Te cuento la película

La virgen roja

España / Estados Unidos (2024) *

Duración: 114 min.

Música: Guille Galván, Juanma Latorre

Fotografía: Pedro J. Márquez

Guion: Eduard Sola, Clara Roquet

Dirección: Paula Ortiz

Intérpretes: Najwa Nimri (Aurora Rodríguez), Alba Planas (Hildegart Rodríguez), Aixa Villagrán (Macarena), Patrick Criado (Abel Velilla), Pepe Viyuela (Guzmán), Nur Levi (Soledad), Fernando Delgado-Hierro (Pepe Arriola), Jorge Usón (Miguel), María Alfonsa Rosso (Rosa), Pablo Vázquez (Antonio), Pep Ambròs (Alberto Pallés).

Aurora Rodríguez asegura que su hija Hildegart estaba destinada a ser alguien importante. La primera de todas.

Vino al mundo a cambiarlo, pero no hubo tiempo.

Fueron tres disparos. Uno en la cara, uno en el pecho y un último en su sexo.

Pero la historia de Hildegart, cuenta, empieza mucho antes, cuando yo era joven aún y llegaron a Galicia los primeros tratados de eugenesia.

Aurora Rodríguez Carballeira, cuenta que, gracias a su avidez intelectual y a la fortuna de su padre, tuvo una educación sin límites y así conoció los hallazgos sobre perfeccionamiento genético y la lucha por los derechos de la mujer.

Galicia 1914

Aurora llega en una carreta y entra en la iglesia de una pequeña población.

Tras esos estudios comprendió que eran ellas quienes debían diseñar la medida de la humanidad del futuro, aunque asegura que las ideas carecen de poder si no se practican.

Aurora se acuesta con el sacerdote.

Indica que por eso decidió engendrar ella misma a una criatura que fuera única y exclusivamente suya para lo que buscó como colaborador fisiológico a alguien que no pudiera reclamársela jamás.

Así nació de su vientre una niña eugénica. La primera mujer libre, que no llegó a la vida por casualidad ni por el simple deseo animal de unos padres al engendrarla.

Fue por un plan perfectamente trazado. Debía ser un ser puro que luchara por una sociedad digna. Debía ser la mujer del futuro.

A los ocho meses empezó a hablar y cuando cumplió dos años ya había aprendido a leer. A los tres sabía escribir y a los cuatro tenía el título de mecanógrafa.

Fue criada según estrictos parámetros eugenésicos.

Su madre la despertaba a las 7. A la misma hora cada día. Y cada minuto de su vida estaba organizado según un plan. Su alimentación e higiene seguían reglas estrictas.

Desayunaba cada día fruta y leche, cenaba ligero y para mejorar su competitividad y resistencia practicaba deporte. Practicaba el tenis con su madre.

A los ocho años hablaba inglés, francés, latín, y traducía alemán, portugués e italiano.

Repite a su madre que la eugenesia aplica las leyes biológicas de la herencia. La genética usada para el perfeccionamiento de la especie humana y de la sociedad.

A los 14 años empezó en la universidad estudios de Leyes, Medicina y Filosofía y a los 17 se convirtió con honores en la abogada más joven de España.

Estudiaba cinco horas por la mañana, leía tres horas por la tarde y debatían sobre arte antes del baño. Y tocaba también el piano y le enseñaba baile.

Aurora asegura que ella la creó y la formó a lo largo de los años y sabía dónde debía llegar.

Cuando la niña le pregunta dónde está su padre, Aurora le respondió que ella no tiene padre, y gracias a eso son libres.

Recita que el hombre es un farsante que jamás será constante y por eso les conviene no sufrir y deben dejarlos ir y disfrutar la vida.

Madrid 1931

Hildegart y su madre llegan justo tras la caída de la Monarquía a ver al señor Guzmán, director de "La Tierra" aunque le dicen que no puede darles cita hasta dos semanas más tarde, aunque en vez de marcharse suben a la planta superior y entran en el despacho del director y cierra la puerta para que no puedan echarlas.

