Retratos de una obsesión
One Hour Photo (2002) * USA
Duración: 98 min.
Música: Reinhold Heil y Jonny Klimek
Fotografía: Jeff Cronenweth
Guion y Dirección: Mark Romanek
Intérpretes: Robin Williams (Seymour Parrish / "Sy"), Connie Nielsen (Nina Yorkin), Michael Vartan (Will Yorkin), Dylan Smith (Jake Yorkin), Gary Cole (Bill Owens), Erin Daniels (Maya Burson), Eriq La Salle (Detective Van Der Zee), Paul Hansen Kim (Yoshi).
En la unidad de amenazas de la policía del Condado de Evans un hombre posa para las fotografías de su ficha policial, tras lo que el detective Van der Zee le informa de que su abogado llegará en 30 minutos y que no es necesario que hable con él si no lo desea, aunque le informa que revelaron el rollo de fotografías de su maletín y que lo que había en él no son cosas muy desagradables y que van a revelar otro que encontraron en su habitación del hotel, tras lo que le pregunta qué hizo William Yorkin para enfadarlo.
El detenido, Seymour Parrysh, "Sy", que trabaja en el laboratorio de revelado fotográfico de SavMart, unos grandes almacenes, afirma reflexionando que la gente fotografía los momentos felices de su vida, por lo que viendo sus álbumes, todos dirían que sus vidas son dichosas, pues nadie fotografía las cosas que desea olvidar.
Mientras atiende su negocio, acude Nina Yorkin a revelar tres carretes, que le informa son del cumpleaños de Jake, su hijo, regalándole Sy una cámara desechable al muchacho tras felicitarlo.
Y esa noche, y mientras cena en un restaurante Sy examina las fotos reveladas a los Yorkin, contándole a la camarera, tras enseñárselas, que el niño es su sobrino.
Esa noche, en su casa, Jake le comenta a su madre que está triste por Sy, porque piensa que no tiene ningún amigo.
Este, de regreso en su casa atiende a su cobaya, pudiendo observar que tiene en su mesilla fotos de la familia.
Pero la realidad vivida en casa de los Yorkin no es tan idílica como aparece en las fotos y Nina se queja ante Will, su marido, asegurándole que es negligente con ella y con Jake ya que no está nunca en casa, respondiéndole él que para pagar todo lo que tienen y de lo que disfrutan debe trabajar muchas horas.
Ajeno a esa realidad, Sy ve la televisión en su salón, donde tiene toda una pared empapelada con las fotos de los Yorkin, y contemplándolas se ve a sí mismo como si estuviera con ellos y fuera un miembro más de la familia.
Al día siguiente Sy discute con el encargado de calibrar las máquinas de revelado ya que esta presenta una pequeña desviación prácticamente imperceptible, pero que irrita al perfeccionista Sy.
Enfadado por la actitud de Sy, discutiendo ante los clientes, el señor Owens le llama la atención por la escena, sugiriéndole que tome unas vacaciones.
Poco después ve a Will Yorkin en la tienda, y, aunque hasta ese día no lo había visto en persona lo saluda como si lo conociera asegurándole que es muy afortunado y que tiene una familia estupenda.
Ve también a Jake, que iba con él admirando un juguete de Evangelion, que Sy se ofrece a regalarle, pero que él rechaza asegurando que su padre no se lo permitirá.
Sy acude hasta casa de los Yorkin y aparca su coche frente a la puerta.
Poco después le vemos en el desordenado cuarto de Jake, haciendo tras ello sus necesidades en el baño de la familia, para más tarde sentarse en un sofá para ver un partido mientras se toma una cerveza.
Y mientras lo hace se escucha un ruido. Los Yorkin llegan a casa sin darle tiempo a ocultarse, aunque ninguno de ellos parece extrañarse de su presencia y le saludan como si fuera normal que estuviera allí, pidiéndole de hecho Jake, que le ayude a montar un juguete.
Observamos entonces que Sy sigue en su coche y que todo ha sido una fantasía.
Un día acude una chica, Maya, a revelar un carrete de fotos, y Sy le pregunta si estuvo ya anteriormente allí, ya que su cara le es familiar, aunque ella le dice que no estuvo nunca.
Un día, y mientras está en los entrenamientos de fútbol Jake ve que se le acerca Sy, que asegura que pasaba por allí por casualidad y al verlo se paró para ver cómo jugaba, asegurándole que si quiere puede él hablar con el entrenador, que observó, se muestra demasiado duro con él, aunque el muchacho declina su ayuda tras reconocer que su padre no va a verlo nunca cuando juega porque tiene demasiado trabajo, excusándolo Sy, que le explica al muchacho diciéndole que lo hará para poder proporcionarle todas las cosas de que disfrutan.
Le hace tras ello un regalo, el Evangelion que vio que le gustaba, y que el niño rechaza de nuevo porque asegura que sus padres no le dejan.
Otro día Sy se hace el encontradizo con Nina en el centro comercial en el que ella está comiendo, sentándose en una mesa cercana y entablando conversación con ella, observando Nina al marcharse que Sy está leyendo el mismo libro que lee ella - y que él observó en su bolso el día que fue a revelar las fotos del cumpleaños - sintiéndose ella muy impresionada al comprobar la coincidencia.
Aprovechando el momento de confianza Sy le muestra la foto antigua de una mujer que le dice es su madre, aunque realmente la compró en un mercadillo.
De regreso al trabajo, Owens, el encargado del centro comercial llama a Sy para quejarse, porque, tras comprobar los números ha detectado una enorme discrepancia entre el número de copias vendidas y las realizadas, preguntándole dónde están todas esas fotos, decidiendo que debe despedirlo, dadas los problemas contables y por abandonar su puesto de trabajo a menudo y por más tiempo del permitido o por hacer regalos a los clientes sin contar con la empresa, debiendo vaciar la taquilla y el trabajo al final de la semana.
