Una noche en la ópera
A Night at the Opera (1935) * USA
Duración: 94 min.
Música: Herbert Stothart
Fotografía: Merrit B. Gerstad
Guion: George S. Kaufman, Morrie Ryskind (James Kevin McGuinness)
Dirección: Sam Wood
Intérpretes: Groucho Marx (Otis B. Driftwood), Harpo Marx (Tomasso), Chico Marx (Fiorello), Allan Jones (Ricardo Baroni), Kitty Carlisle (Rosa Castaldi), Walter Woolf King (Rodolfo Lassparri), Margaret Dumont (Sta. Claypool), Sig Ruman (Herman Gottlieb), Robert Emmett O'Connor (Sargento Henderson).
Una elegante dama, la rica viuda Señora Claypool, sentada sola en la mesa de un restaurante milanés se queja al camarero de que el caballero que la invitó a cenar la dejó plantada, por lo que pide al mozo que trate de localizarlo gritando su nombre, volviéndose el comensal que está sentado tras ella cenando con otra mujer cuando el mozo grita "Otis B. Driftwood", afeándole que vaya gritando su nombre, pues, le dice, a él no va gritando el suyo.
Parece luego sorprendido de ver allí a la señora Claypool, que le recuerda que la había invitado a cenar allí a las 7 y son ya las 8 y siguen sin cenar, diciendo él que no es así, pues ha cenado muy bien, diciéndole ella que lleva allí desde las 6'45, quejándose él de que sí, pero dándole la espalda.
Él recibe la cuenta de la mesa en que estuvo cenando con la otra mujer y se muestra escandalizado por los precios, tras lo que le entrega la nota a la mujer con la que estaba, a la que le dice que si él fuera ella no lo pagaría, dejándola sorprendida mientras él se sienta con la señora Claypool, que le recuerda que tres meses atrás le prometió presentarla en sociedad y ha cobrado un magnífico sueldo sin hacer nada.
Él le dice que la ama, y ella le dice que le demuestra su amor yendo a cenar con otra mujer, diciendo él que estaba con esa otra porque le recuerda a ella.
Le señala tras ello a otro comensal que come espaguetis cerca de ellos y que le dice, es Herman Gottlieb, director de la nueva compañía de Ópera de Nueva York, y le dice que ha dispuesto todo para que invierta 200.000 dólares en esa ópera, con lo que se hará patrocinadora y así podrá entrar en sociedad, tras ello él se casará con ella, la echaran de la sociedad y solo habrá perdido 200.000 dólares.
Se acerca Gottlieb en efecto a saludarla, y cuando le besa la mano Driftwood le mira la mano a ella para comprobar que no le robó los anillos, pidiéndole luego que no la corteje, pues para eso está él, y que vaya directo a los negocios y con tiento, pues la señora Claypool es menos tonta de lo que parece.
Gottlieb le habla de Lassparri, el mejor tenor desde Caruso, y le dice que con ese dinero que ella les donará lo contratará para su compañía y le asegura que todo Nueva York estará a sus pies, diciendo Driftwood tras mirárselos que aún quedará espacio.
Gottlieb les invita tras ello a ir con él al palco de la ópera, aunque Driftwood les dice que irá luego, advirtiendo a Gottlieb que no trate de conquistarla, pues él la vio primero, aunque luego dice que antes la vio su madre, pero que no hace falta remontarse a la Edad Media.
En el camerino de Lassparri, este sorprende a su ayudante de cámara, Tomasso con su disfraz de payaso, pues están representando "I Pagliacci" y le golpea con su bastón y le pide que se quite el traje, viendo que bajo este tiene uno de marinero, y cuando le pide que se lo quite, tiene el de una mujer, por lo que enfadado lo golpea y lo despide.
Lo encuentra en el suelo Rosa, también cantante, que le dice que es una suerte librarse de él, saliendo Lassparri, que, al verla, simula que se preocupa por el muchacho, al que vuelve a llevar al camerino, donde se siguen escuchando golpes.
