Al final de la escalera
The Changeling (1979) * Canadá
También conocida como:
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"El intermediario del diablo" (Hispanoamérica)
Duración: 109 min.
Música: Rick Wilkins
Fotografía: John Coquillon
Guion: William Gray, Diana Maddox (Historia: Russell Hunter)
Dirección: Peter Medak
Intérpretes: George C. Scott (John Russell), Trish Van Devere (Claire Norman), Melvyn Douglas (Senador Joseph Carmichael), John Colicos (Capitán DeWitt), Jean Marsh (Joanna Russell), Barry Morse (Doctor Pemberton), Madeleine Sherwood (Señora Norman), Helen Burns (Leah Harmon), Frances Hyland (Señora Grey).
Upstate. Nueva York. 27 de noviembre
John Russell, su esposa Joanna, y su hija Kathy empujan el coche a través de una carretera nevada, al habérseles estropeado.
Consiguen llegar hasta una cabina telefónica desde la que John se dispone a llamar al servicio de ayuda en carretera, viendo mientras lo hace, cómo se acercan un coche y un camión cada uno por un lado de la carretera a demasiada velocidad para el estado de esta, por lo que, cuando el coche trata de frenar, derrapa y hace que el camión tenga que frenar, derrapando también y arrollando a Joanna y a Kathy, que estaban jugando con la nieve.
Unos meses más tarde Russell recorre su piso, donde quedan ya solo algunas cajas para finalizar la mudanza, viniendo a su cabeza esa misma habitación, aún amueblada, donde él tocaba el piano, y recordando a su hija votando una pelota. La misma que vota al caer de una de las cajas que lleva la empleada del hogar.
Seattle. 4 de marzo
Visita en la ciudad a sus amigos Robert y Eva Lingstrom, a quienes les cuenta que al principio estaba trastornado y no sentía nada, hasta que un día se hizo a la idea.
Robert le recuerda que comenzará a dar clases el lunes y le presentará a los amigos de la facultad, estando encantados de poder contar con un afamado compositor como él, ofreciéndole incluso quedarse allí, aunque les dice que prefiere alquilar una casa, pues necesita un sitio donde componer y tocar el piano por la noche.
Eva le pone en contacto con una representante de la sociedad para la conservación histórica que cree tendrás casas para alquilar donde no moleste a nadie.
La representante, Claire Norman, le muestra una enorme casa, que, le cuenta, lleva deshabitada 12 años, cuando pasó a formar parte de su sociedad y que observa es enorme y magnífica y se pregunta por qué no se ha alquilado en todo ese tiempo, señalando ella que lleva poco tiempo trabajando allí y cree que no se esforzaron demasiado en conseguirlo, porque necesita muchos cuidados, aunque en algún momento pensaron convertirla en museo.
Observa que tiene muebles muy valiosos y una enorme sala de música, con piano incluido, ya que costaba demasiado moverlo.
Pronto estará instalado y componiendo mientras le ayudan a colocar sus cosas y limpiar el señor Tuttle, el encargado de limpiar la casa durante todo ese tiempo y otra mujer.
Observa, mientras toca, que hay una tecla que no funciona, pero cuando sale para recibir un encargo la tecla se pulsa sola.
En la universidad, comienza una serie de conferencias de música avanzada, viendo que sus clases están a rebosar pese a que le habían dicho que solo se habían inscrito 23 estudiantes.
Y, ya instalado, acude, también, con sus amigos, a un concierto de la orquesta filarmónica de la ciudad, encontrándose a la salida con Claire y su madre, acompañando a la primera a tomar una copa mientras el senador Carmichael habla para los asistentes, a los que anima a donar fondos para la orquesta.
Al día siguiente le despiertan unos terribles ruidos que ignora de dónde vienen.
Más tarde, mientras compone, la puerta se abre sola, no estando cerca Tuttle, que le dice que no hay nadie más en casa.
Graba su nueva creación, apareciendo por la tarde, mientras la escucha, Claire, para llevarle algunos de cuadros que estaban antes en la casa, entre ellos una antigua foto de la mansión.
En uno de los muebles que le llegaron, Claire observa la pelota de Kathy, su hija.
