Te cuento la película

Snowpiercer (Rompenieves)
Snowpiercer (Rompenieves)

Snowpiercer (2013) * Corea del Sur / República Checa

          También conocida como:
                    - "El expreso del miedo" (Hispanoamérica)

Duración: 126 Min.

Música: Marco Beltrami

Fotografía: Hong Kyung-pyo

Guion: Bong Joon-ho, Kelly Masterson (Cómic: Jean-Marc Rochette, Jacques Loeb, Benjamin Legrand)

Dirección: Bong Joon-ho

Intérpretes: Chris Evans (Curtis Everett), Song Kang-ho (Namgoong Minsu), Ah-sung Ko (Yona), Jamie Bell (Edgar), John Hurt (Gilliam), Tilda Swinton (Mason), Octavia Spencer (Tanya), Ed Harris (Wilford), Ewen Bremner (Andrew), Luke Pasqualino (Grey), Alison Pill (Profesora), Vlad Ivanov (Franco), Emma Levie (Claude).

1 de julio de 2014

Los noticiarios anuncian que 79 países empezarán a esparcir el CW-7 en las capas superiores de la atmósfera, confiando en solucionar el problema del calentamiento global, haciendo que las elevadas temperaturas, motivadas por el efecto invernadero, desciendan a niveles razonables, sin hacer caso de las protestas de ecologistas ni de países en vías de desarrollo.

Pero poco después de que el CW-7 fuera liberado, el mundo se congeló y toda forma de vida se extinguió, siendo por ello, los pocos privilegiados que embarcaron en el arca mecánica, un largo y sofisticado tren, los últimos supervivientes de la humanidad.

2031. 17 años más tarde

En el tren viven separados los privilegiados, que viven en los vagones delanteros, y los más desfavorecidos, que viajan en los vagones de cola, lamentándose de que los traten como esclavos, vigilados siempre por soldados que hacen recuentos varias veces al día y les reparten la comida, que es siempre una barra gelatinosa de proteínas.

El descontento hace que algunos de ellos sueñen con la rebelión, que lideran Curtis y Edgar, aconsejados por el viejo Gilliam, que trata de frenar su impaciencia, aconsejándoles esperar a que llegue el momento preciso, debiendo confiar en ello en un confidente de la sección delantera que les hace llegar mensajes en pequeños cilindros metálicos escondidos en las barras de proteínas.

Para conseguir el último deben tratar de sobornar a un niño, Timmy, que no parece dispuesto a cederla hasta que le prometen que le dejarán la pelota para él solo durante una hora.

En ese último mensaje encuentran una nota roja de un confidente que les da el nombre de un experto en seguridad, Namgoong Minsu, que está en el vagón de los prisioneros, para llegar al cual deben atravesar el vagón de cuarentena, calculando que disponen de solo 4 segundos, en que están las tres puertas abiertas a la vez, para atravesarlas.

Namgoong diseñó los sistemas de seguridad de las puertas, por lo que podrá ayudarles a abrirlas y así llegar a la parte delantera del tren hasta llegar a poder controlar la máquina y por tanto, el mundo, evitando así que les ocurra como en las anteriores rebeliones, que fracasaron por no llegar a controlar la máquina.

Curtis le dice a Gilliam que deben ejecutar al poderoso Wilford, el creador y propietario del tren, y que él le sustituya y comando el tren, aunque el anciano le dice que él ya no es sombra de lo que fue.

Edgar piensa que Gilliam es muy mayor y no le queda demasiado tiempo de vida, y, que debe ser Curtis quien, cuando muera, tome el relevo, aunque Curtis asegura que no es un líder, pese a que Edgar cree que lo haría muy bien.

Llevan ya tanto tiempo en el tren, que Curtis le pregunta a Edgar hasta dónde llegan sus recuerdos, y si, se acuerda, por ejemplo, de su madre, diciéndole aquel que recuerda su cara, aunque difuminada.

Un día aparecen los guardias y piden que les entreguen a los niños, que se llevarán, supuestamente para un chequeo médico, apareciendo una mujer, Claude, que los observa y los mide, y que, al darse cuenta de que Tanya, una de las mujeres esconde a Timmy, su hijo, hace que se lo quiten golpeándola.

