Te cuento la película

La vida de los demás

Sheytan vojud nadarad (2020) * Irán / Alemania / República Checa

          También conocida como:
                    - "La maldad no existe" (México)

Duración: 150 min.

Música: Amir Molookpour

Fotografía: Ashkan Ashkani

Guion y Dirección: Mohammad Rasoulof

Intérpretes: Mohammad Seddighimehr (Bahram), Jila Shahi (Zaman), Baran Rasoulof (Darya), Mohammad Valizadegan (Javad), Mahtab Servati (Nana), Ehsan Mirhosseini (Heshmat), Shaghayegh Shourian (Razieh), Kaveh Ahangar (Pouya), Alireza Zareparast (Hasan), Salar Khamseh (Salar), Kaveh Ebrahim (Amir).

El mal no existe

Heshmat termina su turno de trabajo, registrando un guardia su maletero al salir, donde lleva su ración de arroz de ese mes.

Ya en casa oye ruidos que no le dejan descansar, por lo que baja al cuarto de la caldera, debiendo ayudar a unos vecinos a rescatar su gato, que quedó atascado.

Va a recoger a Razieh, su mujer que le habla de los problemas de una alumna antes de parar en el banco, donde ella entra para cobrar el sueldo de él, que debe aparcar en segunda fila, debiendo confirmar al director de la sucursal por teléfono que su mujer tiene su permiso para cobrar su sueldo.

Cuando regresa al coche, Razieh se queja de que después de tantos años yendo a recoger su sueldo le sigan llamando a él, dándose cuenta de que con el enfado se le olvidó hacer un pago.

Recogen a su hija, que está muy enfadada porque llegaron muy tarde.

Van al supermercado y luego Razieh le pide a su marido que hable en el trabajo para que le den una ración mayor de arroz, pues hace muchos turnos de noche.

Van tras ello a llevar a la madre de Hesmath la compra. Le toma la tensión y le limpian la casa y la duchan mientras la niña hace los deberes, preparándole la cena antes de marcharse, yendo ellos a tomar una pizza.

De regreso a su casa la niña va dormida y Heshmat la lleva en brazos.

Ya en casa, Heshmat le tiñe el pelo a su mujer, con el tinte que antes eligió él mismo en el súper, no haciendo caso del que ella quería.

Hesmath se ducha y se prepara para ir a trabajar. Es de noche y llueve, y al parar en un semáforo se queda mucho rato parado, con la mirada perdida.

Poco después llega al trabajo, y mientras se prepara un café se encienden unos pilotos rojos, y, cuando estos se ponen verdes da a un botón que hace que se baje una trampilla, y media docena de personas mueren ahorcadas.

Ella dijo: "puedes hacerlo"

Pouya, un joven soldado, regresa del baño nervioso, despertando a sus compañeros, alguno de los cuales se queja, diciendo él que se está mal y no puede dormir.

Recibe la llamada de su novia, Tahmineh, a la que le pregunta si habló ya con él, aunque le dice que no le coge el teléfono.

Sus compañeros le preguntan si su hermano pudo hacer algo, diciendo que no le coge el teléfono, preguntándole también por qué mete a su chica en eso.

Su hermano tiene muchos amigos y confía en que le trasladen a otro centro.

Hasan, el más gruñón le dice que él no es tan especial, que está en la cárcel como los demás, y solo es un soldado más de Irán.

Pero él dice que lo que le piden está mal, que es un recluta y debe servir 21 meses, pero no quiere matar ni ejecutar a nadie aunque hayan cometido delitos.

Le preguntan por qué se alistó entonces, recordando él que si no hace la mili no puede pedir el pasaporte ni sacar el carnet de conducir o apuntarse a la bolsa de trabajo, ni contratar un seguro de familia.

Pero, se queja porque otros soldados no tienen que ejecutar a nadie y él no quiere ejecutar a los presos, aunque si se niega se le alargará el servicio y además en la cárcel, por lo que Hasan le insiste en que lo mejor es que aparte el taburete, pues conseguirá un permiso de tres días y podrá pasarlo bien con su novia, y cuando acabe, podrá llevar a su novia a Austria para que estudie música.

Otro de sus compañeros le dice que también puede intentar cambiar la ley, pero para eso deberá quedarse en Irán y estudiar.

Recibe otra llamada de su novia, que le dice que no puede hacerlo y que se está volviendo loco, que está muerto de miedo.

Cuando vuelve sus compañeros le dicen que se les ha ocurrido algo que le permitiría salvar la vida de otro.

Ali está dispuesto a hacerlo por él, pero su hermana se puso muy enfermo y su familia necesita 50 millones, aunque él dice que solo tiene ahorrados 35 millones para su viaje a Austria, aunque pide más tiempo e indica que no puede transferirlo desde allí, aunque temen que Ali lo haga y él se marche con otro destino y se olvide del pago.

