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Sicario: El día del soldado
Sicario: El día del soldado

Sicario: Day of the Soldado (2018) * USA / México

          También conocida como:
                    - "Sicario: Día del soldado" (Argentina, Chile, México, Uruguay)
                    - "Sicario 2: Soldado" (Colombia)

Duración: 122 min.

Música: Hildur Guðnadóttir

Fotografía: Dariusz Wolski

Guion: Taylor Sheridan

Dirección: Stefano Sollima

Intérpretes: Benicio del Toro (Alejandro Gillick), Josh Brolin (Matt Graver), Isabela Moner (Isabel Reyes), Jeffrey Donovan (Steve Forsing), Catherine Keener (Cynthia Foards), Manuel García Rulfo (Gallo), Matthew Modine (James Ridley), Shea Whigham (Andy Wheeldon), Elijah Rodríguez (Miguel Hernández), Bruno Bichir (Ángel).

Cada año, miles de personas son introducidas ilegalmente en Estados Unidos desde México por dinero, estando esa frontera controlada por los cárteles mexicanos.

Frontera de Estados Unidos con México. Texas

Un helicóptero policial parte rumbo a Laredo, viendo gracias a los infrarrojos movimiento de personas que corren para tratar de cruzar la frontera, iluminando desde el cielo a los ilegales, que se topan con varios coches policiales que les cortan el paso.

Uno de ellos trata de huir hasta que se topa con el abismo y se para y se arrodilla, como le ordenan desde el helicóptero, sacando algo de la mochila, inmolándose cuando se acercan los policías, haciendo explotar una granada.

Al día siguiente la policía examina la zona, encontrando varias alfombras de oración.

Kansas City

Tres hombres llegan a un supermercado y se separan una vez dentro, inmolándose los dos primeros de inmediato.

Una mujer que salió ilesa, recoge a su hija y trata de marcharse cuando se percata de que hay otro terrorista en la puerta que hace explotar la tercera bomba.

Los informativos hablan de 15 muertos y de numerosos heridos.

El Secretario de defensa James Ridley señala que enviarán al ejército contra los terroristas.

Golfo de Somalia

Un grupo de paracaidistas americanos asalta una nave y acaba con varias personas y detienen a un hombre.

Campamento Lemonnier. Djibouti

Matt Graver será el encargado de interrogar al detenido, Bashiir, un pirata, al que le dice que no le van a ahogar, que eso se hace cuando no se puede torturar y ellos están en África y allí pueden hacer lo que quieran, aunque, asegura, no hará falta que le toque.

Le muestra en tiempo real su casa, viendo a través de la pantalla a uno de sus hermanos, asegurándole Graver que volarán su casa y acabarán con su hermano.

Le muestra también las imágenes de los inmolados en Kansas City, que, dice, eran yemeníes.

Bashiir le dice que no tienen nada que ver con él, que luchan contra ISIS, no contra él, pues él se dedica al pirateo en el mar, aunque Graver le dice que si los yemeníes viajaron hasta México en un barco que él no intentó asaltar porque le pagaron para que no lo hiciera.

Bashiir no cree que vayan a hacer nada, pues, dice, tienen valores, ya que son estadounidenses y tienen demasiadas reglas.

Graver le obliga a ver cómo hacen explotar su casa, para luego mostrarle un vehículo de otro de sus hermanos y le dice que podrán estar así todo el día, pues en algún momento encontrará al hermano que más le importe.

Consigue así saber que los yemeníes se trasladaron en un carguero panameño, "La Victorina", que está a nombre de una sociedad mexicana, el Grupo Duro, y que atracó en Veracruz, sabiendo que detrás está el cártel de Carlos Reyes.

McAllen, Frontera de Texas.

El autobús escolar recoge a los estudiantes del Instituto, pero hay uno de ellos, Miguel que no sube. Es recogido por un coche que aparece poco después.

