Te cuento la película

Broker

Beurokeo (2021) * Corea del Sur

          También conocida como:
                    - "Broker. Intercambiando vidas" (Hispanoamérica)

Género: Drama

Duración: 124 min.

Música:Jung Jae-il

Fotografía: Hong Kyung-pyo

Guion y Dirección: Hirokazu Kore-Eda

Intérpretes: Song Kang-ho (Ha Sang-hyeon / Jin-young), Gang Dong-won (Kim Dong-soo), Bae Doona (Soo-jin), Lee Ji-eun (Moon So-young / "Sun-ha"), Lee Joo-young (Detective Lee), Park Ji-yong (Woo-sung), Im Seung-soo (Hae-jin).

Una noche, en medio de una copiosa lluvia, una mujer sube hacia la iglesia de la Familia de Busan con un bebé. Llega al torno, donde figura la "caja de bebés" y deja abandonado al que llevaba, aunque sin introducirlo en la caja.

Dos policías que están fuera vigilando la iglesia la ven, decidiendo una de ellas, la inspectora Soo-jin, de la Unidad de Menores y Mujeres de la policía, entrar y colocar al bebé dentro de la caja, mientras pide a la detective Lee que siga a la mujer.

Dentro lo recogen Sang-hyeon, que ayuda como voluntario, y Dong-soo que trabaja allí, y al que el primero pide que borre el vídeo que grabó la entrega, viendo que llevaba una nota de la madre que decía, "Woo-sung, lo siento. Volveré a por ti".

Sang-hyeon sale poco después con la furgoneta en la que lleva el bebé, y va hasta la tintorería que regenta, seguido por la inspectora.

La detective Lee, por su parte sigue a la madre, que coge el metro, aunque la pierde.

Al día siguiente las dos policías vigilan la tintorería, y comentan cómo son esas personas que se sirven de los buzones de bebés para traficar con menores, y Lee le dice a su superior que, de haber dejado al bebé fuera de la caja habría muerto.

El marido de Soo-jin va a llevarles comida y ropa para que su mujer pueda cambiarse.

Desde la iglesia, Dong-soo llama a Sang-hyeon y le cuenta que la madre regresó y contó que dejó al niño fuera de la caja, y Sang-hyeon le pide que, si ve que va a avisar a la policía, que la lleve allí.

Le dicen a la madre que no figura ningún registro, y Dong-soo le muestra a los bebés que están allí, entre los que no está su hijo y le dice que, como no dejó su nombre ni su teléfono, aunque lo encontraran no podrían demostrar que es suyo.

Se marcha desolada. Pero Dong-soo la siguen e impide que llame a la policía y la lleva a la tintorería donde le dicen que no pueden acusarlos a ellos de secuestro, pues fue ella la que lo abandonó, aunque ella recuerda que en la nota puso que volvería, aunque Dong-soo le dicen que, cuando las madres ponen una nota diciendo que volverán, los niños no pueden optar a ser adoptados y acaban en un orfanato y sin futuro y ellos querían rescatarlo de ese futuro lúgubre y le van a buscar unos padres, diciendo ella que no tienen derecho a hacerlo, a lo que le responden que tampoco ella, tras abandonarlo, acusándolos de ladrones, aunque ellos le dicen que lo están protegiendo.

Le cuentan que hay padres que no pueden concebir. Ella desea deshacerse del niño y ellos acogen a su hijo y le encontrarán los mejores padres a cambio de una modesta retribución de 10 millones de wones si es varón, y le dicen que le darán su parte.

Ella les dice que son unos traficantes, pero acepta el trato.

A las policías que los vigilan les extraña ver con ellos a la madre.

Unos tipos que le llevan una camisa manchada de sangre exigen a Sang-hyeon los 50 millones que les debe, y le recuerdan que solo tiene una semana para hacerlo.

Salen con la madre en la furgoneta de reparto de la tintorería hacia Gyenongju, donde esperan ver a los padres dispuestos a comprarlo, y llevan a la madre, porque piensan que así será menos sospechoso.

Comentan, cuando no los oye, que no deberían haberle ofrecido la mitad, que ellos debían llevarse dos tercios.