Al de Rosa llega su amigo Ricardo Baroni, "Ricky", también cantante, pero corista.
Es la última noche de la temporada y la quiere más que nunca, diciendo ella que les queda todo el verano para poder hablar, lamentando él ser solo un pobre corista.
Rosa le dice que irá a cenar con él pese a que la había invitado Lassparri.
Llega entonces Fiorello, que se abraza con Tomasso y va luego a ver a Ricardo, con el que estudió en el conservatorio, preguntándose Ricardo para que, asegurándole Fiorello que llegará más alto que Lassparri, pues canta mejor, y que solo tienen que conseguir que lo sepa el público, para lo que necesita un agente, diciendo que lo será él.
Entretanto, Driftwood llega a la ópera en un coche de caballos y pregunta al portero si acabó ya "I Pagliacci", diciéndole que quedan unos minutos, por lo que regaña al cochero por no haber ido más deprisa, pidiéndole que dé otra vuelta a la manzana despacito.
Ricardo le dice a Fiorello que Rosa y él están enamorados, pero que no puede pedirle que se case con un corista.
Driftwood llega al palco justo cuando termina la ópera, y ve cómo Gottlieb le dice a la señora Claypool que deben tratar con Lassparri de inmediato, pues es el mejor, aunque a Driftwood le parece un disparate que cobre 1.000 dólares por noche por cantar, y empieza a maquinar el modo de llevarse él alguna parte.
Tomasso le lleva a Lassparri la tarjeta de Gottlieb y le pide a Rosa que los acompañe en la cena, aunque ella le dice que tiene otro compromiso, recordándole el tenor que cree que le Gottlieb le va a proponer un contrato para Nueva York y quizá le autorice a elegir la prima donna, pese a lo cual ella no rompe su compromiso.
Enfadado, Lassparri vuelve a abofetear a Tomasso y a despedirlo, apareciendo en ese momento Driftwood, que lo está buscando, pero no lo reconoce y que le regaña por pegar al muchacho y le gasta una broma que no le gusta, por lo que amenaza con pegarle también a él, salvándolo Tomasso, que le da con un martillo en la cabeza a Lassparri, aunque luego parece arrepentido y le pone las sales para que se recupere, aunque cuando levanta la cabeza, le vuelve a golpear.
Aparece entonces Fiorello y Driftwood le dice que fue él quien lo dejó K.O., diciéndole a Fiorello que bajó para buscar al mejor tenor del mundo, diciendo Fiorello que él es su representante y le explica que quiere contratarlo para su nueva compañía de ópera y que le pagará 10 dólares por noche, pensando en quedarse él con el resto del dinero, y cuando Fiorello acepta, le indica que a esa cantidad habrá que restarle su 10%, diciendo Fiorello que el cobrará otro 10% como agente, quedándole solo 8, y como manda 5 a su madre, solo le quedarán 3, de los que tendrá que pagar los impuestos, por lo que se pregunta si con ese dinero podrá vivir en Nueva York, diciendo que perfectamente, que no podrá comer, pero vivirá como un príncipe.
Le muestra luego el contrato en que las farragosas cláusulas sobre las partes contratantes, hace que empiecen a cortar partes del mismo, quedando al final solo un trocito de papel, en que Driftwood pide a Fiorello que firme, aunque este dice que no sabe escribir, a lo que Driftwood le replica que la pluma tampoco tenía tinta, pero que llegaron a un acuerdo.
Llegan entonces Gottlieb y la señora Claypool, que ven a Lassparri sin conocimiento, preguntándose Driftwood a quién contrató, diciéndole Fiorello que a Ricardo Baroni.
Gottlieb trata de reanimar a Lassparri, pero Tomasso deja caer sobre su cabeza un contrapeso y vuelve a dejarlo sin sentido.
Unos días más tarde zarparán hacia América en el crucero S.S. Americus, Driftwood con la señora Claypool y Rosa, que le dice a Ricardo que le echará de menos.
