Desmontando a Harry
Deconstruting Harry (1997) * USA
Duración: 95 min.
Música: Varios
Fotografía: Carlo di Palma
Guion y Dirección: Woody Allen
Intérpretes: Woody Allen (Harry Block), Kirstie Alley (Joan), Richard Benjamin (Ken), Billy Crystal (Larry), Elisabeth Shue (Fay), Judy Davis (Lucy), Bob Balaban (Richard), Tobey Maguire (Harvey Stern), Demi Moore (Helen), Hazelle Goodman (Cookie), Caroline Aaron (Doris), Robin Williams (Mel), Amy Irving (Jane), Viola Harris (Elsie ), Mariel Hemingway (Beth Kramer), Julia Louis-Dreyfus (Leslie), Eric Lloyd (Hilliard), Paul Giamatti (Prof. Abbott), Stanley Tucci (Paul Epstein), Eric Bogosian (Burt), Shifra Lerer (Dolly).
Una mujer, Lucy, llega airada en un taxi a una casa.
Norman prepara una barbacoa a la que acude toda la familia, aunque Ken, el marido de Janet está dentro de la casa viendo el partido sin hacerles caso.
Leslie, la hermana de Janet entra entonces en la casa y se besa con Ken, colándose ambos en una habitación en que ella le hace una felación mientras él vigila por la ventana, mordiéndole ella cuando se asusta por un grito de él al ver que se acerca Janet, aunque como no llega a entrar comienzan a hacer el amor, entrando entonces la abuela, ciega en la habitación, pese a lo cual ellos continúan hasta terminar.
Tras bajarse del taxi, Lucy le echa en cara a Harry, a cuya casa ha ido que haya contado en su nuevo libro toda su vida haciendo que su hermana, que ya sospechaba de ellos, descubriera que habían sido amantes al contarlo todo con pelos y señales.
Lucy amenaza entonces, y tras sacar una pistola, con volarse los sesos en su moqueta, aunque él le dice que no lo hará, porque la melodramática es Jane, reconociendo ella que, en efecto le falta valor para matarse, por lo que ha pensado que es mejor matarlo a él, por lo que deja de apuntarse y comienza a apuntarle a él y comienza a dispararle, persiguiéndolo hasta la azotea, donde él le dice que lo ha interrumpido mientras escribía su nueva historia, basada en su primer matrimonio.
La historia la protagoniza el joven Harvey Stern, que decidió casarse siendo muy joven con su novia, Rosalee, para poder marcharse de casa de su padre.
Harvey trabajaba en una zapatería y por la noche escribía, echándole en cara Rosalee que nunca se acuestan, y es que a Harvey le excitan todas las mujeres: su hermana, la amiga de esta o las clientas de la zapatería, todas menos Rosalee.
Su compañero de la zapatería, un hombre más mayor le dice que lo que debe hacer es acostarse con una puta, como lo hace él, asegurándole que eso no es engañar a su mujer, y a la objeción de que él no gana lo suficiente para ir a un hotel, su compañero le sugiere que busque a algún amigo con un apartamento que pueda prestarle.
Harvey tuvo suerte, pues un coche atropelló a su amigo Mendel, pudiendo hacer uso de su apartamento, contratando a una prostituta oriental, con la que está aun, esperando repetir la sesión cuando alguien llama a la puerta, encontrándose al abrir la puerta con la Muerte, que viene a buscar a Mendel, y, aunque él trata de hacerle ver que no es Mendel, la Muerte ve que lleva su bata, llamándolo también la prostituta Mendel, ya que fue el nombre que le dio, por lo que tendrá que irse con la Muerte.
Harry le cuenta a su psiquiatra el incidente de la noche anterior y que se salvó de la ira de Lucy gracias a que le hizo gracia su relato y se calmó.
Pero se queja ante él de que tras seis psiquiatras y tres mujeres no tiene su vida amorosa solucionada, encantándole acostarse con prostitutas, pues él, pese a su edad, sigue pensando en acostarse con todas las mujeres que ve.