Los siguen las policías dispuestas a pillarlos con las manos en la masa.

Ella les cuenta que es de Yeosu, y que se llama Sun-ha, recordando ellos que fueron allí en una ocasión a vender a un bebé a una pareja de gays.

Se encuentran con los aspirantes a conseguir al niño en un muelle, y piden a la chica que no hable y que les deje negociar a ellos.

El hombre se queja, pues dice que en la foto el bebé era más guapo y les ofrecen solo cuatro millones, pese a que antes habían ofrecido 10, y que les dejen pagar a plazos.

Sun-ha no se reprime e insulta a los que quieren comprarlo por haber hablado mal de su bebé y asegura que nunca se lo daría a escoria como ellos y los llama tacaños.

En la furgoneta, reprochan a Sun-ha su reacción, pues con su actitud no conseguirán nada, aunque ella dice que deben encontrar un comprador mejor.

Entretanto, el grupo policial de homicidios atiende el asesinato de un hombre al que rompieron el cuello con un golpe seco, y señalan que debió ser una mujer al ver la marca del pintalabios en una copa.

Dong-soo, Sang-hyeon, y Sun-ha se detienen en el orfanato en que se crio el primero, al que conocen todos los niños y al que saludan contentos.

El director, que es su amigo le dice que tienen menos niños y reciben por ello menos dinero en subvenciones.

La detective Lee indica a su jefa que, para ser supuestos profesionales, improvisan mucho y no son una organización estructurada.

Le dicen a Sun-ha que se quedarán allí hasta que encuentren un comprador, haciendo pasar a Sun-ha y a Sang-hyeon por matrimonio.

Este además pinta cejas al niño tras ver que los anteriores compradores pusieron pegas.

En el orfanato todos admiran a un niño que logró llegar a un equipo de fútbol profesional, pero es una excepción, pues el 97% de los niños del orfanato no consigue éxito vital, y, además, la gente suele adoptar niños de hasta 6 años, y, aun así, hay niños que no están a gusto y acaban volviendo, y hubo algún caso en que fueron víctimas de abusos.

Aprovechan que están dentro las policías para colocar algo en la furgoneta, estando a punto de ser vistas por Sun-ha, que sale para cambiar al niño en el coche, observando cómo le canta al niño una canción mientras lo hace.

Pero luego les dice a sus compinches que es muy difícil criar a un niño sola, diciéndole Dong-soo que eso no justifica que lo abandone, diciendo ella que ellos los venden, diciéndole que lo hacen porque ella lo abandonó y le recuerda que solo una de cada 40 madres que dejan una nota regresa.

Sun-ha le pide que no culpe solo a las madres, pues los padres son también responsables.

Más tarde Sang-hyeon cuenta a Sun-ha que al propio Dong-soo lo abandonaron con una nota, pero su madre no fue esa una de cada 40, y por ello, al día siguiente le pide perdón.

Le cuenta que a veces sueña que la lluvia borra todo su pasado, pero cuando despierta sigue lloviendo y la lluvia sigue empapándolo todo, pero ella no ha cambiado.

Los policías de homicidios visitan a una mujer que se dedica a acoger a niñas que no tienen dónde ir, aunque luego las prostituye y preguntan por la asesina del hombre que murió en el hotel a la que captaron las cámaras de seguridad y le preguntan si vive allí.

Les dice que ella ya le advirtió de que no lo tuvieses, pues no iba a ser una buena madre.

Llaman luego a la inspectora Soo-jin para decirle que la mujer a la que está siguiendo es sospechosa de asesinato, pues es prostituta, aunque ella les pide tres días, pues está segura de que venderán al bebé y podrán detenerla.

Y, para acelerar el proceso, decide fingir que lo van a comprar, preguntando la detective Lee si no es ilegal utilizar un cebo, aunque la inspectora le dice que la tentativa ya existía y ellas solo crean la oportunidad.

Los vendedores ven un anuncio en que ofrecen 20 millones, el doble del precio anterior, aunque Sang-hyeon dice que tiene un mal presentimiento.

Y, de pronto se dan cuenta de que se coló en la furgoneta Hae-jin, un niño de 8 años del orfanato, que durante su estancia en el mismo les pidió reiteradamente que lo adoptaran y que les escuchó y sabe por ello que no son una familia y que van a vender a Woo-sung.

