Dune
Dune: Part One (2021) * USA / Canadá
Duración: 155 min.
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Greig Fraser
Guion: Eric Roth, Denis Villeneuve, Jon Spaihts (Novelas: Frank Herbert)
Dirección: Denis Villeneuve
Intérpretes: Timothée Chalamet (Paul Atreides), Rebecca Ferguson (Lady Jessica), Oscar Isaac (Leto Atreides), Jason Momoa (Duncan Idaho), Josh Brolin (Gurney Halleck), Stellan Skarsgård (Baron Vladimir Harkonnen), Stephen McKinley Henderson (Thufir Hawat), Javier Bardem (Stilgar), Sharon Duncan-Brewster (Dra. Liet Kynes), Zendaya (Chani), Chang Chen (Dr. Wellington Yueh), Charlotte Rampling (Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam), Dave Bautista (Glossu Rabban), David Dastmalchian (Piter De Vries).
"Los sueños son mensajes de las profundidades"
Chani, una joven Fremen, cuenta que su planeta Arrakis es bonito cuando el sol está bajo y se puede ver flotar la especia sobre la arena.
Pero al caer la noche aterrizan las cosechadoras de especia de los Harkonnen, que trabajan a toda prisa para evitar el calor del día esquilmando las tierras ante los ojos de los Fremen, los habitantes del planeta, con los que se comportan de forma cruel, habiéndose hecho gracias a la especia más ricos que el propio emperador.
Los nativos de Arrakis luchan contra ellos, pero no pueden acabar con ellos.
Pero un día, de pronto, y por decreto imperial, se marcharon, preguntándose Chani, por qué el emperador tomó esa decisión y quiénes serán sus próximos opresores.
Paul, se despierta
Año 10191
Caladan, Planeta de la casa de los Atreides
Jessica, su madre, le pide a Paul que se ponga el uniforme de gala para la recepción del heraldo del emperador.
Jessica entrena a Paul en las habilidades de las Bene Gesserit, una orden femenina religiosa y política que entrenan sus mentes para obtener poderes y habilidades como el uso de una voz profunda interior con la que dan órdenes que obligan a cumplir, aunque a Paul no le sale todavía bien.
Le pregunta si ha vuelto a tener sueños, y, aunque ha visto a la muchacha que hablaba de su planeta, miente y dice que no.
Paul estudia cómo es Arrakis. Un planeta hostil, con tormentas de arena capaces de atravesar el metal, y donde, solo las tribus nativas, los Fremen se adaptaron para sobrevivir, compartiendo el desierto con los gusanos de arena gigantes, los Shai-Hulud.
Los ataques de los Fremen hacen que la recolección de especia sea muy arriesgada.
Para ellos, la especia es un alucinógeno sagrado que preserva la vida y da enormes beneficios para la salud, pero para el imperio, la especia se usa por los navegantes de la Cofradía Espacial para encontrar caminos seguros entre las estrellas, y sin ella los viajes interestelares serían imposibles, siendo la sustancia más valiosa del universo.
Llegan en efecto los enviados por el emperador Shaddam IV, de la casa de los Corrino, a Caladan siendo recibidos por Leto, jefe de la casa Atreides al que comunican formalmente que ahora será la Casa de los Atreides quien tome el control de Arrakis y dirigirá su administración desde ese momento.
Paul habla con Duncan, su instructor en la lucha y que se dispone a partir con una avanzadilla a Arrakis, contándole que soñó que moría en aquel planeta a manos de los Fremen en combate y le gustaría que lo llevara con él, porque piensa que eso no pasaría de ir juntos, pero su padre no le da permiso, pues es el futuro de los Atreides y lo necesita a su lado.
Leto está preocupado. Sabe que con Arrakis se enfrentan a un peligro político, pues las Grandes Casas esperan su liderazgo y eso es una amenaza para el emperador, que al darles a ellos ese poder ha sembrado el germen de una guerra, por lo que deben mantenerse firmes formando una alianza con los Fremen, y para eso envió a Duncan.
Paul entrena con Gurney, nuevo maestro de armas en ausencia de Duncan, que le advierte que debe estar preparado para combatir con los Harkonnen, que son bestias.