Despierta entonces Amir que pregunta cómo puede pagar, no entendiendo que tenga la conciencia tranquila, pues aunque él no lo haga, seguirán ejecutando y dice que si hace el trato y paga a Ali, lo denunciará.

Le cuenta, que, además cuando le tocó apartar el taburete se interesó por los ejecutados y ninguno era inocente, lo que le tranquilizó.

Finalmente van a buscarlo, entregándole uno de sus compañeros un papel y le dice que a lo mejor le ayuda.

Fuera le esperan dos soldados que le entregan unas esposas para que vaya a por el prisionero y lo lleve hasta el lugar de la ejecución, aunque le cuesta incluso caminar y llora, pidiendo que le dejen ir al baño, sintiéndose muy mal.

En el baño llora desesperado. Pero se saca el papel que le entregó su compañero y lo lee antes de salir de nuevo, diciendo al salir que le tiemblan las manos, por lo que es el soldado que le acompaña quien le quita las esposas al preso, momento que Pouya aprovecha para arrebatarle el fusil y le amenaza con él, pidiéndole que le entregue su uniforme al preso, asegurando el soldado que no logrará salir y que le ejecutarán.

Hace que el preso espose al otro soldado, asegurando que no está dispuesto a ejecutar a nadie, y luego hace que se espose el propio preso, mientras él, tras hacerse con las llaves del soldado abre la puerta y baja hasta las cocinas, que atraviesa, siguiendo siempre las instrucciones del papel, hasta llegar a un patio que lleva a la entrada, donde dice que le enviaron para preguntar por la ambulancia que debe ir por la ejecución.

Amenaza luego con su arma al encargado de la entrada y al soldado que le acompañaba, haciendo que suelten sus armas y pidiéndoles las llaves.

Pide luego al soldado que espose al encargado y que lo encierre en uno de los armarios, aunque le advierten que no conseguirá salir.

Luego hace que el soldado se espose y se meta en el armario, que cierra.

Sale afuera, debiendo esconderse de la ambulancia, que en efecto llega y corre a toda velocidad hasta un lugar donde le espera su novia con el coche.

Ella le dice que sabía que podía conseguirlo, diciendo Pouya que fue muy duro, diciéndole ella que siempre creyó en él, pareciéndole increíble haber podido salir.

Se marchan juntos en el coche cantando felices Bella Ciao.

Paran un momento para que él se deshaga en un descampado del arma y siguen su camino mientras se ve a lo lejos la ciudad.

Cumpleaños

Un tren avanza por un paraje desértico, que luego cambia a otro montañoso, durmiendo dentro un hombre, Javad, que cuando baja avanza por el bosque, atravesando un riachuelo y bañándose después en el río.

Se arregla luego y se echa colonia antes de seguir su camino hasta una casa, viendo desde lejos a una muchacha vestida de campesina, que ve recogiendo agua y llama a la puerta del establo, donde está ella, que lo hace pasar contenta al verlo.

El padre de la chica le dice que no le esperaban, pero que es bienvenido, diciendo él que ya le queda poco para terminar el servicio militar.

Él le dice que observó que están preparando una gran fiesta, y que desea aprovecharla para dar un anillo a Nana, aunque el hombre le dice que es mejor que hable con Shirin, la madre de Nana, diciéndole Javad que habló con ella por teléfono unos días antes, pero quiere que sea una sorpresa para Nana, insistiendo el hombre en que hable con Shirin, preguntando él si ha ocurrido algo, diciendo el hombre que sí, que, de hecho, las sillas no son para el cumpleaños de Nana.

Finalmente le cuenta que sus corazones están rotos, pues han perdido a Keyvan, un amigo de Aras, que era como un hijo para ellos.

Sale luego con Nana y cortan flores, mostrándole ella la antigua casa de la abuela, que está en ruinas, pero que Nana dice, pueden arreglar y quedarse allí, aunque él prefiere ir a otro lugar.

Le pregunta quién es Keyvan, contándole que era un amigo de la familia que tenía problemas con la policía pese a que no había hecho nada, debido a sus convicciones, concluyendo él que era activista político, diciéndole que a él no le gustan los que se meten en política, pues no son fiables y se queja de que nunca no le hablaran de él en todo ese tiempo pese a haber estado yendo a su casa durante tiempo.

Ella le asegura que nunca hubo nada entre ellos, pasando por la casa donde él vivía.

Escuchan entonces a un pájaro y ella dice que es Keyvan cantándole.

Él se enfada y se marcha, celoso, cayéndose ella al seguirlo, por lo que luego él la ayuda a atravesar el río, llevándola en brazos.

Ella le cuenta que Keyvan era 10 años mayor que ella y era como un maestro y todos los niños del pueblo le adoraban y la casa donde fueron era la escuela.