Sale al encuentro de Rosa, Gottlieb, y le presenta a su novio, diciendo el empresario que Driftwood le dijo que tenía buena voz, llegando en ese momento Lassparri, que se lleva a Rosa junto con el resto de la prensa.
Los fans piden una canción a Lassparri, aunque este se niega alegando estar afónico, aunque en realidad no quiere cantar gratis, pero Rosa sí acepta, observándola feliz Ricardo desde abajo, siguiendo él de hecho la canción, cantando los dos juntos.
Rosa le hace ver a Gottlieb que Ricardo tiene una gran voz, diciendo él que sí, pero que le contratará cuando tenga una reputación.
Van a despedirse de Rosa, Fiorello y Tomasso cuando piden a los visitantes que abandonen el barco.
En este, Driftwood sigue haciendo chanchullos, de modo que, cuando el mozo que carga con su baúl, sobre el que va él mismo, choca con otro, él aprovecha para venderle una póliza del seguro, aunque en realidad la supuesta póliza es la cuenta de 540 dólares, que dejó sin pagar en su hotel de Milán.
Escucha llorando en un camarote a Rosa y entra a verla, entregándole una carta que le dio Ricardo antes de zarpar en que le dice que la quiere.
Llega luego al camarote de la señora Claypool, a la que consigue convencer para que vaya a verle un poco después a su camarote, amenazando con ir él con sus zapatos chirriantes si no va ella.
Pero cuando llega a su camarote, ve que ni siquiera cabe bien el baúl, diciéndole el mozo que fue Gottlieb quien lo eligió.
Cuando consigue meter el baúl, ve que dentro de este viajan Fiorello y Ricardo y Tomasso, y él trata de que se vayan pronto para recibir a la señora Claypool.
Le dicen que están allí porque Ricardo está enamorado de Rosa y quiere ir con ella, y, como no tienen dinero, tuvieron que esconderse, preguntándoles Driftwood cómo van a vivir en Nueva York siendo pobres, diciendo Ricardo que cantando encontrará trabajo en algún sitio y así no tendrá que separarse de Rosa, y se niegan a irse hasta haber comido algo, saliendo Driftwood a buscar un camarero, al que le va pidiendo un montón de platos, indicando tras cada uno de ellos Fiorello, "y dos huevos duros", pidiendo Tomasso lo mismo con su bocina.
Llegan entonces las encargadas de hacer la cama para arreglar el camarote y tras ellas el fontanero, que debe arreglar la calefacción, y luego la encargada de la manicura, el ayudante del fontanero y una joven que busca a su tía y entra para telefonear, y otra mujer que va a fregar el suelo, y, finalmente los camareros con la cena cargados con sus bandejas, de modo que, cuando llega la señora Claypool y abre la puerta, salen todos disparados.
La última noche del viaje se efectúa una cena de lujo en honor de tres famosos aviadores que viajan con ellos.
Gottlieb cena con la señora Claypool, que le cuenta que lleva ya tres años viuda y sola, diciendo el empresario que sola, pero con 8 millones de dólares, preguntándole Driftwood si es un cazadotes y le dice que se olvide de ello, pues ya está él, que no es un cazadotes, pues cuando se enamoró de ella pensaba que solo tenía 7 millones.
Ella le dice que si de verdad le quiere debería dejar de relacionarse con esos dos tipos vulgares con quien le vio en la ópera.
Entretanto, hambrientos, los tres polizones salen para buscar comida.
En el comedor, Lassparri le dice a Rosa que la ama.
Driftwood le dice a esta que al único tenor que puede soportar es a Ricardo, preguntándose ella dónde estará en ese momento, pensando que tal vez en el campo, pues es un hombre que no puede estar encerrado mucho tiempo.
Los tres polizones se mezclan con la gente de segunda, viendo que les dan un montón de comida sin tener ni que pedirla.
Contentos tras cenar, Ricardo canta, tocando Tomasso el harpa y Fiorello el piano para la gente que viaja en segunda, que acaban bailando contentos y animados con el "Cosi Cosa", arremolinándose luego los niños ante Fiorello y les hace reír con sus habilidades con el piano, aunque ríen todavía más cuando lo hace Tomasso, cuyo solo aspecto ya les hace gracias, simulando pillarse las manos con la tapa.