Giedi Prime. Planeta natal de la casa de los Harkonnen
Allí Rabban dan cuenta al conde de que la última de sus naves salió de Arrakis, no comprendiendo cómo se lo pudieron quitar, después de tanto tiempo, aunque el barón le asegura que no es un gesto de amor del emperador ni un regalo.
Que el emperador ha visto que la voz de los Atreides está creciendo y está celoso y será el modo de acabar con ese influjo.
La Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam, Decidora de Verdad del emperador quiere saber más acerca de los sueños de Paul, al que visita, comprobando antes del encuentro el doctor Yueh sus constantes vitales y le advierte que tenga cuidado, pues, aunque, supuestamente las Bene Gesserit velan por el bien común, también lo hacen por el suyo propio.
Con su voz interior la Reverenda Madre lo obliga a acercarse y arrodillarse y le pide que meta su mano derecha en una caja que lleva. Le dice luego, poniendo una aguja envenenada junto a su cuello y si retira la mano, morirá, produciéndole la mano allí mucho dolor, aunque aguanta siguiendo las instrucciones de su madre que le dice que el miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción.
Vienen de nuevo a su mente visiones de Arrakis mientras aguanta el dolor.
Superada la prueba, la Reverenda Madre le dice que ha heredado demasiado poder, pero no por ser el hijo del duque, sino por ser el hijo de Jessica.
Le habla de su último sueño, con una chica de Arrakis, que ya vio muchas veces, aunque le dice que los sueños no son exactos y a veces son confusos.
La Reverenda Madre reprocha a Jessica que engendrara un varón, en contra de lo que se le ordenó y que lo haya educado en sus reglas y usando sus poderes, y, si es el Elegido, tiene aún un largo camino por delante, aunque si falta a su promesa tienen otras opciones, pues sus planes se miden en siglos.
Paul pregunta qué significa que es el Elegido y le dice a su madre que cree que ellas dirigen desde las sombras la política del imperio, diciéndole ella que durante miles de años han cruzado líneas genéticas para engendrar una mente lo bastante poderosa como para abarcar espacio y tiempo, pasado y futuro, y que pueda proporcionar un futuro mejor y deben estar muy cerca, y algunos piensan que ya está allí.
Llegan finalmente a Arrakis, donde son recibidos por el Mentat, cuyo cerebro funciona como un ordenador, Thufir Hawat, que les indica que ya aseguraron la ciudad, aunque queda resistencia en algunos puntos.
Los nativos reciben a sus nuevos dirigentes y gritan ante Paul "¡Lisan al-Gaib!", el Mesías, la voz del otro mundo, aunque él cree que dicen lo que les han enseñado.
Thufir les advierte que allí el calor puede matar, por lo que parten hacia la ciudad. Un recinto con una muralla escudo para protegerlos del calor y de los gusanos.
Jessica examina a las candidatas a ama de llaves, eligiendo enseguida a Shadout Mapes, que es Fremen, aunque sabe que esconde un arma baja la ropa, asegurando que es un regalo para ella si puede probar que es la elegida, un cuchillo crys que le entrega, diciendo que está hecha con un diente de Shai-Hulud.
Paul sigue estudiando las peculiaridades de Arrakis, como el gusano de arena, que pude llegar a medir hasta 400 metros, caminando los Fremen para evitar hacer ruidos rítmicos que los atraigan, moviendo el cuerpo de una forma muy especial. Un ritmo que emula los movimientos naturales del desierto.
Paul sorprende un cazador buscador, una especie de insecto volador al que destruye y que los Harkonnen lograron introducir a través de una tubería, lo que lleva a Thufir a dimitir, aunque Leto no se lo admite y le pide que capture a los espías que quisieron acabar con su hijo.
La Reverenda Madre va a ver al barón, que desea saber cuál es la posición del emperador, señalándole ella que los apoyará con sus propias legiones, los Sardaukar, aunque jamás debe saberse.
El barón indica que Arrakis es un planeta sin satélites, por lo que los Atreides morirán en la oscuridad, advirtiéndole la Reverenda Madre que Leto no significa nada para su orden, pero su mujer está bajo su protección y por ello también su hijo, por lo que le pide que les conceda la dignidad del exilio, dándole él su palabra de que no les harán daño.
