Te cuento la película

The lunchbox
The Lunchbox

Dabba (2013) * India / Francia / Alemania / USA

          También conocida como:
                    - "Amor a la carta" (Hispanoamérica)

Duración: 104 min.

Música: Max Richter

Fotografía: Michael Simmonds

Guion y Dirección: Ritesh Batra

Intérpretes: Irrfan Khan (Saajan Fernandes), Nimrat Kaur (Ila), Nawazuddin Siddiqui (Shaikh), Lillete Dubey (madre de Ila), Nakul Vaid (Rajeev), Bharati Achrekar (Señorita Krishnan), Yashvi Punneet Nagar (Yashvi), Denzil Smith (Shroff), Shruti Bapana (Meherunissa).

Mumbay, India. Ila prepara a su hija para el colegio mientras hace la comida que su tía, que vive en el piso superior adivina, por el olor, está falta de alguna especia que ella le envía haciendo bajar una cesta atada con una cuerda por la ventana.

Una vez hecha la comida, la coloca en una fiambrera que recoge un hombre que forma parte del sistema de reparto de comidas, y que con su bici lleva la fiambrera con otras decenas más hasta un lugar donde se reúnen todos los que las recogen, para colocarlas en enormes bandejas que llevan hasta el tren, para, una vez en su destino llevarlas hasta sus receptores en el centro de trabajo.

Saajan Fernandes, que trabaja en una compañía de seguros y está a punto de jubilarse, recibe su comida a la vez que su jefe le presenta al joven Shaikh, al que debe adiestrar, ya que será él quien ocupe su puesto cuando se jubile.

Aunque Shaik parece muy entusiasmado y dispuesto, él lo emplaza para la tarde ya que es la hora de la comida, que encontrará más sabrosa de lo habitual.

Cuando Ila recibe por la tarde la fiambrera de vuelta, se pone muy contenta al encontrarla vacía, contándole de inmediato a su tía el éxito de su comida, tras lo que se maquilla y se pone su mejor vestido para recibir, al que espera, su satisfecho marido, comprobando cuando llega este que apenas se fija en ella, y que, cuando le pregunta por la comida contesta, sin mucho entusiasmo que estaba muy buena la coliflor, comprendiendo entonces Ila que no es su comida la que recibió su marido.

Saajan por su parte se acerca esa tarde al restaurante que le envía la comida para avisarles de que deben suspender el servicio en un mes, y para felicitarles por la comida de ese día, animándoles a seguir así, decidiendo en el restaurante volver a repetir con la coliflor que tanto le gustó a su cliente.

Cuando llega a su casa un grupo de niños le piden que les devuelva la pelota que se les coló allí, regañándoles él por molestar siempre con la pelota a los vecinos.

Poco después fuma solo en su terraza observando a la familia de enfrente, en un ambiente diferente al suyo, pues él está solo, y allí son muchos, viendo cómo la niña pequeña, una de las que regaña le cierra la ventana para que no los mire.

Ila, cena con su hija y con su marido, pero apenas hablan y parece también sola.

Cuando Shaikh trata al día siguiente de que Saajan le atienda y le enseñe su trabajo, después de haberlo esquivado el día anterior, vuelve a emplazarlo para la tarde.

Y mientras come descubre una nota en su fiambrera en la que Ila, tras presentarse le da las gracias por haber limpiado la fiambrera que recibió por error y que iba dirigida a su marido, habiéndole preparado ese día la comida preferida por este.

Esa tarde Ila recibe de nuevo la fiambrera vacía, y con una nota, que Ila le dice a su tía que solo pone que la comida estaba demasiado salada, lo que provoca la indignación de su tía, debida a la mala educación del hombre que recibió la fiambrera que no le dio las gracias, por lo que piensa, necesita un escarmiento, pidiéndole que al día siguiente le envíe la comida al desagradecido con mucho picante.

Y, cuando va a comer, impaciente por ver qué le prepararon para ese día, se encuentra con que la comida es incomible debido a su picor.

Por la tarde Ila recibe una nota de él disculpándose por la grosería del día anterior, contándole que ese día tuvo que recurrir, como los menos afortunados a comer plátanos, una comida barata pero que llena el estómago.