Héctor, su conductor, le lleva hasta el río, desde donde pueden el otro lado de la frontera, y allí a un grupo de chicos, que vigilan por 20 o 30 dólares al día, diciéndole a Miguel que él es más válido, pues conoce ambos lados del río y tiene pasaporte, pudiendo entrar y salir a su antojo, por lo que puede poner el precio que desee, pues el cártel Matamoros paga muy bien y puede ganarse la vida, entregándole un fajo de billetes.

Graver es llevado por su jefa, Cynthia Foards, a ver al Secretario de Estado de Defensa, que les dice que van a incluir a los cárteles a la lista de organizaciones terroristas, lo que amplía su capacidad para combatirlos, aunque saben que es más eficaz provocar que se peleen entre ellos, diciendo Graver que no acabarían con el jefe del cártel, pero lo dividiría en 50.

Dice no haber localizado a Reyes, pero saben que tiene dos hijos, la menor, de 16 años, asegurando que, si se secuestra al príncipe, será el rey quien empiece la guerra por ellos.

Le encargan formar un grupo, debiendo para ello contratar personal externo y los suministros y el apoyo aéreo, dejándoles claro que tendrán que jugar sucio.

Con el beneplácito gubernamental, Graver se pone en contacto con Andy Wheeldon, un proveedor al que le dice que necesitarán dos drones con capacidad de ataque, un equipo de comunicaciones, un equipo de asalto, dos francotiradores y un equipo de demolición para actuar en México y que les pagará el Tesoro a través de la empresa brasileña Río Verde.

Para una acción continua le dice que tendrán que pagar 10 millones al mes más suministros, más 150 millones sobre el precio e inmunidad.

Bogotá. Colombia

Alejandro Gillick regresa a su casa y se da cuenta de que hay algo extraño, por lo que se acerca sigilosamente, viendo que en la puerta hay un escrito en que le dicen que está sentado en su salón y le pide que no le dé un tiro, descubriendo que quien está allí es Matt.

Este le explica que van contra Carlos Reyes y que en esta ocasión no hay reglas y tiene libertad, siendo su oportunidad de vengarse por lo de su familia iniciando una guerra.

Ciudad de México

El coche de Díaz, abogado del cártel de Matamoros es retenido por otro coche del que salen varios hombres que los tirotean.

Díaz consigue salir del coche y sale corriendo, disparándole uno de los hombres, primero a la pierna, para evitar que huya, y luego a la espalda, pidiéndole, al llegar junto a él que se ponga las gafas, tras lo que el hombre que le disparó se quita su pasamontañas y le muestra que es Alejandro, y tras ello lo acribilla.

Los informativos hablan de la muerte del abogado del cártel Matamoros, aventurando como sospechoso a un cártel rival.

Desde la habitación del hotel el grupo de americanos vigilan un colegio cercano, y planean un secuestro que desean hacer en la calle para simular que lo hizo otro cártel.

En el colegio, Isabel, la hija de Reyes se pelea duramente con otra muchacha porque, dice la llamó zorra narco y le pegó.

Recibida por el director, este le dice que la debería expulsar, retándolo la niña a que lo haga, a sabiendas de que es incapaz de desairar a su padre.

Recogida a la salida por su chófer, escoltado por otro coche con guardaespaldas, se inquietan al ver que pierden la conexión, por lo que piden al coche de delante que vaya más deprisa, cuando de pronto ven cómo este explota por una bomba.

El coche de la niña da marcha atrás a toda velocidad, pero detrás les espera el coche de los secuestradores, que impactan contra él.

Cogen tras ello a la niña, le atan las manos, le colocan un antifaz y una capucha y le piden al guardaespaldas que le diga a su jefe que eso es lo que les pasa a los que quieren acabar con el cártel Matamoros.

Llegan al aeropuerto y sube directos a un avión.

Base aeronaval Corpus Christi, Texas

Bajan a la niña del avión, todavía encapuchada y la suben a un coche con Alejandro.

En la sala de control vigilan, desde el satélite, las residencias de Reyes, tanto la cercana a Monterrey, como la de México D.F., para tratar de adivinar y seguir sus movimientos, aunque no captan por el satélite las conversaciones de los móviles.

