1917
1917 (2019) * USA / Gran Bretaña / Canadá / España / India
Duración: 119 min.
Música: Thomas Newman
Fotografía: Roger Deakins
Guion: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns
Dirección: Sam Mendes
Intérpretes: George MacKay (Cabo William Schofield), Dean-Charles Chapman (Thomas Blake), Mark Strong (Capitán Smith), Andrew Scott (Teniente Leslie), Richard Madden (Joseph Blake), Claire Duburcq (Lauri), Colin Firth (General Erinmore), Benedict Cumberbatch (Teniente Coronel Mackenzie), Daniel Mays (Sargento Sanders).
6 de abril de 1917
Dos soldados, los cabos Thomas Blake y William Schofield, dormitan junto a un árbol, cuando los despierta un sargento, que pide al primero que elija a un soldado y vaya a ver a su superior.
Elige a Schofield, mostrando su disgusto de que no llegue comida, comentando además que a él le denegaron el permiso de la semana siguiente para poder ir a ver a su familia.
Cuando llegan ante sus superiores, les informan de que quiere verlos el General Erinmore, que le dice a Blake que sabe que tiene a un hermano, Joseph, que es teniente del segundo batallón de Devons.
Le dice que su hermano está bien y que espera que tanto él como sus compañeros sigan estándolo, por lo que le va a encomendar una importante misión.
Les muestra un mapa donde está el batallón, observando ellos que se trata de territorio alemán, diciéndoles el general que los alemanes se fueron, aunque piensan que se trata de una retirada estratégica, haciendo una nueva línea de frente 15 kilómetros más atrás.
Les explica que el Coronel Mackenzie, que está al mando del batallón, envió un mensaje el día anterior comunicando que iba a perseguir a los alemanes en retirada, pero está equivocado, pues ellos vieron imágenes aéreas de la nueva línea Hindenburg, de 5 kilómetros de ancho con fortificaciones, defensas y artillería como no vieron nunca.
Mackenzie piensa atacar poco después del alba sin saber lo que les espera, pues cortaron todas las comunicaciones, por lo que deben llegar hasta ellos en el bosque de Croiselles y entregar una orden al coronel para que detenga el ataque, pues de lo contrario perderán dos batallones. 1.600 hombres, entre los que está su hermano.
Ellos temen ser vistos, al ir de día, aunque les aseguran que no encontrarán resistencia.
Schofield duda que deban salir de día, pues no cree que los alemanes se marcharan, y, como solo deben atravesar 15 kilómetros, pueden esperar, aunque Blake no está dispuesto a ello y decide partir de inmediato.
Antes de salir de sus trincheras hablan con el Teniente Leslie, que no cree en la retirada, aunque les indica el camino a seguir, dónde hay una brecha y les indica que tengan cuidado con los socavones, muy profundos, indicándoles que si les hieren regresen hasta la alambrada, adonde irán a recogerlos de noche, y que, si lo logran, deben lanzar una bengala.
Salen de la trinchera arrastrándose y agachados entre caballos muertos hasta el hueco que les permite pasar entre la alambrada de espino, donde Schofield se hiere la mano.
Llegan así hasta una antigua trinchera, llena de cadáveres y ratas y avanzan por ella,
Entre enormes socavones, barro y cuervos que se aprovechan de los cadáveres tanto de los caballos, como de los soldados muertos, avanzan hacia otra alambrada en la que ven un hueco por el que pasan, hasta ver la línea del frente, observando, que, en efecto, en las trincheras alemanas no hay nadie, aunque restos de fuego les indican que no hace mucho que se marcharon.
Entran en uno de sus barracones, esperando encontrar un pasadizo, viendo una sala enorme con literas, y, en efecto un pasadizo, aunque descubren un cable trampa, que no logran esquivar, pues una enorme rata lo activa, provocando una explosión, quedando Schofield atrapado bajo los cascotes, que Blake debe apartar para rescatarlo, salvándole la vida, corriendo juntos antes que se venga abajo del todo, pese a que los restos de polvo y cascotes impiden a William ver nada, pese a lo cual consigue saltar un pozo que encuentran en su camino, logrando salir finalmente de la trampa.
Una vez fuera, Schofield lamenta que le cogiera a él, aunque Blake le dice que no sabía para qué le estaba eligiendo, pidiéndole que regrese si lo desea.
Cuando se lava los ojos lanzan la bengala para advertir que llegaron bien.
Observan que en su huida destruyeron sus propios cañones.
Abandonada la zona de guerra, se internan en un paisaje totalmente diferente, pues es todo verde.