Otro de los pasajeros, Andrew, se rebela al ver que se llevan al pequeño Andy, su hijo, por lo que golpea a uno de los soldados.

Su acto de rebelión será castigado duramente, sacando uno de sus brazos a la intemperie durante 7 minutos, durante los cuales, la ministra Mason les adoctrina diciéndoles que no pueden tolerar el desorden, y les dice que el orden, por el que ella está en la cabeza y ellos abajo, viene determinado por la máquina sagrada, que cada pasajero tiene su sección y les pide que acepten su sitio y permanezcan en él.

Pasados los 7 minutos, meten el brazo del hombre castigado y lo golpean con un martillo, y, al estar congelado lo pierde hecho pedazos.

Aparece entonces Gilliam, al que le faltan una pierna y un brazo, y que le pide a Mason que le diga a Wilford que deben hablar.

Cuando se marchan, Curtis le dice a Gilliam que cree que los soldados ya no tienen balas, pues cree que las gastaron 4 años antes, en la última rebelión, aunque Gilliam no lo ve claro y le dice que cree que es mejor esperar a la siguiente nota roja.

Pero la situación es ya insostenible y por ello comienzan a juntar bidones para poder sujetar las puertas cuando abran.

Ese día adelantan el recuento, y Edgar protesta por las proteínas que le dan, siendo secundado por Tanya, surgiendo Curtis de entre todos y dirigiéndose a uno de los soldados, colocando su arma sobre su cabeza, comprobando que, cuando este dispara, en efecto no ocurre nada, porque no tienen balas, alentando a todos a luchar, y consiguiendo evitar, en efecto que se cierren las puertas, deshaciéndose fácilmente de los escasos guardias del siguiente vagón, haciéndose así con las llaves de las celdas, en realidad cajones similares a los de las morgues, donde permanecen acostados, liberando a Namgoong, que ven que es un adicto al Kronole, una sustancia que provoca alucinaciones, y que en realidad es un residuo industrial altamente inflamable.

Le dicen que le necesitan, ya que el diseñó las cerraduras y sistemas de seguridad del tren, y que, por cada puerta que abra, le darán una piedra de Kronole sin cortar.

Todos de sorprenden al ver que Namgoong guarda algunos cigarrillos pese a que estos se extinguieron hace más de 10 años.

El hombre les distrae lanzando uno, aprovechando la confusión para hacerse con las llaves y abrir la celda de al lado, de donde sale una joven de su nacionalidad, y que les dice que solo les ayudará si va ella, además pide otra piedra de Kronole más para ella, por cada puerta.

La muchacha, Yona, tiene la capacidad de ver más allá, asegurándoles que no hay nadie detrás, viendo cuando abren que es así, que es un vagón dormitorio donde no hay nadie y desde el que se puede ver el exterior, viendo luz natural por primera vez en muchos años, aunque el paisaje es desolador, pues todo sigue congelado y sin signos de vida.

En el siguiente, encuentran a Paul, un hombre que antes estuvo con ellos y que se encarga de fabricar sus barras de proteínas y que no quiere unirse a ellos.

Curtis y otro de los pasajeros de cola, que es dibujante e hizo retratos de Timmy y de Andy, pueden observar que la materia prima con la que hacen las barras de proteínas son insectos, aunque no se lo enseñan a los demás.

Ven que tiene también un pequeño cilindro como aquellos en que les envían dentro de las barras de proteínas, por lo que le preguntan si las escribe él, que le responde que se limita a meterlas y enviarlas.

En la que tiene, ve que escribieron "agua", señalando Paul que hay un depósito de agua varios vagones más adelante, donde la reciclan, señalando Gilliam que no necesitan llegar a la cabecera del tren, pues si controlan el agua, controlarán la negociación.

La chica, Jona, tiene 17 años y es uno de los bebés del tren, por lo que ignora cómo era la tierra, pues nunca vivió en ella, por lo que le pregunta a Curtis cómo era, diciéndole este que no quiere recordar nada que ocurriera antes de conocer a Lillian

Curtis le pregunta si es vidente, pues sabe lo que hay tras las puertas.