Le pregunta al director por qué no quiere el texto de su hija, pues cree que es mejor que lo que acostumbra a publicar en su periódico.

Guzmán le recuerda que se acaba de proclamar la República y tiene otras prioridades, aunque le recuerdan que su carta es anterior y conviene construir un régimen nuevo.

Guzmán le dice que publicaría el texto con mucho gusto, pero no puede hacerlo con la firma de su hija, pues los textos los quiere firmados por sus legítimos autores, y Hildegart tiene 16 años y asegura que ninguna mujer de 16 años puede escribir sobre eso y no cree que sea la autora de "El problema sexual tratado por una mujer española".

Pero Aurora le dice que Hildegart puede.

Guzmán afirma que sabe que lo ha escrito la madre y si lo firma zanjarían el tema, ante lo que Aurora lo reta a que le pregunte lo que desee sobre el texto o sobre el tema.

Él le pregunta si desea que hable de sexualidad con su hija.

Ve que le habla con gran aplomo sobre el asunto, aunque Guzmán sigue dudando y dice que pudo aprenderlo de memoria y Aurora le dice que si fuera un hombre no dudaría y él le pregunta qué puede saber ella sobre sexualidad femenina siendo una niña y ella le dice que sabe más que él, pese a su falta de experiencia.

Cuando salen, ven que la gente se echó a las calles para celebrar la llegada de la República y madre e hija caminan entre la gente, algunos de los cuales se pelean con los monárquicos.

Aurora recrimina a su hija por dejarse llevar por las provocaciones de Guzmán.

Hildegart sigue escribiendo y su madre la fiscaliza y a veces le recrimina por la simpleza de sus parábolas, aunque ella le dice que el lector necesita de parábolas simples para entender conceptos complejos.

Macarena, la asistenta les dice que la niña se ha hecho famosa y todos quieren saber cómo es la niña abogada que escribe sobre sexo.

Hacen una pintada en la pared en su puerta: "Buscaos un hombre, putas brujas".

Macarena les dice que ella podría conseguir algo para defenderse, aunque Aurora dice que no las van a intimidar.

Aurora y Hildegart destacan en las gradas cuando van a ver jugar a Lilí Álvarez, pues todos visten de blanco y ellas van de negro, y la muchacha pregunta por qué no pueden vestir como todos, y su madre le responde que una mujer es libre cuando se libera de toda opinión y juicio externo, aunque Hildegart le dice que ella quiere ir guapa y su madre le pregunta si se arriesgaría a que su aspecto anule su intelecto y si aceptaría que solo se viese eso de ella.

Se les acerca un joven que se sienta a su lado y les dice que es un honor conocerlas y se presenta como Abel Velilla y les dice que intentó buscarlas a través del periódico, pero Guzmán no quiso darle la dirección. Aurora le dice que tiene orden de no hacerlo.

Les dice que es de las Juventudes Socialistas y ha ido en representación de sus compañeros para invitarla a alguna de las reuniones del partido, pues leyeron todos sus artículos y creen que pueden trabajar juntos.

Responde Aurora por ella y dice que Hildegart es una académica y él un político, aunque él le pide que vaya solo a una reunión.

Un día, buscando tinta para la máquina de escribir, encuentra en un cajón una fotografía de un hombre, y escrito detrás Pepe y Aurora. 1908.

La sorprende Macarena, que le dice que si la ve su madre hurgando entre sus cosas la matará, y Macarena le cuenta que el de la foto es Pepe.

Juntas madre e hija exploran su sexo para conocerlo mejor.

Ella dice que deben aceptar la oferta de Abel Velilla, aunque le responde que no es una oferta, pues de serlo las dos partes saldrían beneficiadas y solo quieren aprovecharse de ellas.

Vuelven las pintadas en que indican que las brujas acaban en las hogueras, y Aurora, asustada, pregunta a Macarena cuánto costaría el arma.

Hildegart insiste. No cree que deseen aprovecharse y le dice que es lo que la política hace con el pensamiento, a lo que le replica su hija que las ideas no sirven de nada si no se trasladan a la vida de las personas y ellas quieren cambiar las cosas.

