Te cuento la película

Philomena
Philomena

Philomena (2013) * Gran Bretaña / USA / Francia

Duración: 98 min.

Música: Alexandre Desplat

Fotografía: Robbie Ryan

Guion: Steve Coogan y Jeff Pope (N.: Martin Sixsmith)

Dirección: Stephen Frears

Intérpretes: Judi Dench (Philomena Lee), Steve Coogan (Martin Sixsmith), Sophie Kennedy Clark (Philomena joven), Anna Maxwell Martin (Jane Anna), Mare Winningham (Mary Hess), Barbara Jeffoird (Hermana Hildegarde), Ruth McCabe (Madre Barbara), Peter Hermann (Pete Olson), Sean Mahon (Michael Hess), Michelle Fairley (Sally Mitchell), Kate Fleetwood (Hermana Hildegarde joven), Cathy Belton (Hermana Claire).

Martin Sixmith acude a su médico que le dice que sus análisis y su tensión se encuentran bien, preguntándole si está deprimido, diciéndole él que no puede estar contento tras haber sido despedido de su cargo como asesor del gobierno laborista acusándolo de algo que no era cierto, diciéndole que piensa escribir un libro sobre la historia de Rusia.

En la BBC hablan sobre su caso, afirmando él que pese a que tenía el apoyo de los principales ministros que le dijeron que no había sospechas sobre él decidieron despedirlo como secretario de prensa.

Sixsmith acude a la iglesia, de la que se sale antes de que finalice el acto religioso, diciéndole a su esposa, avergonzada por su conducta que no cree en Dios.

En otra iglesia Philomena enciende una vela y reza ante la virgen, recordando cuando era una adolescente y disfrutaba de los espejos deformantes en la feria, durante el carnaval, cuando se acercó a ella un chico muy atractivo con el que comenzó a charlar y con el que se retiró a un lugar solitario, tras las atracciones donde, tras besarse hicieron el amor.

Su embarazo le supuso una dura reprimenda de las monjas, ante las que tuvo que reconocer haber practicado sexo, sin que nadie le hubiera explicado cómo se hacían los bebés dado que su madre murió 10 años antes, diciéndoles las monjas que será castigada por su indecencia, no dándole de hecho ningún calmante pese a sus gritos de dolor durante el parto al venir su hijo de nalgas.

Ya en su casa, y al ver su gesto de preocupación, Jane, su hija le pregunta qué le pasa, mostrándole la foto de un niño de 3 años, explicándole que el niño de la foto es hijo suyo y que habría cumplido los 50 años ese día.

Sixsmith acude a una fiesta donde hablan de su destitución, y donde le presentan una editora, Sally Mitchell, que recuerda haber escuchado las noticias de su destitución motivadas por un correo que salió a la luz en que decía que las noticias sobre el 11 de septiembre sirvieron para enterrar otras malas noticias y que esperaba que con la muerte de la princesa Margaret lo único que se enterrara fuera la princesa Margaret.

Sally le asegura estar dispuesta a publicar su trabajo si le presenta algún asunto de interés humano, lo que es escuchado por Jane, que trabaja ayudando en el catering, y que le comenta su descubrimiento de esa mañana, una historia sobre una mujer que tuvo un hijo cuando era adolescente y que le fue arrebatado por las monjas, que la obligaron a darlo en adopción, aunque a Martin no parece interesarle la historia, afirmando no estar interesado en historias de interés humano, pues siempre tratan sobre gente ignorante y van dirigidos a personas también ignorantes.

Pese a todo, y una vez en su casa le pregunta a su esposa si cree que podría contar una historia de interés humano.

Philomena y su hija se reúnen con Martin en un restaurante donde ella le explica que tras quedarse embarazada se quedó con las monjas pues su familia, avergonzada, no volvió nunca a visitarla, debiendo trabajar en la lavandería del internado duramente durante cuatro años, 7 días a la semana, siendo lo único positivo de aquello su amistad con Kathleen, ya que ni siquiera podían ver a sus hijos más de una hora al día, recordando el gesto amistoso de una de las monjas que hizo una fotografía a su hijo y se la regaló.