Pueden ver también el escenario del secuestro, donde, aunque ellos solo mataron a uno de los guardaespaldas, murieron todos, pudiendo ver las imágenes grabadas desde el satélite en que observan, como, tras llevarse a la niña, llegó un coche policial, y uno de los policías, tras hablar con los guardaespaldas dispara a los dos que quedaron vivos.

Se dan cuenta así de que la llamada no sale de la casa, sino del teléfono del policía, por lo que pide que localicen la llamada.

Alejandro custodia a la niña, en una casa aislada en de Brownsville, y, tras encerrarla en el baño, ve cómo llegan varios coches de la policía de Texas y de la DEA, poniéndose el propio Alejandro el uniforme de la DEA, simulando los policías un asalto a la casa y la detención de los secuestradores y la liberación de la muchacha.

Graver negocia con un alto mando de la policía mexicana, que les indica que pueden dejar a la muchacha en un almacén de la policía federal en Méndez, territorio de Matamoros, por lo que, si los hombres de Reyes van a buscarla, tendrán que luchar para salir.

Poco antes de cruzar la frontera están a punto de atropellar a Miguel, que poco después cruza la frontera con Héctor, que le dice que va a conocer a su nuevo "padre", el "Gallo", y le pide que se comporte como un hombre.

Ve que Gallo es un hombre despiadado, que le comenta que va a echar a la madre de uno de sus colaboradores a un pez gigantesco que tiene, aunque, le dice que sabe que él no le fallará.

Alejandro le cuenta a Isabel que van a entregarla al ejército mexicano para que la lleven con su padre, colocándole un chaleco antibalas y partiendo junto con varios vehículos blindados más, hacia la frontera mexicana, donde les esperan 7 coches de la policía mexicana, cubriendo su marcha un avión que les va informando de que todo está despejado en 16 kilómetros, tal como les prometió la policía mexicana.

A la niña le extraña que no les paren en la frontera, concluyendo que no son policías, sino soldados, viendo cómo luego se adentran en un terreno sin asfaltar.

La falta de visión, debido al polvo, les impide ver que los policías mexicanos les tendieron una emboscada, convirtiendo el desierto en un campo de batalla, para horror de la niña, que acaba saliendo del coche asustada y adentrándose en el desierto.

Eliminados la mayoría de sus atacantes, ven cómo un grupo de policías solicita clemencia, descubriendo que en realidad solo desean matarlos, debiendo contraatacar y acabar con ellos, aunque Forsing es alcanzado, salvándose gracias a su chaleco.

Informados de que se acercan más vehículos policiales, deciden reanudar su camino, descubriendo entonces que no está la niña, decidiendo Alejandro quedarse para buscarla mientras sus compañeros se ponen a salvo.

La niña camina perdida por el desierto, quitándose el chaleco, demasiado pesado.

Entretanto, Graver y sus compañeros deben enfrentarse a otro grupo de vehículos policiales contra los que disparan, logrando, tras acabar con ellos, cruzar la frontera.

Isabel consigue llegar a la carretera, pidiendo ayuda a un coche que se acerca, no siendo consciente hasta demasiado tarde de que es uno de los atacantes, que logró escapar con vida, que intenta subir a la fuerza a la niña a su coche, aunque entonces una bala de Alejandro le vuela la tapa de los sesos.

La niña le pregunta quién la secuestró, diciéndole Alejandro que su padre tiene muchos enemigos, preguntándole si él es uno de ellos, lo que le confirma.

Ya en terreno estadounidense Graver es recibido por Cynthia Foards, que le muestra cómo todos los noticiarios hablan de la muerte de numerosos policías mexicanos, explicándole Graver que les tendieron una emboscada y no tuvieron elección, diciéndole Foards que el presidente decidió cancelar su misión, pues teme que le procesen por haber acabado con dos docenas de policías mexicanos, pues su misión era acabar con los cárteles mexicanos, no empezar una guerra con su gobierno.

