La mujer del espía
Supai no tsuma (2020) * Japón
Duración: 115 Min.
Música: Ryosuke Nagaoka
Fotografía: Tatsunosuke Sasaki
Guion: Ryûsuke Hamaguchi, Tadashi Nohara, Kiyoshi Kurosawa
Dirección: Kiyoshi Kurosawa
Intérpretes: Yû Aoi (Satoko Fukuhara), Issey Takahashi (Yusaku Fukuhara), Masahiro Higashide (Taiji Tsumori), Ryôta Bandô (Fumio Takeshita), Yuri Tsunematsu (Komako) Minosuke (Kanemura), Hyunri (Hiroko Kusakabe), Takashi Sasano (Doctor Nozaki).
Kobe, 1940. La policía efectúa una redada en el Centro de Inspección de seda cruda y detienen a un ciudadano británico, John Fitzgerald Drummond, que pregunta de qué se le acusa, pues solo fue a comprar seda cruda y es un comerciante británico, diciendo su vendedor que no tiene motivaciones políticas.
Yusaku Fukuhara recibe en su empresa a Taiji, un amigo de la infancia de Satoko, su mujer, que ahora va uniformado, informándole que ahora es jefe de brigada en Kobe y lo visita en relación con la detención de Drummond, ya que sabe que son colegas y amigos, pero lo arrestaron por revelar secretos militares, diciendo Yusaku que lo sabe, pues le llamó, estando convencido de que no es un espía-
Taiji le dice que es demasiado confiado y le pide que sea cauteloso, aunque Yusaku le dice que su negocio consiste en hacer negocio con los extranjeros.
Además de sus negocios de importación y exportación, Yusaku rueda películas amateurs en los almacenes de la empresa, que interpreta su mujer, Satoko junto con el sobrino de Yusaku, Fumio Takeshita, proyectando luego las películas para sus amigos.
Cuando John es puesto en libertad, acude a casa de los Fukuhara para dar las gracias a Yusaku por haber pagado los 200 yenes de su fianza.
Les dice que Japón quiere quedar bien en Italia y Alemania y por ello ha decidido irse a Shanghái, pues en esas condiciones no puede seguir en Japón. Regalándoles antes de marcharse unas magníficas telas, tras lo que se despiden con cariño.
Satoko le dice a su marido que estaba equivocada, pues le tomó por insensible por rodar una película mientras su amigo estaba detenido.
Hay una nueva ley de uniforme nacional, Pero Yusaku dice que no piensa acatarla, pues prefiere la ropa occidental.
Le cuenta a Satoko que en un mes viajará con Fumio a Manchuria, pues allí las cosas son más baratas y quiere conocerlo antes de que sea peligroso de verdad, y piensa rodar además algunas escenas adicionales para su película, para lo que llevan el equipo de rodaje.
Dan en la radio la noticia de la firma del pacto tripartito entre Italia, Alemania y Japón.
Satoko escribe a los padres de Yusaku para tranquilizarlos, pues todo fue bien y regresarán en una semana.
Pero le llega entonces un telegrama de su marido en que le indica que su viaje de regreso se retrasará dos semanas.
Un día sale al bosque para recoger ñames y se topa con Taiji, que le cuenta que salió a buscar hielo en la montaña, pidiéndole ella que pase por su casa y tomarán un whisky.
Pero cuando acude a su casa le dice que de haber sabido que Yusaku no estaba no habría ido, diciéndole ella que por eso no se lo dijo.
Le dice que ha observado que allí llevan todos ropa occidental y el whisky es importado y les advierte de que la gente empezará a rumorear pronto por los tiempos que viven.
Aunque le cuesta hacerlo, finalmente prueba el whisky y le dice que para él sigue siendo como una niña de 14 años.
Finalmente regresa Yusaku y ella corre a buscarlo y se abrazan, no fijándose en otra joven que sale con Fumio y a la que le hace una seña.
Fumio anuncia en la fiesta de Año Nuevo, en que hacen un regalo a cada empleado por su trabajo, que va a dejar la empresa porque desea retirarse a escribir una novela.
Que fue testigo de la guerra en el continente y antes de que le llamen a filas quiere escribir algo para las próximas generaciones, y se irá para ello a Arima.
La más sorprendido es Satoko, que comenta que Fumio no parece el de siempre, diciéndole Yusaku que en Manchuria le entraron ganas de vivir aventuras.
