Te cuento la película

Ola de crímenes
Ola de crímenes

España (2018) *

Duración: 97 min.

Música: Federico Jusid

Fotografía: Ángel Amorós, David Omedes

Guion: Luis Marías

Dirección: Gracia Querejeta

Intérpretes: Maribel Verdú (Leyre Blanco), Juana Acosta (Susana Salazar), Paula Echevarría (Vanesa), Antonio Resines (Andoni Galartza), Raúl Peña (Juantxu), Miguel Bernardeau (Julen), Asier Rikarte (Asier), Luis Tosar (Cosme), Raúl Arévalo (Taxista), Montse Pla (Evelyn), Teresa Lozano (Paqui), Nora Navas (Ikerne), Javier Cámara (Cura).

Leyre Blanco llega magullada a la iglesia, acudiendo al confesionario para fastidio del cura, que le dice que ya no se confiesa nadie, insistiendo ella en que debe escucharla, pasando tras ello a contarle que es la autora de la ola de crímenes de Bilbao.

Todo empezó por una discusión con Cosme su exmarido, que había ido a recoger algunas cosas de la casa y que le advirtió que ella y Asier, su hijo, tenían 30 días para dejar la casa, preguntando ella cómo puede echar a su hijo de casa cuando tiene por fin un amigo, diciéndole Cosme que su hijo se ha vuelto subnormal con tanto psicólogo y luego le dice al propio Asier que parece tonto y que está haciendo tonterías siempre.

Leyre, en la cocina despotrica contra su marido mientras trata de hacer magdalenas, cuando de pronto escucha un golpe, por lo que corre a la habitación de Asier, donde ve a Cosme con unas tijeras clavadas en el cuello, cayendo muerto al momento.

Se pregunta qué hacer y le dice a su hijo que dirán que fue ella, aunque él pregunta qué será de él si ella va a la cárcel y que siendo menor a lo menor ni va a la cárcel.

Deciden por ello no llamar a la policía, escondiéndolo en su coche, aunque Leyre no sabe conducir.

Asier le sugiere buscar una coartada, y para ello le convendría que a la hora de la muerte la hubieran visto en otro lugar, decidiendo ella coger un taxi al centro.

Durante el trayecto, el taxista le cuenta que ha salido en un anuncio de créditos y que es autor, aunque cuando no trabaja de ello conduce el taxi de su padre.

Ella le pide entonces que, ya que es actor, que entre en 10 minutos en una cafetería en que la deja, como si fueran amantes.

En la cafetería ella trata de llamar la atención simulando no saber qué pedir y luego habla con una pareja a la que le cuenta que está esperando a su marido, que se fue con su mejor amiga, entrando tras ello el taxista, al que ella trata como un acosador.

Cuando regresa a casa descubre que Asier no está solo y que está con su amigo Julen, que la saluda muy simpático y que dice fue a hacer un trabajo de Filosofía con Asier.

Regaña a Asier por haber dejado que fuera su amigo con lo que ocurrió.

Se tumba esperando que los chicos se duerman para llevarse el cadáver de su marido, pero cuando se despierta ve que es ya de día.

La abogada Susana Salazar habla con un grupo de inversores, a los que les indica que ellos invierten el dinero, así desgravan y ellos se lo devuelven en metálico, aunque para terminar el asunto necesitan a Cosme, que no llega, tratando Vanesa, su nueva esposa de localizarlo, para lo que llama a la propia Leyre, que le dice que habían quedado, pero que no apareció.

Observa cómo llegan entonces dos hombres que le dicen que van a vaciar el garaje por orden de su marido, que les dio la llave de la casa, siendo ella la primera sorprendida al ver, cuando abren la puerta del garaje, que el coche ha desaparecido.

Vuelve a llamar a Vanesa para ver si sabe dónde está Cosme, contándole ella que va a comisaría para denunciar su desaparición, pues tiene el teléfono apagado.

Leyre recibe un mensaje de un número desconocido que le dice que sabe lo que hizo con su ex y quiere ayudarla, citándola en el puente colgante a las dos.

En el trasbordador se dirige a un hombre, el único que no es japonés, al que le pregunta qué quiere de ella, pues no tiene dinero, marchándose el hombre asustado.