Entretanto, Alejandro e Isabel llegan a una granja perteneciente a un hombre sordo, Ángel, que reconoce a la chica por haber visto en televisión la noticia de su secuestro, y al que le pide, mediante signos comida, agua y descanso, contándole que conoce el lenguaje de signos porque su hija fue sorda.

Graver y Forsing realizan una video llamada, junto con Cynthia a Ridley, el Secretario de Estado de Defensa, que les pregunta por qué no la retuvieron en México, señalando ellos que no tenían infraestructura y la seguridad de la misión habría sido imposible.

Ridley les pregunta si la chica presenció todas las fases de la misión y si está segura, diciéndole que está con un operativo que lleva un GPS que activará cuando esté cerca de la frontera, encargando a Cynthia que haga lo posible por sacarlos, pues no pueden perderla.

Ella le pide a Graver que la recojan y dejen el escenario impoluto, incluido el operativo, preguntando Matt si sabe lo difícil que fue reclutarlo, asegurando que no lo hará, contándole ella que la misión no tiene sentido ya, pues identificaron ya a los terroristas del atentado de Kansas City y dos de ellos eran en realidad norteamericanos de New Jersey, no yemeníes.

Matt llama a Alejandro y le dice que se libre de la chica, diciendo Alejandro que no lo hará, pidiéndole que le ayude a cruzar la frontera y luego decidirán qué hacer, pidiéndole Matt que no le ponga en esa situación, a lo que Alejandro le contesta que, si le han pedido eso, ya está en esa situación y que no dejará allí a la chica, pues la matarán.

Matt le dice que no puede ayudarle, diciéndole Alejandro que haga lo que deba, y él ya pensará algo.

Miguel y Héctor llegan en un autocar que conduce el segundo hasta el río, haciendo que bajen todos, debiendo guiarlos Miguel desde allí con un aparato que les indica la ruta a seguir, diciéndole Héctor que son ganado y debe tratarlos como tal.

Por ello, y mientras cruzan el río, dejan atrás a quienes son arrastrados por el agua para evitar que descubran a los demás, que, una vez en la otra orilla deben ocultarse para evitar que los detecte el helicóptero que rastrea la zona.

Ya a salvo, los suben a un camión, mientras que a Miguel le espera una mujer con su bebé en un coche y le entrega su dinero, pidiendo él que le lleve al mercado de Trenton.

Alejandro cava para enterrar parte de su arsenal, preguntándole Isabel cómo un soldado conoce el lenguaje de signos, contándole él que su hija era sordomuda, diciéndole entonces Isabel que ya sabe quién es, que es el abogado al que le mataron la familia, diciéndole Alejandro que el autor de aquello fue un hombre que trabajaba para su padre, para darle un mensaje, preguntando ella si ahora los caza.

Saben que será difícil cruzar la frontera como Isabel Reyes, por lo que hace que Isabel se corta el pelo, diciéndole que debe decir que se llama Carina y es de Oaxaca, diciéndole luego, en el coche que conduce Ángel que si alguien le pregunta y hay problemas, les dirá que no lo conoce de nada, que le pagó 500 dólares para que se hiciera pasar por su padre, y le coloca el GPS en el zapato por si se separan.

Activada su señal, Cynthia decide enviar a otro equipo para acabar con ellos, aunque Graver le dice que lo hará él, pues si no lo hace, Alejandro irá a matarla a ella.

Alejandro llega con Isabel al punto de reunión de los que desean cruzar de forma ilegal y paga 1.000 dólares a Héctor para que les ayuden a cruzar la frontera.

Pero entonces Miguel repara en Alejandro y recuerda que lo vio unos días antes cuando estuvieron a punto de atropellarlo, y se lo cuenta a Héctor.