Las policías preparan el cebo. Una pareja que deben actuar como compradores, y a los que colocan micrófonos. Deben decir que no están casados, y por eso no pueden adoptar y que no pueden tener hijos porque el recuento de los espermatozoides de él es muy bajo, y no deben hablar del pelo del niño ni preguntar por el padre.

Pero unos policías de tráfico están a punto de dar al traste con la operación, pues les piden que detengan la furgoneta, viendo que es porque llevan el maletero abierto, por lo que, una vez que lo cierran, les dejan marchar sin más.

Se encuentran con los clientes en un parque y estos interpretan sus papeles mientras son grabados por las policías.

Explican que no soportan las pruebas de fertilidad, y Dong-soo se interesa por estas, que ellos confirman que probaron, y, cuando le pregunta a él si no tuvo efectos el letrozol, él dice que no y que además tuvo efectos secundarios, diciéndoles entonces Dong-soo que el Letrozol induce la ovulación y descubre el engaño, por lo que vuelven a llevarse al bebé, aunque concluyen que lo querían para revenderlo en el extranjero.

Sun-ha le pregunta por qué sabe tanto de tratamientos de fertilidad y dice que el año anterior les ocurrió lo mismo con otros clientes.

Le pregunta luego a Sang-hyeon por qué en su carnet figura el nombre de Ha Jin-young, diciendo este que Sang-hyeon era su apodo en el ejército, aunque cuando Dong-soo le recuerda que no hizo el servicio militar, dice que ese sería el nombre de su hijo si hubiese tenido uno.

Ella reconoce entonces que su nombre real es Moon So-young.

So-young recibe la llamada de una mujer que le pide que le entregue el bebé, pues había pagado a la mujer que se hacía pasar por su madre 5 millones para que abortara y no lo hizo, por lo que ahora quiere al niño.

Cuando So-young sale, ve que la esperan fuera las policías, que le dicen que quieren hablar con ella y se la llevan.

Cuando vuelve, le dicen que hay un comprador en Seúl dispuesto a pagar 30 millones.

Las policías, por su parte, comentan que accedió con facilidad, planteándose si fue por la promesa de reducción de condena, escuchando desde el coche las conversaciones de la casa, oyendo cómo organizan turnos de dos horas para dar de comer al bebé por la noche.

Se preocupan porque el niño llora mucho y no come, y se plantean ir al hospital, aunque temen que si lo hacen les pillen, aunque finalmente lo llevan al ver que está con fiebre, donde dicen que solo tiene un mes para justificar que no tiene documento de identidad, y les dicen que es un resfriado normal y le recetan un antipirético y les pide que lo cuiden para que no se convierta en neumonía.

La detective Lee se plantea que deberían haber ayudado a la madre, aunque la inspectora le dice que eso es asunto de servicios sociales., ante lo que Lee le pregunta por qué es tan fría con esa mujer, a lo que le responde que es porque es una irresponsable, diciéndole su compañera que la está juzgando muy rápido.

La mujer con la que habló con So-young, y le pidió que le entregase al bebé, pide a dos de sus empleados que encuentren al bebé y se lo lleven, pues lo criará ella, puesto que es de su marido, el hombre que acaba de morir en el hotel.

Sang-hyeon recibe una llamada de Tae-ho que le cuenta que la mujer del padre del bebé quiere al bebé y ofrece 40 millones.

Dong-soo comenta, mientras ve dormir a Hae-jin, que es de esos niños que nadie quiere adoptar y recuerda que él estaba contento en el orfanato y no quería que le adoptasen, diciendo So-young que es porque esperaba que su madre volviera, comprendiendo que Sang-hyeon le contó todo, aunque asegura que nunca se sintió abandonado.

Le dice luego a So-young que ha observado con qué frialdad trata al bebé, y cree que lo hace para tratar de no encariñarse con él.

So-young busca una excusa para salir y dice que debe ir a la tienda, aunque en realidad va a hablar con la detective Lee.

