Al descubierto
She Said (2022) * USA / Japón
Duración: 129 min.
Música: Nicholas Britell
Fotografía: Natasha Braier
Guion: Rebecca Lenkiewicz (Basada en la investigación de Jodi Kantor, Megan Twohey y Rebecca Corbett y en el libro de Jodi Kantor y Megan Twohey)
Dirección: Maria Schrader
Intérpretes: Carey Mulligan (Megan Twohey), Zoe Kazan (Jodi Kantor), Patricia Clarkson (Rebecca Corbett), Andre Braugher (Dean Baquet), Jennifer Ehle (Laura Madden), Lola Petticrew (Laura joven), Samantha Morton (Zelda Perkins), Molly Windsor (Zelda joven), Angela Yeoh (Rowena Chiu), Ashley Judd (Ashley Judd), Zach Grenier (Irwin Reiter), Peter Friedman (Lanny Davis).
Irlanda, 1992
Una joven pasea a su perro por la playa cuando se topa con el rodaje de una película de piratas.
Fascinada, se queda observando, animándola una de las ayudantes a acercarse.
Algún tiempo más tarde la joven corre por una calle asustada y agobiada, huyendo de algo o de alguien.
Nueva York, 2016
Varias jóvenes periodistas llegan al New York Times.
Una de ellas, Megan Twohey entrevista a una mujer que dice que tiene miedo de contar su experiencia con Donald Trump, diciéndole Megan que cree que es importantes que los votantes lo sepan para determinar si debe ser presidente, llamándola unos días más tarde para darle permiso para publicar su experiencia, recibiendo luego una llamada del propio Trump que asegura no conocer a las mujeres que le acusan, y pregunta por qué no fueron a la policía si les hizo algo, asegurando que si lo publican les demandará, y, cuando le pregunta por otras acusaciones, como la de Miss Utah, que dijo que la forzó a besarla, la insulta y la llama asquerosa.
Tras la publicación, Rachel recibe un sobre lleno de mierda y se queja de que no puede ni siquiera salir de casa.
Megan, que está embarazada de tres meses, ve cómo Bill O'Reilly, de la Fox habla de ella, que se negó a responderles y comienza a recibir llamadas amenazadoras, asegurando el autor de una de ellas que la va a violar y a asesinar y tirará su cuerpo al río Hudson.
Jodi Kantor, la otra reportera se desvive también por su trabajo y debe dejar a sus hijas pequeñas para ir a trabajar.
Cinco meses después
Tras llegar Trump a la presidencia se anuncia en la Fox el cese de Bill O'Reilly, el periodista que habló contra Megan, gracias a un boicot de más de 50 patrocinadores tras la denuncia por parte de The New York Times de numerosas denuncias por acoso sexual y de haber pagado cerca de 13 millones de dólares en indemnizaciones.
Rebecca Corbett, editora del departamento de investigación del periódico piensa que deben ser más ambiciosos y estudiar todos los casos de abusos en otros ámbitos, indicándole Jodi Kantor que tiene información de una dirigente de Ultraviolet, un grupo feminista, que tiene información de que en Hollywood los abusos sexuales son abrumadores y está en contacto con una actriz, Rose McGowan que asegura haber sido manoseada en una reunión por el productor Harvey Weinstein, que ya fue acusado años atrás por una modelo italiana, Ambra Battilana Gutierrez por lo mismo.
Corbett le pide que hable con Rose y otras actrices que trabajaran con él, diciendo que hablará también con antiguas empleadas.
Pero no obtiene grandes avances tras sus primeros contactos, riéndose una antigua asistente cuando le pregunta si Harvey se sobrepasó con alguien, diciendo otra antigua empleada que no cree que encuentre a nadie que quiera hablar, siendo inútiles en efecto todos sus intentos de contactar con alguien que quiera hablar.
Entretanto, Megan tiene su bebé, pero al volver a casa se siente agobiada y con una sensación de angustia constante.
Rose accede a hablar con Jodi, que se queja de que su periódico la maltratara en el pasado y que ya habló de ello en público y su periódico lo incluyó en la sección de estilo.
Ven también unas palabras de Ashley Judd, que también denunció que la acosó un magnate de Hollywood de los 90.
Rose llama a Jodi y le dice que no le debería investigar tan solo a él, pues hay toda una red por todo el mundo y todas las productoras humillan y pagan las agresiones.
Le cuenta luego que a ella le sucedió en el festival de Sundance cuando tenía 23 años. Fue a verlo para hablar de proyectos y él le dijo que tenía un jacuzzi dentro, y cuando se iba a ir abrió el cuarto del jacuzzi y la empujó dentro y le quitó la ropa y la violó.
