Te cuento la película

Disobedience
Disobedience

Disobedience (2017) * Irlanda / G.B. / USA

          También conocida como:
                    - "Desobediencia" (Hispanoamérica)

Duración: 114 min.

Música: Matthew Herbert

Fotografía: Danny Cohen

Guion: Sebastián Lelio y Rebecca Lenkiewicz (Novela: Naomi Alderman)

Dirección: Sebastián Lelio

Intérpretes: Rachel Weisz (Ronit Krushka), Rachel McAdams (Esti Kuperman), Alessandro Nivola (Rabino Dovid Kuperman), Allan Corduner (Tío Moshe), Anton Lesser (Rav Kruschka), Nicholas Woodeson (Rabino Goldfarb), Bernice Stegers (Tía Fruma).

El Rav Krushka pronuncia un sermón ante la comunidad ortodoxa judía de un barrio del norte londinense, y en ella habla de la creación del mundo, manifestando que solo los seres humanos tienen libre albedrío y por tanto la capacidad de desobedecer, ya que los ángeles no pueden desviarse de sus propósitos y las bestias siguen sus instintos.

Y de pronto, y en medio de su sermón se desvanece.

Ronit Krushka, su hija, trabaja como fotógrafa en Nueva York, recibiendo una llamada mientras hace un reportaje a un hombre completamente tatuado.

Desolada, va a un bar a tomar un vino y hace el amor con un desconocido en el baño, yendo luego a patinar sobre hielo, y, sintiendo que le cuesta respirar rasga su camiseta.

Viaja hasta Londres y va hasta la casa de su amigo, el rabino Dovid Kuperman, que se sorprende, pues no la esperaban, sorprendiéndose también sus tíos, Moshe y Fruma.

Dovid le explica que murió de neumonía, diciéndole que puede quedarse en su casa, pese a que ella le nota aún enfadado por el hecho de que se marchara sin avisar.

Le pregunta si está casado, respondiendo él que sí, desde hace ya tiempo, apareciendo entonces en la cocina, donde están, Esti, su mejor amiga, que le dice que la ve muy neoyorquina, preguntándole Ronit si le gusta la mujer de Dovid, hasta que se da cuenta de que es ella esa mujer, sorprendiéndole de que no se lo contara, diciéndole Esti que desapareció, comentándole luego a Dovid que le parece increíble que se casara con Esti, pues siempre estaban los tres juntos, diciéndole él que ella se marchó.

Le dice que habría ido a ver a su padre si le hubiera avisado de que estaba enfermo, diciéndole Dovid que su padre no quería que se enterara y que le viera tan mal y le pide que esa semana la lleve con honor.

Acude al entierro, observando cómo desde delante, donde va con Dovid, que preside la comitiva, Esti no para de mirarla.

Luego, ya en casa, Esti le prepara la habitación de invitados, preguntándole Ronit, al ver que la mira, si la ve mayor y le pregunta si prefiere que se vaya, respondiéndole que haga lo que quiera.

Lee en el periódico la noticia de la muerte de su padre, muy alabado por todos, indicándose en el mismo que murió sin hijos, algo que le duele, observando que todo el mundo le adora, mientras que ella se pregunta si le quería, reconociendo que se llevaba mejor con él, que era su discípulo favorito, que con ella.

Les pregunta si les va bien el matrimonio, respondiendo él que sí, que son muy felices.

Cuando Dovid se despierta por la mañana Esti, ya despierta se abalanza sobre él y lo besa con pasión.

Ronit acude al cementerio judío, donde tres jóvenes oran ante la tumba de su padre, aunque cuando ella les dice que es su hija, ellos se marchan.

Dovid lleva a Esti al colegio donde da clases, reincorporándose al trabajo tras un tiempo.

También Dovid enseña a interpretar las escrituras a sus alumnos.

Por la noche Dovid y ella hacen el amor.

Cuando por la mañana baja Ronit con una falda corta y unas medias de fantasía nota que Dovid la mira mal, pues tienen que ir a comer con el rabino y su mujer.

La mujer del rabino le comenta que fue un fuerte golpe perder a su madre y a su padre a continuación, con ella fuera, habiendo pensado que no volverían a verla.

Ella le comenta a su tío Moshe, que también está en la cena, que le gustaría hablar de la casa, diciéndole su tío Moshe que para eso vaya a verle a su despacho, aunque ella insiste en que le gustaría vender la casa cuanto antes, diciéndole que puede quedarse con los candelabros para dejárselos en herencia a sus hijos, aunque Ronit le asegura que no los tendrá.

