Ocho apellidos vascos
España (2013) *
Duración: 98 min.
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Kalo Berridi
Guion: Borja Cobeaga y Diego San José
Dirección: Emilio Martínez-Lázaro
Intérpretes: Clara Lago (Amaia), Dani Rovira (Rafa), Carmen Machi (Merche), Karra Elejalde (Koldo), Alberto López (Joaquín), Alfonso Sánchez (Curro), Aitor Mazo, (Padre Inaxio), (Aitor Mora (Pedro).
En el bar Los Muelles, un grupo de bailaores anima al público, entre los que se encuentran tres chicas vestidas de sevillanas, que no parecen muy animadas, diciendo Amaia, una de ellas que necesita tomarse un calimocho para poder seguir soportando el espectáculo, y echándoles en cara a sus amigas que hubieran decidido celebrar su despedida de soltera en Sevilla en vez de en un club de striptease en Donosti, además de no tener ya ningún sentido la celebración ya que no va a haber boda.
Sus amigas tratan de animarla a divertirse y a olvidarse de Antxon, insistiendo ella en que le lleven un calimocho, pues no aguanta tanto rebujito, recordándole una de sus amigas que para no aguantarlo se ha tomado ya más de media docena.
Se acerca hasta ellas entonces Joaquín, un camarero, que las piropea, reaccionando Amaia violentamente, asegurando que le apetece darle una hostia.
Curro, el otro camarero se dispone a piropearlas también siendo disuadido por Joaquín, que le asegura que son peor que lesbianas, que son vascas.
Sube entonces al escenario un joven, Rafa, para entretener a los clientes con sus chistes de vascos que cuenta imitando el acento "vascuence", levantándose Amaia tras escuchar el segundo, para decirle que puede reírse de su puta madre, ante lo que Rafa, ofendido le dice que aunque ella sea de las Vascongadas no puede hablar así, provocando una ira aun mayor de ella que habla de la incultura de los andaluces que son una panda de vagos que solo se levantan de la siesta para ir de juerga
Rafa le pide entonces que abandone su bar y vaya a levantar piedras o lo que hagan los vascos para relajarse, tras lo que la coge en sus brazos y la saca del local entre los gritos de ella que lo llama españolazo y que le pide que no la toque, gritando gora Euskadi mientras asegura que no volverá a Sevilla en su vida.
Mientras se aleja tropieza y está a punto de caer, provocando la risa de Rafa, pidiéndole ella que deje de mirarle el culo, a lo que él responde que ya querría ella gustarle a un tío como él, a lo que ella le dice: "mira, yo a ti te gusto si yo lo digo".
Tras ello comienzan a besarse apasionadamente, llegando hasta el piso de él, donde ella se desnuda, para a continuación tumbarse boca abajo en la cama y dormirse.
Cuando Rafa se despierta a la mañana siguiente la muchacha sigue en la misma posición en que se durmió el día anterior, decidiendo levantarse para prepararle el desayuno, encontrándose con sus amigos, que, al enterarse de que se ha llevado a la muchacha a la cama muestran su temor a que se trate de una etarra.
Cuando regresa con el desayuno, descubre que Amaia se marchó ya, aunque se le olvidó el bolso, que Joaquín teme inspeccionar, temiendo que lleve una bomba.
Rafa, que sintió un flechazo decide entonces viajar hasta Euskadi para llevárselo ante la incredulidad de sus amigos que saben que no ha pasado nunca de Despeñaperros, asegurando él que le bastarán dos días con ella para conquistarla.
Para evitarle el viaje Curro decide llamar al primer teléfono de su agenda, el de su "aita", aunque se queda sin batería sin poder hablar con él.
Y, pese a los consejos de sus amigos él toma el autocar hacia Euskadi, mientras estudia el libro "El Euskera sin miedo", comenzando a sonar al llegar al País Vasco su teléfono con el politono de "Sevilla tiene un sabor especial", que apaga de inmediato, aunque sin poder evitar que una mujer que lo escuchó se acerque a él a preguntarle de dónde es, diciéndole que ella es de Cáceres, aunque él responde aparentemente indignado que es vasco, aunque ante la insistencia de ella acaba reconociendo que es de Sevilla, y cuando le pregunta por la dirección de Amaia, mostrándole el carnet de ella, reconoce también que está enamorado de ella.