Toca luego el harpa, esta con gran habilidad.
Pero su actuación llama la atención y acaban viéndolos los pasajeros de primera, reparando Lassparri en Tomasso, ante lo que indica al capitán del barco que hay polizones, a los que arrestan en un camarote.
Pero Tomasso se asoma al ojo de buey y Driftwood les hace llegar, desde el suyo, una soga, por la que trepa con gran dificultad cuando uno de los marineros sube y baja la cuerda, consiguiendo pese a ello colarse en el camarote donde viajan los tres héroes de la aviación, que duermen juntos en la misma cama.
Al verlos, Tomasso tiene una idea. Coge unas tijeras y les corta las barbas.
A la llegada a Nueva York se procede a dar la bienvenida a los héroes del aire con gran boato, habiendo mucha gente esperándolos, lanzándose guirnaldas y serpentinas.
Driftwood se presenta a las autoridades que han ido a recibirlos como enviado de los héroes, llevándolos hasta su camarote, aunque quienes salen vestidos como ellos y con sus barbas, son los tres polizones que dejaron a los héroes amordazados.
Driftwood evita los largos discursos quitándole el papel donde lo llevaban escrito al encargado de recibirlos.
Otis les indica que irán al ayuntamiento, donde el alcalde querrá dar otro discurso, que Driftwood asegura romperá también.
En efecto, en el ayuntamiento, el alcalde invita a los ilustres visitantes a hablar sobre su gran proeza.
Tomará la palabra Fiorello, que dice que no sabían que les darían ese recibimiento, que, asegura no merecen.
Cuenta luego que se quedaron sin gasolina en medio del océano en su primer vuelo al Polo Norte y tuvieron que volver y cargar el doble de gasolina, aunque cuando ya estaban a punto de aterrizar, se les agotó nuevamente la gasolina y tuvieron que volver.
En el tercer viaje se les olvidó el avión, pero llegaron en barco.
Le piden que hable a Tomasso, al que le piden que sea más conciso que su hermano, aunque solo se sirve y bebe agua y se le despega por ello la barba, diciendo el detective Henderson que son unos farsantes.
Driftwood simula hablar con ellos en otro idioma, y dice que se irán porque se sienten insultados, y, en efecto, se marchan, excepto Tomasso, que sigue bebiendo y al que piden disculpas, abrazando a Henderson, al que se le quedan pegadas sus barbas, descubriendo que, en efecto es un impostor, pidiendo que lo detengan.
Al día siguiente sale en los periódicos la foto de los tres polizones que se burlaron del ayuntamiento.
Se esconden en la habitación del hotel de Driftwood.
Allí Tomasso se prepara un desayuno en que mezcla todo tipo de salsas y comidas y en que mete incluso el puro de Driftwood y un trozo de la corbata de Fiorello.
Llega el hombre que los descubrió, Henderson, un agente de paisano que le pregunta a Driftwood si vive solo, al ver cuatro cubiertos, y que decide echar una ojeada, pudiendo comprobar que hay también cuatro camas.
Mientras recorre el apartamento tratando de encontrar a los polizones, estos se ocultan en la escalera de incendios, entrando ellos cuando no los ven y llevando una de las camas al salón, yendo siempre tras él para sacar una a una todas las camas al salón haciendo que el policía se vuelva loco.
Llevan luego la mesa al dormitorio, y cuando el detective llega a este ve a un hombre leyendo el periódico - Driftwood con una barba postiza - y a una anciana tejiendo, -Tomasso, disfrazado - sobre una mecedora, - Fiorello bajo una sábana -, haciendo que Henderson piense que se equivocó de habitación.
Entretanto, Rosa ensaya su canción cuando de pronto se une a su voz la de Ricardo, para sorpresa se ella, que se pone muy contento al verlo, aunque teme que lo expulsen del país o lo encarcelen, aunque él asegura que vale la pena.