Le cuenta también que a lo mejor debe viajar a EEUU porque están empezando a restringir las exportaciones. Que pronto serán enemigos y quiere verlo una vez más, pues estuvo de joven, como marinero en la Costa Oeste, San Francisco, Los Angeles y Nueva York y quiere verlos de nuevo antes de morir.
Un día aparece un cadáver en el mar.
Yusaku recibe una carta de Drummond y Satoko se preocupa ya que es de un país enemigo, diciéndole su marido que es solo un comerciante.
Satoko debe acudir a la sede de la policía militar, donde Taiji le muestra la foto de una mujer, tras lo que le pregunta si conoce Tachibana, el hotel de Arima, diciendo ella que es donde ellos veranean siempre y donde está Fumio.
Le cuenta que en él murió asesinada una empleada del hotel, la mujer de la fotografía, Hiroko Kusakabe, una mujer que estuvo viviendo en Manchuria, donde estuvo relacionada con un médico del ejército y regresó un mes antes de forma inesperada a Japón, ignorando ella todo lo que le cuenta y le dice que no le gusta con ese uniforme.
Taiji le cuenta que fue Yusaku quien trajo a Hiroko a Japón y le consiguió el empleo, y, aunque piensan que su marido es inocente, no está tan claro el papel de Fumio y le advierte que, a partir de ese momento vigilarán su comportamiento y el de su marido.
Su marido niega haber estado en el Tachibana, pero cuando le pregunta por Hiroko él dice que sabía lo de su muerte, confirmándole que se conocieron en Manchuria, pero no pasó nada, insistiendo ella en que le cuente la verdad, pues, de repente le ve como un desconocido.
Él le pide que no se lo pregunte, aunque le dice que no hizo nada de lo que deba avergonzarse. Que es incapaz de mentirla y por eso prefiere callar, aunque si insiste en preguntarle deberá contarle la verdad y no quiere que la sepa y le pide que confíe en él.
Finalmente le dice que confía en él.
Al ver el hielo le pregunta de dónde salió, diciéndole que Taiji está enamorado de ella y por eso regresó a Kobe y ella lo sabe aunque finge no darse cuenta de sus sentimientos.
Decide ir al hotel Tachibana para ver a su sobrino y le pregunta si mató a Hiroko, diciéndole el muchacho que es un disparate, contándole que la llevaron desde Manchuria porque se compadecieron de ella y no podían dejarla allí, y le dice que la policía militar la está manipulando y es una ingenua.
Cuando le dice que sabe que los dos están metidos en algo muy turbio, Fumio le pregunta si alguna vez se ha molestado en intentar comprender a Yusaku, pues no sabe cómo se siente en realidad y no sabe lo que ha sufrido para que ella pueda vivir ajena a cualquier preocupación. Que nunca llegó a verlo ni podrá entenderlo.
Le pide que se lleve un paquete a su marido y que no lo abra. A él la policía militar no le pierde de vista y no puede ni salir del hotel, pero terminó de traducirlo al inglés y le pide que se lo entregue a su tío.
Cuando sale ve que en efecto el hotel está muy vigilado.
Va a ver a Yusaku a su negocio y le entrega los libros que le entregó Fumio, y le dice que si no le cuenta nada no sabe cómo puede confiar en él por lo que le pide que le cuente todo.
Yusaku decide finalmente contarle todo a su esposa. Que tomaron el tren en Busan y llegaron a Manchuria, encontrando la capital estaba muy animada, pues se respiraba una esperanza que en Japón ha desaparecido.
Les concedieron un permiso especial para visitar los laboratorios del ejército de Kwantung y él quería aprovechar para comprar medicamentos.
De camino vieron varios bultos, observando al acercarse que sobresalían manos y pies.
Vio que quemaban cadáveres de personas víctimas de la peste.
Hiroko Kusakabe, que era enfermera y amante de un médico del ejército les contó que la peste la provocó el ejército de Kwantung mediante un arma biológica. Liberaron la bacteria de la peste y estaban realizando experimentos secretos.
El médico estaba dispuesto a denunciarlo, y acabaron por ello con su vida, pudiendo ellos salvar la vida de Hiroko con la que también querían acabar porque él le confió pruebas, en concreto, un cuaderno de notas que detallaba la naturaleza de los experimentos.
Y ese cuaderno es el que le dio Fumio, y su traducción al inglés.
En él cuenta cómo expandieron la peste y mucha información sobre experimentos con los prisioneros y no quiere permitir que se salgan con la suya y quiere presentar las pruebas a la comunidad internacional, pues aunque la opinión pública americana es reacia a la guerra, eso podría obligar a Estados Unidos a posicionarse.