La madre le dice que lo harán, pero ellos no lo saben, porque son hombres y políticos.

Ella le dice que razón de más para ir pues deben ser ellas quienes defiendan sus ideas.

Macarena le lleva la pistola, pero a costa de que se enfadara su marido, Antonio.

Aurora e Hildegart acuden finalmente a un mitin del Partido Socialista e invitan a Hildegart a hablar y su madre le recuerda que debe ser impecable con las palabras.

La muchacha les hace ver que su partido se jacta de buscar la igualdad, pero ignora a la mitad de la población, las mujeres y pasaron por alto en la lucha de clases un problema como el de las violaciones y van ya 8, solo en ese mes. Que muchas mueren en los partos o reciben palizas a diario y todas viven alerta y en sus actas no figura siquiera una reflexión y pregunta si es porque son invisibles o porque no les importan, y les hace ver que, de hecho en esa sala hay más de 70 hombres y solo dos mujeres y se pregunta por qué es la única mujer que merece su respeto y les indica que si desean una España más libre y más justa deben contar con ellas, pues la revolución se hace con un pueblo libre y preparado.

Abel sale tras ellas y le pregunta si irá a la siguiente asamblea, aunque Aurora le dice que no hay suficientes mujeres y él dice que conseguirá que vayan más.

En casa pregunta a Macarena quién es Pepe y esta le explica que es el único hombre al que quiso de verdad. El hijo de su hermana, pero al que crió Aurora y consiguió que fuera un prodigio al piano y con solo 4 años tocaba en la corte, hasta que su tía se dio cuenta de que era un prodigio y podía aprovecharse y se lo llevó y su madre no volvió a verlo nunca.

Macarena le pide a Hildegart que le lea algo más sencillo que sus escritos sobre la igualdad, como una novela romántica que le muestra.

Le viene la regla, pero como no desea faltar a la siguiente reunión de los socialistas, pide ayuda a Macarena para que su madre no se entere, cosiéndole un paño en las bragas, aunque debe ir al baño para cambiarse-

Allí un hombre le dice que no hay baño de mueres, y le pide que se vaya a su casa, aunque consigue colarse y se deshace del paño con sangre.

Ese día ve que hay ya más mujeres.

Le cuenta a Abel que ya está en la imprenta su primer ensayo sobre "sexo y amor".

Le pregunta de dónde viene su nombre y dice que su madre cree que significa Jardín de la Sabiduría, pero en alemán antiguo Hilde es batalla por lo que sería Jardín de la Batalla.

Le pregunta si irá a la siguiente reunión y le dice que sí.

Aurora ve el folletín de Macarena y dice que toda ficción es por definición, conservadora.

Le pregunta a su madre si ella nunca deseó a nadie, y le cuenta que en una ocasión se enamoró de un capitán y estuvieron a punto de casarse, pero ella quería ser libre y él no lo habría permitido y le dice que el amor y la revolución son incompatibles.

Le pregunta entonces por Pepe, pero ignora la pregunta.

Llaman repetidamente a la puerta y coge la pistola antes de abrir.

Asusta a Guzmán que es quien llamaba y se le cae una de las botellas de champán que llevaba para brindar por Hildegart, pues, le dice, tiene buenas noticias.

Se están agotando las ventas de "Sexo y amor" y ya se encargó una segunda edición y fue para hacerles un primer pago de esta, aunque para hacerlo necesita un nombre de varón, pues de lo contrario no podrá cobrar el cheque y les dice que quizá puedan poner el nombre del padre de la muchacha, aunque le responde que no tiene padre, ante lo que decide hacerles el pago en mano, y les informa también de que van a traducir y publicar el ensayo en Inglaterra por el doctor Havelock Ellis, que desea conocer a la autora y H.G. Wells quiere prologarlo.

Ella se muestra entusiasmada, pues Havelock es pionero mundial en sexología, aunque Aurora dice que Havelock y Wells son imperialistas ingleses y solo desean aprovecharse de sus ideas y que hablarán cuando hagan la oferta.

Guzmán le dice que le gustaría publicar su siguiente ensayo.