Pero luego le asegura a su Mentat, Piter De Vries que no sobrevivirá ningún Atreides, a pesar de haber dado su palabra. Que él no les hará daño, se lo hará el desierto.
Paul acude a su primera reunión estratégica, donde Hawat informa que consiguió una copia del libro de cuentas de los Harkonnen y sacaban 10.000 millones de solaris al año, algo que ellos no podrán lograr en mucho tiempo con los equipos que les dejaron, debiendo llenar los silos de especia, aunque el sabotaje de los Harkonnen los ralentiza.
Leto decide supervisar los campos de recolección, pidiendo que les acompañe la supervisora del cambio impuesta por el imperio, la doctora Liet Kynes, una ecóloga, asegurándose con su presencia la protección imperial.
Llega antes Duncan Idaho, que lleva varias semanas viviendo con una comunidad Fremen, las llamadas sietch, habiendo llevado a su líder, Stilgar a conocerle.
Les dice que los Fremen se ocultan bajo tierra, estando Arrakis lleno de cavernas. Que la comunidad en que estuvo tiene unas 10.000 personas y hay cientos de sietch, por lo que debe haber millones, pese a que los Harkonnen pensaban que eran solo 50.000.
Duncan asegura que son los mejores guerreros del Imperio, pues luchan como leones.
Les presenta a Stilgar, que se niega a entregar su crys y que escupe al entrar, debiendo aclarar Duncan que es una muestra de respeto, escupiendo también ellos.
Leto le dice que sus pueblos tienen mucho que ofrecerse, aunque él cree que van solo a por la especia y se la llevan sin dar nada a cambio, asegurando Leto que puede pedirles lo que desee y se lo dará sin pedir nada, pidiendo él solo que no entren en su sietch. Que cosechen y vuelvan al otro lado del muro y les dejen a ellos el desierto, diciéndole Leto que solo entrarán en el desierto si se ven obligado, aunque le asegura que los sietch serán de ellos para siempre y no se les perseguirá.
Antes de irse murmura en su idioma al ver a Paul que le conoce.
Duncan les muestra que tienen todo tipo de ingenios, como una especie de brújula, diferente, pues una normal no serviría allí, trajes especiales, compresores de arena, etc.
Salen tras ello a revisar los campos de recolección con la doctora Liet Kynes, la árbitro del cambio, que comprueba sus trajes de desfiltraje, que les permiten no morir por el calor y aprovechar cada gota de sudor, dándose cuenta de que Paul se colocó las botas correctamente pese a la dificultad, murmurando en lenguaje Fremen que conoce sus costumbres como si fuera uno de ellos.
Los acompaña a las arenas de especia, viendo una de sus cosechadoras y la cercanía de un gusano, por lo que deberán recogerla y llevársela un ala de acarreo.
Kynes les explica que a los gusanos les atraen los ruidos rítmicos y siempre aparecen, por lo que tienen rastreadores de gusanos para avisarlos antes de que lleguen.
Pero cuando llega el ala a recoger la cosechadora, falla uno de sus anclajes, decidiendo Leto salvar a los 21 recolectores con sus naves pese a perder la especia.
Paul baja a la arena que pisa por vez primera. Una arena rica en especia ante la que vuelve a tener nuevas visiones pese a estar despierto, debiendo rescatarlo Gurney, llegando justo a tiempo de ver cómo el gusano se traga la cosechadora.
Se queja Leto a Kynes de que les dejaron un equipo que les condena al fracaso, aunque ella le dice que no está allí para apoyar su causa.
Yueh examina a Paul. Señala que la especia es una sustancia psicoactiva y cree que se quedó paralizado por reacción a la misma, aunque él le cuenta a su madre que tuvo la visión pese a estar despierto de una mujer Fremen que le guiaba y lo besaba.
También de una muerte que cree que es la suya propia, pero que no lo era. Pero sabe que alguien le dará un cuchillo, y habrá sangre, pero ve todo de forma confusa.
