre por ella, asegurando él que es su deber, tras lo que beben juntos y brindan con el champán que había pedido el marinero.
Poco después llega la policía y piden al profesor que se esconda en el sótano, y pese a sus protestas, pues asegura que no tiene nada que temer, acaba abajo.
El policía trata de esclarecer la denuncia del borracho, que pregunta dónde está el agresor, pues al entrar no lo ven.
Pero justo en ese momento, se escucha la voz del profesor al descubrir, indignado, en el sótano a sus alumnos, viendo todos cómo los hace salir fuera y les regaña.
El policía le informa que ese hombre quiere presentar una denuncia contra él, diciendo el profesor que él también lo hará, decidiendo el policía llevarse al borracho.
Entretanto el profesor les pregunta a sus alumnos si son conscientes de las consecuencias de sus actos, aunque no parecen muy preocupados, colocándose uno de ellos un cigarrillo displicentemente, ante lo que el profesor le abofetea y les pide que le confiesen a qué iban allí, diciendo ellos que a lo mismo que él.
Los echa de allí, y les dice que ya hablarán, pero los chicos gritan desde la ventana insultándolo: "Unrat", sufriendo el profesor un pequeño ataque, estando a punto de caer desmayado.
Llaman a escena a Lola, diciéndole Kiepert al profesor que, aunque le ha golpeado, no es rencoroso, y le prepara una bebida, que, dice, le dejará como nuevo y lo lleva a un palco para que pueda ver bien desde allí la actuación de Lola, parando la actuación para presentar a los asistentes a su ilustre visitante, el profesor Rath.
Lola sigue cantando, tras ello una canción en que indica que está hecha para el amor de la cabeza a los pies, escuchándola él complacido, al ver que lo mira mientras canta.
A la mañana siguiente, la sirvienta, como cada mañana va a llamar al profesor para advertirle que ya tiene listo el desayuno, observando que no está allí.
Él se despierta en un lugar y en una cama que no conoce, y con un muñeco en sus brazos, viendo que está Lola preparando el desayuno.
Le pregunta a él si siempre ronca tanto, diciendo él que la noche anterior se excedió, diciendo ella que solo tomó unas botellas de champán, pero que aguanta bastante.
Cuando le dice que el café está delicioso, ella le dice que si quisiera podría tomarlo cada día, diciendo él que nada se lo impide, ya que está soltero.
Escucha en ese momento el carillón dando las 8 y se da cuenta de que es demasiado tarde y debe ir al liceo, insistiendo ella antes de que salga en colocarle una flor en la solapa y le pide que le dé un beso antes de marcharse.
En clase, un alumno dibuja en la pizarra al profesor, que lleva una pierna con liguero y la chistera de Lola, y repetido el nombre de ella y dos corazones atravesados por la flecha de Cupido, y otro dibujo en que aparece él volando con alas y tocando la lira.
Llega tarde a la clase y borra los dibujos, diciéndole uno de sus alumnos que es una basura, coreándolo los demás alumnos también, escuchándolo los demás profesores.
Llega el director mientras Rath grita que los llevará a todos a la cárcel.
El director les ordena salir y les dice que ya hablarán de las consecuencias y ve entonces los dibujos de la pizarra y la flor de su solapa, y le pregunta cómo puede arriesgar su futuro por alguien así, diciéndole él que debe medir sus palabras, pues está hablando de su futura esposa, asegurando que no admitirá el menor comentario cuando le pregunta si habla en serio.
Antes de irse, el director le dice que lo siente, pero que le obliga a hacer que el asunto trascienda.
Rath recoge sus cosas antes de marcharse, echando un último vistazo a la clase, que hasta ese momento era su vida.
En el Ángel Azul están recogiendo todo, pues van a salir en viaje en tren.
Él sube a la habitación de Lola con un ramo de flores y la ve preparando también su equipaje y le dice que ha sido muy amable por ir a despedirla, dándole un beso por las flores y le pide que cambie su cara, pues volverán a verse al año siguiente, entregándole él en ese momento un anillo como muestra de sus sentimientos, y le pide su mano.
Ella, al escucharlo, ríe con ganas y le dice que es muy tierno y se besan.
Se celebra en efecto, poco después la boda, con el resto de compañeros de Lola como invitados y brindan y ríen tras un truco de ilusionismo de Kiepert haciendo aparecer dos huevos, imitando Lola a una gallina y él a un gallo, haciendo reír a todos.
Mientras Rath espera impaciente la noche de la boda, observa que ella lleva la maleta cargada de postales con su imagen, asegurando él que, mientras le quede algo de dinero no venderán esas postales, diciendo ella que deben ser previsores.
