
Anatomía de una caída
Anatomie d'une chute (2023) * Francia
Género: Drama / Suspense
Duración: 150 min.
Fotografía:Simon Beaufils
Guion: Arthur Harari, Justine Triet
Dirección: Justine Triet
Intérpretes: Sandra Hüller (Sandra Voyter), Swann Arlaud (Vincent Renzi), Milo Machado-Graner (Daniel Maleski), Antoine Reinartz (Fiscal), Samuel Theis (Samuel Maleski), Jehnny Beth (Marge Berger), Saadia Bentaïeb (Nour), Camille Rutherford (Zoé Solidor), Anne Rotger (Jueza), Sophie Fillières (Monica).
Tras la publicación de su último libro, Sandra Voyter es entrevistada por Zoé Solidor, una estudiante, y hablan sobre los límites entre ficción y realidad.
Mientras hablan comienza a sonar en el piso de arriba muy fuerte la música, y le dice que es Samuel, su marido, trabajando arriba.
Sandra dice que prefiere hablar a hacer una entrevista, pues quiere saber también lo que le interesa a la periodista, pues trabaja allí todo el día y no ve nunca a nadie y lamenta no haber hecho la entrevista en Grenoble, pues la música, que suena en bucle es tan alta que hace incómoda la conversación, y, cuando sube el volumen, decide darla por terminada y le dice a Zoé que la llamará cuando vaya a Grenoble.
Sandra ve desde el balcón a Zoé marchándose, y tras ella sale Daniel, su hijo con el perro, a pasear entre la nieve.
Tras un rato jugando con él, y cuando regresan, la música sigue a todo volumen, y Snoop, el perro se adelanta, topándose Daniel, que apenas puede ver debido a un accidente que tuvo de niño, con el cuerpo de su padre tendido en el suelo en medio de un charco de sangre.
Empieza a gritar llamando a su madre, que, debido a la música tan alta no lo oye hasta después de un rato, que se asoma al balcón y los ve.
Abajo, mientras trata de calmar a su hijo hace una llamada indicando que cree que su marido no respira ni se mueve, por lo que pide que vayan, mientras llora.
Poco después llegan la policía y los servicios sanitarios.
Los forenses hacen la autopsia del cadáver y aprecian erosiones superficiales en manos y brazos, indicativos de que el cuerpo se movió uno o dos metros después de caer y murió por un traumatismo craneal, indicativo de un golpe por objeto contundente, como un impacto con algo del entorno o un golpe violento y es incompatible con la posición en que se descubrió el cuerpo, por lo que piensan que la lesión se produjo antes de la caída, por lo que no pueden concluir cómo se produjo el hematoma y no pueden descartar la intervención de un tercero.
Sandra recibe a Vincent Renzi, un abogado que es también amigo y al que le cuenta que vive allí desde hace menos de dos años, y fueron por Samuel, que se crio allí.
Le cuenta que la interrogaron dos veces, una vez la policía y otra el juez de instrucción, y Vincent le pide que le explique lo que contó.
Dice que les contó todo lo que pasó desde que se reunió con la estudiante y hasta que llegó la ambulancia.
Que, cuando finalizó la entrevista, subió a su habitación y vio a Daniel que salía y Samuel fue a verla a su habitación y hablaron durante un rato sobre lo que harían ese día y luego regresó al ático a trabajar, pues estaba haciendo obras con la idea de alquilar varias habitaciones y estaba aislándolo, mientras ella trabajó un rato en la cama, terminando una traducción para una revista alemana. Se puso los tapones porque quería echar una cabezada y con la música no podía y se durmió.
Una hora más tarde escuchó gritar a Daniel y bajó corriendo.
Le cuenta que la ventana estaba abierta cuando llegó la ambulancia y recuerda que a veces aireaba la habitación para librarse del serrín, pero no cree que se asomara para llamarlos a ella o a Daniel, pues cuando trabajaba se aislaba.
Dice que tampoco bebía nunca por el día, y menos trabajando.