Le cuenta que conoció a la mujer a la que llamaba mamá en la playa tras fugarse, cuando ella le preguntó si tenía hambre, y le asegura que no la obligó a prostituirse, diciendo que no, que ya lo hacía antes de conocerla a ella.

Le preguntan tras ello por qué mató al padre de Woo-sung, diciendo que porque la cabreó porque le pidió que se la chupara antes de ducharse

La inspectora le pregunta por qué lo abandonó y además fuera del buzón, lo que habría supuesto su muerte, comprendiendo que la vieron y le dicen que podría haber abortado, preguntando ella si es menos pecado matarlo antes de que naciera que abandonarlo, a lo que la inspectora le replica que, si nadie lo quiere, parirlo es convertirlo en un desgraciado, ante lo que se indigna de que hable así de su hijo, recordándole Soo-jin que lo abandonó.

En su habitación, Sang-hyeon y Dong-soo comentan que les han ofrecido 40 millones, aunque rectifica para que no los oiga So-young y dice que son 30 millones.

Hablan de los niños y sus parecidos con sus padres, diciendo ella que para Woo-sung será mejor que no recuerde su cara porque es una asesina, y confiesa que mató al padre de Woo-sung porque dijo que el niño no debería haber nacido e intentó quitárselo, estando convencida de que su mujer la estará buscando, por lo que si lo venden bien, podrán dejarla atrás.

Al día siguiente, Sang-hyeon encuentra a Dong-soo en la furgoneta. Le cuenta que tras el testimonio de So-young estuvo buscando y encontró un GPS, por lo que concluye que alguien los sigue, aunque no cree que sea la policía, pues es antiguo, pensando que pueden ser alguien que va de parte del padre.

Sang-hyeon se plantea marcharse sin ella, pero Dong-soo cree que en vez de dinero deberían buscar a alguien para Woo-sung, con quien ella se quede tranquila.

Cuando llega Tae-ho, confiesa a Sang-hyeon que la mujer que quiere comprar al niño es la mujer del padre de este, aunque él no le cree, piensa que solo quiere comprárselo para venderlo en el extranjero y le dice que no se lo dará.

Mientras discuten, aparece Dong-soo, que comprende que viene de parte del padre y lo deja inconsciente.

Las policías van tras su rastro siguiendo la señal del GPS, aunque cuando llegan al lugar marcado por el este no los encuentran ni a ellos ni la furgoneta.

En realidad, ellos están subiendo a un tren hacia Seúl.

Pero So-young les informa de su destino, pensando las policías que quizá no quiere que compren a su hijo.

En el tren, Sang-hyeon pregunta a So-young si cuando dejó al niño en el buzón tenía intención de volver, diciendo ella que no está segura, y que, de haberlos conocido antes a ellos no habría tenido que hacerlo, diciéndole él que aún está a tiempo.

Habla luego So-young con Hae-jin, que le dice que él y Woo-sung son como hermanos.

Quedan con los compradores, una pareja cuya hija nació muerta y la mujer pregunta si puede probar a darle el pecho, viendo como el niño coge el pecho.

Les dicen que les gustaría criarlo como hijo biológico y por ello ese sería el último encuentro con su verdadera madre, lo que So-young no está dispuesta a aceptar, por lo que se marchan con el niño.

Suben a un autobús turístico y van a disfrutar de las atracciones. Se hacen fotos en un fotomatón, tiran a los dardos y suben a la noria., aunque cuando están arriba Hae-jin dice que le asustan las alturas y no quiere mirar.

Dong-soo y So-young van en otra cabina y el primero le propone no darlo en adopción y criarlo juntos los cuatro, incluyendo a Hae-jin.

Ella dice que sería una familia rara, aunque él dice que él sería el padre.

Ella dice que ojalá se pudiera empezar de cero, pero que no podrá ser, pues pronto la detendrá la policía

Dong-soo le dice que verla a ella le hace sentirse un poco mejor, pues piensa que su madre también debió tener un buen motivo para abandonarlo y dice que la perdonará a ella por su madre, aunque ella dice que a ella nunca la podrá perdonar Woo-sung, aunque Dong-soo le dice que si lo abandonó fue para que no fuese el hijo de una asesina.

La inspectora dice que ella era la que más ganas tenía de que lo vendieran, por lo que son más traficantes que ella.