Fingió un orgasmo para poder salir de allí y dice que cree que se lo hizo a otras muchas.
Se lo contó a mucha gente y nadie hizo nada.
Jodi llama a Megan para hablar sobre la investigación, aunque también le cuenta que comprende que es duro cuidar a un bebé, pues ella, con su primera hija tuvo depresión postparto, y veía cómo todos estaban felices y ella no lo estaba.
Le explica luego que sospecha que hubo muchas mujeres acosadas, pero no quieren hablar, por lo que le pregunta cómo convenció ella a las mujeres de sus artículos para que contaran su historia, diciendo que es difícil, pero les decía que no podía cambiar su pasado, pero que juntas podrían usar su experiencia para proteger a otras personas.
Jodi habla con Ashley Judd, que le cuenta su experiencia cuando fue a hablar con Harvey para una entrevista y lo encontró en albornoz y le preguntó si podía darle un masaje a ella y luego empezó a pedirle cosas cada vez más sexuales, hasta que le pidió que le mirara ducharse.
Como lo contó y lo rechazó, él boicoteó su carrera, y, aunque escribió un artículo, nadie hizo nada y las críticas fueron hacia ella.
Cuando contacta con ella Lisa Bloom, la hija de una famosa abogada feminista creen que querrá colaborar, aunque en realidad les informa que Weinstein va a producir una película sobre su libro, comprendiendo que Weinstein sabe ya que le investigan.
Cuando Megan se reincorpora le preguntan si desea seguir con lo de Trump o trabajar con Jodi, diciendo ella, desencantada, que no sirve de nada, pues algunas mujeres hablaron de Trump y aun así llegó a presidente.
Pero habla con Jodi. Piensa que las actrices ya tienen un altavoz y quizá sea mejor hablar de personas que lo tienen más difícil, diciéndole Jodi que, aunque pueden ser escuchadas con más facilidad temen que la industria del cine las castigue y no hablan.
Le cuenta el modo de actuar de Weinstein, que las cita para lo que creían una reunión de trabajo y se encontraron con agresiones y amenazas.
Megan comienza a trabajar buscando denuncias policiales y judiciales contra Miramax, viendo que algunas se cancelaron en el mismo día en que se pusieron, siendo muy complicado dar con ningún testimonio.
Investiga a una antigua asistente que un día dejó su trabajo, aunque, como no tienen modo de contactar con ella, va a casa de su madre en Queens, viendo que está allí la propia mujer, que le pregunta cómo dio con ella, pues estuvo esperando eso 25 años y que le cuenta que solo tuvo un conflicto laboral con Miramax que se resolvió amistosamente y acordaron no hablar de ello.
Megan le dice que hay formas de contarlo sin incumplir los acuerdos.
Llama a Jodi y le dice que la notó aterrada, pero con ganas de hablar.
Jodi, por su parte, le cuenta que habló con Gwyneth Paltrow y le habló de un incidente en el Hotel Península.
Recibe la llamada de la mujer que le dice que no puede hablar y que lo siente.
Megan va a visitar al antiguo director financiero de Miramax, y le pregunta por las mujeres que recibieron las compensaciones y que no pueden hablar con libertad, aunque el hombre le dice que debe pensarlo.
Llama luego a la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo para que le informen de las empresas que tienen más quejas por acoso, aunque le dicen que es información confidencial.
Jodi y Megan viajan para hablar con Gwyneth Paltrow y concluyen, tras hablar con ella que Weinstein tiene un patrón de comportamiento, pues Gwyneth fue a la habitación del hotel a una reunión de negocios y la amenazaron con hacerle perder el trabajo si lo rechazaba, y tenía entonces 23 años.
Piensan que la única manera de que lo cuenten públicamente es que lo hagan juntas.
Van a visitar a otra mujer que trabajaba para Weinstein, pero cuando le dicen que son del New York Times, les cierra la puerta.
Ven que la mayoría de los casos se resuelven sin llegar a juicio y con cláusulas de confidencialidad y al hacerlo deben entregar todas las pruebas.
El consejero legal les pide que presupongan que escuchan sus llamadas y que no hablen con Weinstein personalmente. Si quiere hablar debe hacerlo públicamente.
Investigan en caso de Ambra Battilana Gutiérrez, que lo denunció en su día y que fue al día siguiente con un micrófono que le puso la policía y captó el estilo agresivo del productor, escuchando la grabación.
Llaman a la que era la ayudante del fiscal del distrito entonces, pues el asunto no llegó a juicio, diciendo la mujer de que no hubo conducta penal.