Hace una sesión de firma de su siguiente libro "La rebeldía sexual de la juventud", a la que acuden muchas mujeres, pero también Abel, que le dice que no todo queda en los libros, que hay más cosas fuera y debería salir a conocerlas.

Aparece entonces Aurora, que pregunta a Abel por qué está él en política, si para ser la voz del pueblo o para liderarlo, respondiendo él que no son opciones excluyentes y que está para transformar la sociedad y los líderes son la voz del pueblo que los escoge soberanamente y Hildegart está allí porque la puso allí el pueblo, aunque Aurora dice que Hildegart está donde está porque la puso ella allí.

Hildegart llega a casa triste, y Macarena se preocupa al verla así y le pregunta quién es él, aunque ella dice que no hay ningún él, aunque cuando la ve que le pide que no la escuche su madre comprende que sí hay un él.

Ella dice que su madre nunca permitirá que pase nada. Y finalmente reconoce que se llama Abel y le pregunta si ella le puede ayudar, pues necesita verlo a solas.

No saben que Aurora las escucha tras la puerta.

Acude unos días más tarde a un restaurante donde están los dirigentes socialistas, Julián Besteiro, presidente del partido, Wenceslao Carrillo y Andrés Saborit, que la felicitan porque su hija es un prodigio.

Ante ellos, le dice a Abel que debe elegir. O se aleja de Hildegart o no volverá a las reuniones del partido.

A estas reuniones acuden cada vez más mujeres, también muy reivindicativas, pero Hildegart está pendiente de Abel y no puede entender su distante actitud.

Vuelve a dar un discurso y todos la felicitan, aunque ella solo está pendiente de Abel, que ve que no se acerca, por lo que llega triste a su casa.

Pero lee un folleto que le entregó Abel y ve que escribió "Este folleto es y será siempre de Hildegart Rodríguez. No autorizo su olvido. Abel", utilizando la misma fórmula que ella puso en el libro cuando se lo firmó.

Se ven siempre de lejos, pero él le consigue entregarle a escondidas una nota y empiezan a intercambiarse otros, dejándolos ocultos en un agujero del baño, notas que luego oculta en su secreter.

Entretanto sigue publicando ensayos, llegando hasta 11.

Un día Macarena ve el anuncio de un concierto de Pepe Arriola.

El PSOE gana las elecciones y en su sede lo celebran con gran alegría.

Hildegart piensa en Abel y se masturba.

Un día Aurora escucha a Abel hablando sobre el aborto y reconoce en sus palabras lo que está escribiendo Hildegart, por lo que se da cuenta de que se relacionan y empieza a buscar por todas partes y acaba encontrando las notas que se intercambiaba con Abel.

Le dice enfadada que todo lo que tiene es de ella, y lo hace de forma violenta.

Le prohíbe volver a las reuniones y dormirán juntas y la acompañará al baño. Quema todas las notas y le prohíbe salir de casa.

Le dice que dejarse llevar por lo que siente es ceder a la pulsión animal. Que les costó mucho llegar hasta allí y no permitirá que una debilidad ponga en peligro el proyecto, pues fue concebida para cambiar el mundo y debe sacrificarse por el bien de todos y no pueden fallar ni distraerse.

Aurora hace que rechace la propuesta de Havelock Ellis.

Les llegan muchas cartas de admiradoras que contestan, aunque las revisa su madre.

Un día, entre las cartas llega una con una invitación para la actuación de Pepe Arriola.

Ese día Aurora sale de casa y Hildegart aprovechará el momento para salir.

Y Macarena le da un vestido rojo para que no tenga que salir a una cita vestida de negro.

Acude a una sala de fiestas con Abel, donde la gente baila muy animada y Abel le pide que baile con él.

Mientras ve el concierto de Pepe Arriola, Aurora recuerda cuando era un niño prodigio, y ve que ahora tiene algún fallo.

Esa noche Hildegart prueba el vermut por vez primera y ve la actuación de una mujer que canta y baila con Abel, muy pegados y acaramelados.