Ve entonces a Julen saludándola, diciéndole ella que ha quedado con alguien, diciéndole el chico que fue él quien la citó.

Le dice que Asier se lo contó todo por la noche y se llevaron el coche aprovechando que su padre le está enseñando a conducir.

Luego le dice a Leyre que nunca nadie ha querido a alguien como él la quiere a ella, aunque ella reacciona dándole una bofetada, apareciendo entonces Asier, que le dice luego a su madre que lo que le ha dicho Julen es verdad, pues llegó a pensar incluso en suicidarse por ella.

Los inspectores Juantxu y Andoni Galartza acuden al recibir un aviso, viendo que detuvieron a un ladrón que había robado el coche de Cosme, estando en su maletero el cadáver de este.

Llaman a Vanesa para contarle que encontraron a Cosme asesinado, preguntándole Susana si fue ella quien ordenó el asesinato, diciendo esta que sería absurdo pues era su tapadera y se estaban forrando todos.

Leyre habla con Asier y con Julen para preparar su coartada. Dirán que ellos estuvieron toda la tarde en casa con el trabajo de Filosofía y que ella se fue porque había quedado con Cosme en una cafetería.

Trata de explicarle a Julen que a su edad se pueden confundir los sentimientos, aunque el chico ni la escucha. Se la imagina haciendo sensuales movimientos para él, de modo que acaba teniendo un orgasmo, contándole que cada noche sueña con sus piernas porque es como de película, como si fuera un ángel de Charlie o como Lara Croft y le pide que le quiera, o de lo contrario se suicidará, viendo cómo se apunta con la escopeta.

Ella le dice que le quiere casi como a un hijo, aunque él dice que él quiere follar.

Aparecen entonces Paqui, la madre de Leyre y Evelyn, su cuidadora que han ido porque se les inundó el piso.

La madre les dice que Evelyn es una mentirosa, pues no para decirle que mataron a Cosme, aunque cuando se lo confirman dice que mejor, que así hay un tonto menos.

Vanesa está más preocupada por su móvil que por su marido, preguntándose cómo pudo casarse con ese paleto.

Ella y Susana invitan a Galartza a cenar con ellas, ofreciéndoles durante la cena una importante cantidad de dinero, preguntando él si tratan de comprarlo, diciéndoles ellas que no, pero que saben que tiene un padre enfermo y pasa una pensión alimenticia a su exmujer y que le queda poco para jubilarse y le quedarán 935 Euros de pensión.

A cambio, necesitan que no se investiguen los negocios de Cosme, por lo que les convendría encontrar un culpable para cerrar el caso, proponiéndole el nombre de Leyre, la exmujer de Cosme, pues sería fácil incriminarla, ya que le convendría que su hijo heredara para no perder su casa.

Vuelve a casa, donde le muestra el dinero que le dieron, a su padre

Leyre le cuenta a su madre que fue ella la que mató a Cosme, sin que le dé Paqui importancia alguna, aunque le dice que tendrá que confesarse.

Acude al funeral, apareciendo poco después Vanesa, que le pregunta si Cosme se dejó el móvil en su casa, repitiendo ella que Cosme no estuvo en su casa.

Vanesa le recuerda que ella era ahora su mujer y la que seguirá manejando sus cosas, aunque Leyre le dice que ahora la mitad es de su hijo.

Cuando sale con Asier y con Julen del tanatorio se consuela diciendo que al menos nadie sospecha de ella, hasta que de pronto ve que se dirigen a ella los policías.

Ella les cuenta la coartada que prepararon. Que su marido quería hablar con ella, pero como su hijo estaba en casa con un amigo prefirió quedar fuera.

Pero los policías saben que ella no trabaja y que vive de los 800 Euros que le pasaba su marido, observando que lleva unos zapatos muy caros, debiendo contarles que Cosme era muy generoso y que como le gustaba acostarse con ella, porque con su mujer no le iba bien, lo hacían de cuando en cuando y le hacía regalos.

Y de pronto ve que entra en la sala de interrogatorios el taxista, lo que la asusta.