Ella le invita a que se pase por su casa, para prepararle unas migas, aunque él le dice que va solo por un par de días, a lo que ella le dice que eso mismo dijo ella.
Llega finalmente a casa de Amaia, la cual se queda muy sorprendida al ver a Rafa, que al ver su nuevo peinado le pregunta qué le ha pasado en el pelo.
Él le dice que ha ido a buscarla, preguntándole ella, que dice que ni siquiera recuerda su nombre, que para qué, respondiéndole él que no tiene por qué seguir viviendo en las Vascongadas y que va dispuesto a llevarla a Sevilla, donde será libre para llevar un peinado normal y podrá olvidar su mala experiencia con Antxon, dándose cuenta ella de que le ha mirado el móvil, por lo que acaba echándolo y cerrándole su puerta.
Cuando se marcha tira un cigarrillo encendido a un contenedor que comienza a arder, sin que consiga apagarlo, siendo detenido por ello por la ertzaintza, que cree que trata de calentar el ambiente para la manifestación del día siguiente.
Pide a los policías que llamen a Amaia, que afirma no conocerlo, llamando de inmediato la atención de sus compañeros de celda ante los que presume de haber quemado el contenedor porque en la lucha callejera hay que ir un paso más allá, afirmando que se llama Iñaqui y es conocido como el "Metralletas", y que pertenece al Comando G (de Guipúzcoa).
Entretanto Amaia trata de que le devuelvan al menos 1.000 Euros, la mitad del dinero a cambio de su vestido de bodas, para acabar pidiendo 500, aunque rechazan su oferta ya que el traje se lo hicieron a medida.
Y mientras está en la modista recibe una llamada de su padre, respondiendo a una llamada perdida suya - realmente de Curro - diciendo que le hace mucha ilusión que lo llamara después de 6 años sin hablarse, contándole que acaba de llegar al puerto, que está justo frente al lugar donde está ella tratando de devolver el vestido.
Ella corre hasta el coche para guardar el vestido y que su padre no lo vea, poco antes de que este baje para un reencuentro un tanto incómodo tras tanto tiempo sin hablarse, hasta que de pronto ve el vestido de novia de ella en el coche, diciendo entonces que ya entiende por qué lo llamó, y la abraza emocionado.
Lo lleva luego hasta su casa, asegurando él que le pagará la boda, sin querer escucharla cuando ella lo rechaza y trata de convencerlo para que no vaya a la boda, pensando él que se lo dice porque irá a la boda su madre, - que lo abandonó por un sevillano - diciendo él que no tiene ningún interés en ir a la boda, y que le bastará con estar con ellos hasta el viernes para poder conocer al novio, pidiéndole que lo lleve esa misma noche a una cena.
Amaia acude entonces a la comisaría y consigue que liberen a Rafa, que se muestra indignado de que dijera que no lo conocía, ante lo que ella le dice que para demostrarle que le estima le presentará a su padre, pidiéndole que deje de hablar con acento andaluz, para finalmente explicarle que no quiere que su padre se entere de que la han dejado plantada y quiere que se haga pasar por su novio.
Rafa se pregunta qué gana con eso, diciéndole ella pasar tres días con ella, pudiendo así demostrar su teoría de que le bastaba con dos para conquistarla.
Rafa acepta el reto y empiezan a ensayar, diciéndole ella que en Euskadi la gente no se lía el primer día de verse y que Antxon tardó tres semanas en pedirle el teléfono.
Le hace quitarse la gomina y le busca ropa para que parezca vasco, haciéndole esconder el móvil y la medalla de la Macarena, poniéndole un piercing.
Cuando él llega por la noche al restaurante le dice a su suegro, Koldo, que viene de jugar al frontón, vestido, según dice él de "abertxandal", diciendo Koldo que le recuerda a un novio que anterior que era del sur, aclarándole de inmediato que era de Álava, aunque tenía sus 8 apellidos vascos, asegurando él que también los tiene, debiendo recurrir a vascos famosos para satisfacerlo: Gabilondo, Urdangarin, Zubizarreta, Arguiñano, Igartiburu, Erentxun, Otegui, y Clemente, lo que decepciona a Koldo que le dice que Clemente no es vasco.