Le explica a Martin que no tenía medios para salir del internado, pues solo podían hacerlo si pagaban 300 libras, algo imposible para ella.

En la guardería Anthony, su hijo era inseparable de Mary, la hija de Kathleen, la cual empezó a estar muy nerviosa desde que le dijeron que había unas personas interesadas en adoptarla, recibiendo un día mientras lavaban la noticia de la llegada de un matrimonio, corriendo Philomena a la puerta donde vio cómo llegaban con un elegante coche conducido por un chófer, observando luego desde la ventana del dormitorio la guardería donde Mary jugaba, viendo que el matrimonio se dirigía a la niña, comprendiendo que la noticia era cierta, aunque no puede seguir observando al ser requerida para acudir al coro, no pudiendo ver por ello que el matrimonio se fija también en Anthony, siempre inseparable de Mary.

Mientras Philomena ensaya con el coro llega otra de las internas que le cuenta que se van a llevar a Anthony, por lo que ella corre de nuevo hasta una ventana para ver cómo se llevan a su hijo junto con Mary, por lo que sale corriendo hasta el patio para ver desde detrás de los barrotes cómo el coche se aleja sin poder hacer ya nada más que llorar amargamente.

Martin le pregunta si alguna vez volvió a ver a las monjas y estas le responden que en varias ocasiones, y que incluso le dijeron que tratarían de encontrar alguna información, aunque sin resultados.

Dado que tienen previsto viajar en breve a Irlanda, invitan a Martin a ir con ellas, aunque él se niega a hacerlo, ya que tienen previsto ir en coche, pese a lo cual acaba viajando y llevando él a Philomena con su coche.

Acuden a Roscrea, el convento en que nació el hijo de Philomena, la cual acude al baño y recorre aquellas estancias que tan bien conoce, como la ventana y la puerta desde las que vio que se llevaban a su hijo antes de ser recibidos por la Hermana Claire que les informa de que la mayoría de sus registros fueron destruidos en un incendio, por lo que no tienen ninguna información sobre su hijo.

Philomena llora desconsolada, diciéndole a la religiosa que lo único que querría es saber si a su hijo le ha ido bien, planteando Martin la posibilidad de preguntar a las monjas más mayores, respondiendo la Hermana Claire negativamente antes de pedirle a Martin que salga y la deje sola con Philomena.

Mientras la espera, Martin descubre un pequeño cementerio donde hay varias tumbas una de ellas sin nombre, en una de las cuales están enterradas una madre y su hijo, muertos en el parto y en otra una niña de 14 años.

De vuelta al coche, Philomena dice que las monjas piensan que él puede tratar de manipularla, tras lo que le muestra un contrato que firmó cuando aún estaba en el internado y en el que renunciaba a realizar cualquier reclamación sobre su hijo, mostrándose Martin extrañado de que se quemaran todos sus documentos menos ese, reconociendo ella que lo firmó por propia voluntad, como un castigo por su pecado, ya que durante toda su vida se sintió culpable por haber disfrutado del sexo pese a que ignoraba lo que era el clítoris, preguntándole Martín qué sentido tiene que Dios otorgue a las personas un deseo sexual que no quiere que utilicen.

Acuden, ya con Jane a un bar del pueblo, donde sus dueños le cuentan a Martin, cuando ellas se retiran a dormir que el incendio no fue en el convento sino en el campo, donde encendieron una hoguera en la que quemaron de forma deliberada los registros de todos los bebés que vendieron, en su gran mayoría a familias americanas, ya que estas eran las únicas que podían pagar las 1.000 libras exigidas, siendo Jane Russell, de la que las monjas tenían una foto firmada, una de las personas que adoptó a un niño irlandés.

Tras enterarse del asunto llama a su editora, seguro de que su historia le interesará, informando posteriormente a Philomena y a su hija que es muy probable que su hijo fuera adoptado por una familia americana, teniendo un contacto en Washington que les puede ayudar, y que el periódico pagará su viaje a Norteamérica a cambio de que les permitan publicar la historia.