Al día siguiente encuentra a Daniel llorando en la cama sin querer levantarse, y trata de animarlo con la ayuda de Mónica, la madrina de Daniel, que le llevó tarta de tiramisú.
Vincent le informa que la autopsia no determinó claramente la causa de la muerte, aunque él piensa que debido a la caída rebotó en el tejado del cobertizo y pudo golpearse la cabeza contra el borde y que sacó fuerzas para arrastrarse varios metros, pero no encontraron ADN en el tejado y hay tres salpicaduras de sangre en la pared, lo que no encaja con la teoría del impacto contra el tejado.
Hay también un problema con un hematoma del brazo de ella, que podría parecer el resultado de un forcejeo, aunque ella dice que es un golpe con una mesa de la cocina.
Vincent le explica que es difícil defender una caída accidental debido a la altura del alféizar y por ello abrieron una investigación por muerte dudosa, aunque ella asegura que no mató a su marido.
Le pregunta si le pasaba algo que pudiera encajar con un suicidio, aunque ella dice que no cree que lo hiciera y piensa que se cayó, aunque Vincent le dice que su mejor defensa sería la opción del suicidio.
Al día siguiente Sandra llana a Vincent para contarle algo que recordó.
Recuerda que unos 6 meses antes, encontró a Samuel inconsciente y borracho en el suelo. Había vomitado y era por la mañana temprano, y entre el vómito vio algo que pensó que podrían ser pastillas, pero no quiso hablar de ello y ahora piensa que quizá fue un intento de suicidio.
Interrogan a Daniel sobre las discusiones de sus padres, diciendo que no recuerda ninguna porque cuando empezaban a gritar se iba, pero que no es lo que pasó el día de la caída. Aquel día solo quiso salir a dar una vuelta y los oyó hablar mientras salía de casa, pero no discutían.
Le dicen que es difícil que los escuchara si estaba fuera, pues sus padres estaban dos plantas más arriba, aunque les dice que estaba justo debajo de la ventana abierta y lo recuerda porque tocó el celo del porche, pues su padre pegó trozos de celo de diferentes texturas en cada habitación para que pudiera orientarse cuando se cambiaron de casa.
Recrean la escena de la charla de esa tarde con la música a todo volumen y simulan la conversación del matrimonio, viendo que es imposible escucharles, solo pueden hacerlo si gritan, aunque el niño dice que no fue así, que sonaban tranquilos.
Repiten la escena, pero desde dentro de la casa y desde allí sí escucha, recordando entonces que estaba dentro, lo que no coincide con la versión de Zoé, que lo vio alejarse de la casa cuando se iba.
Luego, ya a solas con su madre, dice que parece idiota, pues creía estar seguro y ella le dice que no quiere que altere sus recuerdos por ella, pues no le hará daño.
A la salida de una declaración, Renzi declara ante la prensa que mantiene su posición y que no habrá ninguna confesión, pues que no es culpable y no hay pruebas inculpatorias, aunque ya se habla de un vídeo, lo que él dice es solo un bulo.
La fiscalía da una rueda de prensa para anunciar que la imputaron tras examinar el informe pericial sobre las salpicaduras de sangre, que parecen indicar que recibió un golpe violento en la cabeza mientras se encontraba en el balcón del segundo piso, por las incoherencias encontradas en la reconstrucción, y apareció un fichero en un USB del difunto con una grabación de audio de la pareja del día anterior a su muerte.
Renzi negocia con el banco en nombre de ella para conseguir un préstamo hipotecario para poder pagar la fianza, que prevén que será de más de 50.000 euros.
Le dicen que su hijo será testigo y declarará pese a que existe el riesgo de que ella pueda presionarlo.
Tal como esperaban, solicitan prisión preventiva para ella, indicando Nour su otra abogada que no existe riesgo de huida pues está a cargo de su hijo, que tiene discapacidad visual y si lo separan de ella podrían crearle otro trauma y es vulnerable psicológica y emocionalmente.
Finalmente es puesta en libertad bajo control judicial.