Ella le dice que entonces Japón perderá la guerra, lo que le convierte en un traidor.
Él dice que es cosmopolita y no debe lealtad a ningún país, sino a la justicia universal.
Ella le dice que morirán miles de compatriotas por su culpa y a ella la insultarán llamándola la mujer del espía, por lo que le pregunta si no le importa su felicidad, a lo que le responde preguntándole si quiere una felicidad basada en la injusticia, diciéndole ella que prefiere la felicidad a la justicia.
Él le dice que mientras ellos hablan sus compatriotas están cometiendo atrocidades en otros países y él lo vio y no puede quedarse de brazos cruzados.
Ella dice que no parece el mismo. Que esa mujer le cambió adueñándose de su corazón y de su mente, marchándose enfadada.
Sabiendo que él no estará en su empresa acude a la misma y señala que debe recoger algo que su marido se dejó olvidado, yendo al almacén, donde está la caja fuerte, cuya combinación conoce bien por el rodaje que hicieron y coge el cuaderno y una película, tirando al marcharse el ajedrez, aunque coloca de nuevo las piezas antes de marcharse.
De regreso en su casa coloca el proyector para ver qué tenían grabado.
Vestida esta vez con la ropa tradicional japonesa va a ver de nuevo a Taiji.
Este le dice antes de que ella pueda contarle nada, que detuvieron ya al asesino de Hiroko Kusakabe, que era el dueño del hotel. Que la contrató como empleada e intentó violarla, y como se resistió, acabó con ella, pidiéndole disculpas por haberla preocupado sin motivo.
Pero, le cuenta además, diciéndole que lo hace porque está preocupado por ella, que su marido solicitó un permiso para que Hiroko pudiese viajar a Estados Unidos como estudiante de enfermería y solicitó dos pasaportes, uno para ella y otro para él, confesando ella que no lo sabía.
Ella le cuenta por qué ha ido y le dice que no lo hizo antes porque lo consideraba un asunto familiar, tras lo que le entrega el cuaderno que trajeron de Manchuria.
Yusaku baja al almacén buscando unos informes, llamando su atención que las figuras del ajedrez no están como las dejó, por lo que abre la caja fuerte y observa que faltan el cuaderno y la película.
En prisión torturan más tarde a Fumio y poco después varios policías se presentan en la empresa de Fukuhara al que piden que les acompañe, informándole que arrestaron a Fumio Takeshita y quieren interrogarle a él como testigo.
En el interrogatorio le preguntan si es espía de loa aliados, diciendo él que no lo es, y que tampoco lo es Fumio, y que pondría la mano en el fuego por él.
Pero Taiji le dice que Fumio ha confesado que sí es un espía, y que, entre el equipaje que trajo de Manchuria había algo relacionado con un secreto de estado y le preguntan si sabe de qué se trata, asegurando él que no.
Le dicen que confesó que ese objeto se lo entregaron en Manchuria y que estaba compinchado con Hiroko Kusakabe, pero que lo hizo solo y que su tío no estaba implicado, y, dado que carecen de pruebas contra él, deben creerle.
Yusaku le dice que no puede creer una confesión forzada, diciendo él que recibieron un soplo de un ciudadano ejemplar, tras lo que le muestra una bandeja con las uñas de Fumio, que van colocando en su mano.
Él pregunta quién les informó, diciéndole Taiji que una persona a la que conoce muy bien. Alguien que no quiere que sufra ningún daño, por lo que le pide que cambie de actitud y comience a colaborar con su país y olvidarán ese asunto.
Regresa a su casa y le dice a su mujer que es una soplona además de una ladrona. Que se dejó engatusar por su amigo de la infancia vendiéndolos a los dos, no entendiendo cómo puede estar tan tranquila.
Ella dice que sabía que Fumio no le delataría, pues contaba con su lealtad, mostrándole él, indignado las uñas que le arrancaron a su sobrino cuando le torturaron, viendo que ella no se altera y le dice que si quieren salvar al rey tienen que sacrificar algún peón, aunque él le replica que sin los cuadernos no hay causa por la que luchar, aunque ella le dice que había dos cuadernos y que el más importante es el traducido al inglés, aunque él dice que sin el original no les creerán, y menos con Hiroko muerta.
Ella le dice que comprende que esté enfadado con ella, pero que no le queda más remedio que confiar en ella, pues es lo único que le queda.