Le dice también que ve cosas muy nítidas, como que ella está embarazada, algo que ella misma acaba de saber.
Salusa Secundus. Planeta del ejército imperial
Piter De Vries habla con un alto mando Sardaukar, que les dice que no entiende para qué les necesita el barón, pues los Harkonnen superan en número a los Atreides, aunque De Vries les dice que las legiones de los Atreides son las mejores del imperio gracias al adiestramiento de Gurney y de Duncan y por eso quieren el apoyo de los Sardaukar, los espadachines del emperador, que les dejarán tres batallones.
Jessica va a ver a Leto. Este dice que dejó que educara a Paul, pero ahora lo ve distraído desde que vio a la Reverenda Madre, por lo que le pregunta si protegería a Paul de ocurrirle algo a él, y no como madre, sino como Bene Gesserit.
En su cuarto, Leto descansa sobre las piernas de Jessica, a la que le dice que debería haberse casado con ella.
Fuera, los guardias de seguridad son asesinados, y se apaga la luz, no atendiendo nadie a Leto cuando los llama, por lo que activa su escudo corporal, que es atravesado por un dardo envenenado lanzado por el doctor Yueh, que le hace caer gravemente herido.
Despiertan a Gurney para decirle que desactivaron el escudo, ordenando este que despeguen todas las naves con armas, mientras la ciudad es atacada, enfrentándose con fuerza a los recién llegados, aunque les superan claramente en número.
Yueh le cuenta a Leto que firmó un pacto con el barón, pues los Harkonnen se llevaron a su mujer y le dijeron que la desmembrarían si no colaboraba, aunque le llevará su anillo a Paul y le ayudará en todo cuanto esté en su mano, y le sustituye un implante dental por otro relleno de veneno que si lo muerde antes de morir matará también al barón.
Arrakeen arde completamente, incluidas las palmeras sagradas, con la colaboración de los Sardaukar
Duncan consigue abrirse paso acabando con numerosos enemigos y va a buscar a Paul, aunque este viaja ya en una nave junto con su madre, con la intención de arrojarlos en el desierto para que sean pasto de los gusanos, al no poder matarlos por la promesa.
Duncan consigue subir a otro tóptero y huir.
En el que lleva a Jessica y a Paul, sus captores piensan en violarla a ella, y Paul trata de evitarlo, pero la madre le dice que no está preparado. Ordena que le quien a su madre la mordaza logrando utilizar la voz, aunque luego es ella quien la utiliza con más autoridad, pidiendo al que se la quitó que mate a otro compañero y le pide que los libere. Se deshacen de todos y salen corriendo por el desierto, pudiendo ver desde allí el humo y el fuego que asola la ciudad.
En la fremochila que cogieron del tóptero - la mochila Fremen - ven una nota del Yueh, en que indica que si alguien lograra salir con vida de Arrakeen, encontrará en la fremochila una baliza Atreides para ser localizados en el desierto.
Entretanto, llevan a Leto frente al barón, junto con Yueh, que dice al barón que bloqueó las comunicaciones y desactivado los escudos, como le pidieron y les entregó al duque y a su familia, por lo que deben liberar a su mujer de su agonía, y le dice que se reunirá con ella, como le prometió, acabando con él.
Va luego hacia el duque y le dice que esa noche su estirpe desaparecerá para siempre, disponiéndose a acabar con él, que aprieta su diente y exhala el veneno, aunque previamente el barón había activado su escudo protector personal.
Paul encuentra en la fremochila el anillo de su padre.
Duncan logra reunirse con Kynes y le pregunta si contará a las Grandes Casas cómo les traicionaron, diciendo ella que se le ordenó no decir ni ver nada, indicando él que el Emperador los llevó a Arrakis para acabar con ellos.
Hombres vestidos con máscaras entran en la sala, viendo al barón en la parte de arriba aún vivo, habiendo muertos el resto de sus hombres.
En una tienda de campaña que había en la fremochila, Paul vuelve a ver, a la chica, que ve a menudo en sus sueños y también una batalla en la que él mismo es uno de los contendientes, y vuelve a ver el misterioso cuchillo.