Este le cuenta que la denunció porque no le pagó la carrera y de pronto la vio en los periódicos, aunque, vio que se había quedado viuda y le dice que retirará la denuncia.

Saben que ella le pidió que entrara en la cafetería e hiciera un pequeño teatro, aunque ella cambia su versión y les dice que está avergonzada y no quiso contarles por ello que pasó la tarde en su casa con Julen, el amigo de su hijo.

Y al escucharla, de pronto el taxista ya no parece seguro de que llevara a esa mujer, ya que en ese momento no lleva las gafas negras, diciendo ella que no estuvo ni con el taxista ni con su marido, por lo que deben dejarla ir.

Pero Galartza no deja al taxista marcharse y le pide que recuerde si la vio, y aunque el taxista cree que le está instruyendo para actuar como policía, ve cómo le pega de verdad, asegurando que desea colaborar, pero también quiere creer a la mujer.

Julen y Asier están en clase aunque el primero no atiende. Se dedica a mira las fotos que ha hecho a Leyre a escondidas, cuando recibe una llamada de ella, que le dice que deben cambiar de planes, pues no les sirve la coartada que prepararon y que debe contar que se pasaron la tarde haciendo el amor, preguntándole él si lo puede contar, diciéndole ella que es solo una coartada, diciendo él que así no vale.

En ese momento Susana está en su casa con la madre de Leyre y con Evelyn, a la que le pregunta si vio un móvil con una funda roja y blanca, y le da una tarjeta suya por si lo ve, diciéndole que si lo hace puede ayudarla con los papeles.

Le dice a Leyre, cuando llega, que no puede registrar su casa, aunque luego le dice que ha ido para ofrecerle sus servicios como abogada por la herencia de su hijo.

En comisaría, Galartza dice que no la cree, aunque su compañero, Juantxu, sugiere investigar los negocios de Cosme.

Los policías acuden al instituto para interrogar a Julen, aunque Ikerne, su madre, no entiende por qué tienen que hacerlo, por mucho que sea amigo de Asier, del que recuerda que es un niño raro, aunque le dicen que Julen repitió dos veces.

Julen les dice que en efecto, el martes, estuvo en casa de su amigo Asier, preguntándole

si es cierto que se acuesta con la madre de Asier, diciendo Ikerne antes de que conteste al policía, que si es mentira les denunciará, pero que si es verdad, se enterará.

Pero comprueban que tiene en el ordenador muchas fotos de ella, y, descubren entre sus cosas, unas braguitas, enfadándose Ikerne mucho.

Y más cuando descubre a su hijo hablando por teléfono con ella, que le llamó para preguntarle qué le contó a la Ertzaintza, diciendo él que lo que ella le dijo, quitándole entonces su madre el móvil, que le tira por la ventana.

Juantxu va a casa de Andoni y el padre de este le cuenta que su hijo tiene mucho dinero, pensando Juantxu que chochea, recomendando a su amigo que lo lleve a una residencia, pues no tiene vida desde que se dedica a cuidarlo y que le conviene salir, y que debe dejar de pasarle la pensión a su ex, pues está con otro hombre que está forrado y ella se pasa el día de compras.

Cuando se marcha, Andoni llama a Susana para asegurarle que al día siguiente detendrán a Leyre acusándola de asesinato.

Esta ve de pronto cómo Julen trepa para colarse por su ventana, contándole que su madre le dejó sin móvil, preguntándole una vez en su habitación si lo quiere de verdad, diciéndole ella que le halaga que la quiera así, lanzándose el muchacho a besarla.

Ella le dice que si quiere hacer algo por ella, que, en caso de que la investigación se complique, debe decir que fue él quien asesinó a Cosme para alejarlo de ella, diciéndole él que hará lo que quiera.

Y tras ello es ella la que se lanza sobre el muchacho y lo besa apasionadamente, diciéndole él que ha tenido otro orgasmo, aunque le dice que puede otra vez.

Y lo hacen. Se acuestan, escuchándolos desde abajo Asier y la abuela a la que Asier le explica que son interferencias en su sonotone.

Al escuchar esto último, el sacerdote sale del confesionario enfadado, diciendo que ya aguantó bastante, diciéndole ella que tiene obligación de escucharlo y que queda más.

