Cita en San Luis
Meet Me in St. Louis (1944) * USA
También conocida como:
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"La rueda de la fortuna" (Hispanoamérica)
Duración: 112 Min.
Música: George Stoll
Fotografía: Jeorge J. Folsey
Guion: Fred F. Finklehoffe, Irving Brecher (Novela: Sally Benson)
Dirección: Vincente Minnelli
Intérpretes: Judy Garland (Esther Smith), Margaret O'Brien ("Tootie" Smith), Mary Astor (Anna Smith), Lucille Bremer (Rose Smith), Tom Drake (John Truett), Marjorie Main (Katie), León Ames (Alonzo Smith), Harry Davenport (Abuelo), June Lockhart (Lucille Ballard), Henry H. Daniels Jr. (Alonzo Smith Jr. / "Lon"), Joan Carroll (Agnes Smith), Robert Sully (Warren Sheffield).
Verano de 1903
Dos mujeres, la señora Smith y la criada, Katie, preparan la sopa. La primera cree que está perfecta, pero Katie cree que está demasiado dulce y echa algo que le quita el dulzor, diciendo luego Alonzo Jr., "Lon", que está sosa y le echa sal.
Entra luego Agnes, la hija preadolescente, que llega empapada tras bañarse.
Un carrito en que iba con sus amigos deja a Esther, la segunda de las hijas, también en casa. Esta también prueba la sopa, que encuentra amarga.
Esther le pregunta a Katie en secreto si fue todo bien, quejándose esta de haber tenido que mentir a su madre y de tener que servir la cena una hora antes, explicándole Esther que su hermana Rose espera una llamada de Warren Sheffield a las 6'30 desde Nueva York, y confía en que le pida la mano después de mucho tiempo escribiéndose, y no quiere que esté toda la familia durante la conferencia.
Cuando finalmente llega Rose, se fija en que afuera está John Truett, su vecino, por lo que avisa a Esther, saliendo ambas al porche tratando de llamar su atención, aunque él, que lleva en el vecindario solo tres semanas, ni se fija en ellas.
Pero cuando Esther le cuenta a Rose su plan esta no parece tan preocupada. Le dice que no cree que Warren se vaya a declarar aunque haya puesto una conferencia, y le asegura a su hermana que cuando llegue a su edad se dará cuenta de que hay cosas más importantes que los hombres.
Entretanto, el abuelo baja y también prueba la sopa, demasiado espesa y le echa agua.
La madre le dice a Rose que no debería comprometerse tan pronto pues no conocen bien a Warren y cree que ella es demasiado joven y no cree que su padre lo apruebe, aunque está de acuerdo en ocultárselo a su padre.
Entretanto Tootie, la más pequeña, de solo 5 años, está en el carro del señor Neely, el vendedor de hielo, contándole a este los entierros de sus muñecas.
Entretanto Rose y Esther cantan al piano "Meet Me in St. Louis" hasta que llega su padre, que les pide que paren de cantar, pues la feria no empieza hasta 7 meses más tarde y todos hablan de ella a todas horas, y además está malhumorado porque perdió el caso de ese día y solo quiere darse un baño y relajarse.
Le dicen que no podrá ser, pues prepararon ya la cena y ese día deben cenar una hora antes por un problema familiar de Katie, que tiene que irse más pronto, aunque Alonzo se niega a quedarse sin su baño, debiendo cenar como cada día a las 6,30, aunque procuran cenar muy rápido para tratar de terminar antes de que llegue la llamada, aunque no les da tiempo a terminar. Suena el teléfono después del primer plato, levantándose a cogerlo Alonzo, que no entiende la llamada y cuelga.
Ve cómo Rose comienza a llorar, no entendiendo nada, explicándole Esther que era Warren Sheffield haciendo una llamada de larga distancia para declararse a Rose.
Les va preguntando a todos si conocían la existencia de la llamada, debiendo responder todos que sí, por lo que le pregunta desde cuándo se le eliminó de la familia, asegurando que desde ese momento contestará él personalmente todas las llamadas, aunque a continuación vuelve a sonar el teléfono y le pide a Rose que lo coja, estando todos atentos a su conversación.
Warren le pide que no cuente nada de esa llamada para que su familia no sepa que ha puesto una conferencia tan cara y le dice que le escribirá esa noche.
Esther la consuela luego diciéndole que de todos modos ninguna otra chica habrá tenido una conferencia desde Yale para preguntarle por su salud.