Le cuenta también que le van a dar un homenaje en la misma universidad de la que fue expulsado por intentar ponerle un enema a la mujer del rector, lamentándose de tener que ir solo al homenaje, al no poder ir con su hijo porque no le toca y su ex mujer no quiere hablar con él.
El psiquiatra le recuerda otro de sus relatos, uno basado en un actor que los técnicos no consiguen, tras probar todos los objetivos que salga enfocado, dándose cuenta de que no son los objetivos, sino el propio actor el que está desenfocado, por lo que deben cortar el rodaje por ese día, observando el actor cuando llega a su casa, que su mujer y sus hijos también le notan desenfocado, no sabiendo de qué puede ser.
Se acuesta pensando que mejorará, aunque al levantarse se encuentra más desenfocado aun, por lo que van al médico que lo encuentra bien, solo desenfocado, por lo que hace es dales unas gafas a su familia para que lo vean bien sin marearse.
Del relato el psiquiatra saca la conclusión de que la familia se pone las gafas para verlo bien, y él espera que sea el mundo el que se adapte a su distorsión.
Él se queja de que por primera vez en su vida no puede escribir y se encuentra mal, decidiendo ir a ver a Jane para hablarle de su homenaje y para pedirle que le permita llevar a Hilly con él, a lo que ella se niega en redondo, quejándose además de que le hable de sexo al niño, diciéndole que lo escuchó su amiga Beth Kramer durante unas jornadas de convivencia en el cole, hablarle al niño sobre el pene y sobre la importancia del sexo según Freud.
Paul Esptein, otro de sus personajes, se casó con Helen, su tercera psiquiatra.
Tras algún tiempo de terapia le confesó sus sentimientos, y, aunque ella no le correspondió, un día de improviso ella le dijo que deberían dejar el tratamiento, y tras un tiempo, y si seguían sintiendo lo mismo, podrían comenzar a salir.
Se casó así con una mujer que conocía todos sus secretos y perversiones y con la que pasó dos años muy buenos, quedando embarazada, pasando, tras el parto a convertirse en una judía ultra ortodoxa, que llevaba a rajatabla todos los ritos hasta que un judío, también ultra conservador y cliente suyo cautivó su corazón.
Jane, cuya historia se reflejaba en Helen se siente dolida por el retrato que hizo de ella, lo que, unido a su relación con su hermana le hace no querer verle.
Un día, mientras camina por la calle se encuentra con su amigo Richard, que le dice que siente fuertes dolores de pecho, y dado que toda su familia murió por problemas de corazón va al médico, acompañándolo Harry, aunque tras el examen le dicen que el brazo le duele debido a una bursitis y no a problemas de corazón.
Harry le pide que lo acompañe a su homenaje, aunque él se excusa.
Va tras ello a un restaurante donde ha quedado con Fay, que le da la noticia de que va a casarse con Larry y que le pide que les dé su bendición.
Harry no puede creerse la noticia, y menos cuando ella le dice que se casan al día siguiente, justo el día de su homenaje, pidiéndole que no lo haga.
Harry comienza otro relato, el de un hombre al que, mientras dormía, el diablo le raptó a su mujer y se la llevó al infierno.
Esa noche Harry recibe en su casa a Cookie, una prostituta negra muy atractiva, que al llegar a su casa le pregunta si desea hablar, ya que a la mayoría de los hombres les gusta hacerlo antes de acostarse, afirmando Harry que a él le gusta ir al grano, y, cuando finalizan él le ofrece 500 dólares si pasa el día siguiente con él.
Vuelve a llamar de nuevo a Fay para pedirle que no se case, pues la ama.
Recuerda de nuevo su relato, cuando Ken, tras recibir una llamada de Leslie desde un hotel le pide que se pase por su habitación un rato.
Ken, ahora Harry sale para encontrarse con ella pretextando ante Jane que desea dar un paseo, encontrándose en el ascensor del hotel con Fay, que le dice que es admiradora de su obra.
Tras charlar, salen a tomar algo y bailan juntos, advirtiéndole él que pese a su admiración debe evitar enamorarse de él.
Al día siguiente, y cuando se dispone a salir con Cookie hacia la universidad aparece en su puerta su amigo Richard para acompañarlo también, lamentando que no pueda ir su hijo con ellos, diciéndole su amigo en broma que lo secuestre.