La mujer del rabino la anima a casarse, pues, dice, no es bueno envejecer sola, diciendo ella que podría casarse sin amor y acabar deseando suicidarse por un matrimonio sin amor.

Dice tras ello que desea retirarse, pues está agotada por el jet lag, pidiéndole Esti a Dovid que la acompañe hasta casa.

Mientras caminan hacia esta le pregunta si cree que su padre sabía que le quería, respondiéndole Dovid que sí.

Al día siguiente acude a la fábrica de pelucas de su tío Moshe y se coloca una como las que suelen ponerse las mujeres judías ortodoxas.

Su tío le da un manojo de llaves para que vaya a la casa de su padre para recoger los objetos personales, preguntándole ella si le ayudará a venderla, pasándole su tío el testamento y pidiéndole que lea la cláusula 3, tras lo que le explica que su padre dejó la casa y todo su contenido a la sinagoga.

Su tío, enfadado, le dice que un padre debería poder contar con su hija para cuidarlo en sus últimos momentos, a lo que ella le responde que no sabía que estaba enfermo, diciéndole su tío que no lo sabía porque no estaba pese a ser todo lo que tenía, diciendo que debe dolerle no haber recibido su perdón.

Un día, mientras hace la compra, Esti se encuentra en el supermercado con una conocida, que le dice que ha visto fuera a Ronit, por lo que Esti acelera su marcha, viéndola en efecto al salir, acercándose a ella y acompañándola a casa de su padre, donde puede observar que está todo aún sin arreglar, como cuando estaba enfermo.

Ronit le dice a Esti que no va a acudir al Hesped, donde se honrará al difunto, pues no tiene sentido, por lo que cambiará el billete.

Le dice que lamenta no haberle hecho nunca una foto a su padre, que, recuerda, se pasaba el día encerrado estudiando la Torah y los comentarios y debates sobre esta.

Gracias a lo cual, le recuerda Esti, ellas pudieron hacer lo que quisieron.

Le pregunta a Esti si cree que debía volver antes, acercándose esta, que le besa la mano y la abraza y le dice que no cree que deba volver, tras lo que la besa en los labios, dejando a Ronit confusa por un momento, aunque enseguida responde, para luego separar a Esti y marcharse de la habitación.

Le dice luego a Esti que lo siente, y, antes de salir de la casa es ella la que la besa, confesándole Esti que fue ella la que llamó a Nueva York, cogiendo antes de marcharse los candelabros de plata de su padre que mete en su carro de la compra.

Le pregunta luego por qué se casó, en vez de marcharse, recordándole que su padre siempre decía que iba a envejecer sola y sin alegrías y que Dovid era un buen muchacho y la animaba a casarse con él.

Le cuenta que, cuando ella se marchó a Estados Unidos, ella estuvo enferma de la cabeza y su padre tenía miedo y pensaba que se curaría al casarse.

Después empezó a dar clases y para ella fue muy importante enseñar a las niñas a valorarse a sí mismas.

Le pregunta a Ronit si es feliz, respondiéndole esta que sí.

Le pregunta también si ha estado con otras mujeres, diciéndole que no, diciéndole Esti que ella tampoco, aunque le siguen gustando solo las mujeres.

Van hasta un parque donde, recuerdan, se besaron por primera vez, y luego, ocultas tras unas vallas vuelven a besarse de nuevo, hasta que les interrumpen unas luces que se encienden.

Esti se marcha deprisa tratando de evitar que la vean, apareciendo un matrimonio, reconociendo la mujer a Ronit, a la que le pregunta si la que estaba con ella era la mujer del rabino, respondiendo Ronit que no.

Pero al día siguiente, la directora del colegio llama a Esti a su despacho debido a que la pareja que les vio hizo una queja por su comportamiento.

Cuando sale, Ronit la espera fuera, observando que Esti está muy nerviosa, lamentando haberse comportado como una adolescente, pese a que es muy devota y le importa mucho la religión, diciéndole Ronit que se marchará al día siguiente, aunque Esti le dice que no es eso lo que quiere.

Ronit le pide que se vaya con ella a cualquier otro lado, tras lo que cogen el metro y van hasta el centro de Londres, donde pasean y se besan en un callejón sin miedo a ser vistas por ningún miembro de su comunidad, yendo tras ello a un hotel, para, ya sin ningún testigo, dan rienda suelta a los deseos hasta ese momento contenidos.

Tras hacer el amor, Esti le cuenta que pensaba y se imaginaba a ella en Nueva York y tenía en cuenta la diferencia horaria y sabía cuándo estaba despierta o durmiendo.