Poco tiempo después debe encargarse él mismo de vender las postales tras la actuación de su esposa, aunque vende muy pocas, diciendo que se trata de plebe inculta, pidiéndole Kiepert que se afeite, pues con ese aspecto no venderá nada.
Lola le dice también que tiene un aspecto muy descuidado y le pregunta quién se cree él para llamar a los demás plebe inculta, pues viven gracias a ellos, y que si no le gusta que se marche, diciendo él que se irá, pues no puede más. Que prefiere morir como un perro a seguir viviendo así, viéndolo ella salir sin inmutarse.
Pero regresa un momento después y ella ríe y lo ve arrodillado a sus pies ayudándole a ponerse las medias.
Pasan así de 1924 a 1929 y para entonces el propio Rath es quien realiza el papel de payaso que antes hacía otro actor, colaborando con Kiepert.
Este le regala un habano y le dice que está muy contento porque va a ser su mayor atracción, pidiéndole Lola que no se burle de él, que le muestra un telegrama donde le confirman que les volvieron a contratar para actuar en el Ángel Azul, en la ciudad nata de Rath, y pondrán su nombre como gran atracción, aunque él asegura que nunca volverá a esa ciudad.
Kiepert, indignado, le indica que lleva 5 años viviendo a costa de su mujer, y ahora que tiene la oportunidad de ganar dinero la rechaza, asegurando que saldrán al día siguiente, diciendo de nuevo Rath que no le pueden pedir eso.
Pero, en efecto, poco tiempo después se anuncia en su ciudad el espectáculo de Lola Lola, haciendo hincapié en la participación del profesor Immanuel Rath.
Llegan al Ángel Azul 5 años después, cuando el dueño del local despide al hombre que actuaba antes, Mazeppa, el forzudo, que antes de marcharse se fija en Lola, llamándole la atención su belleza, debiendo decirle ella que no sea tan impetuoso.
La noche del estreno no queda un solo sitio libre y mucha gente se queda fuera.
Kiepert trata de animar a Rath mientras le ayuda a vestirse de payaso, diciéndole que si triunfan allí, podrán ir por todo el mundo.
Cuentan que incluso fue el teniente de alcalde y están sus colegas y sus alumnos.
Sentado frente al espejo donde se pinta, ve a Mazeppa cortejar a su mujer, a la que le dice que, cuando ve a una mujer bella, se lanza enseguida, diciéndole ella a su marido al verle tan triste que con él nunca se puede disfrutar de nada, pues nunca está contento.
Suena el timbre y llega el momento de su número, animándolo Mazeppa a tomar un trago para salir, tras lo que sube con Lola hasta su cuarto.
Él los escucha reír, mientras entran a llamarlo, asegurando él que no saldrá, para enfado de Kiepert, debiendo bajar Lola para llamarle la atención, empujándolo Kiepert hacia el escenario.
Fuera reclaman al profesor, que colabora en el espectáculo de magia del propio Kiepert.
El público ríe aún más cuando él trata de marcharse, mientras dentro Mazeppa sigue tratando de conquistar a Lola, a la que coge entre sus brazos y besa, aunque ella está atenta al escenario, donde Kiepert hace el truco de sacar un huevo de la nariz del profesor, que debería cacarear, pero no lo hace, para disgusto del mago, que le estrella el huevo en la cabeza con las consiguientes carcajadas del público y la indignación del resto de los profesores, mientras amenaza Kiepert a Rath con acabar con él si no cacarea, haciéndolo finalmente cuando saca su siguiente huevo, aunque de forma desgarrada, no parando de hacerlo mientras entra al camerino, donde Mazeppa besaba a Lola.
Entra enfadado y sigue cacareando en alto, mientras Lola, asustada, le dice que ella no ha hecho nada, pero se lanza sobre ella y la coge del cuello, debiendo apartarla Mazeppa, aunque la persigue sin dejar nunca el cacareo y lo tira todo, alocado, hasta que Mazeppa le coloca una camisa de fuerza para poder retenerle, mientras hacen salir a todas las chicas para que fuera no se enteren de lo que está haciendo.
Kiepert va a verlo y lo desata, pese a su enfado y le dice que no le comprende, pues era un hombre educado, y ha acabado así por culpa de una mujer.
El profesor coge tras ello su esclavina y su sombrero y se marcha mientras escucha a Lola cantando en el escenario la canción que le encandiló, en que señala que está hecha para el amor de los pies a la cabeza y solo puede amar y nada más.
Rath trata de escabullirse y sale a la calle de la que fue su ciudad hasta poco antes.
Camina por la calle nevada, tambaleándose, yendo hasta el liceo, donde llama.
El conserje lo descubre sobre la mesa donde dio clases, agarrado a ella con fuerza, no consiguiendo separar su mano, al haber muerto allí, mientras fuera suena el carillón.