Y Harry se toma la broma en serio y se presenta en la puerta del colegio de su hijo y se lo lleva sin que Beth, la amiga de su mujer que lo llevaba pueda hacer nada.
Durante el viaje van cantando y paran para que Hilly se suba en una noria.
Recuerda mientras están allí que una vez estuvo con su mujer en un restaurante cercano donde discutieron porque ella no quería tener hijos, y donde le dijo que le había visto mirar a su hermana Lucy.
Mientras se lo cuenta, Cookie fuma un porro, y cuando Harry se queda solo se le aparece Ken, el personaje inspirado en él mismo, que le dice que Jane era egoísta y fría y no podía haber sido una buena madre y que la eligió porque sabía que no iba a funcionar y podría seguir con otras mujeres, mostrándole el momento en que Jane le contó a Lucy que su matrimonio se había acabado.
Jane le cuenta que sospechaba de varias mujeres, incluida ella, que lo niega, aunque luego trata de sincerarse, y cuando va a contarle que se ha enamorado de Harry, esta le dice que es duro escuchar decir al marido que ha encontrado a otra mujer.
Pese a lo duro que es para su hermana, Lucy se pone contentan y trata de calmarla, hasta que la escucha decir que Harry la ha reemplazado por una chica de 25 que es aspirante a escritora.
Lucy se queda blanca al escucharlo, diciéndole Jean que no se debe preocupar tanto por ella, pues parece habérselo tomado peor que ella misma.
Harry trata de contactad de nuevo con Fay por teléfono.
Como Hilly está cansado se desvían para visitar a la hermana de Harry.
Harry recuerda lo feliz que fue cuando empezó a vivir con Fay, y cómo ella lo animaba incluso en los relatos que a él no terminaban de satisfacerle, sorprendiéndolo con un regalo, una pelota de beisbol firmada por su ídolo.
Llegan finalmente a casa de su hermanastra Doris, presentando a Cookie como niñera, echándole en cara que la ridiculizara en su libro dándole los rasgos de una judía ultra ortodoxa, aunque atribuyéndoselo a Jean.
Le echa también en cara su ridiculización de la cultura judía en otro de sus relatos protagonizado por dos hermanas judías, Dolly y Elsie, en la que la segunda le cuenta a la primera que le contaron que su marido Max, guarda un oscuro secreto, algo que Dolly no puede creerse, pues lleva casada con él 30 años y trata de olvidarlo, aunque como la atormentaba comenzó a indagar, enterándose de que Max tenía antes de conocerla una tienda de comestibles y estaba casado y su mujer tenía dos hijos.
Se lió entonces con una viuda vecina y contrajo deudas y entonces mató a su mujer con un hacha y a los hijos y a la vecina y se los comió.
Ella le hace ver que sabe su secreto, no teniendo él ningún problema en reconocerlo.
Esa fue, según su cuñado su primera novela antisemita, preguntándole si es que no cree en el Holocausto, acusándolo de crear estereotipos judíos.
Tras la discusión continúan el viaje, recordando mientras conduce el momento en que su mujer se enteró de que tuvo un lío con una paciente, la señora Pollack, y montó en cólera, diciéndole él que la culpa fue suya porque desde que nació su hijo lo trata casi como a un hermano y no como un marido, reconociendo además que alquiló un apartamento para sus relaciones.
Mientras discutían llegó uno de los pacientes de Jean, que, tuvo que escuchar cómo ella en vez de atenderlo a él le echaba a su marido la bronca, echándolo de casa.
En una nueva parada, Harry habla con la vendedora, en realidad la psicóloga de su relato, que le dice que creó su personaje como un híbrido de su mujer y de su hermana, sin tener en cuenta que su hermana lo quiere de verdad y que siempre lo defiende cuando su marido lo critica.
Recuerda después el momento en que, estando en una tienda de juguetes con Fay y con Hilly para comprarle un regalo a este, se toparon con Larry, gran amigo de Harry que le cuenta que acaba de regresar de un viaje en barco por el Amazonas y los invita a pasar un fin de semana a su casa de East Hampton.