En el coche, Renzi le recrimina no haberle contado nada, diciendo ella que no sabía que Samuel había grabado la bronca de la víspera de su muerte y que no refleja la realidad, que es algo excepcional, y lo deforma todo.
Renzi le dice que debe verse como los demás, pues un juicio no va de la verdad,
Ella recuerda que vivía feliz en Londres y no quería ir allí y que lo hizo por él, que dijo que allí podría trabajar sin distracciones y solucionarían sus problemas de dinero.
Vuelve a casa, donde está Monica con Daniel y con Marge Berger, que la llevó Nour tras ser nombrada por el Ministerio de Justicia para evitar que influya sobre Daniel.
Hacen una reconstrucción del accidente haciendo caer un muñeco desde arriba para tratar de ver cómo pudo ocurrir.
Ella cuenta que le enamoró su carisma. Que cuando se conocieron él acababa de conseguir trabajo en la Universidad de Londres y se mudaron allí.
Era muy buen profesor, pero lo que realmente quería hacer era escribir y su relación giraba en torno a la estimulación intelectual.
Pero todo cambió después del accidente de Daniel, cuando tenía 4 años.
Aquel día, Samuel debía recogerlo en el colegio, pero estaba inspirado con su novela y llamó a una canguro y esta llegó tarde y, mientras cruzaban la calle, una moto atropelló a Daniel y le dañó el nervio óptico de forma permanente.
Samuel se obsesionó y se culpaba a sí mismo.
Pasaron todo aquel año en el hospital y comenzaron a tener problemas económicos y Samuel comenzó a tomar antidepresivos.
Un año después
En el tribunal, Zoé pone la grabación del encuentro con Sandra.
Recuerda que fue a hablar de sus libros, no de ella, pero que a Sandra parecía que le apetecía más hablar de Zoé que de sí misma y parecía disfrutar de la conversación porque necesitaba evadirse
El fiscal le pregunta si sabe que Sandra es bisexual, diciendo ella que no lo percibió ni sintió que intentara seducirla y que se sintió tensa cuando empezó a sonar la música en bucle y pensó que Samuel quería boicotear la entrevista.
Sandra dice que llevaba tiempo sin conocer gente nueva y Zoé le pareció inteligente.
Le pregunta el fiscal si cree que su marido sintió celos y por ello puso esa canción, que además es misógina, aunque le recuerdan que era solo una versión instrumental y ella dice que no cree que fuera intencionado, que lo escuchaba a menudo y le relajaba escuchar la música muy alta y lo hacía así por costumbre y ella tenía tapones.
El fiscal dice que él sabía que a ella le atraían las mujeres y que le había engañado.
Interrogan luego a Daniel, haciéndole ver que su versión no casa con la de Zoé, diciendo el niño que volvió a entrar en la casa, porque olvidó algo, los guantes o el móvil.
Declara luego el perito, que señala sus dudas respecto a las tres manchas de sangre, pues por su forma, la sangre fue proyectada desde muy arriba y creen que solo podrían estar así si Maleski se hubiera golpeado en la cabeza en el balcón del segundo piso. Que cuando recibió el golpe, debía estar apoyado sobre la barandilla y con la cabeza en el vacío y creen que debió haber un golpe violento y un impulso deliberado para hacerlo caer y probablemente por alguien arrebatado por la ira.
Pero la perito de la defensa señala que el golpe pudo darse arriba o al caer, por el impacto con el saliente del tejadillo y muestra las pruebas que hicieron con el maniquí y que grabaron, y en que se puede observar cómo un golpe tan violento hace que se gire el cuerpo y asegura que solo esa explicación parece encajar tanto con el rebote como con la herida del cráneo y con las proyecciones de la sangre.
Preguntan por qué no encontraron ADN en el supuesto punto de impacto, y muestran otro vídeo. Pusieron sangre en el tejadillo donde había una capa de nieve sobre otra de hielo, y tras varias horas de sol la nieve se derritió y desapareció la sangre con ella, por lo que, consideran que la teoría del golpe es muy poco probable.