Al día siguiente vuelve a recibir la comida con una nota en la que Ila se queja de la pasiva actitud de su marido, contándole que vive en el piso de debajo de su tía, la cual vive dedicada al cuidado de su marido, que lleva años en estado semivegetal y que permanece en su cama mirando al ventilador del techo, habiendo adquirido su tía un generador segura de que si el ventilador se apaga se apagará la vida de su marido, afirmando que para su marido el teléfono móvil es como el ventilador para su tío.

Saajan le responde que su tío en el fondo tiene suerte por no tener que aguantar los atascos y los medios de transporte abarrotados, contándole que él es viudo.

Fracasado su intento de ganarse a su marido por el estómago, Ila trata llamar su atención poniéndose un bonito vestido, para mostrarle que su cuerpo no ha cambiado, pese a lo cual él apenas se fija en ella, deseosa de tener otro hijo, lo que Rajeev no desea.

Un monumental atasco obliga a Saajan a coger un taxi para tratar de llegar a tiempo a su trabajo, contándole el taxista que ese atasco especial se debe al suicidio de una mujer que se lanzó desde su azotea junto con su hija.

Sabiendo que Ila vive en esa zona y lo infeliz que se siente, teme que sea ella la suicida, esperando con gran impaciencia la hora del reparto de las fiambreras, observando que llega, como cada día, para su alivio.

Mientras come, se presenta de nuevo Shaikh ante él, reclamando su formación, dándole Saajan largas de nuevo, molesto por la interrupción, ya que se disponía a leer la nota de Ila, ante lo que Shaikh reacciona diciendo que ya le avisaron de que no podía esperar nada de él y que aprenderá por sí mismo como ya hizo en el pasado, reaccionando entonces Saajan que le pide que prepare varias reclamaciones.

Tras ello lle la amarga nota de Ila, que le asegura que admira el valor de la mujer que decidió poner fin a su amarga vida suicidándose con su hija.

Él trata de animarla contándole una anécdota que le ocurrió en el tren, cuando creyó que una anciana le tocaba sus partes, hasta que se dio cuenta de que no era ella, sino la carpeta de otro pasajero la que le estaba rozando sin querer.

A la salida del trabajo, Shaikh le dice que le contaron de él que era un hombre sin sentimientos, que vio cómo atropellaban un gato sin hacer nada, a lo que Saajan le responde que no era un gato, sino un hombre ciego al que él mismo empujó.

Comprendiendo que se trata de una broma ese día lo acompaña en el tren de vuelta, en el que Shaikh va cortando la verdura de la cena, invitándolo a comer en su casa, donde le promete, le hará una comida especial, aceptando Saajan, aunque aplazándolo para otro día.

Y cuando llega a su casa pone viejos videos de humor de los que veía su esposa.

Al día siguiente Shaikh se une a Saajan en el comedor, al que acude con sus dos bananas, pidiéndole Saajan que comparta su comida con él, quedando encantado de la misma, tanto que le dice que le gustaría que encargara en su restaurante otro almuerzo para él, debiendo excusarse y decir que van a cerrar.

La correspondencia entre Ila y Saajan continúa, contándole él cómo añora a su esposa, lo que le llevó a ver aquellos tontos programas con los que ella se reía, o refiriéndole ella que encontró el libro de recetas de su abuela.

Un día, cuando, como cada día Ila se dispone a hacer la colada, huele la ropa de su marido, descubriendo que esta tiene un aroma diferente al suyo.

Tras recibir una llamada de su madre, advirtiéndole de que su padre enfermó, acude a su casa, descubriendo que no tienen ya televisión, comprendiendo que tienen dificultades económicas para poder pagar los medicamentos de su padre, ofreciéndole ella un préstamo que su madre rechaza en principio, por no ser de un hijo, pero que acaba aceptando.

En su siguiente nota Fernandes le habla de un pintor que ve cada día y que siempre pintaba el mismo edificio, cambiando lo que ocurre a su alrededor, descubriendo en uno de los cuadros una persona que pensó que podría ser él, por lo que lo compró.

Los mensajes se siguen intercambiando, esperando cada uno de ellos impaciente el del otro, comentándole ella que debe existir algún lugar mejor para vivir y que le han dicho que en Bután importa más la felicidad interior que el Producto Interior Bruto.