Llegan finalmente a la universidad dándose cuenta entonces de que Richard ha muerto, señalándole en la universidad que ellos se ocuparán del trámite del traslado del cadáver a Nueva York, proponiéndole suspender el acto, negándose Cookie.
Y de pronto, y mientras espera en su habitación comienza a verse desenfocado.
Camino al homenaje, los profesores lo halagan, diciéndole que enseñan con su obra a los alumnos y lo que les gusta esta y sus personajes.
Él les habla de su siguiente proyecto, el relato del diablo que raptó a su mujer y la llevó al infierno, bajando él hasta allí para rescatarla.
Mientras baja en el ascensor hacia las profundidades, un altavoz le va informando:
Quinta planta: carteristas de metro, mendigos agresivos y críticos literarios
Sexta planta: extremistas de ultraderecha, asesinos en serie y abogados televisivos.
Séptima planta: medios de comunicación. E informan que esa planta está llena.
Octava planta: criminales de guerra, predicadores televisivos y asociación pro armas.
Finalmente llega a la planta baja donde cientos de personas sufren torturas, viendo que aparece un pobre viejo al que le pregunta que ha hecho, respondiéndole el hombre que inventar los muebles de metacrilato.
Ve también a su padre, preguntándole al demonio que lo lleva por qué está allí, señalando este que porque se comportó con su hijo irresponsablemente, diciendo que había cometido un delito capital por el solo hecho de nacer, diciéndole Harry que lo perdona y que le deje ir al cielo, a lo que su padre le replica que es judío y no cree en el cielo, y que adonde quiere ir es a un restaurante chino, por lo que pide lo lleven al "Pato feliz".
Finalmente encuentra al jefe del submundo, su amigo Larry, ante el que Harry presume de ser más pecador que él.
Mientras hablan, Larry se ofrece a poner el aire acondicionado, asombrándose Harry de que lo tengan, a lo que Larry le responde que con él destruyen la capa de ozono.
Y como Larry secuestró a Fay, Harry le dice que él podrá contrasecuestrarla, asegurándole Larry que no lo hará, pues él no es un secuestrador.
Y justo cuando cuenta eso aparece Jean acusándolo de secuestrador y llevándose a su hijo, siendo él detenido por la policía por el secuestro, y Cookie por llevar droga.
Una vez en la cárcel, lo acusan además de estar en posesión de un arma de fuego sin tener licencia para ello, explicando él que el arma no es suya, sino que se la quitó a una loca, Lucy, que le disparó con ella en su azotea.
En la celda habla con Richard, su amigo muerto, que le dice que escribe muy bien y que aporta placer con sus escritos, que son más bonitos que el mundo real y que le dice que debe hacer la paz con sus demonios.
Poco después le informan que puede salir, pues han pagado su fianza, viendo que lo hicieron sus amigos Fay y Larry, que llegan a la cárcel aun vestidos de boda.
Harry no puede admitir esa boda, y asegura no saber por qué eligió a Larry, si antes lo admiraba a él, diciéndole Fay que él pone arte en su obra y Larry en su vida y que se ha enamorado de Larry, por lo que le dice que si la quiere de verdad les debe dar su bendición antes de irse de luna de miel en Santa Fe, algo que Harry no comprende, pues no entiende qué tiene de atractivo ir al desierto.
Larry le ruega también que les dé su bendición, y finalmente Harry se rinde, pues los quiere mucho a los dos.
Ya de regreso en su casa ve a los profesores de la universidad que le dicen que no pudieron hacer su ceremonia y que todos lo esperan para homenajearlo y que si quiere puede llevar a su hijo Hilly y a quien quiera, pues es su sueño, ya que fue él quien los creó, estando en el homenaje todos los personajes que pasaron por su mente a lo largo de los años.
Y uno de los profesores le dice que la conclusión a sacar es que debe aceptar sus limitaciones y seguir adelante, comprendiendo que no sabe funcionar en la vida, solo en el arte, asegurando él que ese es su sueño más feliz
Y ese sueño será el que le sirva para su próxima novela, el relato de un hombre que no sabe funcionar en la vida, y que solo funciona en el arte.