A la vez, Gwyneth llama a Jodi. Preparó una fiesta y se presentó Harvey y tiene miedo. Piensa que sabe que habló con ellas.
Se enteran de que alguien les ha tomado la delantera, pues Ronan Farrow lo está investigando también para The New Yorker y habló ya con bastantes actrices.
Jodi habla con una antigua asistente que le dice que Weinstein manipulaba a la prensa prometiéndoles acceso a las estrellas para que silenciaran algunos incidentes, tras lo que le cuenta uno que ocurrió durante el festival de cine de Venecia en el año 1998 del que nadie habló porque provocaba el miedo a ser el siguiente objetivo.
En Venecia estaban en su suite y había varias asistentes que temblaban, Rowena Chiu y Zelda Perkins y le da sus teléfonos y el de una tercera, Laura Madden, aunque una vive en Londres, otra en Gales y la otra en Silicon Valley.
Acude primero a ver a Rowena Chiu, aunque quien encuentra es a su marido, que le dice que ella está de viaje en el extranjero, diciéndole Jodi que quiere que le hable de su trabajo para Weinstein, aunque el marido le dice que ella trabajó sobre todo en Hong-Kong y cree que si le hubiera ocurrido algo se lo habría contado, diciendo que Rowena percibió una compensación, aunque él no cree que haya nada, dejándole su tarjeta.
Sienten que se han topado contra un muro, pues nadie habla.
Llama a Laura Madden, aunque a esta le acaban de informar de que tienen que hacerle una mastectomía.
Laura le cuenta que trabajó para Weinstein en las oficinas de Londres de Miramax, pero comienza a llorar y le dice que no puede hablar de eso y le cuelga.
Jodi viaja luego a Londres para hablar con Zelda Perkins, que fue asistente en la oficina de Londres de Miramax y que le cuenta que cuando Harvey iba a Londres había que estar siempre disponible. Por ejemplo, tenía que ir a despertarle a su hotel y abrirle la ducha y sacarlo de la cama, aunque dormía desnudo y ella trataba de rehuirle, pues siempre estaba excitado o furioso.
Recuerda que otra trabajadora le dijo que llevara siempre el abrigo puesto y que se sentara siempre en una butaca, no en el sofá con él y le funcionaba.
Le cuenta que los sometía a maltrato emocional. Quería tenerlos a todos intimidados.
Ella se despidió después del festival de Venecia, aunque, le dice que no puede contarle lo que pasó, aunque le habla de una nueva asistente con la que se llevaba muy bien, pues eran de la misma edad y que tenía la primera reunión de guion con Harvey.
A la mañana siguiente, la chica fue a verla llorando histérica y ella comprendió que debió suceder lo peor, por lo que fue furiosa a verlo, y, pese a que estaba reunido con Scorsese interrumpió la reunión para decirle que quería hablar con él, y, aunque negó que la había violado supo que mentía.
La chica no habló con nadie. Volvieron a Londres y ambas dimitieron.
Buscó un abogado que le dijo que solo podían llegar a un acuerdo, pues no había pruebas ni denuncia policial de Venecia y en el acuerdo exigió unas condiciones. Que no debía firmar ningún otro acuerdo en dos años, o lo denunciarían a Disney, y que fuera a terapia, y que Recursos Humanos protegiese a mujeres y empleados.
Firmaron, pero quedó destrozada e intentó volver a trabajar, pero siempre le preguntaban por qué dejó a Weinstein, pensando que tuvo algo con él, por lo que se fue a Guatemala y trabajó con caballos.
Tiene cartas en que se le prohibía hablar entonces y siempre con algún medio, pero se las entrega y le pide que las utilice.
Laura Madden recibe una llamada de una antigua compañera, Pamela Lubell, de Miramax, que le pregunta si recibió alguna llamada de periodistas para indagar sobre Harvey, reconociendo que sí, pero que no habló.
Pamela le recuerda que lo pasaron muy bien y que Harvey fue muy generoso, diciendo Laura que esa no fue su experiencia, y cuando Pamela le dice que si tiene algún proyecto puede pasárselo a Harvey, y le pide que le dé su palabra de que no hablará con nadie, asegurando ella que hablará con quien le dé la gana.
Jodi saca un billete para Cornualles, donde se reúne con Laura, en una terraza en la playa, y allí Laura le cuenta que comenzó a trabajar como coordinadora de extras en el 92 cuando vio un rodaje cerca de su casa y le encantó.
Luego oyó que Miramax estaba haciendo una película y consiguió que la contrataran.
Conoció a Harvey poco después y recuerda que era encantador y ella estaba emocionada. Tenía 21 años y le dijo que le ofrecería un puesto fijo en la oficina de Londres.