Poco después, salen en un autobús conducido por este

Los helicópteros de Graver y su equipo se acercan a la zona de control, pudiendo seguir todos los acontecimientos a través de las imágenes del satélite, desde el que pueden comprobar que hay un bloqueo en la carretera, al que, en efecto llega poco después el autobús de Héctor, que al llegar al mismo apunta a Alejandro con su arma, al igual que varios hombres que viajaban con ellos como inmigrantes, registrándolo y quitándole su arma antes de la llegada del Gallo, que le dice que saben que estaba en Texas dos días antes, lo que él niega, reconociendo a Isabel Reyes pese a su disfraz.

Alejandro le cuenta que salvó a la niña de un tiroteo y debe cruzar la frontera para entregar a la muchacha a su madre, que vive en Estados Unidos.

Alejandro le dice a Gallo que ha encontrado algo de mucho valor, pero también muy peligroso, tanto para ellos como para sus familias, pues si dejan que hagan daño a la niña, desencadenarán otra guerra, pero con una llamada podrán asegurar su porvenir.

Gallo interroga a la niña, que le cuenta, tal como habían pactado, que lo contrató, pero que no lo conocía, aunque luego dice que trabajaba para su padre.

Alejandro le dice que basta con que llamen al enlace y les pondrá en contacto con el jefe, aunque en vez de ello golpean duramente a Alejandro, le amordazan, encapuchan y atan.

Desde el helicóptero ven las imágenes de su Alejandro llevado por los coyotes, señalando que les quedan 15 minutos para llegar, indicando Graver que deben llegar en 10, para evitar que la niña hable.

Llevan a Alejandro hasta un lugar apartado, donde les esperan varios coches que iluminan con potentes focos un escenario donde Gallo y sus hombres se disponen a dar un castigo ejemplar, pidiéndole Gallo a José, apenas un crío, que acabe con Alejandro para poder ser un sicario, aunque el chico no se atreve, siendo él quien recibe el disparo, tras lo que le entregan el arma a Miguel.

Este no tiene otra salida que dispararle a Miguel a la cabeza para horror de Isabel, siendo jaleado por todos, que le dicen que ahora ya es uno de ellos.

Tras ver la escena, Forsing dice que le alegra no tener que haberlo hecho ellos.

Se acercan ya hasta los coches de los coyotes, ordenando Graver que lo limpien todo.

En los coches felicitan a Miguel, que sin embargo no está feliz y que se baja del coche.

Pese a haber perdido mucha sangre, Alejandro recobra el sentido y comienza a arrastrarse, consiguiendo liberar su boca y uno de sus ojos, viendo los helicópteros, que poco después llegan hasta los automóviles que llevan a la niña.

Se coloca entonces uno de ellos delante de ellos obligándolos a parar y desde el que disparan contra el conductor del primer vehículo, y su acompañante, bajando para acabar con los demás, observando cómo Gallo apunta a la niña con su arma amenazando con acabar con ella, pese a lo cual Matt le dispara sin dudarlo.

Se dirigen luego al segundo coche, el que conduce Héctor, acabando con todos ellos, tras lo que Graver se dirige al primer coche y coge a la niña y se la lleva al helicóptero, contraviniendo las órdenes que tenían, señalando que irá a protección de testigos.

Entretanto, Alejandro se arrastra hasta el cadáver de José, con cuyo cinturón consigue desatarse, para luego caminar por el terreno desértico hasta los coches de los coyotes, donde se hace con varias de sus varias armas, y observa su rostro, atravesado por la bala de Miguel.

Saca a Gallo y al conductor, quedándose con varias de sus granadas y se aleja con el coche, que, poco después se cruza con otro coche, que, al verlo, gira y comienza a seguirlo, aunque cuando llegan a su altura y le disparan se encuentran con que este les lanza una granada que explota poco después.

Pero cada vez se encuentra más débil y es incapaz de continuar, por lo que acaba saliéndose de la carretera y chocando contra un poste.

Un año después

Miguel, ahora con numerosos tatuajes en el cuerpo entra en un centro comercial, en uno de cuyos restaurantes de comida mexicana trabaja, encontrándose al entrar en el mismo a Alejandro con sus heridas ya curadas.

Le dice: "¿Entonces quieres ser un sicario? Hablemos de tu futuro".

Calificación: 2