Recuerda también el momento en que el padre de Ronit las descubrió y pidió a Dios que lo fulminara.

Ronit le pide después que pose para ella, pues desea una foto suya.

Cuando Dovid regresa a casa, no está todavía Esti, que se disculpa por su tardanza, viendo cómo él empieza a acariciarla libidinosamente, apartándolo ella.

A la mañana siguiente, al ir al baño, tiene varias arcadas.

Luego, Dovid le cuenta que la señora Shapiro puso una queja formal contra ella y Ronit, y le pregunta si dijo la verdad, reconociendo ella haber besado a Ronit.

Él se enfada y le pregunta qué está haciendo, y si quiere volver a sufrir, preguntándole si Ronit le pidió que volviera con ella, pues está seguro de que ella volverá con sus amigos.

Esti le confiesa que fue ella la que hizo llegar a Ronit el mensaje sobre lo de su padre porque quería que volviese.

Dovid le dice que Ronit se está aprovechando de ella, pero Esti lo niega y le dice que ella quería que pasase y que cuando eran pequeñas ya pasaba y siempre fue así y ella siempre la ha querido.

Ronit le aconseja que se separe, pero ella se pregunta a dónde quiere que vaya.

Durante la comida, Ronit anuncia que tiene ya billete y se marchará esa noche y que espera que vaya bien el Hesped, para el que fueron algunos judíos de otros lugares, indicando Dovid que ahora seguro que sí.

Dovid le pregunta a Esti que intente explicarle lo que desea, aunque ella indica que no puede.

Ronit se despide de Esti, que le pregunta si irse es más fácil, respondiéndole que ni mucho menos.

Cuando se marcha, y mientras Dovid duerme, Esti sale de casa y sube al metro, yendo a una farmacia y luego a un hotel.

Ronit se despierta en un banco del aeropuerto, recibiendo antes de embarcar una llamada de Dovid, al que le dice que Esti no está con ella.

Finalmente, no coge el avión. Regresa y acompaña a Dovid a la casa de su padre, aunque tampoco la encuentran allí.

La busca también junto al árbol donde se besaron por vez primera antes de regresar a casa, donde Dovid le dice que ojalá que no la hubiese avisado, diciendo Ronit que hizo lo correcto, y no como él, que ni siquiera se lo dijo, diciéndolo que no lo hizo porque estaba protegiendo a su mujer.

Esta baja entonces del piso superior y le pide que le dé la libertad.

Dovid le dice que estaba aterrorizado de no encontrarla, excusándose ella diciendo que no quería que se preocupara, tras lo que le anuncia que está embarazada, pese a lo cual, lo mejor es que no sigan juntos, pues ella nació en esa comunidad y no tuvo elección, pero desea que su bebé tenga la libertad de decidir, y por ello insiste en pedirle su libertad.

Dovid coge su maleta y se marcha.

Esti y Ronit acuden juntas al Hesped, diciéndole Ronit a su tía Fruma que no quiere disgustar a nadie, que solo desea homenajear a su padre.

En la Sinagoga se colocan en el lugar reservado a las mujeres, proponiéndole Ronit que se vaya a vivir con ella a Nueva York.

En la ceremonia, Moshe presenta a Dovid como el hijo espiritual y discípulo del Rav Krushka, aunque cuando este comienza a hablar se siente inseguro y señala que no puede seguir con su charla, indicando a todos que les acompaña la única hija del rabino, Ronit, tras lo que recuerda que en sus últimas palabras, el Rav Krushka habló de elección y del libre albedrío, algo solo inherente al ser humano, tras lo que le indica a Esti que es libre, para, a continuación rechazar el puesto que se le ofrece, pues, indica, le falta el entendimiento necesario para ello.

Esti sale tras él y lo abraza, haciéndolo tras ellos Ronit, que los observa desde la distancia hasta que Dovid la anima a unirse a ellos en su abrazo.

Ronit prepara de nuevo sus maletas, en las que mete los candelabros de plata que rescató Esti de su casa.

Trata de marcharse sin hacer ruido, aunque Dovid la sorprende y le ayuda a bajar con la maleta, encontrando a Esti durmiendo en el sofá, despidiéndose sin ningún abrazo.

Pero ya en el taxi escucha que Esti la llama. Sube al taxi y la besa, diciéndole Ronit que será una madre increíble y que seguirán en contacto, tras lo que vuelven a besarse antes de reanudar su marcha con los ojos llenos de lágrimas.

Le pide luego al taxista que se desvíe un poco y paran en el cementerio, donde se dirige nuevamente a la tumba de su padre, a la que le hace una fotografía antes de despedirse.

Calificación: 3