Tras la vista, la jueza le dice a Daniel, que estuvo en las vistas previas, que a partir del día siguiente se complicará todo, por lo que ha decidido que al día siguiente no vaya, aunque Daniel cree que puede oírlo todo, y la juez le dice que sí, pero no gestionarlo, pues deben poder hablar de todo sin miedo a herirlo, diciendo el niño que ya lo ha oído y que, aunque no le dejen ir, lo verá por la radio o Internet y le obsesionará más.
En la siguiente vista, a la que va Daniel, el fiscal dice que ella recordó tarde, pese a ser algo muy importante, el intento de suicidio de su marido.
Cuenta que fue unas semanas después de que dejara la medicación. Que había bebido mucho el día anterior y había vomitado, y en el vómito vio restos de pastillas y encontró los blísteres vacíos en la basura, pero él se negó a hablar de ello y dijo que había dejado el tratamiento demasiado pronto.
Cuenta que dormían en cuartos separados porque él solía dormir en su despacho, pero, que aunque no dormían juntos, ambos se despertaban muy temprano y a veces ella, si había luz entraba y acababa pasando la noche con él en su cama.
Su psiquiatra dice que le retiró el Escitalopram unos 7 meses antes, pues se lo recetó como apoyo por la situación tras el accidente de su hijo, pero que no estaba deprimido ni tenía pulsiones suicidas y se veían cada semana.
Pero Sandra cree que no se lo contó a nadie porque estaba avergonzado y se sentía frustrado con la enseñanza, ya que lo que deseaba era escribir.
Pero dejó su novela de golpe y se sentía un cobarde y se despreciaba por eso y se convenció de que no podía escribir por su dependencia de las pastillas y quería librarse de ellas y no podía hablar de su intento de suicidio porque la sensación de fracaso era demasiado dolorosa.
Frente a esto, el psiquiatra dice que él jamás le habló de ello y cuenta que empezó a tratarlo porque se sentía culpable por el accidente y porque ella estaba muy resentida con él y le hizo pagar su responsabilidad, obligándolo a sacrificar la escritura, pues cree que, aunque ella lo animaba a escribir, no soportaría que él tuviera éxito.
Sandra le dice que expone sus teorías y pretende explicar quién era Samuel y por lo que estaban pasando, pero solo expone una pequeña parte de la situación, y la pareja a menudo es un caos, y si hubiera sido ella la que hubiera ido a un terapeuta podría estar diciendo también cosas horribles sobre Samuel y se pregunta si sería verdad.
El fiscal le pregunta si estaba resentida con Samuel tras el accidente, diciendo ella que sí, pero solo durante unos días, pero que luego no quiso que Daniel se sintiese mal para que viviese su vida sintiendo que era la mejor del mundo porque es la que tiene y hace la mayoría de las cosas que hacen el resto de niños.
Esa noche, en la casa de ella bebe con Vincent y se emborrachan.
Ella le pregunta si la recuerda de antes, cuando se conocieron, pues no se acuerda y él recuerda que estaba un poco perdida y muy sola, diciéndole que era ambiciosa y él estaba enamorado de ella.
Ella le dice que a veces cree que cuando la mira la está juzgando, aunque él le asegura que la cree y no la está juzgando.
Le explica luego a Daniel que no es un monstruo, que lo que escuche en el juicio son cosas que se retuercen, pero que su padre era su alma gemela, y que le gustaría poder protegerlo y que pudiera seguir siendo un niño más tiempo.
En el juicio hacen pasar al encargado de la investigación y pone la discusión que grabaron, del día anterior a la muerte.
En ella, Samuel se quejaba de falta de tiempo, diciéndole él que pruebe a organizar su tiempo de otro modo.
Samuel le echa en cara que lleva años al compás marcado por ella y no puede hacer nada con su tiempo, a lo que ella le responde que no lo obliga a dar clases ni a dar clases a Daniel en casa, pero él dice que ya redujo la carga lectiva a la mitad y aún así no es suficiente, pues debe terminar la reforma de la casa y ocuparse de todo lo demás.