Aprovechando que van a celebrar una fiesta de despedida para Lon, que va a ir a la Universidad de Princeton, Rose decide escribir una carta a su vecino, John Truett para invitarle a esa fiesta, asegurando Esther que dejará que Truett la bese esa misma noche.
Esa noche, Esther baja tratando de hacerse notar, aunque John no se fija en ella hasta que su hermano se lo presenta.
Luego los jóvenes bailan al ritmo de "Skip to My Lou", animadamente, mientras Agnes y Tootie los observan, descubriéndolas John, permitiendo sus hermanos mayores que Tootie cante una canción antes de ir a dormir, riendo todos al cantar como si estuviera borracha, bailando juntas luego Esther y Tootie para deleite de todos.
Terminada la fiesta, John es el último en retirarse, al no encontrar su sombrero, que Esther escondió para ello, pidiéndole a John, cuando Rose se retira, que la acompañe por la casa mientras apaga todas las luces, pues son demasiadas y tiene miedo.
Se van quedando a oscuras y ella se acerca a él esperando que él aproveche el momento para besarla.
Él alaba su buen olor, diciendo ella que es un perfume que usa solo en ocasiones muy especiales, diciendo él que es el mismo que usa su abuela.
Al apagar la última luz, John le dice que tiene un rostro muy hermoso y ella canta para él, asegurando él que fue una gran noche, mientras le da la mano para despedirse.
Unos días más tarde Esther se reúne con todos sus amigos y sube al tranvía que los llevará a visitar las obras de la feria para la que quedan 6 meses, aunque se muestra inquieta al ver que no llega John.
Y cuando el tranvía arranca y todos cantan contentos "The Trolley Song", ella se muestra ausente y contrariada, recorriendo el vehículo tratando de encontrar a John, al que ve entonces corriendo hasta alcanzar el tranvía al haber llegado tarde.
Aliviada tras ello, se une a la canción, y acaban escuchándola todos mientras canta que perdió su corazón en el tranvía por el más guapo de los hombres.
Otoño de 1903
En la noche de Halloween las pequeñas Agnes y Tootie se disfrazan y recogen harina para echar a la gente, aunque el abuelo las asusta y salen con temor.
Fuera, decenas de chicos juegan alrededor de una hoguera y planean a quiénes deben atacar. Las familias de quienes consideran malos, y en especial el Sr. Braukoff, del que asegura que envenena a los gatos y luego los quema y golpea a su esposa con un atizador al rojo vivo y guarda botellas de whisky vacías en su sótano.
Desde esa hoguera salen a las casas de los destinos, aunque no dejan ir a Tootie, por ser demasiado pequeña, aunque ella insiste en atacar a los Braukoff pese a que tienen un perro muy fiero, y, como todos le tienen miedo dejan que vaya ella.
Aterrada, llega hasta la casa, pudiendo ver por la ventana a los Braukoff y a su temible perro, por lo que está tentada a retirarse, aunque finalmente se arma de valor y llama a la puerta y cuando sale con su perro se queda paralizada hasta que el propio señor Braukoff le pregunta qué quiere, diciéndole ella que le odia y le lanza la harina a la cara, sin que el hombre haga ni diga nada, ni el perro ladre, limitándose a lamer la harina.
Cuando regresa junto a los demás chicos es recibida como una heroína, jaleándola como la más valiente y la más horrible, celebrándolo todos contentos.
Entretanto Rose llega a su casa en el carro del coronel Darly, al que da las gracias de llevarla, pues, de lo contrario, asegura, se le habría derretido el helado, aunque rechaza la invitación que ella le hace para que pase a tomar helado con ellos.
Cuando Esther felicita a Rose por el que considera su nuevo pretendiente, escuchan un grito de Tootie y un frenazo del tranvía, por lo que salen corriendo temiendo que le ocurriera algo a la pequeña, a la que encuentra Esther, que la lleva hasta la casa, con sangre y llorando, rodeándola toda la familia preocupados mientras esperan al médico.
Ven que perdió un diente y la niña asegura que intentó matarla, pero no el tranvía, sino John Truett.
Cuando llega el doctor observa que tendrá que poner a la niña un par de puntos, viendo que además esconde en su mano un trozo de cabello que le arrancó a Truett.
Indignada, Esther decide ir a casa del vecino para tratar de averiguar la verdad, aunque en realidad no le escucha. Lo agrede y lo derriba mientras le pregunta por qué pegó a una niña de 5 años, aunque no espera a que se explique, sigue golpeándolo e incluso le muerde, asegurando que odia a los matones.
Regresa tras ello a su casa, orgullosa de su acción.
Llega entonces Agnes, que cuenta su versión de los hechos.
