Te cuento la película

Verano 1993
Verano 1993

Estiu 1993 (2017) * España

Duración: 97 min.

Música: Ernest Pipó

Fotografía: Santiago Racaj

Guion y Dirección: Carla Simón

Intérpretes: Laia Artigas (Frida), Bruna Cusí (Marga), David Verdaguer (Esteve), Paula Robles (Anna), Fermí Reixach (Abuelo), Montse Sanz (Lola), Isabel Rocatti (Abuela), Berta Pipó (Angie), Paula Blanco (Cesca), Quimet Pla (Gabriel).

Noche de San Juan en Barcelona.

El ruido de petardos y tracas y fuegos artificiales iluminan la noche con su ensordecedor ruido, aunque Frida no parece impresionada.

Sube luego a su casa, donde ve que hay varias maletas ya preparadas, mientras en el salón se mueve un montón de personas llevando cajas de un sitio para otro, animados por Esteve, que toca la guitarra.

En un aparte la abuela le enseña a la niña el Padre Nuestro y le entrega el recordatorio de la Primera Comunión de su madre, diciéndole que así la sentirá más cerca, recordándole que debe rezar el Padre Nuestro cada día.

Poco después los abuelos y los demás tíos y primos despiden a Frida que se va en una furgoneta con sus tíos Marga y Esteve.

Cuando llegan a su casa, una masía, su vecina, Cesca, les acerca a su hija Anna, ya dormida, con la que se quedó mientras ellos fueron a Barcelona.

A la mañana siguiente la despierta una niña cantando y el canto de un gallo.

Sale aún con el camisón, viendo que la que canta es su prima Anna, que ayuda a su madre a recoger nueces de un árbol cercano.

Esteve, su tío, trata de ganársela, bebiendo él la leche que a ella no le gusta.

Acompaña a su tía a comprar huevos a Gabriel, un vecino, aunque le dan miedo las gallinas, encontrando luego mientras busca a Marga una virgen que hay en una gruta.

Van también a la peluquería, comentando las vecinas lo extraño de que la hermana de Esteve muriera de una pulmonía, en esos tiempos.

Frida saca todas sus muñecas delante de Anna, a la que le dice que no puede tocarlas y que tiene tantas, porque toda la gente que se las regaló la quieren mucho.

Frida apenas habla pese a que su tía trata de conseguir que lo haga y se excusa diciendo que es porque tiene mal el pelo. Marga trata de arreglárselo, pero como no parece convencida le da el peine para que lo haga ella sola, tirándolo la niña por la ventanilla del coche.

La lleva al médico y le hacen análisis de sangre, aunque la niña asegura que en el Hospital del Mar le dijeron que no le harían más, indicando el médico que quiere hacerle más pruebas pese a que Marga asegura que en Barcelona le dijeron que estaba todo bien, diciéndole el médico que se los manda para quedarse tranquilo.

Antes de marcharse, Marga le pide a la niña que se ate los zapatos, aunque ella afirma que no sabe hacerlo, pese a que le dice que hasta Anna sabe hacerlo.

Juega con su prima Anna, pintándose la cara como si fuera su madre, y cuando Anna le pregunta si quiere jugar con ella, Frida le dice que la deje, pues está muy cansada y tiene muy mal cuerpo, mientras se tumba.

La niña insiste y finalmente acepta jugar con ella, aunque a que la niña le trae lo que pide de la cocina.

Por las noches, Frida reza como le enseñó su abuela, viendo cómo Anna se despierta y va a la habitación de sus padres.

Frida se acerca a la gruta de la Virgen que descubrió y deja allí un paquete de tabaco, y le pide a la Virgen que se lo dé a su madre, que le gustará mucho.

Acude con Marga a los ensayos de las fiestas, donde participa Irene, la hija de su amiga Cesca en el baile de cabezudos, presentándole Irene a Frida, que la invitará a jugar con ella y con sus amigos al pilla-pilla.

Mientras juegan, Frida se cae y se hace una herida, acercándose Irene a ella y apareciendo Cesca, su madre de inmediato para coger a Irene y para evitar que toque a Frida, y aunque Marga insiste en que no pasa nada, Cesca dice que no se sabe.