Ella se defiende y dice que cumple con su parte y le pide que se relaje.
Le recuerda que cuando decidió educar a Daniel en casa le advirtió de lo sacrificado que sería, a lo que le responde que se alegra de haberlo hecho, pues gracias a eso tiene una gran relación con él, pero que las cosas no son equitativas, ante lo que ella le dice que no cree en la reciprocidad, y debe dejar de culparla por todo lo que hace o deja de hacer.
Él dice que planifica su vida en torno a ella y ahora desea recuperar su tiempo y se lo debe, respondiéndole Sandra que no le debe nada, que se está protegiendo por el embrollo en que se ha metido, que fue él quien decidió ir a vivir allí y reformar la casa. Que fue él quien se puso esa trampa.
Ella le aconseja que retome el libro que dejó a medias, preguntando él si ese libro que ella le saqueó apropiándose de su mejor idea, diciéndole que puede realizar su versión y decir que la inspiró, y ella lo admitirá y le dice que ojalá se animara a saquearla a ella algún día.
Él insiste en que ella lo impone todo, incluso hablando allí en alemán, proponiendo ella si quieren en hablar en inglés para estar en igualdad de condiciones y le recuerda que están en su país y en el pueblo donde él nació, y cada día debe aceptar que la gente con que se crio él la mire con desprecio cada vez que no hace el esfuerzo de sonreírles, diciendo él que no sonríe a nadie, diciendo ella que por eso la quiere, pues si hubiese querido a alguien que sonriese a sus amigos habría elegido a otra.
Él dice que impone su modo de vivir, de comer, de hablar, incluso de follar, pues siempre dirige ella, recordándole ella que es él quien se ha negado a follar desde el accidente y no sabe qué se negó a hacer, diciendo él que todo, y encima se ha acostado con otros
Ella le dice que puede vivir sin sexo, pero no eternamente y busca soluciones.
Ella le dice que se está quejando de vivir la vida que él eligió, y que no es una víctima y que su generosidad oculta algo. Que es incapaz de enfrentarse a sus ambiciones y por eso le guarda rencor.
Que se despierta con 40 años y tiene que culpar a alguien de sus frustraciones cuando es él el culpable porque su miedo al fracaso lo tiene petrificado.
La discusión sube de tono cuando él le dice que es un monstruo, y que hasta Daniel lo dice a su manera.
Ella le pide que lo retire, y él explica que es muy dura, diciendo ella que Daniel dice lo que cree que quiere escuchar porque siente su culpabilidad y trata de reconfortarlo.
Él le dice que no soporta más su frialdad y le dice que es violenta.
La grabación continúa, y escuchan en la sala ruidos violentos y cristales rotos.
El investigador cuenta que encontraron la grabación en un USB de la víctima junto con numerosas grabaciones realizadas con su teléfono desde seis meses atrás, al parecer para una novela y que luego las transcribía.
Dice que los golpes que se escuchan son como un golpe en la cara y cree que son de ella, porque estaba más alterada, como se deduce de sus últimas palabras y que los gritos ahogados que se oyen son de él.
Muestran luego las fotos del brazo de ella el día de la muerte con un hematoma que parecía la marca de un forcejeo.
Le recuerdan que aunque reconoció que se lo hizo durante la pelea con su marido, primero mintió y dijo que era por un golpe en la cocina, reconociendo que mintió porque temió parecer sospechosa y no quiso mencionar la pelea para no parecer culpable.
Renzi le pregunta a ella qué se oye exactamente al final de la pelea.
Cuenta que el ruido de cristales rotos era ella lanzando una copa contra la pared y luego se acercó a su marido y le dio una bofetada y él la agarró la muñeca con mucha fuerza e intentó evitar que tirara unos marcos de fotos al suelo, pero no pudo.