Se enteran entonces de que las niñas rellenaron un viejo vestido para que pareciera una persona y lo pusieron en la vía para hacer que el tranvía descarrilara.
Cuando el tranvía frenó, Truett cogió a Agnes y a Tootie y se las llevó hasta la leñera donde las escondió para que el policía no las atrapase, enfadándose Tootie por ello, pues está convencida de que la policía no se fija en las niñas.
Rose las regaña, pues podrían haber causado la muerte de decenas de personas y Esther se siente mal por haberla creído y haber atacado a John, aunque todos acaban riendo, corriendo Esther a casa de su vecino para pedirle disculpas, mostrándose él en principio precavido pensando que le puede volver a atacar, viendo que le hizo varios moratones, excusándose por haberle hecho daño, diciéndole él que si no hace nada al día siguiente por la noche, podrá pegarle otra vez, tras lo que le pide que sea ella quien le ayude en esta ocasión a apagar las luces, pese a que, según observa ella, están apagadas, diciendo él que las encenderá en un minuto, preguntando ella si cree que merecerá la pena perder un minuto, cogiéndola él y besándola finalmente.
Mientras toman el helado, observan a Esther, que parece estar en otro mundo, riéndose las niñas al entender que está enamorada de John.
Llega entonces Alonzo, el padre, que lleva una caja de bombones para su mujer, que pregunta qué ha ocurrido, diciendo él que la empresa lo envía a Nueva York, diciendo Anna que podrán apañarse durante un tiempo sin él, aclarando que lo envían para siempre allí como director de la oficina central y que empezará en Año Nuevo.
Anna observa que la primera reacción de las niñas es muy tranquila, pero ella dice que hay muchas cosas que discutir, pues, se pregunta, qué harán las niñas en una ciudad tan grande, diciendo él que lo mismo que allí, ir al colegio y jugar con sus amigos, preguntando Anna qué amigos, pues no conocen a nadie, y a Agnes va a ascender, Esther está en el último curso y Rose se va a graduar, aunque ella asegura que la graduación es lo de menos, que toda su vida está allí, preguntando también Esther qué será de su vida, aunque Alonzo dice que está decidido y que se irán a Nueva York, pues él debe ocuparse de conseguir el dinero para que todos puedan seguir estudiando.
Empiezan a lamentar que en Nueva York tendrán que vivir en un piso en vez de en una casa como allí y se perderán la exposición universal, diciéndoles el padre que volverán para visitar la feria.
Se deprimen y nadie quiere comer la tarta de nueces y se van retirando tristes, quejándose Alonzo, pues, dice, le tratan como un criminal que está destrozando la vida a todos.
Finalmente, Anna le dice que si cree que es lo mejor para todos, se irán.
Luego se sienta al piano y comienza a tocar "You and I" y Alonzo canta la canción.
Al escucharlos, se asoman sus cuatro hijas e incluso el abuelo y toman su porción de tarta mientas escuchan cantar a sus padres su canción de amor.
Invierno de 1903
Los niños juegan con la nieve y hacen muñecos en la parte trasera de la casa, riendo con el más feo de ellos que, dicen, representa a Lucille Ballard, la joven que rechazó ir al baile de Navidad con Alonzo, ahora de vacaciones.
Saben que Alonzo conoció a Lucille en Nueva York y salieron varias veces, pero rechazó ir con él al baile, recordándole Lon a Rose que a ella tampoco la llamó Warren, también de vacaciones, asegurando ella que Lucille trata de conquistar a Warren por el dinero de su padre y por ello irá con él al baile.
Al estar ambos sin pareja. Katie sugiere que Alonzo lleve a Rose a su último baile en San Luis, aceptando Lon hacerlo.
Las chicas se visten para la ocasión con sus apretados corsés, dispuestas a llamar la atención para estropear la fiesta a Lucille Ballard, asegurando que entre las dos pueden hacerse cargo de los 20 chicos de San Luis que más merezcan la pena.
Pero cuando ya están listas, llega John Truett muy preocupado, pues le cerraron la sastrería donde estaba su smoking, diciendo Esther que entonces se quedará en casa preparando las maletas.
Pero cuando se va llora amargamente, y, aunque Rose le dice que pueden ir las dos con su hermano, aunque ella dice que sería ridículo y se niega a hacerlo.
Su abuelo, que la escuchó llorar trata de consolarla y se ofrece a ser su acompañante, lo que ella acepta.
Una vez en el baile, deciden rellenar el carnet de baile de Lucille Ballard, eligiendo a los jóvenes menos atractivos para ella.