Aras cuenta durante la comida que solo tiene permiso su familia para estar en el funeral, diciendo el padre que hasta muerto le tienen miedo, animando Aras a olvidarlo y superar el dolor, aunque se le nota muy afectado.

Más tarde, Javad habla con Shirin y le pregunta por qué renunció a su carrera profesional para volver allí, preguntando ella si alguna vez le han obligado a hacer algo que no querría hacer, diciendo él que el servicio militar, diciéndole ella que si las leyes son forzosas puede negarse para no destrozar sus vidas.

Comienzan los preparativos del homenaje, llegando unos músicos que empiezan a ensayar mientras ellos colocan las sillas, colocando una foto del homenajeado.

Cuando la ve, Javad huye a toda velocidad hacia el bosque, y hasta llegar al río, donde hunde repetidamente la cabeza y grita angustiado, llorando luego tirado sobre el barro antes de quedarse dormido contra un árbol.

Varias horas después lo encuentra Nana, empapado y sin entender por qué fue allí.

Acaba contándole que él mató a Keyvan. Que fue él quien empujó el taburete.

Le dijeron que era un delincuente al que había que ejecutar y lo mató porque quería tener tres días libres para estar allí para su cumpleaños, aunque no sabía quién era.

Está frío por la humedad y le pide que lo lleve a casa, ayudándole ella, en efecto a subir, viendo que los asistentes se están marchando y lo lleva al establo a escondidas, para regresar poco después con ropa seca.

Nana le dice que no quiere que su familia sepa nada de eso, que le contó a su madre que se habían peleado.

Al día siguiente comen juntos y celebran el cumpleaños de Nana. Dicen que pese a que están tristes deben celebrarlo, sacando una tarta y cantándole, aprovechando Javad el momento para ponerle el anillo de compromiso y todos parecen felices cantando, aunque ella llora, pensando su familia que es por la emoción.

Por la noche él no puede dormir y sale a buscar a Nana, yendo al lugar del homenaje, donde sigue la foto del fallecido.

No la encuentra y regresa al bosque pese a que llueve. La encuentra allí pensativa, junto a su traje de militar, colgado de un árbol.

Le dice a Javad que ha estado contando todos sus días libres.

Él le dice que tienen que olvidarlo, diciendo ella, tras haberle dicho que le quiere mucho, y mientras se aleja, que va a echarlo de menos.

Bésame

Una pareja espera en el aeropuerto a Darya.

Tras reunirse con ellos llama a su padre y le pasa luego el teléfono a su tío Bahram, que es quien fue a buscarla con Zaman, su mujer.

Esta le coloca un pañuelo en la cabeza, pues cuando llegó llevaba solo una capucha.

Les cuenta que comenzó Medicina, pero no está segura de terminarla, pues lo hizo por su padre, que es médico.

Zaman le cuenta a Bahram que la chica tiene curiosidad por saber por qué Mansour, su padre, y él, la obligaron a ir.

El coche se interna en un terreno cada vez más solitario hasta llegar a una casa aislada.

Por la noche les despierta la llamada angustiada de una familia pidiendo al doctor que les ayude, pues mordió una serpiente a su hijo.

Al día siguiente le dice a su tío que no entiende cómo pueden vivir allí, sin Internet ni móviles, diciéndole él que es difícil mudarse después de 20 años y le pregunta si de verdad es médico, diciendo él que lo es y que fue con Mansour a la misma universidad.

Le pregunta por qué no tiene una clínica, diciendo que se lo explicará cuando llegue el momento oportuno.

Bahram conduce durante bastantes kilómetros por caminos complicados, para llegar a un lugar con cobertura, aunque él dice que conducir le relaja, preguntándole Darya por qué condujo entonces Zaman el día anterior, reconociendo él que no tiene carnet.

Tienen además colmenas, y les ayuda con ellas, poniéndose el traje, aunque Zaman no se pone nada y le explica cómo se trabajan.

Ella sigue intrigada de por qué después de prepararse una carrera se fue a vivir en el desierto con las abejas, diciendo que quiere que se lo cuente porque tiene miedo de acabar haciendo algo que no le gusta del todo, diciéndole su tío que él siempre ha hecho lo que ha querido y vive tranquilo.

Les pregunta cómo se conocieron, contándole que 10 años antes. Bahram enfermó y no llevaba receta cuando fue a la farmacia en que trabajaba ella, que pese a que dijo que era médico no se la dio, y acabaron enamorándose.

Al día siguiente, mientras esperan que ella hable por teléfono, Zaman le dice a Bahram que, cuanto más piensa, más difícil lo ve y le pregunta si lo dejan para otro momento, preguntando él si lo habrá.

Se pone él al teléfono con Mansour y le dice que está esperando el momento oportuno.