Koldo envía a Amaia a buscar la carta de vinos para quedarse a solas con Rafa - para él Antxon -, para decirle que a él no lo ha engañado, ante el susto de Rafa, al que le dice que se ha dado cuenta tras darle la mano que nunca ha jugado a pelota, y que si se le ocurre engañar a su hija acabará haciendo un nudo marinero con él.
La cena es tan copiosa que a la salida del restaurante vomita, asegurando Koldo que los ve muy raros a los dos, y que no termina de caerle muy bien su novio, al que ve tan mal y bebido que decide llevarlo a su casa, debiendo él simular que tiene una casa, haciendo que lo deje frente a la casa de la extremeña a la que conoció en el autobús.
Pero Koldo se queda esperando a que entre en casa, debiendo él simular que perdió las llaves, ante lo que el padre de Amaia decide ayudarlo a colarse por una ventana de la casa que está abierta, aunque escuchan entonces un fuerte ruido, y preocupado por si le ocurrió algo llama a la puerta.
En la casa, Rafa se presenta ante Merche, a la que le pide que se haga pasar por su madre y que simule que es vasca, decidiendo ella que se llamará Anne, mostrándose encantadora con Koldo y con Amaia, a los que incluso invita a pasar, aunque la muchacha y Rafa lo evitan, quedando de todos modos los cuatro para pasar el día siguiente juntos, diciendo Koldo que los llevará a pescar un bonito y que luego lo guisará, explicándole a Merche, "soy arrantzale", a lo que Merche replica, "y yo Anne".
Cuando se marchan, Rafa, agobiado le asegura a Merche que se marcha a Servilla, subiendo, efectivamente al día siguiente al autobús, aunque tras algunos kilómetros ve cómo los adelante el taxi de Amaia que obliga al autobús a pararse cruzándose en su camino, para pedirle a Rafa que baje, a lo que él se niega hasta que ella lo besa.
Poco después estará con su "madre" en el barco de Koldo, tratando él de aprovechar que ella no puede negarse para tocarle el culo o para besarla.
Tras la pesca acuden a una taberna que regentan los jóvenes con los que coincidió en el calabozo, que se ponen muy contentos de verlo y que le dicen que le han hecho caso y han decidido dar un paso más, como les dijo él en la lucha callejera y que lo tienen todo preparado para la manifestación que empieza unos minutos más tarde y a la que deben sumarse para no revelar su historia, pidiéndole Amaia que se limite a estar callado, pese a lo cual los jóvenes radicales, que le admiran, le llevan hasta primera fila, pidiéndole que coja el megáfono para arengarlos.
Empieza con un tímido grito de "Somos mejores que los españoles", aunque entonces le piden que hable en Euskera, a lo que él les replica que quienes tienen que entender sus reivindicaciones son los españoles, y por eso es mejor hablar en castellano.
El telediario cubre la información de la manifestación, homenaje a un histórico dirigente nacionalista, viendo Joaquín y Curro en las imágenes a su colega ante los manifestantes gritando lemas, como "lo sabe hasta mi tía, queremos la amnistía" o "Gora Euskadi manque pierda", para seguir con un "illa, illa, illa, Euskadi maravilla" o cantando "Euskadi tiene un color especial", antes de que aparezca la ertzaintza, viendo cómo sus amigos lanzan cócteles molotov durante la carga.
Van tras ello a casa de Amaia, donde Koldo prepara el bonito recién pescado, escuchando mientras cenan cómo suenan las sevillanas que Rafa tiene como politono, por lo que Koldo sube a la habitación de Amaia, donde descubren el móvil, debiendo Amaia inventarse que el móvil es del novio de su madre, que se lo dejó olvidado allí, y cuando Koldo se dispone a abrirlo para investigar a su enemigo Rafa se lo quita de las manos y lo lanza por la ventana, sin esperar a abrirla para evitar ser descubierto.
Tras la cena Koldo y Merche beben demasiado txacolí, acabando ebrios, por lo que el primero tiene la idea de quedarse a dormir todos allí, sin que Rafa, que ve en ello la oportunidad de dormir con Amaia ponga demasiada resistencia, pese a que le tocará dormir en el suelo, si bien deberá acostarse junto a ella cuando Koldo llama para avisarles de que Anne se queda también a dormir, asegurándole él a Amaia que la llevará en una calesa por Triana y la enamorará, diciéndole ella que ni loca lo haría.