Sigue recordando que por la mañana Julen le dijo que ya se podía morir, aunque tenía que salir corriendo para llegar a su casa antes de que se despertaran sus padres.

Pero entonces apareció Ikerne, que los vio besándose y que amenaza a Julen con llevárselo al pueblo.

Asier le cuenta entonces que escondió el móvil de su padre en una caja de botellas de vino que estaba abierta en el garaje, recordando ella que se la llevaron los transportistas.

De pronto el taxista ve cómo Galartza le espera y le rompe el móvil y amenaza con hacerle a él lo mismo y enviar a alguien para que le den una paliza y le dejen inválido.

Le entrega los restos de un porro que cogió en casa de Julen y se lo entrega y le pide que vaya a comisaría y cambie su declaración, explicándole lo que debe decir.

Debido a las amenazas el taxista acude a comisaría y cuenta que la mujer le ofreció 1.000 euros por entrar en la cafetería y crear jaleo y que la mujer no subió sola, que lo hizo con un chico que iba fumando un porro, cuyos restos encontró en el taxi.

Leyre acude a la empresa que se ocupó de la recogida de las cosas del garaje con su madre y les indica que desea recoger algo que se le cayó en una caja de vino, aunque uno de los que hicieron la mudanza les cuenta que siguen allí las cosas, pero están precintadas por la Ertzaintza.

Pero al salir ve que llega el otro operario y le pregunta por la caja, diciendo el hombre que como estaba abierta pensó que ya no le interesaría, diciéndole ella que puede quedarse con el vino, pero que necesita recuperar lo que se le cayó en la caja, llevándolas el hombre a ella y a su madre hasta un almacén que tiene contratado con su primo y donde hay cuatro personas cerrando un trato de compra de cocaína.

Eso hace que al verla, uno de los hombres piense que es una policía, y cuando le suena el teléfono se lo coge, viendo que la llamada es del que ella etiquetó como "Andoni. Ertzaina", comentando otro que hay una furgoneta fuera, y aunque el hombre que llevó a Leyre trata de explicar que es suya, el otro dice que hay movimiento - el de la madre de Leyre - y dispara al propietario de la furgoneta.

Otro de los hombres, asustado al verlo, empieza a guardarse toda la cocaína, lo que hace que el vendedor trate de evitarlo clavándole el pincho moruno que se estaba comiendo, por lo que coge su subfusil y empieza a disparar contra todos, aunque cuando va a acabar con Leyre se le encasquilla, recibiendo él a su vez un disparo de otro de los hombres, que aún estaba moribundo.

Ella recoge los móviles y se marcha sin hacer caso del hombre que le pide ayuda recordándole que le salvó la vida, y que muere a continuación.

Galartza, desde el instituto y mientras se lleva a Asier y a Julen, jaleados por sus compañeros, le deja un mensaje pidiéndole que vaya a comisaría.

Al escucharlo, le dice a su madre que tendrá que cuidar de Asier porque ella va a entregarse, confesándole que fue ella la que mató a su marido, a lo que su madre solo responde que así hay un cabrón menos.

Los chicos comparecen ante unos funcionarios de la fiscalía de menores.

Los policías saben que no es cierto que estuvieran Asier y él juntos toda la tarde, pues hay una llamada entre ellos, por lo que le preguntan a Julen dónde estuvo, pues, le dicen, le vieron subir a un taxi.

Ante tanta presión, Asier acaba confesando que fue él quien mató a su padre, aunque Julen dice entonces que fue él con un cuchillo, diciendo Asier que fue con unas tijeras.

El funcionario de menores dice que el interrogatorio no puede continuar sin asistencia legal, pidiendo además un informe psicológico, pasando el caso a sus manos.

Leyre deja a su madre con Evelyn, que se fija en que Leyre tiene el móvil de Cosme, por lo que llama a Susana,

Con esa información llama a Leyre, y le dice que sabe que tiene el teléfono de Cosme y le ofrece su asesoramiento legal para evitar que acabe en la cárcel y su hijo sin ella.

Susana le cuenta todo a Vanesa, haciéndole ver que a lo mejor mató de verdad a Cosme y ellas hicieron el tonto tratando de demostrarlo, aunque no pueden permitir que el móvil llegue a manos del juez, por lo que creen que deben matarla.