Saca tras ello el proyector donde ve que está la película que sacó de la caja fuerte y vuelve a proyectarla para mostrarle que, entre otras imágenes grabadas, están filmadas las páginas del cuaderno original, junto a experimentos hechos por los médicos, mostrando imágenes de cómo apilan los cadáveres y del sacrificio de personas.
Él le cuenta que el ejército firmaba sus experimentos con humanos y Hiroko les consiguió una copia a cambio de que la ayudaran a regresar a Japón.
Ella le dice que con la película y el cuaderno traducido podrá conseguir su objetivo, y para ello deben ir a Estados Unidos, pero los dos.
Ocultan el cuaderno y la película en un escondite. Una nave abandonada.
Ella le pregunta si esa es la única copia, pues no cree que esas imágenes merezcan el riesgo de llevar a esa mujer, deduciendo que debe tener algo más que pueda influir en la opinión pública internacional, diciendo él que sí, que existe un original con mejor definición y más detallada y más larga pero se la envió a Drummond en Shanghái, dándose cuenta de que cometió un error, pues ahora Drummond le pide una cantidad considerable a cambio de la película. Concluyendo que la pobreza agudiza el ingenio, planteándose que a lo mejor es un espía de verdad, diciendo ella que entonces estarían en el mismo bando, aunque él le dice que no es un espía, pues trabaja por su cuenta y no por encargo de otros.
Ella dice que le da igual y que si él es un espía, ella es la mujer del espía y que si él fue elegido por el destino, ella también lo fue.
Unos días más tarde, Yusaku informa a su mujer de que Estados Unidos impuso un embargo del petróleo a Japón y ya no puede viajar legalmente a aquel país, pudiendo ir solo como exiliados.
Ella le pregunta si deseaba viajar con Hiroko a Estados Unidos, diciendo él que no, que se hizo pasar por su tutor y sacó billete para los dos para no levantar sospechas.
Hace cálculos de todo el dinero que necesitan tanto para el viaje como para pagar a Drummond, teniendo en cuenta que necesitas dos pasaportes falsos de Shanghái, necesitando al menos 10.000 yenes que no tienen.
Decide cambiar el efectivo de la empresa por joyas.
El viaje durará 15 días en que viajarán en cajas vacías hasta San Francisco, aunque no les faltará de nada, aunque le indica que para conseguir lo que tiene Drummond deben viajar por separado. Ella irá en el carguero con la copia de la película, y él irá a Shanghái, le comprará el original a Drummond, y viajará a Estados Unidos, y se encontrarán en San Francisco, donde buscarán un intérprete e irán a Washington.
Ella se niega. Quiere ir con él, aunque él le dice que será más seguro ir por separado, asegurándole que en el buque de carga no correrá peligro, preguntando ella quién la protegerá si está encerrada sola en una caja, diciéndole él que el capitán es amigo suyo y lo dejará todo preparado y estarán separados solo unos días.
Ella dice que lo que lo que le da miedo es que los separen, no morir.
Él dice que su reencuentro supondrá que lo han logrado.
Comienzan los preparativos, comprando joyas, decidiendo fingir que van a celebrar su aniversario para justificar un gasto tan elevado en joyas.
Con un coche prestado viajan hasta la ciudad, donde comprarán joyas y relojes, empeñando además las telas que les regaló Drummond y que podrán servirles para pagar las películas al propio Drummond.
Pero en la ciudad él se fija en un hombre al que ya vio antes, y teme que los estén siguiendo, por lo que Satoko le dice que vaya a la tienda y ella observará si le siguen y cuando lo compruebe tomará un taxi y regresará.
Él acude, en efecto, a la casa de empeños con las telas.
Pero poco después ella sale a su encuentro, y le pregunta por qué no se fue, diciendo ella que vigiló la casa de empeños, pero no vio a nadie.
Regresan hasta el escondite secreto para recuperar la película que entrega a Satoko.
Él le dice que ella no es la mujer de un espía y por tanto no debe vivir escondida y que hay muchas personas que piensan como ellos.
La muchacha que limpia su casa le pregunta si se van muy lejos, diciéndole ella que será un viaje de solo dos semanas, diciendo la chica que tendrá la casa preparada para cuando vuelvan, incluso si es después de la guerra.
Llega el día de la partida, debiendo ir ella sola al puerto, explicándole él que allí la recibirá y la ayudará un hombre muy alto, llamado Bob.