Marga les pide que le lleven una lechuga del huerto, cortando Frida un repollo si hacer caso a Anna, que coge una lechuga, que Frida le quita para llevarle a Anna cuando esta le dijo que se había equivocado.

Las niñas se bañan juntas, observando Frida cómo Esteve seca luego el pelo a Anna.

Un día llegan a visitarlos los abuelos en autobús para ver a la niña por sorpresa.

La abuela insiste en rezar con ella el Padre Nuestro y le dice debe hacerlo cada noche, por su madre, que dice, hizo muchas tonterías con su padre, pero que la quería mucho.

También los visitan sus tías Angie y Lola.

Los abuelos dicen que han pensado en ir a visitarla cada domingo pese a que el viaje es largo, recordándoles Marga que habían decidido esperar aún un tiempo para hacerlo.

Frida los oye hablar, diciendo Lola que Neus dejó escrito en su carta lo que quería, preguntando la niña de qué carta hablan.

La abuela dice que su hija era una inconsciente que siempre tomaba malas decisiones y debería darles vergüenza, incluido Esteve, que podría haber acabado igual, debiendo pedirle su marido que se calle.

Una noche se escucha música y Anna corre a bailar con su padre, poniendo la niña los pies encima de los de él, mientras Frida los observa, pidiéndole luego a Frida que haga lo mismo poniendo ella también sus pies sobre los de Esteve.

Anna le pide a su madre que le ate las zapatillas, diciéndole ella que ya sabe hacerlo sola, insistiendo la niña en que no sabe, diciéndole a Frida que ya ve lo que pasa con sus tonterías, tras lo que se marcha enfadada, diciendo que no está para historias.

Frida vuelve a visitar la gruta y observa que ya no está el tabaco, llevándole en esta ocasión un pañuelo para el cuello.

Un día, mientras juegan, Anna le acerca el teléfono y le pregunta si quiere hablar con su madre. Ella llama a un número pero no le contesta nadie.

Frida en ocasiones se esconde y su prima la busca para jugar con ella, y no queriendo hacerlo, un día se adentra con ella en el bosque y le pide a Anna que suba a un pequeño tronco y le dice que van a jugar al escondite y que la espere sentada hasta que vaya.

Escucha al rato cómo Marga llama a la niña, que no responde. Le pregunta a Frida si la ha visto y ella le dice que no, viendo cómo la madre la busca cada vez más angustiada.

Vuelve entonces a buscarla al sitio donde la escondió, pero no la encuentra, habiendo un arroyo cerca, lo que la asusta, por lo que comienza también ella a buscarla.

Horas después regresa Marga con Anna que lleva un brazo escayolado.

Frida la escucha esa noche hablando con Esteve y diciendo que no era un juego y que podría haber pasado algo peor, que Frida es una mimada que hace lo que le da la gana y que le tienen que poner límites y le pide que la ayude, diciendo él que tiene razón.

Frida corta unas flores y Marga le pregunta de dónde las sacó, diciéndole que son un regalo para ella, aunque Marga le regaña, pues son de las macetas de su vecino, regañándole también por haber pintado la escayola de Anna, tras lo que le dice que es un desastre.

Esteve y Marga explotan el bar de la piscina del pueblo, quedándose un día las niñas con Esteve mientras trabaja porque Marga no se encuentra bien.

Frida la encuentra en la cama y la acaricia, diciéndole Marga que está mal por la regla, viendo cómo se quita una compresa con sangre.

Una noche Anna va a la cama de sus padres como suele hacer y la lleva Frida de la mano. Les dice que la niña tiene miedo, dejando que se acuesten las dos con ellos.

Una mañana Marga encuentra la cama de las niñas meada, asegurando Anna que no fue ella, diciendo Frida que está mareada y no puede ir al médico.

Pero por la tarde come en el bar dos helados a la vez y le pregunta a Marga si es verdad que no tienen que volver a pincharla, diciéndole Marga que no, que ya escuchó que solo tiene alergia a los gatos y por eso tenía un problema en la piel.

En casa, Anna empieza a buscar a su gata, Feldespata y no la encuentra, contándole su padre, mientras ayuda a Frida a quitar los ruedines a su bicicleta que su gata se marchó de viaje, pero que está bien.

