Vampyr, la bruja vampiro
Vampyr (1932) Alemania / Francia
Duración: 75 Min.
Música: Wolfgang Zeller
Fotografía: Rudolph Maté
Guion: Christen Jul, Carl Theodor Dreyer (N.: Sheridan Le Fanu)
Dirección: Carl Theodor Dreyer
Intérpretes: Julian West (Allan Gray), Maurice Schutz (Bernard), Rena Mandel (Giséle), Sybille Schmitz (Léone), Jan Hieronimko (Dr. Marc), Henriette Gerard (Margarite Chopin), Albert Bras (Sirviente), N. Babanini (Su mujer), Jane Mora (Enfermera), Georges Boidin (Cojo).
Allan Gray, joven estudioso de la demonología y las tradiciones vampíricas, y que a menudo fantasea mezclando lo real con lo sobrenatural, llega tras una larga caminata a una posada aislada perteneciente a la aldea de Courtempierre, alquilando una habitación para dormir.
Pese a haber cerrado su habitación con llave Gray comprueba cómo mientras duerme se abre su puerta, entrando en su habitación un anciano que, tras decirle que "ella no debe morir", deja un paquete en el que ha escrito: "abrir después de mi muerte".
Sintiendo que un alma humana en peligro le pedía ayuda, llega hasta un viejo caserón donde ve la extraña sombra de un soldado con la pata de palo, observando que más tarde dicha sombra se sienta frente al propio soldado. Ve también un ataúd, y junto a este un rótulo: "médico", saliendo un hombre de una de las habitaciones que amablemente lo echa del caserón antes de reunirse con una anciana que le entrega un frasco con un veneno.
Por el cambo observa sombras que representan a personas realizando diversas tareas pero sin que esas personas existan, llegando en su paseo a un gran castillo descubriendo al mirar por las ventanas que en ella vive Bernard, el anciano que entró en su habitación, y le dejó el paquete, descubriendo sin poder hacer nada cómo la sombra del soldado de la pata de palo dispara con su fusil contra el anciano.
Gray corre a la casa y da la voz de alarma, acudiendo los sirvientes y Gisèle, la hija pequeña de Bernard, sin que ya nada puedan hacer por este.
Invitado a pasar la noche con ellos, Gray abre el paquete que le dejó Bernard descubriendo que se trata de un libro sobre vampirismo de 1770, donde explican que en las noches de luna llena, personas que cometieron actos atroces durante su vida, incapaces de hallar la paz en un ataúd, se levantan para chupar la sangre de niños y jóvenes para prolongar su existencia, teniendo los atacados por los vampiros una herida en el cuello parecida al mordisco de una rata.
Mientras él lee Gisèle observa cómo Léone, su hermana, que lleva mucho tiempo en cama cuidada por una monja ha salido del castillo y vaga por el parque.
Gray y Gisèle salen a buscarla encontrándola finalmente junto a la anciana a la que anteriormente vio Gray. Esta huye, dejando a la muchacha inconsciente, observando que en su cuello tiene la marca de la mordedura, comprendiendo la muchacha que está condenada, por lo que llora, para de inmediato sonreír al observar a su hermana, que, al ser su pariente más próxima - tal como explica el libro - será su víctima, aunque la monja lo evita haciendo que Gisèle se marche.
Gray lee que los vampiros tienen como sirvientes a las sombras de criminales ejecutados, aunque también se sirven de algunos vivos, como en el caso del médico de un pueblo de Hungría que fue cómplice del vampiro.
Y justamente entonces llega al castillo el doctor para tratar a Léone, observando Gray que se trata del mismo hombre al que vio en el edificio donde también vio a la vieja y a Pata palo, preguntándose Gisele por qué solo acude de noche a ver a su hermana.
El médico le dice a Gray que Léone necesita una transfusión de sangre, pidiéndole que sea él quien la done ya que es joven y fuerte.
Entretanto el sirviente de la casa encuentra el libro y comienza a leerlo. Se entera así de que una vez que el vampiro consigue el control de su víctima trata de inducirla al suicidio para hacer que se pierda su alma y de que esos muertos que no hallan la paz deben ser asesinados para liberarlos.
Cuenta que en una población le clavaron una estaca de hierro en el corazón a un vampiro, quedando con ella clavada su alma a la tierra, muriendo realmente y desapareciendo la maldición que afectaba a sus víctimas.
En el libro se habla también de Courtempierre, donde un cuarto de siglo antes hubo 11 víctimas, afirmando sus habitantes que la causante era Marguerite Chopin.
Agotado por la pérdida de sangre, Gray se duerme, siendo despertado por el criado, llegando a tiempo de evitar que Léone tome el veneno que el médico le había dejado, aunque no logran detener al médico, que se lleva a Gisèle.
Gray va tras él, dispuesto a rescatar a la muchacha, aunque agotado por la pérdida de sangre debe sentarse a descansar viendo cómo su cuerpo se desdobla.
Mientras uno de sus espectros descansa, el otro continúa su camino hasta llegar al caserón donde anteriormente vio al doctor, observando que en el ataúd que tienen allí está él mismo muerto, viendo que el doctor mantiene allí a Gisèle retenida.
El muerto ve cómo Pata palo clava la tapa del ataúd gracias a una pequeña escotilla en el mismo. Ve también cómo lo observa la anciana y ve finalmente cómo es trasladado al cementerio, observando a través del cristal el cielo, los árboles y los edificios sin poder moverse ni hacer nada para evitarlo.
La comitiva que carga con su ataúd pasa junto al espectro de Gray que se había quedado descansando y entonces la comitiva desaparece y Gray se despierta, no siendo ya un espectro, sino una persona de carne y hueso.
Ve al sirviente del castillo dirigiéndose hacia el cementerio y observa cómo abre la tumba donde estaba enterrada Marguerite Chopin, acercándose para ayudarle con su tarea, observando cómo una vez destapado el féretro de la anciana esta permanece incorrupta, aunque entonces le clava una barra de hierro en el corazón, observando cómo al hacerlo el cuerpo de la anciana desaparece quedando tan solo su esqueleto.
Inmediatamente Léone recupera la salud sintiendo su alma liberada.
Entretanto el médico del pueblo, que era sirviente de esta trata de huir al ver que hay una terrible tormenta, apareciéndosele el rostro de la anciana en los cristales.
Pata palo, que estaba con él tropieza en la escalera al tratar de huir, muriendo, mientras su amo, el médico trata de refugiarse en un viejo molino, donde, descubierto por el sirviente, este pone en marcha el molino haciendo que el habitáculo en el que el doctor se ocultó empiece a llenarse de harina hasta que finalmente muere ahogado.
Gray por su parte, libera a Gisèle y huye con ella en una barca, con la que cruzarán el río en medio de una espesa niebla que se disipará y dará lugar a un día soleado al llegar a la orilla.