Juantxu va a hablar con el taxista, que le dice que no quiere hacer nada más, pues ya hizo lo que le dijeron, preguntándole quiénes le dijeron que hiciera algo.

Leyre va a encontrarse con Susana, que la citó en una vieja fábrica abandonada, donde Susana habla con Evelyn y le pide que impida que la madre y el hijo hablen con nadie.

Cuando llega Leyre le exigen que les entregue el teléfono, pidiendo ella que a su hijo no le pase nada, diciéndole que solo hay una manera de librarlo, que es tomándose unos barbitúricos y escribiendo de su puño y letra un texto confesando por qué y cómo mató a Cosme y que ha decidido suicidarse.

Entretanto, Juantxu va a casa de Andoni para advertirle que acaba de denunciarle al juez por crear pruebas falsas y aceptar sobornos y colaborar en un asesinato.

Sin decir nada, Andoni le cierra la puerta y va a coger su pistola, con la que se dirige a su padre y le dice que no lo va a dejar solo, por lo que acaba con él antes de suicidarse.

Juantxu escucha el disparo desde el portal y sube corriendo, aunque ya nadie le abre.

Mientras Leyre espera la muerte, Susana vuelve a llamar a Evelyn a la que le pide que coja la escopeta y acabe con Asier haciendo que parezca un suicidio, convenciéndola pese a sus objeciones y pidiéndole que no le cuelgue, pues quiere escucharlo todo.

Leyre le recuerda a Vanesa que fueron amigas, diciendo esta que la odió desde el primer momento en que la vio, pues siempre estuvo a su sombra y siempre quiso vengarse y además no piensa dejar que el idiota de su hijo se quede con lo que le pertenece.

Leyre vomita, ante lo que Vanesa decide lanzarla desde lo alto para que muera.

Entretanto Evelyn va a la habitación donde están la abuela y Asier, aunque se le cae el teléfono y la descubren por lo que Asier pude lanzarse sobre ella, que, para dominarlo, deja la escopeta sobre la cama, recibiendo ella dos disparos hechos Paqui.

En la nave, Leyre se revuelve y logra zafarse de Vanesa, que se hace con una barra con la que trata de golpearla, sin conseguirlo, entablándose una pelea entre ambas, cayendo de pronto hasta el piso de abajo al pisar sobre unos cartones.

Continúan la pelea abajo, haciéndose Leyre con un extintor con que la enchufa a la cara mientras Susana recibe una llamada desde el juzgado informándole de que acusaron al ertzaina de aceptar sobornos suyos y falsear pruebas, por lo que se suicidó, y firmaron la orden para detener a Vanesa.

En ese momento Vanesa logra dominar a Leyre y se dispone a ahogarla con su cinturón, apareciendo en ese momento Susana por detrás, que golpea a Vanesa con una pala, tras lo que Leyre le clava el tacón de su zapato en la sien y acaba con ella.

Susana llama a la comisaría, donde poco después declara, compungida, que no puede creer que Vanesa fuera la asesina de su marido y que lo hizo por celos porque Cosme iba a volver con su primera mujer e incluso quiso acusar a Leyre del crimen y por eso compró a Galartza y obligó a Leyre a firmar la confesión y a tomar los barbitúricos, amenazando con matar a su hijo, y que, de hecho, gracias a su llamada la abuela pudo impedir que mataran a Asier.

El policía le pregunta si tiene también alguna explicación al tiroteo del almacén, del que Susana no sabe nada.

El sacerdote le pregunta a Leyre si se arrepiente, diciendo ella que matar con sus propias manos a Vanesa es lo mejor que hizo en su vida y respecto de Julen, que, aunque no esté bien, poseerlo fue bonito.

El padre dice que debe dejar a Julen, preguntándole si se ha enamorado, diciendo ella que no, pero que le gusta la sensación.

Leyre observa a su hijo besándose con una chica, apareciendo Julen tras ella y al que le pregunta si cree que Asier conseguirá olvidar todo, diciéndole que es feliz, como él, tras lo que se besan.

Calificación: 1