Le cuenta a su madre que se acerca una guerra santa que se extenderá por el universo, peleando él frente con un ejército que ondea un estandarte Atreides y fanáticas legiones adorando el santuario del cráneo de su padre, y todos gritan su nombre.
Se queja luego de que las Bene Gesserit, lo convirtieron en un bicho raro.
Se coloca luego el anillo de su padre antes de salir, viendo al hacerlo que llega el tóptero de Duncan también con Kynes, que se arrodilla ante él como nuevo duque.
Les informa tras ello que los Harkonnen atacaron a la vez todos los núcleos de población del planeta con más de 10 legiones y cientos de naves, y los acompañaban los Sardaukar, comprendiendo que el emperador tomó partido, preguntándole a Kynes qué opina, diciendo ella que el emperador le prohibió decir nada, pese a lo cual, observa Paul, arriesgó su vida para salvarlos.
Se resguarden de la potente tormenta de arena que se avecina en una antigua estación ecológica experimental creada para liberar el agua retenida bajo la arena, y que se quedó sin uso cuando descubrieron la especia y ya no quisieron que el desierto desapareciera.
Paul empieza a tomar conciencia de su papel. Sabe que lo que más temen las Grandes Casas es que los Sardaukar las destruyan, por lo que solo unidas podrán enfrentarse a las fuerzas imperiales, y pregunta a Kynes si ella atestiguaría ante estas que el emperador actuó en su contra, señalando ella que eso supondría que estallara una guerra entre el emperador y las Grandes Casas y el caos en el Imperio, diciendo él que podría ofrecerle una alternativa, casarse con una de sus hijas, diciéndole Kynes que no puede aspirar a hacerse con el trono, pues el emperador teme a los Atreides y los llevó allí para matarlos.
Él dice que los Fremen hablan de Lisan al-Gaib, que les conducirá al paraíso, diciendo ella que son supersticiones, aunque le muestra que sabe cosas de ella que no le han contado. Sabe que amaba a un guerrero Fremen caído en combate y que se mueve entre varios mundos, y le dice que él podría convertir Arrakis en un paraíso.
Descubiertos por los enemigos, estos asaltan el edificio e inician el combate.
Duncan sale a su encuentro. Cierra la puerta del lugar donde están Paul y Jessica para salvarlos y se queda solo en un pasillo frente a las decenas de guerreros que van entrando, uno de los cuales consigue clavarle su espada, comenzando los Sardaukar a tratar de entrar al recinto donde se encuentran Paul y su madre.
Pero Duncan consigue levantarse y, tras arrancarse la espada clavada, se enfrenta de nuevo a ellos, permitiendo que Paul, Kynes y Jessica puedan huir, antes de morir.
Kynes les indica el camino para encontrar un tóptero, donde solo caben dos personas y les dice que la tormenta es su mejor baza para huir si se mantienen por encima de los 5.000 metros, donde es solo polvo, y que se dirijan al sur para buscar a los Fremen, mientras ella tratará de informar del ataque al Landsraad (las Grandes Casas).
Ella avanza por el desierto y coloca un golpeador para atraer a los gusanos, dispuesta a huir montada en uno de ellos, huyendo entretanto Paul y su madre en la nave.
Kynes es alcanzada y herida por varios Sardaukar, que la acusan de haber traicionado al emperador, señalando ella que solo sirve a un amo, Shai-Hulud, y golpea rítmicamente la tierra, que empieza a moverse, tragándose a los guerreros con ella.
Avistado el tóptero por las naves del barón, Paul se adentra en la tormenta de arena logrando esquivar tres misiles lanzados que pierden su objetivo en medio de la tormenta estallando sin alcanzarle.
Una voz le pide a Paul que busque a la amiga y que se deje llevar, viendo también a un guerrero Fremen que le pide que se una al proceso de la vida y fluya con él, y, de hecho, deja los mandos de la nave y se deja llevar.
Rabban informa al barón que siguieron a Paul y a su madre hasta una tormenta Coriolis, en la que, asegura, es imposible sobrevivir, por lo que están muertos.
El barón dice que deben empezar a vender sus reservas de especia poco a poco para que no se devalúen, pues ha gastado mucho para lograr esa fuerza militar, y ahora necesitan beneficios y pide que maten a todos los Fremen.