Pero cuando fue a hablar con él, vio que estaba en albornoz y le pidió que le diera un masaje, a lo que se negó pese a que él le dijo que todos lo hacían y era parte del trabajo.
Pensó entonces que el problema era de su cabeza y lo intentó, pero no pudo, diciendo Harvey que se lo haría él antes a ella y le pidió que se quitase la blusa y el sujetador, y, pese a su miedo, lo hizo y acabó quitándose los pantalones mientras él estaba frente a ella masturbándose y luego le pidió que fuesen a la ducha.
Allí él seguía masturbándose mientras ella lloraba, y por ello se enfadó. Y cuando salió del baño ella echó el cerrojo, y le escuchaba masturbándose al otro lado.
Luego salió, cogió su ropa y salió corriendo calle abajo.
Aquella vivencia marcó todas las decisiones futuras de su vida. Se sentía avergonzada por haberlo hecho y pensaba que otras le habrían dicho que no.
El abogado de New York Times recibe una llamada de Harvey, que le dice que la gente se inventa muchas cosas, invitándole él a hablar con sus periodistas.
Pero estas no tienen nada sólido aún, pues Rose no quiere que la nombren pese a que rechazó la oferta que le hicieron de 1 millón.
Las únicas que no firmaron un acuerdo son Laura, Gwyneth y Ashley, pero ninguna de ellas quiere hacerlo público.
Hablan con Lanny Davis, abogado de Weinstein que desmiente cualquier acusación de conductas inapropiadas respecto de las mujeres por violaciones, aunque piensa que ha habido algunas conductas que están tratando de cambiar porque ha evolucionado el tema del consentimiento, y que Harvey siempre prefirió los acuerdos que litigar pese a no haber hecho nada malo.
Le preguntan si hubo más acuerdos, confirmando él que los hubo, aunque cuando le preguntan cuántos hubo no les responde.
Jodi recibe una llamada anónima de una mujer que le dice que trabajó en Miramax y les indica que deben hablar de Irwin Reiter, pues odia a Weinstein.
Jodi queda con Reiter en un restaurante, preguntándole al verla si quiere que le maten.
Reiter lleva 30 años como contable de Weinstein y ella le habla de los acuerdos y pagos.
Él le confirma que los pagos eran desorbitados y, aunque advirtió a la directiva no lo escucharon y luego él le pregunta por qué le habla de los 90 si Weinstein cometió delitos más recientes, tras lo que se marcha sin hablar más.
Megan vuelve a hablar con Lanny al que le dice que sabe que Ambra cobró una indemnización millonaria y que Weinstein tiene la grabación del incidente e insiste en preguntarle cuántos acuerdos hubo, preguntando si fueron 40, asegurando él que menos, reconociendo finalmente que fueron entre 8 y 12.
Le dice además que Ronan Farrow no va a seguir con su artículo.
Ambas periodistas aseguran tener pesadillas y, aun sabiendo que se publicará temen que no pase nada, aunque ambas dicen no arrepentirse de haberse implicado.
Jodi vuelve a verse con Reiter en el mismo restaurante, y le pregunta por una circular de una antigua ejecutiva que indicaba que la empresa era un entorno tóxico.
Mientras celebra un día de campo con su familia, Jodi recibe una llamada de Rowena Chiu, que le dice que está en Nueva York y queda con ella para verse.
Rowena le cuenta que no dijo a nadie lo ocurrido por su cultura y por proteger a la familia y le pide que no la cite.
Recuerda que mientras revisaban el guion, él intentaba tocarla todo el rato y ella no quería enfadarlo e intentó durante horas evitarlo, pero al final la sujetó como en un juego, la abrió de piernas y le dijo que con solo un empujón ya se habría acabado.
Tras la violación ella escapó traumatizada y dimitió con Zelda, pero como no le salía trabajo y en el acuerdo firmado acordaron que si no conseguían trabajo podría darle una recomendación acordó regresar con unas condiciones estrictas y se fue a Hong-Kong, pues pensaba que allí estaría lejos, aunque allí se sentía sola y el aislamiento la destrozó, y llegó a intentar suicidarse, pero no supo cómo hacerlo.
En su siguiente reunión con Reiter, Jodi le entrega la declaración de la actriz, y cuando la lee se indigna, pues dice que creía que eran solo escarceos extramaritales y busca algo en su teléfono y se lo entrega a Jodi mientras él va al baño, diciéndole que puede hacer lo que desee con él.
Jodi se pasa los archivos antes de que él salga y se marche.
Se lo manda luego a Megan y a Rebecca Corbett.