Will le dice a Tom que le darán una medalla por haberle salvado la vida, lamentando el segundo que Will perdiera la suya, diciéndole este que no la perdió, que la cambió por una botella de vino, pues odiaba volver a casa, porque sabía que tendría que volver al frente y que tal vez no regresará.
Llegan hasta un campo de cerezos en flor, viendo que los alemanes talaron los cerezos, aunque aún están en flor, contándole Tom que su madre tiene un huerto donde él y su hermano recogían cerezas.
Se acercan luego a una granja que está abandonada, no quedando tampoco comida, aunque encuentran un cubo lleno de leche, viendo una vaca pastando cerca, llenando Will su cantimplora.
Escuchan entonces a varios aviones británicos combatiendo contra un avión enemigo, al que alcanzan y que ven cómo al caer avanza hasta donde están ellos, que deben correr para esquivarlo, viendo como empieza arder, corriendo ellos a auxiliar al piloto para evitar que muera quemado.
Sus heridas son tan graves que William propone rematarlo para que no sufra, aunque Tom le pide que le lleve agua, viendo William mientras la saca del pozo, cómo el piloto le clava su cuchillo a Tom en el estómago, por lo que Will le dispara, tratando luego de cortar la hemorragia de su amigo y trata de llevárselo, pero este sufre mucho, y aunque Will insiste en que le ayudará, Tom le dice que no puede moverse y que le esperará allí.
Que reconocerá fácilmente a su hermano, pues se parece a él, aunque algo más mayor.
Comprendiendo que va a morir le pide que le dé su cartera, de la que saca una foto de su familia, que se pone junto al corazón, pidiéndole que le escriba a su madre por él y que le diga que no tuvo miedo y que los quiere mucho.
Él trata de tranquilizarlo haciéndole ver que conoce el camino y que cumplirá su misión.
Cuanto muere su compañero, él recoge el mensaje y el plano, quitándole los anillos y su placa, arrastrándolo para enterrarlo, momento en que aparecen dos soldados ingleses que le ayudan a cargar con él, y que fueron hasta allí al ver el humo.
Aparece tras ello el Capitán Smith, que le pregunta qué hacían allí, contándole que tiene un mensaje para el 2º de Devons para detener el ataque del día siguiente.
El oficial le dice que ellos pasarán por Écoust-Saint-Mein y pueden dejarle cerca.
Tiene que dejar allí el cuerpo de su amigo y va con el batallón, que se ve obligado a despejar el camino, que quedó obstruido por un tronco y que van a reforzar un regimiento que logró avanzar.
Sube a un camión cargado de reclutas avanzando con ellos, quedando poco después atrapado en un lodazal, debiendo Schofield animar a los soldados a bajar, y luego a empujar al camión, apuntándose todos a hacerlo solo por su insistencia.
Continúan su camino, sintiéndose consternados al ver que los alemanes fueron capaces incluso de ametrallar a las vacas.
Pero un puente destruido por los alemanes les obliga a desviarse 10 kilómetros hasta el siguiente, aunque Will les dice que no tiene tiempo, indicándole el capitán que, si logra llegar hasta Mackenzie debe asegurarse de que haya testigos, pues hay hombres que solo ansían la lucha.
William debe cruzar el puente destruido, subido a la barandilla para llegar al pueblo, totalmente destruido, aunque poco antes de llegar al mismo empieza a recibir los disparos de un francotirador, pese a lo cual consigue llegar a la otra orilla.
Responde a los disparos, y, cuando ve que dejan de llegarle sube hasta lo alto del edificio, viendo al abrir la puerta que está herido, disparándose mutuamente.
El francotirador muere, pero él recibe también un disparo en la cabeza, salvándose gracias al casco, aunque cae por las escaleras inconsciente.
Despierta horas después con el cuerpo muy dolorido y sangrando, observando que es ya de noche, viendo cómo el fuego ilumina las calles de lo que no es más que un pueblo fantasma, y totalmente destruido, por el que trata de avanzar, mientras, tras ser descubierto, vuelven a dispararle, por lo que debe tratar de refugiarse, pese a que las luces de las llamas le dificultan ocultarse, debiendo correr para evitar más disparos.
Se oculta de su perseguidor en un sótano, descubriendo que allí hay una mujer, Lauri, y un bebé, tratando de tranquilizar a la mujer diciéndole que es francés y no alemán.
La mujer le dice que no hay nada para él, que le pregunta si está en Écoust, lo que ella le confirma, preguntándole por Croiselles, diciéndole ella que por el río llegará hasta allí.
Pero está muy débil debido a su herida de la cabeza.
La mujer le ayuda a curarse, y ve que la mujer tiene un bebé, aunque le cuenta que no sabe cómo se llama ni quién es su madre.