Ven que llega Warren con Lucille, que enseguida va a saludar a Alonzo, yendo Rose también a saludarlos a ambos.
Lucille, que se muestra encantadora, dice que si todos fueran adultos, Warren debería haber ido al baile con Rose, y los anima a seguir como pareja, indicando que, como ella se ha quedado también sin pareja se quedará con Lon.
Ignorante de esto, llega Esther, que le indica a Lucille que se tomó la libertad de llenar su carnet de baile, diciéndoles Lucille que espera que cuando vayan a Nueva York le permitan que ella les dé la primera fiesta.
Rose le explica que cambiaron los planes, pues Lucille sugirió que ella y Warren formaran pareja, haciéndolo a la vez la propia Lucille con Lon.
Avergonzada por lo que hizo, le cambia el carnet a Lucille por el suyo, debiendo ser ella quien baile con los tipos menos interesantes y más extravagantes, hasta que finalmente sale el abuelo a rescatarla.
Ella recuerda que es su último baile en San Luis y está a punto de llorar, cuando de pronto el abuelo se la lleva hacia la puerta, saliendo desde detrás del gran árbol de Navidad bailando con John Truett, que finalmente consiguió llegar con su smoking.
Hablan luego antes de entrar en casa. Con la nieve de fondo, John le propone matrimonio, que ella acepta de inmediato llorando, lamentando él, el tiempo que han desperdiciado.
Le dice que cuando vayan a Nueva York ella lo hará con su marido, y su familia los esperará en la estación, proponiéndole ir a decírselo ya a su familia, aunque ella le dice que prefiere que por esa noche lo sepan solo ellos dos.
Él dice que ya no quiere ser ingeniero, pues la universidad requiere demasiado tiempo y cree que podrá encontrar un trabajo y vivir dignamente.
Ella le dice que aunque ahora se vaya a Nueva York podrán resolverlo, y, mientras suenan las campanas le desea una Feliz Navidad y sale corriendo hacia su casa.
Encuentra arriba a Tootie despierta y le dice que está esperando a Santa Claus y se pregunta cómo podrá encontrarlos el año próximo si se cambian de casa.
Esther le dice que él sabe cómo encontrarles y la tranquiliza cantándole "Have Yourself a Merry Little Christmas" en que le dice que el próximo año sus problemas los verá muy lejano y volverán a estar reunidos con sus seres queridos.
Tootie sale corriendo al jardín llorando y comienza a destrozar los muñecos de nieve, diciendo que prefiere matarlos si no puede llevárselos a Nueva York, diciendo que allí no podrá hacer nada de lo que hace en San Luis, aunque Esther le asegura que conseguirá montones de amigos en Nueva York y que serán felices si siguen juntos, escuchándolas su padre desde la ventana.
Confuso, Alonzo baja al salón, lleno ya de paquetes preparados para la mudanza, viendo a Esther llevando a Tootie a la cama y se sienta en su sillón para fumarse un puro, aunque antes de encenderlo la cerilla se apaga entre sus dedos y entonces comienza a gritar llamando a Anna y al resto de la familia.
Alarmados por sus gritos salen todos de la cama y bajan asustados, diciéndoles de sopetón que no se mudarán a Nueva York y que no quiere volver a hablar del asunto y que se quedarán allí hasta que se mueran.
Anna le pregunta qué dirá a sus socios, diciendo que les dirá que cambió de idea.
Su mujer le recuerda que dijo que ese cambio iba a ser una gran oportunidad laboral para él, aunque él dice que San Luis va a conocer un gran auge.
Les interrumpe la llegada de Warren Sheffield, que irrumpe y le dice a Rose que no pueden seguir así por más tiempo y que ha decidido que tienen que casarse, y, tras decirle que la quiere, les desea feliz Navidad a todos, marchándose igual que llegó.
El más asombrado de todos es el padre, que se pregunta quién es ese joven, aclarándole que es Warren Sheffield, indicando él que le gustaría conocerlo.
Todos, felices, se desean feliz Navidad, diciéndole Esther a su padre que les ha hecho el mejor regalo de Navidad que pudiera imaginar, comenzando todos a abrir sus regalos.
Primavera de 1904
Todas las mujeres de la familia Smith, elegantemente vestidas, van a visitar la Exposición Universal.
Warren recoge en su coche a Rose y a Esther, yendo el resto de la familia en otro coche.
Toda la familia, junto con Warren, John y Lucille observan asombrados el encendido de luces, asombrado, y alaban la suerte de vivir allí mismo en San Luis y poder ver en su ciudad algo tan hermoso.