Saajan le pregunta a Shaikh, que trabajó en Arabia, y le dice, que, en Bután el cambio del dinero indio es muy favorable, preguntándole Saajan a Ila en su siguiente nota por qué no se van juntos a Bután, aunque ella se pregunta cómo puede irse con alguien de quien ni siquiera sabe el nombre.

Cuando lo conoce en su siguiente nota ella le dice que llegó el momento de conocerse personalmente, citándolo para el día siguiente en un café.

Mientras lee la nota de ella le avisan de que acuda al despacho del jefe, donde encuentra ya a Shaikh, quejándose el jefe de que la contabilidad de los últimos días es incorrecta, lo que piensan es obra de Shaikh, ya que no tuvieron durante años ninguna queja de él, frente a lo cual Fernandes asegura que es él el responsable, ante lo que, en vez de despedir a Shaikh, les pide que revisen los expedientes.

A la salida Saajan le pide a su aprendiz que no vuelva a cortar la verdura sobre los expedientes, ya que el jefe se quejó de que olían a verdura.

Agradecido por la defensa, Shaikh insiste en invitarle a cenar a su casa, donde conoce a su novia, la cual le pregunta por su esposa, sintiéndose muy incómoda cuando él le contesta que murió, aunque para suavizarlo les cuenta también que tiene una novia.

Luego, en un aparte, Shaikh le cuenta que no está casado porque su novia no quiso casarse sin la aprobación de su padre, pese a que se marchó con él por amor, si bien consiguió finalmente la aceptación paterna, encontrándose él con el problema de que por parte de su esposa acudirá a la boda toda su familia, que son ricos, pero que él no tiene familia, por lo que le pide que sea su padrino, lo que él acepta.

Al día siguiente, Saajan se prepara para acudir a su cita con Ila, que, al al mediodía lo espera impaciente en la cafetería bebiendo agua, sin que Saajan llegue a presentarse

Al día siguiente Saajan recibe la fiambrera vacía y de vuelta le escribe a Ila contándole que el día anterior, mientras se vestía para ir a verla se dio cuenta de que le faltaba un trozo por afeitar y regresó al baño, dándose cuenta al regresar a este de un olor que él califica como olor a viejo, y se dio cuenta de que era el suyo y que después, camino al trabajo un joven le ofreció su asiento en el tren, y todo ello le llevó a darse cuenta de que se había convertido en un anciano.

Le cuenta que acudió a la cafetería y la vio y la observó fijándose en que era tan joven y tan bella que pensó que no podría compartir su vida con ella.

Se celebra tras ello la boda de Shaikh, siendo Saajan el único invitado por parte del novio, que le está muy agradecido y que le muestra la moto que le ha regalado su suegro por su próximo ascenso, cuando él se jubile.

Ila prepara la colada, ya sin ganas y sin oler la ropa de su marido, cuando, recibe una llamada en la que su madre le anuncia la muerte de su padre, quejándose su madre cuando llega de la rutina en que se había convertido su vida, dándose cuenta de que a ella le ocurre lo mismo.

En la siguiente recogida de fiambreras, le dice al porteador que se han equivocado y que la comida no llega a su marido, insistiendo el porteador en que su sistema fue estudiado y es casi infalible, consiguiendo que el porteador la conduzca hasta el lugar al que llega su fiambrera, llegando así hasta el trabajo de Saajan, donde Shaikh le informa de que este se ha prejubilado y que tiene la idea de irse a vivir a Nashik.

En efecto Saajan sube al tren junto con un anciano, no pareciendo feliz con su decisión, ya que él no es tan anciano, regresando enseguida a su casa, donde, de nuevo ve a los hijos de sus vecinos jugando en la calle, los cuales se extrañan de su vuelta, aunque, al contrario que en otras ocasiones les anima a seguir jugando, aunque con cuidado.

Y esa noche la niña de enfrente lo saluda amistosamente en vez de cerrar su ventana.

Al día siguiente, cuando su hija se marcha al colegio Ila escribe una nueva nota contando que ha vendido todas sus joyas y que con el dinero se va a ir a Bután.

Saajan, por su parte, entretanto habla con los porteadores de la comida tratando de lograr saber dónde vive ella, acompañando a los porteadores en su viaje de vuelta.

Calificación: 4