Will le regala toda la comida que lleva, aunque ella indica que la niña no come esas cosas, que necesita leche, ofreciéndole él la de su cantimplora, observando cómo a la niña le tranquiliza escucharle, por lo que le cuenta una historia.
Pero el sonido de un reloj le hace ver que es tarde y debe continuar, pese a que la mujer le advierte que está amaneciendo y los soldados lo descubrirán, por lo que le pide que se quede, aunque él indica, debe marcharse.
Mientras avanza, se topa con otro soldado alemán, que está vomitando, por lo que entra al edificio del que salió aquel y sorprende a otro soldado, al que se limita a taparle la boca, aunque cuando le quita la mano, grita, entablándoles una pelea entre ellos, en que el alemán saca su cuchillo, procediendo él a estrangularlo para que no lo escuchen, aunque finalmente es descubierto por el soldado borracho, que da la voz de alerta, lo que hace que le persigan y le disparen, corriendo para tratar de evitar ser alcanzados, consiguiendo llegar hasta el río, al que se lanza, siendo arrastrado por la fuerte corriente, cayendo de hecho por una fuerte cascada, aunque logra emerger y, finalmente cogerse a un tronco, que, con la corriente ya más tranquila le va arrastrando, aunque en algunos momentos llega a perder la consciencia y está a punto de ahogarse.
De pronto ve el agua llena de flores de los cerezos cercanos como si de una nevada se tratase y nada hasta llegar a un árbol atravesado en el río, contra el que flotan decenas de cadáveres de soldados, tanto alemanes como ingleses, consiguiendo finalmente llegar a la orilla, donde llora amargamente.
Pero entonces ve que ha llegado al bosque y escucha a un hombre cantando, viendo que se trata de un soldado al que los demás escuchan, sentados entorno a él, haciendo él lo mismo, sintiendo la misma melancolía que los demás.
Cuando algunos soldados le preguntan, al verlo en shock, les dice que busca a los Devons, diciéndole uno de los soldados que son ellos, preguntando por qué no han atacado, contándole un soldado que no atacan todos a la vez, que ellos son la segunda oleada y salen los últimos porque estuvieron cavando trincheras toda la noche, pero que Mackenzie si está en el frente, por lo que, ya repuesto, trata de llegar hasta él adelantando a todos los soldados.
Le dice al primer oficial que ve que el General Erinmore canceló el ataque, aunque el oficial le dice que no es así, que atacarán, pues los alemanes están huyendo, por lo que corre tratando de llegar hasta el coronel, encontrando a todos los soldados preparados para avanzar.
Ordenan que salga la primera oleada, y él, viendo que no puede avanzar, sale al campo de batalla y corre en paralelo a la trinchera, cruzándose con los soldados que salen a atacar, mientras los disparos de la artillería alemana caen sobre ellos.
Llega hasta donde está el coronel, y, aunque tratan de impedirle hablar con él, consigue colarse para decirle que deben suspender el ataque, aunque Mackenzie le dice que llega tarde, replicando Schofield que lleva órdenes del alto mando que debe leer.
Pero el coronel pide que salga la segunda oleada, pues si dudan, perderán y no piensa esperar al anochecer o a la niebla, que es lo que imagina pondrá la carta.
Pero él insiste, diciéndole que los alemanes llevan planeando esa estrategia meses y quieren que ataque.
Finalmente, y aunque a regañadientes accede a leer la carta y ordena la retirada.
El Coronel le dice que esperaba que ese fuera un gran día y que pararán, pero sabe que la semana siguiente habrá otra orden y sabe que esa guerra solo acabará con el último hombre que quede en pie.
Pide que le vean las heridas, felicitándole el mayor por su trabajo, preguntándole él por el teniente Blake, que, le dice, seguramente atacaría, pues iba en la primera oleada, por lo que le pide que pruebe a encontrarlo en el hospital de campaña.
Ve cómo llevan a decenas de heridos hacia el mismo, y, como nadie sabe darle razón del teniente, comienza a gritar su nombre, hasta que ve a un oficial dando órdenes, viendo que es la persona que buscaba.
Le cuenta que es del 8º Regimiento, preguntándole por su hermano, diciéndole que le enviaron con él para entregar un mensaje, aunque cuando pregunta dónde está Tom, comprende, al ver su cara, que no sobrevivió.
Schofield le dice que fue muy rápido y le entrega sus anillos y su chapa, diciéndole que escribirá a su madre para decirle que Tom no estuvo solo y le cuenta que le salvó la vida y que les contaba historias divertidas, diciéndole el sargento que se alegra de que estuviera con él.
Se aleja y se sienta bajo un árbol, sacando las fotos de su mujer y sus hijos, leyendo que le escribieron por detrás "vuelve con nosotros".