Ante la siguiente, le pide a Namgoong que no la abra, pero demasiado tarde, pues ya lo hizo, viendo que tras ella les espera un grupo de hombres enmascarados y con hachas, con las que les atacan, siendo la pelea especialmente dura, cayendo muchos hombres, aunque en la pelea caen también algunos de los atacantes, pudiendo hacerse con algunas de sus hachas, acabando Curtis con muchos de sus atacantes, siendo él mismo salvado por Edgar en una ocasión.

Deben parar la pelea al acercarse al puente de Yekaterina, lo que significa que es el día de Año Nuevo, gritando todos "Feliz Año Nuevo", antes de que les pidan que se echen al suelo, pues el tren impactará contra varios bloques de hielo que obstaculizan su paso, observando que pese a ello tanto Namgoong como Yona siguen de pie y miran por la ventana los restos de un avión.

Sorteado el peligro, la pelea continúa hasta que aparece Mason que les dice que son unos ingratos, pues les salvaron de la muerte y ellos responden con violencia, asegurándoles que el 74% de ellos morirá, tras lo que apagan las luces, y, dado que pasarán por un largo túnel, no se ve nada, mientras que sus atacantes poseen gafas de infrarrojos y podrán atacarlos impunemente.

Curtis recuerda que un niño, Chan, se hizo con las cerillas de Namgoong y le pide fuego, corriendo el niño con una antorcha, hasta sus hombres, que encienden las suyas con las que pueden ver y defenderse, haciéndose con el control de la situación al acabar con uno de los jefes contrarios, e hiriendo en una pierna a Mason, decidiendo Curtis tomarla como rehén.

Trata de evitarlo el joven Franco, que retuvo a Edgard, aunque Curtis prefiere seguir adelante, muriendo su amigo, aunque haciéndose con Mason como rehén, pidiendo que cesen los ataques y obedezcan a Curtis, que piden que tiren las armas.

Franco puede ver cómo su hijo, el asesino de Edgard es abatido cuando trataba de huir.

Le preguntan a Mason por sus hijos, diciendo que solo lo sabe Wilford, aunque ella dice que jamás abandonará su máquina, recordándole ellos que ahora controlan el agua, aunque Mason les dice que si la cortan a quien condenan es a su propia gente, pues el hielo entra por el morro y con el calor de la máquina se convierte en agua, y si la cortan serán los vagones de cola los que murieran y, le dice a Curtis, Wilford le conoce y sabe que no haría daño a los suyos, aunque no pudo salvar a su segundo.

Ella le asegura que Wilford no irá hasta allí, pero que ella le puede llevar hasta él, garantizándole vía libre, pero, a cambio, deberá matar a Wilford.

Por la noche habla con Gilliam, al que dice estar dispuesto a seguir adelante, recordándole este que él ya ha llegado más adelante que cualquier otro, incluso que McGregor, que fue el anterior líder, cuatro años atrás.

Gilliam le dice que ya murió mucha gente y los hombres están agotados, diciendo Curtis que avanzará él solo con Mason mientras él se queda con los heridos y con los prisioneros, y cuando consiga su objetivo irá a buscarlo para que los dirija, aunque Gilliam le dice que debe asumir ya que es él su líder, diciendo él que no puede serlo si conserva los dos brazos, examinando Gilliam la herida que tiene en uno de ellos y le dice que es mejor tener dos, sobre todo para abrazar a una mujer.

Le dice que al final del último pasillo hay una puerta con una W, donde está Wilford, y le pide que no le deje hablar, que le corte la lengua.

El dibujante hace un retrato de los que continuarán hacia la máquina. Curtis, Namgoong, Yona, Tanya, Andrew y Grey, al que Gilliam le pide que los acompañe.

Su siguiente vagón es un vergel, bien iluminado y con árboles y plantas, tomando Tanya un tomate, y mostrándole Namgoong a Yona la tierra, que nunca había visto.

En el siguiente hay un acuario, viendo centenares de peces de diversas especies, pudiendo tomar también sushi, que solo sirven dos veces al año para mantener el equilibrio ecológico.

En el siguiente vagón está la carne. Cientos de pollo y otros animales despiezados y listos para el consumo.