Darya dice que pensaba que vivían en una auténtica granja con animales, pero Bahram le dice que su padre está a 5.000 kilómetros contándole historias de una tierra donde nunca estuvo y que dejaron las gallinas porque había un zorro por la zona.

Que también tuvieron un perro, pero una manada de lobos hambrientos se lo comieron durante una nevada.

Preparan una buena cena y Bahram canta, aunque Zaman tiene cara de preocupación.

De pronto él comienza a toser y llama a Zaman, que lo lleva al servicio y le pide que tenga cuidado para que la sangre no le llegue a los pulmones, tras lo que lo lleva a la cama y le pone una inyección.

Salen al día siguiente al campo, diciendo Darya que tiene la impresión de haber estado allí ya en primavera, diciendo Zaman que debe regresar a casa a buscar la comida, pues se le olvidó, aunque ella le dice que no hace falta, a pesar de lo cual se va.

Bahram lleva una escopeta y le pregunta si ha disparado alguna vez, diciendo ella que no, pero que le gustaría.

Él dice que le enseñará y que dispare ella al zorro, ya que él se cruzó con él y lo tuvo enfrente, pero no llegó a hacerlo. Le pidió que dejara de hacerlo, pero no le escuchó.

Ella dice que no sería capaz de disparar a un ser vivo a sangre fría, diciéndole su tío que a veces es necesario, diciendo ella que no tiene por qué, diciendo Bahram que podría obligarle a hacerlo, lo que a ella le enfada y se va.

Cuando llega a casa sale Zaman de la habitación y escucha el llanto de Darya, diciéndole Zaman que tuvo que contárselo todo y no se lo tomó bien.

Él dice que tenía que haberle contado la verdad él mismo, antes de morir, preguntando Zaman de qué sirve contar la verdad si solo consigue arruinar la vida a alguien, diciendo él que tiene derecho a saber la verdad.

Zaman le dice que tiene derecho a hablar con su padre, diciendo Bahram que él es su padre, diciéndole Zaman que la acompañará para que pueda hablar con su padre, diciéndole él que le deje ir con ella para poder hablar en el coche, diciéndole Zaman que ella no quiere hablar con él ni verle, pues es como si se le hubiera caído el mundo.

La lleva en efecto en el coche para llamar por teléfono, preparando a su regreso la maleta y recriminando a Bahram que se haya atrevido a decirle que es su padre 20 años después, y cuando está a punto de morir, llamándolo egoísta y diciéndole que por su culpa ha vivido una mentira durante toda su vida.

Él dice que quería que fuera allí para contárselo en persona, aunque ella dice que no quiere que la meta en su historia. Que no es su padre, que su padre es la persona que la ha criado.

Dice que Mansour le ha pedido perdón y tal vez pueda perdonarlo algún día, pero a él no, y le dice que quiere regresar a su casa para vivir con lo que tiene.

Zaman le dice que tiene que escucharlo, pues ha esperado muchos años para poder contárselo y debe intentar entenderlo.

Ella dice que sabe que no tenía aprecio por su familia y que por no querer matar a una persona mató a dos y obligó al hermano de su madre a hacerse pasar por su padre y dice que tampoco le importaba su hija, diciendo él que sí le importaba. Y por eso quería que estuviera con ellos.

Darya dice que incluso quería la muerte de su madre, diciendo Zaman que la muerte de su madre fue un accidente cuando fue a recogerla, recordando Darya que la enviaron a Europa en un furgón lleno de traficantes, diciendo Bahram que aquello lo decidieron juntos su madre y él porque solo quería estar con ella.

Zaman le pregunta si cree que sería más feliz si su padre hubiera decidido ejecutar a aquel hombre.

Darya insiste en que la familia es más importante que hacerse el héroe

Él dice que no quería matar a ese hombre y le pregunta por qué ella no quería matar al zorro, y si lo hizo por hacerse la heroína, respondiendo que no hizo daño a nadie al no matar al zorro.

Él le dice que su madre y Mansour se alegraron de que tomara aquella decisión a riesgo de su propia vida y de hecho su madre estaba orgullosa porque habían ejecutado a dos de sus hermanos y se preguntaba qué clase de animal era capaz de ejecutar a alguien.

Darya dice que a ella no le preguntaron su opinión, diciendo él que en realidad no sabían que estaba en camino, preguntando ella qué habría decidido de saberlo, diciendo él que, si tuviera que volver a su servicio militar y se viera forzado a ejecutar a alguien de nuevo, volvería a apuntar al guardia con una pistola y echaría a correr.

La acompañan de regreso al aeropuerto, debiendo parar a mitad de viaje cuando Bahram vuelve a toser violentamente.

Darya ve entonces al zorro mirándola, antes de reiniciar el viaje.

El mal no existe

Calificación: 3