John observa que Claire fue a caballo hasta allí, preguntándole ella si él también monta, saliendo a cabalgar juntos hasta un bosque cercano, donde John sufre una crisis de ansiedad al recordar a su hija, pues adoraba los caballos.
Luego, en la cama, llora al recordarla hasta que los terribles sonidos del día anterior se repiten.
Él y Tuttle revisan las tuberías, ya que se trataba de un sonido metálico, pensando Tuttle que debe tratarse del aire, aunque Russell cree que el ruido era demasiado fuerte y rítmico, preguntándose por qué se repitió dos días seguidos, los dos a las 6 y durante medio minuto, pensando Tuttle que es la caldera.
Russell comienza a colaborar con un cuarteto de cuerda con los que ensaya en su casa, durante una noche de fuerte tormenta.
Cuando se van los demás músicos comienza a escuchar sonidos de agua, viendo que está abierto el grifo de la cocina, aunque cuando lo cierra escucha sonidos más fuertes, por lo que sube a la parte de arriba de la casa, donde escucha de nuevo el agua, más abundante ahora y el sonido de un grifo que se cierra, por lo que sigue subiendo, volviendo a escuchar sonidos de agua, viendo que está abierto el grifo de una bañera, que también cierra extrañado, viendo reflejada en el agua la figura de un niño, por lo que retrocede asustado.
Acude a la sociedad para la conservación histórica para hablar con Claire, a la que le dice que desea averiguar si le ocurrió algo similar a alguna otra persona y cómo reaccionar, aunque ella le dice que desde que trabaja allí la casa siempre estuvo vacía y que quizá haya sufrido alguna alucinación por la fuerte carga emocional que soporta.
Pero cuando Claire sale para hablar por teléfono, otra empleada ya mayor, Minnie Huxley, le dice que haber legalizado el contrato de alquiler fue un error, pues esa casa nunca debió ser alquilada, pues nadie pudo vivir en ella, pues no quiere ser habitada por nadie, preguntando él si es que ya hubo problemas, aunque la mujer no le contesta.
Al día siguiente, cuando sale de casa estalla un cristal del último piso, por lo que sube la escalera hasta la parte más alta de la casa para ver por qué ocurrió, llegando así hasta un pequeño trastero, donde ve unos tablones que arranca y que ocultan otra puerta, cerrada con un candado que golpea con un martillo, comenzando a repetirse los fuertes ruidos de la mañana hasta que consigue romper el candado, pese a lo cual, la puerta se le resiste, hasta que, de pronto, se abre sola.
Observa que da a otra escalera llena de telarañas que finaliza frente a otra estancia, llena de viejos muebles cubiertos por enormes telarañas. Estando al fondo la ventana cuyo cristal saltó por los aires sin aparente motivo.
Entre los mueble ve un escritorio de donde recoge un cuaderno, con las iniciales G.S.B. y 4 de enero de 1909 y una caja de música en que suena una canción de cuna, que, observa, coinciden con la pieza que él había creído componer, explicándole a Claire que es la misma melodía, nota por nota, con el mismo tempo y en la misma clave.
Ella le dice que debió ser una melodía popular en su época, asegurando él no haberla escuchado nunca, diciendo que hay algo que se repite en el ambiente, pese a que Claire no consiguió encontrar nada en los archivos, pese a lo que dijo la señora Huxley.
Él cree que allí hay algo o alguien que quiere comunicarse y que lo empuja hasta el final de la escalera, ofreciéndose ella a subir con él, mientras fuera hay tormenta.
Una vez arriba le muestra el cuaderno y se pregunta quién viviría allí.
Observan una silla de ruedas pequeña y se preguntan qué pasaría en esa habitación.
Claire accede a los archivos de la casa, que un arquitecto y su familia compraron en 1965 y vendieron en 1967, adquiriéndola la sociedad gracias a un donativo del senador Carmichael, aunque no encuentran el resto del informe. Lo anterior a 1920.
Minnie les cuenta que en 1909 vivía allí un médico apellidado Barnard que tenía un niño y una niña y vendió la casa tras una tragedia familiar.