Llegan finalmente al colegio, donde Tanya y Andrew tratan de encontrar a sus hijos, aunque sin suerte, contándoles uno de los alumnos que los vio pasar y seguir adelante.

Durante su estancia, la profesora les pone a los niños un video con la historia de Wilford, al que todos alaban como su líder, contando el amor de Wilford por los trenes desde niño, cuando ya aseguraba que de mayor le gustaría vivir en un tren para siempre.

Fundó su primer imperio del transporte, las Industrias Wilford, aunque su mayor sueño era construir una línea de tren de lujo conectando las vías férreas de todo el mundo en una sola, circular, de 438.000 kilómetros, completando un círculo cada año. Un tren inmune al frío extremo del Ártico y al calor del desierto africano.

Wilford sabía que el CW-7 congelaría el mundo e inventó por ello la máquina de la vida que nunca se detendrá, pues si lo hace, morirán congelados.

15 años atrás, en el tercer año del tren, siete pasajeros intentaron detenerlo y salieron, pero no lograron detenerlo, pasando en ese momento por el lugar donde están sus restos congelados, muy cerca de la vía.

Namgoong le cuenta a Yona que una de las personas que salió era una asistenta de la sección delantera, una Inuit, esquimal, que le enseñó todos los tipos de nieve y hielo y estaba convencida de que podrían sobrevivir en el exterior.

Llega una carretilla llena de huevos cocidos. Los huevos de Año Nuevo del señor Wilford, que tomarán mientras toca para ellos el violín Gerald, que fue primer violinista de la Filarmónica de Boston y al que rescataron del vagón de cola para la ocasión, y al que ahora ven vestido con chaqué.

Curtis observa que su huevo lleva un mensaje, donde pone "sangre".

El camarero lleva huevos a todos, incluidos los que están descansando y vigilando a los prisioneros, comentando los del vagón de cola, que creían que las gallinas se habían extinguido, diciéndoles el camarero que hay muchas cosas que se creía que se habían extinguido, pero que no es cierto, sacando de debajo de los huevos un fusil ametrallador con el que dispara sobre los del vagón de cola, liberando a los prisioneros, a los que arman también, mientras la profesora de los niños saca otro fusil de la otra cesta, acabando con Andrew.

Grey consigue acabar con la maestra lanzándole una navaja al cuello.

Mason trata de ocupar su lugar con otra arma, pero Curtis se lo impide.

Se enciende entonces el monitor, pudiendo ver así que los detenidos están libres y que Franco tiene a Gilliam retenido, disparándole a la cabeza sin que puedan hacer nada.

Curtis se queda en shock, debiendo llamarle la atención Tanya, que le pide que los lidere, decidiendo Mason vengarse, acabando con Mason.

Pasan tras ello a los vagones de primera, donde disponen de todo tipo de lujos, bibliotecas, dentistas, sastres, salón de té, peluquerías, y donde visten lujosamente.

También los guardias liberados avanzan, aprovechando Franco, ya en el vagón escuela, que el tren hace una curva cerrada, para disparar a los rebeldes, ahora enfrente, aunque los cristales blindados impiden que se hagan daño mutuamente.

Franco avanza rápidamente con dos soldados hasta la zona de la sauna, donde Franco acaba con un pasajero por error y luego con uno de los soldados que amenazaba con denunciarle, no pudiendo hacerlo con el otro al quedarse sin balas.

Acaba con el otro soldado Grey, que además hiere a Franco en el hombro con un cuchillo, acabando Franco con el muchacho en la pelea, para enfrentarse luego a Curtis, al que hiere en un brazo, aunque no acaba con él al ser interceptado por Tanya, con la que Franco acaba sin contemplaciones, luchando luego con Curtis hasta dejarlo sin sentido.

Trata de clavarle luego el cuchillo que tenía en la espalda, pero se lo impide Grey, que interpone su mano, que se ve atravesada por el mismo, acabando Franco con él al clavárselo sin quitárselo de la mano.

Encuentra luego a Yona escondida en una de las salas de la sauna y trata de acabar con ella, impidiéndoselo Namgoong, que lo golpea con una barra y lo domina, acudiendo Yona con un cuchillo para acabar con él, impidiéndoselo Namgoong, aunque entonces es Curtis, quien tras recuperar el conocimiento se lo clava, acabando con Franco.