En el muelle, ella encuentra en efecto a un hombretón negro, Bob, como le dijo su marido, que la ayuda a embarcar y la lleva hasta el cajón en que deberá esconderse y que le indica que tendrá dos comidas al día, entregándole un cubo que debe usar como retrete, abriendo varios agujeros para que pueda respirar.
Pero mientras está en su cajón escucha voces, oyendo cómo dan la orden de buscar por todos lados, pues hay un polizón en la bodega.
Les piden que confiesen en que caja está para no abrir todas, negándose Bob a contestar, diciéndole el capitán que es mejor confesar, pues de lo contrario les detendrán.
Debe indicar finalmente donde está Satoko, que es detenida.
En comisaría, Taiji le dice que se la acusa de filtrar información, traición y espionaje, cargos castigados todos ellos con la pena de muerte, aunque piensan que no actuó sola, por lo que le preguntan dónde está el verdadero traidor, Yusaku, asegurándole que si les dice donde se esconde le rebajarán la condena, aunque ella dice que no lo sabe.
Le pregunta cómo se enteraron de lo del barco, diciendo él que por un soplo. Que les llegó una carta anónima, confesando que no esperaba que fuera ella.
Satoko le dice que tiene sus propios objetivos y quería denunciar al ejército de Kwantung, diciéndole Taiji que no entiende que confíe en un documento falsificado por un traidor, diciéndole ella que si ve la película verá las razones.
Le dice luego a Taiji que sabe que es bueno por naturaleza y que tiene un poder enorme y podría hacer algo para cambiar la situación, pero entonces él la golpea y le dice que es una traidora y merece morir.
Deciden tras ello proyectar la película, acudiendo un nutrido grupo de políticos y militares, a los que ella pide que observen las atrocidades que comete su país.
Ve que la película comienza tal como cuando la vio con Yusaku, pero de inmediato ve que se trata de la película que rodó con ella como actriz en vez de las imágenes de Manchuria.
Le dicen que no entienden por qué quería llevar eso al extranjero.
Ella ríe y llora a la vez al verlo, corriendo, como alocada, hacia la pantalla, donde ríe de forma compulsiva y grita: "un plan brillante", antes de caer el suelo, sin sentido.
Entretanto, y en otro barco, Yusaku dice adiós con su sombrero a su país.
Marzo de 1945
Satoko está ingresada en un hospital psiquiátrico.
Allí otras compañeras comentan que Tokio está en llamas, como Nagoya y Osaka y que pronto lo estará Kobe, y comentan que todos los hombres están muertos y que es el fin de Japón.
Un día van a llamarla, diciendo que tiene una visita, viendo cuando sale que se trata del Doctor Nozaki, un amigo de la familia.
Le cuenta que su médico y él son amigos de los tiempos de la Universidad Imperial y unos días atrás descubrió por casualidad que estaba ingresada allí.
Ella le dice que si no toma las pastillas tiene la mente despejada, aunque simula estar más loca que las demás.
Le pide que le cuente cómo están las cosas fuera, pues allí solo pueden leer periódicos censurados, diciéndole el doctor que el mundo apenas cambió.
Le pregunta si sabe algo de su marido, diciéndole el doctor que un amigo le dijo que lo había visto en Bombay, en la India. Luego se enteró de que un barco que partió de Bombay hacia Estados Unidos fue hundido por un submarino japonés, aunque, le dice, no son fiables las noticias.
Le dice también que tomará las disposiciones necesarias para sacarla de allí, pues no soporta saber que está en ese lugar.
Ella le dice que no debe molestarse, pues está bien y ese es el lugar más adecuado para ella y que jamás ha estado tan cuerda como ahora, pero que justo eso es lo que la convierte en la persona más loca del país.
Una noche se levanta al escuchar ruidos extraños y ve que todo tiembla, sonando de pronto una alarma, por lo que se asustan, viendo que se trata de un ataque aéreo, por lo que deben sacarlas de su encierro.
Pero ella se queda atrás en la habitación y sale más tarde mientras fuera se escuchan los bombardeos y los aviones sobrevolando la ciudad.
Piensa que ahora Japón perderá y la guerra terminará. Un plan brillante.
Sale afuera, donde hay varios puntos ardiendo tras el bombardeo.
Entre gritos sale hacia afuera y escapa, llegando hasta la playa, por la que camina sin apenas fuerzas y llorando.
Fin de la guerra. Agosto de 1945
Al año siguiente se confirmó la muerte de Yusaku Fukuhara.
El certificado de defunción mostraba indicios de falsificación.
Unos años después Satoko Fukuhara se marchó a Estados Unidos.