Ella confía en arreglarlo con Gottlieb, aunque sabe que Lassparri lo odia.
Llaman entones este a la puerta y él debe esconderse.
Es Lassparri que se queja de que ella siempre encuentra alguna excusa para no salir con él, diciéndole que está nerviosa ante su debut en América, recordándole que fue él quien la recomendó, tras lo que trata de besarla, a lo que ella se resiste, pidiéndole que se marche, diciéndole él que sea sensata.
Sale entonces Ricardo del baño diciendo que fue ya demasiado sensata, diciendo Lassparri que Rosa no le dijo que tenía ya un compromiso anterior y decide retirarse, diciendo que en la intimidad un tercero, sobra.
Ante la insinuación, Ricardo, enfadado le da un puñetazo, asegurando Lassparri que eso no terminará allí.
Driftwood llega al teatro, donde es recibido amablemente por todos, aunque, cuando llega a su despacho ve que están quitando su nombre de la puerta por orden de Gottlieb.
Indignado, va a la oficina de este, donde se encuentran Henderson, el policía, la señora Claypool y Lassparri, y le dicen que la señora Claypool decidió de prescindir de sus servicios, no entendiendo él que pueda prescindir de algo que aún no disfrutó.
La mujer dice que le advirtió que si seguía con aquellos tipos sucedería y que además la ha deshonrado a ella y a toda la compañía de ópera, y que ahora será Gottlieb su nuevo apoderado, exigiéndole Driftwood su sueldo, ante lo que le recuerdan que ya le han dado el salario de los siguientes seis meses.
En un último gesto de dignidad, Driftwood le retira su propuesta de matrimonio.
Cuando se dirige al ascensor para marcharse, pero ahora el ascensorista ya no le trata amablemente, no le deja subir y hace que baje rodando por la escalera de una patada.
Ahora, sin un lugar al que ir, los tres polizones y Driftwood comparten un banco en el parque, quejándose Driftwood e que, por su culpa ha perdido el trabajo. Recuerda que, cuando se cruzaron en su camino, tenía una buena posición y se iba a casar con una viuda rica.
Llega entonces Rosa, a la que piden perdón por haber causado su despido.
Esa misma noche debutará Lassparri con "Il Trovatore" en Nueva York.
Gottlieb llega feliz cantando a su despacho, donde encuentra a Driftwood sentado en su silla y rodeado de sus tres amigos, y están todos bebiendo y fumando, por lo que amenaza con llamar a la policía, diciéndole que fueron para hacerle una proposición.
Él pregunta si están dispuestos a entregarse a la policía, diciendo ellos que sí, si deja que cante Rosa, asegurando que no lo hará y cogiendo el teléfono para llamar a la policía, aunque Tomasso hace caer una caja sobre su cabeza.
Tras cambiar las partituras por otras con un vals de béisbol, Driftwood se presenta en el palco de la señora Claypool, diciéndole que Gottlieb no pudo ir y le cedió su entrada e incluso su frac.
Finalmente, Gottlieb, encerrado, logra abrir la puerta y sale en ropa interior y llama a la comisaría.
En el palco, preguntan a la señora Claypool por Gottlieb, pues tiene que dar un discurso antes de la función, por lo que le sugieren que hable ella, que dice no lo hizo nunca, decidiendo hacerlo Driftwood en su lugar.
Les indica que la nueva temporada de ópera es posible gracias a los cheques de la señora Claypool.
Mientras habla, llegan Tomasso y Fiorello, elegantemente vestidos a la orquesta, y cuando el director se dispone a dar comienzo y golpea el atril con su batuta, tanto Tomasso como Fiorello hacen lo mismo, cada uno a un lado de la orquesta.
Luego, Tomasso se dispone a tocar la trompeta con el arco de un violín, indicándole el director con su batuta que no es así, y al moverla, Tomasso hace lo mismo con la suya y se entabla un duelo como si un duelo de esgrima se tratara.
Cuando Gottlieb consigue llegar al palco con la ropa de Driftwood, este huye.