Aprovechando su viaje, Sang-hyeon queda con su hija en un bar para comer.

Le dice que como al día siguiente cobrará una importante cantidad, podrían estar como antes, los tres juntos en Busan o ir él a Seúl, aunque su hija le dice, que su madre le pidió que le dijera que no necesitan dinero, que solo quieren que les deje en paz y que no vaya a casa, recordando él que la última vez bebió demasiado.

Le cuenta además que su madre está embarazada de nuevo.

Él le pide que dé la enhorabuena a su madre y le dice que él seguirá siendo su padre.

Desde una mesa cercana la inspectora lo vigilaba y luego lo sigue, dándose él cuenta.

Esa noche, mientras descansan, Hae-jin pide al bebé que no se olvide de ellos. Sang-hyeon le dice que se olvidará enseguida, pero que él podrá conservar esos recuerdos.

Le dice luego a So-young que ha visto que nunca le dice nada a Woo-sung y la anima a que le diga "Gracias por haber nacido", y ella se lo va diciendo a los cuatro, pero pidiendo que cierren los ojos, optando Dong-soo por apagar la luz.

La inspectora propone a So-young que se entregue y diga que fue un homicidio involuntario para no tener que vender a su hijo y en tres años estaría fuera y podría volver a vivir con él.

Pero ella dice que la pareja a la que iban a venderlo le dijo que le dirían cada día que no abandonó a su hijo, que lo protegió, y que ella quiere que su hijo crezca en una familia así para que no tenga que vivir como ella.

En la habitación, Sang-hyeon dice a Dong-soo que seguramente So-young estará con la policía, asegurando Dong-soo que no los va a traicionar, aunque su compañero le dice que lo hará, pues ella quiere hacer lo que sea por su hijo.

Pero Dong-soo dice que si les delata, ella podría empezar de cero.

Cuando salen con el niño, ven a Tae-ho esperándolos.

Sang-hyeon pide a Dong-soo que siga mientras él habla con Tae-ho.

Le dice que con esa mujer Woo-sung no podrá ser feliz, y le propone coger los 40 millones y trabajar juntos, pues no seguirá con Dong-soo. Ya no lo necesitan.

Este llega a la reunión con los padres del día anterior, que cambiaron de idea y pueden decir a la madre que podrá ir a ver al niño cuando lo desee.

Dong-soo les dice que habría sido estupendo que el niño se quedara con ellos.

Llaman a la puerta. Se trata de las policías, que detienen a Dong-soo por tráfico de menores y al matrimonio por intento de comprar un menor.

Él pregunta a la inspectora por So-young, diciendo la inspectora que se entregó, preguntando ella por Sang-hyeon, diciendo Dong-soo que no lo sabe.

La inspectora se queda con el bebé en brazos.

En la estación, Sang-hyeon escucha una noticia en que hablan de la aparición de un cuerpo sin vida en un centro comercial subterráneo de un delincuente de Busan, en cuya habitación del motel encontraron 40 millones de wones.

Varios años después, Soo-jin llega a la playa, donde está ya su marido jugando con Woo-sung, que ya anda, corriendo el niño hacia ella que lo coge en brazos.

Envía una carta a So-young diciéndole que se alegra de que le redujeran la condena y de que saliera ya y que, durante esos tres años, ha cuidado de Woo-sung como le pidió y concierta una cita con ella en el parque frente al Busan Sky Land durante una hora.

Desconocen el paradero de Sang-hyeon, pero invitó también a Dong-soo y a Hae-jin.

Este hace autostop para que le lleven al Busan Sky Land, aunque quienes paran son del orfanato, que lo encontraron de nuevo y se lo llevan.

Le cuenta también que la pareja que quiso adoptarlo está en libertad condicional y por eso no pueden todavía adoptar legalmente, aunque van a veces al parque y juegan con Woo-sung.

Le dice que, si no puede ir, el mes siguiente volverán a reunirse para hablar entre todos del futuro del niño.

So-young trabaja ahora en una gasolinera y tiene en su taquilla la foto de fotomatón de los 5 y va al parque.

Del retrovisor de una furgoneta que está en el parque también, cuelga la misma foto.

Calificación: 3