Pero no le pegó más que la bofetada, y el resto de golpes que se escuchan fueron de Samuel golpeándose en la cara y en la cabeza y dando puñetazos a la pared, y les dice que aún están las abolladuras y hay más por toda la casa, porque lo hacía a menudo, y que, de hecho, años atrás se rompió un dedo golpeando la pared.
Y hay fotos de los golpes y una radiografía del dedo roto hecha en junio de 2017.
Hace ver al investigador que lo suyo es una opinión basada en una grabación ambigua y no puede establecer una relación directa entre la pelea y el suceso del día siguiente sacando conclusiones de lo que ignoran por lo que escucharon.
Ella no sabía que la había grabado, pero sí, que grababa momentos de sus vidas y al principio se lo decía, pero luego empezó a hacerlo sin avisar para tener material para volver a escribir, y ahora piensa que es posible que provocara la discusión para grabarla.
El fiscal le pregunta por su adulterio y cómo lo descubrió él, contando que miró el móvil y descubrió mensajes de una mujer con la que se acostó dos veces y fue solo con ella, aunque el fiscal recuerda que Samuel alude a numerosas infidelidades.
Dice que tuvo varias aventuras el año del accidente de Daniel, pero no lo engañó, porque lo sabía, pues se lo contó y la última no se la contó porque intuyó que le dolería demasiado, pese a que la única persona por la que sentía algo era Samuel.
Ella concluye que el fiscal está tratando de demostrar que todos los problemas de Samuel eran por culpa de ella, pero no es así,
Pero el fiscal insiste y le pregunta por lo del saqueo de su obra.
Ella le dice que en el libro que dejó a medias había un pasaje muy interesante que era un esbozo y, como abandonó el libro y le preguntó si podía utilizar la idea, le dijo que sí, y habló de saqueo porque la gente exagera y altera los hechos cuando discute.
Se enfada, pues dice que no entiende que tenga que explicar la diferencia entre un esbozo de 27 páginas y una novela de 300, y además él escribió algo muy diferente.
El fiscal decide que ella siempre cuenta en sus libros cosas de su vida, como la muerte de su madre o el accidente de su hijo y reflejan su vida y lee un pasaje que describe a un hombre que podría ser Samuel, un hombre que había dejado de quejarse y se había rendido y a ella le asqueaba su resignación y surgió la posibilidad de su desaparición y se plantea cómo matar y deshacerse de un cuerpo.
Nour recuerda que ese pasaje es el delirio de un personaje secundario al borde de la locura y no ejecuta su fantasía. Y la novela no es la vida.
Preguntan al investigador si Samuel envió los textos a alguien, contando que se los envió a un amigo editor que debía a publicar su primera novela.
Vincent cuenta que le enviaba hasta 4 textos por semana y el editor nunca respondió, lo que apunta, debió afectarle al tener una autoestima tan baja.
Renzi dice que tras un año en Londres, endeudados por los gastos médicos, decidió regresar al lugar donde se crio y compraron un chalet que exigía más trabajo del previsto, pero no podía renunciar a su sueldo como profesor para dedicarse a escribir, pues las obras no terminan y al año y medio de mudarse se sentía atrapado y debían pedir un préstamo.
Cree que el accidente de su hijo, la novela abandonada y ver que su mujer publicaba un libro tras otro le tenía deprimido, y además dejó los antidepresivos y empezó a grabar su vida y se negaba a admitir que transcribir no es escribir y el silencio del editor lo humillaba, por lo que cree que el problema de Samuel no era su mujer, sino su fracaso.
Finalizado su turno, la juez dice que aunque pueda parecerlo no era ese el alegato final, y Sandra le dice a su amigo que Samuel no era así.
La jueza anuncia que ha decidido que Daniel vuelva a testificar el lunes, pues le proporcionó nueva información de interés, y pide que eviten que entre en contacto con su madre o que si entra que no hablen del tema, por lo que la señora Berger debe permanecer con Daniel todo el fin de semana.
Ya en casa, Daniel le dice a Marge que quiere estar solo con ella
Sandra le pregunta si es por lo que escuchó, y le dice que no podía comentárselo antes, y le dice que si quiere no le hablará, pero el niño no le responde
La recoge Renzi y va llorando en el coche.