Acuden a la hemeroteca, para ver los periódicos de 1909, encontrando la noticia de que el 16 de febrero Gora Barnard, la hija de 7 años del doctor Walter Barnard fue atropellada por un carro de carbón y fue llevada al hospital.
Unos días más tarde se informaba de la muerte en el hospital de Santa Margarita de la niña como consecuencia de las heridas sufridas en el accidente.
Acuden al cementerio, ya que se indicaba que sería enterrada en el panteón familiar y John se pregunta qué hay en esa casa que trata de llamar su atención, pues la niña murió en un accidente similar al de su hija, y se pregunta si tiene que volver a vivirlo, recomendándole Claire que se vaya de esa casa.
Repasa el álbum de fotos de su familia, cuando empieza a escuchar lo que parecen unos pasos, viendo que ha bajado rodando por la escalera la pelota de su hija, que observa, no está ya dentro del mueble.
Decide deshacerse de ella lanzándola al río desde un puente, aunque cuando llega a casa ve cómo la pelota baja de nuevo por las escaleras.
Va a ver a un doctor, que le dice que por allí pasan telépatas y médiums que ellos descubren, que en un 99% son un fraude, pero que hay un 1% que es asombroso.
Recibe con Claire a un matrimonio y a otra mujer, pidiendo que le permitan grabar la sesión.
Sentados todos ellos frente a una mesa, diciéndole la médium que la presencia de esa casa se acerca a él a través de la pérdida de su mujer y su hijo.
La mujer entra en una especie de trance y comienza a escribir lo que alguien parece explicarle, y, aunque al principio son solo unos garabatos. A medida que avanzan, algunos de ellos se convierten en palabras con sentido.
Les dice que es la presencia de un niño que no está en paz y no puede descansar y que está con ellos y quiere hablar y comunicarse.
Le pregunta cómo se llama y si quiere hablar con ellos, escribiendo la médium: "Yes", tras lo que le pregunta si es Gora, señalando que no, que es Joseph.
Le pregunta cómo murió y si hay alguien con quien desee comunicarse, respondiendo que, con John, tras lo que pide ayuda repetidamente.
Le preguntan si quiere hablar con John para decirles por qué no está en paz.
Un enorme cono que tenían sobre la mesa comienza a moverse descontrolado y una copa de cristal sale volando hasta estrella contra un mueble.
Cuando le preguntan si murió en esa casa y por qué sigue en ella y cómo murió, la puerta de arriba se cierra.
Cuando se queda solo, John, rebobina la cinta grabada y vuelve a escucharla, viendo que, cuando le preguntan si es la niña que mató el carro de carbón, se escucha un "no", que coincide con lo que escribió la médium, escuchando, cuando le preguntan por su nombre, que se llama Joseph Carmichael, y cuando le preguntan si murió en esa casa dice que en su habitación y que no puede caminar.
Repite las palabras "mi padre", "mi habitación" y cuando le preguntan cómo murió responde "padre, por favor, Sagrado Corazón, mi medalla, padre, ayuda".
Su padre lo ahogó en la bañera mientras se bañaba, cogiéndolo por los pies y hundiéndole la cabeza hasta matarlo.
Joseph se queda conmocionado tras escuchar la cinta y llama por teléfono a Claire y le pide que vaya, cayendo desmayado antes de colgar.
Le habla de lo que escuchó y del Sagrado Corazón, contándole Claire que había un orfanato en la ciudad, ya cerrado, llamado Sagrado Corazón.
Claire le insiste en que se marche de esa casa, viendo aterrada, de pronto cómo la pequeña silla de ruedas se mueve sola.
Frente a la Spencer Carmichael Tower, John observa la llegada del Senador Carmichael, que ya en su despacho recibe una llamada de Minnie Huxley, que le cuenta que han estado mirando los archivos un hombre llamado Russell.
Claire le cuenta que vio un documento redactado cuando se pensó convertir la casa en museo, donde se explica que la casa perteneció a la familia Carmichael de 1889 a 1906, habiendo nacido en ella el Senador en 1900, muriendo su madre cuando nació.
Vivieron allí Richard, su padre, y él que tenía una atrofia desde los 3 años, razón por la que viajaron a Basilea para seguir un tratamiento especial, embarcando en octubre de 1906, y no regresando de Suiza hasta el final de la I Guerra Mundial.