Ve a Tanya moribunda, preguntando por su Timmy, mostrándole Curtis el dibujo de este, muriendo al mirarlo, asegurándole que lo encontrarán.

Continúan su avance, llegando a la discoteca, donde los jóvenes bailan animadamente y sin preocupaciones y beben y se drogan, robando Yona y Namgoong algo de Kronole.

En el siguiente encuentran a los drogadictos, vestidos con abrigos de pieles, robando allí algunas piedras más de Kronole y varios abrigos.

Llegan a la puerta de la W que les dijo Gilliam, pero Namgoong, muy drogado, por lo que Curtis y él se pelean, dándole a Curtis un cigarrillo para que se calme, recordándole que es el último cigarrillo de la humanidad.

Curtis le pregunta si sabe lo que pasó en el vagón de cola cuando embarcaron.

Entonces no murieron congelados, pero los soldados de Wilford arrasaron con todo, encontrándose allí 1000 personas sin comida ni agua, por lo que un mes después se comían a los más débiles, por lo que odia saber cómo sabe una persona y saber que los niños saben mejor.

Le cuenta la historia de una mujer se escondió con su bebé y unos hombres la mataron y se llevaron al pequeño, momento en que un anciano pidió un cuchillo y, cuando todos pensaban que mataría al bebé, se cortó su propio brazo para salvar al bebé.

El bebé era Edgar y él era de los que llevaba los cuchillos y mató a su madre.

La gente comenzó a cortarse piernas y brazos para ofrecerlas y él lo intentó, pero no pudo, por lo que lamenta seguir con dos brazos.

Un mes después les llevaron las barras de proteínas.

Lleva por ello 18 años odiando a Wilford y esperando ese momento, pidiéndole que abra ya la puerta, aunque Namgoong le dice que quiere abrir la puerta, pero no la de Wilford, sino la del mundo exterior.

Curtis le replica que morirán congelados, aunque Namgoong está convencido que podrán sobrevivir abrigándose bien con los abrigos que cogió.

Le cuenta que desde el puente de Yekaterina hay un avión estrellado que él mira cada año cuando pasan por allí, del que 10 años atrás solo se veía la cola, pero del que ahora asoman el cuerpo y las alas, y, si hay menos hielo y nieve, significan que se está derritiendo la nieve, y, además vio algo por la ventana que no le cuenta.

Curtis le dice que el Kronole le freirá el cerebro, pero Namgoong le dice que es un residuo industrial y por tanto inflamable, por lo que lo ha estado acumulando, no para drogarse solo, sino para crear una bomba con la que poder volar la puerta de salida, colocando el explosivo, en efecto, en esta.

Pero antes de que lo hagan sale Claude, que, dispara a Namgoong y le pide a Curtis que pase con Wilford para cenar con él.

Cuando entra, ve, en efecto, que tiene la mesa preparada y se dispone a cocinar.

Wilford alaba a Curtis, pues es el primer ser humano que ha recurrido toda la longitud del tren, de la cabeza a la cola, no habiendo estado nadie hasta entonces en la máquina.

Le explica que todos tienen un papel predeterminado menos él, que todos son prisioneros en ese ecosistema cerrado, donde deben mantener el equilibrio, aunque a veces deben reducir la población de forma drástica, y, a veces, para mantener ese equilibrio, deben reducir la población de forma drástica.

De hecho, en ese momento, el camarero que servía los huevos dispara sobre los pasajeros del vagón de cola.

Le cuenta que, con un exceso de población, pasarían hambre, por lo que, la mejor solución es que haya unidades que exterminen a otras unidades, debiendo de cuando en cuando, echar leña al fuego para provocar rebeliones como la suya, siendo una genialidad el ataque con antorchas, que no era lo que Gilliam y él habían planeado,

Le rebela entonces que Gilliam no era solo un colaborador, también era un amigo, entendiendo que cabeza y cola debían trabajar juntas.

Según su plan, la rebelión debía acabar en el túnel de Yekaterina, y los supervivientes volverían al vagón de cola para disfrutar de más espacio.