Terminado el concierto de Arriola, Aurora va a ver a su sobrino al camerino, donde lo ve bebiendo y alicaído y recuerda que llevan 18 años sin verse y le dice que le enseñó a hacer las cosas mejor y que lo que hizo no es digno de su educación.

Él le pregunta si ha ido para humillarlo y le cuenta que en París lo llaman L'enfant fini y reconoce que está acabado y es un fraude, aunque ella le dice que no lo es, mientras lo consuela sobre su regazo, y él le dice que si hubiera seguido con ella estaría a salvo.

Ella pregunta para qué la invitó, y él dice que no lo hizo, pues no quería que lo viese así.

Abel y Hildegart salen a la calle y él le pregunta por Havelock Ellis y dice que lo rechazó, aunque Abel dice que él podría acompañarla.

Ella le dice que Havelock paga los billetes y él dice que por ella iría a cualquier parte del mundo y se besan finalmente, aunque como Cenicienta debe irse a las 12.

Aurora llega a casa y ve a su hija en la cama aparentemente dormida, aunque la huele y luego busca en el armario y olfatea su ropa hasta encontrar el vestido rojo.

Escucha entonces ruido fuera y sale con su pistola, aunque al hacerlo ve que quien hace las pintadas en su puerta es un niño.

Cuando llega Macarena por la mañana la encuentra en una silla con la pistola.

Observa su cara y le pregunta si Antonio le ha vuelto a pegar.

Va con ella hasta su casa para hablar con Antonio.

Cuando se despierta, Hildegart ve que no están ni su madre ni Macarena, que llegan en ese momento y a ella le extraña que no la despertara a la hora de todos los días.

Por la noche la ayuda a bañarse y le dice que van a cambiar la vida de esa casa y del país, y que invitó por ello a Abel Velilla a cenar la semana siguiente.

Dice que la separó del mundo para hacer de ella una líder, porque el mundo necesita líderes fuertes como Freud, Nietzsche o Marx.

Abel llega a casa de Hildegart con unas pastas el día de la cena.

Aurora le pregunta cómo cambiará el Partido Socialista con los favoritismos que pueden acabar con él y Abel le dice que está de acuerdo en que el partido ha traicionado parte de sus principios por estrategia electoral y está pensando en pasar al Partido Federal.

Se escuchan entonces fuertes llamadas en la puerta.

Ella no está de acuerdo en que sea mejor el caos, aunque él le dice que la anarquía no es caos, sino orden y organización obrera, sin Dios, amo, ni soberano, aunque ella le dice que eso es una utopía.

Abre Macarena y ve que se trata de unos policías que le dicen a Abel que está detenido por múltiples robos y violaciones y de asaltos de los anarquistas.

Hildegart ve cómo se lo llevan, impotente.

Llora luego en la cama, y su madre le recuerda el poema que habla de la inconstancia del hombre que es un farsante.

Aurora lanza el folletín de Macarena a la basura.

Hildegart lee la noticia de la condena de Abel Velilla y su madre le informa que llegará la nueva criada, Rosa.

Hildegart le pregunta si Macarena se fue o la echó y le dice que eso no es importante.

Llega Guzmán que les dice que Abel fue a verlo antes de su detención y que Macarena no pasó a buscar el dinero que les debe de la última edición, y le informan de que Macarena ya no trabaja en esa casa.

En un momento en que se quedan solos, Guzmán le da una carta de Havelock Ellis y ve luego que son los pasajes para viajar a Londres.

Encuentra el libro de Macarena en la basura y ve que dentro hay una nota de ella en que le dice que espera que la pueda perdonar y su dirección.

Aurora le presenta a la nueva criada, que le dice que no sabe leer.

Hildegart acude a la dirección que le dejó Macarena, mirándola toda la gente del barrio con caras de sorpresa, y al llegar a casa de Macarena ve que Antonio está con un grupo de anarquistas y observa que tienen armas sobre la mesa.

Tras insistir, sale Macarena, que le dice que ese no es lugar para gente de casa buena.