Concluye John que Joseph fue asesinado por su padre y enterrado en secreto y sustituido por un niño del orfanato del Sagrado Corazón con el que se fue para Europa. Regresaron en 1918, con 18 años y, presuntamente curado, preguntándose si lo sabrá.
La esposa de Richard Carmichael era Emily Spencer, hija del fundador del imperio Spencer-Carmichael.
Como el potentado murió en 1905 y era multimillonario, John se plantea hacerse con su testamento para tratar de aclarar el misterio, e investigarán si existe algún rancho Spencer con un pozo.
Descubren que había, en efecto, un rancho con un pozo, desapareciendo en los planos de lo que fue la propiedad el pozo en 1928, pues se construyó encima una casa.
John visita ese domicilio, aunque no hay nadie, viendo en el correo que pertenece a E. Grey.
Le cuenta a Claire que Richard dejó el rancho a Joseph, marginando a su padre, que pasó, no obstante, a ser el tutor y administrador de la herencia, una enorme fortuna, que pasaría a obras de caridad si el niño fallecía antes de los 21 años, lo cual asustó a Richard, pues su hijo estaba enfermo y era previsible que falleciera antes de esa edad.
Regresa por la noche a casa de la señora Grey con la que ya había hablado por teléfono.
Grey les dice que su historia le pareció absurda y no les habría recibido de no ser porque justamente tres noches antes, cuando ellos hicieron la de la sesión de espiritismo, su hija se despertó por una pesadilla muy afectada diciendo que había un niño, casi un enano que salía del suelo y le pedía ayuda y no dejaba de mirarla.
Comprende que la pretensión de ellos es levantar el suelo de la habitación, donde la niña no quiere ya dormir, diciéndole que le dejen pensarlo.
Pero esa noche, la niña se despierta de la cama de su madre, donde dormía con ella y va hasta su antigua habitación, chillando fuertemente tras visualizar el cadáver de un niño flotando en un pozo.
Eso sirve para que les permita levantar el suelo de la habitación y localizar el pozo, en el que comienzan a cavar, tratando de encontrar el cadáver, logrando John descubrir los huesos de una mano, por lo que llaman a la policía.
Estos rescatan los huesos del cadáver, entre una gran expectación de la gente, señalando el forense que los huesos deben llevar enterrados más de 50 años, preguntándole a John si tiene idea de quién era el niño, a lo que responde que no.
Le dice luego a Claire que no encontraron la medalla, que sería la prueba que demostrara quién era el niño y por eso no dijo nada.
Cuando se queda solo se cuela en la casa precintada tras romper un cristal, bajando tras ello de nuevo al pozo para seguir con la búsqueda, entre la arena, y, cuando está a punto de darse por vencido surge de la tierra por sí sola la medalla que buscaba.
Aun de madrugada va a ver a Claire y le muestra la medalla con el nombre del niño y la fecha de su nacimiento, indicándole ella que debe avisar a la policía, aunque él teme que no se molestarán por un caso de 70 años antes, por lo que piensa que será mejor tratar de hablar con Carmichael, pese a que Claire le asegura que no querrá recibirlo.
Acude a la zona privada del aeropuerto, donde el Senador está a punto de subir a su avión privado y, mostrándole la medalla, que, le dice, lleva su nombre, aunque sus guardaespaldas le impiden acceder a él, que al despegar pide que llamen al capitán DeWitt, mientras observa su propia medalla.
John regresa a su casa, donde todas las puertas empiezan a abrirse y cerrarse con fuertes golpes, y pregunta qué más quiere de él, pues ha hecho todo lo que ha podido.
Recibe entonces la visita del capitán DeWitt, que tiene conocimiento de la sesión de espiritismo y de su entrada en la zona privada del aeropuerto, así como del desentierro de los huesos del niño, pensando que trata de chantajear al senador, pidiéndole que le devuelva la medalla de la que, le dice, se ha apropiado, apropiado y que el senador había perdido.