La nave con Paul y su madre es llevada a la deriva hasta alcanzar una altura superior a los 5.000 metros, donde vuelve a encender los motores, aunque la nave empieza a fallar, y pierden varias alas, debiendo hacer un aterrizaje forzoso en el desierto, corriendo al llegar a este hacia las rocas para huir de los gusanos.
Allí se visten con desfiltrajes para tratar de encontrar a los Fremen, debiendo avanzar por el desierto como estos, con movimientos que no llamen la atención de los gusanos y al oscurecer, con la ayuda de la brújula que le entregó Duncan.
Vuelve a ver a la chica que le pide que no tenga miedos, que les ayudará y a otro hombre que le indica que le enseñará los caminos del desierto.
Ven que se acerca un gusano y deben correr para huir de él, viendo, cuando está a punto de alcanzarlos que alguien activó un martilleador que hace que el gusano se marche sin acabar con ellos.
Al momento son rodeados de Fremen, pidiéndoles Stilgar que no corran, pues solo les serviría para malgastar el agua de sus cuerpos, reconociendo al hijo del duque, señalando otro Fremen que necesitan su agua, aunque Stilgar dice que no pueden tocarlo, preguntando una mujer cómo va a ser ese Lisan al-Gaib, pues es débil, aunque Stilgar indica que fueron valientes al atravesar la senda del Shai-Hulud y no actúa como los débiles, aunque Jamis, indica que fue su martilleador el que les salvó la vida.
Jessica les dice que les ayuden a llegar a Caladan, aunque Stilgar dice que no pueden ofrecer nada más importante que el agua de su cuerpo, indicando que Paul es joven y puede adaptarse y quedarse entre ellos, pero que la mujer es ya demasiado mayor para aprender, aunque ella logra dominar al propio Stilgar y ponerle un cuchillo en el cuello, preguntando él por qué no le dijo que era una guerrera poseedora del Extraño Arte, reconociendo haberla juzgado precipitadamente.
Como ya está próxima la salida del sol propone ir hasta el sietch, donde decidirán la suerte de los extranjeros, poniéndolos entretanto Stilgar bajo su protección.
Detrás de Paul, lo sorprende una mujer, la de sus sueños, que le asegura que no habría permitido que hiciera nada a sus amigos, pues le estaba vigilando y le indica que, aunque dicen que es el Mahdi, parece un niño.
Stilgar pide a Chani, la muchacha, que se ocupe de ellos, aunque entonces aparece Jamis, que dice que no quiere que vayan, pues, aunque hable como un jefe, el jefe es el más fuerte, y a Stilgar lo venció Jessica, indicándole Stilgar que no puede desafiar a una sayyadina, pidiendo él que entonces luche alguien en su nombre, presentándose Paul como su paladín.
Paul, que ya había visto esa pelea y escucha una voz femenina que le dice que Paul Atreides debe morir para que se alce el Kwisatz Haderach, diciéndole la voz que no tenga miedo ni se resista, pues cuando acabe con una vida, acabará con la suya propia.
Chani se acerca a él, y le dice que, aunque no cree que sea el Lisan al-Gaib, quiere que muera con honor, por lo que le deja su crys, heredado de una tía abuela, advirtiéndole que Jamis es un buen guerrero y no dejará que sufra.
Se lleva a cabo la pelea, en que Paul consigue dominar a Jamis, al que pide que se rinda, aunque le recuerdan que, según sus reglas, la pelea solo acaba cuando uno de ellos muera, recordando su madre que Paul nunca ha matado a un hombre.
Consigue acabar con Jamis.
Stilgar le dice que ahora es uno de los suyos, aunque su madre dice que no es de ese mundo y deben salir de allí, diciendo Paul que el emperador los envió allí y su padre no fue ni por la especia ni por la riqueza, sino por la fuerza de su pueblo y su destino está en el desierto y dice que si les aceptan les seguirán.
Ven a un Fremen cabalgando sobre un gusano, comentando que es el poder del desierto, diciéndole Chani que eso es solo el principio, mientras caminan hacia el sietch.