Leen la circular, obra de Lauren O'Connor, en que la mujer, de 28 años confesaba que sufría constantes acosos. Que la sexualizan y la desprecian diciéndole que solo valía para tener hijos y que una asistente le contó que Harvey le obligó a hacerle un masaje estando desnudo, y cuando fue a quejarse a la dirección de recursos humanos le dijeron que se lo comunicaran si Harvey le pegaba o se excedía físicamente.
Que él tenía 64 años y famoso en todo el mundo, siendo el equilibrio de poder de ella 0 y Harvey 10.
Con ese material deciden que deben publicar ya su artículo, aunque deben dar a la compañía la posibilidad de réplica.
Llaman a Lauren O'Connor, que no quiere que se la nombre, pues el comunicado que tienen era de carácter interno. Quieren nombrarla a ella como testigo, aunque dejando claro que no fue ella la fuente
Megan llama a Lance Maerov, de la junta directiva para decirle que accedieron al comunicado y preguntarle qué medidas tomó la compañía al respecto.
Lance reconoce que a todos les preocupaba el comportamiento de Harvey, pero que la queja de Lauren se retiró días después.
Lance le dice que puede tratarse de jóvenes con deseo de medrar, diciéndole Megan que tienen décadas de acusaciones de maltrato, agresión y violaciones y muchos pagos.
Jodi llama también a Ashley Judd para pedirle que dé un paso al frente, aunque le responde que se lo pensará.
Y, aunque las redactoras prefieren esperar a tener más pruebas, los directivos quieren publicarlo ya con lo que tienen y adelantarse al New Yorker, pues, además, están convencidos de que una vez publicado habrá más mujeres que den la cara, y además con lo que obtuvieron será un reportaje sólido.
Deciden darle 48 horas a Harvey Weinstein para que responda o desmienta las acusaciones, llegando finalmente su llamada de este con su abogado y les pregunta con quién hablaron para que pueda responder, acogiéndose ellos al secreto de profesión.
El abogado solicita dos semanas para responder, aunque les dan solo dos días.
Tras la reunión Jodi recibe una llamada de Ashley Judd, que le dice que está dispuesta a que la nombren como fuente, pues lo cree su obligación como mujer y como cristiana, rompiendo Jodi y Megan a llorar al escucharla.
Acuerdan que se inicie el artículo con ese testimonio.
Megan llama a David Glasser, presidente de la compañía, que le dice que la directiva estuvo reunida, reconociendo que el número de acuerdos fue entre 8 y 12, como dijo Lanny, corriendo Megan a la redacción con esa noticia.
Vuelven a hablar con Lanny dado que Weinstein se niega a responder, y le piden que pongan de acuerdo a su equipo jurídico y luego llamen, pues están en contacto con 5 abogados distintos.
Llega finalmente la esperada respuesta en que acusan a las mujeres de mentirosas y al periodismo de falsedad, acudiendo finalmente Weinstein en persona con varios abogados y se reúnen con Megan ante la que defienden que ninguna de sus fuentes son testigos creíbles.
Megan entiende que su estrategia es tratar de desacreditar a las denunciantes.
Además, y entretanto el equipo de Weinstein habló con Variety y Hollywood Reporter sobre ellos diciendo que no se esperaban el artículo del New York Times, por lo que, al ver que se acabó la confidencialidad deciden que deben escribirlo enseguida.
Pasan horas redactando y puliendo el reportaje, quedándose Corbett a revisarlo.
Hablan de nuevo con Weinstein, aunque este sigue preguntando con quién hablaron, preguntando varias veces, pese a que niegan que vaya a figurar su nombre en el reportaje, si hablaron con Gwyneth Paltrow.
Reciben la noticia de que Harvey se va a tomar unas vacaciones de la empresa para aprender.
Antes de cerrar la redacción reciben la llamada de Laura Madden, que, a punto de entrar en el quirófano les dice que ella no firmó nunca un contrato y que quiere hablar y lo hará en nombre de las que sí lo firmaron y no pueden hacerlo, pues no quiere que sus hijas acepten el abuso como algo normal, permitiendo que la citen como fuente.
Continúan el escrito, añadiendo las citas y lo leen juntos una última vez y lo mandan a imprimir y a publicar en la web.
Un mes después, 82 mujeres habían acusado a Weinstein de agresión sexual.
El artículo de Kantor y Twohey desencadenó un movimiento mundial contra el acoso sexual y los testimonios de tantas mujeres impulsaron reformas laborales, cambios legislativos y debates continuos.
En febrero de 2020 Harvey Weinstein fue condenado por violación agresión sexual en Nueva York a una pena de 23 años, enfrentándose a otras imputaciones en Los Ángeles y Londres.