Consiguen dar comienzo a la ópera, pese a una pequeña digresión de Tomasso con la trompeta, pareciendo haberse encauzado todo hasta que, al girar la hoja, se encuentran con el vals del béisbol y Tomasso y Fiorello se lanzan una pelota como si estuvieran en un partido y Driftwood se dedica a repartir bocadillos como si estuvieran en el estadio.
Tomasso y Fiorello huyen, perseguidos por Gottlieb, al que golpean y encierran.
Cuando comienza la ópera, Rosa se siente desolada de no poder participar con Ricardo.
Gottlieb consigue que le saquen y trata de encontrar, entre bastidores a los que le agredieron y ordena que expulsen a Driftwood, aunque ve que Tomasso y Fiorello están en el escenario entre el grupo de zíngaros.
Llega también la policía tras la llamada de Gottlieb, incluido Henderson.
Este, al ver a Gottlieb por la espalda con la ropa de Driftwood y con una sartén en la mano, dispuesto a golpear a Fiorello lo toma por Driftwood lo golpea a su vez con otra sartén, siendo luego golpeado con otra, él mismo, por Tomasso.
Luego, en el escenario arranca la falda a la mujer que canta, que queda en ropa interior, asegurando Lassparri que no cantará si no expulsan del escenario a los intrusos.
Y mientras en el patio, varios hombres persiguen a Driftwood, que de vez en cuando interrumpe hablando, Henderson y Gottlieb entran en escena disfrazados de zíngaros para atrapar a Tomasso y Fiorello, trepando Tomasso por el telón para huir, balanceándose luego por las cuerdas, haciendo que suban y bajen los decorados sin ton ni son mientras Lassparri trata de concentrarse para cantar y el público asiste desconcertado a todo, viendo al fondo carreras y persecuciones.
Bajan fondos que nada tienen que ver con "Il Trovatore", como el de un acorazado, o un puesto de venta de frutas, y de hecho alguno de los decorados oculta temporalmente a Lassparri, al que en otra ocasión Tomasso, colgando de una cuerda le quita la peluca.
Perseguido por los policías, que tratan de atraparle, finalmente Tomasso cae, rasgando uno de los decorados, aunque vuelve a trepar por él al ver que se acercan Gottlieb y Henderson tras unos cuadros.
Luego deja el teatro a oscuras, observando, cuando vuelve la luz, que Lassparri desapareció, por lo que, con todo el público ya enfadado, y al verse sin el tenor, Gottlieb le pide a Baroni que se cambie y lo sustituya, aunque él le recuerda que no es conocido y que, además, esa pieza la ensayó con la señorita Castaldi, Rosa, debiendo permitir Gottlieb que salgan antes.
A partir de ese momento, todo irá bien ya, dejando la pareja de jóvenes al público encantado y boquiabierto con sus interpretaciones.
Fiorello y Driftwood, que mantienen atado y amordazado a Lassparri, le dejan caer desde lo alto donde estaba, al aplaudir.
La policía los detiene a todos y Lassparri sale a saludar, aunque cuando lo hace, el público lo abuchea y exigen que salga Ricardo, aunque cuando Gottlieb pide a este que lo haga, este dice que está detenido y no puede salir, y que, si sus amigos están arrestados, también lo está él y no puede cantar bajo arresto.
La señora Claypool le dice a Gottlieb que los necesitan para salvar la temporada, diciendo este que él se hace responsable, cuando Henderson le recuerda que entraron en el país ilegalmente, indicando Gottlieb que entraron acompañados por Driftwood, que es un alto empleado de la compañía - entendiendo este que va a recuperar su puesto, y que él se hace responsable de ellos.
Ricardo y Rosa vuelven a salir al escenario para cantar, mientras Fiorello y Driftwood exigen a Gottlieb que firme su contrato para que ellos puedan cobrar su 10%, volviendo a liarse con las condiciones contractuales, que van arrancando, mientras Tomasso le rompe a Gottlieb la chaqueta.