El periodista y Philomena inician por tanto su viaje hacia Washington, donde Martin debe convencerla para que salga del hotel, visitando el monumento a Lincoln, junto al que le hace varias fotos para el reportaje, mostrándose Philomena excitada y temerosa de conocer el destino de su hijo, pensando si pudo morir en Vietnam o ser un drogadicto u estar obeso.

Martin le cuenta a su esposa lo distinta que es Philomena de él, pues lee novelas rosas, se asombra ante todo y a todo el mundo que conoce le dice que son personas extraordinarias.

Una película muestra la llegada de Anthony y de Mary a América junto a sus nuevos padres, y, años más tarde, una fiesta de cumpleaños.

Mientras desayunan en el hotel, Martin observa en su ordenador un fichero enviado por su contacto con los emigrantes irlandeses, y cuando una de las camareras le interrumpe para preguntarle si desea café él le pide que no les interrumpa, ante lo que Philomena se siente violenta, pues ella siempre trata de ser agradable y piensa que no es preciso ser grosero, con las personas que te pueden ayudar, y que hubiera preferido que fuera grosero con los trabajadores.

Martin abre un nuevo correo en que aparece una fotografía de la llegada a América de la familia Hess, a su regreso de Irlanda donde habían adoptando a un niño y a una niña, y donde aparecen los niños, que dicen se llaman Mary y Michael.

Busca entonces información sobre Michael Hess, observando que se trata de un consejero del presidente George Bush Sr., señalándose que nació en Irlanda en 1952 y que fue adoptado en 1955, y que fue asesor del Comité Nacional Republicando durante la administración Reagan, descubriendo también que falleció en 1995.

Cuando Philomena regresa con el desayuno ve la foto de su hijo en la página web y rompe a llorar al descubrir que este murió.

Martin llama a Sally desde el aeropuerto, informándole de la muerte de Anthony, diciéndole ella que deben quedarse unos días más para poder indagar más y que la historia sea publicable, aunque él le dice que no puede hacerle eso a Philomena, estando dispuesto a ignorar su orden cuando la propia Philomena le pide retrasar su marcha ya que ella esperaba con su viaje encontrar una señal y no la ha tenido, asegurando que le gustaría hablar con alguien que hubiera conocido a su hijo.

Martin le muestra fotos de Anthony descubriendo ella una en la que aparece con el presidente Reagan, observando Philomena que en ella aparece el propio Martin, que trabajaba entonces para la BBC, recordando este que llegó a saludarlo, y aunque se tratara de un simple e impersonal saludo, para ella es un signo de que era educado.

Acuden a hablar con Marcia, que trabajaba entonces con Anthony, a la que le pregunta si le habló alguna vez de Irlanda, no recordando Marcia que lo hiciera, respondiéndole cuando le pregunta si fue novia suya, al ver una foto de ellos dos juntos, que Anthony era gay y ella solo fingió ser su pareja porque en su partido no veían con agrado su condición sexual.

Philomena afirma que por su forma de ser de niño siempre pensó que su hijo era gay.

Anthony aparece en varios videos divertidos en alguno de ellos con su pareja.

Martin le pregunta a Philomena mientras van hacia la casa de Mary, la hija de Kathleen por qué mantuvo en secreto su maternidad durante tantos años, respondiéndole ella que porque se avergonzaba de su pecado, y que lo dijo cundo pensó que mentir era también un pecado.

Mary les muestra fotos, muchas de ellas de su niñez, y otras con Pete, su novio, contándoles que su madre era muy cariñosa y su padre demasiado estricto.

Philomena le pregunta si Anthony murió de SIDA, y Mary se lo confirma, explicándole que sufría un conflicto interior ya que su partido no apoyaba la investigación sobre la enfermedad y era homófobo.

Le pregunta también dónde lo enterraron, ignorándolo Mary, que le dice que discutieron sobre ello Pete, el novio de Anthony y su padre, preguntándole también si alguna vez habló de Irlanda, no recordando Mary que lo hiciera.