El niño da de comer al perro y de pronto este cae y no reacciona, por lo que llama a Marge, a la que le cuenta que le dio aspirinas y pide que le haga vomitar.
Marge ve en Internet cómo hacer vomitar a un perro y ve que es con agua salada, y consigue al hacerlo que el perro reaccione y respire.
Le cuenta luego a Marge que ignoraba el intento de suicidio de su padre y lo del psiquiatra y que tomaba pastillas.
Y se acordó al enterarse de algo que pasó en aquellos días.
Una mañana encontró a Snoop tumbado en el suelo de su cuarto. No se movía y olía a vómito. Le limpió el hocico y pensó que habría pillado un virus y estuvo raro durante unos días y piensa que quizá se comió el vómito de su padre y eso lo envenenó y por eso quiso repetirlo y le dio las aspirinas para ver cómo reaccionaba y es igual que entonces y ya no sabe si creerla o no.
Sabía que discutían, pero no de forma tan violenta y le pregunta si ella cree que lo mató.
Salen a pasear juntos, y Marge le dice que si faltan datos para juzgar un hecho y esos datos son indispensables, solo pueden elegir una opción y a él le toca elegir.
En televisión hablan de la obra de su madre y la analizan y comentan que todo lo relacionado con la muerte de Samuel Maleski ya apareció en los libros de ella y que es más interesante la idea de una novelista asesina que la de un profesor suicida.
En el tribunal, Daniel dice que si piensa que lo hizo su madre no lo puede entender, y si piensa que fue su padre sí podría entenderlo.
El fiscal dice que los experimentos con su perro no prueban nada, pues no están documentados y parecen providenciales sus recuerdos tras escuchar los testimonios y no hay nada que los sitúe en un momento concreto, y que, de hecho, la sobredosis de pastilla no pudo ser en realidad un intento de envenenamiento por parte de su madre.
Cuenta finalmente que, como su perro seguía mal, su padre y él lo llevaron al veterinario y le habló de Snoop, y de que podría caer enfermo o incluso morir y debía prepararse.
Pero recuerda que él no quería escuchar eso, pues no era tan viejo ni había estado enfermo y le dijo que no iba a morir, pero él le dijo que pasaría algún día y puede que esté cansado de cuidar de los demás y algún día no podrá más y se irá y él no podrá hacer nada y debe prepararse, pues será duro, pero no será el fin del mundo.
Dice que ahora cree que hablaba de sí mismo.
El fiscal pide al jurado que tome ese relato no como una prueba, sino como algo subjetivo.
Las televisiones se arremolinan en Grenoble, frente al juzgado. El juicio debería haber acabado el viernes por la tarde pero Daniel insistió en testificar.
Finalmente informan que Sandra fue absuelta. Dice a los periodistas a la puerta del juzgado que ya se habló demasiado durante el juicio y no tiene más que decir.
Daniel, que la ve en televisión, sonríe, y llora luego al escucharla decir que solo quiere llamar a su hijo y regresar a su casa.
Ya desde el coche, llama. Habla con Marge, que le dice que Daniel está muy cansado y le pregunta si le parece bien que vuelva a casa esa noche, y sonríe al ver que sí.
Para celebrar el resultado van a un restaurante con Renzi y Nour.
Cuando se queda a solas con Vincent beben más.
Luego se muestra triste, y dice que esperaba sentir mayor alivio. Pues si ganas es como si esperases alguna recompensa que no llega.
Le muestra luego su cariño hacia él.
Cuando llega a casa ve que Daniel se durmió ya. Marge le dice que quería esperarla, pero se durmió.
Tras despedir a Marge, carga con él y lo lleva a la cama.
Ve entonces que Daniel está despierto y le dice que tenía miedo de que volviera, confesando ella que también tenía miedo de volver.
Finalmente se abrazan.
Sandra se tumba luego en el sofá, y lo hace Snoop a su lado.