Hildegart le pregunta por qué se fue y la dejó sin decirle nada y por qué debe perdonarla, aunque dice que lo ha entendido al ver a Antonio y a sus amigos y le pregunta si fue idea de su madre o ella, a lo que le responde que cómo puede esperar eso de ella. Que fue su madre, que se enteró de que Antonio era el responsable de los asaltos y le ofreció dinero y no denunciarlo a cambio de vender a Abel.

Le pregunta cómo pudo hacerlo y ella le jura que intentó evitarlo y Hildegart le recuerda que hay un inocente en la cárcel por su falta de carácter.

Macarena le pregunta si piensa eso siendo tan lista y tan leída y le pregunta si cree que a ella le gusta vivir así y le dice que no todas tuvieron su suerte y que sus discursos están muy bien, pero la vida no funciona así y sin dinero no eres libre.

Hildegart le dice que le da un día para denunciar a Antonio y explicar que Abel no tuvo nada que ver, pues de lo contrario hará que la encausen como cómplice.

Aurora la escucha cuando llega y Hildegart le cuenta que Macarena está yendo a denunciar a su marido, y si le paga lo suficiente callará su implicación.

Y que cuando suelten a Abel se irá con él a Londres, pues Havelock le envió los billetes.

Pero su madre, sin inmutarse, le dice que no lo hará.

Hildegart le pregunta cómo ha podido, a lo que le responde que cómo pudo ella, pues es el trabajo de toda su vida a lo que su hija le replica que a costa de su felicidad y de la vida de un inocente, a lo que su madre le responde que ningún proyecto sale adelante sin sacrificios.

Hildegart le dice que suena como una fascista y su madre le recuerda los esfuerzos que hizo por ella, que le dice que en realidad lo hizo todo para sí.

Su madre le dice que ha renunciado a su vida por el mundo y Hildegart le dice que el mundo no sabe que existe y no se construye así y es la enemiga de sus propias ideas.

Aurora le dice que es ella la que no sabe nada del mundo, pues su mundo es ella y todas sus ideas son de ella y que hubo un momento en que la quería.

Hildegart le dice que ella no sabe lo que es el amor, a lo que Aurora le replica que sabe más de amor que ella, que solo tiene una psique rudimentaria y que nadie ha amado tanto como ella la ama y no va a dejar que ningún hombre la aleje de su destino.

Hildegart le dice que los hombres no son sus enemigos y niega a la humanidad y a las mujeres y las odia y odia que sientan, y no hay revolución posible sin amor, a lo que Aurora responde que esa es la clase de amor que las esclaviza.

Hildegart le dice que se comporta como un hombre y quiere poseerla por su propio interés, pero que ella no es de nadie, a lo que Aurora le responde que es suya.

Hildegart le dice que a partir de ese momento tomará sus propias decisiones, pues a partir de ahora es libre.

Aurora va al cuarto de Rosa y le pide que saque a pasear al perro y que tarde.

Va luego al cuarto de Hildegart, que está escribiendo en la cama y la recuerda cuando era niña haciendo lo mismo.

Dispara luego a su sexo, luego a su pecho y finalmente a su cabeza.

Es juzgada un tiempo después y cuenta que es un poco más celeste de lo corriente y hay excentricidad en lo que hizo, pero ellos no pueden analizar el caso sin más.

Cuenta que desde que tuvo su hija no pensó en ella. Lo único que le importaba era la creación de ese ser humano y no supieron ver que era un planeta con luz propia. Que Hildegart era su obra. El proyecto había fracasado y no tenía sentido continuar con él.

Se celebra el entierro de Hildegart entre una gran expectación entre sus lectores y militantes del Partido Socialista.

Y entre ellos Macarena vestida de luto junto al carro mortuorio en que va la muchacha vestida de blanco y rodeada de flores, y al lado también el lloroso Abel.

"La virgen roja ha muerto" titulan los diarios.

Hildegart Rodríguez murió el 9 de junio de 1933 a los 18 años.

En ese tiempo escribió 16 libros de ensayo y más de 150 artículos que cayeron en el olvido tras la Guerra Civil. Persistió en lo fantasmal.

Calificación: 3