Sy se siente muy dolido. Tanto que cuando llegan Nina y Jake para revelar las fotos de la cámara que le regaló por su cumpleaños, apenas les hace caso, sintiéndose tan extrañados que Nina le pregunta al ver su actitud si se encuentra bien.
Cuando Sy ve las fotos del muchacho, todas mal encuadradas y de cosas sin importancia, aunque él llora de emoción al verlas.
De pronto, en su casa, parece recordar algo y busca ente las fotos de los Yorkin, y valiéndose de una lupa descubre en una de ella a Maya, la muchacha que le sonaba, buscando tras ello en la tienda las fotos que esta fue a revelar, descubriendo al examinarlas que en las fotos sale con Will, descubriendo que son amantes.
Al día siguiente le dice al otro dependiente que, dado que fue despedido, se va a ir temprano, recogiendo sus cosas y robando un cuchillo de caza antes de irse.
Luego espera en el estacionamiento la llegada de Nina y de Jake para recoger las fotos y los sigue con su coche observando cómo de pronto el coche hace un extraño movimiento, parando en el arcén, y él, aunque a cierta distancia, tras ellos, sabiendo que en ese momento ella acaba de ver las fotos de su marido con Maya que él metió en el sobre junto con las fotos del niño.
Les sigue cuando arrancan de nuevo hasta su casa, esperando fuera y observando cómo Nina sirve la cena sin que parezca saber nada, pues no le dice nada a Will, por lo que, frustrado, Sy acaba marchándose, y, muy enfadado empieza a rascar una vez en su casa las fotos de la pared.
Al día siguiente, y pese a su despido, Sy regresa al SaveMart, donde es recibido hostilmente por Owens, que le pide que se marche, aunque él insiste en que acude al establecimiento en condición de cliente, pues desea revelar unas fotos y sabe que la máquina más equilibrada de la ciudad es la de ese centro gracias a su insistencia, permitiendo finalmente Owens que deje sus carretes para evitar formar un escándalo ante el resto de los clientes, aunque advirtiéndole que no volverá a permitirle ir allí.
Tras dejar su carrete Sy sigue a Will, que va a verse con su amante en un hotel.
Entretanto, el sustituto de Sy acude a ver a Owens tras revelar el carrete de aquel, pudiendo este comprobar que las fotos que envió a revelar se las hizo a la hija del propio Owens en el patio de su casa, por lo que decide llamar a la policía.
La policía acude de inmediato, asegurándole a Owens que se toman muy en serio las amenazas, por lo que ordenaron ya buscar el coche de Sy, habiendo enviado a una patrulla para registrar su piso, encontrando en efecto los dos agentes que acuden al piso de Sy, la pared cubierta con las fotos de los Yorkin, de las cuales ha tachado el rostro del marido.
Sy se encuentra en el hotel en que está Will con Maya, en el que, tras enterarse de su habitación, contrata él otra en la misma planta, tras lo cual llama al servicio de habitaciones como si fuera Will y cancela el pedido que habían realizado, tras lo que se acerca él y llama anunciándose como del servicio de habitaciones, entrando en la habitación y sorprendiéndolos casi desnudos, tras lo que los amenaza con el cuchillo de caza obligándolos a desnudarse.
Entretanto, alarmados, los policías acuden a casa de los Yorkin, donde le ponen a Nina en antecedentes de lo ocurrido, por lo que ella llama a su oficina donde le informan que no está Will, pidiéndole Nina a su secretaria que no trate de encubrirlo, pues sabe que tiene una amante y está corriendo peligro, enterándose así de que está en el hotel, dirigiéndose la policía al mismo mientras piden al servicio de habitaciones que llamen a la habitación, aunque Sy les impide cogerlo.
Obliga tras ello a la pareja a colocarse en posturas sexuales aunque sin permitir que se toquen fotografiándolos mientras lo hacen.
Tras ello, y de nuevo en su habitación, Sy se lava, se tumba en su cama y toma algunas fotografías.
Cuando la policía llega al hotel y muestran la fotografía de Sy al recepcionista, este les indica su habitación, subiendo los policías hasta la quinta planta, aunque cuando llegan no lo encuentran ya en la habitación, ya que huyó antes de que llegaran y consiguiendo burlarlos al huir atravesando un salón donde tiene lugar una convención y posteriormente la cocina, pese a lo cual finalmente consiguen reducirlo al salir.
Entretanto otros policías se dirigen a la habitación que ocupan Will y Maya, estando Will sentado en la cama y Maya en la ducha, aunque sin daños.
Poco después la policía deja a Will en su casa, corriendo Jake a abrazarlo mientras Nina los mira.
En la sala de interrogatorios, Sy habla con el Detective Van Der Zee, y le dice que por la forma en que lo ha tratado y por su anillo adivina que es un buen esposo y padre de familia, no un hombre que obligaría a sus hijos a hacer cosas repugnantes que no deben hacer ni a fotografiar esas cosas, dando a entender que el suyo sí lo hizo, tras lo cual lamenta que Will Yorkin teniéndolo todo no fuera un buen padre y esposo.
El policía le dice que cree que lo entiende todo y le da las gracias por responder a sus preguntas con tanta sinceridad.
Antes de que se vaya el policía, Sy le pide que le permita ver sus fotos, que coloca sobre la mesa, y en la que se ven diferentes elementos de su habitación del hotel.
Finalmente aparece una imagen de los Yorkin en su jardín junto a Sy, pero, ¿es real, porque los Yorkin le agradecen su ayuda, o existe solo en la mente de Sy?.