Van al río a bañarse, donde puede jugar con otros niños, cayéndose Anna al agua al querer bañarse con ella, debiendo correr Esteve a sacarla, echándole la culpa a Frida, que asegura que le dijo que no se metiera, diciéndole él que al final conseguirá cargársela.

Una noche Frida sale con la linterna y se acerca hasta la gruta y llama a su madre, encontrando cerca el pañuelo que dejó para ella, por lo que, enfadada, comienza a tirarle barro a la Virgen.

Llegadas las fiestas, Frida observa sentada en un banco cómo entre el resto de la gente, bailan sus tíos, con Anna abrazada a su pierna mientras el resto de los niños corretea y se persiguen disparándose con pistolas de agua.

Al día siguiente van sus abuelos y sus tías para vivir con ellos las fiestas, regalándoles la abuela un camisón a cada niña, el de Frida azul y el de Anna rosa, pero Frida asegura que a ella le gusta rosa y se enfada y desprecia el regalo, siendo regañada por Marga, que le pide que lo coja. Pero en vez de ello, Frida derrama su vaso de leche sobre él, y aunque la abuela le dice que no pasa nada, Marga le dice que sí pasa y le dice que cuando se beba la leche lavará el camisón.

La abuela dice que lo lavará ella y lo cambiará, pero Marga no cede y hace que lo lave la niña, que, mientras lo hace, le cuenta a Lola que sus tíos hacen que lo haga todo ella, lavar los platos, limpiar la casa y que parece la criada.

Llegado el momento de la marcha de los abuelos y las tías, Frida se sube al coche, dispuesta a irse con ellos, que se plantean llevarla unos días, aunque Marga insiste en que pronto comenzará el cole, diciéndole Esteve que pueden llevarla y que ya irá él a recogerla, ante lo que Marga se enfada, debiendo Esteve sacarla a la fuerza y retenerla hasta que el coche se marcha, corriendo la niña tras él y viendo cómo se marcha.

Por la noche Frida guarda su ropa y algunos juguetes en una mochila. Pasa con ella por el salón, donde ve durmiendo a su tío, pasando luego por la cocina, donde coge fruta, siendo sorprendido por Anna, que le pregunta a dónde va, diciendo ella que se va a su casa porque allí nadie la quiere, diciéndole Anna que ella sí la quiere, regalándole Frida una de sus muñecas.

Tras ello sale de la casa y comienza a andar en medio de la noche, hasta llegar a la carretera, donde le asustan los coches que pasan a toda prisa.

En casa, tras descubrir que desapareció, Esteve y Marga están asustados y angustiados temiendo que les ocurriera algo. No saben que Frida, que ha regresado, los escucha escondida.

Escucha cómo la llaman, y entonces salen de su escondite, pasando entre ellos como si nada pasara, hacia su cuarto, mientras les dice que se irá al día siguiente, pues está demasiado oscuro por la noche.

Cuando está en la cama Marga va a verla, se acuesta a su lado y la acaricia, quedándose a dormir con ella mientras la abraza.

Al día siguiente Frida sale llevando la bandera delante de gigantes y cabezudos.

Unos días después preparan los libros nuevos para el cole

Frida le pregunta entonces a Marga cómo se murió su madre de antes.

Marga le cuenta que su madre tenía un virus, algo como un bicho pequeño que se comía todas sus defensas haciéndose cada vez más fuerte, por lo que ella no pudo ya luchar contra él y murió.

Ella pregunta si es porque el médico era nuevo, diciéndole Marga que no. Que lucharon contra la enfermedad, pero era un virus nuevo y no pudieron hacer nada.

Pregunta con quién estaba, señalando que con Esteve, Lola, Angie y todos sus tíos, mientras ella estaba con los abuelos.

Le pregunta si dijo algo de ella, contándole que no dijo nada, pero que estaba muy triste porque quería cuidarla y no podía.

Le pregunta a Marga si ella se puede poner mala, diciéndole ella que no.

Por la noche, tras el baño, se preparan para dormir, pues comienza el cole al día siguiente, poniéndose cada una de ellas el camisón que les regaló su abuela, sin protestar y luego juegan con Esteve y ríen, hasta que, de pronto Frida comienza a llorar sin ningún motivo.

Le preguntan por qué llora y ella dice que no lo sabe, consolándola su madre.

Calificación: 3