La rodilla de Clara
La genou de Claire (1970) * Francia
Duración: 105 Min.
Música: Varios
Fotografía: Néstor Almendros
Guion y Dirección: Éric Rohmer
Intérpretes: Jean-Claude Brialy (Jérôme), Aurora Cornu (Aurora), Béatrice Romand (Laura), Laurence de Monaghan (Claire), Michèle Montel (Madame Walter), Gérard Falconetti (Gilles), Fabrice Luchini (Vincent).
El diplomático Jeróme, de 35 años, pasa sus últimas vacaciones de soltero en el lago Annency, donde trata de vender una vieja casa familiar, coincidiendo por casualidad con su vieja amiga Aurora, una escritora italiana que está pasando sus vacaciones en una habitación alquilada en casa de la señora Walter.
Comienzan a verse y Aurora le propone un juego que le puede ayudar literariamente: le pide que seduzca a Laura, hija de la señora Walter pues ha observado que se siente atraída por él.
Jeróme que se casará un mes más tarde en Suecia, donde vive, finalmente decide entrar en el juego, halagado por sentirse deseado, invitando a la muchacha a pasar un día juntos por la montaña, donde él la seduce y la intenta besar, aunque sin llegar a más.
Además la llegada de un amigo hace que pase más tiempo con este y se olvide un poco de su enamoramiento, haciendo que Jeróme se sienta un poco molesto.
La llegada de Claire, hermanastra de Laura provoca en Jeróme cierto desasosiego, pues Claire, al contrario que Laura no se siente atraída por Jeróme, pues tiene un novio con el que está siempre, aunque tienen algunas discusiones.
Jeróme considera que Claire está muy por encima de su novio y se siente atraído por su rodilla, desde que la vio en una escalera recogiendo cerezas, lo que le lleva a desear acariciarla, planteándose el reto de conseguirlo.
Un día descubre a Gilles, el novio de Claire con Marielle, otra chica. Al ir a buscar a Aurora Claire le pide que le lleve a Annecy.
En el camino comienza a llover y deben refugiarse en un cobertizo. Ella le dice que Gilles está en Grenoble, pero él le cuenta que le vio con Marielle y le dice que abra los ojos y busque a otro chico, pues no entiende que se deja mandar por Gilles, pudiendo tener a quien quisiera a sus pies. Ella le dice que eso es lo que le gusta de él, que no se arredra ante nadie, aunque las insinuaciones de que le es infiel hacen que finalmente ella se ponga a llorar. Él la consolará entonces acariciando su rodilla.
Por la noche comenta con Aurora la aventura, sintiéndose satisfecho por haber cumplido su deseo, y por haber logrado separar a Claire de Gilles, aunque decepcionado por haber comprobado que Clara era tan débil que no le importó llorar frente a un desconocido como él.
Al día siguiente él se marcha. Se despide de Aurora, que en ese momento le cuenta que también ella está prometida.
Poco después Aurora es testigo de la llegada de Gilles y de sus explicaciones. Gilles le cuenta que no fue a Grenoble y que no la pudo localizar, y le cuenta también que estuvo consolando a Marielle y escuchando sus problemas.
Claire no le da mayor importancia a la historia y no se siente en absoluto engañada, siendo feliz de estar de nuevo con su novio.