Le dice que, dado que la parte delantera sufrió más bajas de las previstas, Gilliam tuvo que pagarlo con su vida.

Pide tras ello que hagan un recuento para llegar al 74%, debiendo continuar hasta lograr su objetivo, aunque les pide que perdonen al número 18 para celebrar sus 18 años, haciéndole escuchar a Curtis los disparos que acaban con su gente.

Ve que Wilford está al tanto de lo que decía Gilliam, que para abrazar a una mujer era mejor tener dos brazos, asegurando que echará de menos sus charlas telefónicas nocturnas.

Franco consigue levantarse pese al cuchillo clavado.

Despierta también Yona, que descubre a Namgoong herido, llegando hacia ellos varios de los muchachos de la discoteca, enfadados por su robo y dispuestos a atacarlos, aunque tras ellos aparecen el resto de los muchachos dispuestos a acabar con Namgoong, que le indica a Yona que deben lograr salir.

Wilford continúa, diciéndole que, según Gilliam debían mantener cierto grado de tensión, miedo, caos y horror para que la vida continúe, y su revolución, de hecho, lo logró, decidiendo mostrarle la cabecera, y entrando en el corazón de la máquina, el motor eterno, donde le deja reflexionando. El único lugar en que ha podido estar solo por vez primera, en muchos años.

Namgoong le indica a Yona el cable que debe cortar, mientras él se enfrenta a los jóvenes, ahora amotinados.

Wilford le entrega una de las notas que les llegaban, que, le dice, acaba de escribir, viendo que en ella escribió "Tren".

Wilford le dice que está envejeciendo y quiere que él ocupe su puesto, que es lo que quería también Gilliam, debiendo mantener la máquina en marcha.

Le dice que el tren es el mundo y ellos la humanidad y él tiene la responsabilidad de liderar la humanidad, pues sin él la gente dejará de existir, pues sin un líder, la gente se devora, y le muestra la pelea de fuera y, le dice, puede salvarlos de sí mismos y que es ese su destino.

Namgoong trata de mantener el puesto mientras Yona intenta volar la puerta.

Ve a Claude que sale con una pistola y consigue quitársela y acabar con ella, intentando acabar luego con Franco, que, aun con el cuchillo clavado volvió a ponerse en pie y se acerca a Namgoong, que se enfrenta a él.

Tras colocar el Kronole en la puerta, Yona corre a pedirle a Curtis las cerillas, percatándose la muchacha de algo extraño bajo la máquina, por lo que levanta una de las baldosas, desde donde se ve la maquinaria, el corazón de la máquina, donde hay niños que la hacen funcionar, explicándole Wilford que allí solo caben niños menores de 5 años que sustituyen las piezas del equipo que se estropearon y para las que no tienen repuesto, comentando que, afortunadamente en la cola se generan constantemente niños que pueden servir para sus propósitos.

Enfadado por su comentario, Curtis golpea a Wilford, tras lo que mete su mano en el engranaje para hacer que pare, intentando salvar a los muchachos, aunque antes le entrega las cerillas a Yona.

Llegado el turno del pequeño Andy, le pide que no suba a la maquinaria, pero no le hace caso, no pareciendo querer ser salvado, y va a ocupar su sitio en la máquina.

Pero consigue rescatar a Timmy mientras, fuera, Namgoong acaba con Franco, a la vez que Yona enciende la mecha del explosivo.

Curtis pierde finalmente uno de sus brazos tras haber rescatado a Timmy, al que Yona coge en sus brazos, mientras se cubre con uno de los abrigos de piel

Namgoong corre a abrazar a Yona, uniéndose Curtis a ellos, antes de que la puerta vuele y provoque una fuerte deflagración en la que mueren buena parte de los pasajeros, provocando además una avalancha que hace que el tren acabe descarrilando y perdiendo vagones que van cayendo antes de pararse los últimos en la nieve.

Yona, protegida con su abrigo de pieles y con Timmy en brazos ve que el fuego crece, y trata de encontrar a Curtis y a Namgoong, al que llama papá., aunque están muertos.

Muy protegidos por pieles, Yona y Timmy salen, siendo los únicos supervivientes del tren, observando en la lejanía un oso polar, indicativo de que la vida es posible fuera.

Calificación: 3