Llega entonces Claire Norman, que ve cómo el policía le dice a John que si no se la entrega volverá con una orden judicial y desmantelarán la casa, pese a lo que él se niega a entregarla.
Claire, por su parte, le cuenta que anularon su contrato y la obligaron a dimitir de la sociedad sin motivo ni explicaciones, decidiendo ir a ver al presidente de la junta para aclarar las cosas.
Cuando se queda solo ve de pronto, al pasar frente a un espejo, cómo este se rompe y le hiere, viendo el cadáver del capitán en el hueco del espejo.
Recibe entonces la llamada de Claire, que le cuenta que iba en su coche cuando de pronto se topó con el coche del capitán volcado, pese a que no había razón alguna para que se accidentara, y murió, viéndose su cara a través del parabrisas roto, exactamente igual a como lo vio John en el espejo.
Cuando el Senador regresa de su viaje recibe una llamada en que le explican lo ocurrido al capitán DeWitt, decidiendo por ello recibir a Russell en su mansión.
Claire que le estaba llamando, al ver que no le responde, decide, preocupada ir hasta su casa, donde, pese a no haber nadie se enciende una luz en el cuarto de Joseph.
Carmichael le pregunta a Russell qué pretende de él, diciéndole que él debe saberlo ya.
Le habla de la casa que fue de su familia hasta 1906, donde, le dice, ocurren fenómenos extraños, y le habla de la visita del capitán DeWitt y le recuerda que intentó hablar con él en el aeropuerto y le muestra la medalla que encontró en el pozo.
Le dice no tener ninguna explicación lógica. Cree que mataron a Joseph en su habitación del ático de la casa y que fue su padre quien lo hizo, sustituyendo luego al niño por otro niño huérfano del colegio del Sagrado Corazón al que se llevó a Europa, y que ese niño era él.
Carmichael le pregunta cuánto quiere por esa patraña inventada, asegurando Russell que no desea chantajearlo, que todo lo que le rodea es del niño muerto y él se ha aprovechado del asesinato y cree que siempre lo sospechó, asegurando Carmichael que su padre no era un criminal, que era un hombre maravilloso.
Russell le muestra los documentos que sacó de los archivos de la ciudad y la cinta con la sesión de espiritismo grabada, asegurándole que no hay copia. Se lo entrega todo y le dice que él ya hizo todo lo que debía, diciéndole Carmichael que, si se entera de que ha dicho algo de eso a alguien, lamentará haber nacido.
Cuando llega a casa de su amigo, ve que están las luces encendidas, aunque no llega a llamar a la puerta, ya que esta se abre sola, viendo que la casa está vacía.
Escucha una voz que la llama y sube las escaleras buscando a John, hasta la que fue la habitación de Joseph, a la que sube pese al terror que siente, viendo cómo la sillita de ruedas del niño la persigue, haciendo que caiga por la escalera.
Totalmente aterrorizada, es rescatada por John, que, viendo cómo la lámpara se mueve sola, la saca de la casa y hace que suba al coche, para regresar él a la casa.
Llama a Joseph y sube las escaleras, aunque un viento fortísimo le impide casi avanzar y le empuja, cayendo desde el primer piso, quedando sobre la alfombra casi sin sentido.
Ve entonces cómo las llamas empiezan a recorrer las escaleras.
Carmichael, en su despacho, observa y compara su medalla y la que le entregó John y cuelga esta sobre el retrato de su padre, comenzando a moverse la medalla y con ella toda la mesa.
Mientras el fuego se extiende, John ve, sin poder moverse, a Carmichael subiendo la escalera, que se desploma tras la subida de este.
La lámpara se balancea y cae, debiendo esquivarla John, que tras ello consigue salir.
Mientras la casa arde y ellos se alejan, Carmichael sube hasta la habitación de Joseph, donde puede ver el asesinato del verdadero Joseph Carmichael a manos de su padre.
El Senador, que en realidad sigue en su despacho y frente al cuadro de su padre, sufre un ataque al corazón, mientras la casa explota.
John y Claire se acercan a la mansión del Senador, al que se llevan en una ambulancia.
Sobre los restos de la casa, arrasada por el fuego quedan la silla del paralítico y la caja de música, que se abre sola y comienza a sonar.