Abajo, Merche besa a Koldo, aunque están tan borrachos que no llegan a más.
Al día siguiente acuden todos a despedir a Koldo al puerto, aunque en el último momento este dice que si va a ir el sevillano, él no puede faltar a la boda y se queda.
Van tras ello hasta la ermita del padre Inaxio, amigo de la familia para pedirle que los case él, interesándose el sacerdote por las cosas que le gustaron a cada uno de la pareja del otro, asegurando Rafa que a él no se le ocurre nada, ante una Amaia que, ofendida le dice que no puede ser que antes le gustara todo y ahora nada, respondiendo entonces él que lo que más le gusta es que es una chica muy sincera que no les ha mentido nunca a él ni a su padre, y que es muy cariñosa, y su peinado.
Tras ello el padre Inaxio les confiesa, contándole Rafa todo la verdad para disgusto del sacerdote, al que le cuenta que no habrá boda y que él se va a marchar a Sevilla.
El sacerdote sale mareado tras escuchar la confesión, pidiéndole a Amaia que hable con su padre, asegurándole ella que lo hará cuando lleguen a casa.
Una vez allí, Koldo está a punto de llorar asegurando que no se lo puede creer, mientras mira a Amaia, con su traje de novia, contándole su padre que ya ha avisado a todos sus primos para que vayan a la boda.
Cuando le pregunta a Merche por Rafa y esta le dice que salió, Amaia, temiendo que vaya a huir de nuevo se escapa por la ventana, y, aun con el vestido de novia puesto corre por el pueblo hasta encontrarlo, lanzándose sobre él para impedir que se marche, discutiendo ante todos los que llegan en el autobús, aunque cuando más fuerte es la discusión de pronto comienzan a besarse, llegando muy apasionados hasta la casa de ella, donde por fin acaban haciendo el amor.
Los despierta al día siguiente el móvil de ella al que llama su padre, que está ya en la iglesia esperándolos, debiendo vestirse a toda prisa mientras el padre les cuenta que ha llegado también la familia del novio, Mikel y Aitor - realmente Joaquín y Curro -, que coincidieron con Merche y se enteraron así de la celebración de la boda, asegurando que son muy raros, pensando que deben ser de los Clemente.
Antes de llegar él le recuerda a Amaia su pacto de dejarlo en el altar ante todos, antes de encontrarse con sus amigos que aparte le dicen que llevan dinero para pagar su rescate en billetes de 100 Euros.
El padre le dice a Amaia que él la conoce y que sabe que está enamorada mientras el cura trata de evitar que el matrimonio se lleve a cabo preguntándoles insistentemente si tienen alguna duda, pese a lo cual Amaia le da el "Sí, quiero", debiendo ser Rafa quien aborte la boda diciendo que no está seguro, para tranquilidad del sacerdote.
Esa noche Koldo, muy borracho va a casa de Merche, que debe explicarle que no hay ningún Antxon, ni ningún Clemente, y que ella no es la madre, para amanecer juntos en la cama, descubriendo Koldo al despertarse una imagen de un guardia civil en la mesilla, y luego varias banderas de España y fotos del rey y de toros, viendo un cuadro de Merche en el salón junto a un guardia civil, diciéndole Merche que se olvidó contarle un par de detalles.
Amaia, triste, quema su vestido de novia y queda con su padre para hablar, bebiendo y sincerándose, lamentando ella no haber tenido suerte con los hombres, y reconociendo su padre que estuvo muy ciego al soñar con verla casada y tener nietos, entregándole tras ello el dinero con el que pensaba pagarle la boda, que le obliga a coger pese al rechazo de ella, para que haga lo que quiera con él, diciéndole que él la esperará en Argoitia, pero que no le traiga un nieto del Sevilla si no viene con el padre.
En Sevilla, pese a intentarlo, los amigos de Rafa no consiguen levantar su ánimo, pero de pronto, al salir ve que se acerca una calesa con Amaia en ella mientras enfrente, los del Río cantan "Sevilla tiene un sabor especial".
Ella le pide que suba con ella, mientras él debe reconocer que visto así, sí es un poco hortera lo que le proponía, pese a lo que sube a la calesa pidiendo al cochero que se dirija hacia Triana, mientras en ella se besa.