Tras su marcha Martin comenta extrañado que Mary no les preguntó nada de su madre, disculpándola Philomena por la falta de confianza.

Le pide tras ello que le pare en una iglesia para confesarse, aprovechando el momento Martin para llamar a Sally y ponerla al día sobre sus avances.

A la salida Philomena le dice que ella le dará dinero si no escribe el artículo, diciéndole él que no es posible, pensando ella que, según le han dicho todos, Anthony nunca mencionó Irlanda, animándole Martin a esperar para hablar con Pete.

Martin consigue hablar con una persona de la oficina de Pete, aunque le dicen que este no desea reunirse con Philomena.

Regresa tras ello al hotel, descubriendo al llamar a la puerta de Philomena que esta no responde, por lo que asustado pregunta en recepción, donde no saben nada, pidiéndole al botones que le abra diciéndole que es su madre, encontrándola en la terraza, explicándole que necesitaba llorar.

Martin espera a Philomena en el bar del hotel con su ordenador mientras toma una cerveza, y cuando llega, ella le dice que deben regresar a Inglaterra ya que Pete no desea recibirlos, diciéndole Martin que irán a visitarlo pese a todo, mostrándole entonces el vaso de la cerveza Guinness y su símbolo y el símbolo de Irlanda, el arpa celta, mostrándole una foto donde Anthony luce un pin que es un arpa celta.

Acuden por ello a la casa de Pete Olsen, al que ven llegar con un hombre que lo deja allí, tras lo cual llama a su puerta diciéndole a Pete, cuando le abre que está allí con Philomena Lee, cerrándole Pete la puerta sin querer atenderlos.

Sale entonces Philomena del coche y llama ella, y cuando Pete abre dispuesto a echar a Martin se la encuentra a ella que le explica que solo quiere saber cosas de su hijo, que le fue robado y al que ha buscado durante años.

Poco después Pete les muestra fotos y un video creado con trozos de películas, que abarcan desde la niñez hasta la muerte de Anthony, viendo su llegada a Estados Unidos y sus primeros años, para recorrer toda su vida, hasta que, aparece una imagen de Anthony, ya muy enfermo, grabado durante una visita a Roscrea, junto a varias monjas, en un viaje en que trató de indagar sobre sus orígenes, explicándoles Pete que las monjas le dijeron a Anthony que no tenían modo de ponerse en contacto con su madre, contándoles que, tal como les dijo Mary, Pete discutió con el padre de Anthony sobre el lugar donde debía ser enterrado, ganando finalmente Pete, que consiguió que lo enterraran en el lugar en que nació, en Roscrea.

Martin y Philomena regresan a Roscrea, con él indignado por las mentiras de las monjas, pidiéndole Philomena que reprima su ira y justificando a las monjas, que piensa que no lo reconocieron debido a que le habían cambiado el nombre.

Pero Martin insiste en hablar con la hermana Hildegarde, que aparecía en el video con Anthony, colándose en la estancia donde esta se encuentra, acusándola de no haber permitido que Philomena pasara con su hijo los últimos días de este, lo cual, le dice no fue cristiano según él, a lo que la religiosa alega que las únicas culpables fueron las mujeres que pecaron, y que con su sufrimiento redimen sus pecado, haciéndole ver que muchas de ellas eran solo unas niñas, diciendo la monja que será Jesucristo y no él quien las juzgue, pidiéndole Philomena a Martin que cese en sus ataques, pues es ella la afectada y ella perdona a la hermana Hildegarde, porque vivir odiando debe ser agotador, pidiendo solo que la lleven ante la tumba de su hijo.

Ante esta, Philomena reza mientras recuerda a Anthony de niño y ya de mayor tal como lo vio en los videos.

Martin se acerca y le dice que Anthony sabía que allí iba a estar cerca de su madre y por eso pidió que lo enterraran en Irlanda, diciéndole él que no piensa publicar la historia, aunque entonces es ella la que le pide que lo haga para que todos sepan lo que ocurrió allí.

Martin publicó el libro en 2009, y luego varios libros sobre la historia rusa.

Calificación: 2